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viernes, 29 de noviembre de 2019

Rodando en Villaviciosa por entre Iglesias y Templarios (Veredas de San Salvador)



·         Punto de Salida y Llegada: Villaviciosa
·  Puntos de Paso: Amandi-Casquita- Monasterio de Valdediós- Arbazal- Celada-Valdebarcena-La Viesca- Obaya- La Ferrería-Amandi.
·         Longitud de la Ruta:  37 Km
·         Horario de la Ruta: 3,30 horas
·        Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.200 mts
Participantes:  Javier Riestra, Juan Piñera-Javier Paredes, Victor Guerra, y Doña Noelia Rojo

Uno de los hitos más importantes en las Veredas del San Salvador, antes de culminar en la vetusta ciudad de Oviedo y ante la vieja catedral dedicada al cenital San Salvador, se encuentra en el camino el llamado Conventín de San Salvador de Valdediós, una recoleta construcción prerrománica de gran belleza levantada al término del valle de Boiges.



Sin olvidar que esparcidos por el territorio maliayés tenemos una serie de inputs relacionados con la supuesta presencia del Temple en la zona, lo que nos permite articular una ruta ciclomontañera perlada de leyendas y misterios, lo cual no está mal para entretener tanta pedalada.

Se parte de Villaviciosa, donde nos podemos embobar escrutando las cruces patadas de la centralista iglesia de Santa María de la Oliva, la cual tiene talladas un buen numero de estas significativas cruces, tipo Paté en casi todo su contorno, y hasta un escondido reloj de sol, aunque para la ruta que haremos de poco nos servirá, pues dan agua a mansalva, que se dice.

Cruces que hay quien la vinculan con los monjes blancos y que el caso se la Oliva el recuerdo personal de aquellos tiempos de búsquedas esotéricas me llevaron hasta el pueblo portugués de Tomar, para ver el bastión fortificado de los Templarios con forma octogonal, y encontrarme con la iglesia de Santa Maria do Olival, o aquella otra por la que pasa la famosa Senda Genaro, que señalicé en su dia al paso por Patones (Madrid)

 Desde la portada de la iglesia de la Oliva villaviciosina, se toma el camino jalonado por las «iniciáticas» marcas amarillas jacobeas, que en primer término nos llevan por la traza urbana de Villaviciosa y luego por la senda  fluvial del río Linares que se coge en Las Colominas, cerca de las Escuelas Públicas de Maliayo, y por ello se rueda  hacia otro enclave significativo como es Amandi, se rueda bordeando  las instalaciones del Serida, para desde ellas buscar el enclave de Casquita siguiendo las marcas jacobeas que por La Parra, y sin pérdida nos llevan hasta la ermita de San Blas.


Aquí en Casquita, sin el famoso “Faunino” que se ido de invernada, es donde los caminos jacobeos se bifurcan, nuestra ruta sigue por el ramal de Gijón, o sea ramal de la derecha, para tomar por las orillas del río Valdediós una traza caminera que, por el Mayorazu nos encamina hacia la Sota, dejando las marcas jacobeas que van por la derecha hacia Xiana y Niévares. 


Nuestra ruta sigue de frente por tramo medio inundados para entroncar con la carretera de Rozaes, ya en ella se sigue cuesta arriba, por asfalto hasta la casona de la Cruz de Conceyeru, que presenta una estampa de antigua venta y posta de arriería. 


Desde ella por la izquierda se toma un camino en franco descenso hormigonado que luego se vuelve camino real para de este modo alcanzar las casas de La Rivera, y su sucesión de molinos, son tramos camineros, bien de tierra o asfaltados, que tienen una gran belleza, no en vano estamos en el llamado «Valle de Dios».


Una vez en él nos damos de bruces con el complejo religioso de Valdediós, si tenemos suerte y ganas nos podremos incorporar a las visitas guiadas, de esta forma podemos ver in situ y por dentro parte del monacato, y camino del claustro observar la famosa espada y un virtual monje orando del que nos habla Xavier Musquera en su libro La Espada y la Cruz, que el citado autor cree ver medio neblinoso en sus viejas fotografías.

