jueves, 6 de julio de 2017

Por tierras de Gordon y Geras

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  • · Punto de Salida y Llegada: Pola de Gordón
  • · Puntos de Paso: Barrios de Gordón- Cabornera-Paradilla-Geras-Folledo
  • · Longitud de la Ruta: 35 km
  • · Horario de la Ruta. 5 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.076 mts
  • · Participantes: Truebano, Luis Roza, Javier Riestra, Félix, Albano Capezzali.
La idea era hacer una clásica travesía desde El Brañilín-Cuitu Negru- hacia Pola de Gordón, pero el estado climatológico, no aconsejaba pese a estar ya en julio en meterse en alturas, pues la Cordillera andaba en esos días envuelta en tormentas, y bajadas notables de temperatura, por lo cual nos fuimos a un plan B, que era irnos a rodar por los valles de Gordón.

Y así se hizo, tras un tentempié en Ezequiel, seguimos ruta hasta la gasolinera de Pola de Gordón, donde nos emplazamos para dar cuenta de nuestra ruta que tenía como objetivo llegar a la capital chacinera de Gordón: Geras.

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Salimos del emplazamiento hacia el centro de la villa de Pola de Gordón y atacar las primeras rampas hacia Los Barrios de Gordón, que hicimos por carretera y viendo que los caminos estaban aún llenos de agua de la rociada mañanera, pues nos fuimos por asfalto, pero hay un camino a la vera del arroyo de Barrios.

Una vez en Barrios, nos acercamos a su preciada fuente para subir hacia la iglesia de Nuestra Señora y coger el camino de Luteiro, y que sube a la Paradilla de las Tres Cruces, con alguna que otra subida.

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El rumbo que llevamos es Oeste, y una vez subidos al cumbral la ruta se pone calmosa, por caminos más o menos planos y amplios que ganan la Collada Robledo, hasta el lugar del Fraile, un poco más allá se podría seguir hacia Puerto de Meleros, pero preferimos dar resolvernos sobre la derecha e irnos por la pista que acompaña a la riega de Fuente del Fraile, que nos ofrece una primera y dulce bajada, con tramos empedrados, hasta desembocar en Cabornera.

En el entronque con la carretera en dirección Este, hacia abajo, dejando el pueblo detrás, para desviarnos a la izquierda tras dejar atrás una fuente y subir en fuerte repecho hasta una pista sobre la que se dobla a la izquierda, y colocarnos dirección Oeste por debajo dela cumbral que marcan el Pico el Cuerno y La Solana. Una larga pista que se va ciñendo a lo largo de toda la cordal, hasta llegar al altozano y solitario pueblo de Paradilla de Gordón. 

Cuando podemos miramos para la Cordillera, y se ve tomada o por la nube o por los aguaceros, por lo que nos felicitamos en evitar tales situaciones.

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Estos pueblos antes estaban llenos de gentes, y ahora apenas si hay alguien en ellos, y lo que queda son casas reconstruidas para pasar el verano, y algún que otro fin de semana. Pasamos el pueblo y dejamos, el montículo vigía donde se enclava la rural iglesia para ir hacia la Peña Aveseo, donde nos tropezamos con la historia contada en placas de hierro de «Celorio el de Geras. Tu sabes» y que se ha marcado como «Ruta del Celorio» : Esta ruta, de unos 5,5 kilómetros por la montaña leonesa, estará coronada por una impresionante escultura realizada por Amancio González Andrés de cerca de 1,5 toneladas de peso. La pieza, tallada sobre mármol negro, representa una mano que sale de la tierra con el objetivo de alcanzar las estrellas que coronan el cielo de Paradilla de Gordón.»

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La pista nos deja en unas praderías desde la que bajamos el enclave con la carretera (Valdegrillos) y ya por ella pasamos por delante de la Ermita del Cristo para desembocar finalmente en el pueblo de Geras, donde se impuso una parada técnica, ante las apetencias, de cecina, chorizo y jamón… eso si en pleno julio y el bar con la calefacción puesta.

