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jueves, 20 de junio de 2013

POR LOS CONTORNOS DE TUÑA EN BTT (TINEO)

· Punto de Salida y Llegada: Tuña (TINEO)
  • · Puntos de Paso: Merillés-Abando- EL Fresno
  • · Kilómetros de la ruta: 37 km
  • · Horario de la ruta: 5. h 30 minutos
  • · Desnivel de Ascenso Acumulado: 1.592 mts
  • · Desnivel de Descenso Acumulado: 1.112 mts
· INDICE IBP: 173
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La climatología no era nada buena para esta primera semana de Junio, pues las temperaturas bajas, y unos altos tantos por ciento de probabilidades de lluvia, e incluso de nieve que decían rondarían la cota de los 1.800 metros, no hacía muy aconsejable hacer rutas por las altas cordales asturianas, pero las ganas de acercarnos a Tuña a rodar con rumbo a la mítica braña de Los Cadavales, era más poderosa que las predicciones.

Por lo cual el 8 de Junio, como cada sábado,  nos juntamos un grupo para rodar  en este caso Leopoldo Figueiras, Javier Dolado, Javier Paredes, Albano Capezzali, Ruben Bardera , Miguel Alvarez y que el suscribe nos trasladamos a la tierra natal del General Rafael del Riego, que no es otra que Tuña, en Tineo.

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En medio de un ambiente más otoñal que primaveral, y con las patucas ya metidas en la entrada del verano, desempacamos nuestras cosas ante la antena mirada del busto del General tinetense  del Riego, tras todas estas preliminares tareas nos dispusimos a desayunar en el formidable figón de Tuña: Casa Pipo.

Reconfortados nuestros cuerpos y espíritus, nos encaminamos hacia nuestra bella ruta que dio comienzo en el mismo Tuña, tomando el sendero PR.AS Dolmen de Merillés, el cual se desarrolla en un primer momento por el viejo camino que sube a  esta altozana aldea tinetense.

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Es un tramo de fuerte subida, poco ciclable, el cual se puede obviar subiendo por la local carretera que une Tuña con Merillés, aunque no tendremos ni las mismas vistas ni las mismas sensaciones, y también las mismas quejas por  aquello de tener que empezar una rutas, que tras las primeras fotos, ya tuvimos que empujar senda arriba nuestra trotona, durante  casi quince minutos.

Las vistas sobre Tuña, son impresionantes,  poco a poco vamos perdiendo la vista  el citado valle para entrar en las demarcaciones de Merillés, donde al legar al pueblo veo las calles dedicadas a los viejos republicanos amigos  como la de Prendes Quirós

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Atravesamos Merillés siguiendo las marcas del PR, que enfilan pueblo arriba, por duras pendientes hormigonados que cruzan el pueblo hasta sacarnos fuera de este hacia El Campón intentando llegar al Dolmen de Merillés, que jalona nuestra ruta como primer imput de la ruta .

Poco a poco vamos ganando altura y la dureza del día se va dejando notar, aunque no hace frío, el día es desapacible en cuanto a humedad y luz, también la ruta apacigua su dureza y sobre manera cuando llegamos a la altura de Dolmen tras unas revueltas por zonas de praderías; es bueno no perder de vista el track pues a veces los caminos circundantes nos pueden llevar a confusiones.

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Visitado el pequeño dolmen que preside toda la vista sobre tierras tinetenses y salenses, y tras una una cura de emergencia de nuestro médico forenese (Javier Dolado) reprendemos el camino. Si hasta ahora el trayecto fue en general por caminos reales y pistas que subían a los prados de siega y pasto, ahora el recorrido toma ya declaradamente rumbo Sur, y a una buena altitud, unos 860 mts, y desfila por un sendero que bordea la ladera del Pico Colinas, hacia las inmediaciones de Abango.

Es un sendero que no se encuentra fácilmente, por lo cual hay que estar atento hacia donde nos lleva el susodicho track de la ruta que es 100% fiable. Pasamos por encima del pequeño núcleo de Abando, rodando por la línea cumbral y concejil que separa Tineo de Belmonte, para salir a la pista-a la altura de la Peña La Merienda en donde aprovechamos el promontorio como abrigo para dar un bocado de sustentación.

