viernes, 31 de enero de 2020

Veredas de San Salvador por Tierras Carreñenses


  • Punto de Salida y Llegada: Candás
  • Puntos de Paso: Perán-Dormón-Albandi- El Empalme-Monte Areo-Güermo-Ambás-Arquiella
  • Longitud de la Ruta:  28 km
  • Horario de la Ruta: 4 horas
  • Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 470 mt
  •  Participantes:  Luz Fernández, Josías, Javier Paredes, Luis Roza, Albano Capezzali, Javier Riestra, José Ramón Natal, Victor Guerra y Juan Luis Piñera.
Las tierras de Carreño, también encierran su hito salvadoreño, el cual  hallamos en la parroquia de Perlora, un poco apartado  se encuentra la renovada iglesia dedica a San Salvador  lo cual nos está indicando que también en estas  tierras  costeras, con su particular finis terrae (Cabo Peñas) también fueron campo de atracción de los distintos peregrinos.




Bajo esta presencia salvadoreña articulamos un recorrido que nos ha de resultar interesante por varias razones, una ya citada, y la otra porque vamos a recorrer parte de los caminos jacobeos, pero no solo eso, sino que estaremos en presencia de otros trazados históricos o historicistas, unos dedicados a la siderurgia, y otros a la figura de Alas Clarín, o incluso a la aviación.


Estos y otros elementos como los paisajísticos o medioambientales son los diversos puntos de atracción que nos sirven para articular una ruta de bicicleta de montaña, bajo la peculiar visión de este grupo biker (BTT ASTURIAS)  el cual coordino desde hace más de 13 años.

Nos echamos al monte, tomando antes un café mañanero en el puerto de Candás, y tras ello ponemos rumbo Este, yendo por el bucólico paseo marítimo candasín  camino del enclave de Perán, desde cuyo punto nos acercamos a visitar la renovada iglesia de San Salvador de Perlora, que poco tiene que ver con un viejo hito salvadoreño, ya esta fue reconstruida en 1940 por el contratista Manuel Pérez, por efectos de la devastación de la Guerra Civil, luego  fue vuelta reformar en 1998,  por tanto ningún resto nos queda de aquella otra vieja construcción,

Ya que además el viejo templo y a la vez cenobio que se conocía ya desde el año 863,  cuya existencia  se desarrolló bajo la regla de San Benito, el  cual fue donado por la reina Urraca a San Salvador de Oviedo, pues resulta que el emplazamiento del monacato se supone que estaba en el promontorio donde hoy ocupa el camping de Perlora. 

Aunque de esos restos no queda nada salvo la reseña histórica.



Tal es el desastre del olvido histórico, que por ejemplo apenas sabemos que dichas propiedades pertenecíeron años más tarde a  la Abadía de Arbás, junto  con el puerto de Entrellusa, en el cual desde 1232 ya hay noticias de pesquería de ballenas, cuyas capturas  tanto se prodigaron por las costas asturianas.

Hablando de aguas y puertos, algún historiador ha comentado que por aquí recaló parte de una gran expedición de  cruzados, que iba camino de Santiago, y que por circunstancias varias, temporales y demás,  terminaron algunos de ellos desperdigados por los puertos asturianos.

Fuera como fuere, apenas hoy nadie nos habla de estas curiosidades, por tanto tras este  breve apunte historiográfico, seguimos hacia  el centro de la ciudad residencial de Perlora, da pena ver el estado en que se encuentra, lo cual  da idea de nuestra corta idea de la innovación, de las posibilidades del territorio y  de los equipamientos, pues han pasado años y ahí está muriéndose de risa.


Cruzamos la vía del FEVE, para subir por los repechos de la Estaquera hacia los grupos de casa  del Dormón  y Monte Morís,  que nos permite tener importantes vistas sobre la rasa costera y los acantilados de la zona.

Se sale a la vieja traza de la carretera AS-118, dejando de lado la reconstruida iglesia de Santiago de Albandi, emplazada en el barrio de la Rica, y que ha cambiado la imagen del Santiago matamoros, por un Santiago peregrino, lo cual nos devuelve a la idea de otros caminos jacobeos, fuera de los oficializados, una iglesia dedicada a Santiago, luego otra dedicada a San Salvador, eso no puede ser una casualidad.


Nosotros, seguimos a los nuestro, dar pedales  y en ello nos ponemos, para bajar por la vieja arteria del Alto Carrió, o sea la Cuesta Albandi  hasta desembocar en el enclave del Empalme.

