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viernes, 24 de enero de 2020

Rodando por las Veredas de San Salvador de Cornellana


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Punto de Salida y Llegada:  Cornellana
·         Puntos de Paso.Sobrerriba -Llamas-Casazorrina- La Devesa-Otero-Cermoño- Laneo
·         Longitud de la Ruta:  34 Km
·         Horario de la Ruta: 4 horas
·         Desnivel acumulado de ascenso y descenso:  871 mts.
·  Participantes:  Juan Piñera, Javier Paredes, Luz Fernández, Albano Capezzali y Victor Guerra

Situarse en Cornellana, es llegar a uno de los principales inputs de las Veredas del Salvador, lo cual se ejemplifica muy bien con la presencia del monasterio de San Salvador,  una de las puertas del Occidente Astur.

Atraídos por tanta leyenda, nos convocamos ante el monacato de Cornellana que data  del 1024, cuando una hija del rey Bermudo II y la famosa Velasquita de León, Doña Cristina, dona unas propiedades y una iglesia, la cual no sin trasiegos heredaron los monjes negros de Cluny en el 1122, y cuya heredad  pasando el tiempo dado que el cenobio había roto las relaciones con la Orden borgoñona será fruto de varias disputas entre las cuales se hayan  años adelante a propietarios  castellanos, ya que en el 1536, este monacato pasará a depender de los cistercienses de Valladolid, que como primer paso hacen imperar  el sello mesetario con la colocación del escudo de Castilla y León  en la fachada de la iglesia.


En definitiva, estamos ante dos formas de ver y actuar en el mundo medieval, por un lado Cluny, y por el otro la reforma del Cister, ambas entidades se sitúan en la frontera entre el decaimiento del mundo visigodo y la reforma gregoriana y el rito romano.

Este es el marco histórico monumental del que parte nuestra ruta que toma como referencia Cornellana para hacer un bucle no muy complicado por estas tierras entre Grao y Salas, uniendo dos valles fluviales, el del Nonaya y el que riega el río Narcea, punto de confluencias y divergencias, de varios Caminos: el Primitivo y las variantes hacia el de la Costa.

Preparamos las trotonas ante el desvencijado monasterio de Doña Cristina, par salir a rodar unas cuatro horas, no sin antes tomarnos un café en uno de los vetustos locales de Cornellana, el Café Casino, y hábilmente pertrechados para ruta, ponemos rumbo al monasterio para rodearlo camino de Sobrerriba, para lo cual seguimos las marcas jacobeas, pues nuestro destino es llegar a las puertas de Salas, siguiendo las flechas amarillas que van al Oeste.

El monasterio que sufrió en sus diferentes épocas las extravagancias de monjes y señores, queda bien a las claras en la descompensación arquitectónica del edificio, que parece más bien un corte y pega, que un proyecto del pasado que se va modificando con el pasar de los años.


Vamos rodando a la vez que tomamos pulso a la dimensión del complejo monacal abandonado desde hace lustros.

Se dice que en su tiempo fue monacato dúplice, de monjes y monjas, pero no parece que haya dejado mucha huella en  la localidad, que más bien parece dar la espalda a tal equipamiento, más allá de la existencia de una pancarta en la balconada que recuerda que vana cumplirse los mil años de su nacimiento.

De nuevo en el viejo trasiego caminero, este se ha modificado, pues la presencia de la Autovía del Cantábrico, nos hace dar una pequeña vuelta  para subir  directamente hacia la aldea de Sobrerriba. Subimos por el acceso rodado que nos da una impresionante vista sobre el monasterio y la villa de Cornellana, que desde hace años tiene más puesto el ojo en los temas salmoneros que en temas de monjes y Caminos.

Nada más dejar atrás el panel de la Sobrerriba, una vieja casona rural a nuestra derecha nos muestra en uno de los laterales el escudo de los Longoria de Tejero con un impresionante león rampante ocupando todo el blasón.


Se sigue carretera adelante, subiendo hacia el poblamiento de Sobrerriba que se cruza en ascenso siguiendo las marcas jacobeas, pues no en vano por aquí transita el Camino Primitivo.

Camino este, que siguió Alfonso II el Casto, que más que ir a venerar el sancti jacobi , su idea era traerse  lo que allí hubiera para San Salvador de Oviedo que era su sede y a la cual su anterior parentela habían traído importantes reliquias, pero fue imposible.

