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viernes, 6 de noviembre de 2015

Cruzando El Aramo. Días para todo... y track para guardar

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  • Punto de partida y llegada: Proaza
  • Puntos de Paso.Villanueva- Dosango- Campu Peñerudes. La Vara, Pan de la Forca- Andruxas. Serandi- Villamejín
  • Longitud de la Ruta: 34, 9
  • Horario: Tiempo total: 8 h 43´en movimiento 5h 46´ y parados 2h y 56´
  • Desnivel de ascenso acumulado: 1.699 mts
  • Desnivel de Descenso acumulado:1.667 mts
  • INDICE IBP INDEX. 185
Ya se sabe eso de disculpa no pedida, pero lo expongo para que se sepa.
De vez en cuando, solo de vez en cuando tomo algún track prestado, y sobre manera cuando la zona es de mi interés, como fue esta propuesta que escogí de una serie  de rutas que en su día se ofertó por una empresa de actividades ciclistas ligada a la Senda del Oso.

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Y creo que aunque la experiencia no fue buena, creo que es interesante publicarlo estas cosas para que se vea que no todo es formidable y que a veces las cosas se tuercen y pueden suceder de todo, y máxime cuando ahora se cuelgan los tracks y muy pocos hacen anotaciones marginales que ayuden a entender las dificultades o problemáticas de una ruta.

Mapa Ruta

Y sin más,  bajado el track y conformado el recorrido con algunos retoques personales  nos pusimos en marcha, sabiendo como ya sabíamos de antemano que sería una ruta dura, no muy larga pero de cierto desnivel de ascenso con pendientes fuertes, y tramos un tanto técnicos pues o en vano estamos ante una ruta que dentro de los sistemas de señalización de Centros de BTT estaba  calificada como NEGRA, aunque en este sentido las calificaciones o clasificaciones dejan mucho que desear, pero andar o rodar por la Sierra del Aramo, son palabras mayores.

Perfil Aramo

Con todas estas premisas expuestas  aunque no se si entendidas por todos  los participantes d ela ruta, salimos de Proaza en dirección Norte, o sea descendiendo por la propia Senda del Oso hacia el pueblo de Villanueva, y ubicado al pie del desfiladero de Las Xanas, a cuyas inmediaciones llegamos dejando el pueblo atrás para cruzar la carretera general de Trubia-Proaza y tomar  la empinada carretera que sube  hacia Lavares y Dosango,  la cual abandonamos tras un tramo de subida por la derecha para tomar una pista que sube por el Castro del Collaín y por la cara sur de los cuetos de Los Navaliegos.

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Es la pista de Dosango, y ascender por estos lares  con el día húmedo pues digamos que fue La primera en la frente,  estaba algo así como lluvioso y subir los repechos  del Castro de Collaín, ya nos costó lo suyo, y evidentemente muchos tuvimos que echar pie a tierra, por la pendiente y porque el firme era el que era, y hasta que la cosa no se suavizó un poco no hubo manera de rodar encima del sillín, tras un tramo ya salimos a la carretera de  Dosango, continuando por ella   hasta desembocar  en la carretera que entra a Pedrovella, en el punto denominado Cruz de Viescas.

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En este punto por el que también pasan el GR de San Melchor y Las Reliquias se impuso un pequeño recobre de fuerzas, antes de acometer  el ciclado de la pista que nace al otro lado de la carretera y que sube hacia El Canalón,  para dobla  dirección Este y  por  debajo de LLano Cimero  seguir en plano acia la Boza  y el núcleo del  Campu Peñerudes.

Durante el tramo rodado iba pensando en sí no sería buena alternativa el marcar los GRs 106 de San Melchor y al 207 de Las Reliquias por este tramo para quitar tramos de asfalto?.

Una vez en El Campu de Peñerudes, el trazado propuesto nos lo marca la señalización  de los Anillos Ciclistas de la Montaña Central de Asturias, que va dirección Sur, para lo cual hay que recorrer por  asfalto el tramo que separa El Campu de la  Piñera, en este último punto se pueden hacer do cosas, o bien seguir por asfalto hasta la Vara , o como en nuestro caso tomar la-variante senderista que va por encima del Vallín de Arriba en dirección a La Vara, otro pedazo de pelea con tramos bonitos, algunos de ellos con bastante barro y muy mojados, y en las zonas donde más clara se veía la  calzada romana pues pelearse por subir o bajar sin caer de morros, pues los resbalones estuvieron al orden del día, al igual que empuje de trotona.

