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lunes, 10 de agosto de 2020

TIERRAS DE ARRIEROS. PUERTOS DE LA MERCED Y ANDRUXAS

 

  • Rutas de Arrieros. La Merced y Andruxas.
  • Punto de Salida y Llegada: Proaza
  • Puntos de Paso. Carangas-Valdemurio- Arroxo-Villar de Salceo-Bermiego-La  Rebollá- Pedrovella-Dosango-Villanueva
  • Kilómetros de ruta: 40
  • Desnivel acumulado de ascenso:1.177 mts
  • Horario : 5 horas
  • Participantes: Juan Piñera, Javier Paredes, Javier Dolado y Victor Guerra.
  • Fotos de Juan Piñera y Victor Guerra

 

La memoria arriera asturiana es inexistente, y digamos que tenemos algo mitificados ciertos caminos, pero a ese recuerdo y existencia no tenemos añadido el trajinero hacer de los arrieros astures, los cuales utilizaban diversos caminos entre la meseta castellana y la costa asturiana.


Uno de esos caminos que además fue por el que pasaron según dicen los cronicones, más falsos algunos que una perrona de plata, aunque se le titule Ruta de las Reliquias, lo que sí consta es que por este camino se administraba el largo y ancho territorio astur que llegaba más allá de las murallas toledanas y al que se llegaba al pasar por Omaña y Babia

Pues bien, uno de esos caminos es que arranca de San Emiliano y sube al puerto Ventana para ganar la ermita de Trobaniello que cantara el ilustrado Jovellanos en sus crónicas viajeras, y de ahí a las Vueltas de los Garrafes, pasando por encima de Bueida y Ricabo, no queda claro si el Camino iba hacia el valle de San Melchor, o bajaba por Bárzana hacia Arroxo.

Fuera como fuere, con esta idea nos fuimos este sábado pasado hasta la Senda del Oso, en tierras de Proaza para rodar por ellas de forma tranquila al enclave de Las Carangas, si hubo camino por el valle, debió de ser peliagudo, viendo por donde ahora circula lo que fue la plataforma de ferrocarril minero de los valles del Trubia, sobre todo el pasar por Peñas Juntas, me recuerda mucho, a los andamiajes ponguetos para bajar por los Beyos.

El rodar desde Proaza, que ha cambiado de la noche a la mañana, tras tanta resistencia por el cambio hacia la modernidad, y hoy ha terminado por hacerse capital activa de los Valles del Trubia, no hay nada más que verlo en las terrazas de la capital proacina. A Teverga le ha quedado el activo parking caravanero y poco más.


Nuestra ruta en Las Carangas sigue de frente hacia las tierras capitalinas quirosanas, de forma tranquila, aunque vamos cogiendo altura para tomar ya de forma plena el alto donde se sitúa el embalse de Valdemurio, donde uno encuentra los sempiternos y pacientes pescadores de río. Seguimos ahora por la otra orilla, una vez cruzado el embalse para seguir dirección Sur, ajenos a casi todo , pues la Senda del Oso, que en su día este tramo fue incluido en el estudio del restablecimiento de pequeño tren que uniera Valdemurío con Bárzana hoy visto lo visto hubiera sido todo un éxito….

Llegamos a Arroxo, tras unos buenos 12 kilómetros bien recorridos a la fresca mañana que se va encapotando poco a poco. Nos acercamos a la iglesia románica de Arroxo, para ver de cerca su singular desplome, y arquitectura, y dado que el viejo camino de Arroxo a San Pedro, está cerrado, nos vamos por la carretera adelante para coger el desvío hacia Villar de Salceo, cuya carretera sube a la ermita del Alba, por donde algunos indican que viene el Camino de las Reliquias desde la zona de LLanuces.


Fuera como fuera en Villar de Salcedo, dejamos el asfalto para subir por un camino amplio que está marcado por la fila de contenedores de la basura y que sube por Los Navalones  y Tabladiello, a la sombra  y de forma muy tranquila, y que los mapas los marcan como parte del GR-106.1, y que va rumbo Norte  cruzando todas las riegas  que bajan del otro camino dedicado a San Melchor, lo cual los hace ir paralelos. Se va de forma cómoda, dando vista a las paredes de la Sierra de Caranga, donde está la Escuela de Escalada de Agüera. Son casi 6 km de subida pero muy ciclables, por desnivel y por el tipo de firme.

Poco a poco ganamos la altozana aldea de Bermiego, a donde nos acercamos a visitar su singular tejo al pie de la larga ermita de Santa María, hay otra ermita en el centro del pueblo, la del Carmen.

