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viernes, 29 de noviembre de 2013

EN BTT DE MALLEZA AL PICO AGUION

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Foto de Rubén Bardera
  • · Punto de Partida y Llegada: Malleza (Salas)
  • · Punto de Paso: Villarín- Andolinas- Ermita de La Cerezal-Pico Aguión-Valderrodero-Mallecina
  • · Kilómetros de la Ruta: 32
  • · Horario de la Ruta: 5 horas
  • · Desnivel Ascenso Acumulado: 1.188 mts
  • · Desnivel Descenso Acumulado: 1.1218 mts
PARTICIPANTES: Rubén Bardera, Albano Capezzali, Oscar Soria, Miguel Ángel Álvarez Martínez, Jesús Gómez, Marcos Fuentes Cernuda, Juan Moreno, Noelia Rojo…
  • · INDICE IBP INDEX: 113
Este fin de semana teníamos como propuesta ciclomontañera rodar por los entornos de Malleza y la Sierra de Curiscao, DIcho y echo por lo cual avisé a mi amigo Paulino Lorences, para que a las 9 de la mañana tuviera,  a ser posible, abierto su Chigrin de Malleza, en el poder reconfortarnos con un café y unos "llambionaes", antes de acometer la ruta prevista que era ni más ni menos que subir hacia el Pico del Aguión.

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Y así fue, en una mañana fría,  con unos escasos  6º  y  con aguacero a mansalva, y rachas de crudo viento del Norte, salimos de bar más pequeño de Asturias: el  Chigrin de Paulino, dispuestos a lidiar con la ruta. En un principio la había diseñado para salir desde La Espina y desde ahí subir a las Gallinas para bajar luego a Malleza,  y de nuevo remontar al Picu Aguión camino de nuevo a La Espina;;  pero  hacía tan mal tiempo y la tentación de visitar a Paulino Lorences en su nueva iniciativa chigrera era muy fuerte, optamos por salir de Malleza y hacer un bucle con esos puntos de paso ya citados.

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Es de honor en la zona dar una pequeña vuelta por la Pequeña Habana, para ver las casonas y la grandiosidad de este pequeño pueblo salense, y de esta guisa ya enfilamos  hacia la carretera AS-225 para bajar por encima del Cementerio de Malleza hacia el desvío de Villarín; pasando antes por delante del Palacio del Conde de Toreno.  Un kilómetro más abajo dejamos la carretera para desviamos a la izquierda por la carretera local SL-14 que nos bajó hasta el río Aranguín, desde cuyo cauce pues  hay que remontar  a través de  las primeras rampas  de la jornada, eso sí asfaltadas,  hasta el mismo pueblo de Villarín.

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Tras desayunarnos con esta importante subida,  a la mitad del pueblo tuvimos que tomar un descanso, tras el cual al retomar resuello se nos incorporó al nutrido grupo biker, un persistente compañero de cuatro patas al que bautizamos como  "Moro. Se trataba de  un cachorro de pelo negro y buena grupa y de mediana talla,  que no nos abandonó hasta el final de la ruta, o sea que se chupó los 32 km al trote.

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Si lo de subir a Villarín era durillo, la cosa se fue complicando aún más… pues ante la bifurcación, ya  en lo más alto del pueblo, nuestro track nos llevó por el camino que sube de frente, para después tomar el ramal de la derecha un poco más adelante, dejando  otro que va por debajo de la Riega La Bordinga. Nuestra opción que en principio era como ya dije salir de  La Espina, para bajar  por estos lares , pero  al cambiar la cosa, la subida  se tornó  más dura  dado que a la pendiente se unió el piso de "enrrollado" de resbalosas piedras que hicieron que tuviéramos que patear durante un buen tramo ladera arriba,  eso sí para sufrimiento de nuestra nueva incorporación el  amigo Juan Moreno.

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Fuimos  ganando a pulso el poder desembocar en otra bifurcación más liviana, y hasta podía haber sido más calma,  si el amigo Jesús  Gómez  no fuera de explorador y tomara la pista más dura, la  que subía recta dirección Norte, buscando el arrimo del Pico Andolinas, más adivinado que entrevisto.

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Al final   este tramo de pista que medio se iba cerrando de vegetación también presentaba sus buenos repechos, tras su culminación  en BTT y a pie salimos a una pista que viene de la zona de la Castañal. Tomamos el ramal ascendente que va por debajo del límite municipal y del Pico Andolinas, para ir virando un poco hacia el Oeste en la misma medida que ganábamos la línea cumbral; es decir que una vez se llega a la zona alta uno dándole la espalda al citado pico. Y lo cierto es que fue una pena no poder ver ni un palmo delante de nuestras narices,pues el espectáculo sobre e el valle de Malleza en buenas circunstancias  de visibilidad es impresionante.

