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jueves, 2 de octubre de 2014

POR LA CORDILLERA CANTABRICA 2014 CON ASTURCON BTT.

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No soy especialmente un maníaco de los aniversarios, o de persistir año tras año en alguna convocatoria biker por aquello de acumular presencias, mi espíritu me llama más por la senda de las novedades tanto ciclísticas como paisajísticas, y ese es el motivo por el cual durante algunas convocatorias de la Travesía de la Cordillera Cantábrica que cada año monta el club que fundé junto con otros hace 25 años. Asturcón BTT.

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Y esta convocatoria tenía dos ingredientes importantes, por un lado asistir a un evento que cumple sus 25 años, y por otro rodar por latitudes que son escenario de mi ámbito profesional como es el Concejo de Aller y los Anillos Ciclistas de la Montaña Central de Asturias. Ingredientes más que suficientes para acudir a la cita.

Y así fue como el día 6 de Septiembre, antes de partir para Madrid al diseño del recorrido de CICLAMADRID, me presenté en La Raya (Puerto de San Isidro) para acometer la primera ruta de esta 25 Edición de la Travesía, con una distancia de 62 km y un nivel de ascenso acumulado de 1.800 mts.

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Siempre me ha gustado esta prueba, pues a pesar del tiempo que pasa sigue guardando las esencias betetistas de siempre y eso se nota hasta en la salida de la convocatoria, la cual es una fiesta de saludos entre unos y otros y un continuo pervivir de la organización para ir dando los últimos toques a la marcha, la gente no parece tener prisa por salir y se entretiene en las bromas y saludos para desespero de algún “pata pelada” con prisas de hacer crono, pero ya digo que son más bien escasos.

Se nota que han pasado los años, pues el relevo generacional no tanto entre la organización que también existe, en general siguen todos: Javier, los Hermanos Veneranda, mi viejo amigo Manuel Fernández, el incombustible Javier Gómez, el animoso César Lafuente, Nespral, el atento Chaves. Etc... y entre la plebe biker sí que veo cambios generacionales importantes, ya no están los omnipresentes corredores lusitanos de hace años ahora el deje galaico sigue presente pero en las personas de corredores galaicos que en esta ocasión ha sido mayoritario.

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Formado el pelotón salimos en grupeta tranquila hacia al Sureste, dando la espalda por unas horas a la región astur, discurriendo por senderos cómodos y en descenso los cuales van paralelos a la carretera que baja desde San Isidro hacia Puebla de Lillo. Una buena mañana sin mucho calor y que hace que nos despejemos en un pis-pas entre tanto sendero medio técnico que se adentra en la Sierra del Mampodre.

Cruzamos la carretera en Isoba para rodar del lado de la Peña San Justo que vemos en todo esplendor junto al famoso lago de Isoba, que algunos bikers se empeñan en llenar un poco más sacando la minga.

Desde Isoba al otro margen de la carretera por debajo del Pico La Granda el itinerario se cuelga de las laderas hasta concluir en los Prados de Fuente La Milla para de nuevo cruzar la carretera y entrar por debajo de la Peña el Águila, pero más en plano en Puebla de Lillo.
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Desde Lillo ya el panorama cambia, primero porque aparece el primer avituallamiento, Genial¡¡ para reponer fuerzas pues la verdad es que no me encuentro muy fuerte y en el siguiente tramo pues noto la flojedad, lo cual hace que pase a un tran-tran acompasado un tanto lento pero que me ayuda a superar la larga subida por cómodas pistas hasta ganar el alto Collado de Valporquero, desde Lillo ya dejamos el rumbo Sureste para subir hacia el citado collado rumbo Oeste.

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En las últimas rampas por cuestudas praderías que subimos a pie, con el bufido de caballos que les aprietan sus jinetes en un estúpido esfuerzo por magnificarse que hace que los animales sufran en exceso.

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Hago la subida prácticamente solo, pues la cuadrilla de BTT Asturias no se ha apuntado a la ruta, y el amigo Poldo sigue lesionado,  y casi que no conozco a nadie, aunque algunos bikers me acompañan durante algunos cientos de metros. Esta es la filosofía de la Travesía, por eso me gusta este primigenio aire bikero.

Cambiamos de valle y nos dejamos caer sin problemas hacia Villaverde de la Cuerna para empatar con la carretera del Curueño que sube hacia el Puerto de Vegarada. Este largo tramo que huye del asfalto nos va pasando factura, pese al largo descanso en el avituallamiento de Villaverde, donde el personal no parece tener prisa por salir a enfrentarse al resto de la ruta, aunque haya quien ya esté duchándose en Felechosa.

El tramo de subida a Vegarada, por los caminos de pastores trashumantes y Calzada Romana del Curueño, no es que sea dura, pero los sus recovecos, tramos técnicos y pequeños senderos nos van pasando factura en las piernas, con lo cual por mi parte a la altura del PK 25 me voy en busca de la carretera antes de que me afecten el cansancio a las piernas, por tanto subo despacio los 2 kilómetros que restan hasta el último avituallamiento, el de Vegarada.

