viernes, 8 de marzo de 2019

En BTT por Posada de Llanera al Pico Gorfolí


  • · Punto de Salida y Llegada: Posada de LLanera
  • · Puntos de Paso: Les Areñes-Fanes-Gorfolí- La Reigada- Bolgues-Lazana-Andallón-Tuernes-San Cucao
  • · Longitud de la Ruta: 54 km.
  • · Horario de la Ruta. 5 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.400 mts
  • · Participantes Ruben Bardera, Javier Paredes, Marcos Cernuda, Javier Riestra-Victor Guerra

Hacia ya tiempo que las trotonas de BTT ASTURIAS no hollaban los entornos del Gorfolí, porque cuando rodaba con nosotros Poldo Figueras siempre le hacíamos la visita anual a la zona, bien por una cara o por la otra, el Gorfolí o su entorno, era parte nuestras correrías.

Bien es cierto que salvo los recorridos desde el mismo Avilés o desde Grao, el resto de las rutas tienen bastante asfalto, pues los viejos caminos por necesidades de las poblaciones y sus empujes han terminado sucumbiendo bajo la capa asfáltica.


Sea como fuere nos plantamos en Posada Llanera, para rodar hacia el Gorfolí, por cuyo motivo recuperamos al buen amigo Rubén Bardera, perdiendo para este encuentro a los amigos llaniscos Olegario y Manolín, este último herido en un mano.

Tras el consabido café en el restaurante Plaza, salimos por la carretera AS-17 adelante, dirección al Alto la Miranda, para desviarnos al 1,5 km, a la izquierda rumbo Noroeste, tomando por Abarrio para subir por la carretera Ll-2 con posterior desvío hacia la aldea de Les Areñes, donde se gira un poco al Oeste, para seguir de forma paralela a la cumbral de la Sierra de Les Areñes y pasar de este modo a los predios de la Sierra del Águila, teniendo como referencia la aldea del Fresno.



Se vira al Noroeste, teniendo a la izquierda los promontorios de la sierra como el cabezo del Pico del Águila, pasando por los lugares de Vendón y desembocar en Fanes, o sea al pie del Camino de Santiago que va de Avilés a Grao que transita por la carretera AS-233, punto donde se gira a la izquierda con unos 9,7 kilómetros rodados. Es curiosa la desertización que tiene toda esta zona. Grandes extensiones de terreno y muy pocos núcleos de población, como muchos caserías aisladas que recuerdan más bien a los predios vaqueiros, que a tierras de la zona prelitoral avilesina.



Este acercamiento por asfalto nos vale por aquello de estirar las piernas, Con cierto cuidado rodamos por la AS-233, apenas unos 700 metros hasta desviarnos a la derecha dejando el ramal regional y entrar por El Bayón hacia la aldea Villayo, con unos 11,3 km, donde se recobra la orientación Norte, y concluyendo ante trazados con firmes de tierra que nos acompañaran durante todo el ascenso hacia el Gorfolí,

Se rueda a la vera de la riega Campanal, y cuyas cantarinas aguas se dejan para virar al Este subiendo por el Monte Campanal, que nos muestra en poco tiempo algunos duros repechos, luego la ascensión una vez coge cota, se hace más tranquila yendo hacia el llamado Campo de la Liebre, donde se entronca con una de las subidas típicas proveniente de la vertiente avilesina.



Una vez se entronca con la pista nuestro track es abandonado por aquello de hacer cumbre en el famoso Gorfolí, a lo cual nos dedicamos unos buenos minutos hasta terminar de coronar el famoso promontorio avilesino, con 16, 5 km., rodados, alcanzando una cota de unos 600 mts., escasos de altitud.

Tras un descanso para tomar un poco de resuello, y contemplar la bella panorámica que ofrece tan impresionante atalaya, tanto a Este como al Oeste, e incluso al Sur, porque nada molesta para otear los horizontes.



Tras ello nos ponemos en marcha retrocediendo hasta el enclave que nos deriva por los Cerros de Valbona, esto no estaba en el plan del dia, pero a nadie le amarga un dulce y dejarse caer por estos senderos cumbrales, aunque sea con una bici semirrígida, es toda una tentación, por lo cual dicho y hecho, nos vamos por el inclinado sendero de Valbona, que presenta algún que otro salto, un buen terreno para las trotonas de enduro, pero un tanto expuesto para una bici de 26” semirrígida.

Aun así, vamos bajando sin mucho problema, hasta llegar al entronque con la pista que esperamos nos devuelva al track original.


Una vez en la pista se gira a la izquierda, teniendo que remontar parte del desnivel que perdimos en la bajada, se va rumbo Sur para coger la cumbral de la Sierra de Faidiello hacia el Pico Miliquitanes, teniendo que empujar la trotona en algún que otro fortísimo repecho, y con tramos de senda bonitos.