Aquí en Cornellana, se puede decir que es punto de fuga, junto con Grao y La Espina de los romeros a Santiago, pues si la cosa pintaba mal climatológicamente hablando, pues todavía quedaba cruzar las tierras de Tineo y los puertos del Palo y el Acebo, los Hospitales no eran más que un atajo ganadero, por tanto llegados a Cornellana, estos se iban por el hoy conocido Corredor del Narcea hacia la capital que fuera del reino, o sea Pravia, y de esta manera empatar con el Camino del Norte, hacia otros jalones dedicados a  San Salvador,  y además se iba hacia la villa obispal de Mondoñedo.


Nuestra ruta una vez en lo alto del pueblo sigue por un amplio camino que nos va poniendo en situación sobre los que nos espera, una traza que coge en primer término altura sobre el río Nonaya   y que  nos presenta un bonito trazado  que luego se echa en descenso, algo estrecho y con algunos puntos que merecen atención técnica, y que pronto nos dejará ante el pueblo de Llamas, cuyos entornos reconoceremos por la presencia de las instalaciones  dedicadas a la molienda de  areniscas.

Se cruza  la rica pradería de los Pradones, por terrenos asfaltados  dejando atrás uno de los escasos palomares circulares de la zona, y con vistas sobre los núcleo de Espinedo y la Calzada, por donde debió discurrir el viejo camino en su día, y que ahora lo hace la nueva construcción de la autovía que se va articulando aunque sin saber el destino final.


Se pasa por el puente de la Carril y el enclave de Las Chamargas, hasta desembocar en el puente de Villampero, que nos da acceso a una larga recta que nos deja ante la impresionante fuente de Santiago, que conlleva la presencia de un gran lavadero. Estamos en la parroquia de Villazón, en cuyo dominio se dice que hubo otro monasterio datado en el 1219.

Nos irán asaltando a lo largo del camino los singulares hórreos alzados sobre diversas construcciones, los cuales presentan muy diversas soluciones y presentaciones estéticas

.

Unos metros más allá, otra fuente en este caso la de Foncaliente o Fontecaliente, que no es tal cosa, pues el agua es más bien fresca, la cual tiene un bebezón lavadero adosado. 

Se continua por la vera del Monte Picarosu, pegados de nuevo al río Nonaya, por firmes de tierra y trazas camineras, hasta desembocar en el puente de Casazorrina construido sobre el siglo XVIII para entrar en dicho pueblo que cuenta ahora con un singular albergue peregrino.


Desde Casazorrina, con 8 km., rodados, se cruza todo el pueblo a lo largo y se continúa por camino de tierra, para pasar por delante del caserío y torre de la Devesa que en su día compró el historiador Javier F. Granda, autor del libro sobre Masonería y la prensa franquista.


Trayecto muy bonito que nos lleva a cruzar, dejando atrás la Devesa, la autovía mediante un túnel y la vieja carretera 634 ,   para continuar por una estrecha traza  hasta concluir en el pueblo de Mallecín, renunciando a entrar en  la villa de Salas, pero les invito a visitra la villa y pasear por sus calles, merece la pena, pues se entenderán mejor algunas cuestiones históricas sobre fueros e hidalguías.


En nuestro caso, cerramos el bucle  virando al Sur en Mallecin, para rodar unos cientos de metros por la carretera AS-266 hasta la Barrosa, donde se entra a la izquierda, hay un viejo camino que viene directamente de la Devesa hasta el Puente La Riba, pero nosotros lo obviamos, para cruzar el  citado pontón la riega Paraxas y subir ya por tramos asfaltados  por los predios de Otero, eso si  todo  asfalto hacia el núcleo de La Sala y dar vuelta de este modo al Pico el Cerro. Tras coronarlo se abre una nueva posibilidad  más caminera, ir hacia Cermoño por el Monte la Cuesta  tomando el camino viejo que bordeando va hacia el caserío de Reguera Oscura  y desembocando de este modo en la aldea de Cortes, para luego luego virar a Cermoño.


Nosotros nos fuimos dejando llevar por los trazados cómodos de los caminos asfaltados hasta alcanzar la aldea de Cermoño, y visitar su iglesia dedicada a  Santa María(1866) la cual lleva cementerio adosado.

 Me resultó curioso en el panel informativo parroquial encontrar noticias sobre la iglesia luterana en Oviedo.