Fuera como fuere, es posible que la cosa, de la losa de la espada, y su virtual monje no fuera más una proyección mental del bueno de Musquera, aunque tal losa este la relaciona con el ritual funerario de los caballeros sin rango. «Eran enterrados cara al suelo con los hábitos clavados en un madero y en el más absoluto anonimato».


 No sé hasta que punto todo esto será verdad, pero no se puede negar que le da un toque al lugar, pues no en vano estamos ante uno de los grandes hitos religiosos dedicado a San Salvador, una preciosa iglesia prerrománica a cuya  consagración en el 892 de la era cristiana  acudieron  diversos obispos como el  Mondoñero o el de Coimbra…; a la vera de dicho iglesia se instaló el monasterio cisterciense que hoy habitan monjas carmelitas samaritanas. ¡Las vueltas que da el mundo¡


No solo no volvemos a la ruta de las Veredas…, sino que además digamos que se han acabado los tramos planos, unos 10km de cómoda rodadura hasta aquí, ahora toca salir del lugar dejando la traza la Vereda de San Salvador que se va por el Camino de Santiago hacia Sariego.

Sin olvidar que desde aquí se puede salir de varias maneras, una por el Camino de Santiago por Vallinaoscura hacia el Alto la Campa, y  en nuestro caso nos fuimos por el camino de Llaneces que sube bordeando los muros del monasterio pasando por delante del Monolito a los fusilados en la madrugada del 28 de octubre de 1937 por miembros delas tropas franquistas en concreto tropas de la VI Brigada Navarra.


Es la cara y la cruz de este bello lugar, que tiene ese aspecto tan dramático y que ha quedado recogido en el libro publicado por el Museo del Pueblo de Asturias.

Desde el monolito se sigue en ascenso pasando de las primera casa al renovado el núcleo de LLaneces, en el que tanto su propietario José Luis, como su familia han invertido labor y dineros.

Estamos ante un tramo muy empinado por el que se trepa bien puesto que está hormigonado, pero después de este enclave  habitado el que fuera el viejo camino comunicacional de la casería, todavía se empina más, además de estar en gran parte de la subida muy embarrado, lo que nos obliga a poner pie a tierra, a todos, pese a los intentos de Riestra, Paredes y Noelia, y  hasta llegar al costado de la AS-113, pues tirando de la trotona.

Una vez en la arteria que une Villaviciosa con Sariego se baja, girando a la izquierda,  hasta lo grueso de núcleo de San Pedro de Ambás, eso sí llegar a minarete eclesial de San Pedro.

La otra forma cómoda de realizar la ruta desde Valdediós, es quitándose la penalidad de subir por Llaneces, es decir subir por la carretera que enlaza Valdediós con San Pedro de Ambás.


Ya en Ambás, frente a la salida del acceso de Valdediós se retoman las marcas jacobeas que vienen de Camoca, y que tomando su ramal derecho , hacia el Sur, la traza nos mete en una senda trepadora  que desde Ambás van cuesta arriba con tramos cada día más despedregados, lo que nos obliga a bajarnos de nuevo hasta ganar unas zonas más planas, en cuyo punto nos ofrece preciosas vistas sobre el valle y monasterio de Valdediós,  y sobre el valle de Rozaes, y  cerrando todo territorio la cordal de Peón.


Por tramos semiplanos se gana la aldea de Arbazal, cuyo emplazamiento se halla en una terraza que hace el terreno, cuya ladera baja de los promontorios de Les Lloses y la Rasa de Arbazal con unos 450 mts de cota. y desde la cual se ve asomar las nevadas cumbres del Aramo. 


 En este recoleto núcleo se levanta la monumental iglesia en cuyo cabildo nos refugiamos de la chubascada, mientras contemplamos el denominado Mesón de los Frailes con el escudo abacial que también se ve en el monasterio de Valdediós, y que pertenece a la Congregación Cisterciense de Castilla.