La idea era quitar una serie de toboganes que nos obligaban a empujar la trotona, y por aquello de no dar marcha atrás, resolvemos seguir adelante hasta alcanzar la collada entre el Pico Miliquitanes y el Cuervo, lo cual nos da paso a la Sierra de las Raigadas, ya con 21,5 k, de rodadura.



Ahora tenemos un tramo tranquilo medio en bajada que pasa por encima del caserío de Rozaflor que tanto nos recuerda al amigo Poldo. Seguimos ruta hasta desembocar en el Alto de la Raigada, donde pasamos de una parada de bar, cosa que si viniera Albano sería imposible, y seguimos por la carretera que se abre al pie del cumbral de la Sierra de Bufarán hasta alcanzar el Campo de la Degollada.



Al pie del famoso Área Recreativa que siempre tiene visitantes, nos vamos por firmes de tierra, dejando el asfalto por el que hemos rodado desde La Reigada, unos 8 kilómetros de tramo.

En Degollada se toma el ramal de la izquierda dejando el que cruza toda la Sierra del Pedroso, y nos vamos hacia el Alto de Carbainos, bordeando estos pequeños cumbrales y la pistas que nos invitan a irnos por ellas sin saber muy bien hacia dónde.., pero mejor no ceder a las tentaciones y seguimos dando la vuelta al cumbral dirección a las Arroxinas, para caer en el concurrido lugar de Las Ablanosas, de donde se sale por las pista de Ancineres hasta desembocar en La Florida, y de ahí ya directos al gran núcleo de Bolgues, donde nos abandonan Marcos Cernuda y Javier Riestra, que tiene algo de prisa, pues llevamos 37 km de rodadura.



Ahora rodamos por la AS-234 yendo en dirección a Avilés, hasta llegar a Santa María de Soto, donde se deja la carretera regional y la vera del río Soto, para cruzar al Este hacia la alta aldea de Lazana, camino de Santullano, pasando a la vera del Monte Agudo y la aldea de Andallón, donde se deja la carretera para irnos por Les Artelles hasta poder entroncar la carretera AS-233, en la zona de la Marinas, de donde de toma una carretera transversal hacia Tuernes el Grande entrando de esta manera en la parroquia de San Cucao y ya definitivamente en Posada de Llanera, todo ello por asfalto.


Fotos de Victor Guerra, Marcos Cernuda, Javier Paredes.

© Victor Guerra

viernes, 1 de marzo de 2019

La Caridad: Xaldos y Vaqueiros.


· 
Punto de Salida y Llegada: El Franco

· Puntos de Paso: Viavélez-Valdepares-Porcía-Hospital-Mantarás-La Roda-Matafoyada-Villalmarzo-Boimouro-Lavadoiro.
· Longitud de la Ruta: 40 km
· Horario de la Ruta. 4 horas
· Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 912 mts
· Participantes: Olegario, Javier Paredes, Victor Guerra


Llevamos casi todo el invierno rodando por la zona de confort, o sea por la zona central de Asturias, y es el momento de empezar a ensanchar los límites de nuestros recorridos, aunque también es verdad que la crisis los ha reducido bastante ya que debido a los traslados en coches gravan los peculios de cada uno, lo que sumado a que el personal tiene compromisos en casa, de ahí que en invierno nos repleguemos a los cuarteles de invierno.


Dado que los amigos del Oriente apenas si conocen el Occidente, y para resarcirnos de una dura ruta por Santianes del Agua, donde hubo bastante que empujar nos hemos venido al Occidente costero a estirar las piernas y a disfrutar de los paisajes abiertos.

El punto de salida se situó en La Caridad, donde nos tomamos un café para salir a rodar de forma tranquila, ya que apenas si el grupo en esta ocasión pasa de un pequeño triángulo de bikers.


De La Caridad salimos en dirección Norte, sin muchas complicaciones por la FR-3 hasta el pueblo de Viavélez, con su coqueto puerto, un tanto solitario a las 10 de la mañana. Coqueto si es pero salir de puerto por su extremos Norte, siguiendo el GR E-9 supone poner las piernas duras y el corazón a punto de salirse por las costillas al menos hasta poder ganar el mirador del Bufo, que nos da una bella panorámica sobre el pueblo y el puerto.
Una vez ganada lo alto de la rasa costera al llegar al Bufo, se sigue por la traza caminera señalizada como Senda Costera E-9. Ahora solo se trata de seguir su trazado por caminos públicos, que se dirigen no sin alguna que otra vuelta, y en plano hacia Valdepares, pero antes pasaremos por encima de la playa de Monellos, donde se gira al Sur, hasta llegar hasta puerta misma de Valdepares, o sea que a la altura del palacio de Fonfría, damos vuelta para tomar de nuevo rumbo al Oeste, o sea hacia la franja de los acantilados que preside el saliente de Cabo Blanco. Aquí se deja el rumbo Norte virando al Oeste teniendo como horizonte la Punta de la Atalaya y una mar totalmente en calma, cuando la noche anterior amenazaba con llevarse los acantilados de cuajo.