Es temprano para unos callos y una botella de sida el bar de la zona, o sea que miramos con envidia el establecimiento, y cruzamos la AS-19 para  rodar por ella dirección a Gijón unos minutos para entrar en la  vaguada de la parroquia de Pervera, desde cuyo enclave apenas haber entrado en dicho valle  se toma a la izquierda un ramal por el cual se asciende mediante duros repechos por el lugar del Monte hacia el enclave del Monte Areo.


Se enlaza de este modo ya en lo alto de la sierra  con el marcaje del GR -100 Ruta de la Plata que cruza todo el Monte Areo, cuya traza no deja de ser la vieja cañada del Reguerón, y por cuyos predios y parajes se desarrolla el oficializado camino jacobeo.

Una vez en este entronque de caminos, se gira al Oeste, para cruzar todo el cumbral del Monte Areo, que si vamos más atrás nos hallamos en las mismas trochas por donde antes desfilaron las tropas romanas desde Lucus Asturum hacia  las famosas aras sextias del Cabo Torres,

Aunque para gustos hay colores, y por tanto hay quien pone en solfa la ubicación de las famosas aras sextianas, en la Campa de Torres, Para quien  guste de intensos debates históricos, aquí le dejo el enlace sobre la temática de tales emplazamientos


Continúa  la traza por las amplias pistas que cosen en cuadrículas el Monte Areo, siguiendo el GR-100 de la Ruta la Plata, por cuyos parajes no solo hay un montón de historia documental, sino que por esas extrañas tierras, sin apenas agua y agrestes como ellas solas, hay desperdigados un buen racimo de enterramientos neolíticos que se pueden visitar. además de que hubo en su tiempo ventas y algún que otro enclave religioso, de lo cual no queda nada, salvo algunas anotaciones como la muerte de un peregrino o corraxo (transeúntes pobres, o sea mendigos, como uno de Salas, de nombre Perdro Solis  que dejo su alma en  1740  por estas merindades.

 El GR-100 se echa hacia el valle de Serín por la bajada que presenta el paradójico lugar del Caminllanu, nosotros sin embargo dejamos la invitación de lado, y persistimos en el rumbo Oeste, rodando por el cumbral adelante, pasando por unos caminos totalmente encharcados, por cuyas cajas pantanosas rodamos como podemos, hasta dejarnos caer por la vertiente Este del cumbral de Areo, para desembocar en uno de los barrios de la desperdigada aldea de Güermo, y ya por asfalto llegar a la iglesia de Santiago de Ambás.

Lo cual me lleva a pensar si el camino jacobeo del Monte Areo  no vendría  más bajo, os ea desde Pervera, cruzando a  la vega de Guimarán  y pasar a Ambás  hacia el Tabaza. Salbo que el río Aboño viniera muy alto y fuera mejor subir por el Monte Areo. lo cierto es que se abren muchas hipótesis., 

Eso sí, llega la hora de reponer fuerzas y por cuyo motivo nos detenemos unos minutos para reconfortarnos a techo, pues el agua nos persigue, por tanto nos ponemos a cubierto en el manantial lavadero de Hüermo  o Güermo, cuya data se conoce desde 1872, y de cuyos caños mana un buen chorro de agua.

Tras ello nos vamos valle abajo para rodar unos minutos por otra de las sendas clásicas de esta zona como es la Vía del Estratégico, un trazado ferroviario por el cual se llevaban las coladas de las acerías entre Avilés y Gijón.

Para llevar a cabo tal cosa se cruza parte de la la amplia vega de la parroquia de Guimarán, en cuyos predios hoy se han convertido en una extraña senda peatonal y ciclista, y en cuya inmediaciones  antaño hubo un antiguo campo de aviación republicano.


Pero nuestra ruta da la espalda a tal emplazamiento para subir por el carril de la CE-5  y cruzar de este modo  hacia la otra arteria la que divide de Este a Oeste el valle Logrezana y Guimarán, o sea la carretera que va desde Gijón a Trasona, la AS- 19, la cual se ha de cruzar con cierto cuidado, dada la velocidad del tráfico, ante estas imponentes rectas de Guimarán.

Al otro lado de la carretera viejas casonas hidalgas y como no, la hermosa edificación denominada Quinta de Clarin, ubicada en el barrio de la Rebollada. Aquí pasó largas temporadas veraniegas, el escritor de La Regenta Leopoldo Alas “Clarín”, con cuyo bisnieto, Leopoldo Tolivar Alas, tuve el honor de presentar no hace mucho, mi libro La Masonería en Oviedo.


