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viernes, 24 de enero de 2020

Rodando por las Veredas de San Salvador de Cornellana


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Punto de Salida y Llegada:  Cornellana
·         Puntos de Paso.Sobrerriba -Llamas-Casazorrina- La Devesa-Otero-Cermoño- Laneo
·         Longitud de la Ruta:  34 Km
·         Horario de la Ruta: 4 horas
·         Desnivel acumulado de ascenso y descenso:  871 mts.
·  Participantes:  Juan Piñera, Javier Paredes, Luz Fernández, Albano Capezzali y Victor Guerra

Situarse en Cornellana, es llegar a uno de los principales inputs de las Veredas del Salvador, lo cual se ejemplifica muy bien con la presencia del monasterio de San Salvador,  una de las puertas del Occidente Astur.

Atraídos por tanta leyenda, nos convocamos ante el monacato de Cornellana que data  del 1024, cuando una hija del rey Bermudo II y la famosa Velasquita de León, Doña Cristina, dona unas propiedades y una iglesia, la cual no sin trasiegos heredaron los monjes negros de Cluny en el 1122, y cuya heredad  pasando el tiempo dado que el cenobio había roto las relaciones con la Orden borgoñona será fruto de varias disputas entre las cuales se hayan  años adelante a propietarios  castellanos, ya que en el 1536, este monacato pasará a depender de los cistercienses de Valladolid, que como primer paso hacen imperar  el sello mesetario con la colocación del escudo de Castilla y León  en la fachada de la iglesia.


En definitiva, estamos ante dos formas de ver y actuar en el mundo medieval, por un lado Cluny, y por el otro la reforma del Cister, ambas entidades se sitúan en la frontera entre el decaimiento del mundo visigodo y la reforma gregoriana y el rito romano.

Este es el marco histórico monumental del que parte nuestra ruta que toma como referencia Cornellana para hacer un bucle no muy complicado por estas tierras entre Grao y Salas, uniendo dos valles fluviales, el del Nonaya y el que riega el río Narcea, punto de confluencias y divergencias, de varios Caminos: el Primitivo y las variantes hacia el de la Costa.

Preparamos las trotonas ante el desvencijado monasterio de Doña Cristina, par salir a rodar unas cuatro horas, no sin antes tomarnos un café en uno de los vetustos locales de Cornellana, el Café Casino, y hábilmente pertrechados para ruta, ponemos rumbo al monasterio para rodearlo camino de Sobrerriba, para lo cual seguimos las marcas jacobeas, pues nuestro destino es llegar a las puertas de Salas, siguiendo las flechas amarillas que van al Oeste.

El monasterio que sufrió en sus diferentes épocas las extravagancias de monjes y señores, queda bien a las claras en la descompensación arquitectónica del edificio, que parece más bien un corte y pega, que un proyecto del pasado que se va modificando con el pasar de los años.


Vamos rodando a la vez que tomamos pulso a la dimensión del complejo monacal abandonado desde hace lustros.

Se dice que en su tiempo fue monacato dúplice, de monjes y monjas, pero no parece que haya dejado mucha huella en  la localidad, que más bien parece dar la espalda a tal equipamiento, más allá de la existencia de una pancarta en la balconada que recuerda que vana cumplirse los mil años de su nacimiento.

De nuevo en el viejo trasiego caminero, este se ha modificado, pues la presencia de la Autovía del Cantábrico, nos hace dar una pequeña vuelta  para subir  directamente hacia la aldea de Sobrerriba. Subimos por el acceso rodado que nos da una impresionante vista sobre el monasterio y la villa de Cornellana, que desde hace años tiene más puesto el ojo en los temas salmoneros que en temas de monjes y Caminos.

Nada más dejar atrás el panel de la Sobrerriba, una vieja casona rural a nuestra derecha nos muestra en uno de los laterales el escudo de los Longoria de Tejero con un impresionante león rampante ocupando todo el blasón.


Se sigue carretera adelante, subiendo hacia el poblamiento de Sobrerriba que se cruza en ascenso siguiendo las marcas jacobeas, pues no en vano por aquí transita el Camino Primitivo.

Camino este, que siguió Alfonso II el Casto, que más que ir a venerar el sancti jacobi , su idea era traerse  lo que allí hubiera para San Salvador de Oviedo que era su sede y a la cual su anterior parentela habían traído importantes reliquias, pero fue imposible.

