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martes, 24 de diciembre de 2013

TRAVESIA INTEGRAL CORDILLERA CANTABRICA (5ª Etapa)


EN EL ECUADOR DE LA TRAVESIA
Atrás han quedado las tierras somedanas, ahora nos adentramos en la zona central de a Cordillera Cantábrica. Atravesamos los que han sido pasos históricos e hombres y mercaderías que han dejado su huella arquitectónica en la Colegiata de Arbás, o su ingenio en tinglados como el ferroviario de Pajares.

Una tierra donde la genista va quedando atrás, aunque las onduladas cimas, dejan paso a crespones que han mantenido a esta tierra aislada, como el Negrón, cumbre que asaltaremos BTT al hombro.
  • Tipo de Ruta: Travesía
  • Punto de Salida: San Emiliano (León)
  • Punto de Llegada: Busdongo (Pajares)
  • Puntos del recorrido: Puerto de Mieres (Bachota)- EL Negrón –Cuitu Negru- Pajares.
  • Longitud: 35 Km
  • Desnivel aproximado 1.250 mts.
  • Horario: 6 a 7 horas.
  • mapa general

Caprichos y Compensaciones”, podríamos denominar a esta bella ruta, la quinta de la Travesía de la Cordillera Cantábrica, que arranca desde el pueblo de San Emiliano, ubicado en la carretera que une la zona de Laciana con Teverga, a través del Puerto Ventana (AS-228), y cuya etapa pasa por debajo de la Ubiñas, camino del Puerto de Pajares, pasando por la cumbre del Negrón.

La etapa que afrontamos, tiene una tachuela que nos pone nerviosos, aunque hay varias alternativas para su realización, sobre las cuales el grupo discutió largamente: o bien bajar por carretera hacia el Embalse de Barrios, y desde allí mirar como enlazar con el eje de la Cordillera, lo cual nos hacía apartarnos de nuestros objetivos y ciclar lo más posible pegado a la Cordillera.

Al final se impuso la opción más evidente, aunque luego tendríamos que tomar una decisión en el Alto de la Cubilla.

Emprendimos pues la ruta desde San Emiliano, en un mañana donde el calor apretó cuanto quiso. El camino hacia el pueblecito de Pinos, es un estrecho carretil que pronto dejó paso a una amplia pista que remontaba de forma suave el curso del río Alcantarilla. Las trotonas no se quejaban, salvo alguna que otra “cotoya” que en pocos minutos nos dejaban en llanta, lo que también venía bien para un descanso, ya cada vez más merecido y perseguido.

Sin embargo entre la zona de Entrepeñas y el Carrizal, el viento, aún en suave de dejaba notar como suave brisa, era de agradecer la suave e invisible mano que soplaba desde el Este, y nos hacia rodar como gráciles pegasos, aunque pronto renegaríamos de tal ayuda.
Las cumbres de Peña Ubiña se hacían notar en toda su dimensión y belleza, y más en paisajes tan abiertos como estos de la Casa de Mieres, donde por primera vez yo ponía los pies con mi bicicleta, Me sorprendió la amplitud y belleza del territorio. Un breve descanso en la Casa Mieres, fue lo más que se le pudo arrancar al Jefe de Expedición, que nos arreaba como a rebaño de merinas perezosas, pues que sabía lo que nos espera delante.

Desechamos la opción de bajar por el Puerto de la Cubilla (1.683 mts) y continuamos por la pista que va hacia el Alto de la Almagrera, la cual abandonamos a la altura de ésta para enfocar hacia el Muñón del Agua y pasar por las vaguadas de los Puertos de la Ballota o Bachota, que nos iban a permitir colocarnos bajo el punto donde debíamos tomar una decisión

Rodar por estas latitudes aunque no hubiera camino no era un problema, pues las agostadas praderías se dejaban ciclar estupendamente. Así llegamos a colocarnos bajo el farallón del Negrón, la tachuela de esta etapa.

A estas alturas soplaba un viento fuerte que hacía que nuestros mapas amenazasen en convertirse en frágiles cometas. En este punto de la ruta se planteaba la decisión: podíamos intentar bajar por la ladera norte hacia las Brañas de Fasgar o por la Majada del Negrón, hacia el nacimiento de la pista de servicio de la autopista que va por las pobladas laderas del Bosque de Valgrande, y de ahí hacia el pueblo de Pajares. Era una alternativa, aunque eso no nos evitaba el bajar con la BTT al hombro, aunque rodásemos luego plácidamente unos buenos kilómetros por la bella pista.

Finalmente optamos por la alternativa dura, un capricho. Que se resumía en subir con la BTT del ramal y al hombro, hasta la misma cumbre del Negrón, cuestión que nos llevó su buena hora salvar los 300 mts. de desnivel, eso sí en dura pelea con el viento, que nos amenazó en más de una ocasión con hacernos salir volando como singulares cometas.
Ascendimos como pudimos hasta la misma cumbre (1.902 mts)que coronamos no sin esfuerzo y paciencia. Ahora la cordal hasta el Cuitu Negru que parecía factible, exigió de algunos un esfuerzo suplementario, al menos para los especialistas en trial-bike, que sacamos buen partido a nuestras especiales bicicletas como la Giant-Bronco, forzando como no todo el cordal, desde el Alto de Barredal, pasando por el Alto de las Rubias, y concluyendo en el Alto de la Carbajosa.

Contemplamos a nuestros pies la maravilla de Asturias, sus sierras interiores, y esa bruma que siempre saca el calor y que nos impedía gozar de la extraordinaria visión del mar Cantábrico marcando en horizonte. Las vistas sobre la zona Sur de la Cordillera, es algo que a los asturianos siempre nos sorprende, tanta amplitud en cuyos prados vimos las ovejas merinas en su manso pastoreo esperando ya el pronto retorno a los pastos extremeños. Al Norte la cruel cicatriz de la Autopista del Huerna...

Proseguimos con nuestra misión y enlazamos con las pistas superiores de la Estación del Brañalín, que en aquel mes de agosto estaban en plena soledad.

La compensación a tanto esfuerzo fue echarnos como un torbellino por las pistas de la estación como auténticos kamikazes, el plato de 50 dientes y el piñón de 13 no eran suficiente desarrollo para afrontar la bajada, la cadena chicleada sobre los tirantes a más y mejor, pedía más biela y tensión, el cuentakilómetros dados los saltos y los tambaleos para sortear piedras y baches, no eran visible, pero a buen seguro que superábamos los 50 km/hora.

En plena estación tomamos un merecido descanso y un reparador trago que nos fue por la afabilidad de Iván Armesto, aquel que luego se convirtió en la gran figura de Gran Hermano astur, ¡Lo que son las cosas!.

