Y como hasta Septiembre no se volverá el Suplemento Campeones, pues aquí dejo las reflexiones, para todo aquel que las quiera leer.
Un saludoCon estas reflexiones se concluye otra etapa, la sexta que nos mantenemos entregando cada semana una nueva propuesta ciclomontañera.
Cuando comenzamos allá por finales del 2002 nadie daba un duro porque esta sección de BTT dentro del Suplemento Campeones tuviera una duración de más de dos años, hasta el que suscribe tenía sus dudas acerca de que una región tan compleja como la nuestra pudiera aportar tal catálogo de itinerarios para la práctica de la bicicleta de montaña.
Una labor ingente llevar a cabo tal cantidad de recorridos, con todo tipo de colaboradores, amigos, y clubs que me han ido aportando sus rutas; clubs entre los que cabe a Asturcón BTT, BTT Pelayo, Grupo Poco a Poco, Grumar, Ronzón etc.
Ello sin olvidar a los ciclomonateños, las principales figuras de un hacer y saber disfrutar de la naturaleza a lomos de una bicicleta, que adaptándose a las exigencias del guión de cada momento,- pues siempre he querido que las rutas tuviesen muy diverso cariz, dificultad y exigencia-, se han plegado a ello compañeros como Carlos Coehlo; Chus Toyos, Morcín Ricardo Mojardín, Polchi Figueras, Raquel, o los compañeros ocasionales como Nespral, Paco Jiménez, Javier Gómez, Jorge Alperi, o Chaves, y como no, el propio y sempiterno presidente de Asturcon BTT, a los que hay que unir tantos otros, nombres y periplos, que he ido relatando a la vez que describía las rutas ciclomontañeras y a los cuales desde aquí deseo brindarles un saludo, y buen disfrute del verano a lomos de las trotonas.
Lo cierto es que cuando se recorre esta región, concejo a concejo, con la idea de proponer rutas para este suplemento de Campeones, es cuando uno se da cuenta de que nuestra tierra encierra, tanto para el senderista como para el ciclomontañero, pues ambos comparten escenarios, una intensa variedad de posibles caminos y rutas que se van vislumbrando a lo largo de esas intensas ciclopedaladas por valles y sierras, donde las nuevas pistas o las viejas cicatrices de la red vial que soportó y aportó esta tierra asturiana, son todo un acicate para plantear nuevas aventuras con la intención de ir absorbiendo poco a poco esa intrahistoria de la cual no nos hablan los libros, pero que sentimos bajo nuestras ruedas gordas y el esfuerzo por superar esos retos que nos hemos propuesto
La bicicleta de montaña debe tener un futuro lejos de los escenarios deportivos, y ese paisaje en que se ha desenvolver ha de ser por fuerza el mundo rural, en este caso el asturiano, lleno de complejos recorridos, variados y pluridiversos en ambiente, en dificultad, en retos, y en disfrutes.
Pero no debemos olvidar como ciclomontañeros que somos, que esta herencia que es nuestra tierra, ha de quedar lo más intacta posible, y debemos velar porque nuestra huella sea leve, sin dejar rastros de derrapajes por conducciones agresivas, esas que tanto les gusta a algunos bikers.
Nosotros tenemos un deber y es dejar las cosas como estaban antes de nuestro paso, para que la sensación de pasar por esos lugares, aunque haya pasado otros antes, sea nueva e inmejorable.
Esa es la filosofía que defendemos desde Campeones, y que se inserta en el lema de respeto y cohabitación que muestra el IMBA (Asociación Internacional de Mountain Bike)que ya tiene presencia en Asturias.
Nuestras trotonas cada vez son más sofisticadas y con mayor capacidad técnica para que nuestros doloridos cuerpos sufran lo menos posible, pero no debemos olvidar de que esas máquinas también son cada vez más agresivas con el entorno, los taqueado de las ruedas que apuran el desmontaje a costa de llevarnos por delante los débiles mantos de hierba, los frenos de disco que apuran velocidades y abren cicatrices en los senderos; el machaconeo de pasar una y otra vez por esos “espacios técnicos” para ver y demostrar las capacidades técnicas, que más bien se reducen a cualidades mnemotécnicas. Todo eso conlleva un impacto, que no es muy grande, pero que debemos tener en cuenta a la hora de programar nuestras excursiones y rutas.
