- Tipo de Ruta: Circular
- Punto de Salida y Llegada: Santa María de Ordás (La Madgdalena)
- Puntos del recorrido: Villapodambre, Hormigones, Riocastrillo, Santovenia; Camposalinas; Irian; Carrizal; Paladín; La Utrera, La Falamosa
- Longitud: 33 km
- Horario: 3horas 30 minutos
- Desnivel de Ascenso 678 mts
- Desnivel de Descenso 661 mts
Los territorios aledaños a Asturias, ofrecen al ciclista de montaña una intensa gama de recorridos y perspectivas.
Esta semana viendo lo malo de la situación nos hemos ido al otro lado de la Cordillera a las tierras leonesas para rodar concretamente por las llamadas Tierras de Ordás.
Para llegar al lugar, pues se ha de tomar la A-66 hasta el desvío de la Magdalena, y luego en dicha localidad se ha de tomar la LE-460 hacia la población de Rioseco de Tapia, donde posteriormente nos desviamos hacia nuestros destino final el pueblo de Santa María de Ordás.
Santa María de Ordás es un pequeño pueblo leonés a 954 mts de Alt., que nos ofrece una impresionante iglesia a cuyos pies un laico maestro y alcalde el pueblo reproducido en monumental y noble estatua: D. Vicente García, muerto en 1908, nos deja esta máxima muy de acorde con el sentido de la ruta “grande es el hombre que emplea sus desvelos en beneficio de los demás”.
El recorrido parte de Santa María yendo hacia el Norte a buscar la carretera LE-460, en dicha bifurcación seguimos rectos por un carretil que sube a Villapodambre, pero que abandonamos al punto por un camino a la izquierda, que va pegado al arroyo de Formigones y que en parte está señalizado como ruta de Cuatro Valles: Tierras de Ordás.
Los repechos no demasiados fuertes pero a un tren de 10 Km., hora nos pone firmes y en fila hasta que concluimos ante la bifurcación de Villapodambre y Formigones, cuyo topónimo se presta a las clásicas bromas. En esa bifurcación a los pies del pueblo se gira a la izquierda para ir hacia Formigones, con cuya carretera entroncamos unos metros antes en el Km. 4, de la ruta y tras un pedaleo de unos 31 minutos.
Al pie de la hermosa ermita de Formigones, que rodeamos para tomar agua, y ver desde lejos la ruta que va en busca del Roble de Rebullón de mucha antigüedad, la cual está señalizad como PR, nosotros seguimos pueblo adelante para desembocar en un tramo de la Cañada Real que va muy alta.
Ya en plena cordal vemos a lo lejos la frontera astur asomando con sus cumbres características: Las Ubiñas, y Las Tres Marías, destacando entre la niebla y las negras nubes de lluvia y asomando muy diluida el resto de la Cordillera Cantábrica. El espectáculo merece la pena y al calentarse la mañana es bonito pararse a contemplar tanta belleza.
Casi al final del tramo cumbrero de la Cañada, se gira a la izquierda de forma sorpresiva estamos a la altura del Km. 6,130 y a 1.209 mts. Alt, y nos vamos dirección SW por toda otro largo altiplano por el que vamos cerrando una especie de circulo, en este tramo la ruta no es muy visible y hay que fiarse del rumbo y de las rodadas que nos llevan a un bello pero corto descenso para entrar en el noble pueblo de Riocastrillo, con sus llamativos portalones.
Salimos del pueblo por su carretil asfaltado sin que veamos a persona humana alguna, siguiendo por tanto nuestra ruta y meternos por un camino a la izquierda que va directamente al arroyo de Santovenia, no sabemos si vamos por el camino o por el río, pues todo está medio anegado, al paso contemplamos con pena el viejo molino del pueblo en pleno derrumbe, a eso del Km. 10.200 y a una altitud 1.025 mts seguimos por en medio del charcal que no abandonamos hasta llegar a las inmediaciones de Santovenia.
No entramos en el pueblo y girando en dirección SW, y virando lentamente hasta cruzar el arroyo se deja a su vez el camino tomando una larga subida que no podemos ciclar pues los neveros nos lo impiden, pero poco a poco vamos cogiendo altura hasta llegar a la Venta de Camposalinas, lugar de intercambio en su tiempo de mercaderías entre los arrieros astures y leoneses, que se intercambiaban salazones y buen trigo y vino.
Pasamos por entre los muros de la Venta que aún sigue en pie, para llegar en poco tiempo al pueblo de Camposalinas (15 km y a 1.177 mts alt.) del cual salimos por asfalto hacia la localidad de Irián, pero hay que tener en cuenta en la bajada que hay que debemos desviarnos antes de entrar el pueblo por un camino que bordear el montículo de Escrita, para así llegar a Carrizal.
Seguimos bordeando las curvas de nivel del montículo a media ladera hasta desembocar en la carretera que por el ramal derecho nos lleva hasta el desvío hacia Paladín, pueblo al que llegamos tras pedalear unos cientos de metros, totalizando un recorrido de unos casi 20km.
Paladín no nos ofrece gran cosa por tanto seguimos pueblo adelante hasta desembocar en una especie de camino lateral con barandilla que nos obliga a colocarnos en fila de a uno, para poder cruzar el río Omaña por un puente colgante que se cruza rumbo a la población de Utrera buscando el bar para un cafetín, pero nuestro gozo en un pozo.
Tras salir del pueblo tomamos la carretera que se abre paso entre una densa chopera, y tras unos 5 km. le damos al plato grande y piñones pequeños, pues el tramo asfaltado lo pide y deja hacer maravillas al menos hasta San Martín de la Falamosa, donde abandonamos la orilla del río Omaña para meternos dirección NE, cruzamos el pueblo por un lateral, atragantándosenos el primer repechillo que nos coge por sorpresa, y a renglón seguido pues ya se sabe, el restallar y las carracas de los piñoñes, así luego el personal se queja de tanto rotura de cadena.
Tras dejar atrás Falamosa,y subir a la par de la riega dejamos el cómodo camino del valle para emprender una subida por un camino que se abre a la derecha y que se nos atraganta, pues ya llevamos unas horas pedaleando por la zona y el firme de hierba grapa las ruedas taqueadas que da un primor.
Culminamos la subida al pie del pico Fonsa en la zona de Valdeviera para pasar por un paso canadiense en lo alto del altozano donde obtenemos de nuevos vistas sobre la Cordillera Cantábrica, proseguimos ahora en descenso dirección Este, hacia las pista mineras de Valdegatos, lo cual aprovechan los bajadores para marcar estilo con las btt de suspensión integral. ¿De verdad merece arrastrar tanto peso para darse el gusto de la bajada? Es la pregunta.
Que quieren que les diga, prefiero mi btt pluma y depurar la técnica, ¡Clásico que es uno ¡
Entroncamos con el asfalto a la altura de Callejo de Ordás, entrando en unos minutos en Santa María de Ordás tras haber pedaleado casi 33 km
Texto y Fotos@Víctor Guerra