De Geras, que da salida por el Puerto de Araya hacia Luna, nosotros nos vamos al Norte y buscamos el cauce del Río Casares, para en su confluencia con el arroyo de Ardgüello virar a la derecha y comenzar una subida, al pairo de los picos Llaria, Rubia y Peña Burero, trazado que tanto yo como Albano, en parte hacemos a pie hasta ganar las Solanas de Camuña, y ya montados seguir ya rodando al Este hasta concluir en el pueblo de Folledo. Un poco antes el grupo, en el alto Félix, como Truébano, Riestra y Roza nos esperan para seguir ruta
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En Folledo que a esta hora está desierto. Lo cruzamos dirección Sur, hasta cruzar a su vez el arroyo que lleva su nombre, y empezar una suave subida, hasta el bebedero de la Fuente del Barranco, donde Albano se entretuvo con un cachorro de mastín, mientras los adultos, 2 machos y la hembra, no le quitaban ojo a las maniobras.

En este punto con buena agua, hay que tener cuidado pues lo típico es irse por la pista que va a la Solana, y que no tiene salida, salvo dejarse caer por un cortafuegos a Carbonera..
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En la Fuente del Barranco, hay que seguir de frente al Este, por el camino que baja desde la pradería, apenas se ve la ruta, luego se torna más abajo muy visible y nos pone encima del Arroyo del Manadero, ojo en la bajada pues suele haber alambres cerrando el paso a los ganados en plena pista.

De esta forma desembocamos ante la Ermita de Nuestra Señora del Valle en plena carretera de Folledo-Buiza al Puente de San Pedro, trazo común con el Camino de Santiago. (Camino de San Salvador).

Una vez en el Puente San Pedro seguimos por la carretera para pasar por Beberino y poder llegar al punto de partida en un pis-pas.

Ruta cómoda ideal para los que se inician en BTT, y con paisajes impresionantes, de vegetación y formaciones geológicas, sin olvidarnos de los pueblos.

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A la vuelta no pudo ser otra cosa que parar en Busdongo, para  coger pan de hogaza, y comer invitados por Albano, unas buenas lonchas de cecina y queso
Victor Guerra

viernes, 2 de junio de 2017

POR LA INDOMITA Y BUCOLICA OMAÑA

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  • · Punto de Salida y Llegada : La Garandilla
  • · Puntos de Paso: Sierra de Gistredo- Andarraso-Murias de Ponjos-La Velilla
  • · Longitud de la Ruta: 43  km
  • · Horario de la Ruta. 6 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso: 900 mtrs
  • · Participantes: Javier Riestra, Luis Roza, José Ramón Natal,  y Victor Guerra

Las Omañas es un territorio a Sur de la Cordillera Cantábrica, y que a su vez esta al Sur de Babia.
En general es un territorio que está compuesto por varios valles, el de Riello, el de Murias de Paredes y el de Robregordo, los cuales se puede decir que son territorio muy antropizados, y donde todavía hay mucha acción humana, bien ganadera o de diversas índoles.

Sin embargo hay otros subvalles, que conforman las sierras laterales del Valle de Valdesamario, y eso ya otra cosa, y eso lo pudimos comprobar este fin de semana, y es que entre lo diseñado y la realidad hay a veces hay todo un abismo.

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Para esta ocasión había diseñado una ruta que partiendo de La Garandilla recorrería las cumbrales que delimitan en toda su longitud el valle Valdesamario.

Planteada la cuestión al grupo, nos pusimos en marcha hasta llegar a la localidad de La Garandilla punto de cruces de caminos, y buen lugar para empezar la ruta al pie de gran santuario.

Allí nos preparamos para una ruta que en principio estimábamos como rodadora en base a grandes pistas, pero la realidad como digo, a veces es muy tozuda, y pudimos comprobar en nuestras piernas que Las Omañas, tienen de todo.

Ya nada más empezar encontrar los caminos de salida de La Garandilla, y que estuvieran bien nos costó lo suyo y no fue posible salir dando pedales, por tanto hago una nueva propuesta de subida a la Cordal, la cual se hace desde el mismo pueblo de La Garandilla, y se hace por la pista que sube a la zona de las antenas de Matemala, nosotros lo intentamos desde Valdesamario y terminamos metidos en un empuje total de bicicleta por camino muy cerrados de vegetación, motivo por el cual propongo esta otra subida, que es la de Matalama, hacia el Collado de Valdeandrias , lo cual nos coloca ya de mano en la cumbral que va rumbo Oeste a buscar el Alto de Valmalo por la Mata del Pozo, hasta el enclave de caminos de la Peña del Sesteadero.