Con relación a este enclave situado al  pie sureño de la Sierra de las Traviesas  me extraño la poca  información se encuentra en la Red, y sin embargo su iglesia nos habla de  cierta entidad  y dominancia, 

Y debió de tener cierta importancia en su tiempo y  máxime cuando hablamos de un enclave estratégico, pues de camino hacia La Ballota, ante cuyo destino nos desviamos para entrar hacia la Casa de El Picunal, topándonos  con un par de casamatas de la guerra civil, desde cuyas troneras se  domina el valle y las orillas del Narcea, un poco más abajo el camino nos ofrece impresionantes balcones con vistas al río Narcea, pues no en vano estamos encima del pueblo de Bárcena y del propio río.


Nos echamos desde El Picunal ladera abajo por un intenso sendero que le da la vuelta al promontorio de Los Pezones. Un sendero estrecho que nos coloca en el pueblo Álava, donde toma el acceso rodado que un poco más abajo nos permite desviarnos a la izquierda  y coger el PR-AS. 128 Ruta del Salmón  que vira al Este,  y con 24, 7 km rodados, poder  seguir a la vera del Narcea, por lo que fue la vieja plataforma ferroviaria, de Muros hacia Cangas de Narcea, cuyo proyecto ferroviario quería llegar a Villablino, aunque nunca llegó a funcionar.


Ahora tal infraestructura,m bien dentro de ella o en sus aledaños nos permite rodar cerca del rio Narcea.

Me choca lo limpio que está el sendero, dado el abandono general de la infraestructura senderista, volvemos a estar cerca de los predios jacobeos, como topónimos como L´Hospital  que se haya en la parroquia de San Bartolomé y ubicada al otro lado de la ruta y del Narcea,



Tras un buen trozo de  rodadura, unos 2 km., se entra en la aldea de Laneo, donde no solo se puede admirar  una buena colección de hórreos levantados sobre otras cimentaciones, sino tambien viejas casonas hidalgas como la casa de los Condes de Peñalba  de los siglos XVI y XVII, o la de los Longoria Rivera, o la del Llagar. 



Y como no, los secaderos de tabaco que en su día acogió las primeras plantaciones  de hoja de tabaco para la empresa holandesa Mont Tabac, y luego para la española Tabacalera, de aquello  ya no hay nada, ahora las fértiles huertas se dedican a la faba asturiana, que tiene pinta de darse bien.


De Laneo, se  sale virados  al Norte, siguiendo la fértil ribera del Narcea que contribuye a la zona con buenas tierras de limo,  

Se continua por el citado PR-AS 128 para  entrar de nuevo en los predios de la leyenda acerca de una vieja osa que rapta un hermoso bebé de los Señores de Doriga, que al ser encontrada por unos labriegos se pudo ver cómo la criatura era amamantada por la osa. 

Leyenda que en este caso valió como excusa para levantar una iglesia en honor a tal hecho, y que fue puesta bajo la advocación de San Salvador y cuya efigie osera podemos ver representada en los muros del monasterio.


Entre realidades, utopías, y vagos sueños y leyendas concluye esta pequeña ruta sobre uno de los inputs más importantes de las Veredas de los San Salvadores, las cuales cruzan de Norte a Sur y de Este a Oeste toda la región asturiana, y que vamos repasando en nuestra rodar ciclo montañero.
© Victor Guerra

sábado, 12 de octubre de 2019

POR TIERRAS DE LAVIO CON LA «FLAVIUS»


  • Punto de Salida y Llegada: Lavio
  • Puntos de Paso: Socolina- Colniella-Pende-Brañasivil-Venta las Cruces-Pico Aguión-Buscabrero.
  • Longitud de la Ruta: 35 km.
  • Horario de la Ruta. 4,30 horas
  • Desnivel acumulado de ascenso y descenso:  1.051mts.
  •  PARTICIPANTES DE LA RUTA Noelia Rojo, Juan Piñera, Marcos F. Cernuda,        Javier Dolado,  José Ramón Natal  y Víctor Guerra, de la zona : Fino y David Fernandez, Borja Gonzalez, y javier Fernández


 Un año más acudimos a las tierras altas de Salas para cubrir una curiosa ruta denominada Flavius, debido a la existencia en tiempos romanos de un centurión romano que pululó por estas tierras norteñas.



El primer acercamiento que hicimos en el mes de abril de este año, con un tiempo espléndido fue apoteósico, en la ruta y en las pots-ruta, esta se sobrellevó como se puedo pues la tertulia llegó a las 10 de la noche, no sabiendo por donde salir del pueblo de Lavio a esas horas. Aunque si uno sale de noche del laberinto de las cuatro calles de Lavio y baja al valle seguro que llega sin más problemas a casa.


