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viernes, 24 de enero de 2020

Rodando por las Veredas de San Salvador de Cornellana


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Punto de Salida y Llegada:  Cornellana
·         Puntos de Paso.Sobrerriba -Llamas-Casazorrina- La Devesa-Otero-Cermoño- Laneo
·         Longitud de la Ruta:  34 Km
·         Horario de la Ruta: 4 horas
·         Desnivel acumulado de ascenso y descenso:  871 mts.
·  Participantes:  Juan Piñera, Javier Paredes, Luz Fernández, Albano Capezzali y Victor Guerra

Situarse en Cornellana, es llegar a uno de los principales inputs de las Veredas del Salvador, lo cual se ejemplifica muy bien con la presencia del monasterio de San Salvador,  una de las puertas del Occidente Astur.

Atraídos por tanta leyenda, nos convocamos ante el monacato de Cornellana que data  del 1024, cuando una hija del rey Bermudo II y la famosa Velasquita de León, Doña Cristina, dona unas propiedades y una iglesia, la cual no sin trasiegos heredaron los monjes negros de Cluny en el 1122, y cuya heredad  pasando el tiempo dado que el cenobio había roto las relaciones con la Orden borgoñona será fruto de varias disputas entre las cuales se hayan  años adelante a propietarios  castellanos, ya que en el 1536, este monacato pasará a depender de los cistercienses de Valladolid, que como primer paso hacen imperar  el sello mesetario con la colocación del escudo de Castilla y León  en la fachada de la iglesia.


En definitiva, estamos ante dos formas de ver y actuar en el mundo medieval, por un lado Cluny, y por el otro la reforma del Cister, ambas entidades se sitúan en la frontera entre el decaimiento del mundo visigodo y la reforma gregoriana y el rito romano.

Este es el marco histórico monumental del que parte nuestra ruta que toma como referencia Cornellana para hacer un bucle no muy complicado por estas tierras entre Grao y Salas, uniendo dos valles fluviales, el del Nonaya y el que riega el río Narcea, punto de confluencias y divergencias, de varios Caminos: el Primitivo y las variantes hacia el de la Costa.

Preparamos las trotonas ante el desvencijado monasterio de Doña Cristina, par salir a rodar unas cuatro horas, no sin antes tomarnos un café en uno de los vetustos locales de Cornellana, el Café Casino, y hábilmente pertrechados para ruta, ponemos rumbo al monasterio para rodearlo camino de Sobrerriba, para lo cual seguimos las marcas jacobeas, pues nuestro destino es llegar a las puertas de Salas, siguiendo las flechas amarillas que van al Oeste.

El monasterio que sufrió en sus diferentes épocas las extravagancias de monjes y señores, queda bien a las claras en la descompensación arquitectónica del edificio, que parece más bien un corte y pega, que un proyecto del pasado que se va modificando con el pasar de los años.


Vamos rodando a la vez que tomamos pulso a la dimensión del complejo monacal abandonado desde hace lustros.

Se dice que en su tiempo fue monacato dúplice, de monjes y monjas, pero no parece que haya dejado mucha huella en  la localidad, que más bien parece dar la espalda a tal equipamiento, más allá de la existencia de una pancarta en la balconada que recuerda que vana cumplirse los mil años de su nacimiento.

De nuevo en el viejo trasiego caminero, este se ha modificado, pues la presencia de la Autovía del Cantábrico, nos hace dar una pequeña vuelta  para subir  directamente hacia la aldea de Sobrerriba. Subimos por el acceso rodado que nos da una impresionante vista sobre el monasterio y la villa de Cornellana, que desde hace años tiene más puesto el ojo en los temas salmoneros que en temas de monjes y Caminos.

Nada más dejar atrás el panel de la Sobrerriba, una vieja casona rural a nuestra derecha nos muestra en uno de los laterales el escudo de los Longoria de Tejero con un impresionante león rampante ocupando todo el blasón.


Se sigue carretera adelante, subiendo hacia el poblamiento de Sobrerriba que se cruza en ascenso siguiendo las marcas jacobeas, pues no en vano por aquí transita el Camino Primitivo.

