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domingo, 15 de julio de 2018

RUTEANDO CON LAS RUEDAS GORDAS POR LA BABIA

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  • · Punto de Salida y Llegada: San Emiliano
  • · Puntos de paso: La Majúa- Torre de Babia- San Felix de Arce-Cabrillanes-Mena de Babia-Huergas de Babia- Riolago-Villasecino
  • · Longitud de la Ruta: 49, 6 km.
  • · Horario de la Ruta. 4 horas.
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 776 mts.
  • · Participantes: Javier Paredes
Concluida la temporada de BTT ASTURIAS, y las publicaciones para la sección de Campeones de los viernes de La Nueva España, allá por primeros de junio, y tras otro mes y medio de pateo por los Caminos Jacobeos, de nuevo nos tiramos en pleno estío al monte en base a las trotonas de ruedas gordas, eso sí con el grupo un tanto disminuido, pues en esta ocasión tan solo nos vinimos a Babia dos unidades bikers.

Las temporadas estivales de BTT ASTURIAS, siempre las aprovechamos para hacer recorridos al otro lado de la Cordillera.

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Hoy tocó Babia, una comarca leonesa al sur de nuestra Cordillera Cantábrica a la que se puede entrar por Barrios de Luna y el Puerto Ventana y también por el Puerto de Somiedo, la cual no solo tiene pueblos magníficos, sino unos recorridos excepcionales, tanto para caminar y para la BTT.

En este caso necesitábamos un recorrido no muy largo y tampoco con mucho desnivel, pues tanto tiempo alejado de la trotona, y el amigo Paredes tras su accidente en la bajada de la Carisa hacia Santibáñez de Murias, necesitábamos un contacto suave y reconfortante y la Babia nos ofrecía eso y mucho más.

El punto de partida para la ruta de BTT, fue la población de San Emiliano donde tomamos el carretil asfaltado LE-CV-101-12 que muere en el pueblo de La Majúa, hacia cuyo pueblo rodamos en plan calmo, disfrutando de unos 11º de temperatura y de unas vistas sobre las Ubiñas más que preciosas.

Cruzamos el pueblo de La Majúa, pero ocupados en nuestras cosas de las trotonas nos olvidamos de visitar la casa de los Bernaldo de Quirós y la pequeña iglesia del pueblo, proseguimos nuestras ruta hacia el Noroeste acompañando al río del mismo nombre, rodando a través de las explanadas herbosas de Devesa de la Villa, para empezar a remontar cuando rebasamos la Peña del Cantillo, pero nos enfrentamos a una subida larga pero muy suave en cuyo tramo intermedio nos encontramos el rebaño del pueblo de La Majúa, o sea unas doscientas ovejas marcadas con la “F”, a cargo de un pastor marroquí, asistido por el dueño de la ovejas, emplazados en el camino con sus mastines para sanear algunas heridas de las ovejas

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P1180872José Antonio Velasco, pastor desde los 16 años, guarda las «hidalgas» de la ganadería Granda de Trujillo que pasan el verano en Babia. - jesús f. salvadoresP1180863

La verdad es que quedan pocos rebaños, y menos aún trashumantes, tan solo el rebaño de “ Las Verdes” que viene de Extremadura, el resto del ganado que vemos son vacas y ganado caballar, que parecen haber ganado el pulso a las merinas, de ahí que se vean los puertos altos llenos de brezos y escobales.

Seguimos nuestra ruta ascendiendo hacia el llamado Valle Congosto dejando el gran corral de Currapitas a un lado, y subiendo de forma descarada, pero sin apenas grandes repechos, más bien una subida calma y continua hacia la cabaña pastoril de La Solana, que se nota que hace tiempo que no recibe pastores.

Seguimos en progresiva ascensión hacia la estrechez del valle, que se abre ante nosotros presentando las grandes cascadas que se forman tras el desagüe de la Laguna Congosto y la Foz.

