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miércoles, 8 de octubre de 2014

BTT/MTB LA COHABITACION CON OTROS USOS y USUARIOS (1ª Entrega)

Utopía significa no rendirse a las cosas tal y como son y luchar por las cosas tal y como debieran ser. Claudio Magris


Foto del Kapitan Pedales


Uno de los temas más polémico, y que más recorrido tiene en el desarrollo de la utilización de infraestructuras viales,  es el uso de los caminos y senderos por parte de los ciclistas de montaña, es precisamente esta cuestión la que genera la problemática de la cohabitación entre los diferentes usos lúdicos deportivos en el medio natural.

Lo cual la posible  solución parece una cuestión de lógica y de sentido común, pero algo nos incapacita para encontrar las posibles soluciones a este problema, tal vez  como dice el refrán esas dos cuestiones que entran en juego,  como la lógica y sentido común, parecen escasear entre unos y otros usuarios a la hora de enfrentarse a esta cuestión de la cohabitación de usos, de la cual ya en los albores del nacimiento de la BTT años 80 se empezaron a sentir los primeros  síntomas  de  una forma incipiente… y hasta ahora con una mayor acentuación en las problemáticas, pese a las horas que se han dedicado a las posibles soluciones de esta problemática.

Ya en 1955 los Ciclo-muletier franceses empezaban a ver que su incipiente práctica , si hubiera una actividad intensa en cuanto a su práctica podía traer graves consecuencias.

La  Revista Cycloturisme de la FFCT se hacía eco de un artículo de  1983  Hervé Bustschell, un ingeniero de la Oficina Nacional de Bosques  de Francia, que expone como ciclomuletier y responsable público de los bosques os problemas que su práctica (ciclomuletade)  podría afectar a espacios  tan singulares como los bosques, ya que la cyclomuletade buscaba  “una comunión y una relación intensa  con la naturaleza, y no utilizarla de una forma instrumental”, tal y como ahora sucede que la naturaleza  es un medio, un proveedor de servicios".

Situemos el contexto de la situación espacial y social y sus partenaires,  para ver cuales son las problemáticas que se dan  para que este problema sea tan patente y tenga tal   presencia a lo largo  de los años y las circunstancias y aún no esté resuelto.

Por otro lado,  esta  larga introducción servirá también para situar de forma correcta al autor de este post y mi práctica betetista y la visión, y el respeto que  siento por el medio rural y explotación, ya que he conformado parte de él ejerciendo muchas y diversas labores: Guia de Montaña y BTT, defensor del Parque Nacional de Picos de Europa, diseñador de recorridos senderistas y ciclistas, etc

Ppor tanto desarrollaré   este trabajo basándome en mi experiencia personal, de unos casi 30 años de practica betetista y teniendo mi región: Asturias como referente de este conflicto de la cohabitación, aunque me son  conocidas  también dichas problemáticas por mi faceta de diseñador de recorridos fuera y dentro de Asturias y formador en los temas educacionales de Mountain Bike.

PASTORES, GANADEROS y  LOS OTROS…

Los primeros señores en ocupar  los espacios rurales, aparte de los ganados salvajes o domésticos, fueron los pastores y ganaderos, amén del resto de los autóctonos del medio rural que aparte de la competencia con las alimañas, digamos que no tenían muchos problemas de cohabitación, más allá de los que originó La Mesta con el paso de ganados por los predios de otros, o los colindantes… o las conversión de las brañas y majadas en pueblos… y la industrialización ...pero eso ya queda muy atrás,  aunque la base del conflicto de la  cohabitación en los pastos y caminos entre autóctonos y "usuarios" parece haber quedado impregnado en nuestros genes.

Sin embargo todos estos habitantes autóctonos que mantenían el "status quo» del medio natural y su parte central de ellos mismo en ese entorno  empezarán a ver como sus predios irían siendo colonizados sobre manera en períodos de entresiglos, por nuevos “colonizadores” como fueron los llamados movimientos alpinistas, luego  vinieron los montañeros y  finalmente los senderistas, y al final de toda esta cadena los "usuarios o consumidores del entorno natural en el cual se  situarán  los turistas.