Aquí en Cornellana, se puede decir que es punto de fuga, junto con Grao y La Espina de los romeros a Santiago, pues si la cosa pintaba mal climatológicamente hablando, pues todavía quedaba cruzar las tierras de Tineo y los puertos del Palo y el Acebo, los Hospitales no eran más que un atajo ganadero, por tanto llegados a Cornellana, estos se iban por el hoy conocido Corredor del Narcea hacia la capital que fuera del reino, o sea Pravia, y de esta manera empatar con el Camino del Norte, hacia otros jalones dedicados a  San Salvador,  y además se iba hacia la villa obispal de Mondoñedo.


Nuestra ruta una vez en lo alto del pueblo sigue por un amplio camino que nos va poniendo en situación sobre los que nos espera, una traza que coge en primer término altura sobre el río Nonaya   y que  nos presenta un bonito trazado  que luego se echa en descenso, algo estrecho y con algunos puntos que merecen atención técnica, y que pronto nos dejará ante el pueblo de Llamas, cuyos entornos reconoceremos por la presencia de las instalaciones  dedicadas a la molienda de  areniscas.

Se cruza  la rica pradería de los Pradones, por terrenos asfaltados  dejando atrás uno de los escasos palomares circulares de la zona, y con vistas sobre los núcleo de Espinedo y la Calzada, por donde debió discurrir el viejo camino en su día, y que ahora lo hace la nueva construcción de la autovía que se va articulando aunque sin saber el destino final.


Se pasa por el puente de la Carril y el enclave de Las Chamargas, hasta desembocar en el puente de Villampero, que nos da acceso a una larga recta que nos deja ante la impresionante fuente de Santiago, que conlleva la presencia de un gran lavadero. Estamos en la parroquia de Villazón, en cuyo dominio se dice que hubo otro monasterio datado en el 1219.

Nos irán asaltando a lo largo del camino los singulares hórreos alzados sobre diversas construcciones, los cuales presentan muy diversas soluciones y presentaciones estéticas

.

Unos metros más allá, otra fuente en este caso la de Foncaliente o Fontecaliente, que no es tal cosa, pues el agua es más bien fresca, la cual tiene un bebezón lavadero adosado. 

Se continua por la vera del Monte Picarosu, pegados de nuevo al río Nonaya, por firmes de tierra y trazas camineras, hasta desembocar en el puente de Casazorrina construido sobre el siglo XVIII para entrar en dicho pueblo que cuenta ahora con un singular albergue peregrino.


Desde Casazorrina, con 8 km., rodados, se cruza todo el pueblo a lo largo y se continúa por camino de tierra, para pasar por delante del caserío y torre de la Devesa que en su día compró el historiador Javier F. Granda, autor del libro sobre Masonería y la prensa franquista.


Trayecto muy bonito que nos lleva a cruzar, dejando atrás la Devesa, la autovía mediante un túnel y la vieja carretera 634 ,   para continuar por una estrecha traza  hasta concluir en el pueblo de Mallecín, renunciando a entrar en  la villa de Salas, pero les invito a visitra la villa y pasear por sus calles, merece la pena, pues se entenderán mejor algunas cuestiones históricas sobre fueros e hidalguías.


En nuestro caso, cerramos el bucle  virando al Sur en Mallecin, para rodar unos cientos de metros por la carretera AS-266 hasta la Barrosa, donde se entra a la izquierda, hay un viejo camino que viene directamente de la Devesa hasta el Puente La Riba, pero nosotros lo obviamos, para cruzar el  citado pontón la riega Paraxas y subir ya por tramos asfaltados  por los predios de Otero, eso si  todo  asfalto hacia el núcleo de La Sala y dar vuelta de este modo al Pico el Cerro. Tras coronarlo se abre una nueva posibilidad  más caminera, ir hacia Cermoño por el Monte la Cuesta  tomando el camino viejo que bordeando va hacia el caserío de Reguera Oscura  y desembocando de este modo en la aldea de Cortes, para luego luego virar a Cermoño.


Nosotros nos fuimos dejando llevar por los trazados cómodos de los caminos asfaltados hasta alcanzar la aldea de Cermoño, y visitar su iglesia dedicada a  Santa María(1866) la cual lleva cementerio adosado.