Dejamos a la derecha la gran mole del Morro Negro, inserto en la cordal de la Sierra de la Mareona, para doblar por debajo del Alto del Queixeiro, que da paso a las tierras de Torrestío, le damos la espalda para girar al Oeste pasando por encima del cauce cotero del río de la Majúa, que más abajo forma bonitas cascadas. Además, como ahora las tormentas y aguaceros son constantes, pese a que estamos a medidos de julio, los torrentes van llenos y las chorreras son cantarinas cascadas.

A la vez que viramos al Oeste vamos ganando los llamados Puertos Amarillos, para a su vez coronar el cumbral más alto de la ruta, con unos 13 kilómetros rodados. Estamos en Veiga Redonda a unos 1.776 metros, y hemos salido de San Emiliano con 1.220 metros.

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Cruzamos el limite municipal bajo la cresta del Peña Congosto, por el collado de Veiga Redonda, viendo al fondo más al Oeste, la fondigonada de la Laguna de las Verdes, y también vemos bajo ella la cabaña pastoril del ganado trashumante, así como el pisoteado piso donde dormita el ganado ovino,. ¿Me pregunto cuántas ovejas habrán subido este año a las Verde…?

Desde el Collado, emprendemos la bajada hacia la cubeta que van formando varios riachuelos hasta conformae el arroyo Torre, que va tomando forma valle abajo. Bajada tranquila y con calma por La Bárcena, hacia estrechez del valle que conforma el Chargo, un poco más arriba nos detenemos a comer el bocata, al pie de una buena fuente que hay al par del camino.

En nuestro rodar rodeamos de esta manera el Pico La Tiesa de casi 2000 metros, para cruzar el pueblo de Torre de Babia, no hay duda de que estamos en pueblos ovejeros, en Torre está el Museo Etnográfico de la Trashumancia.

Desde aquí salimos por el carretil LE-Cv-102-6, que nos lleva sin más dilación rumbo Sur, dirección que hemos tomado ante la Majada Las Verdes.

De nuevo en el valle, conectamos con la carretera CL-626 por la cual rodamos al Oeste hasta el pueblo de Cabrillanes y su iglesia de San Salvador. Entramos en el pueblo para coger el carretil que va hacia el pueblo de Mena de Babia, dejando el ramal que entra hacia el valle de La Omaña. Nuestra meta es Mena de Babia, para lo cual se vira al Este, en dirección a San Emiliano.

Se bordea la Peña el Castillo por el camino real de Pregame, que nos lleva sin mucho problema hacía el pueblo de Huergas, en el cual no entramos, pues el Camino Real desemboca en el carril asfaltado LE-CV-102-7 que tras una subida leve nos plantamos en Riolago, que a esas horas del dia está desierto.

Cruzamos su cantarín arroyo y persistimos rumbo Este, salvando la riega de Retuertas y Villasecino en cuya población entramos tras una leve bajada dejando atrás la Ermita de la Virgen de Lazao, con respecto a ella hay una leyenda que dice que esta ermita que cuenta que hace mucho tiempo la Virgen María, subida en un burro y con el niño Jesús en brazos, se apareció a los pastores pidiéndoles que construyeran una capilla en la pradera. Como prueba del milagro quedaron marcados en la piedra una mano de la Virgen, la huella de las madreñas que calzaba y los cascos del jumento.

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En Villasecino, nos impresiona el tremendo palacio de los Garcia-Lorenzana del siglo XVII, flanqueado por dos torres y varios blasones, en medio de una diminuta población, y de cuyo casón nos habla Jovellanos en sus Diarios: «En Villasecino tiene su casa D. Ignacio Lorenzana, casado con la sobrina, Dña. María Manuela Cienfuegos. Hospedamos aquí. Buen edificio, renovado, con habitación de invierno y verano. Un retrato de cuerpo entero del prior D. Fernando García Lorenzana, tío del poseedor, de mano de Bustamante y firmado en 1743, siendo el personaje entonces de treinta y un años: es de lo mejor que he visto de esta mano. Es un voto a Nuestra Señora de la Portilla, pero la pintura de la Virgen no es buena».