Todos ellos fueron necesitando de más espacio  lo cual fueron ganando casi siempre de espaldas a la cultura pastoril y ganadera,  la cual además entrará en conflicto por la aquiescencia de la cultura política que por ejemplo permitió entre otras cosas  la explotación de ese espacio por imperiosas necesidades socio-económicas,  por ejemplo las actividades geomineras, o  de otro tipo como más modernas como las acciones  conservacionistas de todo tipo, color y tamaño, y  como dice Jaime Izquierdo en su buen libro : Marqueses, funcionarios, políticos y pastores, "todos ellos utilizando códigos y conductas ajenas al medio rural."

Pero aunque no siempre hubo mucho respeto por parte de los nuevos colonizadores digamos los “otros”,  o sea los visitantes, excursionistas, alpinistas, montañeros, ingenieros etc..,  digamos que éstos no suponían  un gran estorbo para el medio rural,  aunque lo modificaran, pero también no deja de ser cierto que tal cuestión traía consigo un gran  hándicap como era el que estos nuevos usuarios enriquecían,  en parte, las frágiles economías agroganaderas, las cuales seguían construyendo y manteniendo un tanto ya deficitariamente, por ejemplo, los caminos y sendas, realizados  a medida de sus necesidades pastoriles, económicas y de relación social tan necesaria entre gentes y pueblos, y que ahora pues todo ello es utilizado por los nuevos colonizadores, una vez se ha dado un  cierto semiabandono, y no mediando conservación ni mantenimiento de tales infraestructuras, cuyo ejemplo de impacto puede verse muy bien en el desarrollo de los quads, en las espacios turistico-montañosos.

Cuando en épocas ya muy recientes hace aparición el senderismo, haciendo que los usos “alpinos” o montañeros no solo bajen de cota, sino que logran que tales actividades se popularicen y hasta  lograr hacerlas "universales” así como los espacios que ya son parte del bagaje para uso y disfrute de los nuevos visitantes, lo cual deviene en su profusión las singularidades directrices de los “políticos y marqueses” que hacen del espacio rural un medio económico en general muy estructurado a su antojo y capricho  configurando todo un nuevo mapa rural en forma de “espacios ecológicos", "espacios protegido"s, parques nacionales  o regionales" etc.., 

Desde este preciso momento la problemática de la cohabitación se dispara por la invasión de usos y "usuarios"  y sobremanera por la escasa cultura de la cohabitación  y la poca tolerancia entre unos y otros, unos que se sienten invadidos una vez más, y otros que sienten que tiene derechos, porque pagan o por que son españoles… y ya se sabe "España es de los españoles..";  las razones son varias y variadas, aunque siempre ha habido colectivos y personas que se ha acercado al medio rural con respeto y un cierto cuidado.

A DONDE QUIERO IR A PARAR….

A que las aldeas y pueblos tuvieron que lidiar con todos estos “colonizadores” de un espacio hecho a medida del autóctono y sus necesidades, y  ahora este autóctono  ve y siente como ese espacio de sonidos, de experiencia vital , social y económica o sea integración entre “pastos, pastores paisaje y paisanaje”, dicha simbiosis es alterada y colonizada por novedosos usos, y ya no estamos en la España decimonónica donde todo se admitía, ahora estamos en otra época .., y sobre todo ante  otras concepciones del espacio y sus aprovechamientos y sus defensa.

Los nuevos colonizadores llamados  senderistas,   o turistas en general, son  atraídos por esa  llamada del disfrute del “territorio antropocéntrico” , lo que no es malo en principio salvo por la masificación  pero su “stauo quo”  es lo lúdico, lo cual se puede decir que a nivel ambiental es "suave"  pues no impactan en el territorio de una manera determinante ya que su consideración conlleva el ejercicio de actividades suaves o blandas como el caminar o el senderismo, aunque no hay que olvidar que más  allá de estas actividades está también otro factor como  la masificación,  y la alteración que ello produce en las culturas autóctonas, que no es poco,  ni menor,  y que empieza a ser estudiado de una forma profunda, pero la reflexión en este artículo es otra, ante esa invasión y semi-destrucción  empiezan a revelarse los moradores de estos predios y paisajes con muy diversas reacciones.

Esto aquí a donde quiero llegar, a la invasión de los ámbitos rurales y naturales , y sobre todo  sobre  todo por la ocupación  de los espacios de de sierra y montaña  aún más frágiles los cuales empiezan a masificarse  con un cierto intenivismo  imperante por parte de estos nuevos moradores estivales y sus actividades, en la práctica del senderismo y el montañismo, que con el abandono  de la estructuras agro- ganaderas por los autóctonos,  hacen suyos los caminos y sendas,  vocacionando  estas  infraestructuras viales para nuevos usos. 

