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viernes, 29 de noviembre de 2019

Rodando en Villaviciosa por entre Iglesias y Templarios (Veredas de San Salvador)



·         Punto de Salida y Llegada: Villaviciosa
·  Puntos de Paso: Amandi-Casquita- Monasterio de Valdediós- Arbazal- Celada-Valdebarcena-La Viesca- Obaya- La Ferrería-Amandi.
·         Longitud de la Ruta:  37 Km
·         Horario de la Ruta: 3,30 horas
·        Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.200 mts
Participantes:  Javier Riestra, Juan Piñera-Javier Paredes, Victor Guerra, y Doña Noelia Rojo

Uno de los hitos más importantes en las Veredas del San Salvador, antes de culminar en la vetusta ciudad de Oviedo y ante la vieja catedral dedicada al cenital San Salvador, se encuentra en el camino el llamado Conventín de San Salvador de Valdediós, una recoleta construcción prerrománica de gran belleza levantada al término del valle de Boiges.



Sin olvidar que esparcidos por el territorio maliayés tenemos una serie de inputs relacionados con la supuesta presencia del Temple en la zona, lo que nos permite articular una ruta ciclomontañera perlada de leyendas y misterios, lo cual no está mal para entretener tanta pedalada.

Se parte de Villaviciosa, donde nos podemos embobar escrutando las cruces patadas de la centralista iglesia de Santa María de la Oliva, la cual tiene talladas un buen numero de estas significativas cruces, tipo Paté en casi todo su contorno, y hasta un escondido reloj de sol, aunque para la ruta que haremos de poco nos servirá, pues dan agua a mansalva, que se dice.

Cruces que hay quien la vinculan con los monjes blancos y que el caso se la Oliva el recuerdo personal de aquellos tiempos de búsquedas esotéricas me llevaron hasta el pueblo portugués de Tomar, para ver el bastión fortificado de los Templarios con forma octogonal, y encontrarme con la iglesia de Santa Maria do Olival, o aquella otra por la que pasa la famosa Senda Genaro, que señalicé en su dia al paso por Patones (Madrid)

 Desde la portada de la iglesia de la Oliva villaviciosina, se toma el camino jalonado por las «iniciáticas» marcas amarillas jacobeas, que en primer término nos llevan por la traza urbana de Villaviciosa y luego por la senda  fluvial del río Linares que se coge en Las Colominas, cerca de las Escuelas Públicas de Maliayo, y por ello se rueda  hacia otro enclave significativo como es Amandi, se rueda bordeando  las instalaciones del Serida, para desde ellas buscar el enclave de Casquita siguiendo las marcas jacobeas que por La Parra, y sin pérdida nos llevan hasta la ermita de San Blas.


Aquí en Casquita, sin el famoso “Faunino” que se ido de invernada, es donde los caminos jacobeos se bifurcan, nuestra ruta sigue por el ramal de Gijón, o sea ramal de la derecha, para tomar por las orillas del río Valdediós una traza caminera que, por el Mayorazu nos encamina hacia la Sota, dejando las marcas jacobeas que van por la derecha hacia Xiana y Niévares. 


Nuestra ruta sigue de frente por tramo medio inundados para entroncar con la carretera de Rozaes, ya en ella se sigue cuesta arriba, por asfalto hasta la casona de la Cruz de Conceyeru, que presenta una estampa de antigua venta y posta de arriería. 


Desde ella por la izquierda se toma un camino en franco descenso hormigonado que luego se vuelve camino real para de este modo alcanzar las casas de La Rivera, y su sucesión de molinos, son tramos camineros, bien de tierra o asfaltados, que tienen una gran belleza, no en vano estamos en el llamado «Valle de Dios».


Una vez en él nos damos de bruces con el complejo religioso de Valdediós, si tenemos suerte y ganas nos podremos incorporar a las visitas guiadas, de esta forma podemos ver in situ y por dentro parte del monacato, y camino del claustro observar la famosa espada y un virtual monje orando del que nos habla Xavier Musquera en su libro La Espada y la Cruz, que el citado autor cree ver medio neblinoso en sus viejas fotografías.

Fuera como fuere, es posible que la cosa, de la losa de la espada, y su virtual monje no fuera más una proyección mental del bueno de Musquera, aunque tal losa este la relaciona con el ritual funerario de los caballeros sin rango. «Eran enterrados cara al suelo con los hábitos clavados en un madero y en el más absoluto anonimato».