Cruzamos el pueblo, virando al Norte para subir por un camino en trinchera hacia San Andrés y Las Canteras, el calor aprieta en esta pequeña subida dado lo cerrado del trazado, y lo asfixiante de la tarde con la tormenta que se avecina.

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Desde Las Canteras conectamos por el Campo, por medio de un camino hierba y bañado en agua, con el carretil, ante el cual se gira a la derecha para acometer una leve bajada tras la cual llegamos de nuevo a San Emiliano, punto final de nuestra ruta que se desarrolló entre una pendiente máxima del 17 %  y con un pendiente media en todo el recorrido que se sitúa  entre un 4 o 5 %.

Volvemos a la España más esperpéntica. Pues nos ponemos a rodar y vemos marcas de un posible Centro de BTT , del que no teníamos noticia, del que tampoco encontramos en San Emiliano el Panel de Inicio o de las rutas, ni la señalización parece corresponder más alla del deseo de emulación de otras señalizaciones. En fín preguntamos y alguien nos habló de la casona de Parada de Babia , pero no deja de ser un alquiler.. en fin lo de siempre.. cuando tengamos más noticias y saquemos algo en conclusión iremos dando información.

© Victor Guerra

viernes, 20 de octubre de 2017

Por las Calzadas Romanas de Ponga: Ventaniella y Arcenorio

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  • · Punto de Salida y Llegada: San Juan de Beleño
  • · Puntos de Paso: Sobrefoz- La Faeda-Ventaniella- La Una- Puerto la Fonfría- Arcenorio-La Guaranga-bosque de Peloño y Bedules
  • · Longitud de la Ruta: 48,5 km
  • · Horario de la Ruta. 7 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso: 1.778 mts.
  • · Desnivel de descenso: 1695 mts
  • · Participantes: Javier Dolado, Javier Riestra, Luis Roza, Juan Moreno, Leopoldo Figueiras, Marcos Fuentes, Jose Asturdesbroces, Victor Guerra.
  • Track de la Ruta  en Wikiloc: https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=20413016
Esta es una de esas rutas clásicas en el reportorio ciclomontañero astur, la cual  está presente desde los primeros momentos, del nacimiento del BTT en Asturias y su presencia en  allá por los años 90 en las estribaciones momntañosas.

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Tras fundar Asturcón BTT, 1989, un año después es  cuando empezamos por incursionar por los parajes de la Cordillera Cantábrica: La Mesa, Tarna. Picos de Europa, Ponga y lo hizo una  variada fauna de sonados ciclobikers: Manuel Fernández, Lili, Javier Gómez, .. y tantos otros, en el caso de la ruta que nos ocupa siempre ha sido muy atractiva, aunque lo cierto es que  yo ya me había despedido de ella hace un par de años realizándola en compañía de Dolado y Javier Paredes.

Pero la idea devolver hacerla con nuevos compañeros, y sobre todo realizarla  en sentido inverso al cual siempre la habíamos hecho, me animaba a volver a estos predios de la Cordillera Cantábrica en los cuales se imbrica el territorio pongueto, con un recorrido a lomos de las tierras astures y leonesas.

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Y lo cierto es que antes  de que se meta el otoño, y el mal tiempo haga su presencia nos fuimos camino de San Juan de Beleño, para desde este alto emplazamiento  tomar la salida hacia una ruta que no parece difícil, pero dada su configuración geográfica y climática, puede convertirse en un relativo e incierto infierno sino tomamos una serie de precauciones. Por otro lado, el personal se toma la toma a modo de una de tantas otras rutas y ni la dosifica, y rebaja el nivel de seguridad  y los problemas que pueden darse en una ruta de este nivel  pueden ser importantes.

En esta ocasión, salímos gente que hace tiempo que no rueda con nosotros, y algunos que otros maduros bikers ya bisoños en el pedalear, e incluso se nos apuntan novatos en estas lides de las altas rutas..., ah y también asiste  Juan Moreno con su E-bike, lo que nos pone en circunstancia  de todo lo que puede acontecer con respecto a este tipo de bicicletas eléctricas en estos predios.