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La ruta va enhebrando el límite municipal y los diversos altos que la jalonan esta longitudinal sierra desde cual tenemos a la derecha el valle de Trascato de Luna, y valle paralelo del Rio Negro con los pueblos que dejan ver de vez en cuando como Campo de Loma, Santiabñez de la Lomba. Folloso o Rosales, y a nuestra izquierda tan solo vemos la paralela cresta que por su vertiente sureña da vista a la ribera maragata.

Los caminos son amplios aunque bastante dejados de la mano de dios, o sea que los brezales en muchos puntos va tomando la traza, y no mejoran hasta salir a la carretera VC 128/11, donde tomamos su ramal izquierdo lo cual nos permitió cruzar Andarraso, un pueblecito minúsculo del municipio de Riello.


Desde Andarraso, se pasa por delante de su iglesia, y se sale por un camino viejo que pronto nos pone en comunicación con las grandes pistas de los Parques Eólicos, ya que la zona cuenta con una serie de aerogeneradores eólicos, que se van enhebrando a lo largo de la sierra la cual nos presenta sus clásicos badenes, y por tanto indicar que hay que salvar algún que otro repechón en un ciclar un tanto monótono.

La climatología del día regular tan pronto pasábamos del calor a ponerse todo negro y a barruntar tormenta en cualquier momento, y por tanto un elemento como la luz, hace que las sensaciones sean muy distintas y cuando la negrura se cernía sobre la zona, eran un tanto negativas, además la humedad era intensa y el sudor nos empapa, lo cual cuando salía la brisa, o hacíamos una bajada por pequeña que fuera había una sensación alta de frío.

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La zona en nuestro ciclar nos fue presentando varios problemas, por ejemplo el de la cobertura para los GPSs, en especial lo de escasa antena, lo cual hacía que diera lecturas raras, a lo cual hay que añadir que la zona ha sufrido bastante alteraciones, cierres de caminos aperturas de pistas nuevas que nuestra cartografía no indicaba su existencia, y además de que no acabamos de entender por qué había pistas que estaban cortadas con muretes plásticos, y cadenas y carteles de señales de restricción de paso. Es algo que nos deja un tanto perplejos.

Aún con todo fuimos dando pedales rumbo Oeste pasando por Prado Redondo y el Cabañón, ya en plena Sierra de Gistredo, indica que un poco antes hay una escapatoria a la izquierda que baja a la carretera LE-460 de Ponjos, y por la cual circula el famoso proyecto medio abandonado de las Rutas Ciclistas Comarcas Mineras de Castilla y León que está en el más absoluto olvido. Sería la etapa 10 DE Murias de Ponjos a Pobladura de las Regueras.

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Por nuestra parte, con 17 km rodados, y algunos problemas con las lecturas de los GPSs, a la altura de El Cabañón, y rodeados de cortafuegos por todos los lados, seguimos nuestro track que dejaba la pista que iba en ascenso dirección Noroeste, que creemos iba hacia Marzan por la Sierra de Gistredo arriba.

Nosotros seguimos por una pista no tan nueva, pero tampoco muy vieja pues tenía hasta cubetas de recogeaguas, pero eso sí totalmente tomada por los brezos y escobales que complicaban un poco el rodar.


De este modo a estas alturas del recorrido íbamos cerrando el bucle de la ruta , eso sí tras luchas con la vegetación que amenaza con hacer desaparecer la pista, y así será en breve si no se le pone remedio, pues parece que los cortafuegos están haciendo a su vez de zonas de tránsito.

En esta parte del recorrido sin perder mucha altura fuimos dando vuelta al valle que forman varios regueros, destacando el arroyo de Valdeforca, eso sí en medio de una impresionante soledad, valles de bosque solitarios, tan to es así que pasamos al lado de un jabalí hocicando en busca de comida y casi que ni se entera de nuestro paso.

