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viernes, 15 de noviembre de 2019

Por tierras de Llanera y del Nora. Veredas de San Salvador


Punto de Salida y Llegada: Posada de LLanera

Puntos de Paso: Guyame- Centro Ecuestre el Asturcón-Folgueras-Ajuyán-Ladines- El Molinón-          Llineres-San Salvador de Severies
Longitud de la Ruta:  22 km.
Horario de la Ruta. 3 horas
Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 539 mts.
Participantes: Toño Cuervo, Sandra Alvarez, Javier Dolado, Josías Martinez, Victor Guerra.



Si el destino de la Veredas de San Salvador era Oviedo, como capital peregrina, también de ella partían caminos o acaso venían… Queda por saber tal cuestión y funcionalidad de estas trazas camineras que estaban salpicadas por jalones dedicados a la figura del San Salvador, o del Salvador, como proponía no hace mucho un canónigo de la Catedral de Oviedo.

   

En todo caso la ruta de esta semana parte del entorno de uno de esos singulares jalones, en este caso el correspondiente a Posada Llanera, de cuyo enclave parten varias propuestas senderistas y betetistas de cierto renombre que ya he reseñado en este blog.

En esta ocasión y con los tiempos tan revueltos, metidos en agua y nieve, y el personal un tanto arrugado por la posible llegada de diluvio universal, cambiamos el destino inicial que era Abándames, por esta otra zona, que para no repetir rutas, se optó por una ruta corta la cual se pudiese hacer en una mañana, y así fue como aparecimos en Posada de Llanera, para hacer  de paso una visita a los restos de lo que fue la antigua iglesia del Salvador, y rodar por las orillas del río Nora.

Sin muchos agobios, y tras un café tertuliano, fuimos preparándonos para acometer una ruta sencilla en longitud, altitud y dificultad, la cual parte del Ayuntamiento de Posada de Llanera, y que sin mucha encomienda nos fuimos por la carretera AS-240, bastante transitada, hacia el desvío de Guyame, lo cual se produce como a los 2 km de ruta.

Se cruza el vial para entrar a la izquierda, pasando por delante de una curiosa capilla, denominada ¿Capilla del Diablo?.


Es un nombre extraño para una capilla, aunque en las latitudes latinoamericanas parece algo más común dichos patronímicos. Aquí, estamos ante una modesta capilla de ladrillo, que parece que estaba bajo la advocación de San Antón, pero quiso el poder popular  que fuese conocida como “capilla del Diablu”, lo cual parece provenir dicha aserción  de un retablo que se hallaba en dicha capilla en el cual se representaba un « ser esquelético de sonrisa burlona y completamente rojo, con cadenas, identificado con el Diablo», de ahí dicha denominación.

Fuera como fuere, hoy no queda  otra cosa que un extraño edificio en la encrucijada de caminos, en la cual seguimos de frente hacia el centro social ecuestre “gabiniano” de El Asturcón, inaugurado en 1999, que de un presupuesto inicial de 2,4 millones pasó a  24 millones y que hoy se muere de soledad e inactividad tras su cierre hace unos tres o cuatro años.


La ruta pasa a su lado, dejando la instalación caballar a la derecha, y en suave subida ir hacia El Cantón, en cuyo cumbral todavía perviven algunas muestras señaléticas de aquella apuesta de D. Gabino, alcalde en aquellos tiempos de la ciudad de Oviedo. Nos vamos a la derecha hacia el Monte de la Vilorteras entrando ya en los predios más rurales, que nos presentan sus buenos firmes de tierra, que con el tema de El Asturcón todos estos predios camineros que eran auténticos barrizales, con la  apuesta municipal ecuestre, se vieron mejorados con los aportes ingentes de zahorras pues estas redes de caminos y sendas hasta la misma cumbre del Naranco conformaron parte de la actividad ecuestre, lo cual todavía hoy permite rodar de forma cómoda por dichos caminos.