Bordeamos la casona clariniana, visitando  de paso otra fuente, en este caso la de Cellero, con lavadero, esclaradero y abrevadero,  que viene reflejada en algunas obras de Clarín.

En esta misma zona había antes un viejo camino, pero ahora ya no existe, ante lo cual  lo que hacemos es bordear por debajo de la citada Quinta, para subirnos a otra cumbral mediante el seguimiento de las rutas clarinianas,  y ya por la Loma de la Cortina ir al Noreste  hacia el lugar de Pinzales.

La idea era bajar hacia la hondonada de Campamal, para seguir contemplando la sucesión de hórreos y paneras que presenta la zona, pero la climatología se impuso con una terrible tormenta de agua, lo que nos impuso la única alternativa, seguir de frente, hacia el Noreste y seguir  la carretera C-3 para bajar por Rodiles y la Pedrera de nuevo hacia  Perán, cerrando de este modo una bella ruta sin muchas pretensiones por los predios carreñenses donde se levanta un input dedicado a las Veredas de San Salvador.


Vereda que irá a buscar, no se sabe bien el trayecto, pero sí que sabemos que Candás tuvo un nutrido hospital y muchos fallecimientos, como recoge el libro de difuntos.

MªJosefa  Sanz nos habla de un camino el cual los romeros tomarían  pasando el río Aboño en barca y siguiendo el Camino Real de Gijón a Candás, y en ese sentido no sé sin con barca o sin ella, o tan pegados  a la costa el hecho de que en Albandi hubiera una iglesia dedicada a Santiago y luego un San Salvador, que la historiadora menciona, nos hacer ver que había más caminos para seguir hacia Santiago o hacia San Salvador de Oviedo, pero a buen seguro que iría por la costa adelante hacia el resto de emplazamientos salvadoreños ubicados en Belén, en Piñera, o en Tol..

Enhebrando así mismo y de forma paralelo la traza jacobea de la Costa.  


·         TRACK DE LA RUTA WIKILOC
© Victor Guerra

viernes, 24 de enero de 2020

Rodando por las Veredas de San Salvador de Cornellana


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Punto de Salida y Llegada:  Cornellana
·         Puntos de Paso.Sobrerriba -Llamas-Casazorrina- La Devesa-Otero-Cermoño- Laneo
·         Longitud de la Ruta:  34 Km
·         Horario de la Ruta: 4 horas
·         Desnivel acumulado de ascenso y descenso:  871 mts.
·  Participantes:  Juan Piñera, Javier Paredes, Luz Fernández, Albano Capezzali y Victor Guerra

Situarse en Cornellana, es llegar a uno de los principales inputs de las Veredas del Salvador, lo cual se ejemplifica muy bien con la presencia del monasterio de San Salvador,  una de las puertas del Occidente Astur.

Atraídos por tanta leyenda, nos convocamos ante el monacato de Cornellana que data  del 1024, cuando una hija del rey Bermudo II y la famosa Velasquita de León, Doña Cristina, dona unas propiedades y una iglesia, la cual no sin trasiegos heredaron los monjes negros de Cluny en el 1122, y cuya heredad  pasando el tiempo dado que el cenobio había roto las relaciones con la Orden borgoñona será fruto de varias disputas entre las cuales se hayan  años adelante a propietarios  castellanos, ya que en el 1536, este monacato pasará a depender de los cistercienses de Valladolid, que como primer paso hacen imperar  el sello mesetario con la colocación del escudo de Castilla y León  en la fachada de la iglesia.


En definitiva, estamos ante dos formas de ver y actuar en el mundo medieval, por un lado Cluny, y por el otro la reforma del Cister, ambas entidades se sitúan en la frontera entre el decaimiento del mundo visigodo y la reforma gregoriana y el rito romano.

Este es el marco histórico monumental del que parte nuestra ruta que toma como referencia Cornellana para hacer un bucle no muy complicado por estas tierras entre Grao y Salas, uniendo dos valles fluviales, el del Nonaya y el que riega el río Narcea, punto de confluencias y divergencias, de varios Caminos: el Primitivo y las variantes hacia el de la Costa.

Preparamos las trotonas ante el desvencijado monasterio de Doña Cristina, par salir a rodar unas cuatro horas, no sin antes tomarnos un café en uno de los vetustos locales de Cornellana, el Café Casino, y hábilmente pertrechados para ruta, ponemos rumbo al monasterio para rodearlo camino de Sobrerriba, para lo cual seguimos las marcas jacobeas, pues nuestro destino es llegar a las puertas de Salas, siguiendo las flechas amarillas que van al Oeste.