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La primera en la frente, pues salimos desde la Asturias Central, y el coche marcaba en el exterior  unos 12 grados, y cuando nos plantamos en San Juan de Beleño, el termómetro a eso de las 9 de la mañana ya nos indicaba que afuera estábamos  a unos 5º, aunque el sol ya lucía por los crestones del Tiratordos, cuyo anfiteatro se iba llenando de luz y color..

Una vez reunidos previamente en Cangas de Onís, enfilamos  hacia San Juan de Beleño, y ya con las trotonas preparadas  nos dirigimos dirección a Sobrefoz, cuyo trayecto va en leve descenso, eso si no metiendo en la bajada mucha velocidad por aquello de no quedar congelados, y poco a poco fuimos ganando el fondo del valle, que marca la aldea de Sobrefoz, que se iba desperezando de aquella, a juzgar el movimiento de coches por la zona.

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La carretera PO-1 en Sobrefoz,  deja paso a la pista que va  hacia uno de los inputs más importantes de la zona como es Ventaniella, punto importante en la vía de comunicaciones entre los territorios astures y la meseta,  y por la cual trasegaban reatas de mulas con sus cargas y como no ganados caminos a las distintos feriales bien de una  parte a la otra (Asturias-León). La importancia de esta vía no se deja apreciar tanto en la reciente pista, que ahora tenemos que salvar, tras haber rodado unos 5 kilómetros por asfalto en franco descenso,  sin embargo ahora tocar rodar por una pista de balastro durante unos 7 km en continuo ascenso, la cual es acompañada por el  cantarín rio Ponga, algo escaso de aguas dada la pertinaz sequía.

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Pasamos las casas de la Faeda, hasta ganar el emplazamiento de Ventaniella, con su venta y ermita, que marca no tanto la frontera geográfica entre Asturias y León, sino la de los trasiegos de los arrieros por estas viejas calzadas, que en el caso de Ventaniella, dice Chema Argüelles que fue abierta por la Legión III Macedónica con campamento en Burgos, y cuya traza también fue utilizada por romeros y peregrinos, ya que se cita a Ventaniella como propiedad de los monjes bernardos, hasta la desamortización de los bienes eclesiales.

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Parte de esta historia la iremos percibiendo a medida que arribemos a las Casas de La Faeda, y Ventaniella que daban paso a su vez a dos arterias que se abrían hacia  los valles bajos del Sella, por diferentes vías, como bien sugiere Chema Argüelles, a diferencia de otros autores, más proclives a dejar estos históricos pasos, como sujetos a la nada, o sea que los dan como nacidos en tal puerto o collada y mueren kilómetros más abajo, ignorando la integralidad de la caminería peninsular que viene de  lejanos orígenes y destinos.

Esto le voy contando al amigo Marcos a Juan Moreno, y a Poldo, mientras el resto está más interesado en el ciclado, y en eso de ir devorando kilómetros y dificultades, como parte del juego bike que nos aporta nuestra afición.

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Al final de un intenso pedaleo, llegamos a Ventaniella, sitio mágico que a estas horas de la mañana reposa paz y silencio, aunque creo que ahora ya no hay venteros/as que lo atienda, al menos fuera de los tiempos estivales.Cuando llegamos no vimos por la zona a nadie, o sea que se impuso un descanso al calor de los rayos que inundaban a esa hora la vega,lo cual engañan a los fotómetros de nuestras cámaras debido a los fuertes contrastes entre el solo y las sombras del valle.