Estos primeros kilómetros se dejan rodar de forma cómoda. En Las Atalayas, los murallones costeros viran al Sur para dejar espacio a la gran franja marítima de la playa de Porcía, que presenta un aspecto abrumador. Remontamos por encima el arenal pasando por al lado de la Ermita de los Remedios, un poco más allá tomamos el acceso hacia el pueblo de Porcía pero se deja el carril, para entrar por un camino que va por debajo de un Depósito de aguas, pegados al río, se cruza el río por un pontón de madera para rodar por unos cuantos metros por un bello sendero el cual vamos circunvalando el río, de nuevo hacia el Norte, hasta salir por encima de la desembocadura del río y del arenal de Porcía, punto donde para variar se gira al Oeste pasando por un lateral de las famosas minas de Oro de Salave, desde la salida en Porcía hemos dejado por unos instantes el GR E9.

El cual se retoma cuando viramos al Sur hacia el lugar denominado de El Hospital, por cuyo trazado pasa el Camino jacobita, y a cuyas puertas llegamos casi que tocando la carretera Nª 634 dejamos las marcas jacobeas y damos la vuelta para proseguir por encima de los Campos y Salave, cerca de la rasa costera donde de nuevo se recobra la dirección Oeste, yendo hacia el caserío de Foyada, saliendo de nuevo hacia las viejas minas de oro de Punta del Pedrón, donde ya nos ponemos cara al Sur, dejando de lado el GR E9 y las marcas jacobeas, para cruzar la Nª 634 hacia el pueblo de Mantarás. Llevamos 16,3 km. de ruta entre parloteos y buen rollo y ritmo.


Dejamos la tierra xalda para ir hacia los enclaves vaqueiros, para ello cruzamos en primer término el río Murias, para seguir el arroyo de Orjales para ir virando primero al Este hacia La Rebollada, y luego hacia el Sur al llegar a La Roda, (22,6 km) se dejan los tránsitos más o menos urbanos para subir por un lateral del Pico Faro, virando al Este hacia la picorota del monte Lousorio.


Atrás quedan los recorridos costeros y semiurbanos, enfrentamos las primeras subidas sobre la rasa costera que se presenta inmensa, la subida nos mete en un bello bosquete de pinos y eucaliptos llevándonos hacia el núcleo de singular nombre: Matafoyada donde unos perros intentan morder nuestro pedales, nos hacemos una foto en un cenador muy del tipo feria de abril, el caserío está muy bien cuidado y con toques de coquetería, supongo que de la buena moza que sale embozada en toallas a reñir al perro guardián, de este singular enclave se sale del coqueto núcleo por su carril de acceso yendo hacia la AS-24 que une La Roda con Presno.




Llegados a la carretera se baja por ella hasta recobrar de nuevo la vera del río Porcía que se cruza a la altura de Sueiro para tomar la orilla izquierda aguas arriba en dirección a la Veguiña, se deja atrás Sueiro y se sigue ahora el río Mazo, desde la carretera se ve el antiguo puente carretero, se cruza el nuevo y se toma un camino dejando el asfalto que se abre al Este para ganar por un cómodo camino que acompaña el río hasta un cruce de riegas, se gira por encima de ellas para subir por el Campón hacia la altozana aldea de Villalmarzo, pasando al lado del Pico del Corno.

Sin apenas entrar en la aldea de Villalmarzo, en las primeras casa nos vamos a la izquierda por un camino semi abandonado que baja a un recoleto rincón, cuyo lugar ahora el amigo Javier Paredes reconoce, y que siempre nos gusta llegara él, como es Boimouro, aunque llegamos siempre desde otras latitudes, el amigo Olegario disfruta como un verderón de todo este solar, pues salir de Degaña y meterse en Llanes, a estar rodando por estos espacios abiertos, resulta toda una pasada. Llevamos 32 km. rodados.



De Boimouro se sale dirección sur para coger una pista empinada que abandona el valle para encaramarse en los entornos de la Granda de Figuerola, pero esa fue la opción que tomamos pero la situación hoy de Lavadoiro por el monte es complicado, pues se ha perdido la senda, por lo cual una vez tomada la traza en Boimoiro, se sigue por el camino que va a media ladera muy marcado dejando algún ramal que sube , hasta darnos con las primeras casa de Gudín , aquí e se sube por entre el caserío hacia la ermita de Espieira a coger el carril asfaltado que por su lateral derecho nos lleva directamente hacia las Barrosas.