Se nota que la zona está siendo medianamente utilizada por ciclistas de montaña, pues se ven huellas por las pistas y por las trochas que van por encima de Santa Olaya, y que nos llevan en cómodo ciclado a las puertas del pueblo de Folgueras de Abajo con 6km rodados. Le damos vuelta a las viejas escuelas del lugar y a una casona con hórreo que preside el enclave, y nos vamos por la OV-4 que va a Guindaloiro  y Ladines. No sin antes entretennos en la contemplación del plafón de los picos de Europa en toda su extensión y que ahora vemos completamente nevados. Agradecemos la natural balconada en cinemascope y seguimos ruta.


El personal va entretenido y pasa de desvíos, nada más doblar sobre la casa y el hórreo, la traza ciclomontañera se va en descenso, por la que me voy, y pronto el personal se viene detrás, hasta concluir en una ya conocida riega sin pontón, la cual se cruza a pelo para divertimento del personal, pues además de no llover parece que sale hasta el sol y hasta gusta de jugar a cruzar las riegas..

En este enclave nosotros nos fuimos al Norte hacia Guindaloiro, por fuertes repechos que nos obligó a bajarnos de la trotona e irnos a pie un buen rato, creo que lo mejor es hacerlo al revés, ir a buscar las orillas del río Nora o sea girar tras cruzar la riega a la derecha y luego ganar Ajuyán por el Alto de la Huerta.

Sea como fuera el santo se me fue a otras peculiaridades, y nos fuimos tras pasar la riega, camino adelante, tal vez hace años se subían estos repechines, pero ahora ello nos obliga a la mayoría a poner pie a tierra y tirar por los repechones hasta alcanzar el lugar de Guindaloiro (7,6 km), entroncando de nuevo con el asfalto que nos lleva hasta las puertas de Ladines, topónimo que se repite con bastante frecuencia en Asturias.

De nuevo a los queridos tramos de tierra, nada dejar atrás Ladines, (8,2) se toma el camino de la riega de Fonsagrada, por donde andaban apostados los cazadores de “gochos salvajes” esperando rifle en mano a  que las  realas de perros hicieran subir monte arriba a los suidos hasta sus propios pies. 

Pasamos por entre los puestos de la batida, desde ahora ya compartiremos durante bastante tiempo no solo espacios rurales, sino de papel, pues salimos juntos en el Suplemento de Campeones de La Nueva España.

Por nuestra parte seguimos hacia espacios más abiertos dejándoles en su larga espera sin que oigamos a los perros ladrar. Nuestro objetivo es ir a Ajuyán, desde cuyas latitudes contemplamos las laderas del Monte Naranco.


De la aldea e Ajuyán, parroquia de Brañes con 10, 2 km, nos vamos en descenso hasta un sorpresivo desvío que se abre a la derecha hacia el Monte Ayes, entrando de este modo en los recodos que va formando el río Nora. Este afluente del Nalón al que desemboca casi que, en San Pedro de Nora, todavía tiene que dar unas vueltas para verter sus aguas en el Nalón a la altura de Tahoces. Son conocidos sus famosos meandros.


Río que nace cerca de otro gran jalón de la peregrinatio, como es San Salvador de Boides ((Valdediós) y en las cercanías de dos singulares iglesias dedicadas a San Román y Santiago, sitas a la vera del “Camino de los Francos” y del Camino Jacobeo del Norte, a su paso por Sariego.

Por nuestra parte, seguimos el curso del Nora, cada este vez más cerca de nuestras ruedas gordas, y aunque los firmes “gabnianos” aún perduran, ya Toño Cuervo me avisa que el Nora va lleno, y que igual tenemos aún problema, pero no parece de momento indicado avisar al 112 en esta primera aproximación al famoso río Nora que flirtea con un montón de concejos a los cuales no parece querer abandonar por las vueltas y revueltas que da,  pues entre su nacimiento y desembocadura no hay más de 38 km. en línea recta y sin embargo según la CHN este tiene un recorrido que pasa de los 80 km.