 No sé hasta que punto todo esto será verdad, pero no se puede negar que le da un toque al lugar, pues no en vano estamos ante uno de los grandes hitos religiosos dedicado a San Salvador, una preciosa iglesia prerrománica a cuya  consagración en el 892 de la era cristiana  acudieron  diversos obispos como el  Mondoñero o el de Coimbra…; a la vera de dicho iglesia se instaló el monasterio cisterciense que hoy habitan monjas carmelitas samaritanas. ¡Las vueltas que da el mundo¡


No solo no volvemos a la ruta de las Veredas…, sino que además digamos que se han acabado los tramos planos, unos 10km de cómoda rodadura hasta aquí, ahora toca salir del lugar dejando la traza la Vereda de San Salvador que se va por el Camino de Santiago hacia Sariego.

Sin olvidar que desde aquí se puede salir de varias maneras, una por el Camino de Santiago por Vallinaoscura hacia el Alto la Campa, y  en nuestro caso nos fuimos por el camino de Llaneces que sube bordeando los muros del monasterio pasando por delante del Monolito a los fusilados en la madrugada del 28 de octubre de 1937 por miembros delas tropas franquistas en concreto tropas de la VI Brigada Navarra.


Es la cara y la cruz de este bello lugar, que tiene ese aspecto tan dramático y que ha quedado recogido en el libro publicado por el Museo del Pueblo de Asturias.

Desde el monolito se sigue en ascenso pasando de las primera casa al renovado el núcleo de LLaneces, en el que tanto su propietario José Luis, como su familia han invertido labor y dineros.

Estamos ante un tramo muy empinado por el que se trepa bien puesto que está hormigonado, pero después de este enclave  habitado el que fuera el viejo camino comunicacional de la casería, todavía se empina más, además de estar en gran parte de la subida muy embarrado, lo que nos obliga a poner pie a tierra, a todos, pese a los intentos de Riestra, Paredes y Noelia, y  hasta llegar al costado de la AS-113, pues tirando de la trotona.

Una vez en la arteria que une Villaviciosa con Sariego se baja, girando a la izquierda,  hasta lo grueso de núcleo de San Pedro de Ambás, eso sí llegar a minarete eclesial de San Pedro.

La otra forma cómoda de realizar la ruta desde Valdediós, es quitándose la penalidad de subir por Llaneces, es decir subir por la carretera que enlaza Valdediós con San Pedro de Ambás.


Ya en Ambás, frente a la salida del acceso de Valdediós se retoman las marcas jacobeas que vienen de Camoca, y que tomando su ramal derecho , hacia el Sur, la traza nos mete en una senda trepadora  que desde Ambás van cuesta arriba con tramos cada día más despedregados, lo que nos obliga a bajarnos de nuevo hasta ganar unas zonas más planas, en cuyo punto nos ofrece preciosas vistas sobre el valle y monasterio de Valdediós,  y sobre el valle de Rozaes, y  cerrando todo territorio la cordal de Peón.


Por tramos semiplanos se gana la aldea de Arbazal, cuyo emplazamiento se halla en una terraza que hace el terreno, cuya ladera baja de los promontorios de Les Lloses y la Rasa de Arbazal con unos 450 mts de cota. y desde la cual se ve asomar las nevadas cumbres del Aramo. 


 En este recoleto núcleo se levanta la monumental iglesia en cuyo cabildo nos refugiamos de la chubascada, mientras contemplamos el denominado Mesón de los Frailes con el escudo abacial que también se ve en el monasterio de Valdediós, y que pertenece a la Congregación Cisterciense de Castilla.



Pudiendo ver desde el citado cabildo el singular reloj pintado en lo que parece que fue la casa del cura. y que es toda una singularidad, que se debiera cuidar y preservar.


 Nos despedimos de tan singular enclave a para seguir al Sur hacia el cruce de la Casa del Monte, ya por tramo asfaltados, por estos lares, también Camino de Santiago iban los arrieros y carreteros camino de Sariego.

 Ya con unos 15 Km rodado, a la altura de la Casa el Monte nos vamos por la izquierda, pista arriba, dejando la carretera que va hacia el Alto la Campa.


