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· Punto de Partida y Llegada: La Caridad (El Franco)
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· Puntos de paso: Lavadoiro- Boimouro-Villalmarzo- La Veguiña-El Monte-Tapia de Casariego- Salave- Viavélez
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· Kilómetros de la ruta: 48,7
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· Horario de la ruta: 5 horas
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· Desnivel de ascenso acumulado: 850 mts
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· Desnivel de descenso acumulado: 868 mts
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· Participantes: Pablo Riopedre, Leopoldo Figueiras, Fernando López, Jose Ramon Natal, Iver Fernández, Albano Capezzali, y Lluis Fernández.
·· IBP Index: 59 IBP Fit 100
Esto de los temporales de agua y nieve acongoja al más pintado, y pronto el personal repliega a los cálidos refugios hogareños, con algún que otro selfie de dudosa confección con la trotona por espacios nivales de fondo.
Mientras otros menos «margaritos» nos hemos echado al monte, no a tontas ni a locas, sino previendo que el tiempo es el que es y es bueno ser conservador si uno quiere durar en el tiempo, de ahí que la propuesta de este sábado, fuera rodar por la costa Occidental asturiana, por aquello también de cambiar de zona.
En un principio tenía pensado repetir una ruta por las tierras del Franco, pero ya se sabe uno dispone, el resto hace..., y la casualidad manda, y eso fue lo que sucedió este sábado, cuando ya estábamos en La Caridad (El Franco) dispuestos salir.
Tras los habituales cafés, tés y el chupito de Albano, apareció un ciclobiker: Iver Fernández de Tapia de Casariego y nos preguntó si se podía unirse a nuestro grupo y ruta.
Aceptado de mano, nos dispusimos para la foto ritual en los jardines de La Caridad, y dar comienzo a la ruta prevista, que parte del mismo centro de la Caridad, y tomar rumbo Sur, con todo el grupo rodando en plan «verano azul ciclomontañero»; eso sí abrigados hasta las orejas pues el tiempo está frío y la lluvia a modo de calabobos pues ahí estaba.
Rodamos por carretera local hasta el cruce de Vuelta del Castiñeiro, (3,6 km) donde giramos a la derecha, y al punto entrar por la izquierda hacia un camino amplio que va en subida, lo cual nos obliga a quitar ropa a medio trayecto, y en cuyo punto se vira a la derecha dejando el camino para entrar por una vereda que cruzar el pinar-ocalital. Un sendero marcado por los ciclobiker de la zona de Tapia y que en parte hace las delicias de los más técnicos, aunque le presencia de maderistas en la zona, pone en algunos tramos patas arriba, pero no por ello deja ser entretenido.
El sendero tras cruzar una riega con la bici de la mano coge altura y con trazas más anchas asciende hasta el caserío de El Llavadoiro, casona que tanto nos ha gustado a casi todos tanto por su soledad como por su ubicación, un enclave a los 5,2 km que es más una residencia estival como nos explica . Iver Fernández..
Seguimos por el camino de la finca, si el rumbo era Suroeste, volverá por un tramo hacia el Sur, pasando por encima de la casona, para de este modo cruzar la carretera de Figuerola, nuestro amigo Iver nos propone en este punto y es que en vez de seguir el track entremos por unas trochas que cruzan el bosque que nos va haciendo divertida la mañana , y así como que no quiere la cosa subimos a la zona de El Coxo, virando luego hacia el Oeste para bajar por un camino más amplio al precioso enclave de Boimouro. (7,1 km)
No deja de ser un enclave muy esotérico, con su viejo taller alquímico de un antiguo herrero, a modo del dios Hefesto, y cuyo conjunto tiene todo halo de misterio aunque hoy el lugar tras las remodelaciones parece más bien un rincón rural un tanto afrancesado, aunque en sus viejos tiempos debió ser un duro núcleo herreril, lleno de humedad y soledad de lo cual aún le queda cierto deje.