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Estaba claro que no era nuestro día, pues al llegar a La Vara se echó la niebla e hizo acto de presencia la lluvia, con una fina capa de agua que dejó sentenciado el día,  y a pesar del cansancio de pelear con las bicis por los tramos en pendiente y empujando,  en la Vara enfilamos por el antiguo Camín de los Neveros, hoy todo asfaltado, lo cual  nos permitió subir, no sin esfuerzo a la Vega Bobies, casi 5 kilómetros  de duro ascenso en el cual  se salvaron de un  plumazo unos 350 metros de desnivel. Eso sí con unas vistas espectaculares sobre el Monsacro y el valle morciniego y los entornos riosellanos a la vez que el propio Aramo nos mostraba sus orientales laderas que de forma abrupta se dejan caer sobre los valles .

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Esta era pues otro ascenso a la mítica Sierra del Aramo, que ya hemos atravesado otras veces, más bien por la parte del Gamoniteiru y del  Angliru,  y rodado algunas de sus laderas, pero ahora tocada hacerlo por las inmediaciones de La Mostayal, cosa que me atraía desde hacía ya tiempo y que intentamos alguna vez desde los puertos de la Mercé, pero que habíamos abandonado.

Ahora el ataque lo efectuábamos  por la cara Este, por el viejo trazado del Camino de los Neveros, hoy asfaltado  en casi toda su longitud.

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Tras la dura ascensión nos plantamos  en  Bobies, donde el asfalto se acaba y empieza el mundo de los senderos,  dando comienzo a la navegación por track, y más en este caso, en el cual la niebla nos impedía ver más allá de los 10 metros, y en cuyo transcurso se hace imprescindible que en el grupo  haya más de un GPS en el recorrido por aquellos de los imprevistos.

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Lo cierto es que nos compramos unas trotonas del carajo, pero luego vamos desnudos en cuanto a posibilidades de navegación y de seguridad, y que pueden y deben ser parte de nuestra vida como ciclomontañeros. Del amplio grupo de participantes solo dos llevábamos GPS y el track., los demás iban armados con teléfono GPS y demás, pero no es lo mismo y el track no estaba en casi ninguno.

Es esta una cuestión más que precaria que se da en los grupos ciclistas de montaña, y  en casi todas las rutas y más en esta,  si hubiera algún incidente de navegación o accidente corporal, pudiéramos haber  tenido un problema,  pues en este caso  creo que tan  solo yo conocía el  recorrido y el entorno donde nos  estábamos moviendo.

Desde Bobies hasta la cumbral del Aramo estaba claro que había que empujar de nuevo la trotona hasta alcanzar el collado de la Forca  a 1.093 mts, que es a su vez  la divisoria, y llegar hasta aquí ya nos había dejando "suaves"  pues  habíamos  salido de Proaza a  199 mts de altitud  y en 19km habíamos ganado tal cota (1.093 mts),  con la certeza de que estábamos en tal collado por el viejo letrero, como casi siempre tirado en el suelo,  que indicaba a  la Mostayal.

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Desde aquí  hasta el lugar de las Andruxas, fue no solo ir a ciegas, sino tirar de la trotona todo el rato,  pues el sendero estaba cerrado de brezo y escobales, y hasta los cazadores que encontramos de vuelta con la pieza cazada hacia sus coches en Bobies iban armados además de sus respectivos rifles, con unos fozones para ir cortando algo de ramasco.(brezos y escobales) en su tránsito hacia Pan de la Forca

Nosotros en cambio íbamos con las piernucas al aire, digamos que casi que la  la mayoría, y con esas trazas nos  íbamos abriendo paso hacia el lugar de  las Andruxas, esquivando brezales y escobales y haciendo acupuntura natural a base de las duras cotoyas que pueblan todo el trazado, sumado estos atener que pelear con la intensa niebla reinante,que hacía que no nos perdiéramos unos a otros a poco que uno forzara el paso.