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Este último avituallamiento suele ser un poco bullicioso, pues en él se quedan los que no tienen prisa y los controles de paso que van llegando poco a poco al último reagrupamiento, allí nos entrenemos además con la sidra y alguna delicatesen más y salimos pues digamos que el penúltimo grupeto, algunos se ha ido por la pista de Vegarada hacia Río Aller.

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Nosotros en grupo y jolgorio que montan el numeroso grupo gallego...... vamos poco a poco ganando primero el collado de Caniella para acometer como cada puede y entiende el Alto de Palmian, Ahora sí que viramos al Norte y damos cara a los parajes astures, pues en Palmián empieza la gran bajada hacia Felechosa, cuya estructura desconozco y espero por el bien de todos que no sea del tipo de las Hoces de Rio Pino.

Los primeros tramos son por pradería, empinada y senderos algo técnicos y medio colgados a los cuales algunos parecen tener miedo, nosotros, tanto yo como mi viejo amigo Dani del Aire, o Veneranda, vamos bajando por tramos viendo la tropa biker evolucionar. Por mi parte abro gas y me echo ladera abajo hacia los tramos más técnicos que aparecen cuando nos metemos en la masa boscosa, y donde las gente de Asturcón BTT hizo toda una labor de desbroce importante para unir tramos y hacerlos practicables, esto es un ejemplo más de cómo se puede hacer una ruta sin elementos artificiales.

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Los tramos de bosque son camino en plan cuneta, con algún que otro salto, que sin ser excesivo le dan un gradiente importante a la ruta, bajo disfrutando aunque con un cierto miedo pro aquellos que dejan caer sus trotonas de enduro hasta que frenen , y temo que sus caídas medio controladas me arrollen, paso de ellos y les dejo ir a su aire. Para poder disfrutar de la bajada técnica.

Un poco más abajo se enlaza con las Hoces de Rio Pino y ya aparecen los tramos de pendiente y con firmes de piedra que tanto impresionan al personal que cierra la ruta, por mi parte enfrento estos tramos como siempre disfrutando a tope de las reacciones de mi YETI ARC, que me permite con la horquilla Fox delantera, disfrutar de la ruta a tope en mi estilo y técnica y en la forma de entender el mundo de la BTT.

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Ha sido como siempre una buena experiencia, que recomiendo, y que he celebrado con mis viejos amigos y compañeros de Asturcón BTT a los cuales desde aquí les felicito por esta bella ruta y el gran trabajo hecho. Felicidades¡¡¡¡

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  • · Punto Salida: Puerto de San Isidro
  • · Punto de Llegada: Felechosa
  • · Puntos de Paso: Isoba-Puebla de Lillo-Villaverde de la Cuerna-Vegarada
  • · Km de la Ruta. 61 km
  • · Ascensión Acumulada: 1695 mts
  • · Descenso Acumulado:
  • · INDICE IBP. 139
Victor Guerra

miércoles, 26 de febrero de 2014

Finalizando la Travesía Integral Cordillera Cantábrica

 
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Una aventura que empezamos en el años 1991  con la idea de atravesar la Cordillera Cantábrica de Oeste a Este saliendo de Tormaleo (Galicia) y finalizando en la Liebana (Cantabria)   al final quien nos iba a decir que el cuasi viaje mistérico que habíamos iniciado a lomos de nuestras monturas metálicas y de ruedas gordas, días atrás ya estaba a punto de concluir tras nueve días de largo peregrinar. Nuestra pastoral ciclista concluye en una a sinfonía de alegría desde lo alto de la cumbre del Pico Tres Provincias. Atalaya desde la cual se ven los Picos de Europa en toda su dimensión, o los quebrados terrenos astur leoneses semi-escondidos en la “encainada” y con las suaves y oblongas praderas palentinas de Fuentes Carrionas, dejándose mansamente ciclar. Todo llega a su fín.

Punto de Salida: Portilla de la Reina
  • Punto de Llegada: Vega de Liébana
  • Puntos del recorrido: Valle de la lechada Pico Tres Provincias- Fuentes Carrionas-Cucayo -Dobres.
  • Longitud: 30 Km.
  • Desnivel aproximado 1. 300 mts.
  • Horario: 6 a 7 horas.

 La partida se podría decir que estaba ganada, apenas unos kilómetros nos restaban para el final de la ruta, que ya presentíamos a la vuelta de la quebrada cordal del Pico Tres Provincias y del Peña Prieta.

Los nervios habían dejado paso a la calma, al saber que ya no habría problema alguno a poco que mantuviéramos el sosiego como hasta éste momento. Habíamos sido capaces de rodar durante 8 días sin un accidente, eso sí detrás quedaban días de solanera, de sufrimiento por las terribles cuestas que nos deparaban un paisaje tan complejo como el de la Cordillera Cantábrica; cada día nos peleamos con la rumia de la pájara asomando en cada recodo, habíamos ido superando nuestro propio calvario con la fe del carbonero que sabe que todo está en sus manos y en darle al molinillo. Como se dice en estos casos, la partida ya estaba ganada.

