viernes, 17 de octubre de 2014

POR TIERRAS SOMEDANAS. TRAS 23AÑOS

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· Punto de Partida: Puerto de Somiedo       Punto de Llegada: Pola de Somiedo
  • · Puntos de paso: La Cueta- Valle-Coto Buenamadre
  • · Kilómetros de la ruta: 26
  • · Horario de la ruta: 4 horas
  • · Desnivel de ascenso acumulado: 651 mts
  • · Desnivel de descenso acumulado: 1.422 mts
  • · Participantes: Travesía Integral de la Cordillera Cantábrica
Hace 23 años, un grupo de ciclobikers astures, nos liamos la manta a la cabeza y nos enfrentemos a una ruta como fue la travesía longitudinal de la Cordillera Cantábrica, cuyo punta de partida fue la Campa de Tormaleo, allá en la profunda Asturias Suroccidental, y el punto de llegada los pusimos como punto de llegada en Dobres en pleno valle de Liébana.
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De izquierda a derecha: Víctor, Manuel, Vida, Valetín, Javier Gómez, José y Héctor, hace 23 años

Fue una apuesta importante, y para que ello fuese adelante, lo hicimos en pleno mes de agosto de 1991, como ya he contado varias veces y que he dejado explicado en este mismo blog, etapa por etapa.

Tras un largo período sin vernos, y habiéndonos encontrados algunos en la celebración de la Travesía de la Cordillera Cantábrica de Asturcón en su 25 aniversario, nos pareció interesante volver a juntarnos para hacer una etapa, o parte de alguna, aquellos viejos pioneros de la Travesía Integral de la Cordillera Cantábrica, y así fue como hace unas semanas nos encontramos en Pola de Somiedo para afrontar la ruta del Puerto de Somiedo- La Cueta- Valle de Lago-Pola de Somiedo.

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De izquierda a derecha. Valentín, Javier Gómez, Hector, Vidal, Mauel, José y Víctor Guerra

Y sin más aparecimos los 7 integrantes en Oviedo, en el mismo lugar donde 23 años antes salimos rumbo a Tormaleo, ahora sería un poco más cerca , y con menos ambición ciclobiker hacia el Puerto de Somiedo.

En el Puerto de Somiedo sacamos las trotonas, entre las cuales había tres que aún guardan las viejas esencias de aquellos años, era la Trek 970 de Manuel, la bici de Vidal, con cuernos y pata de cabra, y la Giant –Bronco de un servidor, los demás ya iban pertrechados con nuevas máquinas.

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El día era inmejorable y tras las primeras cuestas para salir del altozano pueblo de Puerto de Somiedo pronto nos emboscamos en rememorar algunas escenas míticas que han quedado en nuestras retinas por la zona del Alto del Buenmártir y la Riega de La Pradiella, aunque ha habido recuerdos que se han volatizado, pues no en vano la mayoría estamos camino de ser unos sesentones ciclobikers y esta situación me recordaba mucho a esas películas referidas a las reuniones de viejos amigos..

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Tras rodar sin problemas pronto nos vimos en uno de esos pueblos profundos de la Babia: La Cueta, desconocido para algunos del grupeto por lo remozado que ha quedado el pueblo, tras una escueta visita y fotografía del pueblo arrancamos por la pista que lleva hacia el chozo de pastores de La Llerá, bajo Peña Chana y Peña Sobre el Agua, acompañando en este trayecto al llamado barranco de Borrás, que solo presenta unos repechines a la altura de la Praderas del Sub, que nos dan acceso al citado chozo de la trashumancia pastoril, también muy remozado.

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En ese punto, y dada la bonaza del día nos recostamos para dar cuenta de nuestras viandas a la vez que rememorábamos cosas de aquella intensa travesía, y es ahí donde uno comprueba lo caprichoso de la memoria, unos teníamos vivos recuerdos de algunos detalles, como las puntillas de aquella memorable biker de Murias Chuengas que iba camino del Valle, era un detalle no menor que la memoria de algunos se encargó de borrar del disco duro mental.

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Tras el descanso de nuevo nos pusimos en marcha virando al Este por un sendero que busca dar la vuelta a la Peña sobre el Agua y la Paredina y quedar encima de la braña de Murias Chuengas. Un tramo este algo técnico que nos exige reflejos para tomar el buen camino hasta situarnos en la campera sobre la citada braña, al pie de la cual hay una naciente pista por la cual bajamos hasta llegar a los distintos corros ganaderos, donde rememoramos que hasta aquí no habíamos traído esta bella ruta sino que habíamos desde La Cueta por la vera del río, hasta Bocanegra y las altas praderías de Cebolledo para entrar por entre los Picos de la Mortera y la Paredina a Murias Chuengas.

Desde aquí también contemplamos lo que en su día fue nuestra ruta para subir a las altas praderas de Canmayor y alcanzar así los otros lagos de Somiedo, y ya por La Farrapona abajo y por Torrestío y a dormir a la zona de Babia. Bella ruta y con cuya rememoración fue creciendo la idea de repetir dentro de dos años la Travesía Integral de la Cordillera.

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De Murias Chuengas se baja por Sobre el Agua hasta el cruce de Veneiro, dando la espalda al lago de Valle, y tomar dirección Oeste para entroncar por unos momentos en El Gumio, con el camino principal que viene del Lago de Valle, y el cual dejamos al rato para entrar en el viejo camino que va hacia la iglesia de Valle y sigue hacia el Coto de Buenamadre, dando la vuelta a la Peña Furada, es increíble lo que repite este topónimo en la montaña asturiana.

La bajada hacia Buenamadre, se hace divertida y muy rápida, desaceleramos nuestra vertiginosa velocidad en cuanto divisamos a los ciclistas y nos echamos de nuevo al descenso dando tumbos hasta entrar en el Coto de Buenamadre.

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Atravesamos el pueblo y tras llegar a Coto, unos metros más abajo no volvemos a internar en los angostos caminos somedanos que bajan por encima de la riega de Cueva, y que nos permiten alguna que otra pirueta técnica para entroncar con la carretera que viene de Urria, y por la cual sin más problemas entramos en Pola de Somiedo.

