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viernes, 11 de octubre de 2013

EN BTT POR GENESTAZA Y LOS CADAVALES

 · Punto de Partida y llegada: Tuña (Tineo)
  • · Puntos de Paso: Genestaza-Azorera-Cadavales-Daguelo-Mieldes
  • · Kilómetros de la ruta: 44
  • · Horario de la ruta: 5 horas
  • · Desnivel Acumulado de Ascenso: 1472 mts
  • · Desnivel Acumulado de Descenso: 1480 mts
· INDICE IBP: 129 BYC
· Asistentes a la ruta: Javier Dolado- Javier Paredes- Rubén Bardera- Albano Capezzali- Roberto Álvarez-Rubén Malgor-Julián López – Ramón Natal y Pablo el benjamín del grupo.

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 Subiendo a los Cadavales

La temporada da comienzo y es bueno poder rodar sin que los repechos nos aprieten las piernas, y además como ya habíamos abortado esta ruta, volvimos a la zona con la idea de rodar de forma cómoda hacia uno de los destinos preferidos de los «vaqueiros de Alzada» los puertos de Los Cadavales.

Nos conjuntamos como ya es costumbre en la barra de Casa Pipo, para desayunar y prepararnos para la bonita ruta que teníamos por delante, en este caso llegar a los puertos veraniegos de los Cadavales.

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Partimos pues de Tuña por la carretera local que sale del pueblo rumbo Sur, hacia Genestaza, por tramos planos y metidos en la fresca vegetación que envuelve la carreterita que poco a poco va cogiendo altura sobremanera a partir del desvío de Puentecastro, desde la cosa se empina de una manera increíble para subir al pueblo de Gesnetaza.

Repechones que van poniendo a tono nuestras monturas y piernas, a la vez que nos ofrecen muy agradables vistas sobre las brañas vaquieras como Las Campas, La Troncada o los Tornos, aldeas algunas de ellas alas que subimos la vez anterior cuando desde Merillés tuvimos que abortar la subida a los Cadavales, y atajamos camino de Mieldes atravesado la Cordal de Los Fontaniles.

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Participantes de la Ruta

Ahora la climatología es distinta, y el día se nos ofrece esplendoroso, y una vez ya en la llanada en la que se asienta el pueblo de Genestaza, ya divisamos a lo lejos la abertura del valle que corona el collado de los Cadavales.

La ruta, como digo se tranquiliza, y hace el paseo extraordinariamente bonito, pudiendo contemplar en toda su dimensión la Fana de Genestaza, a poco que nos demos vuelta sobre nuestras monturas. Al principio solo veremos una pequeña brecha de tierra que se vino de la montaña valle abajo. Pero cuando subimos a la braña de La Azorera, podemos ver en toda su dimensión el valle que hemos subido y la famosa fana de Genestaza que es increíble lo que por esa vertiente bajó en su día.

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Raposinos dando la espalda a la Fana de Genestaza, al fondo

Desde esta alta braña se puede ver a la derecha el Cuetu La Cabra, el Altu Gamonalín y Peñas Negra, y a la derecha la mole del Pico Buey y más cerca de nosotros el Pico El Malatu.

Contemplado tan espectacular paisaje se desciende desde la braña unos metros por la carretera que subimos hasta un camino hormigonado que se abre a nuestra derecha según bajamos, y por el cual nos adentramos ya pegados a la riega Genestaza, el camino se va volviendo cada vez más estrecho hasta desembocar en apenas un ancho sendero carcomido por la riega. Nosotros en este tramo nos fuimos por el prau arriba para encontrar al otro extremo del camino comido por la riega una pista que sin mucho problema y alzándose de nuevo sobre el valle da vista tras unas portillas a los Cadavales.

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Nuestros naturalistas Albano y su musaraña,  y Javier sus setas

A este paraje le dan sombra los picos Comenosu y El Palastru, por entre los que pasa la pista que busca el pueblo de La Rebollada. En la fuente pilón nos echamos a la bartola y recuperadas las fuerzas, y la galbana nos hizo no subirnos a las lomas circundantes para contemplar los valles somedanos del Pigueña, y los parajes donde el oso campa a sus anchas camino de Villa de Vildas.

Concluida la siesta, damos la espalda al depósito de agua y tomamos una pista amplia que nos lleva rumbo Oeste por debajo de Matancia y por entre el Monte Dagueño, para mostrarnos las primeras brañas de Ridera u Cuadriella de Ambrés, que nos muestran oras posibilidades ciclomontañeras.

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La ruta ya vira en franco rumbo Norte dando vuelta a Las Folgueras, dejando a la izquierda la naciente Sierra dela Cadrijuela, mientras nos dirigimos hacia la braña de Dagueño, cruzando varias nacientes riegas que mueren en el fondo del río Dagueño. Cruzamos la braña por encima de la Ermita de San Fernando y vamos bordeando la línea cumbral a media ladera camino de Mieldes, que pasamos por arriba, sin apenas tocar tan importante población tinentese.

Tengo la convicción de que se podría ciclar la pelada cumbre, sorteada en algunos puntos de recuperados espacios para pasto ganadero, pero dado lo avanzado del día me alejo de aventuras extrañas y sigo la pista principal, que en la etapa anterior habíamos entroncado a esta misma altura, y que sin problema alguno nos lleva a Tuña.

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La pista nos lleva por las Peñas de Guezea hacia el marcado collado que forma el Pico Brañosín y la Cuesta del Paredón., y sobre el que se dobla para perder de vista el valle de Mieldes y entrar valle abajo por medio de una larga bajada por pista, en algunos tramos con firmes algo pedregosos que nos van llevando hacia el fondo del valle.

Entramos en una pequeña foz llena de arboleda al par de la riega y por cuyo buen camino ya más plano y sencillo de rodar nos topamos a su salida con el pueblo de Tuña, en el cual nación un liberal de 1812 como el General Rafael del Riego.

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Como no podía ser menos celebramos nuestra ruta con unos bocatas de chorizo y unas cervezas a la vez que nos amenizada la opípara vianda un monologuista Cellero que por allí campaba porque eran las fiestas del pueblo, también estaban los compañeros de Enduro Astur, pero pasaron de nosotros. ¡¡Que le vamos hacer¡¡¡
Víctor Guerra. Un veterano biker de los años 80
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