viernes, 22 de febrero de 2019

VUELTA AL MONTE OLICIO (Parres-Cangas)


  • Punto  de Salida y Llegada: Arriondas
  • Puntos de Paso: Terón-Romillin-Vega los Caseros-Villanueva -Las Rozas-Triongo-Margolles-Peruyes-Parda- Olcio-Llueves- Villanuev
  • Longitud de la Ruta: 34 k
  • Horario de la Ruta. 4,30 h.
  •   Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.173 mts.
  • Participantes; Olegario, Manolín de Poo, Victor Guerra, Javier Paredes.



Las zonas de Cangas y Parres, son zonas muy atractivas para rodar y por ellas hemos trasegado muchas veces, aunque ha habido entornos que se nos han quedado atrás, por cuyo motivo hoy aprovechando uno de esos domingos del laicista, y en plan tonto retornamos a recorridos que hace años se hicieron y ahí quedaron sin una triste visita.

El punto de partida es Arriondas, y que mejor que empezar la mañana con un cafelillo que dicen los madriles, lo cual hacemos en el clásico Café Español, donde esperamos a los compañeros llaniscos Lolín el de Poo, gaitero afamado y Don Olegario nuestro particular y singular Spielberg, los cuales ahora ruedan bajo la bandera de conveniencia de BTT ASTURIAS.



La idea es hacer un recorrido en bucle alrededor del Monte Olicio, y para no repetir itinerarios y por aquello de que las cartografiás van perdiendo cada vez más definición nos vamos desde el mismo Arriondas hacia el emplazamiento de Romillín, para lo cual se toma la carretera de Santianes de Terón, cruzando el Sella y ganar altura por una pequeña carretera que sube hacia El Picu dirección a Valdebuerna.

En este punto, dejamos por unos momentos dejamos el eje asfaltado para irnos, por un camino que va a la derecha para  de este modo rodear por la vertiente Oeste la picorota del El Cabezu, camino del núcleo de El Horrón, donde Manolín  presenta los primeros traspiés mecánicos, pues la trotona no cambia bien en la zona de los piñones.




Hasta el desvío que hemos tomado del camino, se trata de una subida que de buenas a primeras se nos atraganta a más de uno, luego la cosa al dar vuelta al Picu, se hace más suave. En el Horrón, ante tales casas se vira para tomar el Camino de la Reina que viene de Romillo, y nada volver a  subir hasta entroncar de nuevo con carretil que habíamos dejado hace unos minutos, se  continua  por él, tomando el ramal derecho hasta el enclave Romillin  con  ermita de San José.

La ruta pasa ahora por detrás de la capilla siguiendo las marcas del GR 105 Camino de las Peregrinaciones, entrando en un bello camino que va a media ladera por el caserío de Los Corros, dejando los ramales a la izquierda que van hacia Sobrepiedra, lo cual también puede ser una buena opción de bajar al pueblo de  Las Rozas.

Pero nuestra ruta continua  desde algo más allá de los Corros se echa ladera abajo hacia el enclave de Vega de los Caseros, para de este modo cruzar la Nª- 625 y pasar a la zona del Monasterio de Villanueva y su Parador Nacional, que podemos visitar.



La ruta prosigue por detrás del ábside del monasterio para tomar una estrecha senda  que se pega al río Sella hasta desembocar en el pueblo de Las Rozas, tramo que puede ser fastidiado para nuestras transmisiones, pues  es un sendero de arena y a poco que revolvamos lo sufrirá la cadena.

El sendero después  de un tramo nos saca al pueblo de Las Rozas, aquí se nos presentas dos opciones una entrar por el viejo camino del pueblo que cruza la Riega del Cojo, y que nos obliga a echar pie a tierra en distintos puntos, ya que este trazado antiguo y en plan calzada  está no solo muy cerrado por la vegetación sino que además es muy empinado.

Existe una mejor opción  y que una vez llegados a Las Rozas, se sigue por la carretera Nª 625 dirección a Arriondas, y a  la altura del Polígono Industrial de El Pinar, entrar a él para tomar una pista que entronca con nuestro viejo camino,  de esa forma se sube a la Collada Odial sin apenas bajarnos de la trotona. Si se sube por el viejo camino de Las Rozas, al llegar a la pista ya veremos que viene del valle se toma el ramal derecho en ascenso hasta la citada collada.



