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viernes, 31 de enero de 2020

Veredas de San Salvador por Tierras Carreñenses


  • Punto de Salida y Llegada: Candás
  • Puntos de Paso: Perán-Dormón-Albandi- El Empalme-Monte Areo-Güermo-Ambás-Arquiella
  • Longitud de la Ruta:  28 km
  • Horario de la Ruta: 4 horas
  • Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 470 mt
  •  Participantes:  Luz Fernández, Josías, Javier Paredes, Luis Roza, Albano Capezzali, Javier Riestra, José Ramón Natal, Victor Guerra y Juan Luis Piñera.
Las tierras de Carreño, también encierran su hito salvadoreño, el cual  hallamos en la parroquia de Perlora, un poco apartado  se encuentra la renovada iglesia dedica a San Salvador  lo cual nos está indicando que también en estas  tierras  costeras, con su particular finis terrae (Cabo Peñas) también fueron campo de atracción de los distintos peregrinos.




Bajo esta presencia salvadoreña articulamos un recorrido que nos ha de resultar interesante por varias razones, una ya citada, y la otra porque vamos a recorrer parte de los caminos jacobeos, pero no solo eso, sino que estaremos en presencia de otros trazados históricos o historicistas, unos dedicados a la siderurgia, y otros a la figura de Alas Clarín, o incluso a la aviación.


Estos y otros elementos como los paisajísticos o medioambientales son los diversos puntos de atracción que nos sirven para articular una ruta de bicicleta de montaña, bajo la peculiar visión de este grupo biker (BTT ASTURIAS)  el cual coordino desde hace más de 13 años.

Nos echamos al monte, tomando antes un café mañanero en el puerto de Candás, y tras ello ponemos rumbo Este, yendo por el bucólico paseo marítimo candasín  camino del enclave de Perán, desde cuyo punto nos acercamos a visitar la renovada iglesia de San Salvador de Perlora, que poco tiene que ver con un viejo hito salvadoreño, ya esta fue reconstruida en 1940 por el contratista Manuel Pérez, por efectos de la devastación de la Guerra Civil, luego  fue vuelta reformar en 1998,  por tanto ningún resto nos queda de aquella otra vieja construcción,

Ya que además el viejo templo y a la vez cenobio que se conocía ya desde el año 863,  cuya existencia  se desarrolló bajo la regla de San Benito, el  cual fue donado por la reina Urraca a San Salvador de Oviedo, pues resulta que el emplazamiento del monacato se supone que estaba en el promontorio donde hoy ocupa el camping de Perlora. 

Aunque de esos restos no queda nada salvo la reseña histórica.



Tal es el desastre del olvido histórico, que por ejemplo apenas sabemos que dichas propiedades pertenecíeron años más tarde a  la Abadía de Arbás, junto  con el puerto de Entrellusa, en el cual desde 1232 ya hay noticias de pesquería de ballenas, cuyas capturas  tanto se prodigaron por las costas asturianas.

Hablando de aguas y puertos, algún historiador ha comentado que por aquí recaló parte de una gran expedición de  cruzados, que iba camino de Santiago, y que por circunstancias varias, temporales y demás,  terminaron algunos de ellos desperdigados por los puertos asturianos.

Fuera como fuere, apenas hoy nadie nos habla de estas curiosidades, por tanto tras este  breve apunte historiográfico, seguimos hacia  el centro de la ciudad residencial de Perlora, da pena ver el estado en que se encuentra, lo cual  da idea de nuestra corta idea de la innovación, de las posibilidades del territorio y  de los equipamientos, pues han pasado años y ahí está muriéndose de risa.


Cruzamos la vía del FEVE, para subir por los repechos de la Estaquera hacia los grupos de casa  del Dormón  y Monte Morís,  que nos permite tener importantes vistas sobre la rasa costera y los acantilados de la zona.

Se sale a la vieja traza de la carretera AS-118, dejando de lado la reconstruida iglesia de Santiago de Albandi, emplazada en el barrio de la Rica, y que ha cambiado la imagen del Santiago matamoros, por un Santiago peregrino, lo cual nos devuelve a la idea de otros caminos jacobeos, fuera de los oficializados, una iglesia dedicada a Santiago, luego otra dedicada a San Salvador, eso no puede ser una casualidad.


Nosotros, seguimos a los nuestro, dar pedales  y en ello nos ponemos, para bajar por la vieja arteria del Alto Carrió, o sea la Cuesta Albandi  hasta desembocar en el enclave del Empalme.

Es temprano para unos callos y una botella de sida el bar de la zona, o sea que miramos con envidia el establecimiento, y cruzamos la AS-19 para  rodar por ella dirección a Gijón unos minutos para entrar en la  vaguada de la parroquia de Pervera, desde cuyo enclave apenas haber entrado en dicho valle  se toma a la izquierda un ramal por el cual se asciende mediante duros repechos por el lugar del Monte hacia el enclave del Monte Areo.