 Desarrollando estos colectivos senderistas y montañeros toda una cultura del marcaje y aparcelamiento de los caminos y sendas, a modo de PRs o GRs, que en principio fue moderada y más o menos cooperante con las culturas autóctonas protagonistas y hacedores y  como no mantenedores de la infraestructura vial y caminera, pero los nuevos copropietarios  terminarán captando recursos para  constituir mediante la utilización política la práctica senderista para hacer de todo ello un “producto turístico” en lo cual ahondará con toda pujanza la teocracia ambiental que facilitará y fomentará un desarrollo sin parangón y sin mucha planificación, facilitando causísticas varias.

DONDE ESTAMOS LOS CICLOMONTAÑEROS EN TODO ESTE CONTEXTO

La cultura lúdica de la que hablo pronto dejó paso a  la aparición de nuevas concepciones y búsqueda de sensaciones de carácter  más deportivo, y por tanto haciendo patente su presencia en  estos delicados espacios rurales, la tendencia de algunas de estas nuevas actividades más "deportivas" que lúdicas, con acentuadas inclinaciones hacia consideraciones más “adrenalinicas”, haciendo del deporte juego  y  diversión a la que que se ha ido convirtiendo este espacio  y de los caminos  en un escenario  y telón de fondo para el desarrollo estético de esta nueva concepción deportiva de fuerza y  deporte adrenalitico

En los albures de los años 80 se dío en España el nacimiento de la BTT o MTB que tuvo dos orígenes. Por un lado el parto que venía del mundo de surf, y el otro que vino de la mano de los montañeros, estos últimos nos  servimos dela bici como una forma  de redescubrir el medio rural, bien sea de montaña o de valle, y los largos recorridos ya muy  conocidos por nosotros como montañeros, fueron escenario de nuestras primeras rutas ciclomontañeras.

Los primeros, o sea los surferos quedaron fijados sus ámbitos de acción a los entornos urbanos, con  a rutas semi urbanas  con o sin instalaciones más o menos naturales  o artificiales en esos mismos entornos, es cuando podemos localizar los primeros desmontes para lograr los primeros descesnos ciclobikers, dando comienzo  de este modo a una actuación sobre dichos espacios rurales,  ajena a toda reglamentación y planificación, haciendo suyos territorios semiabandonados para convertirlos de este modo en sus campos de entreno o pruebas deportivas. I ejemplos hay uno y mil, en Asturias tenemos varios.

En este caso en Asturias hay tres casos sintomáticos que además corresponden a tres épocas distintas , por un lado las intervenciones en Deva, las del Naranco y por último las de Grado, amén de otras cuantas, eso sí llevadas o explotadas algunas de ellas en este momento por otro tipo de colectivos ciclobikers alejados de los primigenios perfiles que  desarrollaron estas instalaciones, tanto surferos como montañeros, digamos que hay como una nueva implantación de cultura eminentemente ciclista en el medio natural.

Hoy empezamos a recoger parte de esa cosecha con los encontronazos existentes con otros colectivos, como senderistas, ganaderos .. etc..,  tal y como se está dejando sentir en algunas partes de nuestra geografía, lo cual se quiere resolver a base de las filosofías del tardofranquismo más burocrático y conservacionista, imponiendo los modelos al uso bien desde los PRUG y los Patronatos de Gestión de los espacios protegidos, o discutiendo el hecho de la presencia en planos de derechos e igualdad, frente a los autóctonos.

El otro colectivo que extendió su practica entre la acción lúdica y deportiva, fue el de lo montañeros, reconvertidos en ciclomontañeros, los cuales pronto vieron que los antiguos caminos ganaderos podían ser recorridos a modo de la  “ciclomuletade” francesa, lo cual conllevaba de antemano no salirse de los caminos y sendas , no importando los porteos de  las bicicletas para el disfrute del medio, y satisfaciéndose con la contemplación del medio y esfuerzo y el dominio de la btt.