 Me resultó curioso en el panel informativo parroquial encontrar noticias sobre la iglesia luterana en Oviedo.


Con relación a este enclave situado al  pie sureño de la Sierra de las Traviesas  me extraño la poca  información se encuentra en la Red, y sin embargo su iglesia nos habla de  cierta entidad  y dominancia, 

Y debió de tener cierta importancia en su tiempo y  máxime cuando hablamos de un enclave estratégico, pues de camino hacia La Ballota, ante cuyo destino nos desviamos para entrar hacia la Casa de El Picunal, topándonos  con un par de casamatas de la guerra civil, desde cuyas troneras se  domina el valle y las orillas del Narcea, un poco más abajo el camino nos ofrece impresionantes balcones con vistas al río Narcea, pues no en vano estamos encima del pueblo de Bárcena y del propio río.


Nos echamos desde El Picunal ladera abajo por un intenso sendero que le da la vuelta al promontorio de Los Pezones. Un sendero estrecho que nos coloca en el pueblo Álava, donde toma el acceso rodado que un poco más abajo nos permite desviarnos a la izquierda  y coger el PR-AS. 128 Ruta del Salmón  que vira al Este,  y con 24, 7 km rodados, poder  seguir a la vera del Narcea, por lo que fue la vieja plataforma ferroviaria, de Muros hacia Cangas de Narcea, cuyo proyecto ferroviario quería llegar a Villablino, aunque nunca llegó a funcionar.


Ahora tal infraestructura,m bien dentro de ella o en sus aledaños nos permite rodar cerca del rio Narcea.

Me choca lo limpio que está el sendero, dado el abandono general de la infraestructura senderista, volvemos a estar cerca de los predios jacobeos, como topónimos como L´Hospital  que se haya en la parroquia de San Bartolomé y ubicada al otro lado de la ruta y del Narcea,



Tras un buen trozo de  rodadura, unos 2 km., se entra en la aldea de Laneo, donde no solo se puede admirar  una buena colección de hórreos levantados sobre otras cimentaciones, sino tambien viejas casonas hidalgas como la casa de los Condes de Peñalba  de los siglos XVI y XVII, o la de los Longoria Rivera, o la del Llagar. 



Y como no, los secaderos de tabaco que en su día acogió las primeras plantaciones  de hoja de tabaco para la empresa holandesa Mont Tabac, y luego para la española Tabacalera, de aquello  ya no hay nada, ahora las fértiles huertas se dedican a la faba asturiana, que tiene pinta de darse bien.


De Laneo, se  sale virados  al Norte, siguiendo la fértil ribera del Narcea que contribuye a la zona con buenas tierras de limo,  

Se continua por el citado PR-AS 128 para  entrar de nuevo en los predios de la leyenda acerca de una vieja osa que rapta un hermoso bebé de los Señores de Doriga, que al ser encontrada por unos labriegos se pudo ver cómo la criatura era amamantada por la osa. 

Leyenda que en este caso valió como excusa para levantar una iglesia en honor a tal hecho, y que fue puesta bajo la advocación de San Salvador y cuya efigie osera podemos ver representada en los muros del monasterio.


Entre realidades, utopías, y vagos sueños y leyendas concluye esta pequeña ruta sobre uno de los inputs más importantes de las Veredas de los San Salvadores, las cuales cruzan de Norte a Sur y de Este a Oeste toda la región asturiana, y que vamos repasando en nuestra rodar ciclo montañero.
© Victor Guerra

viernes, 15 de noviembre de 2019

Por tierras de Llanera y del Nora. Veredas de San Salvador


Punto de Salida y Llegada: Posada de LLanera

Puntos de Paso: Guyame- Centro Ecuestre el Asturcón-Folgueras-Ajuyán-Ladines- El Molinón-          Llineres-San Salvador de Severies
Longitud de la Ruta:  22 km.
Horario de la Ruta. 3 horas
Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 539 mts.
Participantes: Toño Cuervo, Sandra Alvarez, Javier Dolado, Josías Martinez, Victor Guerra.