Camino este, que siguió Alfonso II el Casto, que más que ir a venerar el sancti jacobi , su idea era traerse  lo que allí hubiera para San Salvador de Oviedo que era su sede y a la cual su anterior parentela habían traído importantes reliquias, pero fue imposible.

Aquí en Cornellana, se puede decir que es punto de fuga, junto con Grao y La Espina de los romeros a Santiago, pues si la cosa pintaba mal climatológicamente hablando, pues todavía quedaba cruzar las tierras de Tineo y los puertos del Palo y el Acebo, los Hospitales no eran más que un atajo ganadero, por tanto llegados a Cornellana, estos se iban por el hoy conocido Corredor del Narcea hacia la capital que fuera del reino, o sea Pravia, y de esta manera empatar con el Camino del Norte, hacia otros jalones dedicados a  San Salvador,  y además se iba hacia la villa obispal de Mondoñedo.


Nuestra ruta una vez en lo alto del pueblo sigue por un amplio camino que nos va poniendo en situación sobre los que nos espera, una traza que coge en primer término altura sobre el río Nonaya   y que  nos presenta un bonito trazado  que luego se echa en descenso, algo estrecho y con algunos puntos que merecen atención técnica, y que pronto nos dejará ante el pueblo de Llamas, cuyos entornos reconoceremos por la presencia de las instalaciones  dedicadas a la molienda de  areniscas.

Se cruza  la rica pradería de los Pradones, por terrenos asfaltados  dejando atrás uno de los escasos palomares circulares de la zona, y con vistas sobre los núcleo de Espinedo y la Calzada, por donde debió discurrir el viejo camino en su día, y que ahora lo hace la nueva construcción de la autovía que se va articulando aunque sin saber el destino final.


Se pasa por el puente de la Carril y el enclave de Las Chamargas, hasta desembocar en el puente de Villampero, que nos da acceso a una larga recta que nos deja ante la impresionante fuente de Santiago, que conlleva la presencia de un gran lavadero. Estamos en la parroquia de Villazón, en cuyo dominio se dice que hubo otro monasterio datado en el 1219.

Nos irán asaltando a lo largo del camino los singulares hórreos alzados sobre diversas construcciones, los cuales presentan muy diversas soluciones y presentaciones estéticas

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Unos metros más allá, otra fuente en este caso la de Foncaliente o Fontecaliente, que no es tal cosa, pues el agua es más bien fresca, la cual tiene un bebezón lavadero adosado. 

Se continua por la vera del Monte Picarosu, pegados de nuevo al río Nonaya, por firmes de tierra y trazas camineras, hasta desembocar en el puente de Casazorrina construido sobre el siglo XVIII para entrar en dicho pueblo que cuenta ahora con un singular albergue peregrino.


Desde Casazorrina, con 8 km., rodados, se cruza todo el pueblo a lo largo y se continúa por camino de tierra, para pasar por delante del caserío y torre de la Devesa que en su día compró el historiador Javier F. Granda, autor del libro sobre Masonería y la prensa franquista.


Trayecto muy bonito que nos lleva a cruzar, dejando atrás la Devesa, la autovía mediante un túnel y la vieja carretera 634 ,   para continuar por una estrecha traza  hasta concluir en el pueblo de Mallecín, renunciando a entrar en  la villa de Salas, pero les invito a visitra la villa y pasear por sus calles, merece la pena, pues se entenderán mejor algunas cuestiones históricas sobre fueros e hidalguías.


En nuestro caso, cerramos el bucle  virando al Sur en Mallecin, para rodar unos cientos de metros por la carretera AS-266 hasta la Barrosa, donde se entra a la izquierda, hay un viejo camino que viene directamente de la Devesa hasta el Puente La Riba, pero nosotros lo obviamos, para cruzar el  citado pontón la riega Paraxas y subir ya por tramos asfaltados  por los predios de Otero, eso si  todo  asfalto hacia el núcleo de La Sala y dar vuelta de este modo al Pico el Cerro. Tras coronarlo se abre una nueva posibilidad  más caminera, ir hacia Cermoño por el Monte la Cuesta  tomando el camino viejo que bordeando va hacia el caserío de Reguera Oscura  y desembocando de este modo en la aldea de Cortes, para luego luego virar a Cermoño.