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Tras esta bella excursión tuvimos una buena sesión para ver antiguas diapositivas y rememorar viejos tiempos y rutas y soñar con la idea de volver a poner de nuevo en pie una nueva edición de la Travesía Integral de la Cordillera Cantábrica. Esperemos llegar todos cuerdos, sanos y fuertes al 2016 para hacer efectiva esa utopía.
Víctor Guerra

martes, 14 de octubre de 2014

COHABITACION DE LA BTT CON OTROS USOS (Ultima entrega)


Planteaba en otro post anterior el tema de los orígenes de las presencias lúdico-deportivas en el medio natural y sus impactos, y entre ellas la que origina la práctica de la Bicicleta de Montaña (BTT/MTB).


Esto no es nuevo, ya lo presagiaba en 1983 en un artículo Hervé Bustschell, un ingeniero de la Oficina Nacional de Bosques de Francia, que exponía como ciclomuletier que era también como responsable público de los bosques franceses, y lo hacía en la Revista Cycloturisme de la Federación Francesa Cicloturismo acerca de los problemas que la práctica de la ciclomuletade podría tener al desarrollarse en espacios tan singulares como los bosques, y más si tal práctica se masificaba, o se ponía un intenso acento en lo deportivo, ya que la cyclomuletade buscaba “una comunión y una relación intensa con la naturaleza, y no utilizarla de una forma instrumental”, tal y como ahora sucede que la naturaleza es un medio, un “proveedor de servicios".

Hoy estamos en parte en esa situación, en la cual el medio natural es un “proveedor de servicios” y “escenario y telón de fondo” de muchas actividades lúdicas y también deportivas, algunas de ellas de cierta consideración extrema, no tanto porque yo lo indique sino porque las compañías aseguradoras las tienen conceptuadas y calificadas como tal a la hora de asegurar su ejecución.

La preferencia en los gustos y consumos por parte de los usuarios ciclobikers, ha pasado de una práctica más o menos “suave” del territorio, incluso algunos dirían que muy rayana en un tipo de cicloturismo de carácter más lúdico que deportivo, llegando en estos momentos a una expresión más orientada al uso y disfrute de las infraestructuras viales y de instalaciones artificiales en ese mismo entorno sumando dificultad, adrenalina y diversión.

Esto que en Asturias, o en Comunidades de ese estilo y tamaño, apenas si generan grandes impactos tanto entre la población autóctona como con el resto de los otros usuarios del espacio natural o rural, como puedan ser montañeros o senderistas, y ello sucede por varias razones y una de ellas es la poca dimensionalidad del colectivo ciclobiker que se mueve fuera de los entornos semiurbanos, que en el caso de Asturias se puede decir que es mínima, y más teniendo en cuenta de que el territorio es grande, amén de que haya puntuales presencias de ciclobikers generando cierta intensidad de carga cilobiker en lugares comunes como Bandujo, Tuña, Navariegas...,

O que puedan darse presiones en algunos lugares, como querer arrancar al Parque Nacional de Picos de Europa, territorio muy restringido para la BTT, ciertas rutas o descensos o tramos muy técnicos para poder dar salida a ciertas pulsiones de los grupos más endureros.

Si embargo los espacios semiurbanos como el Naranco (Oviedo), Deva- Peón (Gijón); o Gorfolí –Bufarán (Avilés) digamos que se ha asimilado bastante bien y por casi todos: pasantes y , senderistas...etc, la presencia ciclobiker en casi todas sus facetas y modalidades de desarrollo, aunque haya resistencia por parte de algunos colectivos ciclobikers en abandonar pasos o senderos ligados al uso peonil de acceso a las zonas altas y los cuales creen que son algo así como conquistados para el uso más extremo de su práctica ciclobiker. Lo cual pasa con el acceso a la Fuente de los Pastores en el Naranco (Oviedo)

Y por tanto sí que se producen conflictos ocasionales, puesto que estamos ante dos culturas y un acceso tradicional peonil a los altos del Naranco, y cada una de esas culturas decir que una que vive el medio natural como una cierta plenitud y reconocimiento; (senderistas y montañeros) y es tradicional en ellos la defensa del medio y su conservación, y otra cultura más urbana y deportiva, (ciclismo) que tiene el medio natural como un simple escenario, lo cual puede explicarse esa tendencia urbana en parte en la facilidad del abandono de ciclomontañeros en favor de la práctica del ciclismo de carretera sin aparente traumatismo por el cambio de escenario rural al urbanizado de las carreteras.

Disquisiciones filosóficas aparte, está claro que estas situaciones cuando son extrapoladas a ámbitos geográficos como Madrid, con una gran presencia del colectivo ciclobiker y unos puntos de atracción para la práctica deportiva que pudiera calificarse como “intensa” y en puntos muy concretos, como puede, ser toda la extensa Sierra Norte y zonas aledañas, a las sierras, y amén de algunos conflictos por los temas de acceso, son las zonas de la sierra las que más presión sufren tal y como sucede con la zona aledaña a Cercedilla o puntos determinados del valle de Lozoya-Rascafría.

Por tanto hay que dejar claro que la realidad de las problemáticas es muy distinta de unas zonas a otra y más con unos colectivos que con otros, pero sin embargo el compromiso de la cohabitación de usos está sigue comprometido, amén de que esta venga reforzada su problemática por la intensidad de usos en tiempos muy determinados, fines de semana, periodos estivales, etc toda esta situación también está en relación directa con las anchuras de los caminos, la velocidad y la percepciones de unos y otros ante las mismas situaciones y por supuesto con la masificación.