El arranque de nuestra traza es fuerte  pero de buen firme, primero dejamos un ramal a la derecha  y luego otro más altozano que va a la aldea de Mogobio, se sigue pista arriba para bordear un granja  y luego el pico Torres para  pasar por la Parea del Trabuco, en cuyo altozano punto, pues se alcanza la cota de los 500 mts, con 17,5 km rodados, nos vamos por el camino de la izquierda que es más bonito, la pista empedrada nos lleva al mismo punto, ¡aquí como se prefiera¡ 


El camino de la izquierda nos lleva por Robleu para ponernos encima de la aldea de Cuinya, empatando con la carretera AS-333, la cual se toma por el ramal derecho hacia la Cruz de la Degollada, que da acceso al valle naveto de Camás.


Nuestra ruta sigue desde la bifurcación de La Cruz Degollada  por la carretera concejil VV-11, rodando unos 2 km para dejar el camino asfaltado, y entrar a la izquierda en el lugar de La Tejera, dejando el rumbo Este que ya tomamos desde la salida de Arbazal, y en cuyo transito hasta aquí nos deja unas impresionantes vista sobre valle y vallejas que se desparraman bajo nuestros pies  hasta casi la misma Villa, y cuyos predios están sembrados de innumerables aldeas,  algunas de ellas las irá enlazando nuestra ruta. y entreviendo los Picos de Europa, en alguno momentos del recorrido


Pues eso, que La Teyera, nos vamos rumbo Sur, en descenso hacia La Espina, buscando el enclave de Celada, en cuyo camino a pesar del mal tiempo se pueden vistas sobre el valle de Villaviciosa y la ría al fondo  

Y a en Celada  ante el templo  relacionado con el Temple, ignorando la razón, tal vez porque  Ordoño II había dado una donación de una iglesia hoy desaparecida. La actual iglesia de Santa María fue reconstruida en 1635, donde se pueden ver restos prerrománicos y románicos;  las huellas templarias no se ven por ningún lado, pero no sé  porqué tal vez el nombre me lleva al recuerdo de otros enclaves templarios, como el de la fortificada iglesia de Celada del Camino en la provincia de Burgos.



De Celada se sale por el carril que va a La Toya y el Otero, un bajada rápida de hormigón con tramos de agua en su trazado y que se muestran muy resbalosos  y que , nos lleva a otro de los input de esta ruta tan esotérica que nos hemos montado, pues en un pis- pas estamos ante los pies de la iglesia  de Valdebárcena dedicada a San Andrés.

En uno de los laterales destaca una pequeña lápida en la que se aprecian tres cruces griegas, que nos recuerda que esta iglesia se terminó de construir el primer domingo de agosto de 1189, siendo consagrada, al parecer, por el presbítero Martino, pecador e hijo de la Iglesia y el obispo Roderico. He aquí, transcrito, lo que cuenta la leyenda fundacional: Martinus presbiter peccator et filii eclesiae, Pater Noster qui es in celis, in era duocentessima vicessima septima post milesima episcopus Rodericus consecravit prima dominica de acustus. Pater Noster. Inscripción adornada por tres cruces, que alguien debió interpretar como templarias.

 Lo cierto que, si uno se deja llevar por las leyendas modernas, podemos ver templarios (Pauperes Commilitones Christi Templique Salomonici) en cada rincón del concejo maliayés representados en cruces y en otros elementos que nos apoyan las documentaciones, bien porque se hayan perdido o porque no hayan existido jamás, que también puede ser. En todo caso este enclave se le relaciona también con la presencia de los caballeros dúplices, en tanto que algunas representaciones les dibujan montando a caballo a dos caballeros, espalda con espalda, pero en este caso no es por esto sino por la existencia de unas cruces «patadas».


De Valdebárcena, se baja por la AS-333, hasta el desvío de La Viesca, y luego en Condarco que marcas varias opciones de ruta, en todo caso sigue bajando  para alcanzar primero La Viesca y luego el núcleo de Peryeru, aquí si se quiere se puede ir a entroncar con la carretera de la Campa, la AS-133,  bajar por ella para entrar a la derecha en la idea de entrar al valle  maliayés por el núcleo de Bozanes a través de Ronzón.


Pero como a nosotros nos gusta el barro  en Peruyeru nos metemos tras dejar atrás la granja por un camino que se interna en el monte Rodiella, cuyo camino muy mojado por las trombas de agua que han caído, y por tanto presenta tramos encharcados. Se va rodeando el monte hasta dar vista al encerrado pueblo de Obaya.


