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miércoles, 5 de marzo de 2014

TRACKS y DATOS TRAVESIA INTEGRAL CORDILLERA CANTABRICA EN BTT

 

mapa general

Participantes:

  • Club Asturcón BTT: Manuel Fernández y Víctor Guerra.

  • Grupo Montaña Torreblanca: Héctor y Valentín Arranz, Vidal Sáez, José Cabal y Javier Gómez.
Fechas de Realización: 17 al 25 de agosto 1991
ETAPAS:
  • 1ª Campa Tormaleo - Puerto de Cerredo. 46 km. Desnivel: 1.300 mts [1].
  • 2ª Puerto de Cerredo – Orallo. 30.200 km.; Desnivel: 1.000 mts.
  • 3ª Orallo – Puerto de Somiedo. 23 km.. Desnivel: 1.000 mts.
  • 4ª Puerto de Somiedo-Santo Emiliano. 45 km. Desnivel: 1.200 mts.
  • 5ª Santo Emiliano- Busdongo. 35 km Desnivel 1.250 mts
  • 6ª Busdongo-Puebla de Lillo. 52 km. Desnivel 2.150 mts.
  • 7ª Puebla de Lillo -Oseja de Sajambre. 45 km. Desnivel 1.350 mts.
  • 8ª Oseja de Sajambre- Portilla La Reina. 45 km. Desnivel: 1.270 mts
  • 9ª Portilla de la Reina – La Vega de la Liébana 30 km. Desnivel. 1.300 mts.
TOTAL de la TRAVESIA: 351 km.
  • TOTAL de KM rodados por Asfalto: 52 km
  • CICLABILIDAD D ELA TRAVESIA: entre el 80%-y 86%
  • CUMBRES ASCENDIDAS: El Negrón: Tres Provincias; y Peña Prieta.

 TRACKS APROXIMADOS DE LA TRAVESIA

En el momento en que se realizó esta travesía 1991 no había o no teníamos GPS, por tanto los tracks que aporto son realizados sobre mapas y de forma aproximada a los trazados originales. Hay algunas zonas cuyo paso ahora ahora está restringido o ha variado, y aquí se pueden ver las diferencias de km y desniveles con relación a lo marcado por los cuentakilómetros de aquellas épocas.

ENLACE CARPETA DE TRACKS, y estos son los datos que arrojan dichos tracks
  1. Etapa Longitud: 39 km  Desnivel de Ascenso: 1576 mts
  2. Etapa Longitud: 23 km  Desnivel de Ascenso: 1293 mts
  3. Etapa Longitud: 22 Km. Desnivel de Ascenso: 1734 mts 
  4. Etapa Longitud: 33 Km  Desnivel de Ascenso: 1553 mts
  5. Etapa Longitud: 33 km  Desnivel de Ascenso: 1873 mts
  6. Etapa Longitud: 71 km  Desnivel de Ascenso: 2588 mts
  7. Etapa Longitud: 35 Km  Desnivel de Ascenso: 1443 mts
  8. Etapa Longitud: 71 km  Desnivel de Ascenso: 3661 mts
  9. Etapa Longitud: 40  km  Desnivel de Ascenso: 1848 mts
  • Víctor GUERRA

martes, 21 de enero de 2014

TRAVESIA INTEGRAL CORDILLERA CANTABRICA. 6ª Etapa

Sálvese Quien Pueda. Busdongo- Puebla de Lilo
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Siguiendo con las publicaciones que voy espaciando semana a semana  en esta sección, hoy tocaría la 6ª Etapa que la Travesía Integral de la Cordillera Cantábrica que en 1991 hicimos una serie de bikers residentes en Asturias, y que marcó todo un acontecer en cuanto a las grandes rutas en Asturias y en concreto por los entornos de la Cordillera Cantábrica.
VG

Atravesar en toda su dimensión el eje de la Cordillera Cantábrica a lomos de los nuevos “pegasos”: las Bicicleta Todo Terreno, a veces trae como consecuencia que no se puedan realizar paradas intermedias, o realizar acortamientos de etapas, pues se corre el riesgo de quedar en medio de la nada más absoluta. Lo cual nos obligó a realizar, una de las rutas más duras de toda la travesía en longitud y desnivel. Eso fue lo que nos deparó una etapa que empezaba en Busdongo y arribaba, después de mucho pedalear, hasta la Puebla de Lillo, por el medio del itinerario territorios como Pidrafita o Vegarada, eran la prueba más palpable de la dureza de esta ruta.
  • Tipo de Ruta: Travesía
  • Punto de Salida: Busdongo (León)
  • Punto de Llegada: Puebla de Lillo (León)
  • Puntos del recorrido: Cda. Aguazones- Pto. de Piedrahita- Río Aller- Pto. de Vegarada- Estación de San Isidro
  • Longitud: 52Km
  • Desnivel aproximado 2.150 mts.
  • Horario: 12 horas.