Se enlaza de este modo ya en lo alto de la sierra  con el marcaje del GR -100 Ruta de la Plata que cruza todo el Monte Areo, cuya traza no deja de ser la vieja cañada del Reguerón, y por cuyos predios y parajes se desarrolla el oficializado camino jacobeo.

Una vez en este entronque de caminos, se gira al Oeste, para cruzar todo el cumbral del Monte Areo, que si vamos más atrás nos hallamos en las mismas trochas por donde antes desfilaron las tropas romanas desde Lucus Asturum hacia  las famosas aras sextias del Cabo Torres,

Aunque para gustos hay colores, y por tanto hay quien pone en solfa la ubicación de las famosas aras sextianas, en la Campa de Torres, Para quien  guste de intensos debates históricos, aquí le dejo el enlace sobre la temática de tales emplazamientos


Continúa  la traza por las amplias pistas que cosen en cuadrículas el Monte Areo, siguiendo el GR-100 de la Ruta la Plata, por cuyos parajes no solo hay un montón de historia documental, sino que por esas extrañas tierras, sin apenas agua y agrestes como ellas solas, hay desperdigados un buen racimo de enterramientos neolíticos que se pueden visitar. además de que hubo en su tiempo ventas y algún que otro enclave religioso, de lo cual no queda nada, salvo algunas anotaciones como la muerte de un peregrino o corraxo (transeúntes pobres, o sea mendigos, como uno de Salas, de nombre Perdro Solis  que dejo su alma en  1740  por estas merindades.

 El GR-100 se echa hacia el valle de Serín por la bajada que presenta el paradójico lugar del Caminllanu, nosotros sin embargo dejamos la invitación de lado, y persistimos en el rumbo Oeste, rodando por el cumbral adelante, pasando por unos caminos totalmente encharcados, por cuyas cajas pantanosas rodamos como podemos, hasta dejarnos caer por la vertiente Este del cumbral de Areo, para desembocar en uno de los barrios de la desperdigada aldea de Güermo, y ya por asfalto llegar a la iglesia de Santiago de Ambás.

Lo cual me lleva a pensar si el camino jacobeo del Monte Areo  no vendría  más bajo, os ea desde Pervera, cruzando a  la vega de Guimarán  y pasar a Ambás  hacia el Tabaza. Salbo que el río Aboño viniera muy alto y fuera mejor subir por el Monte Areo. lo cierto es que se abren muchas hipótesis., 

Eso sí, llega la hora de reponer fuerzas y por cuyo motivo nos detenemos unos minutos para reconfortarnos a techo, pues el agua nos persigue, por tanto nos ponemos a cubierto en el manantial lavadero de Hüermo  o Güermo, cuya data se conoce desde 1872, y de cuyos caños mana un buen chorro de agua.

Tras ello nos vamos valle abajo para rodar unos minutos por otra de las sendas clásicas de esta zona como es la Vía del Estratégico, un trazado ferroviario por el cual se llevaban las coladas de las acerías entre Avilés y Gijón.

Para llevar a cabo tal cosa se cruza parte de la la amplia vega de la parroquia de Guimarán, en cuyos predios hoy se han convertido en una extraña senda peatonal y ciclista, y en cuya inmediaciones  antaño hubo un antiguo campo de aviación republicano.


Pero nuestra ruta da la espalda a tal emplazamiento para subir por el carril de la CE-5  y cruzar de este modo  hacia la otra arteria la que divide de Este a Oeste el valle Logrezana y Guimarán, o sea la carretera que va desde Gijón a Trasona, la AS- 19, la cual se ha de cruzar con cierto cuidado, dada la velocidad del tráfico, ante estas imponentes rectas de Guimarán.

Al otro lado de la carretera viejas casonas hidalgas y como no, la hermosa edificación denominada Quinta de Clarin, ubicada en el barrio de la Rebollada. Aquí pasó largas temporadas veraniegas, el escritor de La Regenta Leopoldo Alas “Clarín”, con cuyo bisnieto, Leopoldo Tolivar Alas, tuve el honor de presentar no hace mucho, mi libro La Masonería en Oviedo.


Bordeamos la casona clariniana, visitando  de paso otra fuente, en este caso la de Cellero, con lavadero, esclaradero y abrevadero,  que viene reflejada en algunas obras de Clarín.

En esta misma zona había antes un viejo camino, pero ahora ya no existe, ante lo cual  lo que hacemos es bordear por debajo de la citada Quinta, para subirnos a otra cumbral mediante el seguimiento de las rutas clarinianas,  y ya por la Loma de la Cortina ir al Noreste  hacia el lugar de Pinzales.