Nosotros nos fuimos dejando llevar por los trazados cómodos de los caminos asfaltados hasta alcanzar la aldea de Cermoño, y visitar su iglesia dedicada a  Santa María(1866) la cual lleva cementerio adosado.

 Me resultó curioso en el panel informativo parroquial encontrar noticias sobre la iglesia luterana en Oviedo.


Con relación a este enclave situado al  pie sureño de la Sierra de las Traviesas  me extraño la poca  información se encuentra en la Red, y sin embargo su iglesia nos habla de  cierta entidad  y dominancia, 

Y debió de tener cierta importancia en su tiempo y  máxime cuando hablamos de un enclave estratégico, pues de camino hacia La Ballota, ante cuyo destino nos desviamos para entrar hacia la Casa de El Picunal, topándonos  con un par de casamatas de la guerra civil, desde cuyas troneras se  domina el valle y las orillas del Narcea, un poco más abajo el camino nos ofrece impresionantes balcones con vistas al río Narcea, pues no en vano estamos encima del pueblo de Bárcena y del propio río.


Nos echamos desde El Picunal ladera abajo por un intenso sendero que le da la vuelta al promontorio de Los Pezones. Un sendero estrecho que nos coloca en el pueblo Álava, donde toma el acceso rodado que un poco más abajo nos permite desviarnos a la izquierda  y coger el PR-AS. 128 Ruta del Salmón  que vira al Este,  y con 24, 7 km rodados, poder  seguir a la vera del Narcea, por lo que fue la vieja plataforma ferroviaria, de Muros hacia Cangas de Narcea, cuyo proyecto ferroviario quería llegar a Villablino, aunque nunca llegó a funcionar.


Ahora tal infraestructura,m bien dentro de ella o en sus aledaños nos permite rodar cerca del rio Narcea.

Me choca lo limpio que está el sendero, dado el abandono general de la infraestructura senderista, volvemos a estar cerca de los predios jacobeos, como topónimos como L´Hospital  que se haya en la parroquia de San Bartolomé y ubicada al otro lado de la ruta y del Narcea,



Tras un buen trozo de  rodadura, unos 2 km., se entra en la aldea de Laneo, donde no solo se puede admirar  una buena colección de hórreos levantados sobre otras cimentaciones, sino tambien viejas casonas hidalgas como la casa de los Condes de Peñalba  de los siglos XVI y XVII, o la de los Longoria Rivera, o la del Llagar. 



Y como no, los secaderos de tabaco que en su día acogió las primeras plantaciones  de hoja de tabaco para la empresa holandesa Mont Tabac, y luego para la española Tabacalera, de aquello  ya no hay nada, ahora las fértiles huertas se dedican a la faba asturiana, que tiene pinta de darse bien.


De Laneo, se  sale virados  al Norte, siguiendo la fértil ribera del Narcea que contribuye a la zona con buenas tierras de limo,  

Se continua por el citado PR-AS 128 para  entrar de nuevo en los predios de la leyenda acerca de una vieja osa que rapta un hermoso bebé de los Señores de Doriga, que al ser encontrada por unos labriegos se pudo ver cómo la criatura era amamantada por la osa. 

Leyenda que en este caso valió como excusa para levantar una iglesia en honor a tal hecho, y que fue puesta bajo la advocación de San Salvador y cuya efigie osera podemos ver representada en los muros del monasterio.


