Tras haber realizado ruta La Valle Escondida, nos apresuramos a relajarnos con otra de esas largas subidas, en este caso con la denominada Ibón de la Basa de la Mora que no está balizada, y se realiza en base a un track de GPS. Son 24 km y 1.059 mts de desnivel acumulado. Y de ella nos habían hablado los amigos riojanos de ANDANZAS EN BTT.
Nos trasladamos en coche hasta el pueblo de Saravillo, donde ya alucinamos con dos cuestiones, la primera la cantidad de coches que subían hacia el Ibón, y la segunda por la existencia de una máquina expendedora de billetes para subir al Ibón, en este caso aún no se cobra la subida ni andando ni en bicicleta. Pero tiempo al tiempo.
Por delante teníamos, como bien nos avisó nuestro amigo Tate Elías, una intensa subida, no tanto por los desniveles, que son ínfimos sino por la longitud de la pista que llega hasta el Refugio de Lavasar, y si a ello unimos el cansancio y el calor reinante, pues teníamos el conjunto perfecto para que la ruta fuese calma, tal vez nos la tomamos excesivamente calma.
Es una subida desde Saravillo que salvo los primeros kilómetros que se tienen vistas sobre el río Cinqueta y algunos pueblos que a su alrededor perviven, el resto del paisaje es la masa arbórea de pinos que cubre toda la zona que nos acompañará en toda la subida.
O sea que tranquilidad y buenos alimentos, y como no pedaleo aunque no fuera este muy constante, debido a las múltiples paradas en las pocas sombras que íbamos encontrando en la ascensión hasta poder concluir en el citado refugio de Lavasar al pie de Ibón de la Mora. Nos acercamos a unos compañeros del mundo del BTT y naturales del lugar y estos nos comentaron como llegar al Ibón , y también como era la bajada por el GR hacia Saravillo.
Lo cierto es que el compañero biker fue ver mi bici YETI ARC, y decirnos que la bajada por el GR 7 era muy técnica, y que había que utilizar horquilla de 150 mm y neumáticos de 2,30- 2,50. ¡¡¡¡Flipando¡¡¡ Pues los PDFs de la ruta nos comentan que es una bajada técnica algo pedregosa y que se echa pronto abajo. Nos quedamos con la copla y viendo ya lo que habíamos vivido y lo rodado, utilizamos el castizo refrán al modo de que todo eso al “cocer mengua”
Nos acercamos pues al Ibón del cual el folleto nos dice que “un ibón natural que en época de verano tardío y principios de otoño cuenta con poca agua, con lo que las épocas más recomendables para verlo en pleno apogeo son los meses de mayo a julio (siempre que la nieve primaveral lo permita). Aun así, el valle en el que está ubicado, rodeado de grandes picos triangulares”.
Hay que reconocer que la descripción es todo un acierto, lo que ya no cuentan los redactores es que la zona del refugio estaba plagada de coches, y que los alrededores del Ibón son algo así como la playa de Gijón en junio con buen tiempo: lleno de visitantes.
Nos acercamos a su orilla y allí nos tumbamos al relax que produce el agua y el calor que a esas horas del día y a esa altura era menor que cuando subimos, pero hacía muy placentera con esas inmensa vistas, ¡ Qué diferencia con respecto al Lago de Valle en Somiedo, escomo si aquí en Aragón la naturaleza fuera más amable, más oblonga. En Asturias es más abrupta y salvaje.
Tras la excelsa contemplación a la vez que le dábamos a la manduca, Iván Menéndez se fue a dar una vuelta por la orilla del Lago, mientras nosotros: Javier Paredes y el que esto escribe, nos fuimos por el sendero de vuelta hasta la zona del Parking y Refugio, tras cuya caseta nace el GR, marcado como todo Gran Recorrido (GR) con marcas Blancas y Rojas y también con alguna otra señalización típica como son los hitos de madera y los montoncitos de piedra.
Ya preparados para la batalla (casco y alguna protección en rodillas), enseguida vimos que el tal sendero de enduro, es más un sendero trialero que otra cosa, con zonas un poco más complicadas porque el agua se ha llevado parte del camino y con tramos que se pueden hacer rápido, yo alguna vez solté el freno por esos tramos de prado donde el sendero juega a sortear los arboles del bosque, pero el caso era disfrutar de la bajada y hacer fotos, y ya se sabe casi que ni lo uno y lo otro.
Fuimos cruzando la pista por la que subimos en varias ocasiones y rodando los diferentes tramos del sendero de bajada, que es precioso y poco que ver con las que hicimos en días anteriores, por lo cual nos ha parecido una buena zona para el aprendizaje.