  • sexta etapa bis

Sí bien nuestra maquinaria logística: el vehículo de apoyo y los conductores que cada día, uno de nosotros, se alternaba para conducir no desprendía signos de cansancio, no ocurría lo mismo con los miembros del equipo que habíamos emprendido la aventura de atravesar en toda su dimensión la Cordillera Cantábrica, empezábamos a sentir la pesadez muscular y los problemas típicos de afrontar etapas de gran dureza.

El ritmo no era de competición, pues eran cadencias muy bajas, aunque rodar en pleno agosto, sin masajista que recuperara nuestros músculos al final de las rutas, y sin unas comidas estructuradas en función de nuestras demandas energéticas, sino proveyéndonos de lo que nos podía ofrecer las gastronomía local, unido a una diversidad de terrenos y orografías como la que ofrece la Cordillera, eran ingredientes más que suficientes para que nos costase movernos en las primeras horas de las etapas al menos con alegría encima de nuestras duras trotonas.

Salimos desde Busdongo, situado en las cercanías del mítico Puerto de Pajares, no sin antes mirar hacia la frontera astur leonesa, pues sabíamos que unas cuantas pedaladas y en un santiamén en Mieres y de ahí a casa un pis-pas. Pero algo nos decía que estábamos ya en la línea de cumplir nuestro objetivo, o sea que sin dudarlo más nos echamos carretera abajo dirección Sur, camino del desvío de Camplongo.

Un descenso agradable, tal vez algo enturbiado por una mañana amenazante de lluvia, nos dejó a la altura del citado desvío, doblamos a la izda, y nos metimos por el carretil embreado que va en busca del nuevo cruce que marca el Cueto de Restiello, a esa altura nosotros seguimos por el ramal de la derecha que va al pueblo de Tonín, dejando Pendilla y la Vía La Carisa, para mejor ocasión.

Como el tortuoso ejército del general Carisio en su avanzada por estas tierras, fuimos dejando el amable paisaje antropizado de Tonín para ir remontando la riega del mismo nombre, en cotidiana pelea con la vegetación que va devorando las antiguas vías de de colonización romana y de trasiego trashumante.

La dirección a tomar es seguir por el sendero que va hacia el Pico del Cuadro, o sea continuar a lo largo de la riega que nos deja a buena altura para después doblar hacia el Oeste y así poder cruzar por la collada, que hace el Pico de Aguazones. Esa era la idea, pero el mal tiempo se echa encima, y decidimos alcanzar el collado en franca pendiente, remontando ésta en vía directa al collado con nuestras bicicletas al hombro, alguno a estas alturas se había amañado algún intríngulis para adosar la BTT a la mochila. De esta guisa subimos pendiente arriba hasta ganar los 2000 mts de altitud.

El tiempo empeoraba, y una fina lluvia nos hizo plegar unos momentos bajo los escarpes del Aguazones a la espera de cómo se iba quedando el temporal. La temperatura a esa altitud no hacía nada más que descender y amenazaba con impregnarnos de una fina capa de granizo estival. Hubo dudas a cerca de la conveniencia de dar la vuelta y concluir en este punto, o continuar rumbo Oeste hacia el Puerto de Piedrahita.

Un rayo de sol que asomaba allá a los lejos, nos dio la excusa para desembarazarnos de las ropas de agua y emprender toda una bajada trialera por lo que creíamos era el cordal del Hilo del Puerto, la niebla no permitía muchos acertijos, pero en la bajada fuimos acombayando como pudimos la ruta camino de Piedrahita.