Entre realidades, utopías, y vagos sueños y leyendas concluye esta pequeña ruta sobre uno de los inputs más importantes de las Veredas de los San Salvadores, las cuales cruzan de Norte a Sur y de Este a Oeste toda la región asturiana, y que vamos repasando en nuestra rodar ciclo montañero.
© Victor Guerra

viernes, 27 de mayo de 2016

Camino Primitivo. 2ª Etapa: Cornellana-Tineo

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  • Punto de Salida: Cornellana
  • · Punto de Llegada:Tineo
  • · Puntos de Paso: Villazón Salas- Bodenaya-La Espina- Pedregal  Tineo y vuelta
  • · Longitud de la Ruta: 63,7 km
  • · Horario de la Ruta. 6 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso: 1.343 mts
  • · Desnivel acumulado de descenso: 1343 mts
  • · Participantes: Polchi. J. Dolado- A. Truébano- Albano Capezzali-Natalia Palacios-Jose Ramón Orviz-Roberto Alvarez-Victor Guerra
  • · INDICE IBP: 127
En nuestra propuesta de seguir con el Camino Primitivo jacobeo por Asturias, afrontamos una nueva jornada cuyo punto de salida hemos definido en Cornellana, y en principio puesto el punto final de la etapa santiaguera en Tineo, pero por aquello de seguir el Camino Jacobeo, pero en esta ocasión por de no complicar la logística con coches pues se planteó un retorno a modo de bucle, aunque al final casi que volvimos por el mismo camino, aunque lo que teníamos en mente era regresar por la Cordal de Tineo y la zona del Aguión, pero el viento reinante y la climatología nos aconsejaron otro retorno.

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Salimos del Monasterio de Cornellana, que dicen fue levantado en honor de haber encontrado a la hija de Bermudo II de León , pues su hija (Infanta Cristina) se perdió por estas latitudes y fue cuidada por una osa. ¿Habrá que preguntarse qué hacía tal hija por Cornellana y por los bosques astures? Que buscaba champiñones. La Wiki no dice nada de todo eso.

Ante los muros monacales que rigió en su tiempo la todopoderosa orden cluniacenses y luego hereda de los benedictinos, propusimos el punto de reunión del grupeto ( 8 bikers) que estabas ansiosos por acometer estos nuevos territorios, un tanto desconocidos para algunos, por tanto tras tomarnos algo y saludar a la nueva compañera de pedales: Natalia Palacios, nos pusimos en marcha probando piñones, fuerzas y perniles por el repecho de Sobrearriba, lo cual ya nos puso en situación y en fila de a uno.

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En el pueblo ya dejamos el asfalto para entrar en tramos más estrechos que bordean dirección Oeste las laderas del Campo de los Vaqueiros, echando en algunos trechos pie a tierra, por dificultad técnica y por trasiego de bikers y jacobitas.

Tras coronar el repecho, el sendero se deja caer por unos zigzagueantes trazos hasta el río Nonaya que tocamos por unos instantes para llegar a las orillas del arenero de Llamas, cuyo pueblo cruzamos siguiendo las marcas jacobeas que nos llevan al Puente la Carril, entrando en la parroquia de Villazón para ganar los aledaños del Puente Villampero y por la zona bajera llegarnos a los laterales de Quintana. 

Tras dejar atrás la Casa de Mexil, de nuevo un intenso tramo de senda y camino por el Espenidal adelante para llegar a un lugar que siempre me ha gustado por su simpático nombre: Casazorrina, y «da questa guisa» seguir hacia el solariego caserío de La Debesa, tras mojarnos los pies en el Nonaya, y ya camino adelante entrar en Salas por el pueblo de Mallecín.

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Salas, cuya fundación de la puebla se debe a Alfonso X el Sabio, aunque en parte su belleza dicen las crónicas que se debe a la acción del inquisidor Valdés Salas. Fuera como fuere, cuando llegamos a la capital salense esta rebosaba de gente del motor, que mostraba su amor a base de acelerones y petardazos del escape.

Salimos del tumulto automovilístico raudos y veloces, eso sí con el respeto de unos hacia los otros, y ambos en direcciones contrarias, el vuestro con el objetivo de afrontar uno de los tramos más interesantes del Camino Primitivo, la subida hacia Bodenaya.

