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domingo, 7 de julio de 2019

VUELTA A LA SIERRA DE HOSPITALES


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Punto de Partida y Llegada: Borres (Tineo)
·         Punto de Paso:
·         Longitud de la Ruta: 37 Km
·         Desnivel Acumulado: de ascenso y descenso: 1.182 mts
·         Participantes: Javier Paredes, José Ramon Natal, Juan Piñera, Albano Capezzali, Victor Guerra




Si hay una etapa bonita e interesante para la BTT esa es Hospitales, en los confines entre los concejos de Tineo y Allande, y por lo general siempre subimos  por la llamada variante de Hospitales del Camino Primitivo, un camino estival de arrieros y ganaderos por el cual transitan los peregrinos hacia el Puerto del Palo, y solemos bajar por el valle del Nisón , hacia Pola de Allande, pero dadas las calorinas que reinan en estos tiempos preferimos hacerla al revés , o sea guarecernos del calor bajo la floresta del Nisón , y hacer Hospitales a la caída de la tarde.



Y así fue, un largo traslado de casi 1,30 minutos desde Gijón, hasta plantarnos en Borres, pasadas las de la mañana, tras lo cual nos echamos a las trotonas sin más para seguir en plano el Camino Real de Galicia que va hacia Pola de Allande, obviando el recorrido de Hospitales.

Se sale por la carretera AS-219 adelante dirección a Colinas de Arriba , para desviarnos al punto al llegar a Samblismo, donde ya las marcas jacobitas nos echan por debajo de la carretera general , y metidos en plena floresta hasta la aldea de La Mortera  que se cruza a lo largo, para pinchar de nuevo la AS-219 antes de llegar a Colinas de Arriba, y tomando algún atajo que evita el eje asfaltado , hasta llegar a uno de los importantes puntos del Camino Primitivo, aquel que tomo en su cucurrimus, para ver qué pasaba en Santiago, o sea parada para foto en el Alto de Prociles o de San Roque, que es otro de la santos camineros.

Samblismo, o San Brismu,  Porciles con su venta, han sido hitos importantes y como tal, bien lo saben  el Bar San Roque, y casi a la salida del pueblo el singular Bar Casa Boto, donde nos entretenemos viendo la fachada del bar y sus singularidades.

Hasta aquí la ruta ha sido facilona, caminos que nos bajan hasta los cruces de riegas como la de Rioscuro o Porciles, que a su vez nos presentan sus correspondientes repecho para coger altura en este caso para salir al pueblo de Lavadoira y pasar al Alto de Lavadoira con 7,5 Km., rodados.

Vista de la SIerra de Hospitales.

Desde el Alto de Lavadoira arrancaba hace ya tiempo la vieja calzada romana conocida por «Antigua», y que por causas que se desconocen se dejó de usar, aunque su caja sigue presente por la vertiente sureña de la Sierra de los Hospitales.

Paramo un momento para las fotos de rigor, y ya en el Alto de Lavadoira, no queda otra que echarse ladera abajo por entre el hueco que dejan la As-219 y la carretera que va Corcolina, entrando de esta manera en el Concejo de Allande buscando por Suaviza el pueblo de Ferroy, tras el cual se pincha la AS-219 para entrar por un tramo más empinado en Pola de Allande.


Entrar en el arrellanado núcleo de Pola de Allande siempre es un gozada y que ya en pleno centro de la Villa te salga una neña rubia a saludarte y darte los Buenos Dias, ya es algo impagable, por tanto le damos la espalda a la Nueva Allandesa y nos vamos tras la bella sonrisa de la camarera del Café Vitoria, cuya propietaria no sabe la joya que tiene tras la barra.

Allí de forma tranquila nos tomanos una cerveza, mientras pregunto al paisanaje por el posible tránsito de La Antigua, de la cual me dicen que está transitable, aunque yo dudo que esté al menos el 100% del recorrido.