Llegar hasta Busdongo, ya por asfalto, fue algo reparador tras tanta emoción y tableteo de nuestras piernas y cabezas, se había coronado nuestra primera cumbre y habíamos forzado buena parte del inciclabe camino en descenso hasta Busdongo, toda una aventura

Victor Guerra. Un viejo biker años 80

miércoles, 11 de diciembre de 2013

TRAVESIA INTEGRAL DE LA CORDILLERA CANTABRICA (4ª Etapa)

SOMIEDO: EL CORAZON MAGICO DE LA MONTAÑA ASTURIANA

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Somiedo es la tierra mágica por excelencia, ya el teósofo Mario Roso de Luna lo describió en “Los Tesoros del los Lagos de Somiedo”, y también su escudo heráldico nos habla de extrañas doncellas apenas cubiertas con “vieiras santiaguistas” con serpientes entrecruzadas. Esa es la tierra que debemos cruzar, en la cuarta epata de este arcano viaje por la Cordillera Cantábrica, que como extraños minotauros (ciclista y su bicicleta) vamos camino de San Emiliano.

4 Etapa de la Travesía.
  • Punto de Salida: Santa María del Puerto (Somiedo)
  • Punto de Llegada: San Emiliano (León)
  • Punto del recorrido: La Cueta- Murias Chuengas, Camayor-La Farrapona- Torrestío-
  • Longitud: 45 Km
  • Desnivel aproximado 1.200 mts.
  • Horario 5 a 6 horas
4 Etapa

Del mismo Puerto de Somiedo, (1.485 mts. altt) situado en la cabecera del Río Sil, parte la cuarta etapa.

Un limpiado y rápido engrase a la cadena y diversos puntos de rozamiento y ajuste de frenos fue todo lo que precisaron nuestras ágiles monturas. Un opíparo desayuno de campaña fue el combustible para que nos echáramos a la faena de cada día.

Cruzamos la carretera general en el mismo pueblo de Santa María, y tomamos un camino que se abre paso entre las murias de huertos y prados, y que en suave ascenso va hacia el Collado La Bobia. La ruta va poniendo todos nuestros músculos en su sitio de forma suave haciendo el efecto de un buen estiramiento, desarrollos grandes para ir ganando el Alto de Rañadoiro, y al menor repecho plato pequeño y vamos jugando con el amplio núcleo del piñonaje.

En la zona de Rañadoiro se dobla para descender en dirección a la Fuente de la Bruja y posteriormente pasar entre Cabrillanes y Valdefornos, tras cruzar el riachuelo de Pradiella, donde el grupo se entretiene por un buen rato cruzando el pequeño arroyo y sacando fotos una y otra vez. Hacer calor, y no importa demasiado mojarse.

Lo cierto es que el grupo cada día tiene pintas cada vez extrañas, pues del tibio moreno estamos pasando al moreno tizón lo cual contrasta vivamente con la crema blanca para proteger los labios, es como si una banda de negros zumbones de las películas de los años 40 se hubiera montado en bicicleta y le hubiera dado por cruzar en BTT estos parajes.

Seguimos por la amplia pista, fuera aún de los límites del Parque de Somiedo, camino del pueblo leonés de La Cueta, que cruzamos muy temprano, a estas alturas del día en Somiedo siempre aprieta el calor de madre. Del pueblo, salimos por el viejo camino real que va hacia Valle, atravesando las praderías de Espinas.

Tras rodar de forma apacible unos 3 km de pista el valle LLaguezos, éste se va cerrando delante tenemos las paredes de Peña Chana, llegamos a la altura de la cabaña, y el camino por una zona de genista y brezos, que nos obligan a echar de nuevo la BTT al hombro, más adelante una zona muy quebrada nos impedirá también rodar, y de esta guisa nos arrimamos al collado que da paso entre Llagüezos y La Paredina, el Collado Sobrelagua, que da paso a la braña de Murias Llongas. Este es uno de los puntos más alto de esta parte de la ruta

Baja hacia Murias Chuengas fue algo de brujería, tal vez producto del agua tomada anteriormente, de pronto vimos al fondo de la vega un grupo de personas, y luego ellos nos vieron bajar como alma que busca compañía. Eran miembros del grupo de montañeros Torrecerredo que tomaba su merecido descanso y tentempié a la sombra de la braña de Murias Chuengas o Llongas, y que estaba realizando su travesía de la Cordillera, aunque en sentido inverso y a pie, unos 15 días de marcha: Nosotros tan solo en nueve teníamos pensado cruzarla.

Cuando cruzamos esta parte de territorio somedano (Collado de Sobrelagua) aún no se había declarado el Parque de Somiedo, seguramente que ahora para hacer esa ruta hay que tomar en La Cueta, el PR.AS 16 hacia el collado de Peña Salgada y bajar luego hacia las brañas de Sousas, y llegar por pista al pueblo de Valle, luego tan solo tendríamos que seguir por la pista ahora medio hormigonada hacia el Lago de Valle, y entroncar así con la ruta original que llevamos el Alto de la Farrapona.

La bajada hacia Murias Chuengas, como dicen los autóctonos, fue de un kamizace que espanta, nos desquitábamos así del barullo de metros que perdíamos. Nueva sorpresa, esta vez relacionada en parte con el escudo heráldico de Somiedo, aunque vez sin vieira santiaguista, pero en culote y en bicicleta de montaña, que nos acompañó por unos kilómetros nos subió la moral, pues no en vano aún teníamos horas muy duras de pedaleo hasta el Alto de la Farrapona, nuestra compañía torció a la izquierda hacia Valle y de ahí hacia Pola de Somiedo.

Nosotros cruzamos la pista que va desde Valle, al hermoso y mágico Valle del Lago, con pena de no poder acerarnos hasta ese mítico lugar que tan bien describió Mario Roso de Luna, pero el tajo que teníamos era lo más inmediato. Habíamos perdido una buena cantidad de metros que debíamos ganar de nuevo. Cruzamos la pista de Valle y a la altura de la Fuente del Cután nos internamos por la pista que se abre paso entre el Auteiro y la braña de la Corba, hasta concluir como pudimos en la Braña de Sobrepena, en este punto se terminó nuestra alegría.

La falta de camino, la multitud de senderos inciclables, y la pendiente, nos obligaron a echar sobre el hombro o sobre nuestras espaldas la trotona (BTT) hasta concluir tras sus tres cuartos de hora en el punto más ciclabe de la amplia Vega de Camayor.

Mirar atrás era comprobar que habíamos cruzado el amplio valle glaciar de Valle, con un desnivel entre la subida y la bajada de aproximadamente unos 1.200 mts. ¡ Que pena que no hubiera una enorme tirolina que hubiera unido Peña Chana con el Tarambicu, o tener una bicicleta como la de ET, que pudiésemos sacar de la biblioteca alejandrina que según Roso de Luna se escondía por el Trambicu. y poder volar¡

Rodamos ya de forma relajada por los amplios praderíos de Camayor y Camenor, asomándonos a cada lago: Cerveríz, Calabazosa, que dio refresco a nuestros exhaustos cuerpos. No por ello dejamos de visitar el Lago de la Mina y hasta el de la Cueva, esperando ver salir un dragón alado que nos pudiera llevar sobre su prodigiosas alas y en un suspiro hasta San Emiliano.

La magia de lugares como éstos tienen un extraño magnetismo, del cual en ocasiones se nutren los escritores, y Somiedo es eso y algo más.

Es una tierra paradójica donde se juntan dos raros mundos el de los Vaqueiros de Alzada y el de los trashumantes. O donde uno se encuentra en las empinadas laderas de Peña Orníz, con infinidad de trocitos de tribolites y arrecifes.