En general siempre se ha considerado que las grandes pistas, incluso los caminos tradicionales puede haber una cohabitación entre la actividad ecuestre, la senderista y la ciclomontañera, lo cual en teoría puede resultar bueno e interesante, pero la realidad es muy otra ya que en general se piensa más en actividades “mansas” o “suaves” a la hora de gestionar y planificar, por parte de los políticos o dirigentes públicos, estas cuestiones, olvidando que por esos caminos no solo transita un caballo, sino varios, o que los ciclistas llevan una cierta velocidad, y que llevamos manillares de 60 centímetros como mínimo y que nuestra gestualidad, estética ha cambiado bastante, y sin embargo pese a ello se está pensando en la compatibilidad de usos agropecuarios y forestales, con la actividad ecuestre y otras formas de desplazamiento sobre vehículo no motorizado, con la premisa de que ello es posible siempre que respeten la prioridad de tránsito de los caminantes.
Esto es no pensar y reflexionar sobre los lugares y las prácticas deportivas y sus desarrollos y problemáticas.

Y aunque en esta cuestión inciden distintos decretos como los del País Vasco del 16 abril de 1996, donde se autoriza “el montañismo, el excursionismo, la actividad ecuestre y otras formas de desplazamiento sobre vehículo no motorizado siempre que se respete la prioridad de tránsito de los que van andando y que no se degrade el medio natural”; y lo mismo lo hacen Autonomías como La Rioja que vocaciona sus Vías Verde como “infraestructuras de comunicación de trazado continuo destinadas al tráfico no motorizado; proyectadas, acondicionadas o construidas para uso público con fines de promoción del ocio accesible en la naturaleza, del deporte seguro, culturales y de protección del medio ambiente”

Sin olvidar Galicia que declara con relación al Camino de Santiago como un “camino” un sendero peatonal; este uso peatonal será compatible con su utilización como vía ecuestre o como vía para vehículos sin motor”.

Está claro que la cuestión de la cohabitación es un tema cultural de respeto y de planificación, pues por mucho que haya de las dos primeras cuestiones, poco se podrá hacer si nos empeñamos en meter por estrechos senderos, con poca visibilidad y con fuertes pendientes en descenso, y frecuentados por senderistas , o son sendas o trochas dentro del viario peonil, y por ellas circulan bicicletas de montaña más allá del paseo matinal “suave”, es normal que se generen problemas, y más si nunca se avisa a unos y otros usuarios de que dichas infraestructuras son usadas por unos y por otros en el desarrollo de las actividades deportivas “más vivaces”.

A mi siempre me ha sorprendido que en Zona Zero, (Ainsa) no se avise a ciclistas y senderistas de que los senderos son ocupado por unos y por otros de forma indistinta, y no precisamente en el caso de los ciclistas para paseos matinales, y por ello me sorprende siempre que ruedo por algún Centro de BTT, que en las rutas Negras, digamos más técnicas y con tendencia a trazados por los senderos, no esté prohibido para senderistas el uso de tales infraestructuras.

Cuando hace años llegué al Centro de BTT de Le Bourboule , lo que primero me llamó la atención al enfrentarme al descenso Taillefer, es ver unos grandes carteles en los que se podía leer que tales senderos estaban prohibidos para paseantes o senderistas, ya que se estaba en un sendero técnico y con prácticas fuertes de la BTT como eran los descensos.
Esto se puede ver en muchas partes de Francia, y por ejemplo... sabiendo que ello es imposible de lograr, pues en algunos puntos se restringen los pasos o circulación de bicicletas (BTT/MTB) como pasa en algunos puntos de Chamonix.

Por tanto no es cuestión de fijar unos anchos determinados para la práctica ciclobiker para pasar o deja de pasar o convivir con otros usuarios, pues hay que fijarse también en los entornos a los senderos, si hay precipicios, y sobremanera también es bueno saber que no solo es el tema del peligro real a la hora de cruzarnos con senderistas, sino las percepciones que unos tienen sobre los otros.

Un ciclista puede bajar la mar de seguro por un sendero técnico, sin temor a que nada suceda pero hay que contar que puede causar una cierta inquietud entre los senderistas que perciben la cuestión como peligrosa real para ellos y para los propios ciclistas, si sucede algo extraño.
Es más nuestra propia equipación a veces innecesaria más allá de la competición, la cual nos da seguridad pues en ocasiones genera miedo porque ello conlleva velocidad..

Por lo demás la cohabitación y sus entornos, debe ser estudiada caso por caso, y afrontarla con respeto y tolerancia y máxime cuando nos enfrentamos, en el caso de los diseñadores a recorridos para btt o senderismo y estas actividades deben convivir con otros usos y usuarios. Al menos para obtener una cuestión esencial como es la confortabilidad de unos y otros, y por tanto no se puede meter en un GR que además es Camino de Santiago, en tramos sin visibilidad e estrechos, con “saltos” y berruecos para saltar pues los ciclobiker para que se “diviertan” en dichos territorios, eso está sucediendo en algunos recorridos del Parque Nacional del Guadarrama , y eso supone jugar con bombas de relojería que de explotar van en contra de la actividad ciclobiker, y sino al punto... ya veremos

Si embargo algo está cambiando a juzgar de la coherencia mostrada por el Grupo Enduro Astur  que pone el acento en las cuestione que estamos tratando

https://www.facebook.com/pages/EnduroAstur-BTT/191071844367042?fref=ts

Víctor Guerra

domingo, 12 de octubre de 2014

COMUNICADO DE ENDURO ASTUR



Con motivo de la competición que se celebrará en Tuña, y esa nueva corriente de interpretar que todo aquello que se cruza en los caminos es una trampa para ciclobikers, el GRUPO ENDURO ASTUR saca este comunicado que me parece interesante por el entendimiento que tiene del espacio rural, como no podía ser de otra manera, tal y como vengo explicando este Blog.

COMUNICADO DE ENDURO ASTUR . COMPETICIÓN DE TUÑA


La publicación de los tramos se hizo hoy viernes a las 12 de la mañana. El REGLAMENTO pone bien claro que una semana antes se hacen públicos los tramos, siendo el sábado de vísperas de la carrera, para los denominados "entrenamientos oficiales", cuando el trazado debe estar completamente definido y marcado. Esto viene dado por los comentarios que van apareciendo en distintas redes sociales.

