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Foto de Juan Pîñera en Campa CImera
- · Punto de Salida y Llegada: Figaredo.
- · Puntos de Paso: Turón-Villafría-Puente Villandio-Fozu Fortuna- La Molinera- El Mosquil-La Faya Verde-Campa Cimera-Colladiella- La Mozqueta-Pico Polio- El Rancho- La Viña
- · Longitud de la Ruta: 45 km
- · Horario de la Ruta. 6 h.
- · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.150 mts
- · Participantes: Juan Piñera-Luis Roza-Javier Riestra- Victor Guerra
- · Track de Wikiloc:
La climatología manda, y por tanto lo mejor es rodar por entornos conocidos por aquello de no exponer al grupo en situaciones que puede ser potencialmente adversas, y como además hacía ya tiempo que no íbamos a la zona del Caudal, nos fuimos a una zona interesante, la cual puede ser idea para muchos practicantes tanto por las facilidades en su realización com o por las posibles escapatorias y variantes.
Dicho y hecho, de ahí que nos fuéramos a Figaredo, como punto de partida para dar la vuelta al Pico Polio desde el Valle de Turón.
Salir de Figaredo hacia Polio, lo cómodo y bonito, aunque la zona este medio degradada es hacerlo a través de la Senda Verde de Turón, la cual cruza todo el valle hasta ganar la parte alta ya lindante con los territorios del Nalón, luego serán otros caminos y pistas señalizados de diversas maneras como los Anillos Ciclistas de la Montaña Central, u otros los que nos devuelvan a Figaredo.
Salimos pues por la Senda Verde o fluvial, tomando la dirección de Peñule donde conectamos con la Senda Verde de Turón que nos va envolviendo en los recovecos del valle, bien por una orilla de la carretera AS-337, bien por la otra, o cuando no está nos acerca a las orillas del rio Turón, ganando en ese recorrido metros al valle turonés, que nos presenta, a nuestro paso, diversos inputs como el Pozo Figaredo, ya cerrado, así como tantos otros, y pudiendo ver como la mano del hombre ha variado todo un paisaje.
Deslindar. O enunciar los sitios por los que se pasa en esta por Turón, es complicado, pues estamos ante una sucesión de aldeas y casas que se van encadenando metro tras metro hasta alcanzar la zona más poblada que es la Cuadriella, y todo centro urbano que se genera alrededor del Pozo San José que se conoce como Turón, centro reconvertido y de buena presencia, y lugar donde nuestra ruta deja lo fondero del valle para subir por las antiguas escombreras hacia el cementerio de Turón, que sigue presentando lo que fue la zona civil medio abandonada.
Subimos hacia Trescasa en base a una buena repechada para tomar altura sobre el valle, y pudiendo ver las laderas que se derraman de la sierra de Polio hacia lo fondero del valle turonés. Ya situados en un plano alto, pues apenas si perdemos altura en algún punto, pero nada importante, así pasamos por encima de poblaciones como Villafría, pudiendo ver a nuestros pies el pozo Santa Bárbara, o ver el viejo castillete de Pozu Espinos, hecho de madera, y como alto valor añadido contemplar lo que fue el centro neurálgico de la revolución de Octubre del 34: La Rabaldana.
Siempre que paso por estas tierras me llama la atención el que un ayuntamiento tan de izquierdas como el mierense, no haya hecho del 34, una cierta bandería histórica ya que desde la Senda del Valle Turón se pueden pasar y observar todos los escenarios, no se haya hecho todo un desarrollo temático en formato de paneles explicando los escenarios de Octubre del 34, que se estudia en la mitad de las Universidades del mundo, menos en el lugar de los hechos que se guarda a modo de vergüenza, y ya se sabe un pueblo que esconde su pasado…
Seguimos nuestra ruta por lo alto de la Senda que discurre por la vertiente derecha del río Turón, y de cuyo plano bajamos hacia el Puente Villandio, para poder acercarnos al tristemente famoso Pozo Fortuna, al cual fueron arrojados bastantes «rojos». Hoy su entorno ha sido convertido en un pequeño museo de la Memoria Histórica, con diversas instalaciones, una de ellas con variadas frases de escritores y pensadores universalmente reconocidos.
Dejamos atrás el Pozu Fortuna, con unos 10 km rodados, para encaminarnos de nuevo hacia la Senda que sube a la ladera que se deja caer desde la cumbral del Navaliego; Sí hasta aquí la Senda mostraba cierto abandono, que se achaca a la crisis económica, creo que ello también afecta a una cierta crisis de valores, como es la desidia por los entornos, lo cual camino de La Molinera se deja notar con una continua presencia de árboles caídos y argayos sobre la plataforma de la Senda, que pueden considerarse como circunstanciales, pero no también denota la inexistencia en labores de mantenimiento, con cientos de metros de barandilla derruida, por todas partes, etc.
Desde Fortuna pasando por La Molinera y subiendo un poco más arriba hasta las viejas instalaciones de El Mosquil, más que rodar lo que hicimos fue saltar, bordear y alambranos en una sucesión de árboles caídos sobre la Senda, que daban ganas de irnos para atrás y marcharnos para casa.
Impresentable el espectáculo de la Senda de Turón, parece conformar todo ello parte de esa inercia de abandono total, incluso por parte de la ciudadanía que espera la presencia municipal a modo de maná, no me extraña que los Anillos Ciclistas de la Montaña Central de Asturias, se vengan a abajo, los propios grupos ciclistas del Caudal, han pasado de tal infraestructura biker como quien oye llover.