De nuevo en el cruce de la riega en la que nos habíamos divertido un rato, ahora con unos 13, 2 km, tomamos el camino que va de frente, pegado al Nora, el cual va cargado de aguas que recoge en multitud de valles, y que al poco nos muestra lo que dice Toño, que el río se ha comido la traza caminera, y tal y como va de lleno como para andar jugando a cruzarlo, por tanto no damos la vuelta como nos aconseja el sr. Toño.


Muy al contrario nos internamos en el bosque por encima de la inundación, trasteando con ramas y trotonas, cuyo tramo salvamos en unos minutos, para salir a zonas mejores  que nos permiten entroncar al otro lado de la inundación y proseguir por la red de sendas camineras y fluviales que se articularon en su día con el tema de El Asturcón, y que ahora son toda una delicia para recorrerlas con calma a pesar de su abandono.


Una vuelta más, acompañando al Nora, hasta desembocar de nuevo ante la instalación ecuestre,  nos vamos ahora tras la indicaciones de Toño Cuervo que nos llevan a dejar atrás Guyame para virar a la derecha  y entrar por unos caminos que van por debajo del núcleo de Llineres, para salir a la carretera local que sube de Ables hacia el Alto el Merón, tras ganar el alto se cruza la AS-240 para ir al enclave que ha motivado esta ruta, y del cual casi nadie habla, y que es el lugar de Severies, en la parroquia de Rondiella, en cuyo enclave funerario se hallan los restos de lo que fue el antiguo emplazamiento de un templo del que hoy quedan unos restos, es de suponer que antes debió haber otro más antiguo, y que jalonaba el paso jacobeo  hacia o desde la villa del Adelantado: Avilés. 


Este jalón sagrado de Severies dedicado a la advocación del Salvador, debía ser uno de los faros radiantes de este trazado jacobeo.

Una breve visita y nos vamos  a  de forma directa a Posada que está a un tiro de piedra concluyendo el recorrido ante su Ayuntamiento, tras una mañana apacible,  para después darnos un merecido homenaje en el  bar del Madreñeru  en Cayés,  a base de callos  que parecen ser famosos, pero ya los comí mejores en La Manjoya, aunque la tortilla de merluza según el amigo Dolado estaba muy buena, para rematar una ruta sencilla y sin mucha kilometrada. 

© Victor Guerra

viernes, 24 de febrero de 2017

Ruteando en BTT por Siero y Sariego

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Punto de Salida y Llegada: Pola de Siero
  • · Puntos de Paso: Paseo Fluvial del Nora-Lieres- Alto de Riego Escrita-La Nozaleda- San Romám- Alto La Campa-Lluaria- Alto de la Fumarea
  • · Longitud de la Ruta: 40 km
  • · Horario de la Ruta. 4,30 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 928 mts.
  • · Participantes: Polchi- Luis Roza-Valentín Vega-Sandra Vigil, Álvaro Fernández y Toño Cuervo-Víctor Guerra y Angel Truébano
La crisis está haciendo furor en el medio biker, los desplazamientos largos ya no son asumibles, en tiempo y en dinero, y el recambio generacional está contribuyendo a que las nuevas incorporaciones, mucho más jóvenes, tengan compromisos familiares, y por tanto dispongan de menor tiempo, y sí a ello unimos la inclinación hacia la diversificación ciclomontañera.

Digamos que tenemos casi todos los ingredientes, para que los grupos vayan disminuyendo su presencia y número, y que las salidas estén muy focalizadas en torno a los lugares de residencia de cada uno, y por tanto que haya un menor compromiso a la hora de acudir, a una u otra actividad, dada la amplia panoplia de ofertas de rutas y Kedadas.

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Todo este rollo, viene a eso, que es difícil sacar rutas lejanas, o que haya un importante número de participantes en cada ruta, por tanto, conscientes de ello BTT ASTURIAS, ha reducido su radio de acción de presencias territoriales, sin que por ello renunciemos a campear con nuestras ruedas gordas por todo el territorio astur, pero no con la alegría de otras épocas.

