Foto de Juan Luis Piñera.
- · Punto de Salida y Llegada: Ribadesella
- · Puntos de Paso: San Salvador de Moro-Collado Genosa-Bustazán y Carrizal-La Llosona- Sa Pedro de Bode. Sinariega-Tresmonte- Cuevas
- · Longitud de la Ruta: 45 km.
- · Horario de la Ruta. 6 horas
- · Desnivel acumulado de ascenso: y descenso: 1466 mts
- · Participantes: Javier Dolado, Javier Paredes, Luis Roza, Marcos Cernuda, Noelia Rojo, Juan Luis Piñera, Javier Riestra y Victor Guerra
Grandes zonas de pinares y balcones sobre los Picos de Europa con valles como los de Carrizal y Tresmonte marcan el encanto de esta ruta.
Estos primaverales días de invierno invitan a los recorridos largos, y dada la buena visibilidad rodar por sierras y cordales es toda una apetencia, y rebuscando entre la oferta de rutas enhebré un trazado que recorre las partes más aparatadas de los Concejos de Parres y Ribadesella.
Determinado el recorrido. Indicar que este tenía como objetivo subir hacia las estribaciones del Pico Moro, realizando el retorno por lugares tan singulares como La Sinariega y Tresmonte, y con esa meta y tras el desayuno en el Café de Jose, nos pusimos en marcha el pequeño grupo desde el área de aparcamiento de la Cueva de Tito Bustillo hacia la Parroquia de Ucio.
Ni que decir que «la primera en la frente» que se dice, pues desde el Molín de la Bolera en San Miguel, hacia el Collado de Tezangos, que era nuestra meta más prominente, el recorrido fue un entrar y salir de carretiles varios, pues la nueva Autovía del Cantábrico ha alterado toda la infraestructura caminera, como el viejo camino de Nocedo, por cuyo motivo nos vimos brujuleando por los territorios de La Granda, hasta poder cruzar la E-70 por el paso que se permite comunicar El Carmen y Soto, tras lo cual dejando el carretil de Sardeú, tomamos a la izquierda el carril de Arduela que nos puso en camino hacia la iglesia parroquial de San Salvador de Moro.
La verdad es que fue un buen calentamiento, pues la sucesión de repechos, algunos muy duros pero hormigonados, pronto hicieron que nuestras chaquetas, paravientos y demás terminaran en la mochila, pues ya en la Iglesia de San Salvador, podíamos decir que estábamos a salvo de más pérdidas, ya que el track que había pergeñado nos dio más de un quebradero de cabeza hasta llegar a este punto, y desde aquí comenzaba lo serio de la ruta.
De la iglesia por el acceso asfaltado se sigue hasta las puertas del pueblo de Nocedo, para de este modo coger el ramal asfaltado que trepa por la ladera del Monte Moro, hasta calar en el collado de Tezangos, al pie del Área Recreativa del Pico Moro, a 322 mts., de cota, y 10,7 km., rodados, aunque el desnivel acumulado empezaba a ser ya notable, aunque aún falta mucho para alcanzar la previsión que nos marcaba una ruta, de casi 2000 mts., de desnivel acumulado.
La vista desde el collado, tanto hacia la costa como hacia las sierras del interior, son increíbles dada la bonanza del día, con un sol radiante y una buenísima visibilidad, que hizo durante todo el día la delicia de los compañeros bikers, que sacaron sus máquinas para captar cada momento de la ruta.
Por otro lado los compañeros ya empezaban a estar un tanto moscas con tanto asfalto, por lo cual nada más echarnos a rodar por la vertiente del valle de Ginestral, dejamos el acceso a Tresmonte para entrar a la derecha por una amplia pista que circula a la sombra de la línea cumbral que marca el pico Pielabrada; un tramo facilón que se desarrolla medio en plano, y que nos llevó hacia el Collado de la Genosa, eso sí por en medio de un laberinto de solitarias pistas de reforestación con algunos tramos ya perdidos o cerrados al tránsito.
Justo en frente de nuestro recorrido al otro lado del valle, el impresionante farallón cuya línea cumbral marcan los picos del Hombrón y Castiello.
A la altura de Collado de Genosa, dos de los miembros del grupo: Luis Roda y Marcos Cernuda, tenían que irse, y por aquello de no dejarlos solos en medio del monte, renunciamos a seguir por la línea cumbral para ganar la collada de la Blanona, y rodando por la cordal llegar hasta Buesternales, marcado tal lugar por la Ermita de San Agustín.