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Fuimos cerrando el bucle por la cabecera del valle y sus límites municipales, saliendo a un cortafuegos que trepaba por el Cueto de la Mallada para bajar posteriormente por las Foceas hasta el ribereño camino de rio Valdesamario hasta desembocar en Murias de Ponjos, eso sí con una subida de la tensión cuando uno de los bikers comentó que estábamos en Murias Paredes, lo cual no era posible, pues significaría un desvío del copón. La equivocación era evidente cuando nos dimos de bruces con el letrero de Murias de Ponjos.


Aquí se abrió una disyuntiva, el track ordenaba subir a la cresta de la sierra que divide Las Omañas y las tierras maragatas, pero el día no parecía estar en buenas condiciones y la ladera que podíamos contemplar nos daba la impresión de que estaba también bastante tomada por la vegetación, y habiendo topado con el sendero de 4 Valles que iba por los fondero del valle, acompañando a la carretera LE-460, no lo pensamos dos veces. Pues además había compañeros que la ruta no les había gustado en demasía.

En Murias de Ponjos , pues tomamos el PR- de El Valle de Samario, que recorre toda la ribera del rio hasta desembocar en La Garandilla, o sea unos 13 km de fácil recorrido, pue se trata de un camino ancho, que fue el camino histórico que en ocasiones se han embridando con la carretera antes citada, y hace del leve descenso hacia La Garandilla de un paseo a lo «veranos azul» sin complicación alguna, y cuyo recorrido si se quiere hacer en familia, este tramo de La Garandilla a Ponjos, bien merece la pena.
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Por nuestra parte, quedamos con la idea de cómo sería la parte superior que dejamos para otra ocasión, y que nos hubiera dado, suponemos una grandiosa vista sobre la ribera maragata. Para otra ocasión,

Y ya saben si hacen esta ruta, tengan en cuenta que tendrán que pegarse con el matorral, o tomar en lo alto de Gistredo la variante que baja a Murias de Ponjos, por la Peña Quebrante como ruta ciclista de Comarcas Mineras

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Fotos de la Ruta Víctor Guerra, José Ramón Natal

Víctor Guerra

viernes, 26 de mayo de 2017

VUELTA A LA SIERRA DE PEÑA MANTECA

  • Punto de Salida y Llegada: Collado Muro (Belmonte)
  • · Longitud de la Ruta: 29 km
  • · Horario de la Ruta. 4, 30 h
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.124 mts.
  • · Participantes: Noelia Rojo- Natalia Montes- Juan Piñera-Javier Dolado-José Ramón Natal

Lo cierto es que teníamos ganas de hacer esta ruta, de la cual ya tuvimos que descabalgarnos este invierno al intentar hacerla desde Belmonte por Arcello, y nos llevó lo que no está escrito, pues hay partes del camino muy perdidas y eso nos hizo girar hacia la Sierra de Begega con sus eólicos como alternativa al abandono.

Peña Manteca, siempre fue dentro del imaginario vaqueiro una referencia, pues no deja de ser ese paredón calizo, que se ve desde muchos tránsitos ganaderos que se daba y se dan en la zona. Es un fario radiante para las gentes ganaderas, de la Mesa, de Tineo, de Belmonte, de Cangas de Narcea. etc…

En campo de atracción es importante en ese querer hacer las cosas, y Peña Manteca, es de esas espinas que uno debe sacarse, me acuerdo que la primera vez que oí hablar de este promontorio fue a uno de los zapateros de la Calzada, que eran naturales de Navelgas.


Con todo eso en la cabeza, la idea era volver a realizar la ruta , peo en esta ocasión nos propusimos  hacerlo partiendo del Collado del Muro,pero en esa ocasión tampoco pudo ser, los copos de nieve caían bajo nuestros cascos, y los cazadores allí anclados tras un batida fallida, nos hablaron de una ruta dura y larguísima, y sabemos que por aquí anduvieron gentes duras del Mounatin Bike, por lo cual en nuestra imaginación esta ruta se conformó como una ruta lobera, o sea de porteo, senderos técnicos, etc-, o sea de brega total, por lo cual para no arriesgar nos dimos cita en el Collado del Muro (742 mts altt.)

