viernes, 6 de marzo de 2020

Balcones de Trubiecos


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       Punto de Salida y Llegada: Trubia
·         Puntos de Paso: San- Andrés-Santo Adrianos de Tuñon- Proaza-Linares-Perlavia-Berejual-Villarín
·         Longitud de la Ruta:  40 km.
·         Horario de la Ruta:  4, 30 horas
Desnivel acumulado de ascenso y descenso:    1.054mts.

·         Participantes:  José Ramón Natal- Luz Fernández-Toño Cuervo-Luis Roza-Javier Riestra- Juan Piñera-Sandra y Victor Guerra



Ya habíamos probado a rodar por la zona con los llamados «mayorinos» de Asturcón BTT, realizando la ruta a la inversa de como hoy la acometemos, y tanta fue su dureza que en la cascada de Guanga nos fuimos valle abajo, en busca de sosiego y buen yantar, aunque la ruta no por ello dejó de darnos buenos momentos que más de alguna cámara recogió y la cual pese a la dureza del principio la gozamos, aunque  unos más que otros..


Esto fue de jueves, y para la ruta del sábado se decidió volver a la zona para rodar esa misma ruta pero con una notable diferencia, hacerla en sentido inverso, tomando Trubia como lugar de comienzo yendo rumbo a al Sur, hacia Proaza y desde allí poder ir cerrando el bucle de vuelta a Trubia.


Pero como siempre antes es menester avituallarse, y eso hicimos tomando unos cafés y pasteles en el único sitio abierto a las 8.30 de la mañana en Trubia, y que tuviera algo para llenar el estómago,  y eso lo hicimos en la  Confitería el Vasco, degustando sus buenos pinchos y pasteles.


Cumplidos los trámites del preludio biker de todos los sábados, nos ponemos en posición de revista para empezar a rodar durante unos buenos kilómetros, y lo haremos por lo que fue el proyecto de recuperación de la famosa vía del tren minero de los Valles del Trubia, que luego tras años de su desmantelamiento serviría para usos senderistas y ciclistas y quedaría bautizada y conocida como la Senda del Oso


Proyecto que pusimos sobre el tapete de la  dinamización territorial asturiana, allá en el año 1987. Un proyecto personal que puse encima la de mesa de las instituciones regionales asturianas, para relanzar la zona y recuperar esta vieja plataforma que estaba abandonada   y dedicarla a usos turísticos deportivos. En este enlace cuento con detalle su desarrollo.

Si bien era un proyecto que empezaba en Santo Adriano de Tuñón, pues las instituciones ovetenses, digamos que pasaban de este novedoso proyecto, ello nos obligó durante años a rodar por la carretera general para llegar a lo que era la cabecera de la Senda, que no era otra que Santo Adriano, más adelante Oviedo se sumaría al proyecto, para lo cual no hizo falta nada que una serie de adecuaciones y par de puentes, quedando la famosa Senda del Oso conectada con la capital ovetense.


Esta obra de recuperación de una plataforma ferroviaria es lo que nos permite hoy realizar nuestra ruta y subir a la balconada trubieca de forma sencilla, pues desde el mismo lugar de Trubia y teniendo como referencia la fábrica de armas de Trubia, en cuyo seno se albergó una logia masónica allá por el último tercio del siglo XIX, a la cual he dedicado un tiempo a investigar, aunque los archivos de la Fábrica han estado cerrados para su consulta, y no deja de ser paradójico la poca querencia de las instituciones fabriles por su propia historia, pues si uno ve como estan los archivos de esa vieja fábrica, se puede caer de culo. Así es como se entiende la defensa de nuestro patrimonio.



Partimos pues de la puerta de la fábrica de armas de Trubia, para rodar de forma tranquila por los primeros predios de la Senda del Oso camino de San Andrés, este primer tramo ya en aquella década de los años 80, en que había desaparecido el tren, quedaba la plataforma medio articulada a modo de zonas de comunicación entre pueblos y fincas, pero en San Andrés se cortaba la continuidad.

Después de este pueblo y una vez se sumó al proyecto Oviedo, la cosa cambió, pues no había puente sobre la carretera ni sobre el río Trubia, por lo cual quedaban zonas muy poco accesibles, esa llegada trajo los puentes sobre la carretera y el río Trubia, pudiendo salvar a estrechez de Peña Escalera y las Garradas por medio de un paseo fluvial cómodo que además se mantuvo bastante intacto y que hoy en pocos minutos nos permite llegar a Santo Adriano de Tuñón.

Punto que fue importante para la Senda del Oso, ya que fue la cabecera en la articulación de la Senda del Oso, de ahí que se pusiera el centro de Recepción dónde hoy se encuentra la sede de una empresa de Turismo Activo, quedando la Senda sin Centro de Recepción, como tal.


Desde este punto el valle se abre y nos deja una rodadura límpida que pasa de un lado al otro del valle, enhebrando el río Trubia hasta desembocar en la aldea de Villanueva, con su impresionante lavadero y su enorme puente ojival, siempre me han llamado la atención la altura de estos puentes.