Antes de entrar en Las Barrosas, nos adentramos hacia los predios de Candrés siguiendo el rumbo Norte hacia la quintana de El Carbayón, y por el Pereiro y la Vuelta del Castañeiro, se dejan atrás los predios vaqueiros para entrar en las tierras plana de los xaldos, y por La Ponte con 36,5 km., rodados no situamos en la planicie de la A Granda, pasando por Godella hacia el Campo Grande tomando la entrada a La Caridad por la Caleya. Dando fin a la ruta



Ahora toca una cerveza y de nuevo un montón de kilómetros de vuelta a casa.

© Victor Guerra

viernes, 22 de febrero de 2019

VUELTA AL MONTE OLICIO (Parres-Cangas)


  • Punto  de Salida y Llegada: Arriondas
  • Puntos de Paso: Terón-Romillin-Vega los Caseros-Villanueva -Las Rozas-Triongo-Margolles-Peruyes-Parda- Olcio-Llueves- Villanuev
  • Longitud de la Ruta: 34 k
  • Horario de la Ruta. 4,30 h.
  •   Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.173 mts.
  • Participantes; Olegario, Manolín de Poo, Victor Guerra, Javier Paredes.



Las zonas de Cangas y Parres, son zonas muy atractivas para rodar y por ellas hemos trasegado muchas veces, aunque ha habido entornos que se nos han quedado atrás, por cuyo motivo hoy aprovechando uno de esos domingos del laicista, y en plan tonto retornamos a recorridos que hace años se hicieron y ahí quedaron sin una triste visita.

El punto de partida es Arriondas, y que mejor que empezar la mañana con un cafelillo que dicen los madriles, lo cual hacemos en el clásico Café Español, donde esperamos a los compañeros llaniscos Lolín el de Poo, gaitero afamado y Don Olegario nuestro particular y singular Spielberg, los cuales ahora ruedan bajo la bandera de conveniencia de BTT ASTURIAS.



La idea es hacer un recorrido en bucle alrededor del Monte Olicio, y para no repetir itinerarios y por aquello de que las cartografiás van perdiendo cada vez más definición nos vamos desde el mismo Arriondas hacia el emplazamiento de Romillín, para lo cual se toma la carretera de Santianes de Terón, cruzando el Sella y ganar altura por una pequeña carretera que sube hacia El Picu dirección a Valdebuerna.

En este punto, dejamos por unos momentos dejamos el eje asfaltado para irnos, por un camino que va a la derecha para  de este modo rodear por la vertiente Oeste la picorota del El Cabezu, camino del núcleo de El Horrón, donde Manolín  presenta los primeros traspiés mecánicos, pues la trotona no cambia bien en la zona de los piñones.




Hasta el desvío que hemos tomado del camino, se trata de una subida que de buenas a primeras se nos atraganta a más de uno, luego la cosa al dar vuelta al Picu, se hace más suave. En el Horrón, ante tales casas se vira para tomar el Camino de la Reina que viene de Romillo, y nada volver a  subir hasta entroncar de nuevo con carretil que habíamos dejado hace unos minutos, se  continua  por él, tomando el ramal derecho hasta el enclave Romillin  con  ermita de San José.

La ruta pasa ahora por detrás de la capilla siguiendo las marcas del GR 105 Camino de las Peregrinaciones, entrando en un bello camino que va a media ladera por el caserío de Los Corros, dejando los ramales a la izquierda que van hacia Sobrepiedra, lo cual también puede ser una buena opción de bajar al pueblo de  Las Rozas.

Pero nuestra ruta continua  desde algo más allá de los Corros se echa ladera abajo hacia el enclave de Vega de los Caseros, para de este modo cruzar la Nª- 625 y pasar a la zona del Monasterio de Villanueva y su Parador Nacional, que podemos visitar.



La ruta prosigue por detrás del ábside del monasterio para tomar una estrecha senda  que se pega al río Sella hasta desembocar en el pueblo de Las Rozas, tramo que puede ser fastidiado para nuestras transmisiones, pues  es un sendero de arena y a poco que revolvamos lo sufrirá la cadena.

El sendero después  de un tramo nos saca al pueblo de Las Rozas, aquí se nos presentas dos opciones una entrar por el viejo camino del pueblo que cruza la Riega del Cojo, y que nos obliga a echar pie a tierra en distintos puntos, ya que este trazado antiguo y en plan calzada  está no solo muy cerrado por la vegetación sino que además es muy empinado.

Existe una mejor opción  y que una vez llegados a Las Rozas, se sigue por la carretera Nª 625 dirección a Arriondas, y a  la altura del Polígono Industrial de El Pinar, entrar a él para tomar una pista que entronca con nuestro viejo camino,  de esa forma se sube a la Collada Odial sin apenas bajarnos de la trotona. Si se sube por el viejo camino de Las Rozas, al llegar a la pista ya veremos que viene del valle se toma el ramal derecho en ascenso hasta la citada collada.