Por eso, este fin de semana hemos convocado al personal que rueda bajo el paraguas de BTT ASTURIAS a un recorrido por un territorio poco hollado, al menos por los bikers de fuera de esas zonas, y la propuesta era rodar por los concejos de Siero y de Sariego, los cuales no son muy frecuentados por los bikers astures, y la prueba del algodón es Wikiloc, si ponemos Sariego en su buscador, nos saldrán las Etapas del Camino de Santiago, y poco más…


Conscientes de ese déficit, y teniendo la zona a mano, puesto que su centralidad es innegable, convocamos ante la Jirafa Loca en Pola de Siero, al personal a modo de punto de partida.
La asistencia a la ruta por una causa o por otra digamos que tampoco fue muy numerosa, pues el tiempo lluvioso dejó a algunas unidades de los habituales fuera de combate, aunque los hubo aguerridos y nuevos en eso de rodar con nosotros como Valentín, Sandra Toño o Álvaro, que allí se presentaron de corto como Sandra y Toño.y la recuperacion del amigo Truébano.

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Como en este país cada día se madruga menos, nos quedamos sin el café matutino, dado que la Jirafa no había llegado y viendo lo feo del tiempo, arrancamos por Bergueres en plan tranquilo para poder coger la pista fluvial del río Nora, que nos fue llevando en santa compaña, río adelante encajonados entre la riega y la autopista A-8.

Un ciclar matutino suave que pronto nos colocó ante la Depuradora de Traspando, que dejamos atrás paras seguir dirección Este hasta el enlace de Lieres, donde variamos algo el rumbo, girando un poco al Norte, para meternos por la traza urbana de Lieres, dirección a La Corte, para empezar un callejeo por carreteras locales (asfalto) hasta colocarnos en el altozano promontorio en cuya cima se sitúa la Capilla del Agua, punto de reposo para desde tal atalaya, hacer unas fotos y explicar parte del recorrido que íbamos a realizar por las cordales que cierran el valle sariegano.

Salimos desde la moderna capilla en dirección al núcleo de Reanes, pero antes de llegar nos desviamos a la izquierda por trazados de tierra, que ponto nos ponen en Alto de Riego Escrita, aquí nos valió la presencia de bikers lugareños como Álvaro, pues nuestra ruta iba por el Pico la Tabla hacia la quintana de La Nozaleda, y los nuevos amigos nos indicaron un recorrido alternativo que iba por el monte con algún que otro tramito interesante, por tanto, en Riego Escrita nos fuimos por la izquierda hacia la el lugar de la Peñuca.

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Se va girando a la derecha por la parte de abajo del monte, por caminos y sendas que por Urbán nos permiten llegar a las casas de La Tabierna, que se cruza para salir por otro sendero que vuelve a internarse en el monte, para concluir en La Nozaleda. Digamos que damos un bonito rodeo por la cara norteña del Pico de la Tabla.

En La Nozaleda, se sigue por camino de tierra dirección Norte, hasta desembocar en la carretera AS- 113, de Sariego-Villaviciosa, y lo hacemos a la altura de Moral, (PK16) aunque una vez pasado el río Nora, nos podemos ir a la derecha por un camino que nos evita salir a dicha carretera.

Pero como ya lo habíamos hecho, pues rodamos unos metros por la AS-113, para entrar en los predios del Camino de Santiago en dirección a Berros, pero antes de llegar a este poblamiento nos fuimos s por la derecha hacia El Rebollar, y por Granda entroncar con la carretera local SR-1 que nos permite llegar sin problema alguno al pueblo de San Román.

El objetivo ahora es alcanzar el Alto de la Campa, límite entre Sariego y Villaviciosa, y para ello esa ascensión se puede hacer por diversas variantes, la nuestra sigue el Camino de Santiago que sube desde San Román por la AS-357, pudiendo ver durante la subida la otra variante, la cual entraría por la vega donde nace el rio Nora, por Valvidares ascendiendo hasta la Forca de Arbezal. Nosotros entramos por asfalto al Alto de La Campa, lo cual nos permite tener una interesante vista sobre el valle, y parte del recorrido realizado.