Tras el descanso nos ponemos de nuevo en marcha; dejamos el rumoroso rio de Ponga, para subir por encima de la casa de la Venta,  dejando en medio de la Vega la coqueta ermita, y no enfrascamos por trazados los cuales devienen de las viejas calzadas romanas y medievales, y que trepan al par de la riega de Ventaniella camino del alto collado que tenemos que cruzar, el cual marca el límite entre Asturias y León, y cual nos coloca a 1.427 metros de cota, que es nuestra primera chincheta antes de llegar al pueblo de La Uña

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O sea que además del desnivel que tenemos que salvar, unos 250 metros de desnivel, está también la pendiente que tenemos con la cual  tenemos que ir lidiando y  con firmes de calzada muy rotos, que hacen casi imposible su rodadura, o sea  de esta guisa unos 2 kilómetros. Tiempo y longitud  donde uno se puede vaciar en querer subir montado, y máxime si no controla el esfuerzo que se está realizando y eso puede ser preocupante, informo al personal de la circunstancia y que cada uno luego que adopte las cuestiones que creo pertinentes. Juan Moreno también va preocupado por el tema de la duración de la batería de su E-bike, pues no quiere verse empujando la trotona sin energía alguna, por lo cual tira como puede empujando la bici en los tramos más complicados.

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Poco a poco., ganamos la cota de la divisoria provincial  y el panorama cambia casi por completo, el denso hayedo queda atrás, y ahora se nos muestran tierras más abiertas y ciclables, por las cuales nos echamos pronto abajo hacia el pueblo de La Uña, que dista unos 8 kilómetros, que cubriremos acompañando a la riega del Puerto, primero,  y luego entroncando con el Esla, por una traza jalonada de soportes señaléticos del PR- LE-20. Camino de Ventaniella.

Los tramos de vieja calzada muy destrozadas que nos íbamos encontrando  en la subida,  han dejado paso  paso a caminos de hierba a veces quebrados por sendas de compactación, debido al paso de personas y ganados, que hace de nuestra conducción una interesante muestra de destreza técnica.

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Durante cuyo trayecto Jose, se «comió» un palo el cual terminó enroscado en su cadena y cambio, por lo cual su flamante desviador trasero Sran pasó a mejor vida. Y dado que aún quedaban muchos kilómetros de ruta, y que recuperar coches o coger un taxi para el retorno a Beleño es una operación logística complicada, lo mejor y más aconsejable para nuestro compañero es dar la vuelta antes de bajar más, pues estamos en el enclave de Valdosín. La cosa no no parece gustarle mucho eso de tener que regresar solo, pero es lo mejor, dado que todavía  le es favorable la rodadura, pues si se sobrepasa La Uña y el puerto de la Fonfría, la cosa se complica.

Nos despedimos con tristeza y preocupación del amigo Jose (asturdesbroces), y seguimos ruta buscando lo abierto del valle, y el cauce del Esla, ante lo cual se sorprende el amigo Luis Roza, ¡¿Una carretera y el río Esla?¡. A veces todo parece tan lejos, pero la caminería tiene esa atracción la de comunicar cosas que a priori nos parecen muy lejanas, tal vez porque no tenemos en la cabeza el mapa geográfico de las zonas, y sobre todo las referencias. Mis compañeros, la mayoría, no se imaginan que estamos a pocos kilómetros de la ruta de Riaño-Prioro, o que pasaremos cerca del enlace hacia la gran travesía que hicimos no hace mucho de Oseja de Sajambre-La Hermida.

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Tras conectar con la C-635 tras cruzar  el Esla, desembocamos habiendo recorrido un par de cientos de metros en el pueblo de La Uña, con la sorpresa de que el bar está cerrado, y tendremos que contentarnos con comer con  agua y la bota de vino que lleva Luis Roza, rellena hoy  de vino rosado Pietro Picudo. En la pitanza estamos cuando los inefables mastines hacen acto de presencia por si cae alguna que otra migaja.

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Se está fenomenal, a la solanera mesetaria,  pero hay que seguir rodando pues aún restan unos casi que 30 kilómetros, de ruta,  y aún debemos ganar el Puerto de la Fonfría (1.637 Mts) y del cual distamos unos casi, que 8 kilómetros en los que debemos salvar unos 400 metros de desnivel. A ello nos ponemos, con el esfuerzo que supone volver a arrancar,  eso sí con lo bueno de que el sol calienta, pero no abrasa. Le damos la vuelta al Monte del Melendrín hasta ganar la bifurcación de los Campos de María, con su vieja señalización, y si hasta La Uña fuimos siempre rumbo Sur, ahora vamos siempre rumbo Norte, por encima de la riega Carcedo.