La idea era bajar hacia la hondonada de Campamal, para seguir contemplando la sucesión de hórreos y paneras que presenta la zona, pero la climatología se impuso con una terrible tormenta de agua, lo que nos impuso la única alternativa, seguir de frente, hacia el Noreste y seguir  la carretera C-3 para bajar por Rodiles y la Pedrera de nuevo hacia  Perán, cerrando de este modo una bella ruta sin muchas pretensiones por los predios carreñenses donde se levanta un input dedicado a las Veredas de San Salvador.


Vereda que irá a buscar, no se sabe bien el trayecto, pero sí que sabemos que Candás tuvo un nutrido hospital y muchos fallecimientos, como recoge el libro de difuntos.

MªJosefa  Sanz nos habla de un camino el cual los romeros tomarían  pasando el río Aboño en barca y siguiendo el Camino Real de Gijón a Candás, y en ese sentido no sé sin con barca o sin ella, o tan pegados  a la costa el hecho de que en Albandi hubiera una iglesia dedicada a Santiago y luego un San Salvador, que la historiadora menciona, nos hacer ver que había más caminos para seguir hacia Santiago o hacia San Salvador de Oviedo, pero a buen seguro que iría por la costa adelante hacia el resto de emplazamientos salvadoreños ubicados en Belén, en Piñera, o en Tol..

Enhebrando así mismo y de forma paralelo la traza jacobea de la Costa.  


·         TRACK DE LA RUTA WIKILOC
© Victor Guerra

viernes, 5 de octubre de 2018

· Rodando entre Hórreos y Dólmenes de Carreño

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  • · Punto de Salida y Llegada: El Empalme (Carreño)
  • · Puntos de Paso: Manzaneda-Cespedera-Prendes- El Cabo-Pinzales-El Monte-Logrezana-Ambás-Güerno-Monte Areo-Melendreras-Poago-Valle
  • · Longitud de la Ruta: 34 Km.
  • · Horario de la Ruta. 3 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 817 mts. de altitud
  • · Participantes: José Ramón Natal- Albano Capezzali y Victor Guerra
Empezamos la temporada con rutas beteteras y en esta ocasión que mejor que hacerlo a través del territorio carreñense, y parte de las rutas clarinianas, tomando como referencia y punto de partida el enclave de El Empalme.

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Ruta tranquila en la cual iremos encadenando carreteras locales y caminos desde la cordal clariniana de Logrezana para entrar en amplias pistas y senderos ya colocados en la mítica sierra plana de Monte Areo.

Se parte de El Empalme, enclave que reparte flujos camineros hacia Candás por la cuesta de Carrió, hacia Avilés, o hacia Gijón. En este punto arranca nuestra ruta con la precaución de los giros y las rotondas, pues no en vano se debe coger la carretera CE-6 que cruza las parroquias de Guimarán y El Valle.

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Una carretera estrecha que entra desde La Vega dirección Oeste, dejando la AS-19. Por ella se rueda unos 3 km. dejando de lado el poder entrar a la ruta del Estratégico, que ya hemos realizado alguna otra vez. 

Tras esta rodadura ya en lo alto de Cespedera, parroquia de Guimarán, se deja el eje asfaltado de la CE-6 para virar a la derecha para dejarnos caer en el subvalle que cruza la vía del Estratégico, y que nosotros pasaremos por encima de dicha vía, cruzando as u vez la riega de Pervera para subir por una retorcida senda, ante la cual al llegar a camino más amplio se gira a la derecha para dirigirnos a la Torre de Prendes, tras lo cual se baja a la AS-19 que se cruza con sumo cuidado virando al Oeste, hasta el restaurante Casa Gerardo.

Frente a Casa Gerardo se abre una empinada carretera , la CE-3 que va hacia el Monte Calera, y que dejaremos poco después de empezar la rompiente para virar en El Cabo, para visitar la fuente manantial del Guëyu, tras esto se sigue camino arriba que sin desvío alguno nos devuelve a la citada carretera , teniendo que seguir por ella unos metros, para desviarnos a la izquierda en Arquiella y tomar un carretil asfaltado que pasa por las casas de Pinzales

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Hasta este punto si somos observadores y lo nuestros es algo más que pedalear que el territorio nos ofrece un interesante conjunto de hórreos y paneras, de buen tamaño, conformación y conservación, algo que veremos durante todo el tiempo que estemos en estos valles carreñenses.