Si el destino de la Veredas de San Salvador era Oviedo, como capital peregrina, también de ella partían caminos o acaso venían… Queda por saber tal cuestión y funcionalidad de estas trazas camineras que estaban salpicadas por jalones dedicados a la figura del San Salvador, o del Salvador, como proponía no hace mucho un canónigo de la Catedral de Oviedo.

   

En todo caso la ruta de esta semana parte del entorno de uno de esos singulares jalones, en este caso el correspondiente a Posada Llanera, de cuyo enclave parten varias propuestas senderistas y betetistas de cierto renombre que ya he reseñado en este blog.

En esta ocasión y con los tiempos tan revueltos, metidos en agua y nieve, y el personal un tanto arrugado por la posible llegada de diluvio universal, cambiamos el destino inicial que era Abándames, por esta otra zona, que para no repetir rutas, se optó por una ruta corta la cual se pudiese hacer en una mañana, y así fue como aparecimos en Posada de Llanera, para hacer  de paso una visita a los restos de lo que fue la antigua iglesia del Salvador, y rodar por las orillas del río Nora.

Sin muchos agobios, y tras un café tertuliano, fuimos preparándonos para acometer una ruta sencilla en longitud, altitud y dificultad, la cual parte del Ayuntamiento de Posada de Llanera, y que sin mucha encomienda nos fuimos por la carretera AS-240, bastante transitada, hacia el desvío de Guyame, lo cual se produce como a los 2 km de ruta.

Se cruza el vial para entrar a la izquierda, pasando por delante de una curiosa capilla, denominada ¿Capilla del Diablo?.


Es un nombre extraño para una capilla, aunque en las latitudes latinoamericanas parece algo más común dichos patronímicos. Aquí, estamos ante una modesta capilla de ladrillo, que parece que estaba bajo la advocación de San Antón, pero quiso el poder popular  que fuese conocida como “capilla del Diablu”, lo cual parece provenir dicha aserción  de un retablo que se hallaba en dicha capilla en el cual se representaba un « ser esquelético de sonrisa burlona y completamente rojo, con cadenas, identificado con el Diablo», de ahí dicha denominación.

Fuera como fuere, hoy no queda  otra cosa que un extraño edificio en la encrucijada de caminos, en la cual seguimos de frente hacia el centro social ecuestre “gabiniano” de El Asturcón, inaugurado en 1999, que de un presupuesto inicial de 2,4 millones pasó a  24 millones y que hoy se muere de soledad e inactividad tras su cierre hace unos tres o cuatro años.


La ruta pasa a su lado, dejando la instalación caballar a la derecha, y en suave subida ir hacia El Cantón, en cuyo cumbral todavía perviven algunas muestras señaléticas de aquella apuesta de D. Gabino, alcalde en aquellos tiempos de la ciudad de Oviedo. Nos vamos a la derecha hacia el Monte de la Vilorteras entrando ya en los predios más rurales, que nos presentan sus buenos firmes de tierra, que con el tema de El Asturcón todos estos predios camineros que eran auténticos barrizales, con la  apuesta municipal ecuestre, se vieron mejorados con los aportes ingentes de zahorras pues estas redes de caminos y sendas hasta la misma cumbre del Naranco conformaron parte de la actividad ecuestre, lo cual todavía hoy permite rodar de forma cómoda por dichos caminos.


Se nota que la zona está siendo medianamente utilizada por ciclistas de montaña, pues se ven huellas por las pistas y por las trochas que van por encima de Santa Olaya, y que nos llevan en cómodo ciclado a las puertas del pueblo de Folgueras de Abajo con 6km rodados. Le damos vuelta a las viejas escuelas del lugar y a una casona con hórreo que preside el enclave, y nos vamos por la OV-4 que va a Guindaloiro  y Ladines. No sin antes entretennos en la contemplación del plafón de los picos de Europa en toda su extensión y que ahora vemos completamente nevados. Agradecemos la natural balconada en cinemascope y seguimos ruta.


El personal va entretenido y pasa de desvíos, nada más doblar sobre la casa y el hórreo, la traza ciclomontañera se va en descenso, por la que me voy, y pronto el personal se viene detrás, hasta concluir en una ya conocida riega sin pontón, la cual se cruza a pelo para divertimento del personal, pues además de no llover parece que sale hasta el sol y hasta gusta de jugar a cruzar las riegas..