Sabíamos que el día que teníamos por delante, no sólo se trataba de realizar esta ruta, sino también de iniciar el retorno a nuestros lugares de residencia, y eso suponía o una jornada de actividad intensa. Por lo cual tocaba cena y un pronto reposo en el saco a pie de pista, tras una pequeña discusión a cerca de la logística de recogida y empacado.

Un madrugón de aquí te espero, nos puso las pilas y pronto dimos cuenta de otro pantagruélico desayuno, poniéndonos a la labor de adecentar las fatigadas Bicicletas Todo Terreno (BTT): engrase, repaso a los radios y tensado de frenos, fueron todas las maniobras requeridas, lo que era bien poco, para el duro trato que las estábamos atizando. Es increíble lo que puede aguantar estas especiales bicicletas.

No echamos a rodar pista adelante, pues no había otra opción que remontar la pista que acompaña en su curso al arroyo de la Lechada, pista de amplio trazado que surca las praderías que nacen al pie de la sierra de Orpiñas. El firme muy pedregoso requería no quitarle un ojo, aunque se dejaba ciclar metiendo molinillo al canto, además nuestros entumecidos músculos nos lo agradecían aclimatándose como dios al ritmo marcado.

Por delante teníamos 10 km. de pista, que a la altura de la riega de las Hoyas de Santiaguín empezaba a empinarse y nos mostraba en las cercanías de la Riega la Canaleta las letales rampas que hicieron desaparecer la pista y dar paso al monte a través para ganar la cumbre del Mojón del Tres Provincias. . Colocamos las bicicletas al hombros y “ de aquesta guisa y manera” enfilamos el lapiaz, cada uno por donde dios le dio a entender, y así hasta coronar el Tres Provincias (2.441 mts alt), Aunque hubo quien quiso ser más Quijote que Sancho, y terminó dando gritos tras enriscarse con bicicleta y todo, por la zona de Los Cuchillares

Reunidos todos finalmente en la cumbre, abrazos y felicitaciones, y ya que estábamos allí porqué no subir a la cumbre de la Peña Prieta. Dicho y hecho.

Eso sí las trotonas se quedaron sesteando en el Mojón.

El espectáculo grandioso, la pena que nos quedaba era que un integrante del equipo por malestar estomacal se había retirado por el Boquejón de las Bobias hacia la Vega del Naranco, camino del vehículo que aún estaba trasteando cosas en Portilla de la Reina.

La bajada hasta la laguna de Fuentes Carrionas, no dejaba otra opción que descender por donde uno creyera más conveniente y con la bici del hombro. Pues era una tontería intentar montarse. Emulábamos así, a los “ciclomuletiers” franceses, esos padres de la BTT que fueron arrinconados por los fieros “yankis de los Repack”, y que desde antaño con las viejas Peugeot de cicloturismo, adaptadas a las necesidades montañeras, subían a las cumbres tras cicletear por las pistas camino de los glaciares de Alpes. Montañeros, o ciclistas amantes de las cumbres, que tenían claro que practicaban un deporte minoritario y que se debían salvaguardar las esencias de tal modalidad deportiva para que no fuera fruto de las modas, y ello trajese accidentes y deterioro de los parajes naturales. Luego vino la moda y ya se sabe.

Con este ejemplo que les contaba a mis compañeros para entretener la bajada, llegamos a la laguna de Fuentes Carrionas, un chapoteo en sus frías aguas, y enfilamos por la naciente pista que cruza los agostados pastos que bajo ella se abre camino del Prado de Toro, tras bordear el Rañuelo, y dejando atrás las tierras palentinas, que pisamos durante unos kilómetros, para luego enfilar la bajada hacia el Picacho de Mamozán, al pie del pueblo de Cucayo.

Aquí en Cucayo, se acabó nuestra aventura por firmes de tierra, ahora sólo nos quedaba echarnos carretera abajo, quemando asfalto, cubiertas y zapatas a mansalva, y entrar triunfantes en lo más fondo del valle de La Vega, tras sus buenas horas de pedaleo y pateo por cumbres y lapiaces, dando así por concluida la Travesía de la Cordillera Cantábrica..

Un reposo al lado de río de La Vega, con merienda y una esplendorosa Eva, cual ninfa en los baños de marfil que se nos mostraba impúdicamente, fueron alicientes más que justos y necesarios para saborear dulcemente la partida hacia nuestros lugares de destino. Así, de esta manera tan aventurera, concluyó nuestra travesía de la Cordillera Cantábrica

Que sepamos nunca más ha sido lograda su realización, al menos en 9 días y siguiendo el trayecto descrito.

El próximo Miércoles colgaré los tracks y datos aproximado de esta aventura
Víctor Guerra García. Un viejo biker de los años 80

















miércoles, 19 de febrero de 2014

TRAVESIA INTEGRAL CORDILLERA CANTABRICA (8ª Etapa)

                                           POR EL ARCEDIANO HACIA VALDEON
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De esta aventura de 1991 ya quedan nada más que esta etapa y la siguiente, y al final aportaré los tracks que después de años he realizado  para que se tenga una idea aproximada de la ruta que hicimos en en 9 dias.