Era una parte del recorrido desconocida para mí, y me asombró al llegar al Puerto de Piedrahita (1.755 mts. altt) encontrar una vieja infraestructura vial, como ésta antigua carretera que data de 1926, hoy en pleno abandono y que en su día intentaba comunicar la zona leonesa de los Argüellos con Asturias. Poco nos entretuvimos en la contemplación de la obra, unas pocas fotos, pues realizar cualquier maniobra aparte de pedalear era todo un suplicio y nos preparamos para seguir ruta.

Desde lo alto del puerto nos echamos valle abajo por las Colladas de Rocín y de Campanal hacia las llanadas del Cantu Posadoiro. Una bajada disfrutona, donde hicimos mil y un cabriolas, (para mí que fue la bajada que más he disfrutado en mil vida), huíamos del frío y la bajada por zonas de lajas pizarrosas permitían muchas diabluras con la vieja Giant-Bronco, bicicleta ideal para este tipo de terrenos. De esta guisa llegamos a Llamanzanes, y luego a la La Paraya, donde giramos en busca, ya con mejor tiempo, de las altas cumbres del Puerto de Vegarada, antes un largo tentempié en Río Ayer, con sus cabronas rampas que destrozan cualquier desarrollo y pierna poco entrenada o fatigada.

La remontada desde los 1000 metros altt. Del pueblo de Río Aller, hasta los 1.560 de Vegarada, fue un martirio que celebrábamos cuando el personal pinchaba, cosa muy frecuente pues las BTT ya acusaban el hecho de haber rodado tantos días por el medio de la vegetación más espinosa de cotoyas y brezos, y claro las pequeñas esquirlas ahora lograban su fruto al dejar en llanta nuestras ruedas.Como digo cada pinchazo era fiesta y una excusa para que todo el grupeto echara pie a tierra y contemplara con extasiada calma el quehacer de reparador del ciclista de turno.

Poco a poco, el puerto dejó que devorásemos sus largas pendientes a base de emplearnos a fondo metiendo las “paelleras”. Emprendimos así las últimas rampas más suaves y que dan vista al valle del Curueño, de amplios y verdes praderías, con ardor guerrero. Fue toda una alegría llegar hasta la Venta de Vegarada, lugar además donde el compañero que en esta ocasión hacía de conductor nos rellenó de abundante avituallamiento, pues aún quedaba remontar a lo alto de la Estación de San Isidro.

Seguimos por la amplia pista asfaltada, dando pedales a mansalva y con las mochilas de ataque en ristre, pues nos habíamos olvidado de dejarlas a buen recaudo en el vehículo de apoyo. Así equipados afrontamos el ascenso de la pista de Riopinos. En cada revuelta se amontona gran cantidad de arena de sílice que se tragaba literalmente nuestras ruedas, logrando inmovilizarnos en un precario equilibrio que daba la mayor parte de las veces con nuestros doloridos músculos en el suelo.

El ascenso pudo no con la moral del equipo, pero sí con las menguadas fuerzas que nos quedan, lo cual hizo que algunos echaran pie a tierra, en cambio otros optamos por pegarnos con la arena y la pendiente en un titánico esfuerzo que nos dejó casi exhaustos, aunque vimos cumplido nuestro arranque cuando coronamos Cebolledo.

El sol a esa hora lucía tibiamente, aunque hacía frío, una paciente espera por el resto del equipo que subía con parsimoniosa tranquilidad por la pista de Riopinos, nos permitía vislumbrar el panorama que se nos hacía inmenso, y la soledad de la zona invitaba a su contemplación.

Ya todos juntos, y tras la obligada foto, pues una vez más habíamos superado un buen desnivel, nos calamos mejor los guantes, ajustamos casco y ataduras y nos echamos Cebolledo abajo, como a quien persigue el diablo. El cambio trasero era incapaz de recoger la cadena que chicleada a pesar de tirar por un 50 x13, o en algunos casos por un 52 x13 ó 12, como algunos llevaban; los chinarros a nuestro paso saltaban que daban gusto, lo cual hacía que dejásemos distancia entre uno y otro ciclista, tanta era la velocidad que alguno no fue capaz de tomar la desviación hacia Requejines. Donde ya la alegría de la bajada dejó paso al disfrutón sendero que se abre paso a través de las pr5aderías que envuelven la riega Respina, donde dimos más de una vuelta buscando el itinerario más adecuado.