Eso es Lavio y sus gentes y allegados. Por eso y por más cosas nos vamos a Lavio cada año, pues no en vano La Flavius lleva 6 años apostando porque la BTT tenga presencia en sus calles y montes.


Una ruta que parte del recoleto pueblo de Lavio, y se desarrolla por entre las tierras vaqueiras y xaldas, primero por un tramo asfaltado para luego echarnos al monte, del cual bajamos tras unas horas de pedaleo por cordales y cumbrales y faldeando un buen rato también por en medio del enredado trazado de los centuriones de Lavio.



De Lavio se parte a la orden del Centurión Flavius, que custodia y vigila desde la primera hora nuestras deambulaciones mañaneras, y ya cuando al final nos consigue poner en fila nos da la salida que hacemos desde la Capilla del pueblo por la carretera que va a Socolina enlazando de este modo con el pequeño núcleo la Colniella, todo por asfalto y en plano.

Como es ruta de inspección vamos agrupados y en comandita hasta el desvío a los casi que 6 km para tomar en subida, ¡que raro¡  por la Pena el Cueu  y por Peñón  y  Los Chanos se remonta  el Alto del Trascueto, punto ideal para tomar resuello y  punto de reparto de flujos.


 Hasta ahora hemos ido al Norte, pues en La Faya nos vamos rumbo Sur bordeando la Pena Cincuqueisos para llegar a las Feichinas, Pôr los tramos de los más bonitos de la etapa, esos senderos zigzagueantes que se van abriendo paso por entre el denso pinar, y que espero que para el año que viene podamos contar con más senderos de este tipo en la ruta, porque la verdad es que son muy divertidos, tras descender unos metros nos ponemos mirando de nuevo al Norte y ganar la aldea de Pende, rodando de nuevo por un tramo pequeño de asfalto para coger un amplio camino que va por encima de la carretera de Pende a Faedo.

Nuestra ruta va en paralelo, pero unos 100 mts más arriba, ceñidos a la ladera y pasando por El Cacéu y la Brañasivil hasta culminar en la Venta de las Cruces, en dicho enclave caminero estaban estas viejas posadas, que darían para una vieja novela si fuéramos más amantes de lo nuestro, estos alojamientos jalonaban el antiguo camino ganadero y peregrino que iba a Canero. Trazado por el cual estos escapaban estos últimos, los peregrinos ante las malas condiciones climatológicas en que estaba el llamado Camino de Galicia, conocido como Camino Primitivo que atravesaba el Puerto del Palo.

Pues bien estos peregrinos sino se habían ido por Cornellana hacia Pravia para coger las Costa,  lo hacían aquí   en  Salas o en la Espina  y ya camino de la costa astur-galaica retomaban este trazado en Canero rumbo a Vegadeo y doblar luego al interior pasando por Mondoñedo.


A esta ruta de la Flavius  acuden año tras año los ciclistas, pues son trazados sin muchas pendientes repechiles, con espacios  muy abiertos para lo bueno y para lo malo, pues con tiempos benignos ¡Genial ¡pero con mal tiempo ¡hay madre...¡ que diría Rafa Lorenzo.

 Una vez llegados a la Venta de las Cruces, y su solitaria casona, con 20km de rutase, y entretenido por las aventuras que me va contando Marcos Cernuda de sus andariegas hazañas repartiendo con su güelu y el mismo la correspondencia de la zona.

 En las cruces se gira al Este  dejando el valle de la Espiniella  y poniendo ruta por debajo de la  cumbre de los eólicos por el Monte de la Antigua, pasando por delante de las ruinas del Hospital de Faedo, y   por debajo de la cumbral de la Sierra de Cusricao el rumbo Sur para volver por debajo de las Penas del Obispo, ya en la Sierra de Curiscao hacia la venteada atalaya del Pico Aguión, antes damos vuelta al Picu Tucumbreúde para d este modo pasar por la vertiente noroeste del Aguión dando vista a la famosa sierra y braña de Brañaivente  esta última ya abandonada.



A la otra vertiente al Oeste la famosa Venta Carlones la cual comunicaba con otra no menos famosa como era la Venta las Gallinas.