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En esta ocasión además tuvimos el agravante de que al llegar a la cota de los  700 mts altt.;  se dejó notar el frío intenso y un fuerte viento lo cual hacía que la sensación térmica fuera impresionante y si a ello unimos el agua, pues tenemos la componente final de un día de perros, nunca mejor dicho.

Ganado lo alto de la cordal proseguimos rumbo Oeste al abrigo de la sierra. que aún se eleva unos metros  por encima de nosotros y que parte nos abrigaba de los vientos dominantes.

En realidad aunque no veíamos un pimiento, estábamos en ese instante por encima de Gallinero, pero muy altos, en concreto en el lugar denominado El Picón, un abierto collado, donde los molinos eólicos rugían de lo lindo al mover sus palas.

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En ese punto se viramos al Norte para subir por la Sierra de los Baos,  hasta el Cueto de Baos  punto clave del nacimiento de la Sierra de los Cuatro Vientos,  la denominación hace honor a la situación que vivíamos; de este modo tambien es cierto que dimos por unos instantes  vista la valle de Brañaseca, que estaba algo más despejado,  perdiendo de vista por un tiempo el valle de Malleza-Mallecina.

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Ganado el promontorio del Cueto con 786 mts de altt.; se vira dirección Sur durante  unos cientos de metros para virar al Oeste de nuevo, y  ganar la solitaria Ermita de Cerezal  donde nos refugiamos por unos momentos para dar cuenta de nuestras vituallas y darle parte de nuestra comida a “Moro”  por sus inestimables esfuerzos y correteos, la cecina y las rajas de lomo adobado le debieron saber a gloria y darle fuerzas para el resto pues de contento echaba  carreras a nuestro alrededor y no perdía la cabeza del grupo .

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Desde Lendepeña, el sendero trazado que habíamos ido trayendo por  la cumbral adelante es amplio y cómodo, pues se trata de pistas a cuyos bordes se sitúan los molinos eólicos que pueblan toda esta zona , por algo se llama la Sierra de los Vientos, que en esos momentos  castigaba de madre nuestros ateridos cuerpos, aunque al ver a Marcos Fuentes Cernuda de culotte corto, uno creería que no debería hacer tanto frío, aunque pensamos que tal vez esa resistencia debiera ser producto de ser un natural de estas tierras, en concreto del pueblo xaldo-vaqueiro de  Socolina.

Una vez dejamos atrás el refugio de la Ermita de La Cerezal,  el track que había  dibujado para esta ocasión, toma  la deriva hacia el Sur, camino de Malleza. Lo cierto es que sin un GPS, con estas densas nieblas y cantidad de pistas  no saldríamos de la zona.

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Llegados a Cerezal, se sigue  por la línea cumbral hasta cruzar la carretil medio asfaltado que sube de los pueblos de Gallinero y Borducedo. Nuestra ruta prosigue por el límite municipal  adelante siguiendo la línea de sierra pasando por las inmediaciones del Pico Corcinera, que no vemos,  y punto  donde ya viramos dirección Sur en franco descenso,  para descanso de Juan Moreno que estaba  al límite y con algunos calambres.

De este último recorrido conectamos con la Sierra de Curiscao, pasando al ladito mismo de la Estación Radar Meteorológico de Aguión con sus 927 mts. de Altt., y sin ver ni siquiera la base.

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Por debajo del Pico Aguión, vertiente Este, tomamos una abandonada pista que se fue convirtiendo en sendero,  y que abría paso por la ladera del Monte Silviella, y por debajo de la Llaguna, camino de la Sierra de San Juan. Es un camino divertido pues la amplia pista se ha ido  quedando reducida a tan solo un sendero de unos 40 o 50 centímetros de firme por donde transitamos tanto nosotros,  como nuestro amigo "Moro" que nos pide paso con la pata de potro que había encontrado.

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En un enclave de pistas,  damos la espalda al cruce y nos vamos por la pista-camino que baja hacia el pueblo de Valderrodero, un camino en descenso  sin mucha complicación, y ya había ganas de concluir hasta “Moro” ya quedaba a la retaguardia. AL final del descenso  nuestro amigo y viejo compañero en esto del cicleteo Rubén Bardera, a las puertas del pueblo al intentar hacer una foto resbaló  y se hizo daño en una pierna. Todo el día por las alturas y se cae en el pueblo y en parado. Una Lástima.