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Ya en la Campa, se impuso otro descanso al pie de la «clausurada gasolinera» pues la apertura de la Autovía del Cantábrico, hizo que esta arteria de la AS-113 quedará poco menos que en desuso. En esa conversación estábamos, cuando la niebla y la llovizna hizo presencia, y lo que había sido un paseo, ahora se iba a poner más duro pues el agua arreciaba y el frio hacía sus primeros efectos.

Re emprendida la marcha, enfilamos por carretera local las rampas que nos dan acceso al pueblo de Lluearia, para de este modo cerrar el bucle por las cordales que separa los concejos de Sariego y Villaviciosa.

Al final del pueblo de Lluaria se sigue por la izquierda por una pista hormigonada que sube al Alto de Caballín, y ya más en plano se sigue por la Campera de las Cruces dejando a izquierda el camino que va La Carcabada, y a la derecha el que se echa abajo por Balloveru hacia Fabares.

Nuestra ruta sigue de frente, para cruzar por encima de los túneles de Fabares, que ni se ven ni se intuyen, y punto donde empieza nuestro calvario, pues la matarrasa maderista, ha dejado hecho un cristo el camino, y ello unido a la persistente lluvia, hace que nuestras ruedas gordas se entierren en la densa arcilla, y quedemos atascados por lo el barro que se pega a ellas impidiéndonos hasta empujarlas.

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En otras partes del camino, vemos y sufrimos las grandes destrozas sobre los firmes que atraviesan toda la zona, y que van desde el Llano de Cotorraso hasta el Campo de la Morena y la Campa de los Huesos, persistiendo en el rumbo hacia el Collado de la Fumarea. La pista presenta grandes desperfectos sobre los firmes, con rodaderas enormes, arrojamiento de malezas en el trazado para que la maquinaria pueda pasar, sin olvidar los inmensos charcales producidos por el paso de las grandes maquinarias y los pesos que estas arrastran.

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Tras una buena hora de empuje, y quitando a cada paso los pegotes de barro, llegamos al Collado de la Fumarea, y no preguntamos cómo es posible que se permitan la destroza ambiental que estamos viendo y sufriendo, y aunque haya un aval económico de por medio, para reparar estos daños, no puede ser que los caminos públicos lleguen a estos extremos, debe de haber medidas previsoras, pues si hubiera ahora un accidente en la Cordal de Peón, con un coche todo terreno no se podría entrar por la Fumarea.

Y ahí están, brazo sobre brazo, los servicios ambientales a la espera de la conclusión de los trabajos y reposición de los daños, pero mientras tanto los acuíferos se llenan de lodos, los manantiales se estropean, y ya no digamos los ríos, y los propios caminos.

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Es impactante ver el poco cariño que se tiene al patrimonio caminero rural, en estas dos últimas salidas en Grao y en Villaviciosa, hemos visto de todo, destrozas maderistas, cierres de caminos por alambradas, abandono de los trazados. Se desatiende lo que nuestros antecesores construyeron, sin ningún pesar. No se ve ni un mínimo atisbo de conservar tan rico patrimonio.

Ya en el Collado de la Fumarea, con una bajada intensa de la temperatura, y la lluvia pertinaz sobre nuestros bodys, nos echamos por carretera abajo, ahora por la AS-331, hasta el pueblo de La Rimada, donde viramos al rumbo Sur para bajar por Castañera hasta desembocar en El Castro, antes en la bajada nos topamos con gran cantera de Peña Careses, que sigue en activo.

En el Castro nos topamos con el viejo camino jacobita, que busca predios más ruaralizados y tranquilos, y tras rodar por ellos, volvemos a entroncar la AS-331 por la cual se rueda unos metros para entrar a la izquierda para retomar el sendero santiaguero. Un camino que bordea el Pico de Castiello y que permite nos acerquemos a la capilla de Nuestra Señora de la Bienvenida.

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Un tránsito entretenido, por camino y senda que nos permite ganar los entornos de Santa Cruz de Marcenado, no sin antes haber tenido alguna complicación técnica de conducción, pues los caminos no están en su mejor estado.