Hemos leído comentarios sobre cables cruzados en algún camino, concretamente en el tc.3. También los hay en tc.2 y creemos necesario aclarar que SON CIERRES PARA EL GANADO, no trampas para decapitar a nadie ni intentar que no pasen las bicicletas como se ha llegado a decir. Es una zona ganadera donde en contadas ocasiones al año existe tránsito de gente por algún tipo de evento. 

El día de los ENTRENAMIENTOS OFICIALES y de la CARRERA todo estará correctamente preparado. Debemos entender que el monte es de todos y no se puede pretender desmontar todo el tinglado 15 días antes a los ganaderos, hay que reconocer los tramos con precaución, que lo mismo es un cierre para el ganado (en forma de pastor o de poste de madera) que un caballo o, peor aún, una persona caminando a la que podemos llevarnos pro delante. Por lo tanto, os pedimos un poco de cordura, ya que somos todos mayores de edad, y vamos a disfrutar de la última prueba del año.

Un saludo
ENDURO ASTUR

miércoles, 8 de octubre de 2014

BTT/MTB LA COHABITACION CON OTROS USOS y USUARIOS (1ª Entrega)

Utopía significa no rendirse a las cosas tal y como son y luchar por las cosas tal y como debieran ser. Claudio Magris


Foto del Kapitan Pedales


Uno de los temas más polémico, y que más recorrido tiene en el desarrollo de la utilización de infraestructuras viales,  es el uso de los caminos y senderos por parte de los ciclistas de montaña, es precisamente esta cuestión la que genera la problemática de la cohabitación entre los diferentes usos lúdicos deportivos en el medio natural.

Lo cual la posible  solución parece una cuestión de lógica y de sentido común, pero algo nos incapacita para encontrar las posibles soluciones a este problema, tal vez  como dice el refrán esas dos cuestiones que entran en juego,  como la lógica y sentido común, parecen escasear entre unos y otros usuarios a la hora de enfrentarse a esta cuestión de la cohabitación de usos, de la cual ya en los albores del nacimiento de la BTT años 80 se empezaron a sentir los primeros  síntomas  de  una forma incipiente… y hasta ahora con una mayor acentuación en las problemáticas, pese a las horas que se han dedicado a las posibles soluciones de esta problemática.

Ya en 1955 los Ciclo-muletier franceses empezaban a ver que su incipiente práctica , si hubiera una actividad intensa en cuanto a su práctica podía traer graves consecuencias.

La  Revista Cycloturisme de la FFCT se hacía eco de un artículo de  1983  Hervé Bustschell, un ingeniero de la Oficina Nacional de Bosques  de Francia, que expone como ciclomuletier y responsable público de los bosques os problemas que su práctica (ciclomuletade)  podría afectar a espacios  tan singulares como los bosques, ya que la cyclomuletade buscaba  “una comunión y una relación intensa  con la naturaleza, y no utilizarla de una forma instrumental”, tal y como ahora sucede que la naturaleza  es un medio, un proveedor de servicios".

Situemos el contexto de la situación espacial y social y sus partenaires,  para ver cuales son las problemáticas que se dan  para que este problema sea tan patente y tenga tal   presencia a lo largo  de los años y las circunstancias y aún no esté resuelto.

Por otro lado,  esta  larga introducción servirá también para situar de forma correcta al autor de este post y mi práctica betetista y la visión, y el respeto que  siento por el medio rural y explotación, ya que he conformado parte de él ejerciendo muchas y diversas labores: Guia de Montaña y BTT, defensor del Parque Nacional de Picos de Europa, diseñador de recorridos senderistas y ciclistas, etc

Ppor tanto desarrollaré   este trabajo basándome en mi experiencia personal, de unos casi 30 años de practica betetista y teniendo mi región: Asturias como referente de este conflicto de la cohabitación, aunque me son  conocidas  también dichas problemáticas por mi faceta de diseñador de recorridos fuera y dentro de Asturias y formador en los temas educacionales de Mountain Bike.

PASTORES, GANADEROS y  LOS OTROS…

Los primeros señores en ocupar  los espacios rurales, aparte de los ganados salvajes o domésticos, fueron los pastores y ganaderos, amén del resto de los autóctonos del medio rural que aparte de la competencia con las alimañas, digamos que no tenían muchos problemas de cohabitación, más allá de los que originó La Mesta con el paso de ganados por los predios de otros, o los colindantes… o las conversión de las brañas y majadas en pueblos… y la industrialización ...pero eso ya queda muy atrás,  aunque la base del conflicto de la  cohabitación en los pastos y caminos entre autóctonos y "usuarios" parece haber quedado impregnado en nuestros genes.

Sin embargo todos estos habitantes autóctonos que mantenían el "status quo» del medio natural y su parte central de ellos mismo en ese entorno  empezarán a ver como sus predios irían siendo colonizados sobre manera en períodos de entresiglos, por nuevos “colonizadores” como fueron los llamados movimientos alpinistas, luego  vinieron los montañeros y  finalmente los senderistas, y al final de toda esta cadena los "usuarios o consumidores del entorno natural en el cual se  situarán  los turistas.

Todos ellos fueron necesitando de más espacio  lo cual fueron ganando casi siempre de espaldas a la cultura pastoril y ganadera,  la cual además entrará en conflicto por la aquiescencia de la cultura política que por ejemplo permitió entre otras cosas  la explotación de ese espacio por imperiosas necesidades socio-económicas,  por ejemplo las actividades geomineras, o  de otro tipo como más modernas como las acciones  conservacionistas de todo tipo, color y tamaño, y  como dice Jaime Izquierdo en su buen libro : Marqueses, funcionarios, políticos y pastores, "todos ellos utilizando códigos y conductas ajenas al medio rural."

Pero aunque no siempre hubo mucho respeto por parte de los nuevos colonizadores digamos los “otros”,  o sea los visitantes, excursionistas, alpinistas, montañeros, ingenieros etc..,  digamos que éstos no suponían  un gran estorbo para el medio rural,  aunque lo modificaran, pero también no deja de ser cierto que tal cuestión traía consigo un gran  hándicap como era el que estos nuevos usuarios enriquecían,  en parte, las frágiles economías agroganaderas, las cuales seguían construyendo y manteniendo un tanto ya deficitariamente, por ejemplo, los caminos y sendas, realizados  a medida de sus necesidades pastoriles, económicas y de relación social tan necesaria entre gentes y pueblos, y que ahora pues todo ello es utilizado por los nuevos colonizadores, una vez se ha dado un  cierto semiabandono, y no mediando conservación ni mantenimiento de tales infraestructuras, cuyo ejemplo de impacto puede verse muy bien en el desarrollo de los quads, en las espacios turistico-montañosos.

