Foto de Juan Luis Piñera, (zona Pico Modreiros)
- · Punto de Salida y Llegada: Almuña (Valdés)
- · Puntos de Paso: San Antón de Concilleiro- Pascón-Paredes- Alto de Aristébano- Estoupo-Candanosa de Barcia- La Capitana.
- Longitud de la Ruta: 50 km
- Horario de la Ruta. 6 horas
- Desnivel acumulado de ascenso y de descenso acumulado: 1.568 mts.
- Participantes: Javier Dolado, Javier Paredes, Juan Luis Piñera, Luis Argüelles y Victor Guerra
Vaqueiros de Alzada, Jovellanos, los describe en sus cartas como el pueblo más libre de la tierra; «Créame usted, amigo mío, estas gentes lo serían del todo, y su independencia será la medida de su felicidad, si con tantas precauciones no los forzase todavía la necesidad a buscar otros medios de subsistir una fortuna más amarga y ganada con mayor afán. Los vaqueiros de alzada constituyen una de las culturas vivas más importantes de Asturias».
Aprovechando la bonanza primaveral de este invierno, hemos querido echarnos de nuevo al monte, y en este caso era ideal antes de que venga la invernada visitar una zona muy querida y estimada por mí, como son las brañas vaqueiras, en este caso las valdesanas.
Por lo cual, y a modo de punto de partida, nos citamos en el parking del Centro de Alimerka de la parroquia de Almuña, y tras un café tranquilo pues no en vano nos esperaba un día de duro recorrido, nos echamos al monte con el objetivo de cerrar un bucle, cuya cabecera marcamos en Almuña, aunque también podía ser Luarca, con la idea de lograr unir en un bello recorrido dos puntos importantes, como son el Valle de Paredes y la Braña de Aristébano con la rasa costera.
Y así lo hicimos, recuperado un viejo compañero de fatigas como Luis Argüelles y su inseparable Fat Bike, ubicado ahora en occidente marítimo astur, nos echamos a la ruta cuyo primer objetivo nada más subirnos a la trotona fue alcanzar el enclave de San Antón de Concilleiro, una especie de puerta virtual al mundo de los vaqueiros de alzada.
En Almuña, se toma la carretera AS-220 para una vez rodados unos cientos de metros, pasar por encima de la Autovía A-8 , y girar sobre el Albergue de Peregrinos, donde se toma un carretil que nos deja ante un nuevo escenario a las puertas de la Casa Rural Casa Manoli, un amplio y empinado camino por el cual transita el PR-AS. 3, bastante abandonado señalíticamente, el cual nos marca el arranque de un camino que va en ascenso hasta las mismísimas puertas de la solitarias ermita de San Antón de Concilleiro.
Durante el trayecto vamos abordando con calma la ascensión a la vez que calentamos músculos , aunque les pido a los compañeros cierta calma en el ciclado, pues la ruta es larga y hasta un tanto engañosa.
Tras el aviso, el personal se dosifica y atiende a las indicaciones, y tras superar los repechones que nos plantea el Monte de Barcia llegamos a San Antón de Concilleiro, donde pudimos ver en acción a un buscador de ayalgas, que rebuscaba en lo tempranero de la mañana a la puerta de la cuadra- braña del Cabanin un posible tesoro mouro.
Antes decir, que durante la ascensión a Concilleiro, disfrutamos de las vistas que nos ofrece el trazado, y que versan sobre el Cabo de Busto y su faro, y como no, sobre buena parte de la rasa costera.
Ya arriba, en la confluencia de caminos (concilleiro) variante del Camino de Santiago, un significativo camino de la Misa que ignoro su trazado, y el camino de los Arrieros, nos hacemos las fotos y nos vamos rumbo Este, hacia Forcón, rodeando en nuestro ciclar la picorota de Concilleiros, con un arranque tras el descanso en la Ermita que va en ascenso, aunque luego se calma para proseguir al Sur por el llamado Camino de Concilleiro, hasta el entronque al pie del pico Pomar, también se puede ir por el camino que marcan las picorotas de Tiñoso y Llano, y que es algo más recto.
Al final a eso de los 9 km., cruzamos la carretera AS-220 que une Luarca con el Valle de Paredes, nosotros nos vamos de frente por un repechón que da miedo nada más verlo, pero que paradójicamente subimos a base de pedaleta.
Estamos en zonas donde es preciso en las subidas más la técnica que la fuerza, pues rodar por encima los lapiaces de cuarcita no es fácil, y se necesita destreza, pues si se aplica mucha fuerza o se entierra uno, o se cae del biciclo...
