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lunes, 22 de junio de 2020

BTT POST-COVID19, Por las Ballotas y Palancas. Veredas Peregrinas

El confinamiento en casa nos pilló por sorpresa y nos fuimos todos al hoyo durante casi tres meses, la última ruta publicada fue la del 20 de Marzo  por Las Veredas de San Salvador del Occidente Astur. y con ella concluyó también la colaboración del Diario La Nueva España que ya no volverá hasta Septiembre-Octubre. Mientras yo sigo rodando con los amigos,a hora a lomos de una E-bike, en parte regalo de estos buenos compañeros de rodadura.

Punto de Partida: Soto de Luiña- Punto de Retorno: Cadavedo

Kilometros: 40  Desnivel de Ascenso y Descenso: 1.257 mts

Una vez concluido lo duro del confinamiento, la cosa se fue suavizando  y fuimos saliendo por los alrededores de la casa, en mi caso rodando por Villaviciosa,  y aprovechando  para ir investigando nuevos caminos y rutas, y pisando los caminos para que estos no se cerraran, pues la vegetación ha caminado que es un primor.

Roza, Paredes, Riestra, Bardera, Dolado,Polchi, Natal, y Felix, y el que no sale....

Por tanto, desde que se pudo empezar a rodar, planteé  realizar un bucle sobre el Camino de Santiago en la zona entre Cudillero y Luarca, o sea por las tierras de las Ballotas (Vachotas) vaguadas, para luego regresar y realizar el Camino de las Palancas.

Una ruta no muy larga, pero si trabajosa, pues las Ballotas se hacen durillas, por desnivel y por técnica, y la subida de las Palancas, en su mayor parte la hicimos empujando.  Pues ya en tiempos se decía "Por donde pasa el Camino Real de la Costa, tiene ahora seis o siete vallotas o quebradas, que forman los riachuelos que bajan de la sierra", escribía refiriéndose a esta abrupta orografía  el juez, regidor e historiador Antonio Juan de Banzes y Valdés en 1806.

El punto de salida fue como no podía ser de otra manera Soto Luiña, y aunque no fue visitar a la salida nuestro amigo Polchi, no pudimos tomar nada juntos, o sea que un refregón de codos, y a las trotonas.

La toma de contacto con el tramo de tierra, nada más salir de Soto, ya nos puso el corazón a 1000% y hasta que nos llegamos a la altura de la Quintana de los Muertos, no hubo descanso, di tu que con la E-Bike sin problemas. Una gozada.

 

Ante la bifurcación del Palancas, al pie del hotel y restaurante Cabo Vidio, en el lugar de las Chabolas, nos vamos por la derecha por la carretera adelante hasta el desvío de Valdredo, donde ya cogemos las marcas jacobitas que nos llevan sin tardar mucho a la primera bajada de la riega de Albuerne, para subir por El Cabo hasta Novellana.


Cruzada la parroquia de Santiago de Novellana con su capilla no metemos en otra de las vaguadas, en este caso para cruzar la riega de la Cabrita y por La Fontica entrar hacia Castañeras. Vaguadas que con climatología seca ya son peleonas por las riegas, de ahí que los peregrinos prefirieron irse ladera arriba por la cordal de las Palancas, más agreste y dura la travesía, pero mucho más limpia y sin complicación alguna.

Atravesada la vaguada con sus manchas de plantación de bambú, salimos al pueblo de Castañeras que cruzamos en casi toda su extensión para entrar hacia la playa del Silencio, pero como ya la conocemos, nos vamos por la izquierda por Casa Pachin, pasando al lado de la fuente Gonzalo y una vez cruzada la riega de Cándano subir a San Marina, donde se impuso un descanso mañanero en la terraza de Casa Gallo. Una Estrella Galicia siempre entra bien.