Cuando en épocas ya muy recientes hace aparición el senderismo, haciendo que los usos “alpinos” o montañeros no solo bajen de cota, sino que logran que tales actividades se popularicen y hasta  lograr hacerlas "universales” así como los espacios que ya son parte del bagaje para uso y disfrute de los nuevos visitantes, lo cual deviene en su profusión las singularidades directrices de los “políticos y marqueses” que hacen del espacio rural un medio económico en general muy estructurado a su antojo y capricho  configurando todo un nuevo mapa rural en forma de “espacios ecológicos", "espacios protegido"s, parques nacionales  o regionales" etc.., 

Desde este preciso momento la problemática de la cohabitación se dispara por la invasión de usos y "usuarios"  y sobremanera por la escasa cultura de la cohabitación  y la poca tolerancia entre unos y otros, unos que se sienten invadidos una vez más, y otros que sienten que tiene derechos, porque pagan o por que son españoles… y ya se sabe "España es de los españoles..";  las razones son varias y variadas, aunque siempre ha habido colectivos y personas que se ha acercado al medio rural con respeto y un cierto cuidado.

A DONDE QUIERO IR A PARAR….

A que las aldeas y pueblos tuvieron que lidiar con todos estos “colonizadores” de un espacio hecho a medida del autóctono y sus necesidades, y  ahora este autóctono  ve y siente como ese espacio de sonidos, de experiencia vital , social y económica o sea integración entre “pastos, pastores paisaje y paisanaje”, dicha simbiosis es alterada y colonizada por novedosos usos, y ya no estamos en la España decimonónica donde todo se admitía, ahora estamos en otra época .., y sobre todo ante  otras concepciones del espacio y sus aprovechamientos y sus defensa.

Los nuevos colonizadores llamados  senderistas,   o turistas en general, son  atraídos por esa  llamada del disfrute del “territorio antropocéntrico” , lo que no es malo en principio salvo por la masificación  pero su “stauo quo”  es lo lúdico, lo cual se puede decir que a nivel ambiental es "suave"  pues no impactan en el territorio de una manera determinante ya que su consideración conlleva el ejercicio de actividades suaves o blandas como el caminar o el senderismo, aunque no hay que olvidar que más  allá de estas actividades está también otro factor como  la masificación,  y la alteración que ello produce en las culturas autóctonas, que no es poco,  ni menor,  y que empieza a ser estudiado de una forma profunda, pero la reflexión en este artículo es otra, ante esa invasión y semi-destrucción  empiezan a revelarse los moradores de estos predios y paisajes con muy diversas reacciones.

Esto aquí a donde quiero llegar, a la invasión de los ámbitos rurales y naturales , y sobre todo  sobre  todo por la ocupación  de los espacios de de sierra y montaña  aún más frágiles los cuales empiezan a masificarse  con un cierto intenivismo  imperante por parte de estos nuevos moradores estivales y sus actividades, en la práctica del senderismo y el montañismo, que con el abandono  de la estructuras agro- ganaderas por los autóctonos,  hacen suyos los caminos y sendas,  vocacionando  estas  infraestructuras viales para nuevos usos. 

 Desarrollando estos colectivos senderistas y montañeros toda una cultura del marcaje y aparcelamiento de los caminos y sendas, a modo de PRs o GRs, que en principio fue moderada y más o menos cooperante con las culturas autóctonas protagonistas y hacedores y  como no mantenedores de la infraestructura vial y caminera, pero los nuevos copropietarios  terminarán captando recursos para  constituir mediante la utilización política la práctica senderista para hacer de todo ello un “producto turístico” en lo cual ahondará con toda pujanza la teocracia ambiental que facilitará y fomentará un desarrollo sin parangón y sin mucha planificación, facilitando causísticas varias.

DONDE ESTAMOS LOS CICLOMONTAÑEROS EN TODO ESTE CONTEXTO

La cultura lúdica de la que hablo pronto dejó paso a  la aparición de nuevas concepciones y búsqueda de sensaciones de carácter  más deportivo, y por tanto haciendo patente su presencia en  estos delicados espacios rurales, la tendencia de algunas de estas nuevas actividades más "deportivas" que lúdicas, con acentuadas inclinaciones hacia consideraciones más “adrenalinicas”, haciendo del deporte juego  y  diversión a la que que se ha ido convirtiendo este espacio  y de los caminos  en un escenario  y telón de fondo para el desarrollo estético de esta nueva concepción deportiva de fuerza y  deporte adrenalitico

En los albures de los años 80 se dío en España el nacimiento de la BTT o MTB que tuvo dos orígenes. Por un lado el parto que venía del mundo de surf, y el otro que vino de la mano de los montañeros, estos últimos nos  servimos dela bici como una forma  de redescubrir el medio rural, bien sea de montaña o de valle, y los largos recorridos ya muy  conocidos por nosotros como montañeros, fueron escenario de nuestras primeras rutas ciclomontañeras.

Los primeros, o sea los surferos quedaron fijados sus ámbitos de acción a los entornos urbanos, con  a rutas semi urbanas  con o sin instalaciones más o menos naturales  o artificiales en esos mismos entornos, es cuando podemos localizar los primeros desmontes para lograr los primeros descesnos ciclobikers, dando comienzo  de este modo a una actuación sobre dichos espacios rurales,  ajena a toda reglamentación y planificación, haciendo suyos territorios semiabandonados para convertirlos de este modo en sus campos de entreno o pruebas deportivas. I ejemplos hay uno y mil, en Asturias tenemos varios.