Tras el repechón nos colocarnos a la vera del Pico Cándano entrando de este modo en los predios de la Sierra de Rañadoiro,por la cual rodamos en bajada y con algún que otro falso llano hasta llegar casi a la Emita de San Juan, un poco antes de dicho cruce, se gira en redondo a la izquierda pudiendo ver las primeras brañas como las de Folquerón, Casa Gamido, o Busindre, a la par que proseguimos en descenso hacia El Candamin, en cuya confluencia de caminos, nos encontramos con una vaqueira que nos indicó que para el Pascón se podía: o bien bajar por donde íbamos, o por la buena pista del Monte Funiar.
Optamos por bajar por el valle que conforma el Monte de Vallanchu, a la vera de la riega Candanuz hasta concluir en el lugar del Pascón, ubicado en lo fondero del valle, el cual surca la carretera AS-220, la cual dejamos al punto para entrar de forma más directa a San Pedro de Paredes, (19,3 km) pueblo, dicho sea de paso, que en el 2001 obtuvo el premio como Pueblo Ejemplar de Asturias.
Lugar donde se impuso parada y fonda para tomar un caldo, en cuyo transcurso el tabernero nos cantaba las bellezas de la zona y nos ofertaba las viandas típicas de la Casa del Obispo, que más que un chigrín, es un bar-tienda de toda la vida, donde me indican que se come muy bien y en abundancia, las fotos que el establecimiento cuelga en sus soportes de promoción, así lo atestiguan.
Tras el reconfortante caldo y tras la conversa y las fotos de rigor de nuevo en camino con la indicación del tabernero que nos informó que desde «Ovienes había una muy buena pista de Concentración Parcelaria hasta Aristébano» aunque nosotros seguimos con nuestro plan y nos fuimos hasta el Calieru, tras las risas a costa de nuestro compañero Paredes, adjudicándole estos predios como parte de un hipotético «marquesado de Paredes», y esas chanzas les recordaba a los compañeros del diminuto pelotón, que yo había pasado por primera vez en bicicleta por estos lares cuando no había carretera, allá por los años 80.
Una vez en la zona del Calieru, digamos que pasamos de ir a Ovienes, y antes de llegar a l nucleo de Longrey, nos fuimos por la derecha para tomar la pista que surca toda la Sierra de Longrey, y que marca una gran cuadras ganadera señalada como « La Paredana».
La citada pista que da vuelta a la cuadra surca la vertiente Suroeste de la sierra por la cual trepa hacia la aldea del Caborno, mientras subimos parloteando, vamos contemplado a lo largo de una subida de unos 5 km, los parajes de Aristébano y la fondigonada que marca el Barranco de Agüeira.
Los parajes son impresionantes, y entree ellos podemos ver a lo lejos los parques eólicos de La Espina y Tineo.
A mitad de subida se impone una parada para reponer fuerzas, y descansar la culera, pues aún restaba por llegar a Aristébano, para tener ciclada la mitad de la ruta.
Ganada la aldea de Caborno seguimos por su acceso rodado hasta concluir en la carretera de Luarca- Naraval, pero el track marcaba que se iba por el Monte Busbis, y no parecía que hubiera camino, por lo tanto improvisación y variante al canto, o sea ciclar los casi 2 km hasta el Alto de Aristébano.
En lo Alto de Aristébano, un par de fotos y sin más dilación o visita a los lugares míticos de la folclórica «boda vaqueira» que cada año se celebra ya sin apenas mozos/as casaderas vaqueiros, sino en mixtura, lo que son las cosas de la evolución demográfica, le damos la espalda al lugar para cerrar el bucle de nuestra ruta, ciclando la otra vertiente del monte Busbis o la vertiente Oeste del Pico Sorrapiu.
O sea que con el track rectificado sobre la marcha, en el citado Alto de Aristébano tomamos el ramal que va a la braña Candanedo, para irnos al poco rato hacia la derecha por un camino en ascenso que va directo al collado que se conforma con el Pico Cachón, un poco antes concluir el ascenso se toma una pista que sube por la vera del Pico Estoupo para dar aguas vertientes al valle de Busmorisco y la Candanosa de Barcia.
Las vistas que tenemos al frente son des desperdigadas brañas, conjunto de casa-cuadra aisladas unas de otras, esencia de la cultura ganadera de los míticos Vaqueiros de Alzada que desde antaño tanto me atraen como referentes de los míticos trashumantes.
