- · Punto de Salida y Llegada: Villamayor (Piloña)
- · Puntos de Paso:Melarde-Valle- Biedes-La Roza- El Arbeyal- Anayo-Alto la Llama- Sieres-Miyares
- · Longitud de la Ruta: 40 km
- · Horario de la Ruta. 5 horas
- · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1787 mts
- · Participantes: Toño Cuervo, Sandra Alvarez, José Ramón Natal, Ferchi, Juan Piñera, Javier Riestra, Luis Roza, Albano Capezzali y Victor Guerra..
TRACK EN WIKILOC https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=21283882
Los valles prelitorales asturianos ofrecen tanto recorridos interesantes, y Piloña como concejo contiene en sus predios una serie de bonitas rutas muy interesantes para la BTT.
En este caso, el núcleo piloñés de Villamayor, es un buen punto de partida para rodar por la ladera Sur del concejo, y poder subir a uno de sus enclaves más característicos, lo cual nos permite a la vez otear nuestras altas cumbres tanto la Cordillera Cantábrica como los Picos de Europa, y como no, lo extenso del Mar Cantábrico, y eso lo permite un promontorio del Cueto, al pie de la aldea de Anayo.
Nos reunimos lo ya mencionados,y tras el café y lo saludos de rigor, e interesarnos por el estado de nuestro compañero Poldo que está convaleciente de una grave caída en bici, nos pusimos en marcha, tomando como referencia el GR-109 Asturias Interior, rumbo Oeste, hacia Infiesto.
El trazado nos invita a dejar la carretera Nacional 634 para entrar al otro costado del pueblo y rodar de forma hacia el polígono industrial de Lledó, aunque enseguida el trazado abandona los trazados planos para encaramarse en el pueblo de Melarde, todo ello rodando por carreteras locales, hasta ganar la aldea de Valle, donde Toño Cuervo, pasa a liderar el grupeto y meternos por caminos hacia Infiesto.
Por tanto, bajamos por la Corredoria hacia Castiello por caminos antiguos que están en muy buen estado, y que ponto nos dejan en el Orrín, eso sí con la cantinela de mis frenos, que parecen los frenos de los antiguos carros gallegos del ruido que meten.
Entramos en Infiesto, pero nos vamos por la calle trasera para subir por carriles hormigonados a Biedes desde cuyo núcleo, se toma al Noreste, y por la carretera PI-7 continuar hasta la Granja, donde abandonamos las cómodas carreteras para subir a la cumbral del Monte Cayón, desde cuy altozano apenas si pudimos ver algo, pues las nieblas vienen jugando durante toda la mañana, subiendo y bajando por estos valles y laderas.
Entramos en Infiesto, pero nos vamos por la calle trasera para subir por carriles hormigonados a Biedes desde cuyo núcleo, se toma al Noreste, y por la carretera PI-7 continuar hasta la Granja, donde abandonamos las cómodas carreteras para subir a la cumbral del Monte Cayón, desde cuy altozano apenas si pudimos ver algo, pues las nieblas vienen jugando durante toda la mañana, subiendo y bajando por estos valles y laderas.
Una vez alcanzada la cumbre del Cayón, nos echamos ladera abajo por los lugares de El Pindal y La Parea, para llegar hasta las instalaciones del Campo de Tiro, al pie de la carretera AS-258, por la cual Toño nos lleva para volver un tramo para conectar con el track original, que gira al Norte en Pintueles, para ganar el emplazamiento de su impresionante iglesia, donde se impone un trago de la bota de Pietro Picudo que lleva Roza, y probar las marañuelas que hice a noche pensando en el grupo.
De la iglesia de San Cristóbal de Pintueles, que siempre me recuerda a la iglesias fortificadas templarias, salimos rumbo Norte para encarar la ascensión hacia el bonito el hidalgo caserío de La Roza, desde donde seguimos en continuado ascenso a través de enrevesados caminos hacia La Formiga, bordeando por el Oeste el Pico Viyao, pudiendo ver a nuestra izquierda la picorota del Cueto Incós, que fue destino de nuestras rutas este verano.