Es legendaria esta tierra de los “Parrondo” los arrieros somedanos que iban camino de Castilla con sus salazones y sus extrañas costumbres, Por algo un buscador de mitologías y grandes misterios esotéricos como Mario Roso de Luna hizo de estos lugares el centro mágico de su novela, escondiendo en ella la mítica biblioteca del saber, la perdida biblioteca de Alejandría.

Las leyendas están bien, pero aún nos faltaba subir al alto de la Farrapona, que a pesar de ser buen terreno, o por ello el repecho se nos atragantaba en la encallecidas piernas.

Tras llegar al alto , y sin dudarlo un minuto, nos echamos pista abajo como alma que lleva el diablo hacia el punto de comienzo del Camín Real de la Mesa, que dejamos a un lado, cruzando el pequeño pueblo de Torrestío, donde ya tomamos contacto con el asfalto y seguir sin pausa hasta Torrebarrio, y luego en un santiamén a Santo Emiliano.

Víctor Guerra. Un viejo biker de los 80

martes, 3 de diciembre de 2013

TRAVESIA INTEGRAL DE LA CORDILLERA CANTABRICA (3ª Etapa)

                                              POR TIERRAS DE SOMIEDO
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Hace ya un porrón de años y al calor del desarrollo del Mountain Bike en Asturias, una serie de bikers liderados por Javier Gómez (Torreblanca) no echamos al monte a recorrer en 9 días la Cordillera Cantábrica. Hoy vuelvo a traer el recuerdo de esta aventura de hace 22 años,  ahora que el Club que fundé  hace 25 años ASTURCON BTT participó en esta aventura

Lo cierto es, que la práctica de la BTT, es sufrida y requiere conocimientos a muchos niveles, conducción, mecánica, coraje, y sobre todo ganas, muchas ganas, y más si uno se desenvuelve por un medio físico como la media y alta montaña asturiana, pero ese esfuerzo a veces tan intenso de pelear con la trotona y la orografía tiene sus compensaciones y rodar por los espacios abiertos somedadnos es uno de ellos.

  • Tipo de Ruta: Travesía.
  • Punto de salida: Orallo (León).
  • Punto de Llegada: Santa María del Puerto.
  • Longitud 23 km.
  • Desnivel acumulado: 1000 mts.
  • Horario : 5 a 6 horas.

RUTA: A la pequeña aldea leonesa de Orallo se llega desde Villablino, y se continúa hasta su entronque con la Nª 631 ( Villager de Laciana), donde arranca un ramal dirección Norte, que en apenas 4 km. nos pone en el punto de partida de esta bella ruta por tierras somedanas.
La etapa que el grupo de betetistas debe afrontar, es la tercera de la travesía de la Cordillera Cantábrica, y abandona la tierra quemada de días atrás adentrándose en espacios más abiertos y oblongos.

3 etapa

La calurosa mañana invita a tomar la bicicleta todo terreno (BTT), y afrontar el reto de los escasos veinticinco kilómetros del recorrido que nos llevarán hasta La Peral, aunque las cristalinas y rumorosas aguas del río Orallo nos invitan a sesteo. A la voz de ¡ya!, el “Boss” de la expedición (Javier Gómez) nos pone en marcha, y poco a poco vamos dando las primeras pedaladas por un amplio camino que tiene por vecino al Río Orallo que busca las suaves laderas del circo que forman el Pico Cogollo, Pico Triesa, Collado Tres Lagunas, y el Chao de los Bueyes, y donde se sitúa la fuente del Cabril.

Como lentos bueyes vamos pedaleando, pues el esfuerzo ya se nota en las doloridas y fatigadas piernas, y como no, los pesados desayunos que deglutimos para poder aguantar las ruta, lo que contribuye a que en los primeros kilómetros nos movamos con parsimonia vacuna. Galbana que nos cae en las primeras rampas a la altura de las Casa de Castrocollar, dirección a la estrechura que aprieta al río a la altura del Pico de Llanos Secos. 

Pasamos al lado de la escondida fuente Pastores sin apenas verla, y enfilamos por terrenos de pradería hacia Majada de Vega Ancha, donde avistamos las primeras ovejas merinas del camino.

La soledad hace su agosto en estos parajes, de los cuales surge el pastor de las merinas, con sus fieles escoltas: mastines de fieras “carrancas” por aquello de los lobos; y que tras preguntar que hacían unos locos como nosotros rodando por aquellos lares, y máxime cuando en Rusia había habido un golpe de estado.

Nos miramos perplejos, días sin oír la radio ni ver la televisión, hacían que la noticia que nos llegaba en tierras somedanas por un pastor de Extremadura, lo cual constituye todo un alarde de la globalización, el mundo cayéndose y nosotros trotando alegremente camino de la Collada de Cerezales. La bajada por las laderas que se descabalgan desde Las Cerezales hacia la Braña Los Cuartos, o Branaviecha, como la conocen los autóctonos, es una pasada, pues nos permite bajar por sus verdosas laderas, sin peligro alguno haciendo alguna que otra cabriola trialera. 

Eso sí, culo atrás y muy parapetados tras el manillar y bajando mucho el cuerpo para que el centro de gravedad quede lo más bajo posible, pues la empinada bajada es de las que dan miedo, y esa es la postura ideal para su descenso. Aún no había los esperpentos de BTT de ahora con suspensión total.

Han de tener en cuenta los ciclistas que acabamos de entrar en el Espacio Protegido del Parque Natural de Somiedo, y hoy, Reserva de la Biosfera, y hay ciertas regulaciones que nos pueden afectar a la hora de ciclar por estas latitudes. Se aconseja informarse antes de emprender rutas como la señalada.

Pasamos al lado de la Fuente del Piojo y enlazamos con el camino que viene de Villar de Vildas hacia la Braña de los Cuartos, un pequeño tentempié al pie de las “pallozas cabanas de teitos” y tranquila contemplación de los parajes por donde corretea el oso cantábrico. El farallón del Cornón vigila todo nuestro itinerario y la presencia del oso.

La verdad es que las bajadas son una maravilla, pero no hay pan si torta, y eso significa que para llegar a nuestro destino el Puerto de Somiedo, debemos afrontar la tachuela del Camino Real que pasa por el Collado La Enfestiella, que está a 16.85 mts de altitud, y separa el Valle de Villar del Valle del Cigüeña, y hoy marcado como PR.AS-14.

El desnivel es brutal, y aunque el camino que se abre a la derecha en dirección a Villar de Vildas, entre la genista negra parece factible su rodadura, lo intentamos ciclar, aunque hay tramos que no hay manera de hacerlo, lo que nos obliga, como ya empieza a ser costumbre a su buena media hora de BTT al hombro, pues el esfuerzo de forzar algunos tramos con todo el piñonaje metido, plato de 30 dientes y piñones de 28, apenas si nos permiten rodar más que uno metros, antes de enfilar peligrosamente hacia el terraplén que se abre a la derecha.

