viernes, 31 de enero de 2020

Veredas de San Salvador por Tierras Carreñenses


  • Punto de Salida y Llegada: Candás
  • Puntos de Paso: Perán-Dormón-Albandi- El Empalme-Monte Areo-Güermo-Ambás-Arquiella
  • Longitud de la Ruta:  28 km
  • Horario de la Ruta: 4 horas
  • Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 470 mt
  •  Participantes:  Luz Fernández, Josías, Javier Paredes, Luis Roza, Albano Capezzali, Javier Riestra, José Ramón Natal, Victor Guerra y Juan Luis Piñera.
Las tierras de Carreño, también encierran su hito salvadoreño, el cual  hallamos en la parroquia de Perlora, un poco apartado  se encuentra la renovada iglesia dedica a San Salvador  lo cual nos está indicando que también en estas  tierras  costeras, con su particular finis terrae (Cabo Peñas) también fueron campo de atracción de los distintos peregrinos.




Bajo esta presencia salvadoreña articulamos un recorrido que nos ha de resultar interesante por varias razones, una ya citada, y la otra porque vamos a recorrer parte de los caminos jacobeos, pero no solo eso, sino que estaremos en presencia de otros trazados históricos o historicistas, unos dedicados a la siderurgia, y otros a la figura de Alas Clarín, o incluso a la aviación.


Estos y otros elementos como los paisajísticos o medioambientales son los diversos puntos de atracción que nos sirven para articular una ruta de bicicleta de montaña, bajo la peculiar visión de este grupo biker (BTT ASTURIAS)  el cual coordino desde hace más de 13 años.

Nos echamos al monte, tomando antes un café mañanero en el puerto de Candás, y tras ello ponemos rumbo Este, yendo por el bucólico paseo marítimo candasín  camino del enclave de Perán, desde cuyo punto nos acercamos a visitar la renovada iglesia de San Salvador de Perlora, que poco tiene que ver con un viejo hito salvadoreño, ya esta fue reconstruida en 1940 por el contratista Manuel Pérez, por efectos de la devastación de la Guerra Civil, luego  fue vuelta reformar en 1998,  por tanto ningún resto nos queda de aquella otra vieja construcción,

Ya que además el viejo templo y a la vez cenobio que se conocía ya desde el año 863,  cuya existencia  se desarrolló bajo la regla de San Benito, el  cual fue donado por la reina Urraca a San Salvador de Oviedo, pues resulta que el emplazamiento del monacato se supone que estaba en el promontorio donde hoy ocupa el camping de Perlora. 

Aunque de esos restos no queda nada salvo la reseña histórica.



Tal es el desastre del olvido histórico, que por ejemplo apenas sabemos que dichas propiedades pertenecíeron años más tarde a  la Abadía de Arbás, junto  con el puerto de Entrellusa, en el cual desde 1232 ya hay noticias de pesquería de ballenas, cuyas capturas  tanto se prodigaron por las costas asturianas.

Hablando de aguas y puertos, algún historiador ha comentado que por aquí recaló parte de una gran expedición de  cruzados, que iba camino de Santiago, y que por circunstancias varias, temporales y demás,  terminaron algunos de ellos desperdigados por los puertos asturianos.

Fuera como fuere, apenas hoy nadie nos habla de estas curiosidades, por tanto tras este  breve apunte historiográfico, seguimos hacia  el centro de la ciudad residencial de Perlora, da pena ver el estado en que se encuentra, lo cual  da idea de nuestra corta idea de la innovación, de las posibilidades del territorio y  de los equipamientos, pues han pasado años y ahí está muriéndose de risa.


Cruzamos la vía del FEVE, para subir por los repechos de la Estaquera hacia los grupos de casa  del Dormón  y Monte Morís,  que nos permite tener importantes vistas sobre la rasa costera y los acantilados de la zona.

Se sale a la vieja traza de la carretera AS-118, dejando de lado la reconstruida iglesia de Santiago de Albandi, emplazada en el barrio de la Rica, y que ha cambiado la imagen del Santiago matamoros, por un Santiago peregrino, lo cual nos devuelve a la idea de otros caminos jacobeos, fuera de los oficializados, una iglesia dedicada a Santiago, luego otra dedicada a San Salvador, eso no puede ser una casualidad.


Nosotros, seguimos a los nuestro, dar pedales  y en ello nos ponemos, para bajar por la vieja arteria del Alto Carrió, o sea la Cuesta Albandi  hasta desembocar en el enclave del Empalme.

Es temprano para unos callos y una botella de sida el bar de la zona, o sea que miramos con envidia el establecimiento, y cruzamos la AS-19 para  rodar por ella dirección a Gijón unos minutos para entrar en la  vaguada de la parroquia de Pervera, desde cuyo enclave apenas haber entrado en dicho valle  se toma a la izquierda un ramal por el cual se asciende mediante duros repechos por el lugar del Monte hacia el enclave del Monte Areo.


Se enlaza de este modo ya en lo alto de la sierra  con el marcaje del GR -100 Ruta de la Plata que cruza todo el Monte Areo, cuya traza no deja de ser la vieja cañada del Reguerón, y por cuyos predios y parajes se desarrolla el oficializado camino jacobeo.