Tal era la falta de visión que enlazamos con el Camino de Las Reliquias y San Melchor, circulando por la caja de la calzada hasta Entrecuetos sin apenas darnos cuenta , y lo que son las cosas, el no estar atento a las alternativas y a otras señalizaciones casi desaparecidas como son las marcas del GR, pues no hacía más de 15 dias había pasado por estas latitudes haciendo un peculiar Camino  hacia Santiago. Pero ir muy enfrascado en el track hizo que desechase otras alternativas -una que podía ser muy factible a modo de escape, la cual estaba a unos metros de nosotros pudiendo bajar hacia el pueblo de La Rebollada y de ahí a Pedroveya, y Dosango, era un minuto y nuestra salvación del calvario cotoyil  estuvo al alcance de nuestra mano


Pero en ese punto, a los 25 km de ruta viramos a ciegas  según indicaba el track, cruzando una estaquera hacia la Collada de Canal Seca, y emprendiendo una travesía, endurera en descenso, que dadas las condiciones climatológicas y lo mojado de los firmes, lo más que pudimos hacer fue trotar con nuestras btts del ramal  por la Navariega y la Guariza, camino de La Habana, sin apenas poder montar en bici unos metros.

Aún no me explico como alguien es capaz de colgar  un track de esta naturaleza, que aunque se signe con la calificación de NEGRO, y no dar explicación alguna sobre firmes y tránsitos, y  descerrajando un trazado eminentemente endurero, pues estamos hablando de recorridos calizos muy  pulidos  y por tanto muy resbaladizos. Este tipo de tracks debieran llevar una anotación marginal para no dar lugar a confusiones, puesto que la travesía desde  Collado de la Canal Seca, deja de tener su punto de lógica ciclo montañera, tal vez por eso ha desaparecido de la oferta de realización a la cual venía también unida la bajada de la Foz de Picarós.

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Seguro que en verano, con todo seco, y con buena luz, todo cambia y hasta resulta una ruta divertida, pero en todo caso debe advertirse  de todas estas circunstancias porque desde la Canal Seca hasta coger la pista hormigonada de Serandi, es una buen tramo en descenso y con problemas a poco que se complique la climatología, pues no en vano la bajada  nos devuelve a la cota  de los 439 mts allt , con 29, 6 km de ruta y un buen montón de horas de actividad, tirando del grupo ante la densa niebla, la caída de la tarde y  para tener  una buena resolución de la actividad.

En Serandi ya renunciamos a seguir el track dada la lluvia, y lo avanzado del día  como para bajar por Picarós, y ya por carretera  adelante nos fuimos hacia San Martín, Villamejín  y Proaza donde dimos por terminada la ruta-paliza que liamos, con mucho tiempo empujando la trotona por le monte.
Por tanto un track para guardar, o para hacer en verano , con buen tiempo y visibilidad para cuando llegue el caso poder tomar las fugas necesarias.

Una cerveza y unas risas quitaron la tensión del día.
  • Track de la Ruta
  • Fotos de la Ruta: Víctor Guerra y José Ramón Natal
Víctor Guerra

miércoles, 11 de diciembre de 2013

TRAVESIA INTEGRAL DE LA CORDILLERA CANTABRICA (4ª Etapa)

SOMIEDO: EL CORAZON MAGICO DE LA MONTAÑA ASTURIANA

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Somiedo es la tierra mágica por excelencia, ya el teósofo Mario Roso de Luna lo describió en “Los Tesoros del los Lagos de Somiedo”, y también su escudo heráldico nos habla de extrañas doncellas apenas cubiertas con “vieiras santiaguistas” con serpientes entrecruzadas. Esa es la tierra que debemos cruzar, en la cuarta epata de este arcano viaje por la Cordillera Cantábrica, que como extraños minotauros (ciclista y su bicicleta) vamos camino de San Emiliano.

4 Etapa de la Travesía.
  • Punto de Salida: Santa María del Puerto (Somiedo)
  • Punto de Llegada: San Emiliano (León)
  • Punto del recorrido: La Cueta- Murias Chuengas, Camayor-La Farrapona- Torrestío-
  • Longitud: 45 Km
  • Desnivel aproximado 1.200 mts.
  • Horario 5 a 6 horas
4 Etapa

Del mismo Puerto de Somiedo, (1.485 mts. altt) situado en la cabecera del Río Sil, parte la cuarta etapa.