Como no hay peor cosa que sufrir y levantar la vista para ver cuánto queda, pues en nuestra peculiar tortura, nuestro particular GADU, nos echa un capote y nos rodea con una densa niebla, que no nos permite ver nuestro sufrido trayecto. De esta guisa remontamos el collado y damos vista al Valle de La Peral.

El olor de la genciana, y la niebla que quedó más abajo, nos indica la altitud a la que estamos, en cuyas cercanías encontramos la fuente de los Borrones y una charca estacional para ganado que está medio seca. A partir de aquí se nos abren diversos senderos valle abajo hacia los prados de Las Malladas, bajada bonita y perfecta, para recompensar el esfuerzo de la pateada por el collado anterior. Las velocidades van en aumento, lo que significa que el camino cada vez se hace más evidente y con buen firme..

La Peral es un precioso pueblo estival de los vaqueiros de alzada, rodeado de pastos que son objeto de una utilización rotacional, generalmente de abril a septiembre u octubre, aunque algunas se aprovechan todo el año, y otras sólo se rentabilizan en los meses estivales o invernales; el régimen de uso está muy relacionado con la altitud, la abundancia de pastos de siega y la disponibilidad de otras brañas. Medio centenar de ellas conserva teitos, cabañas de planta rectangular con techumbre de escoba o, en su defecto, piorno; en el pueblo podemos ver varios ejemplos.

Los repechos hacia el Puerto de Somiedo se hacen duros, pero no hay otra posibilidad que subir hacia él, y debemos hacerlo por asfalto, y máxime si nos queremos meternos en algún berenjenal judicial por adentrarnos en zona de uso restringido. Por lo cual sin salirnos un ápice de los caminos y carreteras emprendemos la subida por la dura rampa hacia Santa María del Puerto (1.486 mts. altt.), donde nos espera el vehículo para trasladarnos hasta Pola, para darnos una cena a base de buen filete de carne roxa, será toda una recompensa, pues la siguiente etapa tiene lo suyo, y querer ir lo más ajustado al eje de la Cordillera Cantábrica, trae como consecuencia estos grandes esfuerzos bicleteros.

Atrás queda una ruta de veintitrés kilómetros, con otro desnivel acumulado que no somos capaces de bajar de los mil metros, y con unas 5 a 6 horas desde que salimos del campamento anterior en Orallo, y que bautizamos por la dureza del collado de Enfestiella, como “ Por favor, más no ”.

Víctor Guerra

martes, 19 de noviembre de 2013

TRAVESIA INTEGRAL DE LA CORDILLERA CANTABRIA (2ª Etapa)

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Entradilla: Los ciclistas de montaña asturianos, tras aparecer en nuestras vidas las “trotonas de ruedas gordas”, algunos como los presentes nos echamos pronto a los caminos y sendas que conocíamos y que nos entusiasmaban, sobre manera aquellas largas travesías, ¿Pero como hacerlo con una orografía tan compleja, como complicada como la nuestra?
Así se fue fraguando la travesía de la Cordillera Cantábrica en BTT, que se convirtió en una aventura y en una realidad, que hasta hoy no se volvió a realizar.


Mapa 2º Etapa
Mapa de la 1ª y 2ª Etapa

SEGUNDA ETAPA de la TRAVESIA de la CORDILLERA CANTABRICA
  • DATOS TECNICOS:
  • Itinerario: Puerto de Cerredo- Puerto de Leitariegos- Orallo
  • Kilómetros: 30.200
  • Desnivel: 1.000

TIERRA MINERA y QUEMADA

Si la orografía de la Cordillera Cantábrica es compleja, no menos lo es el territorio interior asturiano, donde los plegamientos han creado un complicado crucigrama de valles y montañas. Su belleza en la “encainada” es espectacular, pero si uno debe recorrerlo en BTT, acaba con la sensación del minotauro en el laberinto.

La siguiente etapa que parte del mismo Puerto de Cerredo, (1.359 mts altt) abandona por unos momentos la quebrada línea de la Cordillera, y se interna por tierras más proclives a ser rodadas en BTT en una ondulante trayectoria que nos encamina al final de la segunda etapa: Orallo.

Como ya se esperaba, la ruta comienza con un pequeño calentamiento de piernas por las antiguas pistas mineras que nos enfilan dirección NE, para abandonar a la altura de la Cordal de los Collados, el límite provincial asturiano y adentrarnos en tierras leonesas.
El paisaje con las antiguas instalaciones mineras que han dejado como huella cientos de pistas y bocaminas hoy abandonadas, por aquí y por allá, restos de vagones y tinglados mineros, en los que nos entrenemos a fotografiar, unido a la devastación del fuego que en fechas anteriores había acontecido, presentaba a nuestros ojos de aguerridos ciclistas un espectáculo dantesco.

Maraña de senderos y caminos que se entrecortaban los cuales el grupo acometía con la intención de cruzar la Cordillera Cantábrica en BTT, todo este enmarañado mundo de caminos nos iban adentrando camino de la Vega del Palo, buscando en el ascenso el rumor cantarín del Arroyo Fletina, y desde el cual atacar en suave ascenso el Collado de las Llamas de Bocín.

La devastación del fuego se dejaba sentir en nuestras piernas, pues los negros esqueletos de la genista y los brezos, roídos por el fuego se clavaban a nuestro paso por los senderos. Estos dejaban paso a las veredas, fruto de la carcomida labor de la vegetación que cada día iban devorando las amplias pistas mineras, que presentaban ante nosotros, al bordear el Alto del Modorrio, todo un espectacular laberinto de pistas y viejos caminos que en ocasiones no llevaban a ningún lugar. Nos sentíamos como el minotauro que en vez de patas tenía ruedas de tacos.

Los mapas del SGE 1.50.000, no eran bastante elocuentes ante aquella barahúnda de pistas comidas por los piornales y la genista, solo el conocimiento del Jefe Guía del grupo (Javier Gómez) y la ilusión de un grupo que acaba de emprender la aventura eran el sustento y la ilusión para proseguir por entre aquella tortura, que el dios Osiris se encargaba de recrudecer, pues era Agosto, y rodar por estas asoladas tierras en pleno mañana en esas condiciones, era una empresa de titanes.

Llegados a la altura del Collado de la Bobia, de nuevo se giró hacia el SW (suroeste) para acompañar en su descenso a la Riega de Cabada, el extraño firme y los obstáculos, chamuscados, palos de brezo y escobas que se metían entre los radios de las ruedas y en la transmisión, hacían que se maldijese más de una vez la opción a emprendida, más al Sur no había opciones.

Pequeños remontes y descensos, cuyo desnivel se iba acumulando, dejaban en ocasiones a nuestras doloridas piernas llenas de rayonazos y sol amén, que iban tomando ya color y forma pues el desnivel aunque pequeño se iba acumulando.

Abandonado el valle de La Cabada, de nuevos en tierras leonesas, la sucesión de pistas y caminos que se abren hacia el Norte, nos llevan en un pis-pas hasta el Km. 74 de la Nacional 631, que sería cruzarla y seguir camino de El Pando, pero la tentación de refrescarse es más fuerte que nada, y el grupo en pleno y con plato pequeño y paellera metida, acomete la subida hacia el Puerto de Leitariegos, para después doblar hacia la laguna de Arbás.