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La ruta prosigue tomando en el Alto del Posadoriu, aunque la pista que busca en rápido descenso cambiando hacia el Oeste a la aldea del Fresno, y por Val de la Pila y los Solanos bajar hasta la carretera que baja a otro ramal que une Tuña con Genestaza. Bajada muy rápida, amplia y en general con muy buen firme quel se convierte en un vial asfaltado.

Llegados al fondo del valle, y pese a todos los esfuerzos, solo estamos a unos escasos 6 km de Tuña, y resulta que ya es más mediodía, el día amenaza con empeorar y por delante si optamos por seguir  hacia los Cadavales aún  nos quedan unos largos treinta y pico km.

Reunión del Consejo bikers-Jedais, y tras algunas dudas  optamos por la abordar la variante que yo llevaba preparada por si hubiera adversas circunstancias, como es el caso, y de esta manera renunciamos de momento a la idea inicial de ganar las alta camperas vaqueiras de los Cadavales.

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Optamos por cortar por el medio la ruta, y subir hacia la aldea Mieldes, ganando el Sierru de los Fontaniles con sus 1265 mts de altitud , eso sí teniendo en cuenta que estamos en el lecho del río Genestaza a 780 mts de altitud por lo cual debemos ganar casi unos 500 mts de desnivel, rumbo Oeste para cruzar la sierra y dar vista a Mieldes.

Llegados a ese tramo de eje vial que une Tuña con Genestaza , dejamos nuestra pretensión de lado de ir hacia Cadavales, y nos vamos por la izquierda para tomar al punto un desvío que sube primero al núcleo de Las Campas y luego al de la Troncada, subida por asfalto dura como su puñetera madre, echo de menos el piñonaje que Cuetos Bike me tiene pedido para las bielas Rotor, y que baja dos dientes en los platos, lo cual es todo un alivio, aunque es increíble lo que supone este tema de los platos ovales, pues en realidad estoy rodando como si tuviera un 27x 36 , cuyo desarrollo yo no podría ni mover por estos lares.

En el desvío de La Troncada, la lluvia hace acto de presencia, y en un momento que amaina, tomamos otro tentempié y contemplamos la fana de Genestaza, que mi amigo Poldo había identificado correctamente.

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Tras este descanso dejamos de lado el aislado caserío vaqueiro de Los Tornos, subimos a la Troncada a cuyos pies giramos para tomar la pista que sube a las praderías de la Chana, en algunos tramos con la trotona de la mano pues lo viscoso del firme y las pendientes hacen inútil el querer subir montado.

Ganadas das estas alturas camperas que ya participan de las colectivizaciones parcelarias, vamos hacia la cuadra que preside un pardo, ya que la alta hierba y los eléctricos cierres pastoriles nos impiden seguir las huellas camineras, y de esta manera seguimos con cuidado los cierres de las fincas hasta dar con una pista que se dirige hacia Mieldes.

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Al ganar las Campas de la Chana perdemos de vista el valle de Genestaza y damos vista al valle de la Sierra Maldita. Nos abrigamos para la larga bajada que nos espera una vez dejamos de lado llegar a Mieldes, y encararnos hacia Tuña.  La fina lluvia persiste y a estas alturas el frío hace mella en pies y manos; Miguel nuestro benjamín se queja de una rodilla y los demás de frío, pero ya solo nos queda bajar la larga pista que se encara al Norte, en este caso huimos de rodar por la cumbral del Pico Brañican, Los Canalés, El Rebollo hacia el Pelechón para bajar hacia Tuña.

Pes la niebla está jugueteando por momentos con la cumbre y dado el día, los vientos y el frío dejamos para mejores tiempos realizar nuestra ruta por la cumbre

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Viramos a las puertas de Mieldes, y nos vamos pista abajo siguiendo la vera del Brañosin para hundirnos en la riega del Esperón. Bajamos en un primer momento hasta la cocorota del Brañosin donde se podría hacer otra bajada más pendiente, pero preferimos lo conocido y bajamos por la ya pendiente pista que baja a la vera de la cordal de Los Canalés, por la llamada Cuesta del Paredón, por una pista de variados tramos que van desde los buenos firmes a otros más rotos y resquebrajados y que al final nos permiten llegar sanos y salvos al fondo de la riega, perdiendo de vista los espacios abiertos e impresionantes al meternos en el fondo de las vallejas.