En el cambio de vertientes nos tropezamos con la clásica partida de caza del jabalí, Lolo tiene miedo que le peguen una perdigonada, lo que sería mal asunto para su gaita…Un saludo y dejamos a los de los cochinos rastreando el monte, nosotros seguimos pista adelante dejando los ramales que se abren a derecha e izquierda, nuestra ruta sigue por la pista adelante rumbo Norte, dejándonos caer hacia la vertiente de Triongo por la laderas de Cerro Faes, que presenta en un tramo  una pendiente de bajada tremenda, y sino que se lo digan a Olegario, que bajó a toda pastilla sin poder detener la trotona y le faltó poco para llevarme por delante.

En la bajada nos ponemos a la par del arroyo de Triongo   hasta las casad de Libia y ganar  de este modo la carretera Nª-634, se puede seguir por ella o meternos por Collau hasta desembocar ante la impresionante iglesia de Triong, donde se impone un bocado, antes de subirnos al sillín y seguir dando pedales por unos cuantos momentos más.

Repuestos de hambre y sed se toma la carretera local de Teixidi, la cual se deja casi que al instante para irnos a la izquierda y tomar el carretil que por La Miyar muere tras un tramo bonito en las quintanas de La Huelga, donde el abandono rural está haciendo mella, aunque  por la zona vemos una pareja de inglis  que están intentando instalarse en el alto caserío que preside la zona. No les queda trabajo.



A nosotros nos queda también tajo, subir un tramo hasta las cercanías del Pico Piedrova, una vez ganado el collado nos vamos de nuevo al Norte bajando por la ladera Este de la cumbre de La Cuestona y Picu La Viella hasta desembocar ante Matadero Comarcal, al pie de la recta de Margolles.

Sin apenas tocar la Nª 634 le damos la espalda y no vamos por un estrecho carril que bordea la amplia pradería de La Granda, yendo camino de los pueblos de Cuenco y Peruyes. En este último núcleo surge la duda, pues lo que siempre hacemos es irnos hacia Las Canaliegas y  Covaenes, pero como hacía años que no iba por el ranal de Parda hacia Llueves, pues a la salida de Llueves opto por seguir  ascendiendo en dirección a Parda por asfalto.

Al llegar a El Colladín tenemos los montes de Onao y el Pico El Arbolín justo enfrente, en ese punto  se abren también otras opciones, pero son nos vamos por la derecha en franco descenso por  un camino hormigonado para entrar en el cerrado valle de Brengues, donde se junta un forcón de riegas, el río de Parda, las riegas de Las Llanas  y Bengoes entre  otras.



En el valle se deja sentir la humedad y la frescura de los espacios cerrados del cual vamos saliendo tomando altura desde Brengues hacia los desperdigados caseríos de Olicio, algunos ellos en actual situación de remoce, pero el entorno rural asturiano digamos que toca a muerto, son miles de casas perdidas por los montes y valles y ya no hay quien las repueble.

Desde Olicio, dejando atrás el significado lugar de La Mina, por cuyas estructuras ya en declive se reconoce pronto el lugar. Ahora nos queda un tramo en ascenso que sube tras un par de kilómetros al significado collado de Llueves, punto este de importantes tránsitos entre Cangas de Onís y la costa riosellana a través de Margolles como paso intermedio.

Una vez alcanzado el Collado de Llueves, ante nosotros el gran plafond de los Picos de Europa y los montes de Ponga y Amieva, tras la contemplación nos vamos por el hormigonado camino abajo hasta entrar en el pueblo de Llueves.

Desde el se toma el acceso rodado por el que se baja un tramo para desviarnos a la derecha en la primera curva cerrada del trayecto, un camino medio abandonado que nos baja directamente a Coto Brezo en pleno sendero fluvial del Río Sella.



Ahora, ya en lo fondero del valle, no queda más que seguir el río abajo hasta llegar de nuevo a  Villanueva, donde se puede optar o bien  seguir el sendero que ya se cogió unas horas ates e ir hasta Las Rozas para continuar por la Nª -625  hasta el mismo Arriondas,  o en Villanueva salir a carretera Nª 625 y por ella ir hasta Arriondas, tal y como hicimos nosotros, con la paradoja que este recorrido lo hice hace años con los hermanos Calo y Ton de la Escuela Asturianade Piragüismo y mira tu por donde al entrar por las instalaciones me encuentro a Ton metido en faena, unas palabras y un saludo u directamente a la plaza del Cañón.