El monasterio que sufrió en sus diferentes épocas las extravagancias de monjes y señores, queda bien a las claras en la descompensación arquitectónica del edificio, que parece más bien un corte y pega, que un proyecto del pasado que se va modificando con el pasar de los años.


Vamos rodando a la vez que tomamos pulso a la dimensión del complejo monacal abandonado desde hace lustros.

Se dice que en su tiempo fue monacato dúplice, de monjes y monjas, pero no parece que haya dejado mucha huella en  la localidad, que más bien parece dar la espalda a tal equipamiento, más allá de la existencia de una pancarta en la balconada que recuerda que vana cumplirse los mil años de su nacimiento.

De nuevo en el viejo trasiego caminero, este se ha modificado, pues la presencia de la Autovía del Cantábrico, nos hace dar una pequeña vuelta  para subir  directamente hacia la aldea de Sobrerriba. Subimos por el acceso rodado que nos da una impresionante vista sobre el monasterio y la villa de Cornellana, que desde hace años tiene más puesto el ojo en los temas salmoneros que en temas de monjes y Caminos.

Nada más dejar atrás el panel de la Sobrerriba, una vieja casona rural a nuestra derecha nos muestra en uno de los laterales el escudo de los Longoria de Tejero con un impresionante león rampante ocupando todo el blasón.


Se sigue carretera adelante, subiendo hacia el poblamiento de Sobrerriba que se cruza en ascenso siguiendo las marcas jacobeas, pues no en vano por aquí transita el Camino Primitivo.

Camino este, que siguió Alfonso II el Casto, que más que ir a venerar el sancti jacobi , su idea era traerse  lo que allí hubiera para San Salvador de Oviedo que era su sede y a la cual su anterior parentela habían traído importantes reliquias, pero fue imposible.

Aquí en Cornellana, se puede decir que es punto de fuga, junto con Grao y La Espina de los romeros a Santiago, pues si la cosa pintaba mal climatológicamente hablando, pues todavía quedaba cruzar las tierras de Tineo y los puertos del Palo y el Acebo, los Hospitales no eran más que un atajo ganadero, por tanto llegados a Cornellana, estos se iban por el hoy conocido Corredor del Narcea hacia la capital que fuera del reino, o sea Pravia, y de esta manera empatar con el Camino del Norte, hacia otros jalones dedicados a  San Salvador,  y además se iba hacia la villa obispal de Mondoñedo.


Nuestra ruta una vez en lo alto del pueblo sigue por un amplio camino que nos va poniendo en situación sobre los que nos espera, una traza que coge en primer término altura sobre el río Nonaya   y que  nos presenta un bonito trazado  que luego se echa en descenso, algo estrecho y con algunos puntos que merecen atención técnica, y que pronto nos dejará ante el pueblo de Llamas, cuyos entornos reconoceremos por la presencia de las instalaciones  dedicadas a la molienda de  areniscas.

Se cruza  la rica pradería de los Pradones, por terrenos asfaltados  dejando atrás uno de los escasos palomares circulares de la zona, y con vistas sobre los núcleo de Espinedo y la Calzada, por donde debió discurrir el viejo camino en su día, y que ahora lo hace la nueva construcción de la autovía que se va articulando aunque sin saber el destino final.


Se pasa por el puente de la Carril y el enclave de Las Chamargas, hasta desembocar en el puente de Villampero, que nos da acceso a una larga recta que nos deja ante la impresionante fuente de Santiago, que conlleva la presencia de un gran lavadero. Estamos en la parroquia de Villazón, en cuyo dominio se dice que hubo otro monasterio datado en el 1219.

Nos irán asaltando a lo largo del camino los singulares hórreos alzados sobre diversas construcciones, los cuales presentan muy diversas soluciones y presentaciones estéticas

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Unos metros más allá, otra fuente en este caso la de Foncaliente o Fontecaliente, que no es tal cosa, pues el agua es más bien fresca, la cual tiene un bebezón lavadero adosado. 

Se continua por la vera del Monte Picarosu, pegados de nuevo al río Nonaya, por firmes de tierra y trazas camineras, hasta desembocar en el puente de Casazorrina construido sobre el siglo XVIII para entrar en dicho pueblo que cuenta ahora con un singular albergue peregrino.