Pudiendo ver desde el citado cabildo el singular reloj pintado en lo que parece que fue la casa del cura. y que es toda una singularidad, que se debiera cuidar y preservar.


 Nos despedimos de tan singular enclave a para seguir al Sur hacia el cruce de la Casa del Monte, ya por tramo asfaltados, por estos lares, también Camino de Santiago iban los arrieros y carreteros camino de Sariego.

 Ya con unos 15 Km rodado, a la altura de la Casa el Monte nos vamos por la izquierda, pista arriba, dejando la carretera que va hacia el Alto la Campa.


El arranque de nuestra traza es fuerte  pero de buen firme, primero dejamos un ramal a la derecha  y luego otro más altozano que va a la aldea de Mogobio, se sigue pista arriba para bordear un granja  y luego el pico Torres para  pasar por la Parea del Trabuco, en cuyo altozano punto, pues se alcanza la cota de los 500 mts, con 17,5 km rodados, nos vamos por el camino de la izquierda que es más bonito, la pista empedrada nos lleva al mismo punto, ¡aquí como se prefiera¡ 


El camino de la izquierda nos lleva por Robleu para ponernos encima de la aldea de Cuinya, empatando con la carretera AS-333, la cual se toma por el ramal derecho hacia la Cruz de la Degollada, que da acceso al valle naveto de Camás.


Nuestra ruta sigue desde la bifurcación de La Cruz Degollada  por la carretera concejil VV-11, rodando unos 2 km para dejar el camino asfaltado, y entrar a la izquierda en el lugar de La Tejera, dejando el rumbo Este que ya tomamos desde la salida de Arbazal, y en cuyo transito hasta aquí nos deja unas impresionantes vista sobre valle y vallejas que se desparraman bajo nuestros pies  hasta casi la misma Villa, y cuyos predios están sembrados de innumerables aldeas,  algunas de ellas las irá enlazando nuestra ruta. y entreviendo los Picos de Europa, en alguno momentos del recorrido


Pues eso, que La Teyera, nos vamos rumbo Sur, en descenso hacia La Espina, buscando el enclave de Celada, en cuyo camino a pesar del mal tiempo se pueden vistas sobre el valle de Villaviciosa y la ría al fondo  

Y a en Celada  ante el templo  relacionado con el Temple, ignorando la razón, tal vez porque  Ordoño II había dado una donación de una iglesia hoy desaparecida. La actual iglesia de Santa María fue reconstruida en 1635, donde se pueden ver restos prerrománicos y románicos;  las huellas templarias no se ven por ningún lado, pero no sé  porqué tal vez el nombre me lleva al recuerdo de otros enclaves templarios, como el de la fortificada iglesia de Celada del Camino en la provincia de Burgos.



De Celada se sale por el carril que va a La Toya y el Otero, un bajada rápida de hormigón con tramos de agua en su trazado y que se muestran muy resbalosos  y que , nos lleva a otro de los input de esta ruta tan esotérica que nos hemos montado, pues en un pis- pas estamos ante los pies de la iglesia  de Valdebárcena dedicada a San Andrés.

En uno de los laterales destaca una pequeña lápida en la que se aprecian tres cruces griegas, que nos recuerda que esta iglesia se terminó de construir el primer domingo de agosto de 1189, siendo consagrada, al parecer, por el presbítero Martino, pecador e hijo de la Iglesia y el obispo Roderico. He aquí, transcrito, lo que cuenta la leyenda fundacional: Martinus presbiter peccator et filii eclesiae, Pater Noster qui es in celis, in era duocentessima vicessima septima post milesima episcopus Rodericus consecravit prima dominica de acustus. Pater Noster. Inscripción adornada por tres cruces, que alguien debió interpretar como templarias.