 Entroncando el camino del río, al que se le da la espalda para bajar al camino que entra en el pueblo, del cual se sale de  lo fondero del valle por asfalto dirección Norte  a cortar la carretera VV-11 que baja de Poreño a la altura de Llavares , tan solo queda ir virando hacia las casas de Ximangues para cruzar el río Viacaba por la Ferreria, donde hoy existe un Albergue de Peregrino, y  por esa traza se entra  de nuevo en Amandi, donde subimos hasta su significativo templo, se trata de la hermética iglesia de San Juan de Amandi, a la cual el escritor José Antonio Samaniego le dedicó un libro publicado por la asociación Cubera.


 De esta manera cerramos una ruta, durante la cual a nosotros nos cayó el diluvio universal, y ahora analizando las trazas, igual es más aconsejable realizar la ruta a la inversa, ya que las subidas hacia el La Cruz de la Degollada y Arbazal  es casi toda ella  por tramos asfaltados u hormigonados, lo cual evita la penosidad de tener que andar empujando la trotona, y de esta manera la ruta tendría  un punto técnico interesante ya que tanto  el tramo de Arbazal hasta San Pedro de Ambás, como el que baja desde aquí por Llaneces a Valdediós se podrían bajar montados en bicicleta, pudiendo ser ciclable el 100% de la ruta.



Que ustedes lo pasen bien.¡

·         TRACK DE LA RUTA WIKILOC
·         BOOK FOTOGRÁFICO (Victor Guerra y Juan Piñera)

© Victor Guerra

viernes, 10 de marzo de 2017

Rodando por los montes de la Comarca la Sidra (Sariego-Nava)

Foto de Marcelo Amtmann (Fritz)
  • · Punto de Salida y Llegada: La Vega (Sariego)
  • · Puntos de Paso: Aramanti- Lamasanti-La Nozaleda-Ribuili-Enguilu-Balberán-Salgues-Alto la Campa- Campera las Cruces-La Cuesta
  • · Longitud de la Ruta: 36 km
  • · Horario de la Ruta. 5 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.100 mts.
  • · Participantes: Polchi, Luis Roza, Javier Riestra, Fritz, Noelia Rojo, Javier Dolado, Juan Piñera, Victor Guerra
Uno de los nuevos descubrimientos territoriales que hemos ido exprimiendo, en nuestras correrías con las bicis de ruedas gordas por Asturias, han sido los predios del Concejo de Sariego.


En esta ocasión para no repetir recorridos, y para que nos salieran unos 40 km,  nos hemos ido hacia el Este, a los territorios fronterizos con Nava. El recorrido sigue en primer lugar el eje Oeste-Este  para luego virar al Norte y meternos en territorio de Villaviciosa. y seguir el otro eje: Este-Oeste. En general tan pronto estamos en un territorio como en otro, y todos ellos, están  vinculados por pertenecer a la Mancomunidad de la Comarca de la Sidra.

Para esta salida, tomamos como punto de partida el Concejo de Sariego, donde nos dimos cita de encuentro,  en concreto  en  el bar Casa Rufo, en el centro de La Vega, donde nos fuimos congregando las 8 unidades bikers para tomar el café, contar un poco la ruta y ponernos en movimiento, y codearnos con los vespertinos levantadores de vidrio del lugar.

La predicción del climatológica, aunque amenazaba lluvia, la mañana no dejó de presentarse con buen talante, por lo cual ya puestos en situación, nos fuimos rumbo Oeste, siguiendo las marcas del Camino de Santiago, que desfila por la carretera AS-331, dirección a los núcleos de casas de Aramanti, pasando antes por las de Barbechu.

Un rodar tranquilo por carretera, para ir calentando durante unos casi 4 km, al término de los cuales, dejamos la AS-331 para entrar a la izquierda por el acceso rodado que nos subió, de buenas a primera  por el Mosquero,  hacia el depósito de agua, y darle la vuelta al depósito de El Rebollal,  punto que nos aportó parte la visión de lo sería nuestro recorrido por tierras sareaganas haciendo frontera con Pola Siero, Gijón, y Villaviciosa, al Norte, y con Nava  al Sur..