© Victor Guerra

viernes, 15 de febrero de 2019

Entre el Mar y la Montaña:Sierra del Fito


  • · Punto de Salida y Llegada: La Isla
  • · Puntos de Paso: Playa Espasa-Prado- Alto el Fito- Bustacu-Cofiño- Las Piqueras-Bodes-Berbes
  • · Longitud de la Ruta: 38 km
  • · Horario de la Ruta. 4 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1400 mts
  • · Participantes: Olegario, Lolo Póo, Javier Riestra, Javier Dolado, Fernando Torre, Fernando Lopez, Victor Guerra

Rodar por la zona costera y atacar desde ella las estribaciones del Fito y el Sueve siempre es una delicia, y a poco que los días sean buenos, o incluso algo peores, es una zona en la que siempre los de BTT ASTURIAS, nos perdemos con bastante frecuencia.


No es que la presencia de compañeros a las rutas sea grande, pero ha llegado un refuerzo de compañeros como Olegario y Lolo, (Llanes) y el hecho de hacer algunas rutas los domingos en vez de todos los sábados, se deja notar con la presencia de viejos amigos como Fer Torres y Fernando López.


Quedamos convocamos en la Playa de la Isla, con la mala suerte de que en este tiempo y a estas horas, las 9 h., nada está abierto para tomar un café, pues nada.., de esta guisa nos fuimos camino de la Playa Espasa, siguiendo las marcas jacobeas, aunque dirección Este.

El camino es plano ya se enlaza en plan semiurbano, hasta llegar a la playa de la Espasa, desde donde por aquello de variar recorridos nos adentramos en esta ocasión hacia La Cruz, para una vez cruzada la A-8 encarar un potente repecho que nos puso firmes a primera hora de la mañana, y ya de esta guisa entrar en el pueblo de Prado, en plena Caravia Alta, que por cierto una vez dejado atrás el gran eje que cruza toda la rasa costera Cantábrica, nuestro rumbo fue variando al Sur.


En Prado, sí que pudimos tomar el café de cada sábado, en este caso ya con la arrancadera en marcha, tras el café, tomamos el camino que desfila a la vera de la riega de Caravia. Pista ancha que se deja ciclar y que a medida que dejamos el pueblo se va poniendo cada vez más pendiente sobre todo ante el depósito de aguas del Prado, desde cuyo punto la pendiente es continua hasta un poco antes de la carretera del Fito, donde se llega con unos 6,4 km., rodados.

Ahora queda un tramo que es de los que menos me gustan, aunque reconozco que las vistas son más que impresionantes, me refiero a tener que subir por la AS-260 hasta el Alto del Fito, se que son algo menos de 3 kilómetros de asfalto pero se me hacen pesados, al menos para las trotonas con ruedas de tacos, los llamados carreteros, o sea los que entrenan o ruedan en bici de carretera, enfilan a buen ritmo la pendiente, al igual que los más jóvenes, quedando atrás y contemplando las bellas panorámicas sobre la rasa costera, los más viejos: el compañero Olegario y el que suscribe.


Al final con unos 9km., ciclados nos damos cita en el Alto del Fito, donde nuestra trazada ruta nos lleva a la derecha para entrar en los predios del camino que va hacia el Pico Pienzu, pasando por Canto la Teya, hasta desembocar en la Llanada del Bustacu.

Tramo desde que se deja la carretera divertido y técnico, pues entre la mancha de la nieve caída y el barro, las trotonas ruedan pesadamente, y si encima lo hacemos por sendas estrechas salpicadas de cerradas curvas o afloramientos de piedra, pues la cosa se pone más divertida y entretenida.

 

Lo típico aquí es dejarse caer en la Llanada del Bustacu por la pista hormigonada que va a empatar con la AS-260, en nuestro caso damos la espalda a esta opción para irnos de frente a buscar el nacimiento de la riega de Corteguera, para lo cual hay que ir hacia las cabañas y restos de cuadras del Bustacu, a cuyo pie y a la izquierda se abre una senda que busca el cauce de la riega, para ir hacia la aldea de Cofiño.