Quien le iba a don Pedro Díaz de Oseja, eclesiástico, titulado “Arcediano de Villaviciosa”, mecenas del histórico del mantenimiento del medio de comunicación más oriental de la región, vía de comunicación que se abre paso a través del valle de Sajambre, comunicando Asturias con la meseta, que cuatro siglos mas tarde utilizarían el histórico paso de las legiones romana de Octavio Augusto, seis ciclistas y sus trotonas camino de las tierras palestinas de Fuentes Carrionas, en la una aventura de atravesar longitudinalmente la Cordillera Cantábrica.
  • Tipo de Ruta: Travesía
  • Punto de Salida: Oseja de Sajambre
  • Punto de Llegada: Portilla de la Reina
  • Puntos del recorrido: Senda del Arcediano- Puerto de Panderrueda- Posada de Valdeón- Puerto de Pandetrave.
  • Longitud: 45 Km.
  • Desnivel aproximado 1. 270 mts.
  • Horario: 5 a 6 horas.

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La aventura, que en un principio parecía imposible va llegando a su final. Atrás han quedado kilómetros y horas de sufrimiento en medio del caluroso mes de agosto que estamos pasando. Pero cunde la alegría, pues estamos logrando cruzar todo el muestrario paisajístico que nos ofrece un territorio como el astur-leonés, dándonos a conocer su singularidad y diversidad.

Atrás han quedado las tierras ácidas, ahora impera el mundo gris de la caliza, con sus esbeltos y míticos Mons Vindius, que al igual que para los marineros que surcan el Cantábrico son una referencia, para nosotros montañeros, algunos antes que ciclistas, y habitantes de estas latitudes, estar por aquí es sentirse ya en casa y la meta al alcance de la mano.

Afrontamos la penúltima jornada de la travesía sumidos en un complejo espacio de sensaciones, por un lado la aventura va concluyendo y con ella todas nuestras penurias, pero también hay un sentimiento contradictorio que nos atenaza y es el de proseguir rodando y rodando hasta Pirineos pero es imposible, lo sabemos y por eso saboreamos estas rutas ya cercanas al punto de destino.

Una leve mirada a las bicicletas, un engrase rápido, y de nuevo a sentir el duro sillín castigándonos la zona prostática. Mientras nuestras piernas doloridas del sol y del esfuerzo van tomando luz y calor. Ahora nos enfrentamos al legendario paso hacia la meseta tras la salida natural del Desfiladero de Beyos, aunque nosotros venimos del Oeste, y emprendemos para ese paso la famosa Senda del Arcediano que tanto y tan bien ha descrito el doctor y montañero Guillermo Mañana.

Senda que viene de antiguo, y que Don Pedro Díaz de Oseja, reconstruyó a sus expensas y que ahora ciclamos en sentido inverso a como suele hacerse en BTT.

Los primeros metros, tras salir de Oseja (742 mts. altt), por entre Casa Álvarez y la Casa de Huéspedes, son bonitos y cómdos, pues tomamos un camino que pronto vira hacia el Sur hacia un tramo donde el sendero tallado en la roca, va suspendido sobre la carretera del Pontón, lo que nos da toda una perspectiva de la subida hacia el puerto, nosotros seguimos el trazado más rectilíneo hacia que va hacia el Puerto leonés de Panderrueda.

Menos mal que es verano, y está todo seco, pues la zona entre Verrunde y Entreamboscaminos suele estar siempre muy embarrada, tras cruzar la vieja portilla, tomamos el ramal izquierdo que se abre paso entre los amplios praderíos. Seguimos rodando por estrechos caminos, que en ocasiones dejan paso a otros tramos más amplios,
Pasamos la Riega Las Porqueras y seguimos por el fuerte repecho que deja nuestras piernas temblando, todo el desarrollo ya no parece ser suficiente para suplir el cansancio que arrastramos, una zona de grande bloques de conglomerados dan paso a un tramo cómodo con varias bifurcaciones, seguimos por el camino principal que a los pocos kilómetros nos presenta su cara menos amable, cortos pero intensos repechos, nos hacen a algunos echar pie a tierra, Javier Gómez bajado de su trotona, la mira con ganas de aventarla y seguimos rodando como podemos hasta coronar en las cercanías del Mirador de Piedrashitas en el Puerto de Panderruedas (1.450 Mts. altt.)

La vista sobre Picos es grandiosa y debajo de nosotros el valle de Valdeón al que nos lleva la carretera que tenemos por delante , aunque también está la pista amplia y vertiginosa que se abre paso por el bosque y la Riega de Frañana a buscar lo más llano del valle.

Optamos por la pista, que es un desmadre, pues se echa abajo en un pis-pas con casi 13 km hasta Posada, donde todo lo que me meta hablando de desarrollos es insuficiente, pues las velocidades son de vértigo, en ocasiones se entrevé la carretera a nuestra izquierda que baja de forma paralela hacia el valle,. Pasamos por el cruce de Porciles, y seguimos por el ramal derecho que nos llevará hacia la riega de río Arriba, para unos metros masa delante dejar el ramal que va hacia el Odrón, en este punto se toma el ramal descendente y en unos minutos en Posada de Valdeón, el cuentakilómetros ni mirar lo que ha marcado.