Las marcas santiagueras nos permiten seguir el trazado al igual que los pequeños reflectantes que se han colocado para una carrera nocturna, y ya en la parte alta del promontorio se enlaza con el carretil que nos mete directos a Pola Siero por la Subestación y las instalaciones de la piscina, para ir directos a la gasolinera para quitar tanto barro como llevamos pegado.


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Ruta interesante para aquellos que se estén iniciando en las lides ciclomontañeras.
Víctor Guerra

viernes, 10 de febrero de 2012

AL SON DE LOS MEANDROS DEL NORA

Punto de Inicio y de Partida: Lloriana
  • Puntos de Paso: Gallegos- Venta Escamplero- Rañeces- Tahoces- Premoño- Valduno-Bogues- Areces-Valsera
  • Longitud de la Ruta: 30 km
  • Desnivel Acumulado de Ascenso: 929 mts
    Desnivel Descenso Acumulado: 846 mts
Acudimos a la convocatoria del Club decano de la Bicicleta de Montaña: Asturcon BTT, y cuya ruta llevó uno de los mejores conocedores el pintor y ciclomontañero Ricardo Mojardín, de la zona, que es rodar por el Concejo de Las Regueras, sin tocar apenas el Concejo de Grao.

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Y allá nos fuimos antes de que nos arruinaran el fin siguiente fin de semana con tanto anuncio siberiano, que parecía iba a sepultarnos a todos bajo toneladas de nieve. Al final como siempre: que viene el lobo… y este nunca llega. Un día vendrá y se armará la marimorena. Lo cierto es que si un día llegan esas nevadas de antaño, que hoy vemos en estampas como esa que por ahí rueda del Puerto Pajares en trinchera, debido a la gran cantidad de nieve, nuestras autoridades nos mandaran hacer un bunker e invernar hasta el deshielo. Me hacía gracia estos días en la TV un Telediario sacando unos paisanos en un pueblo del norte de León, y cuyo comentarista sacaba un gran termómetro con los paisanos, enseñando que hacia 3 bajo cero. ¿Que pensarán estos paisanos? No habrán visto nevadas y congelarse durante semanas sus entornos. Pensarán que nos hemos vuelto todos locos.

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Volviendo al tema, final tras la convocatoria nos presentamos en el punto de concentración casi que unos 30 ciclistas, alguna vieja guardia de los años 90 que aún rueda, Jorge ALperi, Paco el Carcelero, Chaves, Cesar Lafuente…

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la idea es realizar un largo paseo mañanero aprovechando los últimos rayos de sol de la temporada, pues dice el refrán: que le Invierno no lo come el lobo. Salimos pues, desde la iglesia de Lloriana tomando el camino de Santiago, empezando con un descenso por medio de una rampa de hormigón, que pronto nos coloca al pie de la carretera AS- 232 , por la cual seguimos unos metros dirección a Gallegos que sobrepasamos tras cruzar el río Nora.

Una subida por la citada carretera que abandonamos por la derecha siguiendo las marcas del Camino Jacobita, tomando contacto con firmes más beteteros, para de nuevo virar hacia el Este, ante Casas Quintos para subir por los Arroxos arriba por un fuerte repechón que obliga al uso de la "paellera" camino de la Venta del Escamplero. Tan ocupados estamos que apenas si vemos ningún vestigio de la Guerra de Civil, y nadie hace un comentario de la leña que aquí se repartieron entre nacionales y republicanos.

En el alto Venta de Escamplero tomamos el camino del pueblo del mismo nombre en cuyas puertas lo dejamos para virar a la izquierda y meternos por un camino que busca la carretera de Rañeces. Son zonas fáciles que divierten y permiten hacer grupos e ir charlando amigablemente con las "viejas glorias". En la ruta se ve renovación gente joven y féminas, lo cual no es muy frecuente.