A pesar de ser Agosto, el agua está fresquita, tal vez la altura y la imponente figura de los 2000 mts. de altitud de del Pico Arbás, no permiten que estas lagunas glaciares se caldeen, y por tanto sean poco invitadoras al baño, conclusión que sacamos al observar que pese a la ingente muchedumbre que rodea la laguna, nadie opta por el baño, salvo los chalados de las ruedas gordas, que pronto dejan ver su tricolor uniforme claro oscuro sobre la piel.

La tarea emprendida pronto reclama al pequeño rebaño de ciclistas la brega diaria, que se echa con alegría y con el piñonaje a tope, puerto abajo hasta el cruce del Km. 74. Un giro a la izda. y de nuevo en plena marabunta de pistas y caminos, que en alguna ocasión nos obligan a echar o bien pie a tierra, o la trotona al hombro, cuestión que empieza a ser como bastante habitual.

El mapa no marca grandes desniveles, pero las lomas se van sucediendo poco a poco, y cada vez que echamos un vistazo al mapa vemos que apenas si nos hemos movido, es más, entre el punto de salida y el de llegada en línea recta apenas si hay más de ocho km. Sin embargo la ruta nos va a demandar el esfuerzo de rodar durante unos 32 km, con un desnivel acumulado rayano en los 1000 mts de altitud, eso pese a los pocos desniveles fuertes que acometemos.

El paisaje nos es tan bonito como esperábamos pues la barbarie de las quemas no ayuda a su disfrute, aunque en parte éstas han quedado atrás, al menos las más intensivas, a la altura del arroyo de Valdepita, aún vemos que a la vegetación le cuesta tomar altura.

Al rebasar las brañas que levantan a mitad del curso alto del Valdepita, el paisaje se hace más bonito y denso, lo que nos permite no caernos de las trotonas, la genista y los brezos son tan densos que apenas si nos podemos ver unos a otros, aunque por otro lado nos viene bien tanta vegetación para no caernos en nuestras bravuconadas trialeras, pues ella nos sostiene.

Dicen que los pinchazos en las trotonas (BTT) son de los más frecuente, en este caso es una excepción pues salvo una astilla de brezo que taladró una cubierta, reparación de emergencia: esparadrapo cartón, nos sacaron del apuro, y no hubo que contar más incidentes en la etapa.

La bajada hacia las amplias vegas que riega el río Orallo, ya en pleno valle de Laciana, toda una virguería que gozamos a bloque, las agostadas praderías nos dejan rodar a gusto y sin miedo a clavarnos alguno de aquellas astillas de brezales y piornales.

El pequeño embalse a las puertas del pueblo de Orallo, donde el personal autóctono se reconcilia con el fresco, después de un día intenso de calor, coopera a que en esta ocasión montemos el campamento volante en este fresco lugar.

El problema de estos lares que podían constituir un buen lugar para clicletear a gusto, tiene el problemas no solo logístico, sino también de supervivencia, pues hay que desplazarse hasta Villablino para dar a nuestros fatigados “bodys”, la energía necesaria, Viilablino nos depara una sorpresa para la cena opípara que pedimos: Arroz en cantidad aderezado con media docena de chipirones, y todo vino al revés, los peces a tutiplén y el arroz en cazuelitas. Por mucho que explicamos que lo que queríamos era el nutriente básico para nuestras fatigadas piernas, arroz los parroquianos y la hospedera nos miraban con ese gesto típico de pensar estos “asturianos se han vuelto locos”.

Y no estaban mal encaminados, pues la travesía de la Cordillera, cuando la contábamos o decíamos de donde veníamos sonaba a estar mal de la chaveta y ser una aventura de auténticos locos.

Víctor Guerra 

lunes, 11 de noviembre de 2013

TRAVESIA INTEGRAL DE LA CORDILLERA CANTABRICA (1ª Etapa)

Hace ya un porrón de años y al calor del desarrollo del Mountain Bike en Asturias, una serie de bikers liderados pro Javier Gómez (Torreblanca) no echamos al monte a recorrer en 9 días la Cordillera Cantábrica. Hoy vuelvo a traer el recuerdo de esta aventura de hace 22 años, y ahora que el Club que funde hace 25 años ASTURCON BTT, está de aniversario, bueno será recordar algunas de aquellas gestas.

DATOS ESTADISTICOS de esta AVENTURA BIKER

Participantes
  • Club Asturcón BTT: Manuel Fernández y Víctor Guerra.
  • Grupo Montaña Torreblanca: Héctor y Valentín Arranz, Vidal Sáez José Cabal y Javier Gómez.
Fechas de Realización: 17 al 25 de agosto 1991
ETAPAS:
  • 1ª Campa Tormaleo - Puerto de Cerredo. 46 km. Desnivel: 1.300 mts [1].
  • 2ª Puerto de Cerredo – Orallo. 30.200 km.; Desnivel: 1.000 mts.
  • 3ª Orallo – Puerto de Somiedo. 23 km.. Desnivel: 1.000 mts.
  • 4ª Puerto de Somiedo-Santo Emiliano. 45 km. Desnivel: 1.200 mts.
  • 5ª Santo Emiliano- Busdongo. 35 km Desnivel 1.250 mts
  • 6ª Busdongo-Puebla de Lillo. 52 km. Desnivel 2.150 mts.
  • 7ª Puebla de Lillo -Oseja de Sajambre. 45 km. Desnivel 1.350 mts.
  • 8ª Oseja de Sajambre- Portilla La Reina. 45 km. Desnivel: 1.270 mts
  • 9ª Portilla de la Reina – La Vega de la Liébana 30 km. Desnivel. 1.300 mts.
  • TOTAL de la TRAVESIA: 351 km.
  • TOTAL de KM rodados por Asfalto: 52 km
  • CICLABILIDAD D ELA TRAVESIA: entre el 80%-y 86%
CUMBRES ASCENDIDAS: El Negrón, Tres Provincias; y Peña Prieta.

Pinci1

De izquierda a Derecha: Víctor Guerra; Manuel Fernández; Vidal Sáez; Valentín Herranz; Javier Gómez, José Cabal y Héctor Arranz.



[1] Desnivel en Ascenso y acumulado.


LA AVENTURA DE LA CORDILLERA CANTABRICA EN BTT
Entradilla: Los ciclistas de montaña asturianos, tras aparecer en nuestras vidas las “trotonas de ruedas gordas”, nos echamos pronto a los caminos y sendas que conocíamos y que nos entusiasmaban, sobre manera aquellas largas travesías, ¿Pero como hacerlo con una orografía tan compleja, como complicada como la nuestra?

Así se fue fraguando la travesía de la Cordillera Cantábrica en BTT, que se convirtió en una aventura y en una realidad, que hasta hoy no se volvió a realizar.

COMIENZA LA AVENTURA. 1ª Etapa: Los Músicos de las Trotonas

En agosto de l991, un cúmulo de circunstancias me une a un proyecto muy adelantado que comandaba Javier Gómez, del grupo de Montaña Torreblanca, y tras de sí estaba un grupo compuesto por: Héctor; Valentín Arranz, Vidal Sáez y José Cabal, miembros del mismo grupo montañero, por parte de Asturcón BTT, estábamos Manuel Fernández y el que suscribe..