En fín la crisis se ha llevado por delante muchas cosas, incluso la estima por los lugares propios.
Una vez dejado el Mosquil con sus viejas instalaciones mineras, y habiendo desaparecido la gymkana arbórea, la Senda de Turón entra en otra fase, la que conecta el Mosquil a través de las aldeas o barrios de Urbiés: El Cantinquín y la Faya Verde con la parte alta del recorrido, donde la Senda toma otro cariz, pues aquí con 17 km rodados, los perfiles de la ruta muestran los primeros repechos de una larga subida que por los aledaños del Mayau Carril hasta ganar el entronque con la pista que viene de Cabañaquinta. En la subida nos preguntamos por el grupo biker Yeloquehay que nos pasó como un cohete un poco antes de La Molinera.
En la subida nos encontramos con un pequeño grupo senderista con Monchu Rodriguez y Dani del Aire, camino de Cabañaquinta, me paso cambiamos algunas impresiones, y cada cual sigue su camino…
A partir de aquí ya está todo ganado se dice, lo cual no deja de ser una verdad a medias, pues la ruta una vez se llega al entronque sigue subiendo hasta coronar mucho más arriba, dando vista al Pico Tres Concejos, y por cuya pista nos echamos abajo, cogiendo velocidades de vértigo. Aquí es donde se deja notar la diferencia entre unas trotonas y otras, las dobles, bajan que se las pelan, hasta lo más inexpertos nos dejan atrás, les faltará técnica a algunos de ellos, pero la estabilidad de las dobles les aporta seguridad, pues se lo comen todo, bajan sillines y no se les ves el pelo en la bajada.
En fin, nos desviamos un momento en Campa Cimera (21Km) para poder ver la vertiente del Nalón, con novedosas vistas, o por lo menos perspectivas que no nos son muy frecuentes, ver las sierras colocadas en otro orden de ubicación es una cosa que extraña.
Contemplada la vista nos vamos pista abajo hacia el monumento a los Maquis, el cual resiste las inclemencias y el olvido. Se sigue cumbral abajo hasta el entronque con la carretera que une las dos cuencas: Caudal y Nalón, por el paso de La Colladiella.
Aquí seguimos las señales de los Anillos Ciclistas, y tras cruzar la carretera nos vamos hacia el promontorio que nos separa del otro paso, conocido como la Collada La Mozqueta, a la cual se baja por un tramo urbanizado para entrar en la gran pista que nace al par de la citada collada, en la cual aún se mantiene en pie las señales de los Anillos Ciclistas
Se continua rumbo Oeste, por encima del límite municipal que va por la Cordal de Urbiés, pasando por la Campa Les Abelles hacia la bifurcación, donde un ramal va hacia la aldea de Santo Justo, por donde también va el PR.AS.34, Nosotros seguimos por el ramal que sigue por la derecha en ascenso, ahora al abrigo de la cumbral, aunque el temporal viene del Sur y amenaza con echarse encima de un momento a otro.
Tras la subida, la ruta se va haciendo dura, y los ritmos bajan bastante, también porque el paisaje se deja contemplar dada la luminosidad del dia, se entra en un tramo más plano que desfila por amplias praderas que nos acerca al paraje de La Violar, donde los Anillos se van por la derecha por la Sierra del Rebullu, nosotros seguimos de frente y obviamos la bajada a Carcarosa, para bordear el Pico Polio, por la vertiente norteña, pasando por encima de la naciente sierra de Carraspientes, para de este modo ganar la Collada Les Muries.
En este punto Juan Piñera decide subir a la cumbre del pico Polio, mientras el resto nos quedamos al abrigo tras los matorrales contemplando el gran paisaje que ofrece la zona, con un ángulo de visión casi que a los cuatros costados. Uno podría estar horas y horas viendo y desentrañando las referencias paisajísticas.
De nuevo nos ponemos en camino hacia el Oeste, pasando por encima de todas las antiguas escombreras y lo que fue la explotación minera del Cielo Abierto de Polio, dejando a la derecha la sierra de Tablado, que dejamos atrás para bajar hacia el Área Recreativa de Rozamayor y el Rancho, donde se empalma con el asfalto para seguir bajando por encima de Vegalafonte, hasta llegar al núcleo de La Viña.
Aquí se deja el rumbo Sur cogido más arriba en El Rancho, para virar al Oeste, a la derecha y por firmes de tierra entrar en el “plano minero” que cruza toda esta ladera del monte por los Prados de Alfaiz y Talambera, en cuyo punto el agua hace su aparición, aunque nos deja llegar hasta los viejos cargaderos de la Mina La Clavelina.
Aquí, en la vieja explanada se pude ver el trazado del río Caudal con Mieres del Camino, cuyo horizonte cierra la Sierra de la Peña, y al Sur el valle que entra hacia Lena, ahora cubierto por la cortina de agua que se nos viene encima.
Bajamos por el viejo camino que va hacia Villarejo, y su formidable palacio de los Heredia, que vemos a lo lejos, pues resulta que no vamos a bajar por Villajero como hacemos algunas veces, sino que viramos al Sur, dando la espalda al palacio para seguir por un bello camino-sendero que nos coloca encima de Figaredo, a donde llegamos en un pis-pas, eso sí con el agua lamiendo nuestras ropas.
Fotos de Juan Piñera y Victor Guerra
© Victor Guerra