Desde aquí,  zona del Rebollal  se entra un poco más arriba por la izquierda, bordeando el conjunto de vallejas que forman varias riegas, siendo punto de referencia  la Fuente del Gato, a cuya zona se entra desde Fuente Veneros, por un acceso rodado que dejamos antes de llegar a La Llera,  e ir cerrando el bucle por ese extremo, , y entrar en descenso desde El Pico, al enlace de Lamasanti. (8,3 km.) Punto muy característico de la ruta.

Se entronca de este modo, con la carretera de AS- 267, que une La Secada con Villaviciosa, una vez al par de la carretera, se cruza  y se sigue por la  izquierda, hay que rodar con cierto cuidado, pues estamos en zona de salidas y entrada de la Autovía del Cantábrico, y la zona presenta cierto tráfico y no hay arcén.

Se sigue ahora dirección Este, terminando de cerrar por este extremo, el bucle, y cuyo rumbo Este será predominante hasta llegar a la zona del Enguilu, que es el otro extremo del gran circulo que estamos realizando.


Se circula por la carretera general AS-267 hasta llegar casi que a la altura del polígono industrial de Santianes, que será toda una referencia visual desde distintos puntos del recorrido, pues veremos las naves desde varios enclaves.




Estamos ante un recorrido, que salvo cuando subamos al cordal del Pico Torres, con sus duros repechos de cerca de un 30%, el resto son montes y cerros, sin mucho desnivel, pero el trazado aunque parece suave, es engañoso, ya que se van sumando, repecho tras repecho, hasta colocarnos en umbrales de más allá de los 1000 metros de desnivel acumulado, lo cual presenta cierta dureza, aunque son fáciles de rodar, pues son caminos anchos y carretiles asfaltados, con algún tramo técnico y algún otro de sendero.

Una vez, se deja la AS-267 se entra hacia la Peñeruca para coger el Camino de la Tabierna, y llegar en ascenso a La Nozaleda, pero si bien en otras ocasiones nos íbamos, por el acceso rodado hacia el Norte, hacia el río Nora, ahora le damos la espalda y seguimos un tramo del PR- AS. 148, que nos guía en la subida hacia la cumbral del Pico de la Tabla, para poder  poder entrar en lo fragoso del Monte de los Andaluces. La subida tiene una importante rampa asfaltada.


En el punto alto de la subida, el PR, se va  de frente hacia La Mofosa, pero nosotros dejamos tal acceso, y giramos rumbo Sureste, entrando en términos del concejo de Nava, por un camino que va hacia el Cutu y las casas del Modín, entroncando de nuevo con el PR-AS 148, un poco más allá.

Aquí hubo de esperar al paso del rebaño de vacas camino de los pastos. Dos paradas importantes, una la reparación de la patilla del cambio de Javier Dolado, y ahora el paso de las vacas. Esto es el mundo rural.

Tras otra subida, nos colocamos ante el cercado de circuito de motocross de Ribuli, en pleno monte de Los Andaluces, una vez en el cercado salimos por la derecha de dicho circuito, hacia la aldea de Villamartin de Riba, pero dejando el poblamiento a nuestra derecha, seguimos de frente, cruzando de nuevo el PR-AS 148, y siguiendo dirección a El Serrón, cruzando a su vez el arroyo de la Zorita al que bajamos, para empezar a subir hacia el Enguilu, un ascenso que no se concluirá hasta llegar al Cantu Alto,(17,6 km.) al par de la carretera AS-357, que une Nava con el Alto la Campa, por Paraes.


En este punto se puede obviar el recorrido que ahora vamos a realizar, puesto que es un bucle que nos devuelve al mismo punto, pero nos permite conocer una zona bastante desconocida como es la zona del Enguilu, una zona extraña ya que el bucle da vuelta al promontorio, que se abre entre la carretera y las vertientes fluviales de Arroyo Bregón, por la cual bajamos, con tramos hormigonados, para luego subir por la vertiente de la riega Merendeli, cuyo seno se deja para virar de nuevo hacia la carretera de Nava- La Campa.


La bajada es rápida y con buenos repechos, lo cual hace sospechar que la subida será potente, pero no,  se hace bien ya que va poco a poco ganando altura, y como digo, durante la rodadura  podemos ver una zona bastante selvática, y algún que otro bicho pasteando tan tranquilo.


