- · Punto de Salida y Llegada: MUROS DEL NALON
- · Puntos de Paso: El Pito-Piñera-Arrojas- Santa ANa de Montarés-Artedo-San Martín de Luiña-Numayor- Rellayo- El Pito
- · Longitud de la Ruta: 40 km.
- · Horario de la Ruta. 5, 30 horas
- · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.439 mts
- · Participantes: Albano Capezzali- Marcos Cernuda-Victor Guerra
La zona de Lin de Cubel, siempre es toda una invitación para cualquiera que le guste las subidas largas, esas que no parecen tener pendiente pero que te van consumiendo poco a poco. Ya hemos rodado la zona varias veces, pero nunca habíamos hecho este bucle tras tan largas subidas.
Nos plantamos en Muros de Nalón en pleno Mercado y allí estaba el amigo Polchi esperando para tomar un café tempranero, lo cual hicimos en el Café El Parque, allí estuvimos de palique, hasta que ya se nos iba la mañana y pusimos proa a la ruta con una mañana fresca pero que adelantaba calorcillo.
La idea era llegar hasta Piñera, y lo mejor es hacerlo por el Camino de Santiago, ya que no presenta muchos desniveles, y tiene pasajes muy bonitos, y a esas horas de la mañana es raro encontrar peregrinos por dichos trazados. Este tramo de recorrido hasta el Pito será común tanto a la ida como a la vuelta.
Tras una parada obligatoria en el Pito, ante los predios de la Fundación Fortunato Selgas, nos encaminamos por el Camino de Santiago, pero para desviarnos hacia Piñera y poder pasar por delante del Cementerio de San Fortunato, donde pudimos ver algunos enterramientos, y como algunos de ellos se están viniendo abajo por falta de atención.
De aquí a Belandrés donde cruzamos la Nª634 y la A-8, hacia Arrojas con unos 6,7 km rodados, sin apenas desnivel. A partir de aquí sí que ganar el promontorio de Santa Ana de Montarés por la aldea de Otero, se no va a poner pindio aunque son trazados asfaltados, hasta entrar en la ladera de la Cuesta del Carbayo, cuyo trazado ya es de tierra y exige esfuerzo, aunque merece la pena por las bellas vistas sobre la rasa costera del Occidente astur, pues pronto se coge altura.
Se sigue rodando hacia al Oeste, hasta alcanzar la cumbre de Santa Ana de Montarés con unos 400 metros de cota, y habiendo cubierto unos 9, 2 km hasta este alto promontorio. Enclave al que suben los pixuetos en gira campestre el 26 de julio, a la que se tiene bastante devoción dado lo milagrero de la ermita y sus advocaciones.
La verdad es que las vistas hacia el interior son espectaculares.
De Montarés seguimos al Norte por la vertiente Oeste para coger una serie de pistas que terminan colocándonos rumbo Sur hasta cortar la carretera de acceso al eremitorio, en el enclave de La Garduña, donde giramos a la derecha para tomar otra amplia pista, que cerrando un bucle sobre la Candalia nos bajó directamente a lo fondero del valle que riega el arroyo de la Ferrera, concluyendo ante la carretera CU-4 con unos 15 km rodados.
Se baja por la carretera hasta poder cruzar el vado que queda a izquierda, pero no teníamos muchas ganas de mojar los pies, por lo cual bajamos hasta Artedo, y el entronque con la carretera N-632 y dar vuelta al río La Ferrera, desde las primeras casa de Artedo, pero no merece la pena, pues el camino esta muy embarrado y con tramo muy cerrados, merece la pena cruzar el vado, como marca el track de la ruta, una vez en la otra orilla, aunque no lo parezca hay un viejo camino que sube dirección Sur , para dar vuelta tras unos primeros repechos fuertes y colocarnos mirando al Norte y empezar a dar vuelta al Monte Corollos, pasando por encima de Artedo volviendo a colocarnos al Sur , bordeando toda la amplia ladera del monte, por encima de La Llestra, pasando por encima de las riegas Fornón y Leiedo, cruzando la Cuesta de Argoma, dando vista al amplio valle de las Luiñas.