Entramos de este modo en uno de los tramos de las Rutas Clarinianas, en concreto la dedicada al Viaje Redondo, son zonas de gran belleza que se encadena a lo largo del Monte La Cortina, con prados de pasto y siega que son surcado por carretiles asfaltados que nos muestran esa belleza rural expresada en los hórreos y paneras. Se entra en la parroquia de Logrezana, teniendo mucha más visibilidad al horizonte y casi al lado del Palacio de Carreño, que apenas si no es visible, lo que sí nos puede interesar es acercarnos al cementerio de La Legua, no por sus tumbas, sino porque desde esa zona se tiene interesantes vistas sobre la Parroquia de Piedeloro y la Loma de Chevina.

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Se retoma el camino hasta el cruce anterior para bajar hacia la iglesia de Logrezana o Llogozona, donde el visitante puede pasar un buen rato contemplando lo que fue el quehacer durante unos años y a su «aire y manera» del que fuera su párroco: D. Manuel Martínez González que puso a vivir tal templo románico a vivir con añadidos naïf, y sino visiten este enlace. Para que luego digan de los nuevos Ecce Homo, aquí lo tienen en piedra.

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Desde la iglesia de Logrezana, se baja ya directo por Posada, rumbo Sur, dirección al cruce con la carretera AS-19, para seguir de frente por un amplio camino hacia la Barrera, cruzando de nuevo, una vez ganado el alto para bajar al subvalle que cruz de Este a Oeste la vía del Estratégico, siguiendo nuestra ruta dirección Sur hacia el cementerio de Ambás que ya se divisa desde lejos, y para ello debemos cruzar la carretera CE-6.

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Una vez ante la coqueta iglesia y la Quintana de los Muertos, se toma el rumbo Oeste , por el camino que va hacia Güerno, en donde podremos dar un tiento al bocata, pues su fuente lavadero del Cascayu es un sitio reconfortante para ello, retomando el camino con un buen repecho que nos pone ante la vieja escuela de Ambás.

Desde el altozano que hemos ganado se puede ver la vertiente avilesina, un poco más allá, a los 15 km recorridos y ya en el propio alto, sale un camino a nuestra espalda y un poco hacia atrás que será el trazado por el cual de forma cómoda subamos al cordal de Monte Areo, yo creo que es la subida más cómoda que conozco.

Indicar que en Monte Areo, aparte de los dólmenes poco más hay que ver las paneras y los hórreos han quedado en los valles, aquí estamos en una amplia sierra plana muy desnuda, salvo por la densa vegetación autóctona y de implantación (pinos y eucaliptos). Por tanto aquí se disfruta de los carriles y senderos y de la gran soledad de la zona.

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Una vez en Monte Areo, debemos de llevar GPS, pues de lo contrario estaremos dando vueltas por el sinfín de carretiles que por allí se cruzan y entrecruzan. La dirección que siempre manda es Este, pero tan pronto estaremos mirando al Sur, como al Norte, esta será la dirección que nos lleve el trazado cuando se dirige de nuevo hacia Ambás, pero no bajaremos hasta el poblamiento, sino que se empalma con el acceso que viene de Ambás para seguir en leve ascenso pegados a un silenciosa riega a la que se da vuelta, para quedar al lado de tinglado metálico a modo de comederos de caballos, se deja el ramal que va a una casa, y cuyo camino allí se concluye eso si ante las enfebrecidas fauces de uno de esos canes de presa
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El camino prosigue, pues pasando por delante del comedero de los caballos y entra por un estrecho sendero que los de Monte Areo BTT han recuperado mediante desbroce, se va dando vuelta a la finca para de este modo rodar en una senda con tramos técnicos en bajada y que pronto remonta hacia lo alto del Monte Areo, para dar vuelta a la pista de aeromodelismo virando al Sur ya por trazados de pista y conectar con el GR-100 Ruta de la Plata, del cual pronto nos desprenderemos para tomar otro largo sendero que se abre a la vera de la riega la Vegona, que nos baja hasta zonas más urbanas como la de Melendrera, donde se gira a la izquierda frente a una zona ajardinada, dando vista al valle de Monteana y Fresno, en cuyos predios de asienta Arcelor Mittal.

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Un poco más adelante, apenas 300 metros, se deja el carril que va al Este para encarar la subida de nuevo hacia el cordal del Monte Areo a través de la llamada Cañada del Reguerón, dejando algún desvío a la derecha, para encumbranos en el limite municipal de Gijón y Carreño, y dando la espalda camino principal, nos vamos a la derecha para tomar otro largo sendero que toma como referencia el arroyo del Reguerón y que nos va bajando hacia la parroquia de Poago, ante cuyo poblamiento, de nuevo se vira al Norte, girando casi en redondo siguiendo las marcas del Camino de Santiago cuesta arriba hasta la cumbral donde de nuevo se vira a la derecha para ir enfilando el descenso hacia La Falconera, ya por tramos hormigonados, hasta desembocar prácticamente en el entronque con las AS-19 y entrar en un pis-pas en El Empalme.