De Villanueva a Proaza, la Senda del Oso, tuvo una interesante articulación, ya que en este tramo no solo se pusieron los primeros negocios de bicicletas, sino que se contó con la dinamización que supuso en primer lugar el cercado o sea para Paca y Tola, y el gran área de Bullera, esta zona siempre ha tenido mucha baraka.


Al llegar a Proaza nuestra ruta por la Senda del Oso concluye con casi 15 km, y con la misma la abandonamos para salir a la carretera AS-228 con dirección a Teverga, aunque unos metros más allá de Proaza se toma la desviación que sube a la derecha hacia los altozanos pueblos de Sograndio y Linares. O sea, unos 7 km de subida ininterrumpida, que ponen a prueba nuestras capacidades de adaptación de los firmes de tierra a rodar en subida constante 7 km de asfalto, antes habremos dejado atrás el desvío al pueblo de Bandujo, por el cual tantas veces hemos pasado.


Una vez en Linares, ello supone que nos hemos colocado en la sierra cumbral que da vista  tanto a la vertiente moscona como a la trubieca. Una vez queda atrás el pueblo se deja la carretera que va hacia Castañeo del Monte, para girar a la izquierda por un camino que busca la divisoria de aguas, bordeando primeramente el pico Grandamiana, yendo camino del Pico Meadoriu, se pierde el camino entre fincas. Una portilla nos cierra el paso, y  la solución es ir por la pista de la izquierda que baja para luego  subir hacia la Gargantiella para reencontrar el camino dejado.

Por nuestra parte cruzamos siguiendo la vieja traza para ver su estado, lo que nos obliga a saltar prados y un par de alambradas. Al otro lado de tramo semi perdido de camino, este vuelve a retomar su traza original yendo cumbral adelante rumbo Norte por el cumbral, cuya línea se rompe en La Corredoria con 27 km recorridos.


Aquí se quiebra el pequeño cumbral, por cuyo motivo la ruta se va a la derecha hacia la Peña Castiello para de este modo poder visitar la famosa cascada de Guanga o Buanga, que digamos que nos está muy pletórica en cuenta al caudal de agua, pero cumple su función.

Hasta aquí nos había traído Javier Gómez, el jueves anterior a los «mayorinos de Asturcón BTT«pero realizando la ruta al revés, o sea viniendo de Trubia y subiendo a la cordal al Alto del Sanatorio  lo cual se hizo duro, afrontar de buenas a primeras los fuerte repechos existentes, y cuya ruta se abandonó tomando la bajada trialera hacia San Andrés.  Dejo constancia de esta primera visita.

Lo mismo sucede con la segunda vez que visito estas famosas cascadas que no conocía y que ahora en apenas unos días he visitado dos veces.


Desde el enclave de Guanga/ Buanga se retoma el camino que va a cubierto por la ladera boscosa hacia la aldea de Perlavia, que se encuentra en un rellano del terreno y agrupada en un compacto poblamiento nacido bajo la mirada de la ermita de San Antonio. Aquí se conecta de nuevo con el asfalto, AS-313 que va Sama de Grao, pero se baja hacia la vertiente trubieca  y se rueda  como un 1, 6 km.,  aproximadamente hasta el lugar de Berujal, pudiendo ver Trubia al fondo del valle.



Se deja en Berujal el eje asfaltado que va por encima del reguero Rebeco, para tomar la carretera OV-2 que nos sube hacia a la aldea de Canales, aunque en nuestro caso nos desviamos un poco antes, también se puede llegar a la aldea, y luego salir desde ella, la dirección que termina tomando el camino dirección Norte, y de nuevo subidos a la balconada trubieca, por tramos de senda estrecha vamos camino del Pico Lovio y por la Granda, poder ganar el Alto del Sanatorio, con tramos de grandes charcales de agua, hasta desembocar en el lugar de Las Cruces, cuyo conjunto de dos o tres casas,  y donde se sitúan las viejas instalaciones del Sanatorio Obrero  y que no vimos, aunque tampoco buscamos.


Se cruza el Monte de las Cruces adelante encabalgado en la divisoria de aguas y de concejos y al llegar  a las casas de Las Cruces se sale de frente por un camino que sube de nuevo al cumbral para dejar esta como a los 36, 7 km.,

En un momento dado  la ruta se echa ladera abajo hacia el valle trubieco, y lo hace mediante un bajada de muy alta pendiente, ante la cual hay que tener cuidado, dado que el camino está sembrado de palos de ocalito, los cuales nos pueden organizar una liada en el cambio trasero, o en las ruedas, y con esa pendiente es difícil descabalgar de la trotona


Se afronta la corta bajada de apenas 2 km., que nos pone en el entorno con las casas de Villarín por cuyo poblamiento rodamos unos minutos enhebrando casas y casonas como el palacio de los González-Fontayo o Menéndez, para desde ahí dejarnos caer definitivamente en Trubia y concluir la ruta.



© Victor Guerra

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