Fue un bonito atardecer por el medio del jeroglífico arbustito de los brezos, que poco a poco nos permitieron bajar hasta la pista que va hacia la Peña del Águila, tras la cual se esconde Puebla de Lillo, punto final de esta etapa.

Víctor Guerra García

















martes, 3 de diciembre de 2013

TRAVESIA INTEGRAL DE LA CORDILLERA CANTABRICA (3ª Etapa)

                                              POR TIERRAS DE SOMIEDO
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Hace ya un porrón de años y al calor del desarrollo del Mountain Bike en Asturias, una serie de bikers liderados por Javier Gómez (Torreblanca) no echamos al monte a recorrer en 9 días la Cordillera Cantábrica. Hoy vuelvo a traer el recuerdo de esta aventura de hace 22 años,  ahora que el Club que fundé  hace 25 años ASTURCON BTT participó en esta aventura

Lo cierto es, que la práctica de la BTT, es sufrida y requiere conocimientos a muchos niveles, conducción, mecánica, coraje, y sobre todo ganas, muchas ganas, y más si uno se desenvuelve por un medio físico como la media y alta montaña asturiana, pero ese esfuerzo a veces tan intenso de pelear con la trotona y la orografía tiene sus compensaciones y rodar por los espacios abiertos somedadnos es uno de ellos.

  • Tipo de Ruta: Travesía.
  • Punto de salida: Orallo (León).
  • Punto de Llegada: Santa María del Puerto.
  • Longitud 23 km.
  • Desnivel acumulado: 1000 mts.
  • Horario : 5 a 6 horas.

RUTA: A la pequeña aldea leonesa de Orallo se llega desde Villablino, y se continúa hasta su entronque con la Nª 631 ( Villager de Laciana), donde arranca un ramal dirección Norte, que en apenas 4 km. nos pone en el punto de partida de esta bella ruta por tierras somedanas.
La etapa que el grupo de betetistas debe afrontar, es la tercera de la travesía de la Cordillera Cantábrica, y abandona la tierra quemada de días atrás adentrándose en espacios más abiertos y oblongos.

3 etapa

La calurosa mañana invita a tomar la bicicleta todo terreno (BTT), y afrontar el reto de los escasos veinticinco kilómetros del recorrido que nos llevarán hasta La Peral, aunque las cristalinas y rumorosas aguas del río Orallo nos invitan a sesteo. A la voz de ¡ya!, el “Boss” de la expedición (Javier Gómez) nos pone en marcha, y poco a poco vamos dando las primeras pedaladas por un amplio camino que tiene por vecino al Río Orallo que busca las suaves laderas del circo que forman el Pico Cogollo, Pico Triesa, Collado Tres Lagunas, y el Chao de los Bueyes, y donde se sitúa la fuente del Cabril.

Como lentos bueyes vamos pedaleando, pues el esfuerzo ya se nota en las doloridas y fatigadas piernas, y como no, los pesados desayunos que deglutimos para poder aguantar las ruta, lo que contribuye a que en los primeros kilómetros nos movamos con parsimonia vacuna. Galbana que nos cae en las primeras rampas a la altura de las Casa de Castrocollar, dirección a la estrechura que aprieta al río a la altura del Pico de Llanos Secos. 

Pasamos al lado de la escondida fuente Pastores sin apenas verla, y enfilamos por terrenos de pradería hacia Majada de Vega Ancha, donde avistamos las primeras ovejas merinas del camino.

La soledad hace su agosto en estos parajes, de los cuales surge el pastor de las merinas, con sus fieles escoltas: mastines de fieras “carrancas” por aquello de los lobos; y que tras preguntar que hacían unos locos como nosotros rodando por aquellos lares, y máxime cuando en Rusia había habido un golpe de estado.

Nos miramos perplejos, días sin oír la radio ni ver la televisión, hacían que la noticia que nos llegaba en tierras somedanas por un pastor de Extremadura, lo cual constituye todo un alarde de la globalización, el mundo cayéndose y nosotros trotando alegremente camino de la Collada de Cerezales. La bajada por las laderas que se descabalgan desde Las Cerezales hacia la Braña Los Cuartos, o Branaviecha, como la conocen los autóctonos, es una pasada, pues nos permite bajar por sus verdosas laderas, sin peligro alguno haciendo alguna que otra cabriola trialera. 

