Punto de Salida y Llegada: Panes
·
Puntos de
Paso: Abándames-Cavandi-Llonín-Alles-Trescares- La
Molinuca-Robriguero-Puentelles.
·
Longitud
de la Ruta: 35 km.
·
Horario de
la Ruta: 4 horas
·
Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.022
·
Participantes:
Javier Riestra- Javier Dolado. Ivan
Menéndez y Victor Guerra
Dedico
esta ruta al amigo Cecilio F. Testón, ahora que rodamos por sus tierra y
parajes.
En
ese empeño personal de ir articulando diversos inputs salvadoreños que se dan
en Asturias y jalonan el Camino hacia la morada del Señor, como es San Salvador
de Oviedo, arrancamos desde la cabecera oriental de la región con dos
importantes inputs situados en Abándames y Alles, y en torno a ellos
construimos esta bella ruta por las Peñamelleras.
El
punto de partida no es otro que la localidad fronteriza de Panes, por cuyos
lares entra un desconocido camino peregrino denominado de Los Francos, o sea de
aquellos procedentes de Francia que buscaban en la peregrinatio: viaje y
ocupación.
Un
trazado que desfila por el surco prelitoral, (depresión mesoterciaria), que en
estos predios va protegida bajo la ladera Sur de la Sierra del Cuera, a modo de
un camino de invierno y fuera del alcance de las intemperancias invernales de
la rasa costera.
Aquí
en Panes empezamos nuestra ruta, no sin
antes saludar a Antonio Ruagarcia Cosío del Hotel Covadonga, que, pese a
los años, aunque recuerda cuando por los años 90 recorría estos territorios
para armar mi primer libro sobre Recorridos de BTT por los Picos de Europa.
Tomado
el café en su local, y en medio de una fría mañana que está a punto de
ofrecernos un día espléndido, arrancamos hacia el enclave de Siejo, cruzando
los dos importantes ríos, uno lebaniego y el otro cabraliego, ambos entregan
sus aguas al Cantábrico en Tina Mayor, o sea que cruzamos el Cares-Deva ya
emparejados, para seguir nuestra ruta por la AS-114 camino del marcado desvío que
nos lleva hacia la altozana aldea de Abándames, perteneciente al concejo de Peñamellera Baja.
Tras
dejar Siejo atrás y al cabo de una recta, a la altura de una casa solitaria, y
una especie de refugio caminero, nos echamos a la derecha en dirección al otero
donde asoma la Quintana de los Muertos del pueblo de Abándames.
Nada más entrar en el trazado este ya nos
muestra el primer repecho de la mañana,
el cual nos da acceso a una villa que se
articula en torno a un eje que atraviesa de punta a cabo el poblamiento, a la
vez que va mostrando la heráldica hidalga del lugar, y una multitud de
inscripciones en piedra, que se reparten tanto en nobles muros de las casonas, como la de los Cosío (de estilo
montañés), o la del Palenque (renacentista, de principios del siglo XVIII), o caserón de La Cajiga siglo XVII, hoy reconvertido
en un hotel.
Entre los blasones
destaca el que expresa este tema “Adelante el de Mier, por más valer”.,
y para reafirmar ese espíritu valentía tenemos la fuente ante la iglesia
parroquial adornada con azulejos dedicados al ingenioso D. Quijote lanza en
ristre.
Pero no es solo esto, el
poblamiento también guarda diversas inscripciones, no tan blasonadas, pero no
por ello menos importantes, y que se encuentran en basamentos o en diversos frontales
de las cuadras que se abren al eje caminero.
Abándames
es todo un descubrimiento, así como su colosal iglesia dedicada a San Salvador,
aunque muy remozada, se tiene noticia de varias reedificaciones 1766-1860 y la
de 1946, y poco más sabemos de este primerizo input salvadoreño, que abre las puertas
a unas impresionantes Veredas que presentan toda una red caminera, y es una
pena esa desinformación.