Una vez llegados al lecho del río, y ya en plano y por un bello camino bordeado de la frondosa arboleda de ribera se llega la Tuña, dando por concluida esta bella ruta y reconfortando el cuerpo y el espíritu con un bocata de chorizo tienetense y un par de cervezas.
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@ Víctor Guerra

sábado, 17 de mayo de 2008

RODANDO POR PARAJES REPUBLICANOS


Tipo de Ruta: lineal
Punto de Salida: Tuña
Punto de Llegada: Belmonte )
Puntos del recorrido: Merillés, Abangu- Boinás-Modreiros
Longitud: 31 km
Horario: 5 h
Desnivel en subida Acumulada: 1.440 mts.
Desnivel d bajada Acumulada: 1.507 mts.
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Hacía ya tiempo que teníamos en mente atacar la desconocida cordal de Peña Manteca, realizando una travesía de Oeste a Este. Lo cierto es que al final la idea de rodearla nos parecía que podía tener mucho asfalto y atravesarla podía ser una cuestión muy salvaje, por lo cual se planteó una ruta que no es para betetistas de poco aguante, pues estamos ante una ruta exigente en cuanto a descenso y ascenso.

Es una ruta de las «antiguas» donde hay que tirar de bicicleta al hombro en más de una ocasión, y en la cual conviene medir bien las fuerzas, si uno no quiere sucumbir en el intento, que en esta ocasión nos puso a prueba con calores rayanos a los 30 grados.

Dicho esto, decir que el punto de comienzo se sitúa en el pueblo de Tuña, lo que obliga a dejar un coche en Tuña y otro en Belmonte. Salimos de Tuña tras saludar y reverenciar al preclaro ciudadano Rafael del Riego, que tiene busto y memoria en este soleado pueblo, y buscamos el puente viejo en la carretera que va a Merillés; nada más pasarlo, un camino a la derecha que tomamos, para dejarlo al instante por un empinado sendero que sube ladera arriba medio tapado por la vegetación.

El remonte hacia la zona de El Buey y Peñaforcá obliga en más de una ocasión a tirar de la trotona, eso sí obteniendo una preciosa vista de Tuña. Hacia la parte media ya vamos montados en la bici, con la otra vertiente, la de Merillés, o Meirás con 1,5 km, rodados o caminados, que de todo ha habido. En Meirás nos encontramos con la sorpresa de encontrar la plaza del pueblo dedicada al insigne republicano don Francisco Prendes Quirós. Contemplado tal evento seguimos las indicaciones que nos llevan hacia el Dolmen de Merillés, por unos tramos hormigonados y de firmes de tierra de fuerte pendiente.


A la altura del 2.7 k se sigue por la derecha, para, a unos 200 metros más adelante, meternos por un camino pegado a un prado con una muria de piedra, y subir ya por ladera hacia dos fresnos que se ven al fondo; un poco más adelante, ya vamos por una pradería por la que cuesta trabajo ciclar, pasando por encima del Dolmen de Merillés, que queda un poco más abajo a la derecha.

Bordeamos el dolmen para seguir por una zona de pradería, camino casi invisible, en medio de la campera parece desaparecer, pero nada más acercarnos al borde vemos al otro lado cómo el camino empieza a ser reconocible, desfilando a media ladera del pico Colinas, o del Alto de la Raigada, dando vista de esta manera a la vertiente de Espinaréu; estamos en camino de «cuesta», piedra suelta y ciclado de aquella manera.