Eso sí, culo atrás y muy parapetados tras el manillar y bajando mucho el cuerpo para que el centro de gravedad quede lo más bajo posible, pues la empinada bajada es de las que dan miedo, y esa es la postura ideal para su descenso. Aún no había los esperpentos de BTT de ahora con suspensión total.

Han de tener en cuenta los ciclistas que acabamos de entrar en el Espacio Protegido del Parque Natural de Somiedo, y hoy, Reserva de la Biosfera, y hay ciertas regulaciones que nos pueden afectar a la hora de ciclar por estas latitudes. Se aconseja informarse antes de emprender rutas como la señalada.

Pasamos al lado de la Fuente del Piojo y enlazamos con el camino que viene de Villar de Vildas hacia la Braña de los Cuartos, un pequeño tentempié al pie de las “pallozas cabanas de teitos” y tranquila contemplación de los parajes por donde corretea el oso cantábrico. El farallón del Cornón vigila todo nuestro itinerario y la presencia del oso.

La verdad es que las bajadas son una maravilla, pero no hay pan si torta, y eso significa que para llegar a nuestro destino el Puerto de Somiedo, debemos afrontar la tachuela del Camino Real que pasa por el Collado La Enfestiella, que está a 16.85 mts de altitud, y separa el Valle de Villar del Valle del Cigüeña, y hoy marcado como PR.AS-14.

El desnivel es brutal, y aunque el camino que se abre a la derecha en dirección a Villar de Vildas, entre la genista negra parece factible su rodadura, lo intentamos ciclar, aunque hay tramos que no hay manera de hacerlo, lo que nos obliga, como ya empieza a ser costumbre a su buena media hora de BTT al hombro, pues el esfuerzo de forzar algunos tramos con todo el piñonaje metido, plato de 30 dientes y piñones de 28, apenas si nos permiten rodar más que uno metros, antes de enfilar peligrosamente hacia el terraplén que se abre a la derecha.

Como no hay peor cosa que sufrir y levantar la vista para ver cuánto queda, pues en nuestra peculiar tortura, nuestro particular GADU, nos echa un capote y nos rodea con una densa niebla, que no nos permite ver nuestro sufrido trayecto. De esta guisa remontamos el collado y damos vista al Valle de La Peral.

El olor de la genciana, y la niebla que quedó más abajo, nos indica la altitud a la que estamos, en cuyas cercanías encontramos la fuente de los Borrones y una charca estacional para ganado que está medio seca. A partir de aquí se nos abren diversos senderos valle abajo hacia los prados de Las Malladas, bajada bonita y perfecta, para recompensar el esfuerzo de la pateada por el collado anterior. Las velocidades van en aumento, lo que significa que el camino cada vez se hace más evidente y con buen firme..

La Peral es un precioso pueblo estival de los vaqueiros de alzada, rodeado de pastos que son objeto de una utilización rotacional, generalmente de abril a septiembre u octubre, aunque algunas se aprovechan todo el año, y otras sólo se rentabilizan en los meses estivales o invernales; el régimen de uso está muy relacionado con la altitud, la abundancia de pastos de siega y la disponibilidad de otras brañas. Medio centenar de ellas conserva teitos, cabañas de planta rectangular con techumbre de escoba o, en su defecto, piorno; en el pueblo podemos ver varios ejemplos.

Los repechos hacia el Puerto de Somiedo se hacen duros, pero no hay otra posibilidad que subir hacia él, y debemos hacerlo por asfalto, y máxime si nos queremos meternos en algún berenjenal judicial por adentrarnos en zona de uso restringido. Por lo cual sin salirnos un ápice de los caminos y carreteras emprendemos la subida por la dura rampa hacia Santa María del Puerto (1.486 mts. altt.), donde nos espera el vehículo para trasladarnos hasta Pola, para darnos una cena a base de buen filete de carne roxa, será toda una recompensa, pues la siguiente etapa tiene lo suyo, y querer ir lo más ajustado al eje de la Cordillera Cantábrica, trae como consecuencia estos grandes esfuerzos bicleteros.

Atrás queda una ruta de veintitrés kilómetros, con otro desnivel acumulado que no somos capaces de bajar de los mil metros, y con unas 5 a 6 horas desde que salimos del campamento anterior en Orallo, y que bautizamos por la dureza del collado de Enfestiella, como “ Por favor, más no ”.

Víctor Guerra
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