En Posada, como siempre en época estival hasta la bandera, tras un merecido descanso se plantea la disyuntiva, o subir hacia Pandetrave por donde todos conocíamos, camino de Torones poniéndole idem, y coraje. Hoy tal alternativa está prohibida, no se puede transitar en BTT por este tramo debido a las regulaciones del PN. La otra alternativa era seguir por carretera. All final tras mucho preguntar, alguien nos habló de un antiguo camino que arrancaba de más arriba, al pie de Santa Marina de Valdeón, y que llegaba hasta Pandetrave, aunque ignoraban su situación.

Dicho y hecho, nos echamos al estrecho carretil que lleva hasta Santa Marina, y un poco más arriba dimos con el camino que sube al par de la Riega Serena, aunque en ocasiones está muy comido por la genista, pero es un camino cómodo de ciclar sin apenas desnivel, la única pega la vegetación que va devorando estas viejas infraestructuras viales

Cuando ya uno se encuentra al borde de la Riega Serena, dobla el camino en vertiginoso ascenso hasta concluir en lo alto del Puerto de Pandetrave.(1.783 mts altt) El esfuerzo es potente, pero el día acompaña, y ya en el alto está nuestro compañero con el vehículo, sacamos las sillas y nos quedamos por un buen rato en la explanada de Pandetrave, contemplando el Macizo del Cornión y la Peña Santa en toda su majestuosidad y la dureza de estas tierras para el ciclista. Recuerdo cuando la Campeona de Europa de Triatlón, Ana Burgos, rodaba conmigo y Juanma Montero por estas tierra y lloraba por la dureza de los recorridos.

Es hora de retornar al pedaleo, lo cual hacemos con calma, pues ahora ya no hay alternativa factible debemos bajar irremediablemente por carretera hasta Portilla de la Reina, pueblo leonés medio perdido en un laberinto de altas paredes de conglomerados.

La etapa ha sido más liviana de los que pensábamos, y como siempre al bajar ya de forma relajada, al atardecer hacia Portilla, se nos ha cruzado, lo que la principio tomé por un extraño zorro, a medida que nos fuimos acercando descubrimos que era un auténtico gato montés, el primero que veía en mi vida. ¡Vaya sorpresa y cierre de etapa¡

Víctor Guerra García


















miércoles, 5 de febrero de 2014

7 ª ETAPA TRAVESIA INTEGRAL CORDILLERA CANTABRICA.

 
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Siguiendo con las publicaciones,que voy espaciando semana a semana, n esta sección, hoy tocaría la 7ª Etapa de la Travesía Integral de la Cordillera Cantábrica que en 1991 hicimos una serie de bikers residentes en Asturias, y que marcó todo un acontecer en cuanto a las grandes rutas en Asturias y en concreto por los entornos de la Cordillera Cantábrica.
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PONGA POR MONTERA
Ruta que de algún modo era una transición, ya desde lejos se presentía la cercanía de las moles calizas de los Monts Vindiu y como otras formas y costumbres agroganaderas.
Una tierra de grandes desniveles y como una escasa infraestructura vial que complicaba aún más nuestra ruta, lo que nos obligaba a bonitos circunloquios por pistas y antiguos caminos de arriería tan clásicos como históricos, y por los cuales ha corrido la historia de estos apartados rincones a caballo de tres provincias y de un eje como es la Cordillera Cantábrica
  • Tipo de Ruta: Travesía
  • Punto de Salida: Puebla de Lillo
  • Punto de Llegada: Oseja de Sajambre
  • Puntos del recorrido: Cdo. Maraña- Maraña- La Uña-Pto. de la Fonfría- Arcenorio- Pío.
  • Longitud: 45 Km.
  • Desnivel aproximado 1.350 mts.
  • Horario: 6 a 7 horas.

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Tras una noche fría y un tanto desapacible en el altozano pueblo leonés de Puebla de Lillo a tiro de piedra de los Puertos de San Isidro y Tarna, apareció una mañana radiante lo cual hizo que la apagada naturaleza floreciera en olores, y briosos cánticos que hicieron imposible seguir metidos en el saco de dormir, aunque los entumecidos huesos nos pidieran más cama y descanso.

El trompeta de turno fue espabilando al personal y urgiéndole a reparar las trotonas, pues la mayoría estaban en llanta. Había no solo que reponer fuerzas, y  realizar algún que otro estiramiento, sino que además había que entretenerse en buscar los pequeños pinchos metidos por la cubierta, que producían los minúsculos pinchazos que a lo largo de la ruta hacían que perdiésemos presión en nuestros neumáticos, y a la velocidad que andábamos bajando no era cuestión de encontrarse con un mal quiebro. (Recuérdese que estamos hablando de una travesía que hicimos en el años 1991)

O sea que manos a la obra y empezamos a buscar espinas de cotoyas y pequeñas esquirlas de brezo por entre el taqueado de los neumáticos, tarea que nos llevó su buen tiempo, al igual que el desayuno que eran pantagruélicos, puesto que la comida del mediodía consistía en algún que otro bocata, por esos  los desayunos y las cenas eran de una glotonería rayana en la arcada, pues seguía cundiendo el pánico de que nos diera una “temible pájara “ por el camino.