Pero nuestra ruta que va ahora rumbo Sur retomando el cumbral del Curiscao, hoy sembrada de eólicos, para girar antes de las Penas del Nubléu, en Penaredonda y tomar ya en bajada hacia las brañas vaqueiras de Buscabrero con 31 km.

Aquí se acaba la fiesta de las bajadas para ir hacia Buscabo subiendo y  dejando los tramos asfaltados  tanto por arriba como por abajo para ganar de nuevo el Alto del Trascueto,  y  poder bajar de forma definitiva por Las Feichinas de nuevo hacia Lavio.

En suma, una ruta que se construye en base a un par de amplios bucles, uno hacia el Oeste y luego otros sobres las tierras más al Este, con el pico Aguión de referencia. Cuestiones que enredan un poco al personal ciclista en el sentido geográfico, pero que aportan una total visión de los profundos valles y altas sierras que conforman estas tierras entre Tineo y Salas, abiertas y afables que cada año nos muestran su cariño con una comida al par de la Capilla de los Santos Justo y Pastor, al calor del vino la paella y en buen quehacer de la cocina de Lavio.


Fotos de Víctor Guerra, Marcos F. Cernuda, J.R. Natal, Juan PIñera 

© Victor Guerra

viernes, 1 de febrero de 2019

RODANDO POR LA SIERRA DE TINEO

  • · Punto de Salida y Llegada: LA ESPINA (Salas)
  • · Puntos de Paso: La Pereda-Alto de Casa el Puerto-La Llaneza- Cerezal-Alto de Piedratecha- Tineo- El Pedregal.
  • · Longitud de la Ruta: 32 Km
  • · Horario de la Ruta. 5 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1200 mts
  • · Participantes Javier Dolado, Javier Riestra, Fernando Torre, Carlos y Fino de Lavio,  Javier Paredes y Víctor Guerra

Volver a las tierras alta de Salas y recorrer desde ellas la Sierra de Tineo, al margen de vanas apuestas tipo Graviti, es siempre una delicia y máxime en estos tiempos tan revueltos, y ya no digo nada si encima nos acompañan los promotores de la Ruta de la Flavius de Lavio, a la que esperamos poder recorrer sus trazados para resarcirnos de no haber podido acudir este año.

Ese fue el marco en que nos movimos hace un par de semana sábado, y en esta ocasión hemos tomado como punto de encuentro el Bar El Cándano en La Espina, que sigue siendo lugar de parada y fonda, antes de echarnos a esos mundos bikerianos, que en esta ocasión desfilarán por las inmediaciones de la bella sierra de Tineo.


Tras la puesta a punto en el Cándano, reavituallando de líquidos y sólidos nos ponemos en marcha dirección Oeste, subiendo hacia La Pereda desde la rotonda al pie del bar subiendo por la llamada Cale de Arriba, que presenta buenas trazas y que nos permite subir sin muchos problemas hacia La Picota.

En un momento dado ya nos sobra ropa, porque el dia esta como tristón, pero no hace mala temperatura ni llueve.
 

Al salir de la Pereda e ir hacia La Picota, ya estamos definiendo el trazado que se desarrollará por la margen norteña de la Sierra de Tineo, que a estas alturas su comienzo lo marca el promontorio de los Altos de la Pereda, a cuya cumbral se sube tras unos cuantos cientos de metros de rodadura y el inevitable porteo por los predios del Monte Casa Cristo, para alcanzar de esta guisa la collada de la Degollada, con apenas 3,7 km.

Ahora se va en plano sobre el valle por cuyo fondo desfila el río de Brañalonga, no tardando mucho, pues vamos disfrutando del dia y el paisaje no hay prisa alguna, se llega a otro significado enclave Alto de la Casa El Puerto, con 6,3 km ya ciclados.

Desde este punto seguimos por la carretera AS.359 que va al Alto de Parafita, pero en nuestro caso nos metemos al punto en el pinar del Monte de Guromayor, por un camino que va en plano y por debajo de la carretera hasta llegar al Chanu y Fuente la Cruz.

Atención a este punto, es importante porque aquí se cambia de rumbo, se viral al Norte, tomando una senda que van por el lateral derecho de la Peñas de Buseabrín, estrecha y casi imperceptible que tras dejar atrás unas abandonadas praderias se pone de nuevo dirección Oeste buscando el viejo camino por la Campachonga y el Campu, donde encontraremos una buena traza caminera, muy vieja eso sí, que nos lleva al pueblo de La Llaneza, donde concluye el asfalto. (10,4 km)

Salimos de La Llaneza por caminos que van hacia el Chanu del Horriu valle abajo, aunque eso tarda poco en cambiar al tener que virar para coger la riega del Caborno, muy arriba e ir hacia el reguero de Penedón, un largo tramo de viejas trazas camineras hoy medio abandonadas que nos van sacando a zonas más abiertas hasta alcanzar el pueblo de Cerezal bastante más grande. (13,4 Km).