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Llegar al pueblo de Valderrodero, es llegar al mundo del asfalto. Nos hubiera gustado ciclar hacia Brañaivente, que hace años fue abandonado por sus moradores…, pero al final al estar empapados y con tanto frio, Noelia ya iba por el tercer par de guantes,  y Juan Moreno ya iba más que tocado,  pues optamos por subir hacia Mallecina  por carretera y luego dejarnos caer hacia Malleza, donde el amigo Paulino Lorences, tan servicial como siempre,  nos tenía preparado un caliente caldo de "pita viella" que nos devolvió a la vida de sentir nuestras extremidades tomar vida.

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Tras ello no quedaba otra que  devolver a nuestro querido amigo "Moro",  hecho unos zorros tras la paliza a su hogar,  en Villarín, dando de este modo la ruta por terminada.
Victor Guerra. Un viejo biker de los  años 80.

jueves, 19 de marzo de 2009

Desde la indiana Malleza a la atalaya de Llan de Cubel

 

IMG_4708 Asturias y sus nuevos horizontes

  1. · PUNTO DE SALIDA y LLEGADA: Malleza
  2. · Longitud de la Ruta: 37 km
  3. · Horario de la Ruta: 5 horas
  4. · Desnivel Acumulado de Ascenso :1.175 mts
  5. · Desnivel Acumulado de Descenso: 1.241
    Puntos de Paso: La Barraca- Pumar-Lendemurias-Llan de Cubel -Folgueirosa

Desde las atalaya de Llan de Cubel, el Cantábrico a nuestros pies

Desde que mi querido amigo Emilio (Grumar) me había subido a bordo de su quad para ver y medir parte del recorrido de Los Marineros, Edición 09, quedé prendado de esta parte del territorio, y más cuando ví a lo lejos el faro radiante de la Iglesia de Malleza, punto de referencia para mi, y mis hermanos de cofradía masónica.

Por lo cual tomando el punto referencial de partida el restaurante del Al Sol del Indiano, sito en mitad del pueblo de Malleza, partimos mi amigo Poldo Figueras y el que suscribe, con la decisión de realizar una ruta que desde Malleza nos subiera hasta un mirador, tan excepcional, como es el Pico Llande Cubel; Lo cierto es dese esta zona d ela ruta lo único que teníamos era un acercamiento en base al Google Eaht y alguna otra aproximación cartográfica con el Ozi-Explorer, pero poco más.

Por lo cual este Sábado pasado, mientras otros compañeros andaban jadeando por “El Silencio Verde” por tierras de Illano una ruta de la que guardo un buen recuerdo, y que constituye en sí misma una forma de ver la BTT, pues nosotros nos dispusimos a gozar de las talayas prelitorales de la Sierra de Pumar.

Salimos pues desde el centro de la pequeña villa de Malleza por el barrio El Solilleru adelante, camino de la carretera regional AS-225, aunque también se puede bajar por el carril interno que va hasta La Granja (Palacio del Conde Toreno), aunque nosotros preferimos la primera opción por las vistas que no aporta sobre el valle de Mallecina.

Ya en la carretera, observamos parte de nuestro recorrido y bajamos por la AS-225 hasta el cruce con la carretera de SL 13, que tomamos dirección a la aldea de Pumar. Una leve bajada por asfalto que a estas alturas de la primavera nos dejó un tanto tiritones, lo cual no fue mucho problema, ya que llegados a la parte más baja del valle, a la altura de un bello molino que se levanta al pairo del rio Aranguin, el sol ya hacía su trabajo: darnos calor.

La ruta prosigue por la carretera general adelante hasta La Barraca, donde se toma a la salida del núcleo un ramal que tuerce a la derecha, también asfaltado y que nos sube sin piedad a Pumar, continuamos por el estrecho carretil medio asfaltado camino de Lindemurias; en una clara bifurcación giramos hacia el barrio de La Caleada, una solitaria marca del Camino de Santiago, nos deja un poco”pegados”, pero seguimos ya dejando el asfalto, pues aquí concluye, para subir por la derecha por un viejo camino en rampa.

Hasta aquí ha ido toda una larga subida que nos aporta una formidable vista sobre el estrecho valle que acabamos de atravesar: Malleza de nuevo allá arriba empironganada, y nosotros trepando hacia la cresta coronada por múltiples molinos eólicos.

El camino a veces se presenta con mejor aspecto, pero no por ello deja de trepar ladera arriba hacia el Campo Llao, punto al que retornaremos no tardando mucho. Llegados a este punto nos vamos por la izquierda dando vista a las solitarias y aisladas brañas de Campullongu, Bourducedo, y la mítica sierra de Brañaivente con una más que sugestiva pista que la bordea la sierra camino del Aguión.