Tras dejar atrás La Formiga seguimos dando pedales en medio de la lluvia, hacia la aldea de El Arbeyal, cuyo acceso rodado nos permite arribar al enclave de Anayo, donde se impuso una parada técnica, con bocata y frasca de vino al calor de la tertulia, y por aquello de erradicar los fríos y las humedades varias, pues no en vano llevamos rodando unos 23 kilómetros con un intenso desnivel acumulado y en medio de una cambiante climatología.
Salir de nuevo a rodar costó lo suyo, y el tramo entre Anayo y Robledo sirvieron de calentamiento para afrontar la subida por Entrecuetos (Monte Grande) en ese permanente rodar hacia la pica de El Cueto, perlada de antenas de telefonía, y desde cuyo emplazamiento solo pudimos ver las laderas del Sueve, con las niebla trepando por los peñascos, y avistar al fondo perdido en la brumosa neblina de la lluvia el Mar Cantábrico y algunos enclaves como Colunga o Lastres, al Sur nasti de plasti, la nubosidad lo tapaba todo.
Desde este singular promontorio, ahora toca descender hacia el Alto de la Llama, y lo hacemos por la derecha, mirando al Norte, para entrar por donde mejor se vea por un sendero entre brezales y cotoyales, por el que vamos adivinado el sendero, que al principio se pega a la línea concejil de Piloña y Colunga, dirección Este, aunque pronto hay que empezar a realizar zigzaguear para ir bajando hacia el enclave del Alto de la Llama. Son caminos un tanto perdidos, en los cuales hay que pegarse con la vegetación que amenaza con tragarse los viejos caminos, pero ni no perdemos la calma en un pis-pas estamos en La LLama..
Ya en el enclave de La Llama, carretera AS-258, el compañero Albano que lleva sin pedalear más de tres meses nos deja, aunque nosotros persistimos en el rumbo Este tomando la pista que sube hacia la majada de Espineres, con unos 2 kilómetros de subida, muy diversa, pues se alternan cortos repechos con zonas más planas, hasta poder virar el Sur, dejando de lado la pista de Espineres, y entrando a la derecha por Vallina Los Pozos al Valle de Campurriu, y a pesar de que lo debió atravesar en su día un camino real proveniente de La Venta y la Degollada para ganar la aldea de Sardea, nosotros viramos antes de entrar en lo fondero de la valleja al Oeste para una vez traspasada una portillera subir a la bonita cabaña de la Cruz de Maria Mingo, y desde elle bajar por una trepidante pista de hormigón en descenso hasta las aldeas de San feliz y Sieres.
En medio del pueblo de Sieres, cambiamos de trazada y de firmes, pues nos vamos a la izquierda, ahora al Este, para rodar por La Rebeca, dejando el ramal de Vasivil a la izquierda, y seguir por un camino en plano, perlado de piedras muy pulidas y sembrado a modo de alfombra de hojas otoñales,. La ruta se va pegando a la ladera del Fondigón y Valleangostu, con tramos de camino más cerrados, pues ya las casas se ha venido abajo y los itinerarios están quedando medio perdidos, pero son trazados de una gran belleza pese a que la tarde se nos va yendo….
Damos vuelta al Cantu La Tabla, por su vertiente Este,para empatar con el acceso a La Vallina del Osu, por cuyo trazado bajamos ya enfilados hacia el Palacio del Omedal, (Miyares).
Dejamos atrás Miyares para irnos por un camino lateral huyendo del asfalto, de este modo hasta se empata con el Camino romero que por La Barquera y Aguín, se cruza el río Piloña, para entrar de nuevo en Villamayor, y degustar unas bebidas calientes en el Restaurante Benidorm, donde nos ofrecieron unas duchas para mejorar nuestros cansados aspectos, tras una ruta de barro y agua.
Fotos de Víctor Guerra, José Ramón Natal y Juan Piñera
Victor Guerra