En ello también tiene una responsabilidad la institución pública, que debiera no restringir por restringir, sobre manera en esos lugares singulares, como son los ” Espacios Protegidos”, y no debe restringir la práctica ciclomontañera porque los grupos ciclistas no estén sentados en los órganos de gestión o de representación, o porque las bicicletas se las considere como un trasunto molesto. Las Instituciones Públicas deben tener en cuenta de que somos un colectivo que aporta su granito de arena a la sostenibilidad de un espacio, aportando economía en base a nuestros desplazamientos, que mantenemos caminos abiertos por el uso, y que somos una plusvalía para cualquier planificador de territorio.
Solo debe haber comprensión para una forma nueva de moverse en el medio rural y natural, y saber que somos un colectivo abierto a nuevas propuestas con vocación de respetar aquellas restricciones nacidas de la reflexión y el consenso, y se ha de tener en cuenta de que somos un mundo singular muy alejado del mundo de la órbita del motor al que siempre nos condenan: “solo se podrá “circular por los caminos y pistas que utilicen los vehículos todo terreno” .
Es evidente que la práctica sostenida del Mountain Bike en un territorio causa impactos, pero la administración pública: deportiva y turística, debe ser consciente de que e s una demanda que se viene sosteniendo en el tiempo, necesita una respuesta para armonizar su práctica en esos territorios cercanos a los entes urbanos más grandes, para lo cual se precisan unas infraestructuras capaces de dar confortabilidad y seguridad al ciclista, con un control sobre los impactos y las cohabitaciones, esas instalaciones ya existen en Europa, son los Centres de VTT de Francia donde hay más de 250, o los que ya se están abriendo en nuestra tierra; Euskadi y Cataluña.
Estos Centros están constituidos por una red de senderos especialmente señalizados para bicicleta de montaña, los cuales tienen su propia señalización, lo cual no impide que haya una cohabitación de usos con el senderismo o la actividad ecuestre.
En definitiva una red de sendas y rutas que comparte territorios diversos, los cuales conforman zonas y rutas que interactúan sobre espacios y territorios, ofertando una amplia panoplia de recorridos aptos para las más diversas y exigentes practicas montañeras.
No es ya una novedad, un Centro de BTT, sino un hecho que se está conformando en España, y a la cual Asturias no puede permanecer ajena, y más cuando ha sido pionera en el desarrollo del Mountain Bike en España, con clubs como Asturcón BTT que es de los primeros y de los únicos clubs que aún perviven de aquella vieja hornada de ciclomontañeros defínales de los años 80, conformando recorridos y cicloaventuras que han causado furor en su momento.
Una actividad que ha hecho destino para la práctica ciclomontañera zonas como los Picos de Europa, o la Cordillera Cantábrica, con rutas como La Carisa, con eventos como La Travesía de la Cordillera Cantábrica, la Ruta de los Marineros, la Vuelta al Concejo de Gijón, o la Travesía de Degaña-Ibias.
Ese es el reto que se nos presenta a los a los amantes de la BTT, a las Instituciones públicas, locales y regionales, los cuales con el apoyo de todos vosotros amables lectores, y el apoyo de este diario La Nueva España, que ha apostado desde hace años por sacar la bicicleta del corsé de la competición y de la práctica anónima, dejando que propongamos toda una panoplia de recorridos que hemos ido ofreciendo semana tras semana.
Esperamos que la próxima temporada podamos ofrecer no solo más rutas, sino también el anuncio de un apoyo importante para contar con un Centro de BTT en Asturias
Que a sí sea, y hasta el próximo mes de septiembre, y que ustedes lo rueden bien.
Víctor Guerra