En Allande con 11 kilómetros rodados hasta ahora muy facilones, nos ponemos en ruta hacia el valle del Río Nisón  por el tránsito del Camino Real  de Galicia, señalizado como Camino Primitivo, y la verdad es que la solanera del día con 36 grados, se agradece dejar la carretera que sube hacia el Puerto del Palo, para entrar por Casa Cuervo hacia la vera del río Nisón para pasar por Peñaseita y por debajo de Las Viñas y sin muchos problemas ganar el pueblecito de La Reigada con 15,6 km rodados.

A partir del pequeño grupo de casas de La Reigada, salimos hacia el Alto del Palo, por un sendero que se hace costoso, y nos obliga a echar pie a tierra, aunque los más fuertes ensayan poder remontar los tramos montados, pero los hay que ni con esas, y hay algunos pequeños tramillos que nos obligan a echar pie a tierra  y empujar la trotona cuesta arriba, hasta concluir en la carretera AS-14, muy cerca del PK.36.


Aquí la señalización jacobita nos echa camino arriba por la vera de la riega, pero dada su inclinación y mal firme, trazado por el cual no creo que fuera el Camino Real de Galicia, optamos pese a la calorina por subir por la carretera hasta el PK. 33,5 para poder coger agua en la fuente Les Muyeres, y coronar el puerto de forma tan cómoda.


Durante la subida por los 3, 5 km de trazado de asfalto podemos ver los trazados que va desde La Marta al Palo, o la propia Sierra de Hospitales, con vistas a una parte del trazado de La Antigua, llegamos de esta manera al Puerto del Palo, con 1.147 mts. de altitud.

Cuando llegamos al Puerto, nos pusimos de cara al valle que ocupa Montefurado, para dar  unos bocados a las vituallas, y repartir con una joven coreana que venía de Hospitales, agua y galletas, y detrás de ella venía la niebla.


Me preguntan los compañeros por el nombre del Palo, y lo único acierto a responder son estas consideraciones: «del Palo P´Aca, es decir desde la cima del Palo hacia Pola de Allande, capital del municipio, donde se habla bable, recibían el nombre de "curitos"  (se dice por la relación de dependencia que sus tierras mantenían con la diócesis de Oviedo)

Palo P´Allá,  es decir desde el puerto del Palo hacia Grandas de Salime (cuenca hidrográfica del río Navia) donde se habla una mezcla de gallego y bable denominado farraco, eran considerados gatchegos/gallegos.»



Al ser Hospitales una sierra tan abierta hace que los cambios sean muy radicales, y tan pronto campa un tiempo como en otro, tras unas fotos de rigor nos ponemos en marcha dirección Norte a través del viejo camino de Hospitales, que está jalonado con postes rondinos, ya sin marcas en su seno.

La traza sube a través de la Cordal del Palo, cruzando los picos de El Palo, el de Freitas  y La Casilla, el  camino histórico de los Peregrinos va más a la izquierda y ca directamente de La Marta a Montefurado, hay otro buen camino a nuestra derecha jalonado con una barandilla de madera  que identifico  como el trazado de «La Antigua».

Llegamos en un santiamén al Puerto de la Marta, dejando de lado la carretera ALl. 4 para subir al alto del cordal coronado el Pico La Marta y virando ante el monte Picaratín hacia la sierra que va jalonando los picos Cotón, Hospital hacia la Campa la Braña donde ha es imposible ve nada, En La Marta hemos dejado el rumbo Norte y hemos ido virando primeramente al Este y luego al Noreste, siguiendo las marcas de los jalones de madera, cuya traza se va entreverando por entre picos y collados.


A esta hora del dia, las 3 de la tarde apenas no encontramos peregrinos en busca de su accésit místico por Hospitales, etapa que ya se ha hecho famosa, y que de esta naturaleza poder tener etapas y etapas en el Camino Sanabrés. Se lo aseguro.

A partir de la Campa la Braña (29,3 Km) el camino se hace evidente, antes íbamos por las distintas veredas que marcaban los transeúntes t los ganados, ahora ya estamos en un traza de camino que enfila la vertiente Sureste  del Pico Caborno, aunque la traza histórica va por la vertiente Norte, llegando a encontrarse ambas en el lugar denominado de Los Romeiros.