Aunque para se correctos, decir que nos dimos cita antes en Belmonte, en el Hotel Cela, para el desayuno, donde nos encontramos con toda una marabunta montañera camino de Somiedo, pues el Cela se porta bien y ya se sabe, donde a uno le tratan bien , el personal repite.

Tras contarle al personal asistente  la ruta, los pormenores  en marcha aunque éramos más bien  pocos,  fuimos preparados para todo, y con esos escaso bagaje nos echamos de nuevo a los coches para subir por la carretera que desde Alvariza, que en 7 km salva sus buenos 500 mts., de desnivel, lo cual nos dejó en el venteado collado del Muro, con amplias vistas a las sierras del entorno.

Por estas tierras también anda el GR -109 Asturias Interior, pero sabe dios por donde va, pues se ven pocas señales, y además por mucho que digan los carteles de Inicio de etapa, que sus recorridos son ciclables, la verdad es que depende, pero a estas altura hay que decir que papel todo lo aguanta.


La mañana estaba fresca a eso de las 10 h. pero prometía un día bueno, por tanto preparadas las trotonas y los equipamientos, nos echamos en busca del camino idóneo, que en esta ocasión va dirección Este,hacia el Putril, con un arranque de trazado hormigonado pero con un desnivel importante, y cuya ascensión  nos va dando preciosas vistas sobre el valle de Carricedo, una vez llegado a lo alto del repechón, la ruta vira al Sur tomando una pista cómoda que por Braña Extremera enfila hacia Pico Montoro y Pico Espineda, ya encima de los predios de Sierra de Arcello.

Son espacios abiertos, grandes praderías y brañas aisladas que configuran una determinada identidad ganadera que quiero identificar como vaqueira. Por el camino nos encontramos con un espécimen  a modo de paisano entrado en años, sentado en lo alto del caballo del través, y al asaltamos a preguntas sobre nuestra ruta, de la cual desconocíamos casi todo, aunque sus contestaciones no nos dejaron muy satisfechos, «camino difícil y duro y tenéis todo el día que es largo», nos dijo a bocajarro, aunque con una desdentadas sonrisa con sorna asturiana, ante la cual  le pregunto sí había estado muchas veces en el famoso Collado del Abedul, me mira, se sonríe y rememora…y nos enseña una vez más su singular sonrisa…,  supongo que pensará que  para qué contestarle a un xaldo que va en bici
  
Sigo con la mosca detrás de la oreja, pues no tengo claro como es el camino , y no veo que nos vayan llegando los tramos trialeros y de porteo. En nuestro trasegar  seguimos llevando el crestón de Sierra Manteca a nuestra derecha, y debajo la riega de Valbona, mientras nuestra ruta  va variando al suroeste hacia Brañavieja.

Eso sí antes de Campoleo nos acercamos al collado para ver desde este otero las tierras de La Mesa con la Sierra de Montovo en primer plano. La vista es espectacular, aunque parte de los compañeros están más en el tema de dar pedales no nos vaya a ser que nos coja la noche, es que merece la pena quedarse un buen rato contemplando tanta extensión de valles y sierras…

Entre Brañavieja y la braña del Corralón, entramos por un momento en una traza de camino semiperdido, muy estrecho y lleno de barrizales, que nos obliga durante unos 200 mts., a tirar de la trotona. Pero pronto salimos a caminos más francos,  más claros y también con más horizonte, pues  vemos lo que tenemos enfrente, una vaguada impresionante marcada por el Regueru Abedul, tras el cual nos queda superar un fuerte repechón hasta quedar en medio de la collada que forman el Pico Catouto y Miru Chargu, de esta manera cerramos el bucle sobre Sierra de Qunitanal. Ignoro el nombre de este significado collado, pues el otro que queda detrás de un roquedo y que está encima de la majadas en el del famoso collado del Abedul. tal y como luego me enteré.

Desde este lado del collado, vemos una braña en lo medio de la ladera del valle a la cual bajamos por el viejo camino llamado del Morxal, dando vuelta al pico Catouto, y llegando de este modo a la braña de El Abedul, habitada por muy poca gente, aunque como buenos vaquieros siguen aferrados al terruño. En este punto repostamos agua, y cambiamos pastillas de frenos, y quedamos sorprendidos porque dentro de unos cuantos cientos de metros empezaremos a cerrar el bucle sobre Sierra Manteca, y las dificultades previstas parecen haberse volatizado.