La entrada a la senda, mala y enrevesada, luego tras retorcerse por entre la ladera, presenta tramos más ciclables, que son entretenidos pero peligrosos, por la pendiente y los firmes de piedra pulida que perlan toda la Cañada de Mangullines, cuando al final se puede cruzar la riega y pasar a la derecha de esta, el camino se hace más plano, sobre todo tras dejar atrás la fuente de Longariza.


El valle se va abriendo cada vez más, para disfrute de casi todos, pues si bien algunos disfrutamos de esta bajada, muy técnica con tramos endureros, para otros dichos trazados significan ir tirando de la trotona. En todo caso una vez ganada la collada de Pandellebancu, el panorama que nos ofrece la ruta es impresionante, delante de nosotros, no solo están los montes parragueses haciendo frontera con los ponguetos, sino también el cortinón tapizado de blanco de los Picos de Europa. Una bella panorámica que uno no se cansa de admirar.

En unos poco metros más, se entra en el pueblo de Cofiño con unos 14,3 km ciclados y con algo de hambre, por lo que se busca un enclave en pueblo donde dar un bocado para reponer fuerzas mientras cambiamos puyas y comentarios.

El track nos lleva ahora hacia unas zonas montunas con caminos semi perdidos que nos dejan en zona de sotobosque y en medio de propiedades privadas, por cuyo motivo cambiamos el trazado y nos vamos al Este, continuando por el acceso rodado de Cofiño, y en una cerrada curva salir de la carretera para tomar una senda que va paralela a la As-260, pero más alta hasta entrar en la quintana de Las Piqueras.

Desde aquí se baja hasta la AS-260, y se continua por ella apenas un kilómetro, para coger el desvío que entra hacia la aldea de Bodes, cerrando así el bucle y tomando ya de forma definitiva rumbo Norte.


De nuevo se cicla por asfalto, por un estrecho carretil que nos permite ganar lo grueso de la aldea de Bodes, donde se deja el ramal que va hacia Vinariegos, para continuar por un bello tramo de tierra que va por debajo de la picorota de La Trapiella, pasando por detrás de la Casa del Pinal, cerrando de este modo el valle de Bodes, y llegar en subida a la carretera que une La Salgar con la AS-260.

Video de Olegario

Una vez en el carretil que viene de La Salgar se vira a la izquierda hasta ganar de nuevo la AS-260, pudiendo ver durante el paseo todo el amplio valle de Bodes, una vez alcanzada la carretera del Fito, se sube por ella apenas un kilómetro hasta La Muñeca, y con unos 21,5 km, nos metemos por una pista que franquea una amplia portilla metálica que nos da paso a un largo camino de unos 8 kilómetros que se va abriendo trazado a media ladera bajo la cumbral de la Sierra del Fito, y que en su tiempo debió ser un interesante camino de entrada a los puertos de Lastres y Ribadesella.


El trazado no presenta ningún problema técnico, y se va dejando ciclar de forma cómoda hasta desembocar en la Rasa de Berbes, pasando por los Paniceros y La Cuesta la Braña, a la cual se accede desde el cercano Collado de la Calavera, o por El Cabu.

La pista presenta tramos en la cual la vegetación amenaza con tragársela de lleno, aunque el trazado aguanta el embate, las vistas siempre son hacia el valle de La Salgar y Alea, y las sierras trasversales de Peñas Las Coronas y más atrás las cresterías de Monte Moro., en algunos puntos hay pistas que se echan ladera abajo y que va al largo valle de Alea-La Salgar.

Lo cierto es que llevamos un ritmo tranquilo, no hay prisa y el dia es inmejorable así que merece la pena gozar de todos estos paisajes, que para los amigos llaniscos son toda una novedad, haciendo que su estrecho paraíso llanisco se amplíe en belleza y en horizontes, más allá de Póo el Güenu.

Tras el largo ciclado de la pista de la Calavera, se gana siempre manteniendo rumbo Norte, el campo de Golf de Berbes, y sin más dilaciones se continua por su acceso rodado por el cual se baja hacia la aldea de Berbes.