En el cambio de vertientes nos tropezamos con la clásica partida de caza del jabalí, Lolo tiene miedo que le peguen una perdigonada, lo que sería mal asunto para su gaita…Un saludo y dejamos a los de los cochinos rastreando el monte, nosotros seguimos pista adelante dejando los ramales que se abren a derecha e izquierda, nuestra ruta sigue por la pista adelante rumbo Norte, dejándonos caer hacia la vertiente de Triongo por la laderas de Cerro Faes, que presenta en un tramo  una pendiente de bajada tremenda, y sino que se lo digan a Olegario, que bajó a toda pastilla sin poder detener la trotona y le faltó poco para llevarme por delante.

En la bajada nos ponemos a la par del arroyo de Triongo   hasta las casad de Libia y ganar  de este modo la carretera Nª-634, se puede seguir por ella o meternos por Collau hasta desembocar ante la impresionante iglesia de Triong, donde se impone un bocado, antes de subirnos al sillín y seguir dando pedales por unos cuantos momentos más.

Repuestos de hambre y sed se toma la carretera local de Teixidi, la cual se deja casi que al instante para irnos a la izquierda y tomar el carretil que por La Miyar muere tras un tramo bonito en las quintanas de La Huelga, donde el abandono rural está haciendo mella, aunque  por la zona vemos una pareja de inglis  que están intentando instalarse en el alto caserío que preside la zona. No les queda trabajo.



A nosotros nos queda también tajo, subir un tramo hasta las cercanías del Pico Piedrova, una vez ganado el collado nos vamos de nuevo al Norte bajando por la ladera Este de la cumbre de La Cuestona y Picu La Viella hasta desembocar ante Matadero Comarcal, al pie de la recta de Margolles.

Sin apenas tocar la Nª 634 le damos la espalda y no vamos por un estrecho carril que bordea la amplia pradería de La Granda, yendo camino de los pueblos de Cuenco y Peruyes. En este último núcleo surge la duda, pues lo que siempre hacemos es irnos hacia Las Canaliegas y  Covaenes, pero como hacía años que no iba por el ranal de Parda hacia Llueves, pues a la salida de Llueves opto por seguir  ascendiendo en dirección a Parda por asfalto.

Al llegar a El Colladín tenemos los montes de Onao y el Pico El Arbolín justo enfrente, en ese punto  se abren también otras opciones, pero son nos vamos por la derecha en franco descenso por  un camino hormigonado para entrar en el cerrado valle de Brengues, donde se junta un forcón de riegas, el río de Parda, las riegas de Las Llanas  y Bengoes entre  otras.



En el valle se deja sentir la humedad y la frescura de los espacios cerrados del cual vamos saliendo tomando altura desde Brengues hacia los desperdigados caseríos de Olicio, algunos ellos en actual situación de remoce, pero el entorno rural asturiano digamos que toca a muerto, son miles de casas perdidas por los montes y valles y ya no hay quien las repueble.

Desde Olicio, dejando atrás el significado lugar de La Mina, por cuyas estructuras ya en declive se reconoce pronto el lugar. Ahora nos queda un tramo en ascenso que sube tras un par de kilómetros al significado collado de Llueves, punto este de importantes tránsitos entre Cangas de Onís y la costa riosellana a través de Margolles como paso intermedio.

Una vez alcanzado el Collado de Llueves, ante nosotros el gran plafond de los Picos de Europa y los montes de Ponga y Amieva, tras la contemplación nos vamos por el hormigonado camino abajo hasta entrar en el pueblo de Llueves.

Desde el se toma el acceso rodado por el que se baja un tramo para desviarnos a la derecha en la primera curva cerrada del trayecto, un camino medio abandonado que nos baja directamente a Coto Brezo en pleno sendero fluvial del Río Sella.



Ahora, ya en lo fondero del valle, no queda más que seguir el río abajo hasta llegar de nuevo a  Villanueva, donde se puede optar o bien  seguir el sendero que ya se cogió unas horas ates e ir hasta Las Rozas para continuar por la Nª -625  hasta el mismo Arriondas,  o en Villanueva salir a carretera Nª 625 y por ella ir hasta Arriondas, tal y como hicimos nosotros, con la paradoja que este recorrido lo hice hace años con los hermanos Calo y Ton de la Escuela Asturianade Piragüismo y mira tu por donde al entrar por las instalaciones me encuentro a Ton metido en faena, unas palabras y un saludo u directamente a la plaza del Cañón.

© Victor Guerra

viernes, 15 de febrero de 2019

Entre el Mar y la Montaña:Sierra del Fito


  • · Punto de Salida y Llegada: La Isla
  • · Puntos de Paso: Playa Espasa-Prado- Alto el Fito- Bustacu-Cofiño- Las Piqueras-Bodes-Berbes
  • · Longitud de la Ruta: 38 km
  • · Horario de la Ruta. 4 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1400 mts
  • · Participantes: Olegario, Lolo Póo, Javier Riestra, Javier Dolado, Fernando Torre, Fernando Lopez, Victor Guerra

Rodar por la zona costera y atacar desde ella las estribaciones del Fito y el Sueve siempre es una delicia, y a poco que los días sean buenos, o incluso algo peores, es una zona en la que siempre los de BTT ASTURIAS, nos perdemos con bastante frecuencia.