Nuestra
ruta ciclomontañera se va al Oeste, hacia el altozano enclave de Cavandi, y lo
hacemos a través del camino del Suyu, aunque antes habremos dejado a la derecha
un ramal que va hacia la casona del Socueto y la capilla de ánimas que hay un
poco antes. Nosotros en ese desvío seguimos en ascenso por el camino de la
derecha que va hacia el depósito de agua del pueblo ya en franca subida, la
cual se deja subir bastante bien, pues los tramos más pindios están hormigonados,
lo que a ayuda a superar bien la pendiente.
De
esta manera vamos dando vuelta a la finca y palacio del Socuetu, para entrar en
trazados un poco más estrechos y técnicos, pero ciclables, que pasan por encima
de una cuadra, la de Naales y de
diversas riegas: Monejo y Arbás para llegar
las cuadras de Camprecie, que
parece fueron enclave habitacional donde, a partir de aquí el camino se vuelve
a normalizar, aunque para concluir en Cavandi antes tenemos un repechón
hormigonado de tres pares de narices.
Ya
en Cavandi, lo lógico sería ir valle abajo hacia Llonín, pero los caminos
parecen a ver desaparecido, por tanto, se toma el carretil acceso al lugar y
por él uno se deja caer, en primer término, hasta la Ermita de San Julián de
Cavandi, y sus cruces florenzadas, muy
utilizadas por las órdenes caballerescas, que en este caso está acompañada de
una incripción en el año de 1792 se reedifico esta capilla a devozion de Dn
Micvel Rubien D Noriega o Rijinario
Deste, barrio de Cavandi del oyo. La pequeña capilla tiene grabadas unas
cuantas cruces, me supongo que para el tema de los Via Crucis.
Nuestra
ruta sigue pro el acceso rodado de la PB- 4 hasta la aldea de Pará, aunque
también se puede bajar desde Cavandi hacia el extraño enclave de Cerébanes con
su extraño palacio hoy derruido. En todo caso nosotros nos entreveramos en el pequeño
núcleo de Para, y de esta manera bajar hacia el lugar de la Molinuca, ya que el
viejo camino ha desaparecido, bueno no tanto, pero aparece en la finca de
encima de Santianes, cortado por esta y su cercado.
En
un pis-pas en La Molinuca, ya en plena AS-114, nuestra ruta ahora vira al Norte
por una pista hormigonada que sube en franca ascensión al pueblo de Llonín,
donde nos recibe su curioso lavadero y su inscripción. Puesto que el cabildo de
la ermita estaba ocupado para ir a misa, nos tomanos unas futas y de nuevo al
camino que en este caso nos lleva por el camino de arriba hacia el caserío de
Santo Tomás, donde se dice que un pequeño monasterio, de cuyo recuerdo queda
parte de la edificación y el topónimo del emplazamiento y otro prado un poco
más lejos denominado como La Trapa.
Desde
Santo Tomás, nos queda ahora una subida un tanto más larga hacia el collado
Pelea, por unos caminos amplios, que se han utilizado para la plantación de as
horrorosas columnas de Alta Tensión, una vez ganada la collada, no queda otra
que bajar por el valle que forma la riega Padrino hasta llegar al borde de la
carretera AS-345 que viene de Niserias, se cruza para entrar en la aldea de
Besnes.
Toda
esta zona ha sido rehabilitada como aldea turística, lo cual remata el
restaurante hotel La Tahona, al par del cual se sube dejando el molín y la
capilla de Besnes. Un poco más allá de la Tahona el camino se vuelve a las
viejas tornas empedradas, a modo de camino real, o calzada, pues no en vano por
estos lares transitaba la vetusta Calzada de Jana.
De
esta manera, dando tumbos por el empedrado del camino se arriba a la capital de
la Peñamellera Alta, Alles donde predominan las casonas indianas, alguna de
ellas en venta. Alles con su mastodóntica iglesia parroquial, es guardiana de
las dos vertientes la que acabamos de rodar, la de Llonín y la de Arangas.