Dejamos atrás la atestada Torre de la Vila para pegarnos ya en lo rural a la vera del rio Nonaya que ahora queda por debajo de nuestro ciclar, y por el estrecho valle fluvial vamos cogiendo altura hasta la obligada parada para ver las Cascadas del Nonaya que baja del pueblo de Peñallonga.
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Tras la visita, ahora nos queda remontar un tramo que por La Pavera gana el emplazamiento de El Llanón en la misma carretera N-634. Es un tramo con alguna exigencia técnica en ascenso que vamos ganando cada uno según su calidad y cualidad, hasta la misma carretera por la cual seguimos en ascenso unos metros hasta coger el desvío ante la vieja casa de Servando, donde se toma a la izquierda, cruzando la carretera y afrontando el trazado que circula por tramos que hacen de camino de servicio de la Autovía.

A eso de los 17 km rodados y a 658 mts., de altitud se gana la aldea de Porciles, y tras cruzar la Carretera Nacional- 634,en Bodenaya, que nos recibe con su peculiar albergue peregrino, a cuyo punto nos ponemos la ropa de agua, pues el chubasco nos pilla camino del enclave de La Espina, donde descansan los restos del que fuera el último Presidente de la República Española en el exilio: José Maldonado, al que he dedicado un pequeño trabajo historiográfico..

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En La Espina, nuestras viejas migas del Café París, han colgado los trastos, por lo cual nos vamos a otro bar a tomar un reconstituyente para afrontar la nueva fase del Camino que tenemos previsto para poder llegar a Tineo y dar la vuelta.

El personal está contento, pues la nueva amiga rueda bien, la ruta está gustando, aunque el viento reinante y la amenaza de lluvia tiene a alguno del grupo un tanto atribulado porque la lluvia nos fuera a pillar y dejar fuera de combate.

Afrontamos el segundo tramo del Camino Jacobeo por tierras tinetenses, subiendo por La Calea Arriba, como dice el amigo Juan Moreno «o todo para arriba o en falsos llanos por las medias laderas», lo cierto que el bello camino que nos separa de Tineo, es de una belleza excepcional. El Camino en cuanto coge altura y deja atrás La Pereda, a la altura de las Matiegas presenta unas excepcionales vistas al Sur sobre las amplias praderas tinetenses con las viejas cordales que se abre al pie del río Narcea de fondo.

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Vamos por una sucesión de caminos y sendas que van enlazando pequeñas aldeas ganaderas como El Espín, Argumón, o algún pueblo más grande como Pedregal, para de nuevo subir a faldear por las Tabladas de Rozón y La Escalada. Todo un tramo de excelsa belleza tanto por el entorno como por el propio camino que presenta tramos embarrados, pues el agua mana por todos los lados, pero eso es parte de la belleza de la etapa, aunque los jacobitas vayan un poco agotados de tanto sortear charcos y escorrentías.

Es increíble la cantidad de peregrinos que nos fuimos encontrando por el camino, en general señoras, y casi todos de bastante edad, como las dos señoras oriundas de Gijón y residiendo en Francia y Bélgica desde casi que eran niñas. Una d eellas residente en Alpes me preguntó cual era la lógica de las marcas del Camino Primitivo, pues desde Oviedo se venía haciendo esa pregunta. )

Hemos visto algunas otras parejas jóvenes, con espectaculares palos cogidos en cualquier sitio y a modo de bordón caminar con él, a pesar del peso y la deformidad del palo, turigrino los llaman. En fin, cada uno hace el Camino como le viene en gana, como puede y como sabe.

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Dejamos pues a los jacobitas que iban rumbo a Santiago, y seguimos el bello camino tinetense que se abre paso entre carrileiras de piedras a modo de linde separando prados de un verdor increíble, al llegar aquí como los jabalíes del grupo tiraban , nos quedamos al refugio de un notable roble a picare algo y comprobar como en medio de unos rayos de sol aparecía el granizo ¡ Espectacular.¡

Subimos un poco más por encima de Santa Eulalia de Tineo para cruzar el riego de Ferroiro y entrar en el entrañable lugar de la Ermita de San Roque, al pie del pico Las Eras a Tineo donde se concluye la 2 ª Etapa que hemos establecido para esta ocasión.