Un limpiado y rápido engrase a la cadena y diversos puntos de rozamiento y ajuste de frenos fue todo lo que precisaron nuestras ágiles monturas. Un opíparo desayuno de campaña fue el combustible para que nos echáramos a la faena de cada día.

Cruzamos la carretera general en el mismo pueblo de Santa María, y tomamos un camino que se abre paso entre las murias de huertos y prados, y que en suave ascenso va hacia el Collado La Bobia. La ruta va poniendo todos nuestros músculos en su sitio de forma suave haciendo el efecto de un buen estiramiento, desarrollos grandes para ir ganando el Alto de Rañadoiro, y al menor repecho plato pequeño y vamos jugando con el amplio núcleo del piñonaje.

En la zona de Rañadoiro se dobla para descender en dirección a la Fuente de la Bruja y posteriormente pasar entre Cabrillanes y Valdefornos, tras cruzar el riachuelo de Pradiella, donde el grupo se entretiene por un buen rato cruzando el pequeño arroyo y sacando fotos una y otra vez. Hacer calor, y no importa demasiado mojarse.

Lo cierto es que el grupo cada día tiene pintas cada vez extrañas, pues del tibio moreno estamos pasando al moreno tizón lo cual contrasta vivamente con la crema blanca para proteger los labios, es como si una banda de negros zumbones de las películas de los años 40 se hubiera montado en bicicleta y le hubiera dado por cruzar en BTT estos parajes.

Seguimos por la amplia pista, fuera aún de los límites del Parque de Somiedo, camino del pueblo leonés de La Cueta, que cruzamos muy temprano, a estas alturas del día en Somiedo siempre aprieta el calor de madre. Del pueblo, salimos por el viejo camino real que va hacia Valle, atravesando las praderías de Espinas.

Tras rodar de forma apacible unos 3 km de pista el valle LLaguezos, éste se va cerrando delante tenemos las paredes de Peña Chana, llegamos a la altura de la cabaña, y el camino por una zona de genista y brezos, que nos obligan a echar de nuevo la BTT al hombro, más adelante una zona muy quebrada nos impedirá también rodar, y de esta guisa nos arrimamos al collado que da paso entre Llagüezos y La Paredina, el Collado Sobrelagua, que da paso a la braña de Murias Llongas. Este es uno de los puntos más alto de esta parte de la ruta

Baja hacia Murias Chuengas fue algo de brujería, tal vez producto del agua tomada anteriormente, de pronto vimos al fondo de la vega un grupo de personas, y luego ellos nos vieron bajar como alma que busca compañía. Eran miembros del grupo de montañeros Torrecerredo que tomaba su merecido descanso y tentempié a la sombra de la braña de Murias Chuengas o Llongas, y que estaba realizando su travesía de la Cordillera, aunque en sentido inverso y a pie, unos 15 días de marcha: Nosotros tan solo en nueve teníamos pensado cruzarla.

Cuando cruzamos esta parte de territorio somedano (Collado de Sobrelagua) aún no se había declarado el Parque de Somiedo, seguramente que ahora para hacer esa ruta hay que tomar en La Cueta, el PR.AS 16 hacia el collado de Peña Salgada y bajar luego hacia las brañas de Sousas, y llegar por pista al pueblo de Valle, luego tan solo tendríamos que seguir por la pista ahora medio hormigonada hacia el Lago de Valle, y entroncar así con la ruta original que llevamos el Alto de la Farrapona.

La bajada hacia Murias Chuengas, como dicen los autóctonos, fue de un kamizace que espanta, nos desquitábamos así del barullo de metros que perdíamos. Nueva sorpresa, esta vez relacionada en parte con el escudo heráldico de Somiedo, aunque vez sin vieira santiaguista, pero en culote y en bicicleta de montaña, que nos acompañó por unos kilómetros nos subió la moral, pues no en vano aún teníamos horas muy duras de pedaleo hasta el Alto de la Farrapona, nuestra compañía torció a la izquierda hacia Valle y de ahí hacia Pola de Somiedo.

Nosotros cruzamos la pista que va desde Valle, al hermoso y mágico Valle del Lago, con pena de no poder acerarnos hasta ese mítico lugar que tan bien describió Mario Roso de Luna, pero el tajo que teníamos era lo más inmediato. Habíamos perdido una buena cantidad de metros que debíamos ganar de nuevo. Cruzamos la pista de Valle y a la altura de la Fuente del Cután nos internamos por la pista que se abre paso entre el Auteiro y la braña de la Corba, hasta concluir como pudimos en la Braña de Sobrepena, en este punto se terminó nuestra alegría.