Del pueblo, desierto a esas horas, salimos por asfalto y en rampa para dejar de lado su carretil asfaltado e ir al Sur pro una amplia pista que va a cubierto, por debajo de Peña Canteironas y El Chao que muestran sus molinos, paradójicamente quietos, ganamos de esta forma el Alto de Piedratecha, donde nos damos de bruces con las marcas del Camino de Santiago.

Durante la ruta hemos visto señales, por aquí y por allá del programa de Gravity Zone de Tineo, ruta 7 , y la verdad es que no se han matado mucho en el diseño de la ruta, digamos que han ido a lo clásico, sin innovación ni imaginación.



En el Alto, con 17 km rodados, se cierra el bucle sobre la cumbral tinetense, ahora toca recorrer por la margen sureña la sierra en dirección a la capital del concejo, hacia Tineo, por un camino arreglado y señalizado que va por Rumiayor y la Ferita en un descenso tranquilo pasando por encima de Piedralonga, ciñéndonos a la vera de la ladera del pico Navariego y divisando los predios de Tineo, guarecido en el valle sobre el que se descuelgan sus casas. Vamos poco a poco, pues durante el camino por mi parte me he quedado sin freno trasero, y pese a las maniobras de Torre por mejorar la situación la avería se resiste, y detener en los descensos con el freno delantero es todo un peligro.

Pasamos por delante de la cabaña del último mohicano de Filipinas, o sea de Arcadio Rey, el Pana que ha pasado al Oriente Eterno, y cuya morada está dejada de la mano del GADU. Nuestros amigos de Lavio nos van llevando por los vericuetos tinetenses hasta el Campo San Roque, donde se impone un caldo caliente.


Si desde Piedratecha no había problemas, menos los hay desde San Roque, pero serán Carlos y Fino quien nos irán conduciendo en general por el Camino de Santiago cruzando la parroquia de San Eulalia de Tineo, teniendo como referente el polígono industrial de la Curiscada o los molinos de Bodenaya, puesto que vamos dirección Este, cruzando las Tabladas de Rozón y cruzar la aldea de El Pedregal, pasando por delante de pequeños caseríos hasta desembocar de nuevo en La Pereda, y terminar en La Espina, en Cándano tomando sus pinchos boccato di cardinale.

© Victor Guerra

viernes, 27 de octubre de 2017

RUTA BTT. VIA FLAVIUS EN LAVIO

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  • · Punto de Salida y Llegada: Lavio
  • · Puntos de Paso:Socolina-Alto de Trascueto-Pende-Brañasivil-Venta las Cruces- Aguión-Las Gallinas-Buscabrero
  • · Longitud de la Ruta: 39 km
  • · Horario de la Ruta. 4,30 h
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.100 mts
  • · Participantes: Unos 88; y de BTT Asturias: Fernando Alonso, Marcos Cernuda y Victor Guerra
  • TRACK EN WIKILOC https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=20556718 
Lo cierto es que mi ajetreada vida al borde de la futura  publicación, la  guía: Mis Caminos a Santo Toribio de Liébana, me está trayendo de cabeza, y lo cierto es que no tengo tiempo para mucha preparación de rutas y eventos, por lo cual me vino ni que pintada, la convocatoria de la III Edición de la Ruta BTT Vía Flavius, a celebrar en  Lavio.

Realmente para mí la convocatoria de la Vía Flavius, para rodar durante unas horas era nueva, pese a que ya lleva unas ediciones realizándose,  lo que ya no es tan novedoso,  es  la zona de su desarrollo, pues digamos que  BTT Asturias, ya ha rodado alguna que otra vez pro estos parajes, pero eso sí  partiendo de otras localidades como Salas,  Malleza o la Espina.