No es que la presencia de compañeros a las rutas sea grande, pero ha llegado un refuerzo de compañeros como Olegario y Lolo, (Llanes) y el hecho de hacer algunas rutas los domingos en vez de todos los sábados, se deja notar con la presencia de viejos amigos como Fer Torres y Fernando López.


Quedamos convocamos en la Playa de la Isla, con la mala suerte de que en este tiempo y a estas horas, las 9 h., nada está abierto para tomar un café, pues nada.., de esta guisa nos fuimos camino de la Playa Espasa, siguiendo las marcas jacobeas, aunque dirección Este.

El camino es plano ya se enlaza en plan semiurbano, hasta llegar a la playa de la Espasa, desde donde por aquello de variar recorridos nos adentramos en esta ocasión hacia La Cruz, para una vez cruzada la A-8 encarar un potente repecho que nos puso firmes a primera hora de la mañana, y ya de esta guisa entrar en el pueblo de Prado, en plena Caravia Alta, que por cierto una vez dejado atrás el gran eje que cruza toda la rasa costera Cantábrica, nuestro rumbo fue variando al Sur.


En Prado, sí que pudimos tomar el café de cada sábado, en este caso ya con la arrancadera en marcha, tras el café, tomamos el camino que desfila a la vera de la riega de Caravia. Pista ancha que se deja ciclar y que a medida que dejamos el pueblo se va poniendo cada vez más pendiente sobre todo ante el depósito de aguas del Prado, desde cuyo punto la pendiente es continua hasta un poco antes de la carretera del Fito, donde se llega con unos 6,4 km., rodados.

Ahora queda un tramo que es de los que menos me gustan, aunque reconozco que las vistas son más que impresionantes, me refiero a tener que subir por la AS-260 hasta el Alto del Fito, se que son algo menos de 3 kilómetros de asfalto pero se me hacen pesados, al menos para las trotonas con ruedas de tacos, los llamados carreteros, o sea los que entrenan o ruedan en bici de carretera, enfilan a buen ritmo la pendiente, al igual que los más jóvenes, quedando atrás y contemplando las bellas panorámicas sobre la rasa costera, los más viejos: el compañero Olegario y el que suscribe.


Al final con unos 9km., ciclados nos damos cita en el Alto del Fito, donde nuestra trazada ruta nos lleva a la derecha para entrar en los predios del camino que va hacia el Pico Pienzu, pasando por Canto la Teya, hasta desembocar en la Llanada del Bustacu.

Tramo desde que se deja la carretera divertido y técnico, pues entre la mancha de la nieve caída y el barro, las trotonas ruedan pesadamente, y si encima lo hacemos por sendas estrechas salpicadas de cerradas curvas o afloramientos de piedra, pues la cosa se pone más divertida y entretenida.

 

Lo típico aquí es dejarse caer en la Llanada del Bustacu por la pista hormigonada que va a empatar con la AS-260, en nuestro caso damos la espalda a esta opción para irnos de frente a buscar el nacimiento de la riega de Corteguera, para lo cual hay que ir hacia las cabañas y restos de cuadras del Bustacu, a cuyo pie y a la izquierda se abre una senda que busca el cauce de la riega, para ir hacia la aldea de Cofiño.

La entrada a la senda, mala y enrevesada, luego tras retorcerse por entre la ladera, presenta tramos más ciclables, que son entretenidos pero peligrosos, por la pendiente y los firmes de piedra pulida que perlan toda la Cañada de Mangullines, cuando al final se puede cruzar la riega y pasar a la derecha de esta, el camino se hace más plano, sobre todo tras dejar atrás la fuente de Longariza.


El valle se va abriendo cada vez más, para disfrute de casi todos, pues si bien algunos disfrutamos de esta bajada, muy técnica con tramos endureros, para otros dichos trazados significan ir tirando de la trotona. En todo caso una vez ganada la collada de Pandellebancu, el panorama que nos ofrece la ruta es impresionante, delante de nosotros, no solo están los montes parragueses haciendo frontera con los ponguetos, sino también el cortinón tapizado de blanco de los Picos de Europa. Una bella panorámica que uno no se cansa de admirar.

En unos poco metros más, se entra en el pueblo de Cofiño con unos 14,3 km ciclados y con algo de hambre, por lo que se busca un enclave en pueblo donde dar un bocado para reponer fuerzas mientras cambiamos puyas y comentarios.

El track nos lleva ahora hacia unas zonas montunas con caminos semi perdidos que nos dejan en zona de sotobosque y en medio de propiedades privadas, por cuyo motivo cambiamos el trazado y nos vamos al Este, continuando por el acceso rodado de Cofiño, y en una cerrada curva salir de la carretera para tomar una senda que va paralela a la As-260, pero más alta hasta entrar en la quintana de Las Piqueras.