Desde Casazorrina, con 8 km., rodados, se cruza todo el pueblo a lo largo y se continúa por camino de tierra, para pasar por delante del caserío y torre de la Devesa que en su día compró el historiador Javier F. Granda, autor del libro sobre Masonería y la prensa franquista.


Trayecto muy bonito que nos lleva a cruzar, dejando atrás la Devesa, la autovía mediante un túnel y la vieja carretera 634 ,   para continuar por una estrecha traza  hasta concluir en el pueblo de Mallecín, renunciando a entrar en  la villa de Salas, pero les invito a visitra la villa y pasear por sus calles, merece la pena, pues se entenderán mejor algunas cuestiones históricas sobre fueros e hidalguías.


En nuestro caso, cerramos el bucle  virando al Sur en Mallecin, para rodar unos cientos de metros por la carretera AS-266 hasta la Barrosa, donde se entra a la izquierda, hay un viejo camino que viene directamente de la Devesa hasta el Puente La Riba, pero nosotros lo obviamos, para cruzar el  citado pontón la riega Paraxas y subir ya por tramos asfaltados  por los predios de Otero, eso si  todo  asfalto hacia el núcleo de La Sala y dar vuelta de este modo al Pico el Cerro. Tras coronarlo se abre una nueva posibilidad  más caminera, ir hacia Cermoño por el Monte la Cuesta  tomando el camino viejo que bordeando va hacia el caserío de Reguera Oscura  y desembocando de este modo en la aldea de Cortes, para luego luego virar a Cermoño.


Nosotros nos fuimos dejando llevar por los trazados cómodos de los caminos asfaltados hasta alcanzar la aldea de Cermoño, y visitar su iglesia dedicada a  Santa María(1866) la cual lleva cementerio adosado.

 Me resultó curioso en el panel informativo parroquial encontrar noticias sobre la iglesia luterana en Oviedo.


Con relación a este enclave situado al  pie sureño de la Sierra de las Traviesas  me extraño la poca  información se encuentra en la Red, y sin embargo su iglesia nos habla de  cierta entidad  y dominancia, 

Y debió de tener cierta importancia en su tiempo y  máxime cuando hablamos de un enclave estratégico, pues de camino hacia La Ballota, ante cuyo destino nos desviamos para entrar hacia la Casa de El Picunal, topándonos  con un par de casamatas de la guerra civil, desde cuyas troneras se  domina el valle y las orillas del Narcea, un poco más abajo el camino nos ofrece impresionantes balcones con vistas al río Narcea, pues no en vano estamos encima del pueblo de Bárcena y del propio río.


Nos echamos desde El Picunal ladera abajo por un intenso sendero que le da la vuelta al promontorio de Los Pezones. Un sendero estrecho que nos coloca en el pueblo Álava, donde toma el acceso rodado que un poco más abajo nos permite desviarnos a la izquierda  y coger el PR-AS. 128 Ruta del Salmón  que vira al Este,  y con 24, 7 km rodados, poder  seguir a la vera del Narcea, por lo que fue la vieja plataforma ferroviaria, de Muros hacia Cangas de Narcea, cuyo proyecto ferroviario quería llegar a Villablino, aunque nunca llegó a funcionar.


Ahora tal infraestructura,m bien dentro de ella o en sus aledaños nos permite rodar cerca del rio Narcea.

Me choca lo limpio que está el sendero, dado el abandono general de la infraestructura senderista, volvemos a estar cerca de los predios jacobeos, como topónimos como L´Hospital  que se haya en la parroquia de San Bartolomé y ubicada al otro lado de la ruta y del Narcea,



Tras un buen trozo de  rodadura, unos 2 km., se entra en la aldea de Laneo, donde no solo se puede admirar  una buena colección de hórreos levantados sobre otras cimentaciones, sino tambien viejas casonas hidalgas como la casa de los Condes de Peñalba  de los siglos XVI y XVII, o la de los Longoria Rivera, o la del Llagar. 



Y como no, los secaderos de tabaco que en su día acogió las primeras plantaciones  de hoja de tabaco para la empresa holandesa Mont Tabac, y luego para la española Tabacalera, de aquello  ya no hay nada, ahora las fértiles huertas se dedican a la faba asturiana, que tiene pinta de darse bien.


De Laneo, se  sale virados  al Norte, siguiendo la fértil ribera del Narcea que contribuye a la zona con buenas tierras de limo,  

Se continua por el citado PR-AS 128 para  entrar de nuevo en los predios de la leyenda acerca de una vieja osa que rapta un hermoso bebé de los Señores de Doriga, que al ser encontrada por unos labriegos se pudo ver cómo la criatura era amamantada por la osa. 