La falta de camino, la multitud de senderos inciclables, y la pendiente, nos obligaron a echar sobre el hombro o sobre nuestras espaldas la trotona (BTT) hasta concluir tras sus tres cuartos de hora en el punto más ciclabe de la amplia Vega de Camayor.

Mirar atrás era comprobar que habíamos cruzado el amplio valle glaciar de Valle, con un desnivel entre la subida y la bajada de aproximadamente unos 1.200 mts. ¡ Que pena que no hubiera una enorme tirolina que hubiera unido Peña Chana con el Tarambicu, o tener una bicicleta como la de ET, que pudiésemos sacar de la biblioteca alejandrina que según Roso de Luna se escondía por el Trambicu. y poder volar¡

Rodamos ya de forma relajada por los amplios praderíos de Camayor y Camenor, asomándonos a cada lago: Cerveríz, Calabazosa, que dio refresco a nuestros exhaustos cuerpos. No por ello dejamos de visitar el Lago de la Mina y hasta el de la Cueva, esperando ver salir un dragón alado que nos pudiera llevar sobre su prodigiosas alas y en un suspiro hasta San Emiliano.

La magia de lugares como éstos tienen un extraño magnetismo, del cual en ocasiones se nutren los escritores, y Somiedo es eso y algo más.

Es una tierra paradójica donde se juntan dos raros mundos el de los Vaqueiros de Alzada y el de los trashumantes. O donde uno se encuentra en las empinadas laderas de Peña Orníz, con infinidad de trocitos de tribolites y arrecifes.

Es legendaria esta tierra de los “Parrondo” los arrieros somedanos que iban camino de Castilla con sus salazones y sus extrañas costumbres, Por algo un buscador de mitologías y grandes misterios esotéricos como Mario Roso de Luna hizo de estos lugares el centro mágico de su novela, escondiendo en ella la mítica biblioteca del saber, la perdida biblioteca de Alejandría.

Las leyendas están bien, pero aún nos faltaba subir al alto de la Farrapona, que a pesar de ser buen terreno, o por ello el repecho se nos atragantaba en la encallecidas piernas.

Tras llegar al alto , y sin dudarlo un minuto, nos echamos pista abajo como alma que lleva el diablo hacia el punto de comienzo del Camín Real de la Mesa, que dejamos a un lado, cruzando el pequeño pueblo de Torrestío, donde ya tomamos contacto con el asfalto y seguir sin pausa hasta Torrebarrio, y luego en un santiamén a Santo Emiliano.

Víctor Guerra. Un viejo biker de los 80

martes, 19 de febrero de 2013

LA HISTORIA DE MIS “TROTONAS” DE RUEDAS GORDAS.

 Ha llegado el tiempo de cambio, tras casi unos 10 años de uso por todo tipo de caminos y rutas con mi vieja GIANT XCT, la pobre ya dio de sí todo lo que podía dar y he procedido a jubilarla.
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Camino de la sesentena de edad, y con 25 años en esto de la BTT, he pensado que podría hacerlo a lomos de una un sueño, de una “utopía bicicleteril” la cual se ha materializado gracias a los esfuerzos, tanto personales, como colectivos entre los que cabe destacar  a los amigos ASTURIAS BIKE, y como no  a la tienda CUETO´S BIKE, ya que con su ayuda he podido montar una YETI ARC, un poco a capricho, pero sin dejarme llevar a la estratosfera del peso que traducido  euros podía irme a sabe Dios cuanto dinero, y de esta manera he podido celebrar  los 25 años de ruteo a lomos de una BTT.

Atrás quedan algunos contactos de este verano para poder hacerme con un BTT menos prestigiosa, con la intención de promocionar esos productos “más o menos autóctonos” que desarrollan algunas iniciativas asturianas, aunque creo que piensan más en las “grandes referencias ciclistas” que en la práctica diaria y cotidiana que realizamos algunos. Es que como diría el castizo, es que los “astures semos asína” en algunos casos no han tenido la delicadeza de contestar a mis propuestas… Que le vamos hacer.¡¡¡

Estos días, cuando estoy estrenando mi “clásica” btt americana, aunque no es tan “vintage” como pudiera pensarse, porque la marca Yeti Bicycles ha remozado y modernizado el cuadro de las ARC, y ya algunos colegas me han dicho que lo único de “vintage” en la trotona que he montado son los rastrales Power Grips.