En Bermiego se sigue ya en pleno ascenso por pista hormigonada al barrio del Llano, donde observamos una ventana con cruces patadas, la cual debió de venir de algún otro sitio, y ya empezamos de esta guisa una dura ascensión con rampas importantes por El Cueto y Pandal.


El Camino de la Ermita de la Merced, esta muy cerrado, por lo cual seguimos subiendo por la pista hormigonada, dejando de lado el ramal del Pandal a la ermita, para llegar  a la Llinariega y visitar la ermita pero desde arriba.

Un tirón más, ya más tranquilo y ganamos el enclave de Moinedo, por donde nos viene por la derecha el GR 106 de LLanuces. Cuando coronamos el alto, ahora ya todo es bajar,  y disfrutar de amplias vistas, pero digamos que se perló toda de una densa niebla que nos cortó todo posible disfrute paisajístico, por lo cual tiene también su gracia cruzar el puerto hacia las Andruas o  Andruxas, dejándose llevar por los viejos trazados, descubriendo las cajas d la traza carretera que cruzaba estos montes por medio de un trazado de cumbre algo que les gustaba bastante a los arrieros, por aquello de dominar los trazados y por se territorios duros , pero muy francos en su realización.

Ahora, los dos GRs van juntos el 106 Reliquias y San Melchor, siguiendo la pista abierta hasta el Pando de la Mortera, unas portilleras nos dan acceso a mismo puerto de Andruxas. Es un camino que se mantiene malamente, zonas de barrizal y acebales, que cierran el tránsito, aunque el tramo no es muy largo, y en verano hasta uno puede divertirse se van pasando algunas riegas  como la de La Musa, la niebla hace que estemos atentos a las marcas y trazadas del Camino, yo hoy no llevo track y debo de firma de mi conocimiento e instinto, lo cual me da una alegría cuando veo mis propias marcas de GR realizadas hace más de 10 años, y más  cuando veo en la pradería rodadas en la pradería del Pico Cotachai, pues se ha acabado la travesía de unos casi 5 kilómetros de puerto .

Pues antes, tras cruzar la pradería de Veiga, en el Collado de Canal Seca, quedaba rodar un camino peleón hasta La Rebollá, pero ahora en ese punto da comienzo o finaliza, según se vea, una pista hormigonada que baja a toda ostia hasta el pueblo ya citado, y al que llega el acceso asfaltado proveniente del conocido pueblo de Pedrovella, enclave que da flujos hacia Peñerudes, hacia el desfiladero de las Xanas.


Cuando estábamos en este punto y tras cruzar las Andruxas me vino al recuerdo no solo otras rutas beteteras por estas latitudes, sino el primer viaje peregrino que hizo Maki, mi hermano camino del Camino Francés y no tuve otra ocurrencia que llevarlo por las Reliquias, la primera etapa Oviedo-Arroxo toda una pateada, pueden leerla en este blog de Vereda de Heterodoxos.

Una parada tras el cruce a ciegas de los puertos de la Merced y Andruxas, y nos sentamos al pie de los hórreos de Pedrovella y tomar un refresco, ya que el personal pasa de probar la famosa fabada de Casa Generosa.

Concluido el descanso, y no debiendo bajar por las Xanas, y menos en pleno verano, nos vamos por el camino que baja al valle y lo hacemos por el camino de Valdeolayés, para lo cual hay que subir  por las rampas hormigonadas de Las Vernaldas hasta ganar la aldea de Dosango, donde se contacta con la carretera que viene de Peñerudes y baja a Villanueva, se toma el ramal izquierdo descendente, y como al 1,3, se abre un camino a la izquierda, es el Camino de Valdeolayés que nos presenta un camino amplio, con alguna estrechez y que poco tiempo nos permite entroncar con la carretera de Lavares, y prosiguiendo el descenso llegar a La Xana, cruzar la AS -228.

Ya estamos de nuevo en el valle, es un momento  coger de nuevo la Senda del Oso, camino de Proaza en cuyo punto cerramos un ruta de unos 40 kilómetros, con unas  5 horas de  rodadura  hasta Proaza y  donde se impone una buena sidra o cerveza, al gusto,  indicar que cambiamos de parroquia para el relaje Y nos fuimos a la Terraza del Café  Plaza Abadía, y de pena a las  4 de la tarde ni pinchos, ni ostias , o sea para no volver.  Por lo demás genial

Victor Guerra

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