Una vez en este entronque de caminos, se gira al Oeste, para cruzar todo el cumbral del Monte Areo, que si vamos más atrás nos hallamos en las mismas trochas por donde antes desfilaron las tropas romanas desde Lucus Asturum hacia  las famosas aras sextias del Cabo Torres,

Aunque para gustos hay colores, y por tanto hay quien pone en solfa la ubicación de las famosas aras sextianas, en la Campa de Torres, Para quien  guste de intensos debates históricos, aquí le dejo el enlace sobre la temática de tales emplazamientos


Continúa  la traza por las amplias pistas que cosen en cuadrículas el Monte Areo, siguiendo el GR-100 de la Ruta la Plata, por cuyos parajes no solo hay un montón de historia documental, sino que por esas extrañas tierras, sin apenas agua y agrestes como ellas solas, hay desperdigados un buen racimo de enterramientos neolíticos que se pueden visitar. además de que hubo en su tiempo ventas y algún que otro enclave religioso, de lo cual no queda nada, salvo algunas anotaciones como la muerte de un peregrino o corraxo (transeúntes pobres, o sea mendigos, como uno de Salas, de nombre Perdro Solis  que dejo su alma en  1740  por estas merindades.

 El GR-100 se echa hacia el valle de Serín por la bajada que presenta el paradójico lugar del Caminllanu, nosotros sin embargo dejamos la invitación de lado, y persistimos en el rumbo Oeste, rodando por el cumbral adelante, pasando por unos caminos totalmente encharcados, por cuyas cajas pantanosas rodamos como podemos, hasta dejarnos caer por la vertiente Este del cumbral de Areo, para desembocar en uno de los barrios de la desperdigada aldea de Güermo, y ya por asfalto llegar a la iglesia de Santiago de Ambás.

Lo cual me lleva a pensar si el camino jacobeo del Monte Areo  no vendría  más bajo, os ea desde Pervera, cruzando a  la vega de Guimarán  y pasar a Ambás  hacia el Tabaza. Salbo que el río Aboño viniera muy alto y fuera mejor subir por el Monte Areo. lo cierto es que se abren muchas hipótesis., 

Eso sí, llega la hora de reponer fuerzas y por cuyo motivo nos detenemos unos minutos para reconfortarnos a techo, pues el agua nos persigue, por tanto nos ponemos a cubierto en el manantial lavadero de Hüermo  o Güermo, cuya data se conoce desde 1872, y de cuyos caños mana un buen chorro de agua.

Tras ello nos vamos valle abajo para rodar unos minutos por otra de las sendas clásicas de esta zona como es la Vía del Estratégico, un trazado ferroviario por el cual se llevaban las coladas de las acerías entre Avilés y Gijón.

Para llevar a cabo tal cosa se cruza parte de la la amplia vega de la parroquia de Guimarán, en cuyos predios hoy se han convertido en una extraña senda peatonal y ciclista, y en cuya inmediaciones  antaño hubo un antiguo campo de aviación republicano.


Pero nuestra ruta da la espalda a tal emplazamiento para subir por el carril de la CE-5  y cruzar de este modo  hacia la otra arteria la que divide de Este a Oeste el valle Logrezana y Guimarán, o sea la carretera que va desde Gijón a Trasona, la AS- 19, la cual se ha de cruzar con cierto cuidado, dada la velocidad del tráfico, ante estas imponentes rectas de Guimarán.

Al otro lado de la carretera viejas casonas hidalgas y como no, la hermosa edificación denominada Quinta de Clarin, ubicada en el barrio de la Rebollada. Aquí pasó largas temporadas veraniegas, el escritor de La Regenta Leopoldo Alas “Clarín”, con cuyo bisnieto, Leopoldo Tolivar Alas, tuve el honor de presentar no hace mucho, mi libro La Masonería en Oviedo.


Bordeamos la casona clariniana, visitando  de paso otra fuente, en este caso la de Cellero, con lavadero, esclaradero y abrevadero,  que viene reflejada en algunas obras de Clarín.

En esta misma zona había antes un viejo camino, pero ahora ya no existe, ante lo cual  lo que hacemos es bordear por debajo de la citada Quinta, para subirnos a otra cumbral mediante el seguimiento de las rutas clarinianas,  y ya por la Loma de la Cortina ir al Noreste  hacia el lugar de Pinzales.

La idea era bajar hacia la hondonada de Campamal, para seguir contemplando la sucesión de hórreos y paneras que presenta la zona, pero la climatología se impuso con una terrible tormenta de agua, lo que nos impuso la única alternativa, seguir de frente, hacia el Noreste y seguir  la carretera C-3 para bajar por Rodiles y la Pedrera de nuevo hacia  Perán, cerrando de este modo una bella ruta sin muchas pretensiones por los predios carreñenses donde se levanta un input dedicado a las Veredas de San Salvador.


Vereda que irá a buscar, no se sabe bien el trayecto, pero sí que sabemos que Candás tuvo un nutrido hospital y muchos fallecimientos, como recoge el libro de difuntos.

MªJosefa  Sanz nos habla de un camino el cual los romeros tomarían  pasando el río Aboño en barca y siguiendo el Camino Real de Gijón a Candás, y en ese sentido no sé sin con barca o sin ella, o tan pegados  a la costa el hecho de que en Albandi hubiera una iglesia dedicada a Santiago y luego un San Salvador, que la historiadora menciona, nos hacer ver que había más caminos para seguir hacia Santiago o hacia San Salvador de Oviedo, pero a buen seguro que iría por la costa adelante hacia el resto de emplazamientos salvadoreños ubicados en Belén, en Piñera, o en Tol..

Enhebrando así mismo y de forma paralelo la traza jacobea de la Costa.  


·         TRACK DE LA RUTA WIKILOC
© Victor Guerra
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