Tras un pequeño resbalón en una zona de esas que ya ves que te vas al suelo, sin más consecuencias que el orgullo magullado, pues las únicas personas que vimos en los recorridos de estos días, eran dos señoras senderistas que asistieron al espectáculo en primera fila de verme en el suelo, eso sí como un muelle de resorte arriba y sin evaluar daños de carrocería, eso vendría luego, ante las cervezas y el bocata en el Albergue de Saravillo, seguimos ladera abajo con la idea de que hay cosas que se mitifican bastante. Esto me recuerda aun comentario de Trapist que decía en uno de sus pots sobre los senderos-enduro suizos, que cuidado con ellos ,, y que ello contrastaba con la ausencia de bicicletas dobles.
En resumen bajada bonita que realizamos Javier, totalizando un 98% del recorrido en nuestras trotonas el en su CANYON doble, y yo en mi YETI ARC, sin problemas.
LA BAJADA DE LA COASTA CLASICA.
Llega el Domingo, y se finalizan las vacances y hay que reemprender rumbo a Asturias, pero antes quería hacer una bajada de las clásica de la Zona Zero como es LA COASTA CLÁSICA, y lo tendría que hacer solo, pues Javier Paredes prefería dormir algo la mañana. Digamos que los Gin Tonic que nos metimos cada uno a modo de despedida de la noche de Ainsa, resultan fuertes.
Convenzo pues a Iván Menéndez para que me lleve a Compodarbe, y si es posible un poco más arriba, para de este modo ahorrar tiempo.
Esta ruta según el PDF informativo dice: El cerro de la Coasta es un sendero duro, peleado y muy físico por un ambiente espectacular, un abierto cerro a caballo entre dos valles con los Pirineos de fondo. Es técnico y de esos que dejan recuerdo en los brazos de los metros que se descienden. El tramo de cerro abierto es bastante recto, con chicanes intercaladas que le dan más miga y varias sorpresas en forma de pasos técnicos. La segunda parte, ya en bosque, es muy revirada, con varias curvas y toboganes para acabar…La Coasta clásica es un sendero con un primer tramo abierto y rápido hasta que se interna en el bosque. A partir de aquí se convierte en una orgía de senderos estrechos, peraltes, diagonales, toboganes y curvas de todo pelaje y condición. Un viaje adrenalítico que te deja el cuerpo temblando de gozo.
Y allí nos plantamos con el coche y según me preparo para efectuar la bajada, me pasa un biker que suelta una especie de saludo, y ya no le veo el pelo en todo el recorrido. Compruebo la mala suerte de que el GPS no cargó el Track de la ruta como es debido, o sea que tendré que fiarme de las señalización, y en mismo instante se me suelta la cinta Power Grips del pedal derecho. ¡¡¡Empezamos bien¡¡¡
Reparadas las incidencias tras una pequeña subida cómoda, y luego una zona plana donde hay una señal que me induce a error, puesto que es una placa de la ruta 11, y la COASTA CLASICA es la ZZ-10. Un par de vueltas y recobro el camino y llego al punto donde se deja la pista para meterme en el sendero que baja como una en salación ladera abajo .
Son apenas las 10 de la mañana y la cosa está como muy solitaria, y el sendero que hago de solanas que está da un poco de respeto. Se ve oscuro y sin luz. Valor y al toro, me calo el casco POC MIPS y las protecciones de lanilla de Iaido y me echo con precaución senda abajo.
El trazado en ocasiones se parece al flow de la ruta denominada Coño del Mundo y en otros tramos es como un poco más agresiva, pero lo voy haciendo sin problemas salvo en tres lugares que reseño: un escalón en V con firmes de barro que me da mal rollo la recepción final, que no es buena y con la semi-rígida me da palo; una travesera por encima de una barranquera que da grima; y luego una recta en fuerte pendiente algo larga que me da un poco de miedo, inclinada, polvorienta y lajas en el medio, de da un poco así bajar de solanas por lo cual evito tentaciones y bajo andando malamente; en los tres casos opto por hacer los pasajes con la trotona de la mano, y el resto como un señor biker disfrutando.
Eso sí me encontré con un grupo excursionista subiendo por la senda, menos mal que estaban en un lado del camino en plan descanso y ágape mañanero, sino tenemos una pequeña complicación, pues el trazado deja poco lugar para maniobras de cruce y más cuando uno cree que va por un sendero ciclista…
Llegué a Boltaña en unos 30 minutos con sesión de fotos y todo incluido y a las puertas de Boltaña.., eso sí me dijeron que había quien lo bajaba en unos 7 minutos. Os dejo con el video que encontré en la pagina de Zona Zero que los hace en unos 10 minutillos, sin llegar a Boltaña: http://youtu.be/1a7rjnrzIJg
Para mi suficiente, ya hice algunos recorridos de la Zona Zero, me ha gustado he sacado mis conclusiones sobre recorridos, señaléticos y gestión que ya expuse en Análisis de un Centro de BTT, y ahora solo queda regresar a Asturias y sacar buenas lecciones de todo este periplo.