En Tineo tras unas fotos ante los monolitos de José Maldonado, último presidente de la Republica Española en el Exilio, y contemplar como la que fue su casa que fue tomada por las fuerzas triunfadoras para usos del sistema, hoy esta se cae a pedazos, cuando debería ser todo un homenaje a modo de pequeño museo dedicado a su quehacer y a los valores republicanos. Pero esto es España y su extraña concepción de la Memoria Histórica.

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Concluida la ruta establecida como Camino Primitivo con fotos varias, ahora nos queda el regreso, que como digo estaba previsto hacerlo por las cordales, pero viendo el cariz climatológico y el fuerte viento, pasamos de subir a la Casa el Puerto, y ciclar la Cordal de Tineo para llegar a la Espina, por cuyo motivo nos echamos a la carretera que comunica Tineo con la Espina que va en paralelo al Camino se Santiago, y en fila de uno nos vamos relevando hasta llegar a la Espina , habiendo cubierto en poco tiempo los 11 o 12 km de distancia que existen entre un punto y otro.

Ya en la Espina se plantea la cuestión ¿Qué hacer? La Cordal de Aguión para desde ella ir hacia El Viso, y dado lo avanzado del día y la climatología no parecía una buena alternativa irnos hacia el promontorio de los Eólicos y bajar hacia Salas por las amplias pistas, eso atraía poco al personal, por lo cual decidimos disfrutar del Camino en sentido inverso.

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Pues por delante teníamos la bonita bajada por el Nonaya hasta Salas, no faltó tiempo para plantearlo, cuando ya arrancamos para tomar en Bodenaya el camino de descenso, no era el trialero sendero del del Viso, pero nos valió, pues este tiene las dificultades justas como para que podamos soltar freno, sin “mancarnos” que diría el otro, y fue en este tramo donde el amigo Poldo y Natalia, y algún otro, de los que no se acuerdan que hay frenos, gozaron como verderones que dice el refrán en la bajada.

Y así fuimos enfrentando la bajada en base a tramos y en una hora interesante, pues dado lo avanzado de la tarde no había peregrinos, por tanto, teníamos para nosotros todo el descenso hasta concluir de nuevo en Salas

Aquí sí que no hubo otra opción, ya que la mejor era volver a realizar el Camino pegado al río que unas horas habíamos ciclado, y dicho y hecho, aunque la subida al cotero antes de dejarnos caer hacia Sobrearriba, se nos atragantó a más de uno pero valió la pena.

Llegados a Cornellana, pues ya se sabe, lo primero un lavado de cara a base de pañuelitos para bebes, salvo alguna que cuenta con ducha portátil…, y luego a celebrarlo con una cerveza, para una buena recuperación como mandan los cánones del ciclismo.

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  • · Fotos de la Ruta de Victor Guerra, Albano Capezzali, José Ramón Orviz
Victor Guerra

viernes, 20 de mayo de 2016

Por el Camino Primitivo: Oviedo-Cornellana

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Foto de Juan Piñera
  • · Punto de Salida: Oviedo
  • · Punto de Llegada: Cornellana
  • · Puntos de Paso:Lloriana, Gallegos-Venta Escamplero-Valsera-Premoño-Anzo-Peñaflor-Grado- El Fresno-Doriga
  • · Longitud de la Ruta: 37 Km
  • · Horario de la Ruta. 4 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso: 797 mts
  • · Desnivel acumulado de descenso: 954 mts
  • · Participantes: Javier Paredes, Luz, Albano Capezzali, Javier Dolado, Juan Piñera, Angel Truébano, David Suárez.
  • · INDICE IBP: 83
Hay días que todo sale un poco raro, y esta primera etapa del Camino Primitivo, que debiera de haber sido algo especial, porque se arrancábamos desde el mismo Oviedo para acometer una primera etapa, de uno de los primigenios caminos astures, conocido como Camino Primitivo, se quedó sin foto oficial de salida
.
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citar a mis conmilitones a las 8 de la mañana, hubo de retrasarse la salida hasta la 9 de la mañana por problemas varios, dando por comenzada la ruta al pie del Archivo Histórico de Asturias, tomando rumbo hacia La Florida comandados por D. Javier Dolado, tras un apresurado té en el café de La Luna de Oviedo.

