- · Puntos de paso: Niembro-Bedon- Villahormes- Nueva-Llamigu- Carriles- Posada- Mañanga-Porrua
- · Kilómetros de la Ruta: 56
- · Horario de la Ruta: 5 horas
- · Desnivel acumulado de Ascenso 1.422 mts
- · Desnivel acumulado de Descenso: 1.427 mts
- · IBP Index. 111 AB
Estábamos en la idea de hacer algo costero en este caluroso agosto astur, cuando apareció Don Jose Rosell con una ruta que había hecho, y sin más miramientos nos planteamos que fuera el quien se encargara de la propuesta de ruta para este fin de semana. Dicho y hecho.
Lo que no nos imaginábamos era que la ruta además de impresionantes vistas, nos iba a dejar "intensamente suaves" para la semana, pues el susodicho paseo ya ves las estadísticas que arroja, una kilometrada de cercana a los 60 km y con un desnivel acumulado cercano a los 1500mts , que no es poco para estas tierras y estos calores.
La zona de concentración fue la aldea de Celorio, a donde acudimos tras 31 post de contactos Facebook y allá llegamos con la precaución de no tropezarnos con Doña Carmen Lomana, no fuera a causar algún desaguisado en nuestro grupeto lleno de "Intensos".
Llegados a la parroquia llanisca, donde fuimos recogidos por el triunvirato de cuñados: Rosell, Asensio y Pedro Carpintero, estos capitaneados por el primero, nos puso en fila de a uno, tanto a Rubén Alvarez, Zuazua Rico, Paredes Olay, Albano Capezzali, y el que suscribe, lo que ya fue una constante en toda el trazado de la ruta.
Salimos pues de Celorio dirección Oeste para tomar el camino que de Pozabal y Alsedi nos llevó hasta la ensenada de Niembro, donde las prisas de nuestro guía no nos dejó deleitarnos con la bella imagen del Cementerio de Niembro, propuesto como una de los mejores paisajes bellos rincones españoles por Repsol, y a cuyos pies tomamos el Camino de Santiago, que nos aportaba una de las mejores vistas sobre el pueblo de Niembro, al que finalmente entramos abandonando el Camino Jacobita, para entrar en la senda de la naturaleza, o sea camino de las ensenada de Torimbia, playa nudista por antonomasia, a la que acuden cientos de naturistas, eso si muchos de ellos llegan hasta el borde de la playa casi que hasta con burka, para luego en el arenal quedar en pelota picada. Contradicciones que tiene el ser humano.
En Celorio, playa y conjunto de bikers
Vista la playa , giramos en ascenso detrás del guía que siempre veíamos en lontananza camino de la antena de telefónica, lo cual nos permitió subir al cordal los Llanos, con preciosas vistas marítimas y montañeras, aunque poco espacio hubo para la contemplación pues la bajada hacia el recóndito cenobio de San Antolín de Bedón, pronto requirió de nuestra atención, pues es una bajada que ya se anuncia con peligrosilla. Mucha tierra y piedra seca.
Llegados a San Antolín y previa visita seguimos por la carretera general dirección a la playa de Golpiyuri, cruzando luego por la Moira y el Prado de la Mula hacia San Vicente de Naves, de nuevo retomando el Camino de Santiago, por encima de Villahormes hacia el núcleo de Nueva de Llanes. Tramos de camino y asfalto que nos iban alejando de la costa para enfilar hacia el interior en Nueva, donde se toma la carretera AS. 340 y tras dejar atrás el molino de Valaña. Nos desviamos a la derecha antes de cruzar el puente sobre el río de Nueva, para meternos por un amplio camino en plano que va cogiendo altura en las cordales de La Cueva Negra y Ventaniella.
Rodando por el Camino Jacobita con Miembro al fondo y playa de Torimbia
El rodar en plano, pronto deja paso a un ascenso tranquilo y fresco hasta concluir con una bajada hasta el Barracón, punto donde se cruza el río y se enfrenta una dura subida, hormigonada, pero dura hasta ganar el collado del Cotorru. No es que la subida sea tan pendiente en todo el trazado, pero los primeros 800 metros, son de mucho cuidado, luego se suaviza y alterna zonas de media ladera con pequeños repechos por firmes de tierra; pero digamos que en esta ocasión nos pasó factura el calor tan impresionante que había.
Llegados al Cotorru, la vista sobre la sierra de Los Tornos, era bonita pero poco invitadora a rodar por ella, por tanto bajamos con balas hasta el Acebaliegu, y por la AS-340 nos fuimos rumbo al Alto del Llamigu, sobre el cual giramos a la derecha para meternos hacia la aldea de Doradiellu , no sin antes haber ganado el repecho de La Jelguera, y emprender la bajada hacia los Carriles.
Esta ruta es de esas que parecen fáciles, sin apenas grandes repechos pero que a poco que metas "caña" y Rosell nos dejó poco tiempo para el descanso, pues uno termina con las piernas molidas, y sin la sensación de haber hecho un gran rutón.
Nos acercamos al Cementerio de Carriles y al mirador que hay un poco más allá sobre los Picos de Europa, cuasi perdidos en medio de la calima. Tomamos un poco de agua, y lo justo para una barrita para ponernos al servicio de guía, que nos devolvió a las pistas que se abren al par del cementerio, tomamos la que va por debajo de este, rumbo Norte y en bajada, hasta la confluencia de pistas sobre el Llano de Villahormes para entroncar tras otra subida con el arrollo de Romeca a cuyo lateral bajamos de nuevo hacia Naves, para desandar el camino hasta la playa de Bedón y tomar el camino que va pegado al río Bedón hacia el Molino de Fieras, y seguir tras ver una golosa poza ribereña seguimos por Posada Vieja hacia Lledías, cruzando la AS-115.
Piedras y Cuevas son hitos que por el llamado camino de Las Muñangas de Porrúa, hemos de pasar ruteando por un laberinto de carreteritas y caminos llenos de suave arenisca, que nos va llevando por debajo del Mazucu, hacia el Camino de Porrúa, hasta entrar de nuevo en Celorio, eso sí ya "suavecitos" y con el autista guía que nos mercamos que nos fue intentando convencernos de que había sido una ruta "fácil", que había hecho recortes como el Gobierno, que eran duros… pero todo era para mejorar nuestro estado físico, etc… Lo mejor de todo la posterior confraternización ante unas cervezas y unas costillas en medio de la humanidad playera de Bornizu.
Fotos de la ruta de los bikers participantes: Jesús Asensio; José Rosell; Paredes Olay; y Albano Capezzali
Texto y Fotos @ Víctor Guerra