Estos, los vaqueiros labraron una geomorfología ambiental y paisajística muy peculiar, y cuyas predios y praderías lucían a estas horas y durante el veranín de invierno que atravesamos todo un fogoso estampado verdor.
A la vez que se observa el verdor de los prados pegados a la braña, también se puede ver la explotación pastoril de los predios comunales, o sea las lomas que rodean las brañas que hoy están yermas, y llenas de árgoma, producto de la sobre explotación ganadera, y como no , de abandonar durante tanto tiempo al «alzada».
Al llegar a la vertiente Norte del Estoupo, nos dejamos caer en descenso por Pandarboso, por firmes cuarcíticos que hacían de nuestro rodar un incierto equilibrio del cual salimos todos bien parados, pues hasta amigos como Javier Dolado y Argüelles se atrevieron a bajar por el tramo de piedra de cuarcita.
De esta guisa se llega al carretil que une Busmorisco con Riopenoso, y una vez ante el eje asfaltado bajamos por la vertiente de la derecha hasta el cruce con el otro carretil el de Candanosa y Rioseco, donde abandonamos el asfalto para entrar por el cordal adelante hacia el Pico Modreiros o Modreros, y por Peñas de Anxelu y la calvorota de El Curión.
Zonas abiertas, que se ruedan por el cumbral carcomido de cotoyales y que la altura del Pico La Folgueirosa, y al pie de laguna que allí se forma, nuestro camino se fue convirtiendo en una senda mala y carcomida por los cotoyales.
Retornamos hasta la zona de la laguna y nos vamos por por la derecha cayendo al entronque con el carretil del Picu el Pueblo, que no es otra cosa que brañas fonderas nacidas, en este caso, a la vera de la riega de Las Gárgolas. Es curioso cómo se repiten los topónimos en las zonas vaqueiras: Modreiros en Belmonte, Gárgolas o Guérgolas en Somiedo, etc.
En Picu el Pueblo, un oportuno lugareño, nos indica las opciones de salida del valle al no haber podido dar la vuelta al Pico Modreiros, tras las indicaciones nos dirigimos por viejos caminos en descenso hacia el núcleo de Candanosa de Barcia, aunque mi idea inicial era seguir el río Modreiros, o Modreros, hasta el pueblo del mismo nombre, pero la tarde se echaba encima y también el cansancio, pues no en vano el ciclado hasta estos lares ya sumaban unos casi 38 kilómetros y unos cientos de metros de desnivel acumulado.
En Candanosa, nos salieron a recibir a la puerta de sus casa una pareja de vaquieros, y su adolescente hija , lo cual a la vista quedó la dureza y la precariedad de su habitad, atados como están, a sus ganados y terruños y sin mucha ansia de expansión y sin «alzada que facer».
Tras una pequeña charleta, nos fuimos con viento fresco por el carretil que sube hacia la AS-219, eje que une Luarca con Navelgas por Naraval
Y ya sin más remisión, nos fuimos los 8 kilómetros que nos separaban de Luarca por dicha carretera en franco descenso, pues irnos por Folgueron cruzando las AS-219 y bordear todo el valle de Gallinero, como que no era oportuno y más viendo el desnivel y lo tardío de la jornada.
Por tanto, bajada por carretera hasta La Capitana, para remontar desde las mismas puertas de la capital valdesana: Luarca, hacia la parroquia de Almuña, lo cual hicimos por la N-632 que nos presentó unos escasos 2 km de ascenso, concluyendo de este modo en Almuña.
Tras la brega y «sin vistas» de las que hablar, se terció en Casa Zabala, una cerveza,con atención justa por su propietaria, y por mi parte con la oreja puesta en la discusión de los parroquianos en plan de tertulia gastronómica la cual versaba a voz en grito sobre el grandonismo, tanto xaldo como vaqueiro, con trabajos y trasiegos mercantiles y jolgorios varios, en cuyas correrías no podía faltar el consiguiente desparrame de dineros.
Hubo un momento digno para cualquier estudio etnográfico, pues el remate de la tertulia con las señoras calladas, se dio el broche final en forma de broma que dejó ver lo que fue la cultura de la segregación que hubo y la subyacente que aún resta.
Tras levantarse la tertulia, uno de los contertulios cogió una escoba para barrer la zona de estancia dejando ver que se barrían los restos de esta manera «las boñigas que había traído de la cuadra el vaqueiro».
Supongo que ellos, como xaldos, vendrían limpios de casa.
- Track Animado http://doarama.com/view/1105708
- Fotos de la Ruta: Luis Argüelles, Juan Luis Piñera, Victor Guerra,Javier Dolado
Víctor Guerra.