Desde aquí se baja hasta la AS-260, y se continua por ella apenas un kilómetro, para coger el desvío que entra hacia la aldea de Bodes, cerrando así el bucle y tomando ya de forma definitiva rumbo Norte.


De nuevo se cicla por asfalto, por un estrecho carretil que nos permite ganar lo grueso de la aldea de Bodes, donde se deja el ramal que va hacia Vinariegos, para continuar por un bello tramo de tierra que va por debajo de la picorota de La Trapiella, pasando por detrás de la Casa del Pinal, cerrando de este modo el valle de Bodes, y llegar en subida a la carretera que une La Salgar con la AS-260.

Video de Olegario

Una vez en el carretil que viene de La Salgar se vira a la izquierda hasta ganar de nuevo la AS-260, pudiendo ver durante el paseo todo el amplio valle de Bodes, una vez alcanzada la carretera del Fito, se sube por ella apenas un kilómetro hasta La Muñeca, y con unos 21,5 km, nos metemos por una pista que franquea una amplia portilla metálica que nos da paso a un largo camino de unos 8 kilómetros que se va abriendo trazado a media ladera bajo la cumbral de la Sierra del Fito, y que en su tiempo debió ser un interesante camino de entrada a los puertos de Lastres y Ribadesella.


El trazado no presenta ningún problema técnico, y se va dejando ciclar de forma cómoda hasta desembocar en la Rasa de Berbes, pasando por los Paniceros y La Cuesta la Braña, a la cual se accede desde el cercano Collado de la Calavera, o por El Cabu.

La pista presenta tramos en la cual la vegetación amenaza con tragársela de lleno, aunque el trazado aguanta el embate, las vistas siempre son hacia el valle de La Salgar y Alea, y las sierras trasversales de Peñas Las Coronas y más atrás las cresterías de Monte Moro., en algunos puntos hay pistas que se echan ladera abajo y que va al largo valle de Alea-La Salgar.

Lo cierto es que llevamos un ritmo tranquilo, no hay prisa y el dia es inmejorable así que merece la pena gozar de todos estos paisajes, que para los amigos llaniscos son toda una novedad, haciendo que su estrecho paraíso llanisco se amplíe en belleza y en horizontes, más allá de Póo el Güenu.

Tras el largo ciclado de la pista de la Calavera, se gana siempre manteniendo rumbo Norte, el campo de Golf de Berbes, y sin más dilaciones se continua por su acceso rodado por el cual se baja hacia la aldea de Berbes.


A dicha aldea se llega una vez hayamos cruzado la Nª- 632 que nos da acceso al trazado jacobeo, en este punto con casi 32 km rodados, nos ponemos cara al Oeste, para llegar en primer lugar a Berbes y desde ahí enhebrando la Nª 632 un tramo, para desviarnos por firmes de tierra camino de la playa del Arenal de Morís para recorrer el tramo final que entra en los predios de Caravia, en Morís se va hacia la playa La Espasa, volviendo al emplazamiento de partida como es La Isla, dando por terminada la ruta entre el mar y la montaña.

Fotos de Victor Guerra, Javier Dolado y Fernando López y Fernando Torres.

© Victor Guerra

viernes, 8 de febrero de 2019

LLANES , INCÓGNITA Y DESCONOCIDA






 · Punto de Salida y Llegada: Llanes
  • · Puntos de Paso:La Tala-Póo de Llanes- Porrúa-La Pereda-Soberrón-Pancar
  • · Longitud de la Ruta: 29 km.
  • · Horario de la Ruta. 4 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 500 mts
  • · Participantes: Olegario, Lolín de Poo (el güenu), Javier Dolado, Iván Menéndez, Javier Riestra, Víctor Guerra.
TRACK DE LA RUTA WIKILOC


Los territorios llaniscos dan para lo que dan, hablando de recorridos betetistas, pues las sierras prelitorales cortan bastante los desarrollos de posibles rutas por la zona, pero si se exprimen los territorios siempre se saca algo nuevo, y ese fue el caso, pues los amigos de Corsarios Bikes, me hicieron llegar una track con tramos de recorrido que nunca había realizado.

Es una cosa curiosa, cuando se realizan las rutas en Llanes, o bien no vamos para el Occidente, por la Talá para adelante, o nos vamos para el Oriente por el Camino de Santiago, o desde Vidiago, lo que hace, que queden zonas centrales las de Porrúa, Parrés, La Pereda que apenas sin son recorridas, y esta es la propuesta de esta semana, las zonas desconocidas de Llanes.


La ruta también ha servido para conocer a nuevos amigos: Olegario de los tiempos de Maricastaña de la ruta de Degaña-Ibias, y Lolín, de larga flauta natural de Poó, el Guenu, y con el grupo de siempre nos echamos a dar pedales por la zona.