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Atrás nos vamos quedando Poldo, Juan Moreno y yo mismo, que vamos tranquilos viendo el paisaje y como ya los animales silvestres ni se asustan, pues a nuestro par un zorro, contempla nuestro pausado pasar, sin mayor preocupación que medio ocultarse después de un trozo de observación tras unos brezos.

Pasamos el invernal de la Hoya de Bodecazo, y nos vamos pista adelante, con la mirada en el manchurrón blanco que se ve al fondo, y sobre el cual debemos pasar para coronar de este modo el Puerto de la Fonfría, al que cada uno a su ritmo va subiendo, como Juan que va comprobando el gasto de batería, y los demás pues … unos muy de «pro» y otros más reservones…

Al final todo estamos en ya en esa frontera, en la cual dejamos las pistas y entramos en los predios de las camperas y las canales que nos han de llevar hacia la Ermita de Arcenorio.

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Esta es la otra gran vía de comunicación, la que remontado el Esla sube a los predios de La Fonfria para dejarse caer hacia la gran vega de pastos donde se asienta la ermita de Arcenorio, esta gran campera  reparte flujos camineros  importantes, al Este hacia Oseja de Sajambre, desde donde se puede proseguir por la Senda del Arcediano bajar hacia Cangas de Onís, y Covadonga, o subir hacia Pontón para pasar  hacia Riaño, o a los puertos y valles de Valdeón.

Y al Norte, la vega da paso por la Guaranga hacia las colladas de  Granceno que da acceso por el Este al rio Sella ya  la Foz de Beyos pasando por Vivol;; o seguir a rumbo Norte hacia  Bedules con reparto de flujos al Este a Viego y Puente Vidosa, de nuevo hacia las vegas del Sella, y al Oeste el paso hacia San Juan de Beleño. y sus otros pasos hacia Piloña y el Sella a través del paso de Sellaño.

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Pero antes de coger la ruta hacia La Guaranga, vamos dando un garbeo por las praderías de La Hondonada, donde probamos el calimocho que los pastores tienen enfrescando en el pilón de La Hondonada, ya que es donde están ocupados recogiendo las vacas, de cara a ir ya encarando la bajada a los valles más fonderos.

Jugueteamos por la praderías con las llamargas hasta encarar la Canal del Focicu para bajar a Los Foyos, me echo canal abajo, evitando la traza de la vieja calzada también muy rota y destartalada, con algún que otro repique por atrás avisándome de que el atajo cogido no es el track, hago caso omiso, y saltando de peña en peña, llego ante la pequeña foz de Los Foyos, que da acceso a la gran campera de Arcenorio, donde campean las cabañas y la ermita que preside el lugar. Esta zona de las dos pequeñas canales es puro enduro, donde no merece la pena ni intentar montarse en la trotona.

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Ya en Arcenorio, se impone otro descanso y contemplación del paisaje, con las dos torres vigías al Este de la pradería, y a las que hemos ido dando vuelta, Peña Ten a la izquierda y el Pileñes a la derecha. En Arcenorio, intensos recuerdos de rutas y compañeros, pues será la décima vez que paso por estos lares con muy distintas gentes y actividades.

Tras el descanso, de nuevo a la trotona para cubrir el tramo hasta las casamatas de la Guaranga, que distan unos 2 kilómetros, y luego ya vienen las grandes pistas hasta Bedules. Ahora el tramo se hace bien , pero no hace muchos años era un sendero escabroso y trialero, que era toda una delicia para los más técnicos, pero comía bastante tiempo, ahora es un paseo hasta las citadas instalaciones republicanas de la   Guerra Civil, cuyo estrecho paso da acceso  al denso bosque pongueto.

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Una vez reagrupados, enfilamos la bajada por una amplia pista que se abre paso por entre el denso hayedo hasta el cruce de riegas, unos 3,5 kilómetros de intensa bajada, tras la cual se abre ante nosotros una suave subida hacia el Collado Granceno. Cada uno vamos encarando de la mejor manera posible, pues los años, los kilos, y demás pasan factura,Poldo ha resistido fenomenalmente la ruta , pese al asomo de calambres, Juan está logrando llevar electricidad de reserva para su casa, y los demás pues tirando para coronar.