Y  un poco más allá  pasamos por encima de La Mortera con sus ermita dedicada  a San Pascual. Seguimos por los trazas camineras de Prau Cimeru, bajo el Pico el Cuerno, que nos desvían de Santiago Cerredo con su ermita y su tejo y teja,  y su impresionante iglesia, y por donde presumiblemente debió pasar antiguamente el Camino.

Cuando queremos darnos cuenta ya nuestra ruta ha concluido, la bajada de Hospitales se ha hecho dura pues el terreno estaba duro de tanta sequedad, y los traqueteos son continuos
.

Pero ha merecido la pena hace la vuelta a la Sierra de Hospitales, para de esta manera saber como son la dos trazas, y romper ciertas inercias.

Fotos de Víctor Guerra, Albano Capezzali, José Ramón Natal y Juan Piñera

Víctor Guerra

viernes, 1 de febrero de 2019

RODANDO POR LA SIERRA DE TINEO

  • · Punto de Salida y Llegada: LA ESPINA (Salas)
  • · Puntos de Paso: La Pereda-Alto de Casa el Puerto-La Llaneza- Cerezal-Alto de Piedratecha- Tineo- El Pedregal.
  • · Longitud de la Ruta: 32 Km
  • · Horario de la Ruta. 5 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1200 mts
  • · Participantes Javier Dolado, Javier Riestra, Fernando Torre, Carlos y Fino de Lavio,  Javier Paredes y Víctor Guerra

Volver a las tierras alta de Salas y recorrer desde ellas la Sierra de Tineo, al margen de vanas apuestas tipo Graviti, es siempre una delicia y máxime en estos tiempos tan revueltos, y ya no digo nada si encima nos acompañan los promotores de la Ruta de la Flavius de Lavio, a la que esperamos poder recorrer sus trazados para resarcirnos de no haber podido acudir este año.

Ese fue el marco en que nos movimos hace un par de semana sábado, y en esta ocasión hemos tomado como punto de encuentro el Bar El Cándano en La Espina, que sigue siendo lugar de parada y fonda, antes de echarnos a esos mundos bikerianos, que en esta ocasión desfilarán por las inmediaciones de la bella sierra de Tineo.


Tras la puesta a punto en el Cándano, reavituallando de líquidos y sólidos nos ponemos en marcha dirección Oeste, subiendo hacia La Pereda desde la rotonda al pie del bar subiendo por la llamada Cale de Arriba, que presenta buenas trazas y que nos permite subir sin muchos problemas hacia La Picota.

En un momento dado ya nos sobra ropa, porque el dia esta como tristón, pero no hace mala temperatura ni llueve.
 

Al salir de la Pereda e ir hacia La Picota, ya estamos definiendo el trazado que se desarrollará por la margen norteña de la Sierra de Tineo, que a estas alturas su comienzo lo marca el promontorio de los Altos de la Pereda, a cuya cumbral se sube tras unos cuantos cientos de metros de rodadura y el inevitable porteo por los predios del Monte Casa Cristo, para alcanzar de esta guisa la collada de la Degollada, con apenas 3,7 km.

Ahora se va en plano sobre el valle por cuyo fondo desfila el río de Brañalonga, no tardando mucho, pues vamos disfrutando del dia y el paisaje no hay prisa alguna, se llega a otro significado enclave Alto de la Casa El Puerto, con 6,3 km ya ciclados.

Desde este punto seguimos por la carretera AS.359 que va al Alto de Parafita, pero en nuestro caso nos metemos al punto en el pinar del Monte de Guromayor, por un camino que va en plano y por debajo de la carretera hasta llegar al Chanu y Fuente la Cruz.

Atención a este punto, es importante porque aquí se cambia de rumbo, se viral al Norte, tomando una senda que van por el lateral derecho de la Peñas de Buseabrín, estrecha y casi imperceptible que tras dejar atrás unas abandonadas praderias se pone de nuevo dirección Oeste buscando el viejo camino por la Campachonga y el Campu, donde encontraremos una buena traza caminera, muy vieja eso sí, que nos lleva al pueblo de La Llaneza, donde concluye el asfalto. (10,4 km)

Salimos de La Llaneza por caminos que van hacia el Chanu del Horriu valle abajo, aunque eso tarda poco en cambiar al tener que virar para coger la riega del Caborno, muy arriba e ir hacia el reguero de Penedón, un largo tramo de viejas trazas camineras hoy medio abandonadas que nos van sacando a zonas más abiertas hasta alcanzar el pueblo de Cerezal bastante más grande. (13,4 Km).