Una ruta muy bonita que combina carreteras y caminos y con una etnografía muy interesante, y dar gracias al grupo de Monte Areo BTT por ese trabajo de recuperación de sendas y caminos.

© Victor Guerra

viernes, 24 de abril de 2015

POR GUIMARAN Y MONTE AREO

 
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  • · Punto de Partida y Llegada: El Empalme (Aboño)
  • · Puntos de paso: Pervera- Ambás-Montico-Piñera-La Granxa-Monte Areo-Poago-Veriña-Les Cabañes
  • · Kilómetros de la ruta: 32 km
  • · Horario de la ruta: 3 horas
  • · Desnivel de ascenso acumulado: 698 mts
  • · Desnivel de descenso acumulado: 658 mts
  • · Participantes: Pablo Riopedre, Albano Capezzali, Marco A. Majada, Jose Enrique Garcia, Rubén Burón, Angel Truebano, Luis Fernandez, y algún otro…

  • · IBP Index: 48
Tras la paliza del fin de semana anterior por tierras de Peñamellera, tocaba un poco de relajo tanto de viajes como  de batallas betetistas, y para ello que mejor que  diseñar una ruta por las tierras fronterizas de Gijón y Carreño, las cuales nos ofrecen recorridos duros pero también relajantes paseos.

Y eso fue lo que buscamos para este fin de semana, un paseo por el valle de Guimarán, para luego, solazarnos con un largo ciclado a lo largo del cordal del Monte Areo, a la cual se trepa sin mucho problema.

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El punto de quedada, como ya viene siendo habitual fue en El Empalme (Aboño), y aunque ya sabíamos que Adrián del Bar El Empalme, no es que madrugue mucho, pero aún así nos concentramos en dicha zona como punto de partida, pues está nos queda muy a mano para realizar  esta ruta y dejar en tal punto, pues cuenta con un pequeño parking  donde dejar los coches y los respectivos  pertrechos .

A esta propuesta rutera se apuntaron unos cuantos compañeros nuevos, algunos oriundos de Gijón y de la zona, los cuales  nos fueron aportando detalles y descripciones a medida que hacíamos la ruta.
Salimos pues de la isleta de El Empalme, para rodar  por unos cientos de metros hacia Gijón por la AS-19, y tomar al poco, el desvío hacia Guimarán (CE-6), nada más entrar en él se dobla ante el bar Genaro, pasando por delante y subir hacia las casas de La Cuesta, primer repechillo camino de la iglesia de Pervera, todo este tramo se hace por carretera, se cruza la vía del ferrocarril, tras haber rodado un tramo de esta guisa  y dejar atrás  la iglesia de Pervera atrás ( 1,4 km) y se desfila por caminos entre prados con determinados puntos de barro y algún que otro charcal y nos vamos dejado caer hacia La Baragaña (1,9 km) ; hasta este lugar se puede venir por la CE-6, desde el Bar Genaro.

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En La Baragaña si apenas tocar la carretera general del valle, se voltea sobre las casas  para emprender de nuevo la subida por el carretil y poder cruzar de nuevo la vía del ferrocarril de Arcelor por medio de un puente, colocándonos de nuevo rumbo Oeste, y en la margen derecha de la vía, teniendo a la izquierda lo fondero del valle de Pervera y Guimarán y al fondo el eje vertebral del Monte Areo.

A la altura del kilómetro, 3 de la ruta entroncamos con la vieja plataforma del ferrocarril abandonado, denominado el «Estratégico» por el cual vamos a circular unos cuantos kilómetros, teniendo un  más abajo y a la izquierda el trazado ferroviario por el cual circulan los «torpedos» de la colada de hierro fundente que se pasan de una a otra factoría

Seguimos por zonas  planas  de buen firme que siguen el antiguo trazado ferroviario sin más problema que encontrarnos de sopetón con una placa homenaje dedicada a lo que fue en su día un campo de aviación republicano, desde donde se sigue hasta cruzar la C-5 (5,7 km) por encima de la zona industrial de Lacin , dejando un poco atrás,  y en lo fondero del valle la iglesia parroquial de Guimarán.

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Se sigue por la vieja plataforma ferroviaria y como a los 7,2 km del recorrido manteniéndonos en casi todo momento en la cota delos 90 mts de altitud, abandonamos la vieja plataforma del «estratégico»  por unos momentos por los repechos entre La Golpina y La Barrera, para de este modo ganar el alto que nos da vista a la Iglesia cementerio de Ambás, hacia la cual se emprende un corto y rápido descenso hasta llegar a ella donde paramos unos instantes para hacer alguna foto, y porque también,  algún compañero ya desde aquí tiraba hacia el cumbral del Monte Areo, y realizando un recorte de la ruta.