El objetivo de este peculiar grupo era cruzar toda la Cordillera Cantábrica de Oeste a Este, entre el 17 al 25 de agosto. Nueve días para afrontar todo un desafío: cruzar toda la columna vertebral de la Cordillera, unas veces por su vertiente Sur, y otras por la Norte, pero nunca dejarnos tentar por el apetecible asfalto, o por las mullidas pistas de los valles bajeros, lo cual suponía cubrir 350 km de caminos, más unos 60 km de asfalto.

Así emprendimos viaje, agolpados en una furgoneta Ford, camino de la Campa de Tormaleo. En estos viajes es cuando uno de da cuenta de lo mal que se ha vertebrado Asturias, pues su vieja infraestructura nos hacía dar mil vueltas para llegar a tan apartado lugar tras malgastar unas cuantas horas.

La Campa de Tormaleo, (1.100 mts. altt) es una amplia camperona al pie de Puerto del mismo nombre, en la cual en aquellos momentos había un templete de música, bien pensaron los pocos lugareños que hasta allí habían llegado aquel mediodía unos extraños músicos. La realidad para todos fue más cruda, pese a nuestra moderna indumentaria, no éramos precisamente los que allí íbamos a tocar el instrumento sino a ciclar por aquellos despoblados parajes.

De estas trazas empezó la ruta hacia el Puerto de Cienfuegos, con un componente menos encargado, pues sería el encargado de llevar el vehículo hasta Cerredo, mientras el resto empezaba a pedalear bajo el calor de Osiris que apretaba más de la cuenta, mientras nosotros apretábamos el pernil y el piñonaje para ganar metros a la amplia pista a base de zig-zag. En la zona de la Varallaga, la huella que dejábamos dando quiebros, era de los más que elocuente, para comprobar lo que nos costaba coronar el Puerto.

Llegar a lo más cimero del Puerto de Cinfuegos (1.693 mts altt) fue como abrir una ventana, pues desde ella, y ante nosotros se abría una larguísima cadena montañosa que debíamos engullir a base de dar pedales. La bajada hacia el valle de Guimará fue una delicia, pues el firme de estratos pizarrosos hacían que las trotonas volasen.

Para ser fieles al proyecto dejamos a medio bajada la amplia pista y enfilamos hacia los viejos senderos y caminos aledaños a ésta, los cuales se abren bajo la sombra de la Peña Chica, vetustos caminos trazados medio abandonados que nos llevaron sorteando algún otro obstáculo, a base cabriolas trialeras, hasta Guimará y Chano, donde tuvimos que rodar por un tramo de carretera hasta Peranzanes.

Este es un apartado pueblecito, a 937 (mts de altitud), donde los lugareños nos indicaban y calificaban de todo, pues nuestro proyecto era y fue, acometer la ascensión del Puerto de la Collada o del Trayecto. Las opiniones del paisanaje eran de todo tipo y color, incluyendo el de locura, tal vez contemplar nuestras monturas y nuestros “bodys”, y convencidos unos y auto-convencidos otros, de que no había otro remedio nos lanzamos a la conquista del Trayecto, tras unas breves explicaciones.

De la alegría que nos iba deparando el amplio camino que nos daba acceso al puerto, pasamos a la más desconsolada tristeza, al ver que teníamos que echar sobre nuestros hombros las “trotonas” y tomar con paciencia el asalto a tan inconmensurable masa boscosa. Hoy me dicen que hay una pista, Menos mal, pues de lo contrario es una aventura que puede desesperar a uno, pues no en vano nos peleamos con la vegetación y las trotonas durante más de una hora para poder concluir al ascenso y coronar la masa boscosa del Trayecto (1.615 mts. altt)

Tras pelar, aún unos buenos minutos con el ramaje en lo más alto de la cumbre, dimos con un viejo camino que nos llevó por la Parada Seca, acompañando a la riega Regueirón, en una bajada llena de adrenalina, que tuvo su final en el pueblo de Las Bárcenas, o sea que habíamos dado un buen rodeo para llegar al mismo sitio que habíamos pasado por la mañana.

La tarde se nos echaba encima y prácticamente no había más alternativa para que volver a pisar un tramo de asfalto hasta Degaña donde visitamos al médico, pues en plena bajada se me introdujo una mosca en la oreja y tenía molestias infernales. Una vez limpio el conducto auditivo, seguimos en dirección a Cerredo.

Atrás habíamos dejado unos buenos desniveles y una buen pelea con el matorral del que eran testigos nuestras doloridas piernas, pues no en vano habíamos recorrido 46 km. en unas 6 a 7 horas y con un desnivel de subida que sobrepasaba los 1.300 mts.¡Del desnivel de bajada para que hablar.¡

Víctor Guerra

sábado, 15 de noviembre de 2008

“DE PANES POR ALEVIA CAMINO DE LLANES”

Tipo de Ruta: Longitudinal

Punto de Salida: Panes

Punto de Llegada: LLanes

Puntos del recorrido: -

Longitud: 38,5km

Horario: 4, 30 horas

Desnivel en subida Acumulada: mts

Desnivel d bajada Acumulada: mts

Ver la costa es todo un aliciente y rodar por sus acantilados es un placer.

TRACK DE LA RUTA

La zona del Cuera siempre ha tenido un fuerte atrayente sobre los ciclomontañeros, y una vez más, el decano Club Asturcón BTT, convocó una bonita travesía entre Panes y Llanes a través del Pico el Paisano, a la que acudieron travestidos con sus flamantes uniformes de Danyma-Asturcón BTT, total unos 16 participantes.

La salida de Panes, como siempre espectacular tras cruzar el remansado Cares-Deva, con sus cristalinas agua camino de la carretera local que sube sin piedad por la PB-2, en duras rampas, que en esta ocasión el personal se tomó con calma.

Las vistas sobre Picos de Europa, una vez que cogemos altura sobre el gran plató de Panes, con los serpenteantes ríos que se matrimonian en el pueblo, El Cares por un lado, y el Deva por el otro, hacen de la zona toda una delicia fotográfica, a la cual Toñin saca partido.

Alevia, sorprende por su monumentalidad, las casonas son impresionantes, al igual que su torre, faro radiante de toda la Peñamellera Baja, al fondo pues eso, los Monts Vindius, a un lado, y al otro ya en tierras de Cantabria la Sierra de Urgabes, y sus invitadoras pistas.

Alevia tras ganar una buena porción de altura, nos presenta la dura pista de hormigón, antes era un camino que por supuesto era inciclable, y que sube entre Buyeza y Los Llabardones hacia los Praos del Medio, al pie del Pico Llueres; ahora al estar hormigonado pues apretando pedal y metiendo todo el desarrollo se va ganando metro a metro todo el desnivel que se coloca en los 600 mts., eso si ganados en menos de 6 km.