 Lo cierto que, si uno se deja llevar por las leyendas modernas, podemos ver templarios (Pauperes Commilitones Christi Templique Salomonici) en cada rincón del concejo maliayés representados en cruces y en otros elementos que nos apoyan las documentaciones, bien porque se hayan perdido o porque no hayan existido jamás, que también puede ser. En todo caso este enclave se le relaciona también con la presencia de los caballeros dúplices, en tanto que algunas representaciones les dibujan montando a caballo a dos caballeros, espalda con espalda, pero en este caso no es por esto sino por la existencia de unas cruces «patadas».


De Valdebárcena, se baja por la AS-333, hasta el desvío de La Viesca, y luego en Condarco que marcas varias opciones de ruta, en todo caso sigue bajando  para alcanzar primero La Viesca y luego el núcleo de Peryeru, aquí si se quiere se puede ir a entroncar con la carretera de la Campa, la AS-133,  bajar por ella para entrar a la derecha en la idea de entrar al valle  maliayés por el núcleo de Bozanes a través de Ronzón.


Pero como a nosotros nos gusta el barro  en Peruyeru nos metemos tras dejar atrás la granja por un camino que se interna en el monte Rodiella, cuyo camino muy mojado por las trombas de agua que han caído, y por tanto presenta tramos encharcados. Se va rodeando el monte hasta dar vista al encerrado pueblo de Obaya.


 Entroncando el camino del río, al que se le da la espalda para bajar al camino que entra en el pueblo, del cual se sale de  lo fondero del valle por asfalto dirección Norte  a cortar la carretera VV-11 que baja de Poreño a la altura de Llavares , tan solo queda ir virando hacia las casas de Ximangues para cruzar el río Viacaba por la Ferreria, donde hoy existe un Albergue de Peregrino, y  por esa traza se entra  de nuevo en Amandi, donde subimos hasta su significativo templo, se trata de la hermética iglesia de San Juan de Amandi, a la cual el escritor José Antonio Samaniego le dedicó un libro publicado por la asociación Cubera.


 De esta manera cerramos una ruta, durante la cual a nosotros nos cayó el diluvio universal, y ahora analizando las trazas, igual es más aconsejable realizar la ruta a la inversa, ya que las subidas hacia el La Cruz de la Degollada y Arbazal  es casi toda ella  por tramos asfaltados u hormigonados, lo cual evita la penosidad de tener que andar empujando la trotona, y de esta manera la ruta tendría  un punto técnico interesante ya que tanto  el tramo de Arbazal hasta San Pedro de Ambás, como el que baja desde aquí por Llaneces a Valdediós se podrían bajar montados en bicicleta, pudiendo ser ciclable el 100% de la ruta.



Que ustedes lo pasen bien.¡

·         TRACK DE LA RUTA WIKILOC
·         BOOK FOTOGRÁFICO (Victor Guerra y Juan Piñera)

© Victor Guerra

viernes, 5 de mayo de 2017

Vuelta al Pico Torres y valle de Valdediós

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  • · Punto de Salida y Llegada: Villaviciosa
  • · Puntos de Paso: Obaya-Miyeres- Poreñu-Arbazal-S. Pedro Ambás- Casquita
  • · Longitud de la Ruta: 37 km
  • · Horario de la Ruta. 4 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 800 mts
  • · Participantes: Rubén Bardera- Javier Paredes- Javier Dolado- Marcos Cernuda- José Ramón Natal- Victor Guerra
  • · Track WIKILOC ruta.
Por circunstancias varias, hubo que buscar una ruta en la zona de Villaviciosa, capaz de satisfacer diversas demandas, como ha sido el regreso de dos viejos amigos como Rubén Bardera y Javi Paredes, que después de un tiempo de «vacaciones» volvían a las lides bikeras, por tanto, sabiendo lo desagradecida que es la BTT, que en cuanto se la deja una semana, sufres lo indecible; y teniendo en cuenta algún que otro inconveniente personal, busqué una ruta no muy larga, entretenida y con buenas vistas, a lo cual el territorio villaviciosino siempre se presta.