Del pueblo, desierto a esas horas, salimos por asfalto y en rampa para dejar de lado su carretil asfaltado e ir al Sur pro una amplia pista que va a cubierto, por debajo de Peña Canteironas y El Chao que muestran sus molinos, paradójicamente quietos, ganamos de esta forma el Alto de Piedratecha, donde nos damos de bruces con las marcas del Camino de Santiago.

Durante la ruta hemos visto señales, por aquí y por allá del programa de Gravity Zone de Tineo, ruta 7 , y la verdad es que no se han matado mucho en el diseño de la ruta, digamos que han ido a lo clásico, sin innovación ni imaginación.



En el Alto, con 17 km rodados, se cierra el bucle sobre la cumbral tinetense, ahora toca recorrer por la margen sureña la sierra en dirección a la capital del concejo, hacia Tineo, por un camino arreglado y señalizado que va por Rumiayor y la Ferita en un descenso tranquilo pasando por encima de Piedralonga, ciñéndonos a la vera de la ladera del pico Navariego y divisando los predios de Tineo, guarecido en el valle sobre el que se descuelgan sus casas. Vamos poco a poco, pues durante el camino por mi parte me he quedado sin freno trasero, y pese a las maniobras de Torre por mejorar la situación la avería se resiste, y detener en los descensos con el freno delantero es todo un peligro.

Pasamos por delante de la cabaña del último mohicano de Filipinas, o sea de Arcadio Rey, el Pana que ha pasado al Oriente Eterno, y cuya morada está dejada de la mano del GADU. Nuestros amigos de Lavio nos van llevando por los vericuetos tinetenses hasta el Campo San Roque, donde se impone un caldo caliente.


Si desde Piedratecha no había problemas, menos los hay desde San Roque, pero serán Carlos y Fino quien nos irán conduciendo en general por el Camino de Santiago cruzando la parroquia de San Eulalia de Tineo, teniendo como referente el polígono industrial de la Curiscada o los molinos de Bodenaya, puesto que vamos dirección Este, cruzando las Tabladas de Rozón y cruzar la aldea de El Pedregal, pasando por delante de pequeños caseríos hasta desembocar de nuevo en La Pereda, y terminar en La Espina, en Cándano tomando sus pinchos boccato di cardinale.

© Victor Guerra

viernes, 7 de octubre de 2016

Recorriendo La Ruta de los Hospitales

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  • · Punto de Salida: Tineo
  • · Punto de Llegada: Puerto del Palo
  • · Puntos de Paso:
  • · Longitud de la Ruta: 33
  • · Horario de la Ruta. 4 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso: 1.179 mts
  • · Desnivel acumulado de descenso: 736 mts
  • · Participantes: Ramón Orviz, Polchi, Dolado, y el que suscribe
El Camino jacobeo asturiano ofrece bellezas paisajísticas tan interesante como etapa de Tineo, y más si uno toma la famosa ruta de los Hospitales.

En la anterior temporada de las Rutas de BTT del Suplemento Campeones, habíamos dejado nuestro periplo por tierras tinetenses, y en esta nueva época retomamos la aventura que comenzamos allá por el mes de febrero del 2016 de rodar todos los Caminos Jacobeos astures.

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Por tanto, siendo cumplidores nos quedan un par de etapas para cumplir nuestra promesa, y como somos gente de palabra, retomamos el testigo del retorno donde los habíamos dejado, en la tierra de Campomanes, en Tineo, con el objetivo de llegar al Puerto del Palo, pero con una salvedad, como era hacerlo por la llamada variante de Los Hospitales, ruta bella y entretenida, pero también muy dura pues se deben salvar muchos metros de desnivel.