Una vez en Rañeces, entroncamos con la carretera que va hacía Tahoces, o sea, de nuevo viramos en esta ocasión hacia la derecha para desviarnos unos cientos de metros más adelante y acercarnos al mirador sobre las Hoces del Nora y el Cueto de Tahoces, Son impresionantes los efectos de la devastación que hace el agua, pule y pule las rocas hasta cavar estos inmensos valle en la caliza. Volvemos a la carretera y llegados a Tahoces, desviarnos a la izquierda dejando el asfalto y entrar hacia las Casas de Cimadevilla, contemplando vestigios etnográficos como las Quintanas astures.

 
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De la zona de Tahoces salimos por el camino que se acerca a las Muelas, y que nos deja ver en toda su extensión la Vega de Santa María. De nuevo se entronca con la carretera que habíamos dejado para ver la panera con adornos asturianistas , y nos vamos hacia Premoño donde optamos por tomar la carretera que dando un poco mas de vuelta nos acerca hasta Valduno, para ver el reciente descubrimiento arqueológico al pie de la Iglesia Parroquial de Santa Eulalia. O sea que hay que entrar hasta su zona de parquin y contemplar la maravilla de unas termas romanas.

Jugamos a las fotos con los anuncios de parquin de funeraria y nuestras trotonas, y de nuevo volvemos a la ruta carretera adelante hacia Paladín donde tomamos un desvío hacia Puerna, y sino me equivoco vemos un bello ejemplar de una panera ornamentada, para volver a tomar la ruta hacia Bolgues, caseríos del vulgo y viejos caserones de hijosdalgos asturianos del siglo XVII, tachonan esta ruta semicicloturista que nos ha propuesto Mojardín.
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Cerramos el bucle sobre el promontorio de Bolgues, para volver hacia el cruce de Paladín y en la zona de Puente y Cueto damos la espalda al río Nalón, para tomar en fuerte ascenso el carril que nos permite, no sin esfuerzo, llegar al pie de la aldea de Areces, un buen balcón sobre toda la zona. Hay un variante que no tomamos que desde la zona de la Fuente sale por la izquierda y se coloca en lo alto de la cordal de la Cabaña hasta llegar a las Casucas, casi que dando vista a la carretera AS 234, pero lo dejaremos para otra ocasión, y en Areces sin complicarnos mucho más pues nos podíamos liar la manta a la cabeza e ir hacia Lazana y bordeando el promontorio de la Cuesta para llegar a Ania.

Pero tomamos la carreterita que nos directamente a tal aldea pasando por el Alto de Ania y que no coloca en la aldea del mismo nombre, un pequeño desvío para visitar la cueva Oscura, entramos por el ramal en bicicleta hasta las mismas puertas de la cueva cerradas a acal y canto. Contemplamos en entorno duro de los habitantes de estas viejas tierras y retornamos a nuestra ruta tipo Verano Azul, retomando a la vez el Camino de Santiago entrando por la Rabaza, donde vemos su molino, llegando de este modo a la ermita de la Virgen de Fátima.

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De nuevo tramo de carretera que vamos comiendo a base de atajos para llegar a Taraniello y arribar al altozano de Valsera, todo ello por medio de subidas más o menos cortas que se van dejando notar en las piernas.

De este modo llegamos de nuevo a la Venta Escamplero, pero no repetimos camino, sino que una vez se toma la AS 233 nos vamos a la izquierda por la Chabola hacia La Berruga desembocando en el Quexo y ya por camino se vira hacia Gallegos, en plena AS-232, ahora si que repetimos camino, y todos vamos pensando en el repecho de Lloriana que es corto pero se hace duro tras tan molona ruta de cicloturismo.

Una vez coronado el repecho, la iglesia de Lloriana deja sentir su omnipresencia, y como no la hospitalidad de Ricardo Mojardín y su señora que nos convidan a sidra y tortilla, aunque dicen que la sidra ataca a la piernas, a mí y a mi viejo amigo Poldo nos da lo mismo pues me quedamos aquí, otros compañeros prosiguen ruta hasta el mismo Oviedo, que es una forma de alargar la ruta siguiendo el Camino de Santiago.


Textos y Fotos @ Víctor Guerra
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