Foto de Rubén Bardera
- · Punto de Partida y Llegada: Malleza (Salas)
- · Punto de Paso: Villarín- Andolinas- Ermita de La Cerezal-Pico Aguión-Valderrodero-Mallecina
- · Kilómetros de la Ruta: 32
- · Horario de la Ruta: 5 horas
- · Desnivel Ascenso Acumulado: 1.188 mts
- · Desnivel Descenso Acumulado: 1.1218 mts
PARTICIPANTES: Rubén Bardera, Albano Capezzali, Oscar Soria, Miguel Ángel Álvarez Martínez, Jesús Gómez, Marcos Fuentes Cernuda, Juan Moreno, Noelia Rojo…
- · INDICE IBP INDEX: 113
Este fin de semana teníamos como propuesta ciclomontañera rodar por los entornos de Malleza y la Sierra de Curiscao, DIcho y echo por lo cual avisé a mi amigo Paulino Lorences, para que a las 9 de la mañana tuviera, a ser posible, abierto su Chigrin de Malleza, en el poder reconfortarnos con un café y unos "llambionaes", antes de acometer la ruta prevista que era ni más ni menos que subir hacia el Pico del Aguión.
Y así fue, en una mañana fría, con unos escasos 6º y con aguacero a mansalva, y rachas de crudo viento del Norte, salimos de bar más pequeño de Asturias: el Chigrin de Paulino, dispuestos a lidiar con la ruta. En un principio la había diseñado para salir desde La Espina y desde ahí subir a las Gallinas para bajar luego a Malleza, y de nuevo remontar al Picu Aguión camino de nuevo a La Espina;; pero hacía tan mal tiempo y la tentación de visitar a Paulino Lorences en su nueva iniciativa chigrera era muy fuerte, optamos por salir de Malleza y hacer un bucle con esos puntos de paso ya citados.
Es de honor en la zona dar una pequeña vuelta por la Pequeña Habana, para ver las casonas y la grandiosidad de este pequeño pueblo salense, y de esta guisa ya enfilamos hacia la carretera AS-225 para bajar por encima del Cementerio de Malleza hacia el desvío de Villarín; pasando antes por delante del Palacio del Conde de Toreno. Un kilómetro más abajo dejamos la carretera para desviamos a la izquierda por la carretera local SL-14 que nos bajó hasta el río Aranguín, desde cuyo cauce pues hay que remontar a través de las primeras rampas de la jornada, eso sí asfaltadas, hasta el mismo pueblo de Villarín.
Tras desayunarnos con esta importante subida, a la mitad del pueblo tuvimos que tomar un descanso, tras el cual al retomar resuello se nos incorporó al nutrido grupo biker, un persistente compañero de cuatro patas al que bautizamos como "Moro. Se trataba de un cachorro de pelo negro y buena grupa y de mediana talla, que no nos abandonó hasta el final de la ruta, o sea que se chupó los 32 km al trote.
Si lo de subir a Villarín era durillo, la cosa se fue complicando aún más… pues ante la bifurcación, ya en lo más alto del pueblo, nuestro track nos llevó por el camino que sube de frente, para después tomar el ramal de la derecha un poco más adelante, dejando otro que va por debajo de la Riega La Bordinga. Nuestra opción que en principio era como ya dije salir de La Espina, para bajar por estos lares , pero al cambiar la cosa, la subida se tornó más dura dado que a la pendiente se unió el piso de "enrrollado" de resbalosas piedras que hicieron que tuviéramos que patear durante un buen tramo ladera arriba, eso sí para sufrimiento de nuestra nueva incorporación el amigo Juan Moreno.
Fuimos ganando a pulso el poder desembocar en otra bifurcación más liviana, y hasta podía haber sido más calma, si el amigo Jesús Gómez no fuera de explorador y tomara la pista más dura, la que subía recta dirección Norte, buscando el arrimo del Pico Andolinas, más adivinado que entrevisto.
Al final este tramo de pista que medio se iba cerrando de vegetación también presentaba sus buenos repechos, tras su culminación en BTT y a pie salimos a una pista que viene de la zona de la Castañal. Tomamos el ramal ascendente que va por debajo del límite municipal y del Pico Andolinas, para ir virando un poco hacia el Oeste en la misma medida que ganábamos la línea cumbral; es decir que una vez se llega a la zona alta uno dándole la espalda al citado pico. Y lo cierto es que fue una pena no poder ver ni un palmo delante de nuestras narices,pues el espectáculo sobre e el valle de Malleza en buenas circunstancias de visibilidad es impresionante.
En esta ocasión además tuvimos el agravante de que al llegar a la cota de los 700 mts altt.; se dejó notar el frío intenso y un fuerte viento lo cual hacía que la sensación térmica fuera impresionante y si a ello unimos el agua, pues tenemos la componente final de un día de perros, nunca mejor dicho.