Las vistas dados los aguaceros de los días atrás, indescriptibles tanto hacia el Sur, como las que nos presenta la rasa costera. Seguimos bordeando en plano la ladera de LLueres que abandonamos hacia la derecha, por el primer desvío que se abre hacia el valle abandonando de este modo la Sierra del Cuera. La bajada tras tanta lluvia presenta una bajada descarnada, con tramos técnicos, al menos para los que vamos con Btt clásicas sin suspensión de ninguna clase.

El descenso nos lleva directamente hacia la aldea de La Pereda ubicada al pie de la carretera AS-343, se gira a la izquierda para desfilar por el eje asfaltado que cruza todo el valle de La Borbolla, yendo hacia Boquerizo, dejando atrás el pueblo y la carretera se entra por La Cotera hacia Parrade de Tresgrandas con un rampón de aquí te espero, a los 12 km. de ruta, tras lo cual se nos presenta una bajada lleva hasta el desvío hacia el Molino de Redondal, dirección que debemos tomar.

El rincón es de lo más fotogénico, y más con el sol que inunda este solitario caserío al borde las remansadas aguas de Río Pisa, se prosigue ruta subiendo por el único camino disponible dirección a Carranzo, donde la Señora suegra de Carlos, nos tiene preparado todo un pincheo, donde no falta la tortilla, empanadas y hasta postres caseros, que algún que otro glotón degustó hasta dejar unas pequeñas sobras como recuerdo. Recuperado el resuello salimos de Carranzo por la Iglesia para subir por un empinado camino de bellas traza, con “un perfecto firme que mostraba a las claras la técnica del “enrollado” que hicieron las delicias de Nespral, que se lo subió montadito, hasta concluir unos metros más arriba en la carretera LLN-4 que sube a la Sierra Plana.

La vista de la rasa costera, desde la Sierra Plana no tiene descripción posible, y lo cierto es que demoramos unos minutos contemplando la estampa antes de bajar como balas por asfalto hacia Buelna, cruzamos la carretera y nos vamos por las trazas del Sendero Costero. E-9 que va a buscar las orillas de las bravías aguas cantábricas.

A la altura de la ensenada de Buelna, doblamos a la izquierda siguiendo la escasa señalización que queda aún en pie del GR. E- 9 que busca las tierras de Llanes, contemplamos pues el vandalismo y la poca sensibilidad del ayuntamiento llanisco y del propio Gobierno Regional por no cumplir sus compromisos de mantenimiento con las infraestructuras ciclistas y senderistas en materia se señalización y mantenimiento.

El camino por estos lares apenas si presenta problemas, pues se trata de seguir la margen costera hasta desembocar en Pendueles, donde vemos vegetar los sueños de recuperar el viejo palacio y sus increíbles miradores. Parece ser que el proyecto se vino abajo, y pese a que los cartelones nos muestran una bella restauración, la realidad es cruda y ha parece que el proyecto ha dado en quiebra.

Salimos de Pendueles por el camino denominado El Común , que nos aleja por unos momentos de la cornisa en nuestro rumbo hacia Vidiago, dándonos de bruces con su cementerio, las prisas ya son tantas que el personal pese a mis requerimientos no se detiene para contemplar las tumbas y el propio recinto funerario, seguimos dando pedal a base de plato mediano y pequeños desarrollos, a la vez que nos cruzamos con algún que otro turista camino de las recónditas calas de la zona a la altura del camping de Vidiago situado en un promontorio.

Uno metros más allá abandonamos el carretil para virar sobre el recuperado sendero GR siguiendo el franco camino costero, tan solo se nos logra un descanso al pie de los Bufones de Arenillas (Vidiago) cuyas fauces dragoneras parecen estar en calma; El camino va virando hacia el Sur, abandonando por unos instantes el rumbo Oeste, para poder pasar el río Purón por una nueva pasarela de madera, enfilando de forma cómoda hacia la aldea de Andrín, en cuyos caseríos recalo y vivió Nicolás Müller, y cuya localidad parece vivir de espaldas a tan singular fotógrafo, si fuera en otro país, este pueblo ya hubiera contado o con un mueso o con una exposición permanente de fotografías del fotógrafo.

Igual existe pero nadie, ni nada nos indica estas potentes recursos de una zona tan singular como la de Llanes, y vamos de espalda a La Asturias Mágica que aquí tiene bellos jalonamientos. Lo que si ganamos en Andrín son unos culinos de sidra, que ahora nos brinda el padre de José Carlos, antes de subir al Monte la Tuerba y girar por encima de la Sierra Plana de Cué, por cuyo lateral se sigue por lo que en su día fue un campo de aviación, y hoy se enseñorea un venteado campo de Golf. Se prosigue camino de la Ermita del Cristo, sin explicarnos cuales han sido los motivos de no haber seguido el trazado de la ruta las cotas descendentes de la ladera de la Sierra de Cue, y tener meternos entre pecho y espalda a los usuarios unos repechos de aquí te espero. Cosas de ingenieros, supongo.

Las vistas sobre la villa llanisca y el propio Cué, sin palabras, el pelotón va metido en sus interiorizaciones, pues el día no puede ser mejor para admirar la belleza de los parajes por los que rodamos camino de la capilla del Cristo, sobre la cual doblamos a la derecha para buscar las zonas más cómodas y poder entrar en LLanes por su zona marítima por Toró, dando por concluida la excursión tras atravesar una parte de la villa llanisca y recalar en la Playa del Sablón. Dando fin a una ruta ideal para empezar una temporada, ya que nos es difícil y nos premiará siempre con bellas estampas de los paisajes del Oriente de Asturias.

Como siempre, el track de la Ruta en la pagina de Asturcon BTT blog

Victor Guerra



domingo, 7 de septiembre de 2008

Por los Collados de Luna


 Tipo de Ruta: Circular

Punto de Salida y Llegada: La Magdalena (León)

Longitud:  49 Km.

Horario: 4, 30  horas

Puntos de paso:, Otero de Dueñas- Carrocera- Santiago de las Villas- Cuevas de Viñayo-Portilla de Luna-Sagüera de Luna-Barrios de Luna-Irede.

Altitud de Ascenso  1.358  mts. Acumulados.

 Altitud de Descenso: 1.410 mts. Acumulados.

 Los perfiles cársticos de la Comarca de Luna, son duros recorridos  para el  betetista  pero de una belleza impresionante.

 

Una vez más acudimos  a la llamada del almuecín ciclomontañero  Juan Carlos Hidalgo, unos veintitantos betetistas procedentes de  León,  Benavente, y cono no, los bravos  astures con la intención de rodar durantes unas horas por la gran falla que tiene su origen en Laciana,  y que de Oeste a Este,  conforma una gran espina dorsal, y por cuyos plegamientos discurre la ruta  que tenemos por delante.


 Un trazado que  durante unas horas atravesará  los distintos valles que se originan  bajo la Cordillera Cantábrica,  y que  conforman la Comarca de Luna, salpicada de bosques y  parajes excepcionales para la prácticas de actividades de perfil bajo en cuento al impacto medioambiental como son el senderismo o la BTT.


 Con la disposición de gozar de este recorrido partimos del núcleo de La Magdalena dirección Suroeste,  por la carretera  LE- 626, pasando por delante del desvío hacia  la Autopista A-6.  Seguimos carretera adelante para desviarnos a los 3 kilómetros  hacia el interior del pueblo de Otero de Dueñas,  con sus perennes restos del cenobio cisterciense.