En este caso en Asturias hay tres casos sintomáticos que además corresponden a tres épocas distintas , por un lado las intervenciones en Deva, las del Naranco y por último las de Grado, amén de otras cuantas, eso sí llevadas o explotadas algunas de ellas en este momento por otro tipo de colectivos ciclobikers alejados de los primigenios perfiles que  desarrollaron estas instalaciones, tanto surferos como montañeros, digamos que hay como una nueva implantación de cultura eminentemente ciclista en el medio natural.

Hoy empezamos a recoger parte de esa cosecha con los encontronazos existentes con otros colectivos, como senderistas, ganaderos .. etc..,  tal y como se está dejando sentir en algunas partes de nuestra geografía, lo cual se quiere resolver a base de las filosofías del tardofranquismo más burocrático y conservacionista, imponiendo los modelos al uso bien desde los PRUG y los Patronatos de Gestión de los espacios protegidos, o discutiendo el hecho de la presencia en planos de derechos e igualdad, frente a los autóctonos.

El otro colectivo que extendió su practica entre la acción lúdica y deportiva, fue el de lo montañeros, reconvertidos en ciclomontañeros, los cuales pronto vieron que los antiguos caminos ganaderos podían ser recorridos a modo de la  “ciclomuletade” francesa, lo cual conllevaba de antemano no salirse de los caminos y sendas , no importando los porteos de  las bicicletas para el disfrute del medio, y satisfaciéndose con la contemplación del medio y esfuerzo y el dominio de la btt.

Esto conllevó que los escenarios de la practica ciclo lúdica-deportiva, bien fuese por la idiosincrasia de sus participantes, o por la atracción de los escenarios un tanto restringidos, por la cota de altitud , o por el conocimiento geográfico que había que tener de las zonas,  o la dificultad de accesos y acercamientos etc, hacía que la presencia betetista fuera más bien restringida  y minoritaria, y por tanto se convivía bastante bien con el colectivo montañero e incluso el ganadero, que en líenas generales  no se sentía demasiado invadido por esta novedosa prácticas lúdico-deportivas en los espacios que les eran tradicionales.

Hay que tener en cuenta que tampoco había una gran masa practicante en los medios urbanos, y cuando esta llegó a su cénit, tras comprobar que el deporte de la bicicleta de montaña era demasiado duro, pronto la practica decayó y por tanto no hubo excesivos problemas de convivencia más allá de los puntuales problemas  en distintas zonas, aunque no sean comparables estos escenarios  de provincias  por ejemplo al de la Comunidad de Madrid.

LA UNIVERSALIZACION DE LA PRACTICA CICLOBIKER

Esta convivencia entre unos y otros no había sido muy connatural pero  fue sobrellevada bastante bien, los territorios eran grandes y la diversidad de caminos y sendas también  y como la práctica de la BTT/MTB estaba más bien orientada al excursionismo y disfrute lúdico-deportivo era raro que nos encontrásemos enfrentados en territorios comprometidos por temas como dificultad o estrechez  de las sendas; aunque esa realidad en zonas como Madrid, tenía y tiene, otras consideraciones dado el gran peso poblacional del colectivo practicante que fuera de las grandes extensiones de las dehesas con sus Vías Pecuarias en las cuales no hay casi conflicto, lo cual no nos puede ocultar el atractivo que despierta para un desarrollo más “extremo” de las actividades  ludico-deportivas en la Sierra Norte  y Oeste de Madrid, las cuales sufren desde el principio desde la  presión de la práctica del montañismo-senderismo, en parte soportadas por los autóctonos...,  a lo que hay que sumar actividades desaparecidas por duras reglamentaciones, como el quad..  y también ahora mismo  la presencia de la btt …, 

Y esa presencia fue en momento importante y trajo problemas.., allá en los años 80-90 se ha de recordar, que por ejemplo, el Camino Schmit (Madrid) estuvo cerrado durante años por un atropello de un montañero por parte de ciclista de montaña.

El colectivo montañero, como ya he dicho, desde antiguo hizo suyos los caminos, los limpió, marcó y trabajó en su recuperación y convivió en cierto modo con las culturas autóctonas en tanto que estas  eran marcos referenciales de una sapiencia particular sobre toponimia, parajes y paisajes, en general cuestiones muy apreciada por la cultura montañera.

Con la llegada del senderismo, la practica bajó de cota y buscó caminos más fáciles y “universales” y la administración pública conservacionista del espacio rural facilitó tal extensión y disfrute de las infraestructuras  haciendo nacer unn cierto sentido de propiedad de estas infraestructuras por parte de los colectivos senderistas al mediar por otra parte un cierto abandono por parte de los colectivos agro-ganaderos; por otro lado siempre ha habido parte un cierto otorgamiento de  prioridad en el uso de estos caminos y sendas a las culturas camineras, por lo cual podemos decir que la cultura de la cohabitación era una premisa no escrita, pero que estaba ahí, y aunque esta presencia de usos en el mismo espacio causaba ciertos enfrentamientos o choques...,  la sangre  nunca llegaba al río.

Los delicados problemas de la cohabitación han empezado de nuevo a denotarse con el aumento y presión del colectivo ciclo biker, que proviene más bien de una cultura urbana y ciclista. la cual ocupa territorio sin más,  dicho colectivo, biodiverso y plural,  parte de varias cuestiones que empiezan a estar presentes en la práctica de dicho deporte como son  la  masificación por un lado.., junto con las sensaciones que en parte se persiguen  con dicho disfrute como son la explosión de la  adrenalina en espacios escenarios  y en algunos de ellos "conquistados" para el  en uso y disfrute de determinadas prácticas deportivas o eventos festivo-lúdicos-deportivos, a lo cual hay que unir en algunos de estos colectivos, de forma paradójica, cierta  indolencia por el territorio y los impactos que sobre ellos se pueda causar.