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En la grupeta de atrás, de repente a la altura del desvío de Bustantíu, un sobresalto, la bici de Luis Roza, salta la cadena y presenta pérdida de parte del eje pasante de la rueda trasera, menos mal que fue subiendo, sino esto hubiera sido grave bajando por Bedules., la cosa hubiera sido muy graves y potencialmente muy peligrosa.  Bajo por el camino y busco la pieza perdida y tras reubicarla, con cierta sorpresa de que puedan pasar estas cosas, seguimos ruta hacia Granceno, donde los compañeros esperan hace buen rato, medio muertos de frío, según nos dice alguno.

De Granceno a la campa de Bedules, 5 kilómetros, y ya sin entretener más el tiempo en Bedules, tomamos por la izquierda el ramal que baja hacia la carretera PO-2, y por la cual se baja hasta San Juan de Beleño, donde finalizamos la ruta.

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Fotos de Marcos Fuentes, Juan Moreno, Javier Dolado, Javier Riestra, Victor Guerra.

Víctor Guerra

viernes, 4 de agosto de 2017

POR TIERRAS DEL BERNESGA Y EL TORÍO

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  • · Punto de Salida y Llegada: POLA DE GORDON
  • · Puntos de Paso: Nocedo- Puente de Alba-La Robla-Naredo de Fenar-Matallana-Orzonaga
  • · Longitud de la Ruta: 50 km
  • · Horario de la Ruta. 3 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1073 mts
  • · Participantes: Javier Paredes; Luz; Luis Roza; Juan Moreno, Javier Dolado; Victor Guerra

Ya que el verano en Asturias se pone borde, y nos amenaza cada día con sepultarnos en las sempiternas nieblas tipo tierras de Mordor, planteamos irnos más al Sur, ya que el Desafío 2017 de la Cordillera que planteamos com plan A, podría traernos alguna complicación, por tanto, pronto se diseñó una ruta que, partiendo desde Pola de Gordón, nos pusiese en rumbo inverso al que habíamos rodado unas semanas atrás, y que mejor que hacerlo a caballo de dos valles como son los que riegan dos ríos, en este caso tan importantes como el Bernesga y el Torío.

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Partimos pues de la gasolinera de Pola de Gordón, para ponernos rumbo Sur y pegarnos a las riberas del río Bernesga, cuya vera cogimos en el mismo Pola de Gordón transitando por el Camino de Santiago, en dirección inversa y bordeando las ultimas estribaciones de las Sierras Negras de Cajal , antes de abrirse nuevo el valle después de la Curva el Molino, en cuyo pequeño estrechamiento coge malamente: nuestro trazado, el río Bernesga, la vía de ferrocarril RENFE y la Nacional-630, abriéndose el valle en toda su amplitud antes de llegar a Nocedo de Gordón.

En este punto, el trazado cruza el río y se pone paralelo a la vía RENFE, para pasar por Peredilla hacia Puente de Alba, siempre jugando con el río, la vía del tren manteniendo el rumbo Sur, de esta manera se entra en la población de La Robla, presidida por su gran térmica. Tenido como que no quiere la cosa unos 11 kilómetros rodados prácticamente en plano.

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A la salida de esta gran población, nuestra ruta abandona las orillas del Bernesga para ir virando al Este, a través del Polígono del Rabizo, siguiendo en este caso el arroyo de tal nombre y el trazado de la N-630, que cruzamos por encima como a los 4 km de La Robla, para ya encarar la ruta hacia el Este, tomando grandes pistas que van cogiendo altura hasta ganar la línea cumbral, a cuyo seno nacen a derecha e izquierda una sucesión de pequeños cauces fluviales, como el de Pelosas o el de Valdetornos.