Bajamos con ellos un tramo hacia la casería de Bustazán para que desde allí pudieran alcanzar la aldea de La Sinariega, por aquello de no retroceder por el camino andado.
Tras esto, y no queriendo recortar la ruta, o volver a subir hasta la zona cumbral, seguimos por una buena pista desde Bustazán en descenso hasta el caserío del Carrizal, y como la cosa seguía pintando bien, pista buena y por zonas muy solitarias y en descenso, fuimos bajando por el valle hasta la concluir en una zona de bosque cerrada y en medio de la encrucijada de las riegas del Carrizal, donde nuestro gozo casi que cae a un pozo, ya con 18 km.,rodados
Tras unas pocas vueltas, encontramos la vieja pista y su senderos que suben por la riega un tramo hasta poder cruzarla y coger en la otra ladera una pista, que de seguirla por la izquierda nos llevaría a Mesariegos ya en la Parroquia de Cayarga. En este tránsito por la riega de Carrizal, dimos con una cuadrilla de cazadores de jabalí, que nos explicó un poco la zona, y aunque su idea era que nos fuéramos hacia Mesariegos, preferimos trepar ladera arriba ya por buena traza para coger la pista que viene de Busternales, y siguiendo en el entronque por la izquierda rumbo Suroeste por La Felguera fuimos rodando por debajo de la línea cumbral del Pico Moro, y su resplandeciente cruz.
La verdad es que las vistas y los paisajes excepcionales, como bien demuestran las fotos de Juan Luis Piñera que adornan este texto.
A mí la pista se me antojaba un tanto larga, pues llegar hasta el Campo de la Llana, por debajo de Alto Xibil , fueron 5 km que pese a la belleza y la soledad de la traza consistentes en una buena pista muy plana me parecía que habíamos hecho el doble de kilómetros.
En la Llana, la pista deja el rumbo Oeste y se dirige en franco descenso hasta llegar al acceso del caserío de la Llosona, el entronque con la pista hormigonada nos permitió seguir bajando hasta llegar al núcleo de San Pedro de Bode. De esta manera concluimos al llegar al pueblo algo más de la primera mitad del recorrido con 27,4 km., ciclados.
Ya a la vera del río Sella, a una cota de 40 mts., de altitud, viramos rumbo Este para tomar la carretera que circunda la orilla del Sella camino de La Sinariega, o sea que todavía en tierra de Parres circulamos por la carretera PR- 1 que a la altura de Fuentes se aleja del margen fluvial para virar al Norte y entrar por el valle de Carrizal adelante., y ya por las faldas de la sierra del Hombrón ir ganando altura hasta alcanzar los núcleos de Cayarga y un poco más arriba La Sinariega. El ascenso no concluyó hasta tomar el desvío que nos enfoca hacia la aldea de Tresmonte, ya con 33,2 km rodados.
Atrás quedaban las grandes vistas sobre Picos de Europa y las sierras adyacentes, ahora lo mejor era el entorno, pues no en vano entramos en el subvalle de Tresmonte, lo cual resulta toda una delicia por el paisaje y por la historia. En un santiamén se gana la pequeña aldea de Tresmonte gracias a su acceso rodado.
Una vez en Tresmonte, hacemos una parada, para comer algo y fotografiar la placa del que fuera Primer Ministro de Puerto Rico, y reconocido francmasón: MANUEL FERNANDEZ JUNCOS, unas fotos y la contemplación del pequeño valle para llevarnos el recuerdo, y tras ello nos encaminamos por el Sendero de los Molinos, por el cual bajamos raudos y veloces, pues ya la tarde se estaba yendo y el frío se dejaba notar, y más en este estrecho callejón por el cual discurre el camino y la riega de Ginestral.
A los 38km., de rodadura, se empata en el Puente de Santiago y con la carretera que da acceso al pueblo de Cuevas, tras el cual viene el mágico enclave de La Cuevona, cuyo traspaso es toda una enigmática experiencia, y máxime tras una ruta por recónditos parajes de los Concejos de Parres y Ribadesella.
Una vez traspasada la cavidad de la Cuevona, no nos queda otra que in enfrentando las pequeñas subidas que rodean Peña de las Torres, y el trayecto que media hasta llegar al Palacio Granda en Sardalla, y por la carretera RS- 2 entrar de nuevo en el área de aparcamiento de la Cueva de Tito Bustillo, dando fin este modo a una intensa y bonita ruta por los confines del Sella, lo cual celebramos con un aperitivo en el Café de Jose.
- · Fotos de Victor Guerra, Juan Luis Piñera, Javier Riestra
Victor Guerra