Bifurcación en un collado a los 6,3 km se sigue por el ramal izquierdo en descenso en trinchera hacia Abangu, buscando el carretil que le da acceso desde el valle, seguimos adelante doblando antes de llegar a una casa a la derecha, pasando por delante de una fea cuadra nueva con charcal de orines de cucho: la Braña Grande; se continúa hacia otra cuadra con tejado de uralita que hay más abajo, y cuando todo parece indicar que debemos subir al Alto de los Corrales, aparece un camino a la derecha dando vista a Boinás, que baja en picado acompañando a la regueira camino de los Fontanales, que es el que tenemos que tomar.

Entramos en Vega de Quintana y seguimos por un camino bordeando la ladera, sendero estrecho y muy bonito, que amenaza con desparecer en un punto donde el río lo toma al asalto, de pies al riachuelo y doblamos a la izquierda por encima de la riega para entrar en Villar de Tejón.

Desde aquí, aunque experimentamos algún que otro sendero, lo mejor es descender hasta la carretera AS-310 y entrar de este modo en Boinás, donde se impone un descanso con 12,3 km de ruta, eso sí nos acercamos a visitar el cementerio donde reposan los restos de José Antonio Fernández González, correligionario de Prendes Quirós y Hermano francmasón.


Tras ello se impone el retorno a la dura ruta, para lo cual desde Boinás tomamos el empinado ramal que sube a la mina, y que se toma tras dejar los tres bares del pueblo, atrás y girando a la izquierda. Casi a las puertas de la mina, cerrada a cal y canto, se gira a la derecha por un camino en fuerte repecho que nos lleva a unas praderías (Llauria de Arriba) para subir al Ferradal, aunque también se puede subir desde Boinás por Valliguetu, que es posible que tenga menos cierres y alambradas, y esté más definido el camino.

En Ferradal, con poco agua en la fuente, proseguimos por el acceso rodado hasta dar con la carretera que viene de las Estacas, la AS-310, prosiguiendo la ascensión hacia los molinos de viento que habíamos visto horas atrás. La mole de Peña Manteca se hace omnipresente e impenetrable para la bicicleta de montaña, en eso nos entretenemos mientras pedaleamos pendiente arriba que Toyos sufre dadas las altísimas temperaturas del día; dan ganas de tirar de navaja y cortar mallas y mangas.

Poco a poco se va ganando el cumbral donde nos espera la sorpresa de entroncar con otro eje asfaltado y volviendo a tener que cruzarlo para tomar por un camino que sube directamente a los molinos, la vista, impresionante, miremos a donde miremos, de impresión igual que la subida, todo ese gran espectáculo nos ayuda a subir metro a metro hasta alcanzar los dichosos molinos. Supongo que alguien algún día pensará en el costo ambiental y paisajístico que suponen en nuestro paisaje todos estos artilugios campeando por nuestros horizontes.
A la altura de las instalaciones de los molinos en Colláu Moru, viramos a la derecha por una estropeada pista que va buscando las altas columnas eléctricas, bajando por los Oxacos la Cueva, y los Cochaus.


En Colláu Cimero, seguimos para entroncar más abajo con la carretera y seguir por el ramal descendente (24 km) abandonado éste al 1 km, aproximadamente, girando a la izquierda para seguir el camino de las columnas de alta tensión, pronto el camino desaparece para bajar por un estrecho reguero, que no se cruza hasta un poco más abajo; o sea, que BTT de la mano. Se cruza un poco más allá para después de unos cuántos kilómetros dar con el caserío de Pascual, donde se toma la carretera de Mudreiros, que se abandona al poco tiempo por la derecha para seguir por un lateral de la Riega de Barroblanco hacia Chanu Faidiellu.


No tardaremos mucho en dar con la carretera general a Belmonte (AS-633), llegando, de este modo, a Corias de Alvariza, donde se vira a la derecha y, en apenas 2 km, sentarnos en Belmonte, a tomar un refresco en la terraza del Gran Hotel y charlar sobre los otros correligionarios de Rafael del Riego, que en un buen día de finales del siglo XIX levantaron una fraternal en estos apartados lares, como así lo hicieron los hermanos masones Alarcón Gimeno o los Valdés García Miranda, Juan Tarrazo o el médico Bernardino Pumarada, entre otros. levantando columnas de logia en Belmonte. Vaya como homenaje esta dura ruta de sabor netamente republicano.

Victor Guerra
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