Leyenda que en este caso valió como excusa para levantar una iglesia en honor a tal hecho, y que fue puesta bajo la advocación de San Salvador y cuya efigie osera podemos ver representada en los muros del monasterio.


Entre realidades, utopías, y vagos sueños y leyendas concluye esta pequeña ruta sobre uno de los inputs más importantes de las Veredas de los San Salvadores, las cuales cruzan de Norte a Sur y de Este a Oeste toda la región asturiana, y que vamos repasando en nuestra rodar ciclo montañero.
© Victor Guerra

viernes, 17 de enero de 2020

Veredas de San Salvador. Por tierras de Gijón y Villaviciosa



Punto de Salida y Llegada:  San Salvador de Deva (Gijón)
  • Puntos de Paso: Peridiella-Aboretón- Cordal de Baldornón-Collada de la Fumarea, Cordal de Peón- Alto La Cruz- Peón- Curviellu
  • Longitud de la Ruta:  38 km
  • Horario de la Ruta: 4 horas
  • Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.200 mtts.
  • Participantes:  Albano Capezzali, Toño Cuervo. Javier Riestra, Marcos Cernuda, Alejandra, Luis Roza, Javier Dolado, Josías, j. Ramón Natal, Javier Paredes y Victor Guerra.


Otro de los inputs de las Veredas de San Salvador,  el cual pasa desapercibido por las dichosas rehabilitaciones,  es la iglesia dedicada a Sal Salvador de Deva, la cual  se haya en el entorno de las peregrinaciones, una vez los peregrinos decidían desde Villaviciosa si ir por Quintes y Quintueles, o bien por Grases y Niévares y a través del Valle de Peón  el punto de referencia era al menos para los que venían por Níévares, ganar la iglesia de San Salvador de Deva, que cuesta imaginar su vieja estructura de templo prerrománico y de viejo monacato promovido por la reina Velasquita.


Esta será pues estas referencias parte de nuestra  ruta sabatina, aprovechando el buen día para  recorrer viejos caminos hollado para sus trasiegos camineros por peregrinos y  trajineros, los viejos  peregrinos dirección Oeste hacia Santiago,  y los otros, los nuevos, hacia el Este hacia Covadonga, por el llamado Camín de Covadonga.


En nuestro caso, dejamos lo grueso de la logística en el aparcamiento del Camping de Deva, donde se reúne la tropa biker para dar cuenta de este itinerario a través de dos significativa cordales, las cuales unen los territorios de Villaviciosa y Gijón.  Antes un buen café en las instalaciones del Camping,  y tras ello resueltos a dar la batalla del día.

Se sale por el lateral izquierdo del Camping, lindando con la carretera Nacional 632 para enfilar la subida del Camino de La Paradiella, por amplias pistas jalonadas de flechas del Camino de Santiago, que viene en sentido inverso, y que a buen seguro que no venían por aquí  sino que buscaban las viejas trazas que iban  por Pedroco  hacia San Salvador de Deva.

Fuera como fuere, pronto  ganamos la carretera AS-331, que se cruza y se sigue por dichas trazas cuando de tierra cuando asfaltadas, pasando por encima del túnel del Infanzón, dejando a la izquierda la citada arteria regional para subir hacia el Cementerio de Deva y el área recreativa del Parque del Monte de Deva, hasta alcanzar el enclave del Arboretón.

Ya encabalgados en la cumbral de Baldornón, se sigue dirección suroeste  por todo el Camino Forestal de Monte Deva adelante conviviendo durante un buen rato con diversas unidades bikers de distinta naturaleza, unos de ida y otros de vuelta.

Este transitado territorio  siempre fue un paraje ideal para el establecimiento de un Centro de BTT, pero nunca hubo mente preclara en el Ayuntamiento de Gijón que sopesara  esta posibilidad pese  al emporio montado a modo de Centro de Recepción para no se qué, y hoy prácticamente en desuso.

Hasta la red de senderos peoniles, hay que decir que fueron en su tiempo descatalogados, a partir de ahí que se puede esperar… lo más que se hizo en este sentido lo que llevó adelante Kiko Quirós para construir los trazados se descenso BTT por el Monte Deva.


Retorno a la ruta, para seguir hasta el enclave que reparte los flujos hacia Santurio  y la Casona de Rato, para seguir en nuestro caso de frente, ahora en franca orientación Sur, por el llamado Camino de Santa Olaya, hasta cruzar a eso de los 8 km otra significativa encrucijada,  con un claro ramal que va por la derecha hacia San Pelayo, al valle de Candanal,  y por la izquierda hacia el valle de Rioseco.