En este enclave nosotros nos fuimos al Norte hacia Guindaloiro, por fuertes repechos que nos obligó a bajarnos de la trotona e irnos a pie un buen rato, creo que lo mejor es hacerlo al revés, ir a buscar las orillas del río Nora o sea girar tras cruzar la riega a la derecha y luego ganar Ajuyán por el Alto de la Huerta.

Sea como fuera el santo se me fue a otras peculiaridades, y nos fuimos tras pasar la riega, camino adelante, tal vez hace años se subían estos repechines, pero ahora ello nos obliga a la mayoría a poner pie a tierra y tirar por los repechones hasta alcanzar el lugar de Guindaloiro (7,6 km), entroncando de nuevo con el asfalto que nos lleva hasta las puertas de Ladines, topónimo que se repite con bastante frecuencia en Asturias.

De nuevo a los queridos tramos de tierra, nada dejar atrás Ladines, (8,2) se toma el camino de la riega de Fonsagrada, por donde andaban apostados los cazadores de “gochos salvajes” esperando rifle en mano a  que las  realas de perros hicieran subir monte arriba a los suidos hasta sus propios pies. 

Pasamos por entre los puestos de la batida, desde ahora ya compartiremos durante bastante tiempo no solo espacios rurales, sino de papel, pues salimos juntos en el Suplemento de Campeones de La Nueva España.

Por nuestra parte seguimos hacia espacios más abiertos dejándoles en su larga espera sin que oigamos a los perros ladrar. Nuestro objetivo es ir a Ajuyán, desde cuyas latitudes contemplamos las laderas del Monte Naranco.


De la aldea e Ajuyán, parroquia de Brañes con 10, 2 km, nos vamos en descenso hasta un sorpresivo desvío que se abre a la derecha hacia el Monte Ayes, entrando de este modo en los recodos que va formando el río Nora. Este afluente del Nalón al que desemboca casi que, en San Pedro de Nora, todavía tiene que dar unas vueltas para verter sus aguas en el Nalón a la altura de Tahoces. Son conocidos sus famosos meandros.


Río que nace cerca de otro gran jalón de la peregrinatio, como es San Salvador de Boides ((Valdediós) y en las cercanías de dos singulares iglesias dedicadas a San Román y Santiago, sitas a la vera del “Camino de los Francos” y del Camino Jacobeo del Norte, a su paso por Sariego.

Por nuestra parte, seguimos el curso del Nora, cada este vez más cerca de nuestras ruedas gordas, y aunque los firmes “gabnianos” aún perduran, ya Toño Cuervo me avisa que el Nora va lleno, y que igual tenemos aún problema, pero no parece de momento indicado avisar al 112 en esta primera aproximación al famoso río Nora que flirtea con un montón de concejos a los cuales no parece querer abandonar por las vueltas y revueltas que da,  pues entre su nacimiento y desembocadura no hay más de 38 km. en línea recta y sin embargo según la CHN este tiene un recorrido que pasa de los 80 km.


De nuevo en el cruce de la riega en la que nos habíamos divertido un rato, ahora con unos 13, 2 km, tomamos el camino que va de frente, pegado al Nora, el cual va cargado de aguas que recoge en multitud de valles, y que al poco nos muestra lo que dice Toño, que el río se ha comido la traza caminera, y tal y como va de lleno como para andar jugando a cruzarlo, por tanto no damos la vuelta como nos aconseja el sr. Toño.


Muy al contrario nos internamos en el bosque por encima de la inundación, trasteando con ramas y trotonas, cuyo tramo salvamos en unos minutos, para salir a zonas mejores  que nos permiten entroncar al otro lado de la inundación y proseguir por la red de sendas camineras y fluviales que se articularon en su día con el tema de El Asturcón, y que ahora son toda una delicia para recorrerlas con calma a pesar de su abandono.


Una vuelta más, acompañando al Nora, hasta desembocar de nuevo ante la instalación ecuestre,  nos vamos ahora tras la indicaciones de Toño Cuervo que nos llevan a dejar atrás Guyame para virar a la derecha  y entrar por unos caminos que van por debajo del núcleo de Llineres, para salir a la carretera local que sube de Ables hacia el Alto el Merón, tras ganar el alto se cruza la AS-240 para ir al enclave que ha motivado esta ruta, y del cual casi nadie habla, y que es el lugar de Severies, en la parroquia de Rondiella, en cuyo enclave funerario se hallan los restos de lo que fue el antiguo emplazamiento de un templo del que hoy quedan unos restos, es de suponer que antes debió haber otro más antiguo, y que jalonaba el paso jacobeo  hacia o desde la villa del Adelantado: Avilés. 