Tras dejar los trastos, pronto nos colocamos en la traza del viejo Camino jacobita que enfila hacia el límite provincial, hacia el límite provincial en Fonsagrada, de cuya población aún quedan muchos kilómetros por cubrir, pero al pie de Oviedo se empiezan a dejar ver los primeros vestigios santiagueros como las fuentes, perdidas por viejos tramos de bosque o las capillas y los viejos tejos de vetustas reminiscencias religiosas.

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El Camino arranca pues de Oviedo, y lo hace dirección Oeste por Llampaxuga para ganar la iglesiona de Santa María de Lloriana, a cuyo pie el bueno de Ricardo Morjardín sigue durmiendo la mañana, amarrado a sus oníricos sueños zoo, pese a llamarlo a voz en grito, ¡Ni caso¡.

Seguimos ruta para emprender una bajada hasta entroncar con la carretera AS-232 a la altura de Campiello. 
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Esto será toda una constante, tramos de camino y carreteras locales. Ahora seguimos en ascenso hasta Gallegos, donde nos desviamos a la derecha para entrar en un sendero en descenso hacia el río Nora, teniendo como referencias el Molín de los Quintos, nunca entendí por qué el Camino jacobita hace este bucle, y se mete en la fondigonada del río con lo que ello suponía de peligroso para el peregrino, barro, agua y mucha humedad, amén del desnivel que se pierde y que hay que volver a ganar desde Los Arroxos, ya por asfalto (ahora) a la Venta de Escamplero, que presenta un desnivel endemoniado, cuando el tramo es recto y sin complicaciones.

Por el camino jacobita, vamos encontrando grupos de muy diversa índole que van haciendo el Camino Primitivo camino de Oviedo, y me llama la atención como contraste entre lo amables que son los jacobitas mientras hacen el Camino, y el trato tan arisco que nos ofrecen hoy, tal vez sea esta lluviosa mañana ovetense, o por l pelea con el barro, o por el paso de nuestras trotonas, o por el poco manejo del idioma, pues muchos de ellos son extranjeros, y es que en general no presentan un amable semblante. Lo cierto es que está resultando una dura climatología esta primavera para los temas camineros

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Ganada la Venta de Escamplero se sigue por carretera por la parroquia de Valsera y por Taraniello hasta desembocar ante la ermita de la Virgen de Fátima en el mismo Valsera, donde dejamos la AS- 232, para tomar por un acceso local marcado como PR.AS 172, cuyo trazado nos mete en una bonita valleja con el Molino de la Razaba, pasando al pie de Cueva Oscura y por Picarín, todo ello a la par del río Andallón para de este modo ganar la Ermita de San Ana de Premoño, que fue en su tiempo Hospital de Peregrinos.

El personal parece tener prisa, y más desde que comentamos la posibilidad de tomar una cerveza con nuestras amigas de Confitería Pastur de Grao, lo que ha dado alas algunos de los colegas, y pasaron de visitar las termas de Premoño, para internarse en el bello recorrido hacia Paladín, por la Vega de Anzo, donde probé la bicicleta que aportó Albano Capezzali, por cortesía de Deportes Roxin de Avilés, una Trek de ruedas gordas, al estilo de fat bike, que era como subirse a tractor, pues las sensaciones son raras, amén de que tirar por todo el trasto con la fricción que tiene me parece bestial.

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Por otro lado, rodar al lado del Nalón siempre es un gusto y su diminuto sendero se nos queda pequeño puesto que pronto hemos de salir a la AS-234 cerca de Las Casas, hasta desembocar en el Puente de Peñaflor, el cual más que recordarme a las rutas jacobeas, me recuerdan a las invasiones napoleónicas, aunque es esta ocasión el paso por Peñaflor, pueblo fue diferente pues me interné por la calle signada como camino, y sí que la estructura responde a las calles eje santiagueras.