 Se sale de Otero y  doblamos a la izquierda  al km 3,750,  metiéndonos por la antigua zona asfaltada donde la cosa va tomando altura. El ritmo que marcan en la cabeza es trepidante, pues rayamos los 14,5 km/h.; y yo estoy fuera de control en pulsaciones,  pues hemos parado a coger agua y ello  ha supuesto remontar, junto con Félix todo un tramo largo, fuerzo, menos mal que Carlos Cohello, nos iba esperando  en los distintos cruces para tirar de nosotros y meternos en el grupo.


 El grupeto rueda ahora en fila india por el estrecho sendero que va por debajo del Alto de  la Lomba, y por encima de la carretera LE- 623, se cruza el carretil que da acceso a unas canteras,  hasta concluir en el pueblo de Carrocera, del cual  salimos por asfalto hasta el cercano pueblo   de Santiago de las  Villas. 


 Los pueblos rezuman soledad a esta temprana hora de la mañana, el tiempo  amenaza por momentos con  meterse en agua. A partir de este pueblo  subimos por firmes de tierra  virando hacia el Norte en primer lugar y luego hacia el Oeste  pasando por entre el Alto del Castro y el Alto del Cuerno, lo cual  nos deja ante una alambrada de espinos,  tras unos 8 km.,  de ciclado y ya con la primera collada  ganada.


El ritmo ha descendido  y se vesubir a base de la utilización del  brioso pateo cuesta arriba a parte del personal. Desde esta primera collada se ve parte de las canteras, y los distintos valles trasversales que debemos ir ganando.


 César “El Abuleo”  de Asturcón BTT, se siente fuerte y da “jabón” mientras los del Club Lopenta de Bevanvente no pierden su rueda ahora dirección  Oeste, por un trazado que medio se adivina, y que  a media ladera busca el fondo del valle, aunque los caminos tienden  a cerrarse por momentos ello no impide al grupeto entroncar con  la carretera local, y tomando  su ramal derecho se coge rumbo a Cuevas de Viñayo.


 Sin apenas entrar en el pueblo doblamos  sobre la cantarina fuente (9, 720 km,  49 minutos de ciclado y 1.053 mts de altt.) cruzamos  un pequeño arroyo  tomando por el camino que sube hacia el Collado de Piedrasecha al pie del Alto de La Cerra. Lugar desde el cual  Vega nos explica la zona,  muy característica por  la presencia del Desfiladero de Los Calderones, y su Virgen del Manadero.


 Desde aquí pasamos a la  collada de  La Monoca, (km 12) por un camino a media ladera, y en cuyo trayecto en un descuido me voy  al suelo, perdiendo las gafas. NO ha sido nada para lo que puedo ser,  seguimos hasta ganar la citada collada y caer directamente a  Piedrasecha, por una bajada que tiene sus trucos y más en las zonas de badenes que permiten casi el  despegue vertical, si uno  no  controla su velocidad y saltos en el descenso.


 De este núcleo se sale en dirección Oeste a  buscar el límite municipal y ganar  el collado de Coros del cual  nos bajamos más deprisa que hemos subido, como casi siempre,  hasta  llegar al pueblo de Portilla de Luna (17, 260 Km., 1h. 17 minutos).  Desde Portilla se sale dirección a  Sagüera, y aunque aún hay buen ánimo, los repechos son de órdago y van des un 12 a un 20%,  lo que hace que el personal  tenga que reptar pendiente arriba tirando de la trotona, en general son pocos los que se salvan de la descabalgadura.


 A Sagüera llegamos tras ciclar y patear durante casi 2 Km.,  pasamos el arroyo que lleva el nombre del pueblo y el de Villerma  para ganar el Collado de  La  Espina,   apretujado entre el Alto del Piornal  y el Alto de las Peñas, lugar donde contemplamos los primeros ejemplares de los sabina de Luna;  Ante nosotros se abre  una bajada que nos deja en la carretera del embalse de Barrios de Luna, entre el Km. 14 y 13, ya con unos 23, 320 Km. rodados, en un tiempo de 2 h. 24 minutos.


 Una tranquila rodadura en pelotón hasta el bar en que nos damos el merecido descanso con recuperación de fuerzas  a base de tapas de callos,  a las que me invita el amigo César, al que hoy no vi apenas el pelo durante toda la ruta. Mientras los del Club  Lopenta ejercitan su mente jugando una partida al tute rápido.

 

Desde  Barrios de Luna, cruzamos el embalse por su dique de contención, para doblar al final de éste  hacia la izquierda hacia el pueblo de Irede. La bajada genial pero la remontada hasta Irede se hace dura, me pego al capitán Pelea, y a Félix y a alguno más que se van   quedando igualmente rezagados, pues los kilómetros y la comida pasan factura.


 En Irede hay un reagrupamiento, y de aguerrida guisa acometemos la remontada del arroyo Lereo, las piernas no resisten la presión del repecho, y la cadena se tensa hasta triscar sobre el piñón. Esfuerzo  inútil para algunos  que intentamos hacer la subida encima de la trotona pero de cuyo empeño desistimos el grupo de Castellanos, Félix y yo mismo, y nos damos un paseo a pata que ya se hace de ha hecho  a medida de que nos separamos del arroyo, y la pista coge  altura.


  En lo más cerrado de la pista nos damos de bruces con el grueso del pelotón que nos espera para subir uno seiscientos metros que no quedan para tomar otro buen camino.


Tras abandonar la pista, por un virtual sendero lleno de escobas y piornos entre las cuales desaparecemos ciclistas y bicicletas,  tras los cuales se oye berrear a César pidiendo más caña, y a Castellanos y  a Feliciano acordarse del árbol genealógico de algún diseñador de rutas.


 Llegamos de “aquestas maneras y andares” a la pista de La Matona, viramos a la izquierda para seguir ascendiendo hasta la altura del vértice geodésico, donde el recorrido se deja ir por lo alto del cordal, ya las colladas han quedado atrás y ya hemos perdido la cuenta de cuántas van, para a buen marcha por tramos muy bonitos de toboganes que nuestras piernas agradecen, pues no en vano vamos por la vieja calzada trashumante.


 Alguno de los más racing en la zonas de mayor pendiente se amarran a las “amantis de sus trotonas” y le dan un apretón que  dejan el aire de la ruedas colgado de los árboles, o sea pinchazo o revetón,  y tienen que recurrir en medio de la babosada verde que escupen los tublles a  colocar la clásica cámara se siempre.


 Llegamos al fondo del valle para acercarnos al arroyo del Reventón del Turcio y cruzar por debajo de la Autopista A-6 a la altura del kilómetro 45, 260,  de la ruta con 4 horas y 22 minutos de pedaleo.


 Entramos por camino  de Garaño, tras cruzar el río Luna, a la Magdalena, ahora  por  asfalto tras rodar  unos buenos kilómetros por estas desconocidas colladas de la Comarca de Luna que nos han dejado un buen recuerdo.


Víctor Guerra

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