Tras
una parada en el bar del pueblo, nos acercamos a un lugar querido para el amigo
Testón, hoy en el Oriente Eterno, a otro
de los grandes inputs de esta Vereda salvadoreña, y que no se reconoce, pues le
han cambiado la advocación por la de San Pedro, antes era San Salvador de Plecín, y no se sabe muy porqué se cambió.
La
llegada a Plecín es impresionante, allí sola en un rellano del promontorio,
donde se dice que hubo ya un emplazamiento precristiano, y que fue levantada en
el siglo XII sobre una capilla anterior, siendo reformada en varias ocasiones,
siendo abandonada en 1877 por el levantamiento del mastodonte religioso que
preside a modo de monumento catedralicio la capital de Alles.
Ahí
estan las ruinas que jalonan dos de las Veredas, bien la que venía de Abándames
o las que provenían de Palencia hasta Liébana, un ramal desde Cantamuda (Camino
palentino) o desde San Salvador de Luriezo por el Camino Real de la Montaña.
Otra cosa es como llegaban los arrieros, trajineros y peregrinos desde esas
localizaciones lebaniegas hasta aquí, Cecilio Testón era de la idea de que lo
hacia por Tresviso, cruzando por el colgado sendero del Jargu, hasta las
tierras de Cuñaba y por Tresmañó y Bores ganaban el Camino de los Francos.
En
todo caso en Plecín nos asombra que estos restos estén medio abandonados, y
estos mismos colocados en Escocia, serían fruto de leyenda y preservación.
Mi
idea es que lo hacía a través de la aldea de Bejes y la zona del collado de
Obesón, ya en Escarandi, para pasar por Tajadura hacia La Galabín y Tamandón para pasar a la cabecera del río
Rubó y por Trespando bajar al río Cares por el puente de la Vidre, y desde
Trescares por el Forcau, pasar a Alles. En todo caso son caminos difíciles
hasta para caminar.
Dejamos
esta encrestada zona bajo el faro radiante de la Peña Mellera, para volver a la entrada de Alles, donde se toma el viejo
camino que vira al Sur hacia el paso del Horcau, paso peonil, bastante
desastrado, con cierres de alambres y palos varios, y un trazado muy roto, que
mejora cuando se toma la vertiente de Trescares, en todo caso en muchos tramos
es obligado a llevar la trotona de la mano, aunque el tramo entre Alles y
Trescares está en torno a los 2 km.
En
Trescares no queda otra que bajar por la carretera general a Panes, AS-114 con
la posibilidad de subir por Mier, hacia la collada de la Serna y bajar luego a
Bores. Pero nuestra intención es cruzar por el puente viejo, que se sitúa bajo
las aldeas de Para y Robriguero, lo que significa bajar por la carretera ya
citada unos 5 km.
Hay
que tener cuidado, pues el famoso puente que comunicaba la calzada de Tresmañó,
con esta zona pasa casi desapercibido, o sea que atentos a este hermoso puente
ojival sobre el Cares que nos da paso a la aldea de Robriguero, pasando antes
la ermita de San Pedro de Tobes a la cual nos queda un fuerte repecho para
entrar ya en las inmediaciones del templo
en un recorrido más calmo, y máxime cuando se toma el camino asfaltado
de Robriguero,que
nos lleva hacia Puentellés, con impresionantes vistas sobre el Cuera a nuestra
espalda.
En
Puentellés se gira sobre el río Deva a la izquierda ya sobre la N-621 para
desviarnos unos metros más adelante a la izquierda y entrar así en el
Parque Interpretación del Arborón, pudiendo visitar al paso la iglesia de San Juan de Ciliergo, que ha sido recuperada de su abandono
no hace mucho.
De
esta manera se finaliza esta bellas e intensa ruta por las dos Peñamelleras,
teniendo com o casi siempre el hilo conductor los hitos salvadoreños y el
importante valor patrimonial de estas tierras.
© Victor Guerra