Tras el pueblo, viene el rodar por el amplio camino que surca las Vegas de Grao, entrando de este modo en la villa moscona por excelencia, tras las «vistas» de un bonito y expresivo nalgatorio cuya imagen nos acompaña hasta el mismo centro de Garo, donde nos refugiamos unos minutos en la Pastelería Pastur, con sus simpáticas doncellas, cada día más guapas y salerosas.

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A la salida de la confitería, perdemos 4 unidades bikers, pues Luz y Javier, huyen para coger el tren a Oviedo a sus quehaceres y Truébano y su amigo retornan a Oviedo rodando, o sea que nos quedamos los 4 de marras: Javier Dolado, Albano Capezzali, Juan Piñera y el que suscribe, que emprendemos la ruta, cruzando toda la villa moscona para ir tomando el pulso a la larga ascensión que nos queda hasta el Fresno, mientras Juan me va comentando la misoginia experiencia a la inversa que ha tenido con las «Mama Chicho» en pleno siglo XXI. En fin, las cosas de la moda y de los patrocinios.

Seguimos nuestra ascensión pura y dura por el Acebedo arriba, donde somos alcanzados por Manu Luengo y su compañero, que suben a buen ritmo, al menos hasta encontrarse con nosotros rebajando así su marcheta para comentar algunas cosas, y despedirnos en La Venta, donde me quedo de ultimas exprimiendo el desarrollo a tope, pues los repechones hasta alcanzar El Fresno, son duros de cojines, pues hay que ganar unos 300 mts de desnivel en apenas 4 km.

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Aunque una vez ganado el Santuario del Fresno, con 30,7 km rodados digamos que la cosa está hecha, pues, además de ganar la vertiente, nos ganamos también cambiar de concejo, pues ahora nos vamos al de Salas el cual nos presenta una bajada por Doriga, por caminos y sendero, que ahora debido a la presencia de la autopista, han ido variando su trazado.

Por cierto, la autopista presenta toda una vista con su extraño avance, con impresionantes columnas que no parecen comunicar unas con otras… en fin prodigios de la técnica que iremos viendo cómo avanza.

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En San Marcelo se conecta con la carretera SL-9 para luego bajar por un camino por la Reaz hasta Doriga, cuyo bello palacio no veo, y tras cruzar de nuevo la SL-9 nos vamos por el camino del Cementerio hacia Marcel, por un sendero peligroso en pendiente y en piedras, muy mojado, pues en el descenso nos ha caído el aguacero del día, y el firme del sendero está como para irse en plancha, tras forzar algunos tramos y bajar con la trotona del ramal hasta Casas del Puente, y a la vera de la AS-15, y rodar por ella por la derecha hasta la Rodriga (famosa rotonda) y de este modo entrar en Cornellana triunfantes, aunque un poco mermados.

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Si mucho entretenimiento, nos aposentamos en Casa Ricardo, y con el acompañamiento de una buena sidra de Muñiz, un tanto fría, y con un buen menú del día, y unos platos de callos, vamos fetén, pues luego hay que coger el tren bien en Grao o bien en Pravia, pues Dolado no le entusiasma nada subir la Cabruñana y hacer el largo descenso hacia Grao, prefiere lo plano de Pravia, sin saber lo que el apretón que le espera por marcar ritmo durante la salida.

Apretón el de Juan Piñera, que la sidra fría le hizo efecto, y mientras yo dando pedal y dejándole tiempo para sazonar las tierras pravianas, Albano le mete un apretón de madre a Dolado, que se le salían las muelas de la encía de tanta presión rodadora.

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Al final, acabamos en Pravia frente a dos orujos, esperando un tren hacia Oviedo, cuando nos íbamos a montar el maquinista nos dice que tenía que conectar con la “central” (¿Madrid?), para ver si admitían cuatro o cinco bicis en el vagón, frente a la obligación que tenían de llevar tan solo tres,… Increíble, al final hubo autorización, suerte …. y mientras tanto FEVE perdiendo usuarios. Esto es España,¡¡¡

Así concluimos nuestra primera etapa del Camino Primitivo.

  • · Fotos de la ruta de Juan Piñera, Albano Capezzali, Victor Guerra
Victor Guerra
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