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Así fue como diseñé esta ruta por itinerarios no muy usuales, pero que son una verdadera maravilla, por tanto, una vez diseñado el trazado, y llegado el día indicado y habiéndonos reencontrado todos alrededor de un café en la Confitería-Panadería Viena, nos fuimos camino de Sendero fluvial que une Maliayo con Amandi, y ya desde aquí a La Ferrería (San Juan de Amandi).

Se rueda un trocito por la carretera AS-255, dirección a Cabranes, para tomar el desvío de Valbucar que se dirige hacia Poreño.

Una serie de carretiles que juegan con toda esta zona, y entrando en La Roza y Lavares, donde vimos de nuevo las cruces «patadas» de la iglesia de la Oliva, representadas en el dintel de una puerta. Tras ello seguimos enhebrando la ruta alrededor de la carretera VV-11, a la que se vuelve para rodar por ella un tramo en ascenso hasta encontrar a la derecha el desvío que va a la aldea de Obaya, que son otros 1,5 km., de recorrido asfaltado en leve descenso.

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Al llegar al núcleo de casa de Obaya, nos llamó la atención la cantidad de gente que había en la zona, lo que nos valió un potosí, pues aclaramos parte del trazado en el GPS, el cual no era muy ciclable, pues tratábamos de pasar por un lado del Monte Rodiella, y los buenos vecinos de Obaya, pronto nos dieron la alternativa, o sea bordear el citado monte por la vertiente Norte hacia la aldea de Peruyeru.

Y la verdad es que el recorrido fue muy bonito e interesante, ya que tras un primer repecho luego realizamos por un trazado semiplano, que nos fue llevando hasta un camino que concluyó en un prado que se cruza con precaución, para tomar el camino-sebe medio perdido que nos saca de la finca, y ya por un definido camino nos mete en la traza urbana de Peruyeru, seguimos hasta el desvío de La Viesca, y en entronque con la AS-333, se gira la izquierda pasando por Condarco.

Se sigue mediante un ascenso hacia el desvío hacia Miyeres, donde se dobla a la izquierda para subir un fuerte pero corto repecho que pronto nos pone en el centro de la aldea, donde nos salió un buen vecino a dar charla y a ofrecernos viandas y refrescos, que agradecimos, y tras unas fotos emprendimos camino, esta vez por trazados de tierra, cuyo camino tomamos antes de llegar a la última a casa del pueblo, donde se gira a la derecha casi en redondo y cuya senda va rumbo Este hacia Nucea, presentando en su recorrido algún que otro repecho.

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Es otro tramo, un viejo camino, que los jabalíes se encargaron de poner patas arriba poniéndonos la cosa más difícil para ciclar, tras ello culminamos la subida ya en plena aldea de Poreñu, que nos dío vistas no solo al Sur sobre la cordal por la cual rodaremos en breve, sino también sobre la Cordal de Peón y su prolongación hacia Pelapotros.

Una vez cruzados los diversos barrios de Poreñu, se sale a la VV-11 para tomar el ramal derecho dirección Sur, cuyo trazado apenas si presenta desniveles significados.

Se rueda por dicha carretera dando vuelta al valle de Celada y Valdebarcena, pudiendo ver buena parte de nuestro recorrido. El día es precioso y nos permite tener espectaculares vistas sobre los valles y cumbres de las cordales villaviciosinas.

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Tras un par de kilómetros se gana el desvío denominada Cruz de la Collada, punto que da aguas vertientes a Villaviciosa y Nava, en este mismo cruce sale de frente rumbo Oeste, una pista hormigonada en fuerte ascenso que se va enhebrando el limite concejil, a la vez que va enlazando todos los picos de la zona como Robleu, Piedrafita y Pico Torres. Para nosotros tras un primer tramo fuerte luego viene un recorrido bonito con trazado semiplano por lo cumbrero de la cordal, lo que nos permite tener impresionantes vistas, como la que nos presenta de los arenales del Puntal y Rodiles.