Dichos problemas se denotan sobre todo en aquellos espacios que ya de por sí son frágiles y comprometidos, los cuales bien por su dificultad técnica o bien por su estrechez,  hace que los potenciales conflictos se agranden y se generalicen, aunque últimamente los choques del colectivo ciclobiker empiezan a extenderse también con otros colectivos como son  los agro-ganaderos,o las explotaciones maderistas..etc, en parte porque también  por un lado un déficit de gestión publica del territorio , y frente a ello la tenemos la ocupación por  las actividades ciclomonatañeras, o bikers con la instalación  de equipamientos, o circuitos de uso y disfrute sin consentimiento de los propietarios  y su expansión y presencia en el territorio un tanto sin control

Ante esta ya delicada situación se han dado casos  que han venido complicar más la situación como es en parte  la presencia de los Centros de BTT, que unas veces han sido determinantes para la correcta ejecución de la practica deportiva de la BTT y su ordenación  en el medio natural, pero en otras ocasiones, diversos recorridos o Centros  han venido a acentuar aún más la problemática de la cohabitación o convivencia entre usos y usuarios, al marcar o usar sendas ya muy comprometidas en el uso y extensión de la posible  cohabitación, que no es posible dados los anchos y presencia por ejemplo de senderistas..

Por ejemplo en mi visita al Centro de BTT Zona Zero, eché de menos y así lo expresé en un  largo artículo la falta de advertencia  tanto en  folletos como en las  señalizaciones ,tanto  para unos como para  otros,   presencia de senderistas y ciclistas,  en los estrechos senderos “float”, 

Puedo decir que en toda ZONA ZERO  no había  un solo cartel anunciando o advirtiendo  a uno y a otro tipo de usuarios de la presencia de bicis o senderistas.

Y eso mismo lo estoy viendo casi a diario en el Parque Nacional del Guadarrama donde el IMBA no se corta un pelo de marcar sendas con sus características placas, sabiendo de antemano que dada la estrechez del sendero y  lo ancho de nuestros manillares, y lo imponente que puede ser en ocasiones nuestra presencia con grandes bicicletas, protecciones etc..por lo cual generamos cierto miedo o angustia en senderos de muy poca visibilidad, y en vez de buscar variantes .. nos empeñamos en marcar senderos que tienen comprometida su cohabitación, y eso lo hace una organización que tiene como lema la cohabitación.

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Hay que tener en cuenta  que la nueva explosión técnica,  y de uso masivo del BTT/MTB en algunos entornos y en sus diferentes modalidades  hace que los recorridos que antes estaban vedados a nuestra practica deportiva, un tanto tranquila en parte por un déficit técnico del ciclobiker,   hoy pueda ser todo ello  suplido por la biomecánica de nuestras bicicletas  que se lo “tragan todo” ,  y por  tanto aquellos senderos por los cuales solo transitaban los senderistas o montañeros ,y muy escasos y avezados ciclomontañeros, hoy son hollados por una gran caterva de ciclobikers que sienten el espacio natural y montañero  como suyo y en el  mismo plano de igualdad que el resto de  los usuarios, por tanto no sé corta un pimiento, ni auto se limita en su desarrollo, y la prueba la tenemos día a día en Yotube, lo último es lo  de Wilder Kaiser

Es una cultura ciclista muy ajena  y de espaldas al medio natural.

Recuerdo como anécdota que cuando yo recriminaba a cierto “endureros” sus innecesarios derrapajes dado el impacto y abrasión que esto ocasionaba  sobre el terreno, estos me decían entre sornas que lo único que hacían era amontonar tierra de una lado a otros; amén del uso que se hace del espacio privado y semipúblico sin permisos para crear espacios de entreno o competición.

Estas nuevas demandas en la búsqueda de sensaciones, de nuevos vértigos y desafíos  han  hecho que una parte de los ciclo biker suban a más altitud  buscando más desnivel y dificultad, generando  a la vez más problemáticas e impactos, y hasta posibles problemas de cohabitación o rechazo,  aunque no medien aún significados conflictos , pero los medios montañeros no ven con buenos ojos ese querer subir cada vez más arriba, y por tanto se quejan y ejercen presión, ya que luego todos nos vamos a encontrar en las partes bajas de los recorridos, generando aún más presión y conflicto… no trato de satanizar a colectivos o personas,  sino de reflexionar a calzón quitado sobre los que se está dando en el medio natural y los colectivos ciclistas desde mi particular visión como betetista.

Continuará próximo Miércoles con: Parámetros para la cohabitación y que hace  el resto de Europa con estos temas…?

Víctor Guerra

jueves, 2 de octubre de 2014

POR LA CORDILLERA CANTABRICA 2014 CON ASTURCON BTT.

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No soy especialmente un maníaco de los aniversarios, o de persistir año tras año en alguna convocatoria biker por aquello de acumular presencias, mi espíritu me llama más por la senda de las novedades tanto ciclísticas como paisajísticas, y ese es el motivo por el cual durante algunas convocatorias de la Travesía de la Cordillera Cantábrica que cada año monta el club que fundé junto con otros hace 25 años. Asturcón BTT.

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Y esta convocatoria tenía dos ingredientes importantes, por un lado asistir a un evento que cumple sus 25 años, y por otro rodar por latitudes que son escenario de mi ámbito profesional como es el Concejo de Aller y los Anillos Ciclistas de la Montaña Central de Asturias. Ingredientes más que suficientes para acudir a la cita.

Y así fue como el día 6 de Septiembre, antes de partir para Madrid al diseño del recorrido de CICLAMADRID, me presenté en La Raya (Puerto de San Isidro) para acometer la primera ruta de esta 25 Edición de la Travesía, con una distancia de 62 km y un nivel de ascenso acumulado de 1.800 mts.

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Siempre me ha gustado esta prueba, pues a pesar del tiempo que pasa sigue guardando las esencias betetistas de siempre y eso se nota hasta en la salida de la convocatoria, la cual es una fiesta de saludos entre unos y otros y un continuo pervivir de la organización para ir dando los últimos toques a la marcha, la gente no parece tener prisa por salir y se entretiene en las bromas y saludos para desespero de algún “pata pelada” con prisas de hacer crono, pero ya digo que son más bien escasos.