A dicha aldea se llega una vez hayamos cruzado la Nª- 632 que nos da acceso al trazado jacobeo, en este punto con casi 32 km rodados, nos ponemos cara al Oeste, para llegar en primer lugar a Berbes y desde ahí enhebrando la Nª 632 un tramo, para desviarnos por firmes de tierra camino de la playa del Arenal de Morís para recorrer el tramo final que entra en los predios de Caravia, en Morís se va hacia la playa La Espasa, volviendo al emplazamiento de partida como es La Isla, dando por terminada la ruta entre el mar y la montaña.

Fotos de Victor Guerra, Javier Dolado y Fernando López y Fernando Torres.

© Victor Guerra

viernes, 8 de febrero de 2019

LLANES , INCÓGNITA Y DESCONOCIDA






 · Punto de Salida y Llegada: Llanes
  • · Puntos de Paso:La Tala-Póo de Llanes- Porrúa-La Pereda-Soberrón-Pancar
  • · Longitud de la Ruta: 29 km.
  • · Horario de la Ruta. 4 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 500 mts
  • · Participantes: Olegario, Lolín de Poo (el güenu), Javier Dolado, Iván Menéndez, Javier Riestra, Víctor Guerra.
TRACK DE LA RUTA WIKILOC


Los territorios llaniscos dan para lo que dan, hablando de recorridos betetistas, pues las sierras prelitorales cortan bastante los desarrollos de posibles rutas por la zona, pero si se exprimen los territorios siempre se saca algo nuevo, y ese fue el caso, pues los amigos de Corsarios Bikes, me hicieron llegar una track con tramos de recorrido que nunca había realizado.

Es una cosa curiosa, cuando se realizan las rutas en Llanes, o bien no vamos para el Occidente, por la Talá para adelante, o nos vamos para el Oriente por el Camino de Santiago, o desde Vidiago, lo que hace, que queden zonas centrales las de Porrúa, Parrés, La Pereda que apenas sin son recorridas, y esta es la propuesta de esta semana, las zonas desconocidas de Llanes.


La ruta también ha servido para conocer a nuevos amigos: Olegario de los tiempos de Maricastaña de la ruta de Degaña-Ibias, y Lolín, de larga flauta natural de Poó, el Guenu, y con el grupo de siempre nos echamos a dar pedales por la zona.

Tras un té caliente y las demás conformidades del grupo en cuanto a los diversos gustos para tomar café que fue en el Latino, tras lo cual nos echamos al camino para dar pedales durante unas horas, saliendo del mismo Llanes por el Paseo San Pedro, para tomar por los predios de La Talá adelante en busca de Poó, el güenu, a cuyo punto se deja el rumbo Oeste, para virar al Sur, cruzando todo el pueblo de Poo de Llanes, que según Lolon esti ye el Póo “güenu” los otros son imitaciones, tras saludar a vecinos y vecinas madrugadores, tomamos el Camino de Porrúa, pasando por encima de la A-8.

El núcleo de Porrúa apenas si lo tocamos, ya que nos vamos por el lateral occidental, por Pájaros, dirección a los parajes conocidos como las Mañangas de Porrúa,cuyo itinerario está señalizado.



Llegamos de forma tranquila al extraño cruce donde en su día se emplazó una no menos extraña señal de carretera enclavada en el mudo de una finca, que dice: a Oviedo.

En ese punto la ruta nos pone cara a las empinadas laderas de El Biforco, con varias posibilidades como la de irnos a la Mañanga, le damos la espalda a la invitación para virar a la izquierda por la amplia pista que va al Este, acompañando a la riega Bola cuando esta vira al Sur, se deja la pista para entrar en dirección Norte, por una serie de caminos que nos ponen a las puertas de Porrua, para darle espalda en redondo al pueblo e irnos por el Collado del Acebo hacia Melendreras, entroncando con la carretera LLN-7.




Por ella se circulamos apenas un kilómetro para entrar dirección Norte por Lapolla, hacia Las Encinas camino de La Pedrosa, donde hay un poco de lío, pues el trazado entra por un medio perdido camino entre fincas, por el cual habrá que empujar la trotona durante un tramito, para una vez cogida la altura virar al Este, para seguir sin apenas ver nada más que las laderas de La Pedrosa.



Estamos ante un recorrido de sendas estrechas medio perdidas en medio de zonas muy densas de vegetación, donde es difícil situarse, o dar referencias generales, salvo para los conocedores de la zona, Al rato encaramos la bajada dirección Norte pegados a la una riega que atraviesa el pueblo de La Pereda, donde se empata con carretera LLN-6 .