Este jalón sagrado de Severies dedicado a la advocación del Salvador, debía ser uno de los faros radiantes de este trazado jacobeo.

Una breve visita y nos vamos  a  de forma directa a Posada que está a un tiro de piedra concluyendo el recorrido ante su Ayuntamiento, tras una mañana apacible,  para después darnos un merecido homenaje en el  bar del Madreñeru  en Cayés,  a base de callos  que parecen ser famosos, pero ya los comí mejores en La Manjoya, aunque la tortilla de merluza según el amigo Dolado estaba muy buena, para rematar una ruta sencilla y sin mucha kilometrada. 

© Victor Guerra

viernes, 25 de octubre de 2019

Por la Ruta de Carlos V en Villaviciosa


Por la Ruta de Carlos V en Villaviciosa
• Punto de Salida y Llegada: Villaviciosa
• Puntos de Paso: Amandi- Grases- Niévares- Alto la Cruz-Venta las Ranas-Liñero- San Martín-Bedriñana
• Longitud de la Ruta: 39 km
• Horario de la Ruta. 4 horas
• Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1000 mts.
Participantes. Javier Dolado- Luis Roza- Ruben Bardera  y Albano Capezzali.



Villaviciosa ofrece una gran cantidad de recorridos, todos ellos de muy variada y diversa naturaleza en cuanto a paisajes y dificultades técnicas.



Uno de ellos discurre por la nueva ruta que se ha articulado en recuerdo del viaje de Del Duque de Gantes, el que sería flamante emperador conocido como Carlos Iº de España y Vº de Alemania que en su viaje hacia Las España terminó desembarcando de forma accidental en Tazones, motivo que nos servirá para conformar una interesante vuelta por las tierras norteñas del Concejo.

Nuestra ruta parte de Villaviciosa tomando como referencia las marcas del Camino de Santiago que pronto nos sacarán a la parroquia de Amandi, transitando por la senda fluvial hasta salir al cruce con la AS-113 a la altura de La Parra, un tramo por este eje, para desviarnos hacia los predios de la VV10, hasta llegar a Casquita.


Aquí se  prosigue por el Camino jacobeo ramal costero a Gijón, siguiendo al poco por camino  que pasa por el puente del Mayorazu,  donde se dejan las marcas jacobeas para seguir por la derecha siguiendo las marcas azules del Camino de Covadonga, las cuales suben a Grases de Arriba y entroncar de nuevo con la VV-10 que se deja tras dejar atrás el Viaducto de la Autopista, para tomar el camino  que da la vuelta a la finca del Puelu, con la vista y la referencia del Palacio de Niévares, bajo el cual pasaremos en unos instantes.


Ya en Niévares, ahora queda  el objetivo de ganar el Alto la Cruz, que bien se puede hacer por el trazado jacobeo que nos obliga a empujar la trotona, o subir por la alternativa ciclista, por carretera desde  el mismo cruce de Niévares, para después virar al Sur y ganar el Alto la Cruz, por mi parte propongo una novedosa alternativa, ir hacia la iglesia de Niévares yendo hacia el Oeste y ganar la aldea de Turbeño, en cuyo punto  arranca una dura subida hormigonada que nos arroja estupendas vistas sobre el valle villaviciosino, desde Valdediós hasta la playa de Rodiles.


La subida hacia la Casa del Ruan se hace durilla, aunque es una subida toda ella de hormigón. Al llegar al desvío de Ruan, se gira  la derecha y la cosa se suaviza  pero nos permite subir hasta la carretera local VV-8, donde se toma el ramal izquierdo  hasta el Alto La Cruz, que da acceso al valle de Peón, ahora  ya solo restará bajar un poco por la vertiente de Peón  hasta el desvío hacia el Área Recreativa, dando vuelta al pico Curiella,  y ya por el Llano del Cañéu, rodando medio en plano pasar al Alto de Forcos, para de este modo emprender una bajada hacia la aldea de Cañéu.