Al final me pasó factura la caminata del viernes y me agobiaba un tanto la subida hacia el pico de Lin de Cubel, por lo cual tras un breve parlamento nos echamos valle abajo dejando de lado el coronar el famoso pico, y eso lo hicimos a la altura del Pico la Branada con 21,6 km de rodadura.
Faltaba casi nada para coronar el collado de El Carruego, por lo cual dimos la espalda al proyecto y no bajamos de la zona por una destartalada pista por el efecto de las fuertes escorrentías la cual baja a la par de la riega de Argoma, hasta entroncar con la carretil que viene de Folguerua y Gallinero,
Por el cual ganamos el lugar de San Martín de Luiña, con unos 25 Km rodados, y llegamos a este lugar que es un auténtico faro radiante de la zona, pues pongas donde te pongas siempre verás la torre campanario de su iglesia, templo que se hizo famoso por aquello de tener marcado en el en el suelo mediante un marca , hasta donde se les permitía a los vaqueiros poder entrar a oír misa, pues no en vano estamos en esa extraña frontera entre xaldos y vaqueiros.
Por el cual ganamos el lugar de San Martín de Luiña, con unos 25 Km rodados, y llegamos a este lugar que es un auténtico faro radiante de la zona, pues pongas donde te pongas siempre verás la torre campanario de su iglesia, templo que se hizo famoso por aquello de tener marcado en el en el suelo mediante un marca , hasta donde se les permitía a los vaqueiros poder entrar a oír misa, pues no en vano estamos en esa extraña frontera entre xaldos y vaqueiros.
En San Martín nos quedamos a reposar e hidratarnos con zumo de cebada, al calor de la primavera y escuchando al personal que trasegaba viandas y licores como si no hubiera mañana.
Al fina levantamos campamento para poder seguir la ruta, ahora ya una tanto improvisada que por Castañedo nos fuimos hasta Numayor, un buen lugar para un albergue en una de esas casas cerrada del pueblo, y en cuyo punto entroncamos con el Camino de Santiago, cuya traza seguimos ya sin apenas pérdida, pues esa especie de muelle azul, no va indicando la ruta a seguir en dirección contraria. Se cruza por abajo la aberración de los viaductos pixuetos, que junto con el puente del FEVE hace de la zona un extraño montaje de lo que fue además las épocas aquellas donde la economía iba por las nubes, como el viaducto pixueto.
Una vez se deja atrás el viaducto de la A-8 se baja por la El Ribete hacia el Molino de Veiga, donde cogimos alguna baratija en un solitario puesto peregrino, dejando nuestra moneda, y seguimos rumbo La Magdalena, cruzando el río Uncin, para acometer la subida el alto del Rellayo, donde de nuevo se ve el vandalismo en el cerrado establecimiento de Casa Fernando II que ya le han levantado placas y decoraciones varias.
Se cruza la carretera para subir un tramo por desparramada ladera de Santa Ana de Montarés para de nuevo cruzar la A-8 en El Manto, entrando de nuevo en la parroquia de San Juan de Piñera y por la Estación de Feve de Cudillero, alcanzamos de nuevo por Pajarín el lugar del El Pito, donde ya el amigo Marcos Cernuda nos deja pues tiene compromisos que cumplir, y nosotros hemos quedado con Polchi para cerrar la tarde con una buena cerveza.
La vuelta por el Camino de Santiago, se hace agradable, y sobre todo cuando uno ha recuperado fuerzas, el camino se hace agradable y por él nos encontramos varios peregrinos/as, pocos la verdad, lo cierto es que no está pasando mucha gente en estas fechas por este Camino del Norte, o a mi me lo parece. Tal vez el factor moda de otros caminos esté influyendo en ello.
Tras un tramo de unos escasos 5 km , entramos de nuevo en Muros de Nalón para saludar al amigo Poldo.
© Victor Guerra