Nos paramos un rato en el desconocido rincón de La Pereda, con sus viejas escuelas y la iglesia, y el lavadero, tras lo cual se sigue por la LLN-6 apenas un kilómetros, para virar a la derecha e iniciar un bonito bucle por los predios de las laderas del Pico Castiello o Soberrón.
BUSCANDO LA MAÑANGA

Para ello se sube por el lateral de una cantera hacia El Rabazo, riega arriba bien empujando la trotona o ciclando en plan ratonero por trochas y senderos, y en medio de una cacería de gochos salvajes, siempre nos topamos con alguna, con quienes siempre intercambiamos unos saludos.


Tras dejar atrás El Rabazo, nos volvemos al Oeste, por una especie de singulares “mañangas” que por Las Rozas y Jarnero nos vamos, eso sí dando pedales por zonas inusitadas sendas para ir virando hacia Las Coteras, zona divertida por tramos que están a punto de perderse como caminos.

Sin entrar en la Galguera, se cierra el bucle hacia la aldea de Soberrón pasando por delante de la coqueta ermita de San Felipe de 1857.« Un lugar de paso en el que si la lluvia caía con fuerza y los riachuelos desbordaban, se antojaba complicado y hasta peligroso para los propios animales. Uno de aquellos hombres, un tratante, dicen, se encomendó a San Felipe prometiendo que, de salvar sus vacas a su paso por este punto, levantaría una capilla en su honor. Y así sucedió. Ni uno de sus terneros resultó dañado y aquel buen hombre cumplió su promesa. Inició, aquel día, la historia que hoy intentaremos narrar aquí. Seguro que aquel negociante ganadero desconocía a dónde llegaría su promesa ni a cuántos, ni cómo, alcanzaría el fervor por el santo que acabó por salvar su ganado de una gran inundación».


Estamos en un estrecho carretil por entre fincas que se enfila hacia la carretera LLN-6 , es un viejo camino que nos deja ante la vía del FEVE y de este modo entroncar con el eje ya citado, poniendo rumbo a Llanes, de manos del sr. Lolín, como guía que nos lleva por el Melendru, circundando por las aldeas de Pancar y Portilla, y ya ubicados en la Senda Fluvial de la riega Carrocedo desembocamos en Llanes, tras un buen día de solecillo y buena compañía, y un buen yantar en el restaurante El Bodegón.


Fotos: Javier Dolado, Victor Guerra, Lolín de Póo, videos de Iván Menéndez y Olegario.

© Victor Guerra

viernes, 1 de febrero de 2019

RODANDO POR LA SIERRA DE TINEO

  • · Punto de Salida y Llegada: LA ESPINA (Salas)
  • · Puntos de Paso: La Pereda-Alto de Casa el Puerto-La Llaneza- Cerezal-Alto de Piedratecha- Tineo- El Pedregal.
  • · Longitud de la Ruta: 32 Km
  • · Horario de la Ruta. 5 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1200 mts
  • · Participantes Javier Dolado, Javier Riestra, Fernando Torre, Carlos y Fino de Lavio,  Javier Paredes y Víctor Guerra

Volver a las tierras alta de Salas y recorrer desde ellas la Sierra de Tineo, al margen de vanas apuestas tipo Graviti, es siempre una delicia y máxime en estos tiempos tan revueltos, y ya no digo nada si encima nos acompañan los promotores de la Ruta de la Flavius de Lavio, a la que esperamos poder recorrer sus trazados para resarcirnos de no haber podido acudir este año.

Ese fue el marco en que nos movimos hace un par de semana sábado, y en esta ocasión hemos tomado como punto de encuentro el Bar El Cándano en La Espina, que sigue siendo lugar de parada y fonda, antes de echarnos a esos mundos bikerianos, que en esta ocasión desfilarán por las inmediaciones de la bella sierra de Tineo.


Tras la puesta a punto en el Cándano, reavituallando de líquidos y sólidos nos ponemos en marcha dirección Oeste, subiendo hacia La Pereda desde la rotonda al pie del bar subiendo por la llamada Cale de Arriba, que presenta buenas trazas y que nos permite subir sin muchos problemas hacia La Picota.

