- · Punto de Salida y Llegada: Sotres
- · Puntos de Paso:
- · Longitud de la Ruta: 34 km
- · Horario de la Ruta. 4 horas
- · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1201 mts
- · Participantes: Javier Dolado- Luis Roza- Javier Riestra-Jose Ramón Natal-Victor Guerra
Volver a las tierras altas de Cabrales, es siempre una delicia, primero por aquello de ver de nuevo a los viejos amigos que uno tiene por estas latitudes, Juanjo, Raquel, Josefina (Cipriano) y luego porque rodar por los entornos de Picos y de Ándara siempre es grato, y uno comprueba el estado físico y técnico que tiene, ya pasados los años. Digamos que estos territorios uno se hace un chequeo tipo ITV.
Y así fue como realizamos el desplazamiento hasta Sotres, el pueblo ubicado a más altitud de los Picos de Europa, que este pasado sábado presentaba un bonito ambiente, de buen sol y como no de peña conocida y famosilla (Carlos Suarez, Juanjo San Sebastián, Bernabé Aguirre, etc) pues no en vano se organizaban las IV Jornadas de Montaña que organizaba Casa Cipriano y Deportes Cavana.
Un reconfortante té y un bizcocho, y a la trotona, pues hoy era una jornada especial dedicada a JOMASA, el cual ha patrocinado la equipación que ahora algunos llevamos, y que en junio irán a dar pedales al Canal de Castilla, durante unas horas pues tendrán que cubrir unos 163 km.
Aventuras aparte, salimos pues de Sotres, por el carretil de subida a la Caballar, que ya de mano tiene sus repechos, y que subimos despacio pues Natal se nos despistó y se fue camino de Áliva, carretera abajo, recuperarnos con estos repechones , cuesta…
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Por tanto, la subida se hizo cómoda y aprovechando para hacer fotos a mogollón que el día estaba para ello, y teniendo tan buenos modelos, eso sí en ocasiones un tanto remolones, pues eso a darle al chisme de las asemeyas luego pasado el tiempo, el personal ya se ponía más baturro a la hora de prestarse a eso de posar, siempre pasa al principio genial, luego ya es un coñazo.
Entre fotos y chismes, ganamos en unos minutos por carretera el tamo que hay hasta La Caballar, con su espectacular vista sobre el Collado Pandebano; y luego desde los invernales, con el miserrimo monumento de la Vuelta a España partimos hasta el Jito de Escarandi que es una amplia vaguada que se gana en unos minutos sin esfuerzo
En el Hito de Escarandi dejamos por un buen tramo de tiempo los firmes de asfalto, para meternos en la soledad del mundo de la caliza eso si en estos primeros kilómetros acaballado a estas alturas con el verde de los hayedos.
En esta ocasión y viendo el perfil de los participantes, que lo suyo no es lo técnico, la ruta tomó otro sen y nos fuimos en dirección al Vado de los Lobos, a través del denso hayedo de Valdediezma, puesto que solo tiene una bajada hasta la Vega del Tronco, sin más complicación que la pendiente, y luego ya se desfila por este mini –Cares, que en plano va por encima de la Canal Negra, para ir dando vuelta sobre las perfiladas laderas de Tras la Torre, recorrido perlado de un esplendoroso verdor que desprendían los hayedos. Estaban increíbles.
Una vez en la revuelta sobre los Joyos de Pregonia, las vistas sobre el Monte de Obesón y la Sierra de Cocón, con el pueblo cántabro de Tresviso a sus pies, eran todo un contraste, y más hoy para la encomienda que traíamos de llevar a cabo una sesión fotográfica, que fue resultando interesante, aunque cargar con las cámara grande, CANON 760 es todo un coñazo, pero como digo el día estaba espectacular y así se veía la majada de La Cerezal y de la Llama, espléndidas, todavía recuerdo cuando todas estas majadas tenían las cabañas en el suelo, y mira ahora lo remozadas que están. El Parque Nacional por mucho que digan sirvió para que muchas cabañas hoy estén en buen estado. Tiene sus ventajas e inconvenientes.una estructura como el PN.
El camino hacia el Vado de los Lobos, con un firme excelente se pega a la ladera, para ceñirse a la vega de la riega del Torno y ganar el enclave del Vado de los Lobos, cuyo encrucijada dejamos para arrimarnos hasta Los Hornos del Doblillo, y poder en primer plano la mítica bajada del Balcón de Pilatos, que hasta hace poco bajábamos con nuestras trotonas, hoy actividad totalmente prohibida.
Vemos la Sierra de Beges y más a la derecha el famoso Collado de Pelea, que da acceso a la aldea lebaniega de Cabañes, desde Bejes, pero nuestro camino es otros, o sea que tras explicar al personal que por aquí circulaban carretones de bueyes, con mineral que se aligeraba en el Dolblillo, es toda una historia.