El trazado que llevamos nos dice que sigamos de frente hasta otro claro desvío que tomamos por la izquierda para no subir cordal arriba, la cual se vuelve a tomar unos metros más adelante, siguiendo ahora sí por el cumbral adelante y conocida como la de Baldornón.

Se sigue, según dicen algunas cartografías por trazado marcado como PR-AS 118 pero tan desmantelado como el resto de senderos de Asturias.

Desde el último enclave la subida se hace más dura para ganar de esta manera el promontorio de Cima, donde se hallan las antenas de la llamada Sierra del Fario (13, 3 Km)  las cuales dan acceso a la verdadera Cordal del Deva que va por la Cabaña del Marqués hacia la Peña Faba y morir ante el Alto de la Olla, dejando entremedias la riega de Riosecu, pero en esta ocasión la dejamos para irnos por la Sierra de Peón.


Situados ante las antenas del Fario, se vira al Este, para realizar una rápida bajada por el Llano de la Fumarea, hacia el enclave de la Collada de la Fumarea con un nuevo tramo asfaltado hasta completar 15 km., de ruta.

Esta collada  reparte flujos hacia el Sur para caer en  Sariego,  y por el Norte hacia  el valle de Candanal, y  en nuestro caso, no tomamos ninguno de los dos, pues para ir cerrando el bucle  se coge en plano el camino que va a media ladera  hacia la Campera del Caleyu, dejando el ramal que sube va a la Campa de la Morena,  dirección al pueblo de Lluaria.

Nuestra ruta se cierra de este modo el bucle sobre  el valle de Candanal por el camino que recorre toda la Cordal de Peón, que para ser bien del todo habría que cogerla en el Campo la Morena. Pero para ir más cómodo seguimos al abrigo de la cumbral, por la vertiente Oeste por encima del núcleo de la Riera Llaneces para cruzar a los casi que 19 km.,l cumbral  por el cual transita un camino muy modificado por la acción de los trajines maderistas, nosotros preferimos  un camino más tranquilo  por cuyo motivo nos vamos  a la derecha para tomar una amplia senda que va en paralelo a la línea cumbral, pero por la vertiente Este, dando vista al valle de Fabares  y Rozaes, y el amplio valle villaviciosino con vistas a lo lejos de la bocana de la ría en el Puntal. Se rueda netamente hacia el Norte.


 Si tomamos este camino lateral es porque resulta muy tranquilo, tiene unos buenos firmes y se haya muy protegido a los vientos, de esta manera rodamos hasta la Llaguna, punto donde se sale al cumbral de Peón, y por el cual seguimos hasta desembocar en Alto de la Cruz y la carretera VV-8 que une Peón con Villaviciosa.

Estamos pues ante el trazado por el transitan los romeros siguiendo las señales jacobitas, que conviven  con las azules dedicadas al Camino Covadonguino  y que se dirigen al Este hacia Niévares, para de este modo realizar la Ruta del Garrapiellu con destino a Covadonga y que comparte trazado hasta Amandi, con el Camino Jacobeo.

Nuestra ruta en el Alto de la Cruz,vira ahora al Oeste, y presenta dos alternativas, una la que marcan las pintadas jacobeas  que siguen la carretera VV-8, dejando de lado  ladea abajo hasta el PK, 5,5 de la carretera, y que nosotros marcamos con  26, 6 km., de nuestra ruta, y en este caso se siguen las marcas azules y amarillas cada uno mirando en sentido inverso. En dicho punto nuestro trazado vira a la izquierda para entrar por un camino de nueva hechura que baja hacia una primera casa y luego por una estrecha senda hacia La Casona.  Se trata de una bajada por un estrecho sendero a veces un tanto cerrado por la vegetación, el cual no se convierte en camino hasta un poco antes de llegar a la altura de las primeras casas del barrio de la Casona.


 Ahora las marcas jacobeas bajan un poco más, hasta las Casas de Carpintosa y por trazados hormigonados ganar el núcleo más poblado de La Casona. Con las cuales volvemos a coincidir más abajo y ya  seguimos con ellas hasta casi que la finalización de la ruta,

Digamos que aquí  ha habido cambio de trazados y marcas en función de variados  y variados intereses.
  