Esto conllevó que los escenarios de la practica ciclo lúdica-deportiva, bien fuese por la idiosincrasia de sus participantes, o por la atracción de los escenarios un tanto restringidos, por la cota de altitud , o por el conocimiento geográfico que había que tener de las zonas,  o la dificultad de accesos y acercamientos etc, hacía que la presencia betetista fuera más bien restringida  y minoritaria, y por tanto se convivía bastante bien con el colectivo montañero e incluso el ganadero, que en líenas generales  no se sentía demasiado invadido por esta novedosa prácticas lúdico-deportivas en los espacios que les eran tradicionales.

Hay que tener en cuenta que tampoco había una gran masa practicante en los medios urbanos, y cuando esta llegó a su cénit, tras comprobar que el deporte de la bicicleta de montaña era demasiado duro, pronto la practica decayó y por tanto no hubo excesivos problemas de convivencia más allá de los puntuales problemas  en distintas zonas, aunque no sean comparables estos escenarios  de provincias  por ejemplo al de la Comunidad de Madrid.

LA UNIVERSALIZACION DE LA PRACTICA CICLOBIKER

Esta convivencia entre unos y otros no había sido muy connatural pero  fue sobrellevada bastante bien, los territorios eran grandes y la diversidad de caminos y sendas también  y como la práctica de la BTT/MTB estaba más bien orientada al excursionismo y disfrute lúdico-deportivo era raro que nos encontrásemos enfrentados en territorios comprometidos por temas como dificultad o estrechez  de las sendas; aunque esa realidad en zonas como Madrid, tenía y tiene, otras consideraciones dado el gran peso poblacional del colectivo practicante que fuera de las grandes extensiones de las dehesas con sus Vías Pecuarias en las cuales no hay casi conflicto, lo cual no nos puede ocultar el atractivo que despierta para un desarrollo más “extremo” de las actividades  ludico-deportivas en la Sierra Norte  y Oeste de Madrid, las cuales sufren desde el principio desde la  presión de la práctica del montañismo-senderismo, en parte soportadas por los autóctonos...,  a lo que hay que sumar actividades desaparecidas por duras reglamentaciones, como el quad..  y también ahora mismo  la presencia de la btt …, 

Y esa presencia fue en momento importante y trajo problemas.., allá en los años 80-90 se ha de recordar, que por ejemplo, el Camino Schmit (Madrid) estuvo cerrado durante años por un atropello de un montañero por parte de ciclista de montaña.

El colectivo montañero, como ya he dicho, desde antiguo hizo suyos los caminos, los limpió, marcó y trabajó en su recuperación y convivió en cierto modo con las culturas autóctonas en tanto que estas  eran marcos referenciales de una sapiencia particular sobre toponimia, parajes y paisajes, en general cuestiones muy apreciada por la cultura montañera.

Con la llegada del senderismo, la practica bajó de cota y buscó caminos más fáciles y “universales” y la administración pública conservacionista del espacio rural facilitó tal extensión y disfrute de las infraestructuras  haciendo nacer unn cierto sentido de propiedad de estas infraestructuras por parte de los colectivos senderistas al mediar por otra parte un cierto abandono por parte de los colectivos agro-ganaderos; por otro lado siempre ha habido parte un cierto otorgamiento de  prioridad en el uso de estos caminos y sendas a las culturas camineras, por lo cual podemos decir que la cultura de la cohabitación era una premisa no escrita, pero que estaba ahí, y aunque esta presencia de usos en el mismo espacio causaba ciertos enfrentamientos o choques...,  la sangre  nunca llegaba al río.

Los delicados problemas de la cohabitación han empezado de nuevo a denotarse con el aumento y presión del colectivo ciclo biker, que proviene más bien de una cultura urbana y ciclista. la cual ocupa territorio sin más,  dicho colectivo, biodiverso y plural,  parte de varias cuestiones que empiezan a estar presentes en la práctica de dicho deporte como son  la  masificación por un lado.., junto con las sensaciones que en parte se persiguen  con dicho disfrute como son la explosión de la  adrenalina en espacios escenarios  y en algunos de ellos "conquistados" para el  en uso y disfrute de determinadas prácticas deportivas o eventos festivo-lúdicos-deportivos, a lo cual hay que unir en algunos de estos colectivos, de forma paradójica, cierta  indolencia por el territorio y los impactos que sobre ellos se pueda causar.