Tras la despedida, nuestra ruta recobró el rumbo Oeste para subir ya por carretera hacia las Escuelas de Ambás en el Cascayu, a la vez que vamos virando al Sur, y cerrando el bucle sobre la sierra del Monte Areo por los lugares de El Rodil, El Montico.

Antes nos detendremos ante un renovado espacio público como es el lavadero y fuente de Huerno de 1872, y ya des aquí se baja por El Rodil  hasta la  carretera AS-326 la cual se rueda hasta un poco más allá de  la Cruciada (13,4 km) donde nos fuimos encarando hacia la ladera del Montea Areo  para virar al poco al Oeste  rodando unos metros por una carretera local que nos devolvió a la carretera AS-236.

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En el punto kilométrico 14,9 de la ruta, en La Piñera viramos dirección Este, tomando el Camino del Vallín, enfrentando una dura subida hasta ganar una altozana casa al llegar a ella se acaba la carretera, en este punto se prosigue  por un camino que va por prado y pegado a la alambrada  hasta  aproximarse a las naves  de La Granxa (15,9 km y 140 mts alt). A partir de aquí , la Granxa, se dobla ante un cierre para subir ya directos por El Gueyu, hacia el Castro, ganando el límite municipal entre Gijón y Carreño, y viendo al pasar a la izquierda la  cabecera del regato de Los Llorales.

Los repechos son de aúpa, y obligan a tomarlos en veces, aunque la mayoría de nosotros opta por tirar de la trotona cuesta arriba hasta culminar la subida  y concluir esta en el Monte del Abedul, pasando por los Pozos de Arcilla. De este modo  colocarnos en apenas 2 km de subida en la cota de los 260 mts, que no es mucha,  pero dicho desnivel haya  que  ganarlo  en muy poco espacio. Las pendientes son brutales.

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Una vez en lo alto de la cordal el rodar por ella es fácil, y los itinerarios a seguir son un poco a capricho, del ciclobiker. En nuestro caso dimos unas vueltas por la zona, hasta llegar a  los dólmenes en los cuales nos entretuvimos tomando un refrigerio antes de seguir ruta por el cordal.

El trazado prosigue por encima de la Cañada del Regueiru, dejándonos caer hacia el núcleo de Zarracina (Poago) y desde el ya todo por asfalto es un descenso  hasta Muniello, cruce sobre el ferrocarril, en cuyo punto (25, 8 km) un buen día, hace ya años,  un camión se llevó por delante la casina de los guardeses de este famoso paso a nivel de Poago.

Al llegar aquí nos parecía que habíamos hecho poca ruta, se puede cerrar aquí la ruta girando hacia El Empalme. Pero en nuestro caso tomamos el camino que sube tras haber conectado con las AS-19 hacia Veriña de Arriba, y por su fuerte repechón  se entronca con la carretera de la Campa de Torres por la cual subimos rumbo Norte, sin problema alguno,  hasta ganar el alto del Patín (Les Cabañes).

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Aquí con una más que excelente vista tanto sobre Gijón, como  Aboño y Xivares giramos a la izquierda para entrar en el sendero que se echa abajo sin problema alguno para buscar en lo fondero el Parque de Carbones de la playa de Aboño

Bajada un tanto técnica, pero sin mayores problemas, cuyo tránsito nos deja en pleno parque de mineral, se dobla sobre él  dirección Sur y se sigue por la carretera pasando por la casa cuartel de la Guardia Civil, que parece esta contiene elementos paranormales según los amigos de  GAIPO, se sigue pues  la ruta por el carreteron de Abono y en apenas medio  kilómetro estamos de nuevo el punto de partida que no es otro que El Empalme.

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Tras ello, y sin muchos problemas, aunque mermados de ciclobiker pues al destino tan solo llegamos: Marco Antonio, Luis Fernández, Albano Capezzali y yo mismo, los tres últimos tras colocar nuestras trotonas en los coches nos dimos el placer de tomar unas sidras de llagar Peñón en el Bar el Empalme, acompañando tan espirituosa bebida de una ración de callos, que el risueño Adrián, nos sirvió para deleite de los comensales tras tan dura batalla ciclobiker :-))

Víctor GUERRA

viernes, 21 de octubre de 2011

Entre el Románico y Dólmenes

  • · Punto de salida y llegada: San Juan de Tremañes
  • · Puntos de paso: Puente Seco- Poago-Monte Areo-La Granxa-San Andrés de los Tacones_Cenero- Somonte-LLoreda
  • · Kilómetros de la ruta:33
  • · Horario: 4 horas
  • · Desnivel Ascenso Acumulado 694
  • · Desnivel de Descenso Acumulado:580
 
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Por diversas razones estaba estos días en Tremañes, y por tanto planteé esta ruta que enlaza los escasos restos románicos de Tremañes y Cenero con los restos arqueológicos del Monte Areo.