Bordeamos a media ladera el Pico Campu l´Muro y nos vamos por la desviación de la derecha que sube en ascenso hacia Campullongu, caserío de Gallinero, donde arranca de nuevo hace presencia el asfalto, al que renunciamos, para subir por un camino de los antiguos que arranca verticalmente entroncando más adelante con la conducción del gas, siguiendo su estela coronamos, como podemos, más tirando de la bici que rodando, hasta las Penas del Viento, que están coronadas por los nuevos gigantes de D. Quijano.

La vista no tiene palabras, la ondulada Asturias se nos presenta en su clásica estampa de una quebrada tierra donde las calimas y las nieblas dan un aspecto increíble, esto no son los Highlands de Escocia, pero tiene su misterio. Seguimos ahora por la derecha hacia Posadoriu, un tanto despistado pues lo fácil es perderse entre tanto laberinto de caminos, los cuales mucho de ellos solo van hasta los grandes molinos.

Es curioso que no reconozca casi todo este entorno por que el subí desde San Martín de Luiña en el 2006, todavía no estaban los areolicos, y como mucho se estaban abriendo algunas pistas para su instalación. Lo que cambia el paisaje.

Seguimos rodando y tomamos la vereda que nos lleva hacia Los Picones, para desde allí ver el panorama de los valles costeros, y una parte del valle de San Martín de Luiña, y la sierra de Las Palancas, que quedan a nuestros pies. Volvemos sobre nuestros pasos, hasta la anterior bifurcación para tomar la pista que vemos por debajo nuestro a la derecha y que por Brañouta nos vamos hasta le Campu la Bordinga, donde cruzamos la portilla tomando la pista de arriba y que en leve subida pero sin mucha dificultad ganamos el Chanu Mercau, camino de Pico La Luz, las vistas son espectaculares, aunque nosotros poco las podemos disfrutar pues pronto la niebla sube de la zona costera y nos tapa el bello espectáculo del valle de las Luiñas y la rasa costera.

Bordeamos por su cumbre el Llanu Sangreña, tras lo cual pasamos de subir el rampón de Llan de Cubel, dada la espesa niebla que nos envuelve, lo bordeamos por la izquierda por una amplia pista que en bajada va dando vuelta a la sierra de Pumar, y cuyo bucle cerramos en el desvío del Campu La Singlosa o el Focanón, para tomar por la derecha dando la espalda de este modo a la rasa costera y rodeando el Pico Sietefuentes, pero ahora en calara dirección Sur.

A la altura del LLan de Cubel, con la niebla lamiéndonos las espaldas, tomamos un rápido refrigerio y abandonamos la pista un tanto tirona, ya que casi siempre va en leve ascenso, y la abandonamos por la collada del Llande Cubel que preside una amplia fuente-pilón, a partir de ese momento comenzamos a desandar el camino hasta la portilla de Campu La Bordinga, este bucle será parte del recorrido de Los Marineros 09.

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Aunque la ruta presenta muchas opciones, seguir de frente y cerrar el bucle más adelante, échenle un vistazo al Google y luego decidan cual es la mejor opción.

Nosotros seguimos nuestra senda, recorriendo nuestros pasos ya ciclados hacia Brañouta, un poco antes de llegar a la altura de un ocalital que queda un poco hacia abajo y la izquierda , veremos una marcada senda que enfila directamente hacia el bosquete, esa es la bajada hacia Villarín y qur desfila por Regueraseca y Buspapo. Cuando quise darme cuenta ya la habíamos pasado, y luego no lo tenía muy claro, por lo cual tiramos por lo que era confirmado, o sea llegar hasta cerca del desvío de Brañouta y dejarnos ir antes de coronar por la pista de la izquierda que baja en un santiamén por el Valle de los Gamuetos hasta el Campu Muro, y de ahí Lindemurias.

Para no repetir itinerario nos fuimos por la izquierda hacia Folgueirosa, para acabar de nuevo en Lendimurias, y ya sin opciones de no repetir itinerario seguimos hasta Malleza.

La fórmula para no repetirlo sería bajar por Villarín. En definitiva una ruta interesante, que se hace dura pues no en vano se hacen unos 1.200 de desnivel acumulado en muy pocos kilómetros, pero aún así merece la pena, como lo es darse un homenaje en el Restaurante de Al Son del Indiano, y donde Paulino Lorences y Luis Rubio y  su equipo os atenderán de maravilla, eso sí previo encargo, y si vais de mi parte igual se os invita a una cerveza.

Nada a disfrutarlo ruta y la degustación gastronómica aunque Malleza bien merece un paseo.

El Track de la Ruta pinchando aquí

Víctor Guerra

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