De Boimouro, salimos por el camino que cruza el río del Mazo, una dura subida que va hacia Villalmarzo, y la cual a algunos se nos atraganta, pues los firmes medio esponjosos de la nieve caía, y muy húmedo ambiente y firme nos hace patinar, una y otra vez, por lo cual pie a tierra para de este modo subir cada uno como pueda; algunos como Iver y algún otro compañero trepan subidos en sus trotonas no sin esfuerzo.
Llegados al carretil de Villalmarzo, planteamos a Iver que nos propusiera un nuevo recorrido, pues nuestra vieja ruta vira en este punto al Este, y como estamos dispuestos a secundar a Iver en el nuevo trazado que sin darle muchas más vueltas, nos plantea bajar por unos interesantes senderos a través del Valle de Casa Quemada, cruzando para ello la riega de Caballos y subir de este modo al caserío solitario caserío de El Mayorazo (9,8 km)
Desde aquí se nuevo por camino, tras un pequeño tramo rodando por asfalto, para continuar hacia la cumbre del Pico de Louteiro que bordeamos por la vertiente occidental para coger el valle de Tarambello, en una sucesión de pistas y viejos caminos peoniles.
Pasamos el límite municipal para colocarnos en paralelo a la riega de Carcedo y desembocar en el pueblo de La Veguiña, (14 km), tras otro pequeño tramo de asfalto bajamos hasta la carretera AS-24 por la cual se rueda dirección Norte, hasta llegar al kilómetro 15,2 de la ruta, en dicho punto tras pasar la riega Los Mallos Novos y una solitaria casa, dejamos la carretera para entrar por un viejo camino que presenta mal aspecto, pero el cual va clareando a medida que lo vamos rodando el cual nos mete en medio de un denso pinar, estamos en el Monte de los Mollos Nuevos, en un momento dado hay que dejar el camino que va hacia el Noroeste, para coger uno que queda a la izquierda en la subida y que cruza el monte por la cumbral para después bordearlo a media ladera vertiente occidental y desembocar en el pueblo de Acevedo (18,7 km).
Desde aquí toca rodar por carretiles asfaltados que nos llevan hasta el bonito enclave de El Monte, (20,9 km), pero el viento es tan fuerte y desagradable, que tras una rápida visita a su coqueto cementerio, nos echamos en descenso hacia el valle Baodecangas y Santelos , o sea rumbo Oeste, para de este modo ir buscando la costa por las localidades de Brul y Casariego, en cuya cercanía a esta última localidad se cruza la carretera Nacional 634, camino de la rasa costera entrando en Tapia de Casariego por la zona de Entreplayas.
Llegados a Tapia de Casariego, (29,8km) el amigo Iver se despide, y nos deja con nuestros caldos de pollo y de cebada que saboreamos en el mítico Restaurante La Marina, donde nos entretenemos un buen rato.
Concluido el descaso, ahora nos queda regresar a La Caridad, para lo cual tomamos como referencia dos trayectos señalizados, uno es el Camino de Santiago, y el otro es el mítico GR- E-9 Senda Costera, ambos nos van llevando rumbo Este, en primer término hacia la localidad de Mántaras, a cuyas puertas doblamos al Norte para ver los acantilados de Punta de Pedrón y volver ya por rasa costera por encima del pueblo de Salave dirección a El Hospital, para de nuevo volver hacia la zona de acantilados y bajar a ver las lagunas de Salave.
Lo cierto es que la señalización deja bastante que desear, y más aún si se hace en sentido contrario al marcaje, y no se repone la vieja señalización en un estado bastante lamentable.
La ruta es un constante entrar y salir del borde costero hacia el interior, con la imposibilidad de rodar por la misma franja marítima como en Colunga o Castrillón.
Cruzamos el Río Porcía para subir hacia el núcleo de Valdepares el cual bordeamos por su lado norteño para acercarnos a Viavélez, y sin entrar en el pueblo se vira al Sur para llegar a La Caridad por Mernies.
Una ruta fácil en cuanto a desniveles, y no por ello menos trabajosa, dado los tramos de sendero, siendo los paisajes algo muy a tener en cuenta.
Víctor GUERRA