Pasamos por un lateral del Pico Torres, para tomar en descenso la pista que nos encamina hacia un desvío, aún más inclinado y roto, entroncando con el acceso rodado que por la derecha nos lleva hasta Arbazal; dejando así los firmes de tierra para rodar un tramo asfaltado que en suave descenso nos lleva hasta la bucólica aldea de Arbazal, con su reloj pintado y su casa con escudo abacial.

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En este punto, se impuso un descanso con «vistas», y el buen olor que desprendía un limonero, que nos vino de perlas para darle un toque ácido al camelbak, como la ruta no era dura y estábamos en su ecuador, nos entretuvimos un buen rato en tan singular enclave, para remprender ruta ahora por la esta alta variante del Camino de Santiago. Un sendero estrecho que se desarrolla por debajo de la picorota de Lloses, y cuyo tránsito nos aporta buenas vistas, sobre la Cordal de Peón, como sobre el complejo monacal de Valdediós, fundido allá, abajo con el valle. Un tránsito por el sendero que resulta interesante y entretenido, el cual nos va llevando rumbo Norte hacia San Pedro de Ambás.

Como digo un trozo bonito un tanto técnico, tanto por la estrechez y algún que otro quiebro, por lo demás sin problemas, una vez se llega al poblamiento de Ambás, y sin más preámbulos nos vamos por el acceso rodado que va en franco descenso hasta el propio Monasterio benedictino y el famoso Conventín de Valdediós, que ahora pueblan unas monjas carmelitas samaritanas.

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Una vez cumplida la visita, nos vamos por el acceso rodado de Puelles, para ir virando hacia Conceyeru y colocarnos dirección Norte, para de este modo entrar en firmes de tierra pasando por La Sota, y entrar de nuevo en los predios jacobeos y cruzando la riega de Rozaes entramos en los predios del molino del Mayorazu, y el Molino de Pico, un tramo bonito por el cual transitan los jacobitas hacia Nievares.

Nosotros vamos en sentido inverso hacia Casquita, donde se empata con la carretera VV-10 hacia el enclave de La Parra, que nos da acceso a la carretera AS-113 con desvío posterior tras rodar por ella unos metros, y poder entrar de nuevo en la Senda fluvial de Amandi que nos lleva de nuevo al centro de Maliayo, punto final de nuestra ruta.

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Victor Guerra

viernes, 19 de febrero de 2016

Ruta Jacobea DEL NORTE . Villaviciosa a Oviedo

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Catedral de Oviedo. Foto de Juan Piñera
  • · Punto de Salida: Villaviciosa
  • · Punto de Llegada: Oviedo
  • · Puntos de Paso: Ambas- Sariego- Pola de Siero- El Berrón-Colloto
  • · Longitud de la Ruta: 44 km
  • · Horario de la Ruta. 4 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso: 718 mts.
  • · Desnivel acumulado de descenso: 564 mts.
  • · Participantes. Rubén Vega, Juan Piñera, Javier Paredes, Javier Dolado, Victor Guerra
  • · IBP index: 50
Seguimos con la idea de ir ciclando los diferentes Caminos de Santiago que se dan en nuestra pequeña región asturiana, y mientras el tiempo lo permita pues ahí estaremos
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En esta ocasión tocaba continuar la ruta costera que iniciamos hace unas semanas en el extremo oriental de la región en Unquera, y que tuvo como final de ruta Villaviciosa, enclave donde el Camino de Santiago se divide en dos, uno que va hacia a la costa, hacia Gijón, y otro que parte hacia enclaves más santiagueros como Valdediós Pola Siero hacia San Salvador de Oviedo, punto central de las peregrinaciones camineras del Norte desde hace unos cuantos lustros.

La logística como sucede con estos casos es complicada, aunque un tanto más sencilla que en las etapas anteriores pues había dejado un coche el día anterior en Oviedo, y como además el número de asistentes a la propuesta de esta semana es menor, por tanto, la complejidad logística disminuyó.

Por otro lado, la ventana climatológica de este pasado sábado nos permitió realizar la ruta de forma confortable, hasta casi concluirla secos, salvo en los últimos momentos al entrar en Oviedo que nos pilló el agua haciendo eso sí juegos malabares con los rayos de sol.