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La convocatoria no tuvo mucho éxito, pues las logísticas para hacer estas rutas en travesía son costosas en todos los sentidos, y realizarlas desde la zona Central de Asturias, conlleva mucho lio y tiempo, por tanto, tan solo nos venimos cuatro, y tuvimos que llevar un coche hasta Pola de Allande para luego tener en que regresar hasta Tineo, y luego ya hasta la zona Centro de Asturias. Una liada, pero está mereciendo la pena.

La salida de Tineo, bonita de narices y como siempre en rampa al menos para salir del pueblo, pero pronto el trazado jacobita nos pone en ese inagotable balcón que se abre por encima de las AS-217 y por las Ventas de Arcadio, Aquilino y el Pagano, rodamos de forma cómoda disfrutando de todo un paisaje que se derrama valle abajo en largas praderías y oblongas lomas, a la vez que nos vamos probando en los diferentes tramos con “saltos” o zonas más escabrosas.
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En el transcurso de la rodadura se van dejando de lado pueblos como Piedralonga, a los cuales apenas si se entra, pues la llamada del destino es fuerte, y no hay tiempo que perder, y ya perdimos uno muy interesante con el tema logístico.

La travesía divertida nos deja en el llamado Alto de la Guardia, junto a Pozo de Llamavieya, que, aunque nos dice el mapa que existe, nosotros no lo vimos. Se rueda un trocito por el ramal derecho de una vieja carretera local bordeando el Pico Puliares, para finalmente desembocar en las AS-218 por la que se rueda rumbo Oeste, hasta tomar un nuevo desvío a la izquierda que nos mete en el valle de que conforma el arroyo Deina, que se cruza para llegar a Villaluz.

Aquí entró la duda, de si nos acercábamos hasta el viejo monasterio benedictino de Obona, pero conociendo como conocíamos todo su destartalado estado, optamos por seguir camino adelante, pues aún nos quedaba ruta de madre y no era cuestión de entretennos mucho más .

Desde este enclave hasta El Espín es una sucesión de viales asfaltados que nos hace llevadera la ruta, aunque para los senderistas no sea tan cómodo, y rodamos por los fértiles valles que muestran su esplendoroso verde, producto de los intermitentes tiempos de lluvia.

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Atravesando estos valles se llega a la localidad Borres, con unos 17 km rodados; anotar que en nuestro trasiego hemos visto pocos peregrinos, una media docena, a buen seguro que el personal toma la variante de Pola de Allande, y deja esta para otros tiempos mejores
Borres, conforma la que podríamos llamar la frontera ultima, pues a partir de este punto apenas si hay más pueblos, al menos de una cierta entidad, por tanto, es un buen punto para avituallarse, y mirar si la niebla no está anclada en las altas laderas de Los Hospitales, pues si es así, no merece la pena el esfuerzo, aunque no deja de ser desdeñable ya que la zona tiene una belleza insólita, tanto el paraje como la trepada. Aunque el territorio tiene esa aridez de las cumbres azotadas por los vientos reinantes y las duras climatologías subalpinas.

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Desde Borres, teniendo como referencia la carretera AS-219 arranca un tramo largo de camino de tierra que va bordeando primeramente el Pico el Cuerno, para pasar por encima de la localidad de la Mortera, donde se podría decir que arranca el verdadero ascenso hacia la llamada ruta de los Hospitales, a la cual ya teníamos ganas de llegar, pues no en vano con 21 km rodados se nos hacía, por alguna extraña razón, muy larga, como así fue.

Una vez encaramos las rompientes laderas hacia la sucesión de picos que vamos jalonando como el Picón, o los sombrajos del Caborno y el Tableiros, cada uno sigue a su aire, pues salirse del ritmo de cada uno aquí es complicado pues el firme pide concentración, además a mí en estos lugares me gusta ir un poco solo, deleitándome  no, con el pedaleo, sino con el paisaje y las leyendas que voy recordando, 

No deja de haber por medio toda una rememoración de tiempos pasados, no solo de historia, sino de tiempos laborales: repintando las rutas o realizando auditorías sobre  su estado y conservación o mejora, hoy ya no hay dinero y eso pasó a mejor vida.