Se parte de la Iglesia de San Juan de Tremañes (la Quintana) , punto desde el enlazamos con la Vía Verde de la Camocha, pero siguiendo por el ramal que va dirección a Aboño, cuya referencia son esas impresionantes chimeneas que asoman por encima del cordal que va a la Campa de Torres, pronto la Vía Verde nos sitúa en los Campones, y ya no habrá otro remedio que irse hacia la carretera- circunvalación que nos lleva hasta el Puente Seco-Veriña. Cuidado en este tramo que se comparte con grandes tráficos

Pasamos por entre la Arcelor y la estación de RENFE de Veriña, para doblar dirección a Poago, justo en ese corte que sufre la cordal entre Monte Areo y Campa de Torres.

A partir de que doblemos hacia Poago, el trazado se empina de forma brutal y aunque es asfalto el desnivel es importante, y este no se rebaja cuando se gira por el primer camino a la derecha en dirección a la vieja perrera de Veriña, por el Camino del Monte , el cual concluye a los pies de la perrera, lugar donde se dobla a la izquierda para ya tomar de forma definitiva toda la planicie del Monte Areo.

Pronto dejaremos los caminos estrechos y más rurales por las amplias pistas y las indicaciones señaléticas de los yacimientos dolménicos como el de San Pablo que es de los que mejor se pueden ver.

En esta gran planicie uno se puede organizar el viaje como desee, seguir las indicaciones de la instalación dolménica, algunos de estos ejemplares están bajo tierra, pero otros se puede ver y comprobar su configuración y entender su existencia mediante la panelización existente.

Un poco más allá del Dolmen de San Pablo, se conecta con la Cañada del Reguerón, pero que pronto abandonamos por seguir por la cumbral enfilando hacia La Huelga y el Monte Areo con sus 265 mt de Altitud. Se puede estar horas por esta planicie disfrutando de la soledad de este inmenso ocalital y praderas.

Hay que tener cuidado en no irse por lo laterales pues pronto nos podemos ver en el Valle de Ambás o el San Andrés , finalmente sigo dirección Oeste ya en plena bajada hacia Rodil, me doy cuenta de que perderé muchos metros y viró hacia Montico para hacer un bucle y subir por el viejo camino que acompaña el arroyo de Llorales de nuevo hacia El Castro pero virando a la derecha hacia Pasquin o la “Granxa”.

Es toda una sensación de ir por camino solitarios sin más compañía que los ocalitos, las bellas perspectivas sobre el valle no llegaran hasta llegar a la Granxa que rodeamos para bajar hasta el mismo Serín.

Seguimos por La Vega, por entonos suaves pero urbanos, hasta llegar a los pies del Embalse de San Andrés que bordeamos por una destartalada pista en la orilla Sur, y que nos lleva hasta la cabecera del embalse.

En este punto subimos un fuerte repecho hasta llegar a Cenero, más representaciones románicas, y un antiguo balneario y los restos de su viejo torreón medieval…Visto todo ello buscamos los caminos que bajan hacia la carretera GI-4 dirección Somonte para proseguir por la AS-326 hacia Lloreda, bajando de nuevo hasta Los Campones, para meternos hacia la San Juan de Tremañes por la Vía Verde de la Camocha.


Víctor GUERRA

sábado, 24 de mayo de 2008

Las sopresas del Monte Areo, de la mano del IMBA y BTT Pelayo

Ahora que empieza la moda de los centros de BTT, a Cataluña y Euskadi se suman los proyectos de Galicia y Valencia, y estos días, rondando por Monte Areo, algunos miembros de BTT Pelayo comentaban las posibilidades de un entorno para una acción de este tipo que tanto se lleva pidiendo en Asturias.

Lo cierto es que cuando se articuló esta ruta entre el IMBA-España (Asociación Internacional de Mountain Bike, y el club BTT Pelayo) pues no se daba un duro por la ruta, puesto que siempre el Monte Areo había sido lugar de tránsito o bien para la Vuelta al Concejo de Gijón, que tal club organiza y mantiene viva, o porque se iba por el GR Camino de la Plata, o el Camino de Santiago.

Este grupo le ha sacado el jugo al Monte Areo, y con esta ruta ha dado a conocer las entrañas del Monte, a través de caminos ya conocidos pero intercalando toda una suerte de senderos, que han hecho de la ruta IMBA-BTT Pelayo toda una experiencia de búsqueda de sensaciones. La ruta se puede comenzar en el propio lugar de Veriña, pero se prefirió una instalación como el Parque de Moreda, en La Calzada, como un buen punto de reunión para rodar juntos hacia Veriña, adonde se puede llegar por varios sitios, por Jove o por Aboño.