El otro camino, que estuvo marcado como jacobeo y también como  Camín de Covadonga, es el que se coge tras bajar de la Cruz, a la izquierda, es el primer camino que encontramos y que busca la riega del Escorial y que en parte ella ha sido la culpable de haber puesto patas arriba tal trazado, pues el agua ha desarmado en gran parte de sus firmes, presentando la ruptura de sus firmes, de ahí que para bajar esté medio transitable, aunque de aquella manera, pero para subir digamos que es muy complicado. Este camino tiene las marcas borradas, aunque no sabemos por qué razón y quien lo hizo, si ello se debe al estado o por alguna otra razón

En todo caso nosotros seguimos las marcas azules en dirección inversa hacia el núcleo de La Casona,  cogiendo pronto el eje  da acceso a las casas de Casamoira   y que nos deja ante la iglesia de Santiago de Peón, la cual hoy  poco o nada tiene que ver con el antiguo jalón religioso de antaño, aunque quedan restos desperdigados por el templo actual, de ahí que nadie se acerque hasta su portalada, tal y como se queja algún vecino. Digamos que los peregrinos van  con prisa hacia Santiago.


Sobre este trazado poco nos dice Mª Josefa Sanz Fuentes, en su trabajo de recuperación del Camino de Santiago,  autora que por lo general obvia los inputs de San Salvador, en el caso de Santiago de Peón  solo  nos habla como de pasada de su feligresía.

En todo caso nuestra ruta es obvio que se ha de visitar Santiago de Peón, y como no, también  otro punto neurálgico de la ruta, en este caso gastronómico como es Casa Pepito, donde se impone un descanso para escanciar un culín de sidra y comer un huevo cocido, que para los peregrinos es reconfortante tras ganar el Alto de la Cruz y la posterior bajada desde el Alto La Cruz, topónimo que se repite con bastante asiduidad en muchos caminos de peregrinaje.

Tras salir del yantar de Pepito, se cruza el río España por el puente de Llantao, para ascender por la derecha de la carretera  AS-331,  que va al Curviellu, pero nosotros lo haremos por un camino lateral que sube por el barrio del Requexu,  camino amplio aunque en algún punto se estrecha y se hace subida técnica  para dejarnos ante un tramo asfaltado mediante  el cual se llega al Alto de Curviellu ya con 31, 2 km rodados. La vista sobre el valle de Peon, y lego sobre el poblamiento gijonés es impresionante.


El Camino jacobeo baja por la carretera abajo y se desvía un poco más abajo hacia  La Olla, tal y como dice Maria Josefa Sanz  para luego seguir hacia el Mirador y seguir ya en la parte baja del valle  por El Estanco y La Pontica hacia Villamanín   y la Guía.

Sin embargo  hay algo que no me cuadra en ese relato, pues el Camino trazado por esta estudiosa del Camino,  deja de lado dos input tan importantes como la fuente de los Güeyos del Deva, y desde luego la iglesia referencial dentro de la Vereda de los San Salvadores,   como es la de Deva,  hoy anexionada al muro de cierre de la finca del Chalet de los Conde  de Revillagigedo, conocida como Quinta el Conde. Y que se su portalada presenta un escudo armorial bien conservado.

Y aquí vuelve a suceder los mismo que en Peón, que no queda casi nada del antiguo templo prerrománico que estaba a su vez vinculado a un viejo monacato de los siglo X u XI.  En la portada hay una vieja inscripción que dice: En nombre del Señor Jesucristo, por amor del cual la reina Velasquita, hija de Ramiro, edificó el templo del Señor Salvador. Aquí se guardan las reliquias, para que ella reciba premio digno en el seno de los santos, viva aquí feliz y consagrada y consigan el reino de Dios. Amén. Con lo cual se consagro este templo.


Dicho templo se donó por la reina Velasquita a San Salvador de Oviedo, a pesar de estar retirada después del repudio por parte de su marido Bermudo II, esta parece ser que donó al monasterio de las Pelayas de Oviedo todo el conjunto, lo que lleva algunos historiadores a pensar que esta donación pueda ser falsa estando Velasquita recluida en San Pelayo

Al conjunto de la fuente de Deva y la iglesia le dedica el escritor Xurde Morán todo una entrada la mar de interesante Por el Amor de la reina Velasquita.

En este punto concluye nuestra ruta sigue unos metros para desembarcar de nuevo en el aparcamiento del Camping de Deva donde hay un albergue de peregrinos.

·         TRACK DE LA RUTA WIKILOC
·         BOOK FOTOGRÁFICO

© Victor Guerra

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