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Por tanto, además de facilitarme la vida tal evento me encontré con una inscripción ajustada, sin cobro adicionales de licencias, la entrega de una camiseta conmemorativa, unos avituallamientos, y comida final a cargo de la organización, todo ello de manos de bikers y paisanos de Lavio con ganas de hacer algo por su pueblo. ANte todas estas circunstancias unido a que en esos lares está ubicado el buen amigo Marcos Fuentes Cernuda , miembro de BT&T ASTURIAS, no lo dudé un momento, y allí nos fuimos Ferchi y el que suscribe, y evidentemente Marcos Cernuda, oriundo de Socolina.

La ruta vista en mapa, digamos que es un galimatías de idas y venidas, la cual  tiene como epicentros el Pico Tucumbréu, teniendo como límite oriental la sierra de Curiscao, y por el Occidente la cumbre que marcan el Chano la Muela y el Alto Cumares, al Norte el Monte La Antigua, y al Sur tanto Socolina, como la braña Las Gallinas. Estas fueron las coordenadas en las que nos movimos.

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Con estas premisas, indicar ya de mano que no sé de dónde sale el tema de la Vía Flavius, pues que yo conozca por estos lares no andaba ningún Flavius que fuera famoso, ni el Flavio Valentiniano, ni Flavio Josefo, con lo cual se puede aventurar que igual se trataba de algún bisoño legionario reclutado entre los pésicos, o de alguno de estos duros legionarios que a golpe de sandalias conquistaron medio mundo, aunque en Asturias, y posiblemente en Lavio les saliera algún que otro sarpullido, y de ahí que dadas las largas estancias alguno se quedara en estas tierras tras probar algunas ricas mieles..., tras tanto guerrear…pues ya se sabe que las pésicas del clan de los Agamónicos, oriundas de la zona eran de armas tomar.

En todo caso habrá que preguntárselo al prohombre de Lavio, al Señor Feito, que sabe mucho de estas cosas....

Fuera como fuere, allí nos presentamos ante los legionarios que custodiaban la línea de Meta de la Flavius, y que raudamente nos informaron de las ordenes al respecto de asentamiento, ruta y demás papeleo.

Tras cumplir adecuadamente con los formalismos y formularios, aunque fuera en tierra pagana, nos consolidamos como buenos invitados y saludamos a viejos amigos como Fierros, y el amigo Manuel de Tineo que hacía tiempo que no rodábamos juntos, y aunque uno pensaba que allí era un perfecto desconocido, pronto algunos presentaron sus respetos...

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Puestos en situación indicar que salimos desde el arco de meta, ubicado delante de la antigua escuela en Lavio,. para tomar por El Canarón  y  dar la vuelta al pueblo y de este modo tomar la carretera de Socolina, rumbo Noroeste,  eso sí para desviarnos por camino a los 3,3 km, por la izquierda, y continuar por un amplio camino que iba cruzando las riegas de Colniella y el reguero de Lledreiru, para dar vuelta sobre El Peñón, donde el panorama cambió, pues dejamos los tranquilos trazados de ladera, casi planos, para subir cumbral arriba, unos casi 150 metros de desnivel, que dado el ritmo que se fue imprimiendo por las gacelas de turno, se hicieron duros dado que el personal parece olvidar que esto era una ruta no competitiva, pero ya se sabe diez ciclistas juntos son ya las olimpiadas, y bien quedó demostrado cuando el primero que llegó a Lavio lo hice en 2 horas y 20 minutos.

Por mi parte, paso de todo y saco la cámara para las fotos de rigor, y ya que el grupo de cola en el que íbamos se iba desintegrando dado las velocidades, aunque por detrás creemos que venía más gente, aunque  por el fondo del camino no se ve a nadie.

Arriba en el Alto de Trascueto, haciéndose de rogar  el avituallamiento líquido, donde paramos unos minutos para hablar con el personal, tomar resuello y seguir escuchando las historia que nos va contando Marcos de sus andanzas por la zona, andando y en bicicleta..

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Una vez avituallados, se vira ahora al suroeste hacia la Pena de Cincuqueisos para bajar a las Chameras y Zarrutollas, donde se dobla a la izquierda de nuevo por encima del camino traído, ahora vamos de nuevo hacia Lavio, aunque en Las Feichinas, antes de llegar a Las Tollas, dejamos el rumbo Este, para girar hacia el Norte, en dirección a la aldea de Pende, entrando por el barrio de Cimevilla.

En el transcurso de la ruta, al menos de esta parte formamos un compacto grupo entre Ferchi, Fierros y Manuel y yo mismo, junto con Fuentes Cernuda que nos va contando las andanzas de la saga familiar, como carteros que han sido varios miembros de su familia de toda esta zona, inclusive el mismo, que recorría todas estas brañas y pueblos entre vaqueiros y xaldos, a lomos de una vieja bicicleta.