La ruta a su vez ya en lo alto va virando al Noroeste para colocarse paralela, pero distanciada en metros y en altitud, del eje que conforman tanto la carretera CL-626, como la línea ferroviaria Bilbao-La Robla,.

Seguimos manteniendo la línea de cumbre, pasando por Cantos Rasos hasta desembocar ante el punto geodésico de Canto la Parra, con 1.244 metros de altitud, el cual alcanzamos con unos 14,5 km rodados.

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Situados en el vértice de La Parra, ahora no queda otra cosa que ir hacia el valle que riega el río Torío, y descender en dirección al pueblo de Naredo de Fenar, para enlazar con la carretera CL-626.

Estamos además contentos por partida doble por un lado nuestro amigo Juan Moreno, nos puede acompañar pues con su BTTHaibike E-bike va como un cañón y puede hacernos de fotógrafo, lo cual se nota, pues antes solo salíamos de culo, ahora se nos ven las caras, Gracias Juan¡¡¡

Queríamos rodar algo hacia el Sur en dirección a la aldea de Pardavé, pero la falta de track y viendo cómo iba el rio Torio de lleno, y no teniendo muy claros los trazados, nos fuimos hacia el famoso rancho que se ubica a la par del Torío, y la CL-626, donde nos dispusimos a tomarnos una cerveza tranquila con unos 30 km., rodados, en el famoso Rancho Canadá. Una sorprendente puesta en escena tipo rancho americano, que ha recreado el amigo José González Juárez y que en su día el Diario Leonés, tituló como El lejano Oeste leonés.

Tras la cerveza es hora de levantar el vuelo y volver a las trotonas, lo cual hacemos rodando al Norte, a la vera del Torío que viene del Puerto de Piedrafita, pero cuyas orillas se abandonan para virar a la izquierda, al Oeste dejando el rio y enlazando el acceso rodado al pueblo de Orzonaga, a cuya entrada del núcleo se vira a la izquierda para entrar ya en subida hacia el Cotalerín y el Cotorre de la Quemada y poder subir como podemos hacia el Canto de Lombada.

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La verdad es que la zona permite varias opciones de recorrido, como seguir por Orzonaga hacia las antiguas instalaciones mineras de San José, y luego coronar la cumbral por las Minas de Oro a través de la Casa del Monte y los Sierros de San Miguel o Cueto Correlar , o subir hacia la Sierra del Sardoma.

Optamos  por seguir el track trazado, y aunque nos cuesta cogerle al tranquillo a tanta piedra suelta que tenemos como firme, le vamos cogiendo el tranquillo y nos encaramamos en la zona cumbral llegando al Collado Gudina con 38 km rodados.

En este punto viramos al Norte, por caminos un poco más cerrados por la vegetación, hasta ganar La Collada Lobera, bajo la sombra del Cueto Faedo, en cuyo punto encontramos un perro de la caza las raleas de jabalí, perdido y extenuado, le dimos agua y lo que había de comer, y se fue con nosotros hasta llegar a las Minas de Tablizo, donde entroncamos con la carretera que sube de nuevo por Vega Fonda, para de este modo ya en lo alto abandonar el eje asfaltado y meternos en Sierra Valdeca, donde una camino cada vez más cerrado rodea el Cueto San Mateo, aunque también podríamos haber entrado por la izquierda del Cueto, hacia Collado de la Muria trialeando. Preferimos lo más cómodo por no complicar los trazados.

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Pues el sol ya apretaba y la idea de darnos un pequeño homenaje en Busdongo de cecina y embutido, era mucho atractivo, y nos echamos ladera abajo por la vera del arroyo Cerezales, en mi caso si apenas freno delantero, y sin ningún tipo de freno trasero, ya que había perdido todo el líquido de frenos, o sea que hube de ir bajando con cuidado, y metiendo el zapato entre el cuadro y la cubierta, lo cual me dejó una bonita cicatriz en la planta de la zapatilla.

De esta guisa entramos de nuevo en Pola de Gordón, a la vez que veíamos como la niebla de Mordor se afianzaba en las cresterías de Pajares.
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Victor Guerra
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