“De aquesta guisa nos fuimos los aguerridos caballeros de las metálicas monturas” como iba recogiendo nuestro diario de bitácora, pues las fotos cada vez más escasas iban dejando espacio a la pluma que tampoco, crean ustedes que se daba buen garbo los escribanos después de tanta paliza.

Y así nos enfrentamos por el camino que sale de Puebla de Lillo acompañando al arroyo de la Fuentona, muy amplio en sus primeros kilómetros que se va encerrando entra las laderas de la Peña de Fontesquera y el Collado de Valverde, para poder acceder al Collado de Maraña, otros 650 mts de desnivel que se ganaban casi en los últimos kilómetros. No hubo que echar la BTT al hombro pero la clicabilidad y el cansancio hicieron que algunos metros los recorriésemos al estilo arriero, tirando de nuestros vehículos por algunos tramos de la bonita Reserva del Mampodre, tan desconocida como atractiva.

Desde el collado Maraña se divisaba el amplio valle que desciende hacia el pueblo del mismo nombre donde nos esperaba Héctor, el compañero de equipo que en esta ocasión hacia las veces de conductor y que tenía el especial encargo, que nos hacía felices, pues esperábamos en Maraña realizar la primera comida caliente de la travesía, pero no pudo ser así, por lo cual sacamos las sillas del vehículo y al menos así podríamos comer sentados, aunque tal circunstancia alguno la aprovechó para descolgarse con una reparadora siesta.

Tras el merecido descanso, salimos camino de la Uña por asfalto, pues no había otra posibilidad, salvo que nos quisiésemos complicar la vida, y no estaban nuestras patitas para muchos trajines y más sabiendo aún lo que restaba de ruta.

En la Uña, doblamos hacia el Oeste adentrándonos el amplio camino que va hacia la Majada de los Campos de Larios, lugar donde remasean las ovejas merinas venidas de la lejana Extremadura, el camino es amplio y casi llano, empieza a tomar algún desnivel a partir de la cuadra-majada, donde la amplia pista, se convierte en un buen camino que nos sube hasta el mismo Puerto de la Fonfría, donde hallamos a pie del camino la prueba de tal topónimo, una surgencia de agua cristalina y fría, que amenaza con hacernos desprender algunos dientes por lo fría que está.

Rodar por estas latitudes hacia la Ermita de Arcenorio es fácil, aunque hay que tener cuidado pues podemos perder más de un altura, debemos bordear la Hondonada al pie de la Peña Ten y seguir los viejos caminos casi extinguidos que nos llevan sin mucha pérdida hasta el amplio valle en que se levanta la majada y capilla de Arcenorio.

Llegamos en buena hora, pues en ese momento se celebraba la fiesta mayor de estos altos pastos, cuyo noble enclave es Arcenorio, lugar en que se juntan los pastores astures de Ponga, los leoneses de la Uña y como no, los de Sajambre y allí pasan el día entre ganados y fiesta. Les acompañamos unos minutos, y saciamos la sed como pudimos pues el agua no era muy abundante y seguimos camino el Collado de Camba.

Si alguna vez se llega a estos amplios parajes con niebla, lo mejor si vamos camino de Pío es ponerse de culo a la puerta de la ermita y la dirección marcada por nuestro cuerpo esa es la correcta.

Remontamos por las amplias praderas, hacia el cercano Collado de Camba que antes nos coloca un par de pruebas, una empinada rampa herbosa que nos deja clavados a la hierba y una mata espesa de brezos y escobas que cada día es mayor, lo cual nos obliga a acarrear las BTT al hombro, realizada la maniobra nos encontramos ante los más espeso de la zona, un denso hayedo, con los camino rotos en mil pedazos que hacen de la bajada, y más si hay barro, una auténtica lujuria trialera, aunque hay que estar atentos al camino, pues podemos terminar en las viejas instalaciones mineras de espato flúor, lo mejor es que cuando salgamos de la espesura, dirigirse hacia unas derruidas cabañas, para luego ir hacia media ladera a tomar la naciente pista que se ve al fondo.

Un desnivel que sin ser descomunal, nuestras piernas ya lo sienten en toda su dimensión. El calvario concluye en lo alto de Llaete que nos deja ver en todo su esplendor del bosque de Vegabaño, el perfil de nuestra ruta que ha de remontar la Senda del Arcediano, y como nos las afiladas agujas y moles de los Picos de Europa, a cuyos pies concluye nuestra aventura.