Tras un té caliente y las demás conformidades del grupo en cuanto a los diversos gustos para tomar café que fue en el Latino, tras lo cual nos echamos al camino para dar pedales durante unas horas, saliendo del mismo Llanes por el Paseo San Pedro, para tomar por los predios de La Talá adelante en busca de Poó, el güenu, a cuyo punto se deja el rumbo Oeste, para virar al Sur, cruzando todo el pueblo de Poo de Llanes, que según Lolon esti ye el Póo “güenu” los otros son imitaciones, tras saludar a vecinos y vecinas madrugadores, tomamos el Camino de Porrúa, pasando por encima de la A-8.

El núcleo de Porrúa apenas si lo tocamos, ya que nos vamos por el lateral occidental, por Pájaros, dirección a los parajes conocidos como las Mañangas de Porrúa,cuyo itinerario está señalizado.



Llegamos de forma tranquila al extraño cruce donde en su día se emplazó una no menos extraña señal de carretera enclavada en el mudo de una finca, que dice: a Oviedo.

En ese punto la ruta nos pone cara a las empinadas laderas de El Biforco, con varias posibilidades como la de irnos a la Mañanga, le damos la espalda a la invitación para virar a la izquierda por la amplia pista que va al Este, acompañando a la riega Bola cuando esta vira al Sur, se deja la pista para entrar en dirección Norte, por una serie de caminos que nos ponen a las puertas de Porrua, para darle espalda en redondo al pueblo e irnos por el Collado del Acebo hacia Melendreras, entroncando con la carretera LLN-7.




Por ella se circulamos apenas un kilómetro para entrar dirección Norte por Lapolla, hacia Las Encinas camino de La Pedrosa, donde hay un poco de lío, pues el trazado entra por un medio perdido camino entre fincas, por el cual habrá que empujar la trotona durante un tramito, para una vez cogida la altura virar al Este, para seguir sin apenas ver nada más que las laderas de La Pedrosa.



Estamos ante un recorrido de sendas estrechas medio perdidas en medio de zonas muy densas de vegetación, donde es difícil situarse, o dar referencias generales, salvo para los conocedores de la zona, Al rato encaramos la bajada dirección Norte pegados a la una riega que atraviesa el pueblo de La Pereda, donde se empata con carretera LLN-6 .

Nos paramos un rato en el desconocido rincón de La Pereda, con sus viejas escuelas y la iglesia, y el lavadero, tras lo cual se sigue por la LLN-6 apenas un kilómetros, para virar a la derecha e iniciar un bonito bucle por los predios de las laderas del Pico Castiello o Soberrón.
BUSCANDO LA MAÑANGA

Para ello se sube por el lateral de una cantera hacia El Rabazo, riega arriba bien empujando la trotona o ciclando en plan ratonero por trochas y senderos, y en medio de una cacería de gochos salvajes, siempre nos topamos con alguna, con quienes siempre intercambiamos unos saludos.


Tras dejar atrás El Rabazo, nos volvemos al Oeste, por una especie de singulares “mañangas” que por Las Rozas y Jarnero nos vamos, eso sí dando pedales por zonas inusitadas sendas para ir virando hacia Las Coteras, zona divertida por tramos que están a punto de perderse como caminos.

Sin entrar en la Galguera, se cierra el bucle hacia la aldea de Soberrón pasando por delante de la coqueta ermita de San Felipe de 1857.« Un lugar de paso en el que si la lluvia caía con fuerza y los riachuelos desbordaban, se antojaba complicado y hasta peligroso para los propios animales. Uno de aquellos hombres, un tratante, dicen, se encomendó a San Felipe prometiendo que, de salvar sus vacas a su paso por este punto, levantaría una capilla en su honor. Y así sucedió. Ni uno de sus terneros resultó dañado y aquel buen hombre cumplió su promesa. Inició, aquel día, la historia que hoy intentaremos narrar aquí. Seguro que aquel negociante ganadero desconocía a dónde llegaría su promesa ni a cuántos, ni cómo, alcanzaría el fervor por el santo que acabó por salvar su ganado de una gran inundación».


Estamos en un estrecho carretil por entre fincas que se enfila hacia la carretera LLN-6 , es un viejo camino que nos deja ante la vía del FEVE y de este modo entroncar con el eje ya citado, poniendo rumbo a Llanes, de manos del sr. Lolín, como guía que nos lleva por el Melendru, circundando por las aldeas de Pancar y Portilla, y ya ubicados en la Senda Fluvial de la riega Carrocedo desembocamos en Llanes, tras un buen día de solecillo y buena compañía, y un buen yantar en el restaurante El Bodegón.


Fotos: Javier Dolado, Victor Guerra, Lolín de Póo, videos de Iván Menéndez y Olegario.

© Victor Guerra
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