Nos volvemos sobre nuestros pasos hasta el Vado de los Lobos, para hacer un alto en el camino al par de la cantarina fuente, y tras el merecido reposo acometer la subida de unos 11 km hasta el Circo de Ándara.
Subida de buen firme y a la sombra del hayedo hasta las proximidades de la Revuelta del Tejo, luego ya se sale al desnudo mundo de la caliza, y las grandes vistas sobre Picos, las sierras adyacentes y hasta perdernos nuestra vista en algunos momentos en lel gris azulado del mar Cantábrico.
Cuando empezamos la subida el personal iba reunido, pero luego ya empezó la presión de ver y comprobar la potencia de cada cual, y ya el personal se desmandó ladera arriba, ni fotos ni ostias, Salvo Natal que iba sufriendo mi cabreo por tener que tirar de los armatrostes fotográficos, y sin un triste modelo Jomasa, para hacer fotos. Allá por debajo de nosotros Braña Redonda, a esa altura el personal se dio cuenta de la situación….
La verdad es que me estaba constando afrontar la subida, que si hasta la base del Macondíu fue la cosa bien, la subida de los 5 kilómetros hasta ganar la Collada del Trasmacondíu se me hicieron duros, pero no imposibles, pequeños desarrollos y para arriba tirando del peso y la incomodidad.
Ya en el Circo de Ándara se impuso una parada, para contemplar el mundo calizo y lo que fue el escenario de minero por excelencia de los Picos de Europa, estancia solo mitigada por el miedo de Dolado a que le cogiera el agua, pues había ciertas nubes en lontananza que a partir del mediodía hicieron que la luz fuese un tanto mortecina, ya Tomás del Refugio de Uriellu, por la mañana en Sotres nos avisó de las tormentas anunciadas para la tarde.
Dimos la vuelta al Macondíu, hasta ganar la cabecera de la Canal de las Vacas, que era por donde me hubiera gustado bajar, pero aparte de que no está permitido, por ser PN, y no está permitido dejar las pistas, mis compañeros no eran los adecuados para aventuras técnicas por senderos.
Y lo vimos nada más llegar a la altura del Refugio Cabaña de Ándara, donde el camino se echa abajo sin remisión por encima de las canales de las Vacas y la Jazuca, por donde probé que los reflejos encima de una bici rígida de 26”, con la cabeza fría y el dominio técnico en la punta de los dedos y de los pies e pude sacar partido a estos tramos semi-técnicos, en los cuales las cubiertas y la llantas aguantaban preso y presión. Me sigue gustando la conducción de una semirrígida, que va leyendo firmes y tropiezos
Pero antes, eso sí algunas fotos y contemplar lo que fue el trabajo minero de Picos de Europa con carretones de bueyes, y muchos antes los trabajos de abrir caminos y conquistar a estos pedregales para las trazas camineras, con 200 o 500 obreros bregando por estas latitudes, y luego meterse en los furacos a sacar material, a modo de un silencioso trabajo de topos bajo la dirección de los preclaros ingenieros de aquellos tiempos, los cuales dejaron huella en estas tierras.
Porque si en algún lado se ve a la perfección la labor planificadora de los viejos ingenieros ilustrados del siglo XIX, que compaginaban su labores como ingenieros y geólogos, sabiendo combinar dichas dedicaciones con el estudio de los biotopos alpinos o la observaciones varias que desarrollaron hombres como Vernueil y de Loirére, Guillermo Schulz, o Casiano del Prado, etc.
Aun no entiendo como no existe en Sotres un Museo de la Minería en Picos de Europa, cuando se han gastado miles de euros en cincuenta museos: del queso o de la madreña.
Pero bueno viendo que toda la zona desde Cangas de Onís, hasta Peñamellera incluido el valle de Cabrales, no cuenta con un Museo de la Montaña, uno puede hacerse a la idea de la desidia institucional a cerca de estas cuestiones, y máxime cuando ello hay que compartirlo con otros concejos y otras Comunidades Autónomas, habrá que esperar unos 50 años para que se puedan ver esas muestras museísticas.
Dejando atrás recuerdos y remembranzas, me fuí ladera abajo, aunque no por ello me cebé en el descenso que fui disfrutando por tramos la bajada, y parando para sacar fotos al personal en la particular bajada de cada uno, y por si alguno se iba al suelo, pues no abrir mucho hueco,.
Cuando nos dimos cuenta, ya estábamos de nuevo en el Hito Escarandi, de nueva una parada y ya de nuevo dirección Oeste camino de Sotres, por el trazado de asfalto hasta La Caballar que fue un paseo que hicimos, realizando una pequeña variante por las pistas de Concentración Parcelaria de Toral entrando a Sotres por cara Sur.
Una ruta intensa, más o menos sencilla, depende como uno se la tome, pero en 34 km un desnivel de 1200 mts y con momentos con firmes de aquella manera. Una ruta para no quitarle un ojo.
Fotos de Victor Guerra y José Ramón Natal, y Javier Dolado
Victor Guerra