Todo este recorrido lo hicimos acompañados, en medio de una auténtica ensalada de tiros de pistola, pues en las inmediaciones hay un Campo de Tiro, que la verdad, acojona un poco, aunque los bichos pasan del tema, pues saben que no va con ellos, y por allá pastaban los corzos a su libre albedrío.

Ala continuación de la ruta , fue toda una liada, pues intentamos ir por detrás de la zona del Enguilu, y aunque los caminos prometían al final  caminos cerrados por alambre de espinos, caminos abandonados, etc, por tanto hemos abandonado este tramo por algo más factible

Una vez de nuevo en el Alto del Cantu, se sale por el ramal derecho de la carretera pues se comienza a cerrar el bucle virando al Norte, dejando el concejo de naveto, y ya  por tierras de Sariego, se sube por la carretera hacia la aldea de Balberán, para un poco más allá, tras las casa de El Monte, girar para  tomar por un camino que va por al Oeste y por encima de la otra vertiente del rio Merendeli, hasta poder retomar el rumbo Norte, abandonando la vista de la riega, y enfilando hacia Les Cases del Monte, colocadas en un ventilado altozano, y que para llegar a ellas se  nos presentan los consiguientes repechos de subida.



Una vez se deja atrás la quintana de Les Cases, se sigue cruzando el Monte Perón hasta desembocar en el acceso rodado que viene  San Román, en cuyo punto del recorrido, nuestro querido y muy estimado amigo Polchi, ya satisfecho con lo realizado, y previendo que lo que quedaba era gordo, giró a la izquierda y se fue para La Vega.



Nosotros seguimos, y lo hicimos tomando el ramal de la derecha, en dirección al pueblo de Salgues, entrando de nuevo en territorio naveto, que ya no dejaremos hasta subir al cumbral del Torres.

En Salgues, antes de una casa con hórreo, muy bonita y, con el sempiterno letrero de se vende, se retoma el rumbo Norte, tomando a su par el hormigonado Camino del Puertu, que no augura nada bueno.

Subida dura donde los haya, pues el trazado sube  por unos repechos, que pocos subieron de un tirón, dada su pendiente, pues, aunque la tracción es buena, la inclinación estaba sobre el 30%. Son apenas 2 km., pero se hacen muy duros, aunque eso sí, las vistas que nos aporta la zona son increíbles, tanto es así que en culminada la ascensión, bien ciclada o bien pateada, nos paramos a reposar y dar un buen aporte nutritivo al cuerpo, pues al tirar viento frio, apenas si hemos comido y bebido en condiciones, pero la parada merece la pena pues estamos en la zona alta, y las vistas sobre Picos de Europa, las cordales sobre la Cordillera, la Sierra de Peña Mayor en toda su extensión, es un fondo que merece ser admirado y contemplado


Recobrados de tanta fatiga, nos ponemos de nuevo en camino,  y  una vez pasada el cierre de alambre, Parea del Taruco,  entramos en el Concejo de Villaviciosa,  y entroncados con la pista que viene de la zona el  Poreño, una pista amplia, tomamos su ramal izquierdo, rumbo Oeste, bordeando el Pico Torres, con 568 mts., de cota y con 27,4 km rodados.

Continuamos, ya prácticamente en descenso hasta el conocido Alto de la Campa, con ya su mítica  gasolinera abandonada.

Una vez en el Alto de la Campa, auténtica frontera a modo de divisoria de aguas y concejos, se cruza el Alto y la carretera AS- 267, en dirección Oeste, siguiendo las marcas del PR-AS.197, primero  vamos por tramo hormigonados, bastante durillos, aunque se suben dado su firme, aunque lo peor viene a continuación cuando dejemos la casa de tejado triangular, en el enclave de El Fiensón, ahí empezará un tramo de trazado de tierra que cada vez más irá presentando una serie de zonas de saltos, que al final nos obligará a todos a bajarnos de la trotona.


El marcaje del PR-AS.197, nos irá llevando hasta



Nuestra ruta persiste en el rumbo Oeste, y sigue un poco más allá, hasta llegar a la Campera de las Cruces, en ese punto ya cansados de trotar por montes y cordales,  decido que nuestro trazado particular, se echa al Sur, virando a la izquierda y cogiendo la pendiente abajo, y por un largo tramo hormigonado, que pone al rojo vivo nuestros discos de freno, llegamos a las primeras casas de el Pozón, y La Cuesta, y ya por la carretera local entramos de nuevo en La Vega.


Víctor Guerra
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