Dichos problemas se denotan sobre todo en aquellos espacios que ya de por sí son frágiles y comprometidos, los cuales bien por su dificultad técnica o bien por su estrechez,  hace que los potenciales conflictos se agranden y se generalicen, aunque últimamente los choques del colectivo ciclobiker empiezan a extenderse también con otros colectivos como son  los agro-ganaderos,o las explotaciones maderistas..etc, en parte porque también  por un lado un déficit de gestión publica del territorio , y frente a ello la tenemos la ocupación por  las actividades ciclomonatañeras, o bikers con la instalación  de equipamientos, o circuitos de uso y disfrute sin consentimiento de los propietarios  y su expansión y presencia en el territorio un tanto sin control

Ante esta ya delicada situación se han dado casos  que han venido complicar más la situación como es en parte  la presencia de los Centros de BTT, que unas veces han sido determinantes para la correcta ejecución de la practica deportiva de la BTT y su ordenación  en el medio natural, pero en otras ocasiones, diversos recorridos o Centros  han venido a acentuar aún más la problemática de la cohabitación o convivencia entre usos y usuarios, al marcar o usar sendas ya muy comprometidas en el uso y extensión de la posible  cohabitación, que no es posible dados los anchos y presencia por ejemplo de senderistas..

Por ejemplo en mi visita al Centro de BTT Zona Zero, eché de menos y así lo expresé en un  largo artículo la falta de advertencia  tanto en  folletos como en las  señalizaciones ,tanto  para unos como para  otros,   presencia de senderistas y ciclistas,  en los estrechos senderos “float”, 

Puedo decir que en toda ZONA ZERO  no había  un solo cartel anunciando o advirtiendo  a uno y a otro tipo de usuarios de la presencia de bicis o senderistas.

Y eso mismo lo estoy viendo casi a diario en el Parque Nacional del Guadarrama donde el IMBA no se corta un pelo de marcar sendas con sus características placas, sabiendo de antemano que dada la estrechez del sendero y  lo ancho de nuestros manillares, y lo imponente que puede ser en ocasiones nuestra presencia con grandes bicicletas, protecciones etc..por lo cual generamos cierto miedo o angustia en senderos de muy poca visibilidad, y en vez de buscar variantes .. nos empeñamos en marcar senderos que tienen comprometida su cohabitación, y eso lo hace una organización que tiene como lema la cohabitación.

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Hay que tener en cuenta  que la nueva explosión técnica,  y de uso masivo del BTT/MTB en algunos entornos y en sus diferentes modalidades  hace que los recorridos que antes estaban vedados a nuestra practica deportiva, un tanto tranquila en parte por un déficit técnico del ciclobiker,   hoy pueda ser todo ello  suplido por la biomecánica de nuestras bicicletas  que se lo “tragan todo” ,  y por  tanto aquellos senderos por los cuales solo transitaban los senderistas o montañeros ,y muy escasos y avezados ciclomontañeros, hoy son hollados por una gran caterva de ciclobikers que sienten el espacio natural y montañero  como suyo y en el  mismo plano de igualdad que el resto de  los usuarios, por tanto no sé corta un pimiento, ni auto se limita en su desarrollo, y la prueba la tenemos día a día en Yotube, lo último es lo  de Wilder Kaiser

Es una cultura ciclista muy ajena  y de espaldas al medio natural.

Recuerdo como anécdota que cuando yo recriminaba a cierto “endureros” sus innecesarios derrapajes dado el impacto y abrasión que esto ocasionaba  sobre el terreno, estos me decían entre sornas que lo único que hacían era amontonar tierra de una lado a otros; amén del uso que se hace del espacio privado y semipúblico sin permisos para crear espacios de entreno o competición.

Estas nuevas demandas en la búsqueda de sensaciones, de nuevos vértigos y desafíos  han  hecho que una parte de los ciclo biker suban a más altitud  buscando más desnivel y dificultad, generando  a la vez más problemáticas e impactos, y hasta posibles problemas de cohabitación o rechazo,  aunque no medien aún significados conflictos , pero los medios montañeros no ven con buenos ojos ese querer subir cada vez más arriba, y por tanto se quejan y ejercen presión, ya que luego todos nos vamos a encontrar en las partes bajas de los recorridos, generando aún más presión y conflicto… no trato de satanizar a colectivos o personas,  sino de reflexionar a calzón quitado sobre los que se está dando en el medio natural y los colectivos ciclistas desde mi particular visión como betetista.

Continuará próximo Miércoles con: Parámetros para la cohabitación y que hace  el resto de Europa con estos temas…?

Víctor Guerra
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