Pasamos Pende, y seguimos por su acceso rodado hacia el Norte, para desviarnos a la derecha; ya llevábamos unos 12 km., cuando nos desviamos hacia Las Camponas, ciñéndonos a la ladera del monte de El Cacéu, pasando por encima de las brañas vaqueiras de Las Pasadinas, La Pena y Brañasivil y la Rebollosa, y donde nos acoplamos con otros rezagados bikers.

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Lo que nos vamos encontrando a demás de los amplios trazados, son caseríos aislados, en los cuales el vaqueiro agostaba el tiempo invernal, para irse en la primavera camino de las altas brañas de verano, y aunque uno pudiera pensar, al ver estas aisladas brañas y cuadras que aquí reinaba cierta pobreza, que la había, pero no deja de ser cierto que había vaqueiros pujantes, en ganadería y en trasiegos de acémilas con vituallas de un lado a otro, y que eran como nos contaba Marcos activos prestamistas.

Pasamos el cruce que marca la riega Faéu, y seguimos en plano por encima de Campo del Carro y Riañu, hasta el significado cruce de la Venta las Cruces, lugar por el cual ya pasamos en alguna otra ocasión, se vira aquí casi en redondo y al Este, tomando el camino que va a media ladera del Monte la Antigua, pudiendo ver a nuestro paso, los restos de la calzada que atravesaba estos lares, un poco más allá Marcos, me enseña los restos de los hospitales que hubo en la zona y que se vertebran alrededor del eje que se conformó entre Canero y Salas.

Lo cual confirma una vez más que había más caminos que esos cuatro que algunos andan diciendo que había en Asturias, la Mesa, Caoro....;  y por los cuales transitaban arrieros, mendigos y peregrinos, pues de todo había por la caminería española.

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Rodamos ahora, con bastante buen día y calor, dando activamente pedales por el falso plano que circula por la falda cumbral del Parque de Molinos Eólicos, que se vertebran a lo largo de la Sierra de Curiscao, y que marcan  como puntos extremos por un lado el Pico Torres a cuya altura dejamos el rumbo traído para virar al Sureste hacia el Alto de Trascueto en La Faya donde ahora se ha reconvertido el avituallamiento en sólido, que es todo un manjar.

Desde aquí, tras algunas vueltas donde ya perdí un poco la orientación, nos vamos  buscar la cara Norte del Pico Aguión, altozano que preside toda la zona, para rodar a su sombra e ir virando  hacia el Sur a la naciente Sierra de San Juan, dando vuelta a las Penas del Nubleu, y desde aquí  bajar por caminos muy invitadores  y sugerentes a la braña Las Gallinas, aunque por mi parte ya sin freno trasero.

Se vira de nuevo al Norte, por un camino recién desbrozado para de este modo ganar la singular y conocida braña de Buscabrero, y donde la organización ya nos indica que somos los últimos, pues se habían producido bajas, retiradas, accidentes  y otros participantes se habían  echado por los atajos. O sea que somos los últimos

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Damos vuelta al núcleo de La Viña y enfilamos por encima del acceso a Socolina, hacia Lavio, subiendo hacia Rebollar, repitiendo camino hasta Las Feitichinas, para entrar en Lavio por Las Chaneras y Las Tollas. Dando por terminada una ruta interesante que tal vez para mi gusto se hizo muy apresurada, dados nuestros peculiares gustos y usos.

Una vez repuestos, nos pusimos en manos de la organización, que por 13 E., nos tenían preparada la cuchipanda arrocera que estuvo excelente, tras ellos los premios por la asistencia, y los regalos..., todo ello regado de sangría sidrera, y buen café, y con bastantes atenciones por parte de la joven organización del evento, en cuyas prestaciones por el precio de la inscripción  además del seguro de la ruta incluía una camiseta de la Ruta Flavius, de cuyo personaje se leyó un mensaje de ánimo.

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Interesante recorrido, de cómo exprimir un paisaje para sacarle un recorrido un tanto laberintico para describir,  digamos que lo mejor es venir a la zona y rodarlo y vivirlo, pues es una forma de revivir la historia tan peculiar como la que rodea toda esta zona, y además permite variantes y recorridos varios y variados.

Otro año, más y mejor, que se dice.

Víctor Guerra.
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