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Para llevar adelante la ruta nos juntamos los ya citados en la Cafetería Viena de Villaviciosa, para dar cuenta de alguna de sus delicatesen, y tras llenar la panza ponernos en ruta rumbo Oviedo. Ante nosotros un trazado más bien facilón, sin apenas complejidades técnicas ya que la ruta jacobita se desarrolla en base a un itinerario mixto entre biker y cicloturista.

Salimos pues de Maliayo para tomar el paseo fluvial que se coge a las afueras de Villaviciosa en el barrio de Las Corominas, el cual nos permite colocarnos en un santiamén en el cruce de la Parra, parroquia de Amandi, tras cruzar la carretera AS-113 y yendo un tramo por ello se toma un desvío a la derecha hacia Casquita, en cuyo punto se presenta la disyuntiva de todo peregrino, ¿Sí ir hacia Gijón, o hacia Oviedo?

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En nuestro caso resolvemos pronto la duda optando por hacer caso al refrán e visitar al criado o al señor, por tanto, ponemos rumbo a San Salvador que para eso es el señor. O sea que carretera adelante por la carretera que va tomando altura por Camoca hacia Castiello, tramo todo asfaltado sin opción alguna de tomar variante.

En Castiello al pie del cimero repechón que se sube como casi siempre con el desarrollo trancado, y lugar coronado por una bella quintana con palmera, se nos presenta de nuevo otra variante, o bien bajar hacia Valdediós, para luego subir por Vallina Oscura camino de Sariego, o por el contrario coger la variante, algo más desconocida, que es la de Arbazal.

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Optamos por esta última, para lo cual se enfila hacia el Sur, al faro radiante que viene a significar la iglesiona de San Pedro de Ambas, ubicada al pie de la AS-113, hasta la cual subimos por un «atajo, no sin trabajo», que circula por duros repechos hormigonados que trepan por La Venta, hasta desembocar ante el Cementerio de Ambás, y un poco más allá el cruce con la carretera AS-113.

Cruzamos con precaución la carretera con precaución para entrar en el pequeño poblamiento de Ambas, siguiendo las marcas jacobitas, que pronto nos ponen por encima de la carretera citada, por un trazado de caminos y sendas, que poco a poco nos van permitiendo alcanzar la aldea de Arbazal
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El primer tramo se deja ciclar, pese al viento y lo mojado del suelo, hay una pequeña capa de barro sobre la cual vamos rabilando como podemos, hasta que el camino se convierte en senda y entre lo estrecho del camino y sus obstáculos pues nos obligan a echar pie a tierra para ir ganando la parte alta del recorrido que nos da unas bellas vistas sobre el Monasterio de Valdedios, y los valle que se van abriendo hacia el Noroeste hasta concluir al pie del Mar Cantábrico, las vistas son impresionantes, pues el día acompaña y se puede ver en toda su dimensión la cordal de Peón, y sus diferentes enclaves, así como los pequeños núcleos de población que salpican todo este territorio villaviciosino.

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Cuando se corona la pequeña ascensión, entramos en un tramo de media ladera, desde el cual a nuestra derecha se ve en lo fondero el monacato benedictino de Valdediós. ¡Impresionante!

Seguimos nuestra ruta, hasta entrar en la altozana aldea de Arbazal, a cuya placita se asoma la iglesia parroquial, la casona abacial con su escudo, y una vieja casa con su reloj de sol. Nos damos un respiro para tomar unas imágenes de tan bucólico lugar lleno de encanto y patrimonio cultural y artístico, y de paso dar un bocado, buscando los golosos rayos de sol que nos ofrece la ventana climatológica de este fin de semana, que se está portando.

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Tras el descanso retornamos a los firmes de asfalto, tomando el acceso sur del pueblo que nos va sacando por lo alto de la ladera, hacia La Campa, donde ya los vientos soplan de madre, pero sin llegar a ser un incordio y sin que la lluvia se haga patente.