Se nota que han pasado los años, pues el relevo generacional no tanto entre la organización que también existe, en general siguen todos: Javier, los Hermanos Veneranda, mi viejo amigo Manuel Fernández, el incombustible Javier Gómez, el animoso César Lafuente, Nespral, el atento Chaves. Etc... y entre la plebe biker sí que veo cambios generacionales importantes, ya no están los omnipresentes corredores lusitanos de hace años ahora el deje galaico sigue presente pero en las personas de corredores galaicos que en esta ocasión ha sido mayoritario.

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Formado el pelotón salimos en grupeta tranquila hacia al Sureste, dando la espalda por unas horas a la región astur, discurriendo por senderos cómodos y en descenso los cuales van paralelos a la carretera que baja desde San Isidro hacia Puebla de Lillo. Una buena mañana sin mucho calor y que hace que nos despejemos en un pis-pas entre tanto sendero medio técnico que se adentra en la Sierra del Mampodre.

Cruzamos la carretera en Isoba para rodar del lado de la Peña San Justo que vemos en todo esplendor junto al famoso lago de Isoba, que algunos bikers se empeñan en llenar un poco más sacando la minga.

Desde Isoba al otro margen de la carretera por debajo del Pico La Granda el itinerario se cuelga de las laderas hasta concluir en los Prados de Fuente La Milla para de nuevo cruzar la carretera y entrar por debajo de la Peña el Águila, pero más en plano en Puebla de Lillo.
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Desde Lillo ya el panorama cambia, primero porque aparece el primer avituallamiento, Genial¡¡ para reponer fuerzas pues la verdad es que no me encuentro muy fuerte y en el siguiente tramo pues noto la flojedad, lo cual hace que pase a un tran-tran acompasado un tanto lento pero que me ayuda a superar la larga subida por cómodas pistas hasta ganar el alto Collado de Valporquero, desde Lillo ya dejamos el rumbo Sureste para subir hacia el citado collado rumbo Oeste.

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En las últimas rampas por cuestudas praderías que subimos a pie, con el bufido de caballos que les aprietan sus jinetes en un estúpido esfuerzo por magnificarse que hace que los animales sufran en exceso.

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Hago la subida prácticamente solo, pues la cuadrilla de BTT Asturias no se ha apuntado a la ruta, y el amigo Poldo sigue lesionado,  y casi que no conozco a nadie, aunque algunos bikers me acompañan durante algunos cientos de metros. Esta es la filosofía de la Travesía, por eso me gusta este primigenio aire bikero.

Cambiamos de valle y nos dejamos caer sin problemas hacia Villaverde de la Cuerna para empatar con la carretera del Curueño que sube hacia el Puerto de Vegarada. Este largo tramo que huye del asfalto nos va pasando factura, pese al largo descanso en el avituallamiento de Villaverde, donde el personal no parece tener prisa por salir a enfrentarse al resto de la ruta, aunque haya quien ya esté duchándose en Felechosa.

El tramo de subida a Vegarada, por los caminos de pastores trashumantes y Calzada Romana del Curueño, no es que sea dura, pero los sus recovecos, tramos técnicos y pequeños senderos nos van pasando factura en las piernas, con lo cual por mi parte a la altura del PK 25 me voy en busca de la carretera antes de que me afecten el cansancio a las piernas, por tanto subo despacio los 2 kilómetros que restan hasta el último avituallamiento, el de Vegarada.

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Este último avituallamiento suele ser un poco bullicioso, pues en él se quedan los que no tienen prisa y los controles de paso que van llegando poco a poco al último reagrupamiento, allí nos entrenemos además con la sidra y alguna delicatesen más y salimos pues digamos que el penúltimo grupeto, algunos se ha ido por la pista de Vegarada hacia Río Aller.

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Nosotros en grupo y jolgorio que montan el numeroso grupo gallego...... vamos poco a poco ganando primero el collado de Caniella para acometer como cada puede y entiende el Alto de Palmian, Ahora sí que viramos al Norte y damos cara a los parajes astures, pues en Palmián empieza la gran bajada hacia Felechosa, cuya estructura desconozco y espero por el bien de todos que no sea del tipo de las Hoces de Rio Pino.

Los primeros tramos son por pradería, empinada y senderos algo técnicos y medio colgados a los cuales algunos parecen tener miedo, nosotros, tanto yo como mi viejo amigo Dani del Aire, o Veneranda, vamos bajando por tramos viendo la tropa biker evolucionar. Por mi parte abro gas y me echo ladera abajo hacia los tramos más técnicos que aparecen cuando nos metemos en la masa boscosa, y donde las gente de Asturcón BTT hizo toda una labor de desbroce importante para unir tramos y hacerlos practicables, esto es un ejemplo más de cómo se puede hacer una ruta sin elementos artificiales.

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Los tramos de bosque son camino en plan cuneta, con algún que otro salto, que sin ser excesivo le dan un gradiente importante a la ruta, bajo disfrutando aunque con un cierto miedo pro aquellos que dejan caer sus trotonas de enduro hasta que frenen , y temo que sus caídas medio controladas me arrollen, paso de ellos y les dejo ir a su aire. Para poder disfrutar de la bajada técnica.

Un poco más abajo se enlaza con las Hoces de Rio Pino y ya aparecen los tramos de pendiente y con firmes de piedra que tanto impresionan al personal que cierra la ruta, por mi parte enfrento estos tramos como siempre disfrutando a tope de las reacciones de mi YETI ARC, que me permite con la horquilla Fox delantera, disfrutar de la ruta a tope en mi estilo y técnica y en la forma de entender el mundo de la BTT.

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Ha sido como siempre una buena experiencia, que recomiendo, y que he celebrado con mis viejos amigos y compañeros de Asturcón BTT a los cuales desde aquí les felicito por esta bella ruta y el gran trabajo hecho. Felicidades¡¡¡¡

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  • · Punto Salida: Puerto de San Isidro
  • · Punto de Llegada: Felechosa
  • · Puntos de Paso: Isoba-Puebla de Lillo-Villaverde de la Cuerna-Vegarada
  • · Km de la Ruta. 61 km
  • · Ascensión Acumulada: 1695 mts
  • · Descenso Acumulado:
  • · INDICE IBP. 139
Victor Guerra
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