Se decidió ir por La Calzada adelante hacia El Cerillero y el Puente Seco y entrar, de este modo, en Veriña de Abajo con un giro sobre la antigua carretera de Gijón-Avilés. Tanto este giro como el trayecto hasta este punto deben hacerse con precaución dada la alta densidad de tráfico de la zona. Una vez metidos en harina, en la carretera a Veriña-Poago, se toma la empinada cuesta que nos da las primeras vistas sobre la antigua siderúrgica de Uninsa-Ensidesa.



Casi cuando estamos para concluirla, se gira por un ramal aún más empinado que va directamente a la tubería de gas-cok que va a la siderúrgica y que se pega al territorio desde Aboño, como una gran oruga blanca. La tremenda subida nos deja ante la perrera municipal de Muniello, donde los perros no se saben si saltan de contento por la presencia de tanto ciclista o dan la voz de alarma por la invasión.

Desde este enclave, la ruta que no parece tener continuidad se abre paso por entre el lateral izquierdo de la instalación y tras cruzar un tramo de pradería se remonta un camino que nos lleva al Monte Poago, y en descenso llegar a Cimavilla, para cruzar la carretera y meternos por la llamada Cañada del Reguerón, acompañando al arroyo del mismo nombre un buen trecho. Éste, además, será un tramo común para el retorno, y el límite de Carreño y Gijón.

En una zona donde la vegetación autóctona da pie a la explotación maderera, especialmente al eucalipto, y que reconocemos por la corta de los maderistas que dejan la zona hecha unos zorros nos vamos de frente para desembocar al poco con una de las pistas que entra en Monte Areo, procedentes de Guimarán. Viramos hacia la izquierda para visitar uno de los dólmenes que se han preservado con una actuación interesante en la zona que en los mapas se marca como Canto del Medio.


Tras la visita reemprendemos la ruta desandando el camino tomando el rumbo del Alto de Areo, donde visitamos el otro dolmen y proseguimos la marca rumbo Oeste; cuando la pista a la que llegamos vira hacia el Valle (Santa Eulalia) nosotros giramos a la izquierda en escuadra para bajar a la otra pista y dar otro quiebro en pleno Monte del Abedul. Desde aquí bajamos por los Pozos de Arcilla, en dirección Suroeste, hacia el Castro y siguiendo por el límite de los municipios, bajando por un costado de la riega de los Llorales, en dirección Al Montico y La Cruciada, ante ello se dobla pasando por encima de la citada riega rumbo ya Sur.

La autopista se oye rugir al otro lado de la mata de árboles, es un fuerte runrún difícil de soportar durante horas, nos vamos pensando en las gentes que aquí llevan años con esa cantinela día y noche. Entroncamos la AS-326, para de nuevo dejarla un trecho más allá para subir por una rampa hormigonada hacia El Espín, y poco a poco ir cerrando el bucle para subir de nuevo al Monte Areo, del que bajamos durante un tiempo. Se enfila ruta hacia San Andrés de los Tacones, sin llegar al núcleo se enfila dirección Norte, hacia el Monte Areno, cuyas pistas y camino vecinales nos van permitiendo treparlo sin mucha dificultad aunque el personal más joven se resiente, echando pie a tierra, y los alevines buscando con sus progenitores una vía de escape por Monteana hacia La Calzada.

El grupeto comandado por los chicos de BTT Pelayo nos animan para volver a entrar con ganas en los senderos que nos ofrece esta ladera gijonesa del Monte Areo, subiendo hacia el Camín Llanu, pero antes le echamos un vistazo al embalse de San Andrés y toda la cordal de Cenero que encierra sus aguas, preciosa vista. Nos desviarnos hacia la derecha a tomar el cabezal de la Riega de la Vegona, virando rumbo Este, metiéndonos directamente en el denso de la mata arbórea, entre la cual se abren precisos senderos llenos de pasos de barro.

De nuevo entroncamos con la cañada del Reguerón en el punto de la tala de eucaliptos, subida bonita y técnica en la cual ya saben más los viejos por técnica que por fuerza, vamos ganando toda la ruta trazada, eso sí, a base de platillo y grandes piñonadas. De nuevo ya en Cimavilla, el grupeto debate si abordar otro tramo por el Monte Areo.

O tirar ya para la zona de partida. El personal cree que ya estuvo bien y se opta por bajar ya por carretera por Zarracina, El Pozón y llegar al punto de Muniello, donde la pista hormigonada nos llevó hacia la perrera municipal. Seguimos bajando hasta entroncar con la carretera general de Gijón-Avilés entrando de esta manera en Gijón, tras haber saboreado una ruta bonita y al lado de casa y en apenas cuatro horas.

Víctor Guerra
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