Al final de la aldea, una vaqueira de bellos ojos, nos dice que tengamos cuidado al salir del pueblo  no nos vayamos valle abajo y terminemos en Tuña- es cierto que cuando me acerqué a la majada de Buscativu, a lo lejos puede ver la localidad de Tineo- eso me dio que pensar, pero no caí en la cuenta que delante de mí tenía el hondo valle de Tuña.

A la salida del pueblo, cuando ya cogíamos el carretil asfaltado virando al Norte, al llegar a los entornos del Cerro de Valdeapila, tuve la visión de que todo aquello me sonaba ya a conocido, y de repente mi cabeza hizo como una especie de  re-orientación geográfica, como cuando uno mueve la brújula del google earth,  y digamos que ya me situé, había pasado por esos entornos viniendo de Merillés, y en Valdeapila cortamos hacia el otro lado del valle, hacia Las Campas y Tornos para coger la pista procedente de  de Los Cadavales , pero por el valle más al Oeste que el Genestaza-Tuña.

Ahora entendía algunos crestones que veía como los denominados Pico Cabra y Peña la Fana, los cuales dan origen a la famosa fana de Genestaza. Contento de poder resituar geográficamente una ubicación con tan solo ver un prado y una cabaña, me puso contento, y ya estando todo en su sitio la ruta se presentaba de buenas trazas.

Cruzamos la sierra de Chagunil, aunque seguía preguntándome donde estaban aquellos malos caminos que todo el mundo me decía que había, dándome a entender que la bajada al Abedul era poco menos que terrible, y la verdad que fue un paseo bajar hacia ella, y ya lo que pudiese venir ya era menos, pues estábamos en la vertiente occidental de Peña Manteca, y por malo que viniera, digamos que el trecho hasta el Collado del Muro era relativamente corto.

Le seguíamos dando vuelta a Sierra Manteca, por tramo asfaltado hasta cruzar la Sierra de las Palancas, en cuyo collado, de Las Bobias, dejamos el rumbo y camino asfaltado, para ir hacia Abango, virando al Este para después coger rumbo Norte por las amplias pradería de las Degollá y Bustieecha, rodando bajo la vertiente de Sierra Manteca, que por este lado presenta un buen farallón calizo  bastante inaccesible, y ya en su día me pareció en una ruta que hicimos el amigo Poldo y yo desde Tuña-Boinas-Belmonte.

Y aquí estamos rodando  por las amplias praderías, bajo Peña Manteca, las cuales van dejando paso a los caminos reales por los cuales nos echamos en descenso hacia el pueblo de Quintana. El descenso hacia la localidad es  un trazado interesante, aunque sin mucha dificultad pero la suficiente para que el personal se divirtiera camino abajo, lo cual concluye ante la enorme iglesia de San Julián de Quintana, dimos unas vueltas y cuando ya me estaba lejos  recordé que en ese cementerio había un nicho con la foto de un masón, y sobre el cual escribí hace tiempo el Masón de Boinás.

La ruta tras pasar el puente de Los Pontones, digamos que continuaba por Boinás, dando vuelta al enclave minero que en su momento hizo todo un furacón para extraer oro, pero por un despiste del que suscribe, y oliendo ya cerca los coches, el personal se fue carretera arriba hacia el Collado del Muro, que ya estaba bien de disfrutar del paisaje y de paisanaje.
Lo cierto es que era atrayente no subir por la carretera sino por el fondo del valle, sobre el cual ahora ascendíamos hacia Collado del Muro, pero me da la sensación por lo que pude entrever que no había secuencia de caminos que cruzasen el valle

Por lo cual nos fuimos carretera arriba, contemplando los farallones de Peña Manteca, y estos cerrados valles y hasta donde el hombre ha tenido que conquistarlos para poder dar de comer a sus ganados.


Una ruta interesante, que tiene peor fama de lo que en realidad se merece.Pues es una ruta aconsejable para esta época pre-veraniega.


Dificultad de la Ruta IBP 104

Fotos de José Ramón Natal y Víctor Guerra

Víctor Guerra
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