Ganado lo alto de la cordal proseguimos rumbo Oeste al abrigo de la sierra. que aún se eleva unos metros por encima de nosotros y que parte nos abrigaba de los vientos dominantes.
En realidad aunque no veíamos un pimiento, estábamos en ese instante por encima de Gallinero, pero muy altos, en concreto en el lugar denominado El Picón, un abierto collado, donde los molinos eólicos rugían de lo lindo al mover sus palas.
En ese punto se viramos al Norte para subir por la Sierra de los Baos, hasta el Cueto de Baos punto clave del nacimiento de la Sierra de los Cuatro Vientos, la denominación hace honor a la situación que vivíamos; de este modo tambien es cierto que dimos por unos instantes vista la valle de Brañaseca, que estaba algo más despejado, perdiendo de vista por un tiempo el valle de Malleza-Mallecina.
Ganado el promontorio del Cueto con 786 mts de altt.; se vira dirección Sur durante unos cientos de metros para virar al Oeste de nuevo, y ganar la solitaria Ermita de Cerezal donde nos refugiamos por unos momentos para dar cuenta de nuestras vituallas y darle parte de nuestra comida a “Moro” por sus inestimables esfuerzos y correteos, la cecina y las rajas de lomo adobado le debieron saber a gloria y darle fuerzas para el resto pues de contento echaba carreras a nuestro alrededor y no perdía la cabeza del grupo .
Desde Lendepeña, el sendero trazado que habíamos ido trayendo por la cumbral adelante es amplio y cómodo, pues se trata de pistas a cuyos bordes se sitúan los molinos eólicos que pueblan toda esta zona , por algo se llama la Sierra de los Vientos, que en esos momentos castigaba de madre nuestros ateridos cuerpos, aunque al ver a Marcos Fuentes Cernuda de culotte corto, uno creería que no debería hacer tanto frío, aunque pensamos que tal vez esa resistencia debiera ser producto de ser un natural de estas tierras, en concreto del pueblo xaldo-vaqueiro de Socolina.
Una vez dejamos atrás el refugio de la Ermita de La Cerezal, el track que había dibujado para esta ocasión, toma la deriva hacia el Sur, camino de Malleza. Lo cierto es que sin un GPS, con estas densas nieblas y cantidad de pistas no saldríamos de la zona.
Llegados a Cerezal, se sigue por la línea cumbral hasta cruzar la carretil medio asfaltado que sube de los pueblos de Gallinero y Borducedo. Nuestra ruta prosigue por el límite municipal adelante siguiendo la línea de sierra pasando por las inmediaciones del Pico Corcinera, que no vemos, y punto donde ya viramos dirección Sur en franco descenso, para descanso de Juan Moreno que estaba al límite y con algunos calambres.
De este último recorrido conectamos con la Sierra de Curiscao, pasando al ladito mismo de la Estación Radar Meteorológico de Aguión con sus 927 mts. de Altt., y sin ver ni siquiera la base.
Por debajo del Pico Aguión, vertiente Este, tomamos una abandonada pista que se fue convirtiendo en sendero, y que abría paso por la ladera del Monte Silviella, y por debajo de la Llaguna, camino de la Sierra de San Juan. Es un camino divertido pues la amplia pista se ha ido quedando reducida a tan solo un sendero de unos 40 o 50 centímetros de firme por donde transitamos tanto nosotros, como nuestro amigo "Moro" que nos pide paso con la pata de potro que había encontrado.
En un enclave de pistas, damos la espalda al cruce y nos vamos por la pista-camino que baja hacia el pueblo de Valderrodero, un camino en descenso sin mucha complicación, y ya había ganas de concluir hasta “Moro” ya quedaba a la retaguardia. AL final del descenso nuestro amigo y viejo compañero en esto del cicleteo Rubén Bardera, a las puertas del pueblo al intentar hacer una foto resbaló y se hizo daño en una pierna. Todo el día por las alturas y se cae en el pueblo y en parado. Una Lástima.
Llegar al pueblo de Valderrodero, es llegar al mundo del asfalto. Nos hubiera gustado ciclar hacia Brañaivente, que hace años fue abandonado por sus moradores…, pero al final al estar empapados y con tanto frio, Noelia ya iba por el tercer par de guantes, y Juan Moreno ya iba más que tocado, pues optamos por subir hacia Mallecina por carretera y luego dejarnos caer hacia Malleza, donde el amigo Paulino Lorences, tan servicial como siempre, nos tenía preparado un caliente caldo de "pita viella" que nos devolvió a la vida de sentir nuestras extremidades tomar vida.
Tras ello no quedaba otra que devolver a nuestro querido amigo "Moro", hecho unos zorros tras la paliza a su hogar, en Villarín, dando de este modo la ruta por terminada.
Victor Guerra. Un viejo biker de los años 80.