La bajada de Llaete hacia la aldea de Pío es de vértigo, una amplia pista sin apenas cruces, aunque con varios peligros semi-escondidos en el itinerario, uno de ellos se trata de un cable que cierra el paso a vehículos no autorizados, que nos hace frenar en plena bajada, eso quien lo vea, pues su color verde tampoco lo hace muy visible que digamos, otra de las sorpresas son las numerosos badenes que se producen por los canales de escorrentía que suelen hacer en las pistas, que nos hacen en pleno descenso a piñón volar unos buenos centímetros, amen de que a veces están hechos de tal forma que más que volar, si uno va un tanto desprevenido es que se traga el manillar además de estampillarse contra el duro suelo.

El descenso con unos 700 mts. de desnivel, tiene tramos muy pendientes con alternancia de otros trechos más planos, pero en los que aún así, la velocidad punta prima el alcanzar sus buenos 30 km/hora.

Tiene este descenso revueltas donde hay que sacar el pie para dar la curva en plan Durango, si uno no desea verse estrellado contra una castañar. A estas velocidades y modo de conducir pasamos por encima de la riega Zalambral a las puertas de la aldea de Pío, que nos recibe con unas cervezas antes de remontar de nuevo hacia Oseja de Sajambre. La subida hasta la capital de Sajambre es ya por asfalto, pero con una pendiente tan dura para nuestras piernas que nuestra conducción es de beodos, pues vamos ganando altura a base de zig-zag por la estrecha carretera.

Una sorpresa más de esta ruta fue que cuando montamos el campamento a las orillas del tranquilo y diminuto río Sella, donde nos encontramos con varias viandas y un par de botellas de vino puestas a enfriar en un remanso, todo un banquete que agradecimos en el alma a tan olvidadizos excursionistas

Víctor Guerra García

miércoles, 11 de diciembre de 2013

TRAVESIA INTEGRAL DE LA CORDILLERA CANTABRICA (4ª Etapa)

SOMIEDO: EL CORAZON MAGICO DE LA MONTAÑA ASTURIANA

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Somiedo es la tierra mágica por excelencia, ya el teósofo Mario Roso de Luna lo describió en “Los Tesoros del los Lagos de Somiedo”, y también su escudo heráldico nos habla de extrañas doncellas apenas cubiertas con “vieiras santiaguistas” con serpientes entrecruzadas. Esa es la tierra que debemos cruzar, en la cuarta epata de este arcano viaje por la Cordillera Cantábrica, que como extraños minotauros (ciclista y su bicicleta) vamos camino de San Emiliano.

4 Etapa de la Travesía.
  • Punto de Salida: Santa María del Puerto (Somiedo)
  • Punto de Llegada: San Emiliano (León)
  • Punto del recorrido: La Cueta- Murias Chuengas, Camayor-La Farrapona- Torrestío-
  • Longitud: 45 Km
  • Desnivel aproximado 1.200 mts.
  • Horario 5 a 6 horas
4 Etapa

Del mismo Puerto de Somiedo, (1.485 mts. altt) situado en la cabecera del Río Sil, parte la cuarta etapa.

Un limpiado y rápido engrase a la cadena y diversos puntos de rozamiento y ajuste de frenos fue todo lo que precisaron nuestras ágiles monturas. Un opíparo desayuno de campaña fue el combustible para que nos echáramos a la faena de cada día.

Cruzamos la carretera general en el mismo pueblo de Santa María, y tomamos un camino que se abre paso entre las murias de huertos y prados, y que en suave ascenso va hacia el Collado La Bobia. La ruta va poniendo todos nuestros músculos en su sitio de forma suave haciendo el efecto de un buen estiramiento, desarrollos grandes para ir ganando el Alto de Rañadoiro, y al menor repecho plato pequeño y vamos jugando con el amplio núcleo del piñonaje.

En la zona de Rañadoiro se dobla para descender en dirección a la Fuente de la Bruja y posteriormente pasar entre Cabrillanes y Valdefornos, tras cruzar el riachuelo de Pradiella, donde el grupo se entretiene por un buen rato cruzando el pequeño arroyo y sacando fotos una y otra vez. Hacer calor, y no importa demasiado mojarse.

Lo cierto es que el grupo cada día tiene pintas cada vez extrañas, pues del tibio moreno estamos pasando al moreno tizón lo cual contrasta vivamente con la crema blanca para proteger los labios, es como si una banda de negros zumbones de las películas de los años 40 se hubiera montado en bicicleta y le hubiera dado por cruzar en BTT estos parajes.

Seguimos por la amplia pista, fuera aún de los límites del Parque de Somiedo, camino del pueblo leonés de La Cueta, que cruzamos muy temprano, a estas alturas del día en Somiedo siempre aprieta el calor de madre. Del pueblo, salimos por el viejo camino real que va hacia Valle, atravesando las praderías de Espinas.