En Santa Marina, tierra de recuerdos, salimos  de la carretera para adentrarnos en el entronque  de las riegas para subir a Ballota, donde salió la duda de sin abandonar el cruce de las vaguadas, o seguir por la carretera como nos pasó hace un par de años cuando las condiciones climatológicas nos obligaron en muchos cruces riegas a descalzarnos para cruzar algunos grandes charcales…

Al final decidimos bajar  por la vera del Río Cabo, para llegar al pie de la playa de Ballota, desde donde salimos en pendiente arriba a la par de la vera de Gallinero hacia La Cartería, para volver a la carretera a  la altura del Ribon, en el PK.229 de la Nacional 632, donde rodamos un momento por la Carretera Nacional  para  entrar de nuevo  por camino  interior hacia Frieras y por Lumbiello llegamos al centro de Cadavedo, donde nuestra ruta toma otro rumbo , pues no en vano vamos hacer en dirección inversa a la que habitual por los peregrinos la Sierra de las Palancas.

En Cadavedo se toma la AS-268  dirección al Sur para dejarla a la altura de La Collada, donde se vira al Este y por el Cutellón hacia el Pico La Bobia por trazados de camino hasta la cabecera de las riegas de las Yeguas, donde la pendiente empieza para subir a la sierra de Gamoneo virando hacia el Pico Paradiella,

Encontramos durante el camino los monolitos santiagueros que vienen del Alto de las Peñas del Bolado, por un camino muy desmejorado, y aunque está recientemente segado, en la dirección en la que vamos nos obliga al porteo, pues la compactación de la traza ha dejado un surco por el que es difícil rodar.

Sin embargo como camino jacobita, ofrece buenas vistas al Oeste, y más sobre la propia rasa costera, a nuestra derecha la braña vaqueira de Busmarzo y la de Gallinero de Arcallana. Transitamos por el trayecto de los vaqueiros, o sea por la conocida variante de las Palancas, que ya en el siglo XIX, Llano Ponte escribía de este trayecto que "... hay una subida bastante penosa, donde no se hallará ningún abrigo, donde no se podrá avivar el paso, y donde como es natural a tan grande altura, los vientos son feroces."

Pasamos por debajo del Pico Paradiella para seguir por la cumbral y límite concejil hacia Obtar de Muyeres, se cruzan un par de portillas para entroncar con el camino que viene de Argumosin, dejamos por debajo la famosa finca y sus conflictos de paso, la de Rosellinas, y seguimos la traza jacobea, hasta llegar al entronque con la carretera que va hacia Ballota, y por donde se deben dejar ir la mayoría de los peregrinos.

Seguimos paralelos a la línea cumbral por el trazado asfaltado, hasta el lugar de las Ventas, significado collado que coronan las viejas casonas venteras, la Vieja y la Nueva o Silva Oscura, para seguir por el camino que baja un poco por la izquierda hacia para desviarse al punto hacia el Canto del Llano.

Aquí antiguamente el camino cruzaba el Cerro Perrina pero hoy el camino está tomado por tanto nos desviamos una vez pasado el Canto del Llano para ganar el núcleo de Monteagudo, para doblar ante la primera casa y por debajo seguir un camino que busca ir por debajo de la linde concejil, por un tramo de camino de matarrasa que se coge al pie de otra casa   para salir de nuevo al trazado marcado por los jitos de hormigón que nos llevan por toda la sierra de Troncedo. 

Y ya sin mucho problema por la bifurcación que marca el Monte Ventana y por la Cuesta del mismo nombre bajar ya en franco descenso hasta el punto de bifurcación de Las Chabolas, al pie del Hotel restaurante Cabo Vidio.

Debió de ser esta  ruta de tránsito ganadero abundante viendo las trazas  y trazados, que bien es cierto que a los peregrinos les puede parecer un tránsito áspero, pero a los vaqueiros acodados al pie de la soledad, no les cogía de susto tal cuestión.

Una ruta muy jacobea, que nos obliga a lidiar con el territorio y que para la próxima vez la haremos a la inversa, para sentir nuevas sensaciones. Ahora solo queda recorrer desde el Cementerio de Soto Luiña y camino que subimos con el corazón en un puño, y dar pro concluida una ruta de unos 40 km y unos 1300 mts de desnivel acumulado.

Victor Guerra


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