En un momento dado ya nos sobra ropa, porque el dia esta como tristón, pero no hace mala temperatura ni llueve.
 

Al salir de la Pereda e ir hacia La Picota, ya estamos definiendo el trazado que se desarrollará por la margen norteña de la Sierra de Tineo, que a estas alturas su comienzo lo marca el promontorio de los Altos de la Pereda, a cuya cumbral se sube tras unos cuantos cientos de metros de rodadura y el inevitable porteo por los predios del Monte Casa Cristo, para alcanzar de esta guisa la collada de la Degollada, con apenas 3,7 km.

Ahora se va en plano sobre el valle por cuyo fondo desfila el río de Brañalonga, no tardando mucho, pues vamos disfrutando del dia y el paisaje no hay prisa alguna, se llega a otro significado enclave Alto de la Casa El Puerto, con 6,3 km ya ciclados.

Desde este punto seguimos por la carretera AS.359 que va al Alto de Parafita, pero en nuestro caso nos metemos al punto en el pinar del Monte de Guromayor, por un camino que va en plano y por debajo de la carretera hasta llegar al Chanu y Fuente la Cruz.

Atención a este punto, es importante porque aquí se cambia de rumbo, se viral al Norte, tomando una senda que van por el lateral derecho de la Peñas de Buseabrín, estrecha y casi imperceptible que tras dejar atrás unas abandonadas praderias se pone de nuevo dirección Oeste buscando el viejo camino por la Campachonga y el Campu, donde encontraremos una buena traza caminera, muy vieja eso sí, que nos lleva al pueblo de La Llaneza, donde concluye el asfalto. (10,4 km)

Salimos de La Llaneza por caminos que van hacia el Chanu del Horriu valle abajo, aunque eso tarda poco en cambiar al tener que virar para coger la riega del Caborno, muy arriba e ir hacia el reguero de Penedón, un largo tramo de viejas trazas camineras hoy medio abandonadas que nos van sacando a zonas más abiertas hasta alcanzar el pueblo de Cerezal bastante más grande. (13,4 Km).

Del pueblo, desierto a esas horas, salimos por asfalto y en rampa para dejar de lado su carretil asfaltado e ir al Sur pro una amplia pista que va a cubierto, por debajo de Peña Canteironas y El Chao que muestran sus molinos, paradójicamente quietos, ganamos de esta forma el Alto de Piedratecha, donde nos damos de bruces con las marcas del Camino de Santiago.

Durante la ruta hemos visto señales, por aquí y por allá del programa de Gravity Zone de Tineo, ruta 7 , y la verdad es que no se han matado mucho en el diseño de la ruta, digamos que han ido a lo clásico, sin innovación ni imaginación.



En el Alto, con 17 km rodados, se cierra el bucle sobre la cumbral tinetense, ahora toca recorrer por la margen sureña la sierra en dirección a la capital del concejo, hacia Tineo, por un camino arreglado y señalizado que va por Rumiayor y la Ferita en un descenso tranquilo pasando por encima de Piedralonga, ciñéndonos a la vera de la ladera del pico Navariego y divisando los predios de Tineo, guarecido en el valle sobre el que se descuelgan sus casas. Vamos poco a poco, pues durante el camino por mi parte me he quedado sin freno trasero, y pese a las maniobras de Torre por mejorar la situación la avería se resiste, y detener en los descensos con el freno delantero es todo un peligro.

Pasamos por delante de la cabaña del último mohicano de Filipinas, o sea de Arcadio Rey, el Pana que ha pasado al Oriente Eterno, y cuya morada está dejada de la mano del GADU. Nuestros amigos de Lavio nos van llevando por los vericuetos tinetenses hasta el Campo San Roque, donde se impone un caldo caliente.


Si desde Piedratecha no había problemas, menos los hay desde San Roque, pero serán Carlos y Fino quien nos irán conduciendo en general por el Camino de Santiago cruzando la parroquia de San Eulalia de Tineo, teniendo como referente el polígono industrial de la Curiscada o los molinos de Bodenaya, puesto que vamos dirección Este, cruzando las Tabladas de Rozón y cruzar la aldea de El Pedregal, pasando por delante de pequeños caseríos hasta desembocar de nuevo en La Pereda, y terminar en La Espina, en Cándano tomando sus pinchos boccato di cardinale.

© Victor Guerra
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