Tras rodar de forma apacible unos 3 km de pista el valle LLaguezos, éste se va cerrando delante tenemos las paredes de Peña Chana, llegamos a la altura de la cabaña, y el camino por una zona de genista y brezos, que nos obligan a echar de nuevo la BTT al hombro, más adelante una zona muy quebrada nos impedirá también rodar, y de esta guisa nos arrimamos al collado que da paso entre Llagüezos y La Paredina, el Collado Sobrelagua, que da paso a la braña de Murias Llongas. Este es uno de los puntos más alto de esta parte de la ruta

Baja hacia Murias Chuengas fue algo de brujería, tal vez producto del agua tomada anteriormente, de pronto vimos al fondo de la vega un grupo de personas, y luego ellos nos vieron bajar como alma que busca compañía. Eran miembros del grupo de montañeros Torrecerredo que tomaba su merecido descanso y tentempié a la sombra de la braña de Murias Chuengas o Llongas, y que estaba realizando su travesía de la Cordillera, aunque en sentido inverso y a pie, unos 15 días de marcha: Nosotros tan solo en nueve teníamos pensado cruzarla.

Cuando cruzamos esta parte de territorio somedano (Collado de Sobrelagua) aún no se había declarado el Parque de Somiedo, seguramente que ahora para hacer esa ruta hay que tomar en La Cueta, el PR.AS 16 hacia el collado de Peña Salgada y bajar luego hacia las brañas de Sousas, y llegar por pista al pueblo de Valle, luego tan solo tendríamos que seguir por la pista ahora medio hormigonada hacia el Lago de Valle, y entroncar así con la ruta original que llevamos el Alto de la Farrapona.

La bajada hacia Murias Chuengas, como dicen los autóctonos, fue de un kamizace que espanta, nos desquitábamos así del barullo de metros que perdíamos. Nueva sorpresa, esta vez relacionada en parte con el escudo heráldico de Somiedo, aunque vez sin vieira santiaguista, pero en culote y en bicicleta de montaña, que nos acompañó por unos kilómetros nos subió la moral, pues no en vano aún teníamos horas muy duras de pedaleo hasta el Alto de la Farrapona, nuestra compañía torció a la izquierda hacia Valle y de ahí hacia Pola de Somiedo.

Nosotros cruzamos la pista que va desde Valle, al hermoso y mágico Valle del Lago, con pena de no poder acerarnos hasta ese mítico lugar que tan bien describió Mario Roso de Luna, pero el tajo que teníamos era lo más inmediato. Habíamos perdido una buena cantidad de metros que debíamos ganar de nuevo. Cruzamos la pista de Valle y a la altura de la Fuente del Cután nos internamos por la pista que se abre paso entre el Auteiro y la braña de la Corba, hasta concluir como pudimos en la Braña de Sobrepena, en este punto se terminó nuestra alegría.

La falta de camino, la multitud de senderos inciclables, y la pendiente, nos obligaron a echar sobre el hombro o sobre nuestras espaldas la trotona (BTT) hasta concluir tras sus tres cuartos de hora en el punto más ciclabe de la amplia Vega de Camayor.

Mirar atrás era comprobar que habíamos cruzado el amplio valle glaciar de Valle, con un desnivel entre la subida y la bajada de aproximadamente unos 1.200 mts. ¡ Que pena que no hubiera una enorme tirolina que hubiera unido Peña Chana con el Tarambicu, o tener una bicicleta como la de ET, que pudiésemos sacar de la biblioteca alejandrina que según Roso de Luna se escondía por el Trambicu. y poder volar¡

Rodamos ya de forma relajada por los amplios praderíos de Camayor y Camenor, asomándonos a cada lago: Cerveríz, Calabazosa, que dio refresco a nuestros exhaustos cuerpos. No por ello dejamos de visitar el Lago de la Mina y hasta el de la Cueva, esperando ver salir un dragón alado que nos pudiera llevar sobre su prodigiosas alas y en un suspiro hasta San Emiliano.

La magia de lugares como éstos tienen un extraño magnetismo, del cual en ocasiones se nutren los escritores, y Somiedo es eso y algo más.

Es una tierra paradójica donde se juntan dos raros mundos el de los Vaqueiros de Alzada y el de los trashumantes. O donde uno se encuentra en las empinadas laderas de Peña Orníz, con infinidad de trocitos de tribolites y arrecifes.

Es legendaria esta tierra de los “Parrondo” los arrieros somedanos que iban camino de Castilla con sus salazones y sus extrañas costumbres, Por algo un buscador de mitologías y grandes misterios esotéricos como Mario Roso de Luna hizo de estos lugares el centro mágico de su novela, escondiendo en ella la mítica biblioteca del saber, la perdida biblioteca de Alejandría.

Las leyendas están bien, pero aún nos faltaba subir al alto de la Farrapona, que a pesar de ser buen terreno, o por ello el repecho se nos atragantaba en la encallecidas piernas.

Tras llegar al alto , y sin dudarlo un minuto, nos echamos pista abajo como alma que lleva el diablo hacia el punto de comienzo del Camín Real de la Mesa, que dejamos a un lado, cruzando el pequeño pueblo de Torrestío, donde ya tomamos contacto con el asfalto y seguir sin pausa hasta Torrebarrio, y luego en un santiamén a Santo Emiliano.

Víctor Guerra. Un viejo biker de los 80
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