Tras tocar la carretera AS-357, que viene de Nava, en pleno Alto de la Campa con 12, 9 km de ruta, nos metemos por un tramo, en plan atajo que nos devuelve a la AS-113, la cual se cruza yendo por encima de ella por un camino que se abre en su margen derecho hacia la aldea de Figares, ya en la vertiente saregana y dando vista al valle que riega el naciente arroyo del Nora.

Se vuelve a cruzar la carretera que ahora cambia de denominación AS-267, para entrar por la aldea citada, entrando en un descenso hacia Pedrosa por Fuente Gallegos hacia La Cárcaba, cruzando de esta manera la capital el Concejo de Sariego: La Vega, que cruzamos llevando el viento de cara, aunque la lluvia nos respeta de momento y el ritmo sigue siendo el de siempre, tranquilidad y buenas fotos.

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A este respecto estoy contento pues el IBPindex, tras consultar con unas 3000 rutas de parecida índole a las nuestras, no sigue situando en la cola del pelotón, no conseguimos salir de grupo de los 10 últimos, o sea que de 100 este prestigioso programa nos da el puesto 90. Y es que el programa no se ha enterado que de lo nuestro no es la velocidad sino la tranquilidad y las fotos, amén de disfrutar del paisaje. 

Una vez en la parte bajera del valle de Sariego, entramos en un entramado de pequeñas carreteras locales, o caminos asfaltados, los cuales vamos encadenando siguiendo tras las marcas jacobeas hasta llegar a El Castru con 20 km rodados, en cuyo punto entramos en otra sucesión de caminos hasta cerca de El Rebollar de Careses, donde cruzamos la AS-331 para encadenar una serie de bellos caminos al par del río Seco, del cual nos despegamos para subir hasta la bucólica ermita de Nuestra Sra. de la Bienvenida (23,7 km), con su saludo peregrino, y en cuyo lugar se impone otro descanso, en ese trascurso vemos aparecer otro grupo biker, en plan pelotón que también ponen el pie en el suelo a pesar de sus trazas «por» eso sí se gastan algo más de prisa pues no se detienen casi que ni saludan y siguen camino adelante.

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Recobramos el camino y seguimos por las sendas hasta desembocar en Curuxeo, donde ya el nuevo rumbo es Oeste, retomando los trazados asfaltados hasta atravesar en toda su dimensión Este-Oeste el núcleo de Pola de Siero, (27,2km) camino del Morralín, para de este modo alcanzar el enclave estratégico de El Berrón (31,4 km).

Desde el Berrón la senda jacobita va camino de Fonciello para llegar hasta el Palacio de Meres con su impresionante porte, pero cuyo interior apenas sí se puede contemplar, y un poco más allá un problema con la salida de estampida de un perro al que casi llevo por delante, pero dada su envergadura libramos ambos de acabar magullados, por lo cual proseguimos nuestra ruta dando gracias por no acabar en el suelo.

Parece que el tiempo empeora a la altura de Colloto, donde perdemos al amigo Paredes que acaba de encontrar su media naranja paseando por la zona, Rubén Vega va tirando como puede pues la fatiga le puede y el resto pues nos agrupamos para cruzar el puente romano de Colloto para atravesar toda la población para ir hacia la Tenderina.

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Es una ruta que en su parte final es poco atractiva pues además de que la ruta se vuelve tremendamente urbana hace aparición la lluvia envuelta en fieras ráfagas de viento en cuyo transcurso llegamos a perder las marcas jacobitas, subimos por Tenderina arriba , por cuya entrada queremos ganar el centro de la capital de la región, subimos y rematar la ruta en la Plaza de la catedral de San Salvador, punto final de esta ruta , lo cual conseguimos con unos rayos de sol, jugando a realizar a un arcoíris urbano en las calles peatonales de Oviedo, lo cual recoge muy bien nuestro amigo y compañero Juan Piñera.

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Victor Guerra
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