- · Punto de partida y llegada: Ribadesella
- · Puntos paso: Meluerda-Camango-Cuerres-Llames-Garaña- Piñeres- Villanueva- Playa de Guadamía- Toriello-
- · Longitud de la ruta: 38 km
- · Horario de la ruta3 horas 30 minutos
- · Desnivel de Ascenso:564m
- · Desnivel de Descenso: 577 m
La propuesta de una ruta para esta Semana Santa, ha sido un trazado pasado por agua en todos los sentidos: no solo llovía, sino que los ríos iban auténticamente desbordados y algunos caminos sufrían esas inclemencias.
Por tanto, atendiendo a las precauciones de las autoridades de alarma amarilla, pues opté por una ruta fácil, de buen rodar y con muchas salidas o escapes, cuyas premisas presenta de forma estupenda el territorio de riosellano, y allá que me fui de nuevo, eso sí de "solanas".
En Ribadesella lo complicado en algunas ocasiones es dejar el coche, una vez instalado este, salir de la Villa tampoco es que sea difícil pero tiene su complicación al menos para no competir con el tráfico que encauza la AS-263, por cuyo motivo rodé por la parte interior de la Villa camino del Cementerio, situado en la parte alta del núcleo tomando rumbo Este, o sea dirección Llanes.
Se ruedan unos cuantos metros por la carretera AS-263, aunque que se puede acortar un trozo haciendo caso de la señalización senderista que se nos presenta al paso, y de esta manera nos ahorramos bajar hasta el desvío de la Arrionda, donde un carril hormigonado nos mete dirección Sur por el Alerón hacia el pueblo de Meluerda; a la altura del cementerio se va retomando el rumbo Este.
Se atraviesa el poblamiento de Meluerda, para conectar con el llamado barrio del Joyerón, y por debajo de la Casa de Tarabuxin se sigue por entre nuevas construcciones, toda esta zona parece la "petite france" por sus casas y chalets… y así por Traveseu llegamos al pueblo de Camango donde a la altura de La Riera se dejan los carriles asfaltados, y nos metemos por firmes más beteteros, los cuales no presentan dificultad alguna, eso sí la soledad y el silencio que nos acompañaba es roto por la cercanía de la E-70, que no llegamos a cruzar, aunque vamos paralelos a ella un tanto alejados. Los caminos en esta zona son bonitos y aunque solitarios tiene una pátina de encanto con la pertinaz pero suave ruta que no era una molestia.
En general la ruta sigue las marcas del sendero, que en este caso está jalonado con un triángulo amarillo colocado sobre una tablilla y un poste, aunque algunas veces nuestra ruta obvia las señales y cada uno va a su aire. De esta guisa se llega a Cuerres, y a las AS-253, aunque lo cierto es que debiera haber ido hacia Belmonte y conectar con Pría, sin haber bajado desde Cuerres hasta Garaña como hice, eso sí pasando antes por Llames.
Toda esta zona es un laberinto de carriles asfaltados y viejos caminos, por lo cual las variantes pueden ser muchas y variadas, al gusto y al capricho.
En Garaña se toma la carretera de salida hacia la E-70 y la AS 253, pero cuando se llega a estas, en vez de cruzar el túnel, se sigue de frente bordeando el pueblo de Piñeres y dando vuelta a la quintana de El Jogonzalo, para de este modo volver a los firmes de tierra y trepar por ello hacia el monte Ronciello camino de Villanueva, donde se va cerrando el bucle virando primero al Norte y luego al Oeste hacia el llamado Camino de Espines. Para ver todas estas referencias hay que utilizar los mapas del IGN Ribadesella 31-I y Nueva 31-II
La red viaria de toda esta zona no nos deja rodar paralelos a la costa, por lo tanto se sigue la trama que nos señalan los distintas señalizaciones, tanto la del sendero, en este caso la del E-9 con postes pintados en blanco y rojo, y señales de color amarillo, que nos dan la indicación del destino más cercano que es la playa de Guadamía, en ocasiones se comparte también tramos del Camino de Santiago.
De nuevo aparecemos en la parte trasera del Palacio de la Marquesa de Argüelles, o sea el Palacio de Garaña, y se enfila hacia Llames compartiendo un tramo de carretera por el que ya rodamos. En el mismo pueblo se siguen las indicaciones de la Playa de Guadamía, hasta desembocar en el mismo arenal, donde se sigue el Sendero de Samuel, que por cierto como el río de Guadamía iba como iba, pues las marcas quedaban en mitad de la riada, todo un espectáculo.
Poco a poco, fui bordeando el río que en otras épocas no va tan lleno, por tanto el sendero es un estrecho tramo con ciertos puentes, pero se rueda bien, pero en esta ocasión me fue imposible llegar a la zona del Puente Real, por lo cual tras pasar el molín y su alto pontón, (que inteligentes eran los viejos del lugar, al ver a que altura quedaban los pontones por los cuales se podía pasar sin mojar los pies, no como los actuales en los que uno está expuesto a todo).
Como digo, rebasado el molin , y viendo la riada que me impedía el paso giré en redondo por el Caleyón hasta dar con la carretera que va por la otra orilla de Guadamía.
Visitada la desembocadura, seguí la carretera que va hacia Cuerres, pero antes de llegar al pueblo tomé a la derecha el segundo camino, según se sale de Guadamía, y que se abre a la derecha un poco hacia atrás y que va hacia el Cerro Las Huelgas dirección a El Infiesto, rumbo Norte para después virar al Sur hasta desembocar en la carretera de Toriello.
El camino es un tanto virgen y con cierta presencia de cotolla, que el fuego de estos días atrás ha declinado.. Este fue un posible trazado para el GR E-9 pero parece que se optó por seguir por la carretera…
En Toriello se sigue el Camino de Santiago, del cual apenas si nos separamos de él por un buen tramo, eso si tragando charcales en medio del camino, (parece mentira que este sea el Camino jacobita) por estos tramos se rueda a buen tren hasta concluir en la carretera que da acceso al Área Recreativa del Infierno, se sigue por ella pero por el ramal izquierdo hasta desembocar de nuevo en la AS-253, entrando en Ribadesella por la zona del Cementerio pero buscando la cornisa marítima camino de la Capilla de la Virgen de la Guía.
De ella se puede salir o bien por el camino que hemos traído o por una trama de paseos y escaleras, hasta concluir en la propia Capilla, con la dominante vista sobre Ribadesella y su puerto.
Contemplada la preciosa vista se puede o retroceder por el camino traído hasta aquí o bajar por el tramo escalonado hasta desembocar en el paseo peatonal y marítimo de Ribadesella, que es un gozada poder recorrerlo viendo los murales de Mingote,
Y más aún, cuando al final de la ruta al llegar a la villa capitana del Sella le obsequian con el libro de Agustín Arguelles. Retrato de un liberal, que ha escrito mi querido amigo J. Antonio Silva Sastre, él fue quien me lo regaló y firmo al visitarlo en su pequeño taller-tienda de “Artesanía y cerámica Ribadesella”
Y así colorín colorado, se acaba esta ruta, un tanto pasada por agua.
Textos y fotos@Victor Guerra