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Vamos ganando los altos picachos, que nos mantienen en la frontera de los 1.000 mts, por el camino del llamado Hospital del Fonfaraón, dejando de lado un claro camino que nos llega por la izquierda que viene de Porciles, la verdad es que una vez ganado el altozano collado el paisaje y las vistas son maravillosas. Eso sí, estos bellos parajes también se pueden convertir en un infierno con mal tiempo y niebla, pues no en vano se rueda muy alto y por zonas muy abiertas y expuestas a todos los vientos. 

Se gana la Campa Braña y desembocar en la Fana Recúebanos, para llegar al modesto lugar del Hospital de Fanfaraón, que no sé muy bien cuál será la impresión de los distintos jacobitas al llegar a este punto, acostumbrados a oír hablar de grandes hospitales por los páramos castellanos, en general en Asturias siempre fueron más bien pequeños. En este, Fonfaraón o el Hospital de Abajo, o el de Paradiecha que dicen tuvo ermita, hoy son una especioe de pequeñas cabañas a modo de chozos, con algún que otro prado que se manteniendo al margen de la voraz maleza que carcome cada día el impresionante monte astur, y esta zona no iba a ser menos. 

Nos dice Xurde Moran en su buen blog sobre el Camino Perimitivo, que enlazo, Ruta de los Hospitales, nos dice en que todavía en 1918 una señora albergaba en esta zona  a“romeros” por el valor de una peseta.  Ah y nos aclara también el tema del topónimo del Fonfaraón  nada tiene que vez con Egipto

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Pero ya se sabe lo que dice el refrán, qué si uno da lo que tiene, pues bienvenido y bien hallado y encontrarse en aquellas viejas calendas con un pequeño refugio , y el fuego a estas alturas debía ser toda una bendición, pues el tránsito por estas zonas no debía ser fácil, aunque subir desde Pola de Allande por la vera de la riega, no debía ser una cuestión cómoda, por muy tendida y protegido que fuera el tazado, pues ya se sabe que el gran enemigo de los caminantes santiagueros, son los ríos, los arroyos, sus humedades, y cruces.
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Me da pena estar escribiendo esto, en parte porque este final de verano tenía en mente hacer todo este viejo camino desde Santiago a Villaviciosa, en modo retorno, y no pudo ser y los azares de la vida me llevarán a las tierras de Aínsa, para rodar una vez más por  el Centro de BTT Zona Zero.

Seguimos nuestra ruta, y algunos como Poldo o yo mismo, empezamos acusar el cansancio, o la mala hidratación, pues los calambres parecen querer hacer en nuestras piernas mella, vamos librándonos apretando aquí y allá camino del Alto del Hospital, que se nos antoja ya muy dura, para no agravar más las cosas, caminamos un poco, para de este modo relajar los fatigados músculos, y ya ganando altura vemos los picos más conocidos de la zona como el Pico Tableiros y el Paradiecha, y esa contemplación vamos lidiando con la abundante piedra suelta de los senderos que estamos ascendiendo.

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Las marcas en las zonas pedregosas dejan paso a las viejas balizas que se pusieron en su día para el tema de la niebla y que aguantan la presión del ganado y las duras condiciones climatológicas, y a esta altura el paisaje ya con bastante altura se hace algo más amable, o eso nos parece con la existencia de pequeños bosquetes de pinos, crecidos al modo de viejos bonsáis naturales. 

Se cruza el Alto de la Marta y la carretera concejil ALL-4 y se se3 sigue por la línea cumbral del Pico La Casilla y el Freitas, ya atisbando el final de nuestra ruta que se nos antoja largo, pero al alcance de la mano, y máxime cuando aprovechamos las pequeñas bajadas, hasta finalmente desembocar en el Alto de Palo en descenso desde la semi-picorota del pico del Palo, con sus 1.221 mts.

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Y así rematamos nuestra ansiada etapa, aunque aún nos queda otra como es la de Grandas de Salime, pero esa la dejaremos para más adelante.
Victor Guerra
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