Tramo sin mucha complicación, salvo algunos metros, pero nada significativo, tras la impresionante vista que nos ofrece la zona sobre la rasa costera, esta bajada nos da acceso por carreteras locales al núcleo de Venta de las Ranas, a donde se llega rodando un tramo no muy largo por la N-632.

Desde la Venta de Las Ranas, de extraño sentido toponímico, todo el mundo pregunta si ¿ Es que había ranas en la zona o se vendían en la famosa Venta que presidía el lugar? se parte al Este,  fuera como fuese nuestra ruta de no tomar al Norte por Careñes y  ya en el borde marítimo girar al oeste para cruzar por la Playa de Merón  y circular luego por Argüero hacia Tazones, lo que ya supone más kilómetros y desnivel, y más dificultad, por nuestra parte seguimos  por la AS-256, rumbo Este hasta el PK. 21 de nuestra ruta que se sitúa más o menos  a la altura del enclave Camino Real, ó sea un buen tramo por la orilla de las AS-256, luego llegado al giro se da  la espalda a la Ermita de Santiago, jalón importante del viejo camino de Santiago que desde Bedriñana subía a San Justo y por Venta de la Ranas y Arroes ganar la plaza de Gijón para seguir por la Costa hacia Vegadeo y Mondoñedo.



En este enclave, como digo se gira a la izquierda, cruzando la carretera y  yendo hacia el Norte para alcanzar el cruce de Manzanedo, donde de nuevo giramos al Oeste, hacia el lugar del Cabritón, pasando ante  finca con sus peculiares símbolos masónicos en el cierre de una portilla, que en su momento mandó construir el concejal y republicano Concejal del Ayuntamiento de Villaviciosa, que venido a su casa después de un largo exilio en Costa Rica, pues no tuvo más ocurrencia que colocar dichos símbolos.

Desde el Cabritón se sigue por los carretiles para llegarnos a a la altura del lazareto de la ermita de Santa Eulalia de la Lloraza, lugar donde los de pelagra, descansaban o entregaban su alma..


De nuevo en la trotona se sigue al Oeste por la trama de carretiles asfaltados hasta desembocar ante  el eje asfaltado, VV-5 , ante el se gira a la izquierda para ir dirección Noreste por Piedras Blancas, carretera que nos llevaría directamente al pueblo de Tazones, pero a la altura de Viadi,  punto de la ruta  28,5 km, abandonamos el citado eje  para entrar por pequeños carretiles asfaltados que nos ayudan a cruzar la zona hacia la aldea de Liñeru, donde se empata finalmente con el trazado que se supone fue el que utilizó el Duque de Gante (Carlos V) para llegar a la villa de Maliayo, el cual  ha sido señalizado como PR.AS-302.


En Liñero se da vista a la ancha entrada de la ría de Villaviciosa,  y tras contemplar el paisaje se vira al Sur para bajar por tramos asfaltados y hormigonados hasta la aldea de San Martín, desde aquí el camino sí que obvia los tramos asfaltados y se vuelve más rural, pasando por puntos con interesantes  vistas y paisajes que podemos ver desde la propia senda muy cómoda y abierta, la cual  pasa por Llancín  y el Palacio, desde cuyo punto el trazado nos devuelve a la carretera de AS-256, que se cruza para entrar hacia la parroquia de Bedriñana, empatamos de nuevo con el viejo camino jacobeo abandonado que subía hacia la Venta del Arenal  para ganar la Venta de Las Ranas.

Nuestra ruta cruza toda la parroquia de Bedriñana, hasta llegar a lo alto en el cual se sitúa el templo parroquial dedicado a San Andrés, en la subida nos encontramos algunos puntos interesantes para contemplar todo el valle villaviciosino, y como no la ría y sus singulares puntos a observar como los Porreos de Cabanilles o el Molino de mareas de la Enciena, único en su especie y conservación en Asturias.


Se baja pues de Bedriñana en rápido descenso para entroncar de nuevo con la carretera AS-256 entrando de nuevo en la villa de Maliayo, tras una estupenda ruta de no mucha dificultad, salvo la subida de Turbeño, y tal vez la bajada hacia Cañéu, por lo demás una sin muchos más problemas, que tener tiempo para disfrutar de las impresionantes vistas.

@Victor Guerra
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