Y con el trámite de este cambio de montura, me vienen al recuerdo aquellas otras trotonas de antaño, la primera una Razesa, con guardabarros y sillín de cuero, alta como su puñetera madre, para cabalgarla había que buscar bordillos para subirse y por la que troté por Picos de Europa durante tanto tiempo.

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1ª Razesa con horquilla original
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Razesa con modificaciones, como por ejemplo una horquilla recta Scott

A esta sucedieron otras Razesas, hechas de encargo, tallas pequeñas y con tímidos Sloping, dada mi escasa estatura de  1,60cm, y las cuales por deterioro, por robo y otras incidencias fueron siendo sustituidas por otras, como por ejemplo una BH Litage que montó BH (Cicleeurope)

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BH Litage. Supra BH con horquilla Marzocchi, montada en Suntour XC Pro, frenos Pedersen y  dirección y caja pedalier  Mavic
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Esta bicicleta fue prontamente prejubilada, pues el “ñacañaca” de la caja de pedalier (tubería pegada) era algo insufrible, tanta era la chanza de los amigos como el ruido de los tubos.

En ese tiempo compaginé mis rutas con otra bicicleta muy radical la GIANT Bronco

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Bicicleta que  rodé con ella tal cual con ella hice la famosa TRAVESIA DE LA CORDILLERA CANTABRICA, que estuvo tantos años sin repetirse. Después de eso la monté a con una famosa horquilla recta:  "Acutrax”, y frenos Pedersen, bicicleta de trail, muy reducida de batalla apenas 1 metro, con un pedalier muy alto, y que era toda una auténtica diablura de bici, una “bronco” muy inestable bajando por su corta batalla, pero con la troté unos cuantos años por Picos de Europa. Todavía está por anda por casa haciendo las labores de bici urbana.

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A esta “trotona” la vino a sustituir otra BH, en este caso del grupo Cycleurope, una “Grisley” no la clásica de los tubos gordos, sino una muy especial  TEAN LINE 1000 y para conseguirla me fui hasta la Feria de Madrid para convencer al ingeniero Peter Grisley,  para que este me hiciera un cuadro a mi medida, ya que eran arquitecturas muy de carretera, al final tras mucho esperar me llegó la famosa “Grisley” de tubería de aluminio negro, con lunares color oro, con grabados del “Oso” en los remate de tirantes traseros … 
etc..

Una preciosidad que monté con una de mis primeras horquillas telescópicas, la primera fue una Marzochi que nada más ponerla nos fuimos a una gasolinera a meterle aire, y casi salen las vainas a la estratosfera…; en este caso fue una Rock Shop.

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Tean Line 1000 de Grisley
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Era toda una preciosidad de bicicleta que apenas si puede saborear, ya que me fui a Córdoba a trabajar en la Transpain 94, y la bici se quedó en Cabrales, al subir a Asturias para organizar el desarrollo de la fase de Selección para participar en la Vuelta Transpain, que se hizo en Cangas de Onís, bajé la bici a la fase de selección para admiración de todos y se la dejé a Juan Pedro Trujillo, para que corriera la fase de selección ya que por aquel tiempo trabajaba con nosotros, (en la organización Transpain), tras la carrera dejó la bici debajo de un camión bajo la custodia de un “securata” …, y de la bici jamás se volvimos a saber.

En compensación por tan sentida pérdida la empresa para la que trabajaba Marqueting y Aventura que era la empresa que desarrollaba las Vueltas de BTT antes que Pello Ruiz Cabestany hiciera aquellas parodias betetistas para Unipublic; por tan lamentable pérdida la empresa  para la que trabajaba me entregó una BTT, que se me dio como un prototipo de Yeti, y que yo tuve por tal durante años bajo diversas epidermis pictóricas, tenía toda la pinta de tratarse  un pirateo de un prototipo venido de USA…, pero que dio unos más que excelentes resultados.
  
A esta BTT le dí bastante caña hasta que una grieta en el tubo de la dirección la llevó a la jubilación, y la cual vino a sustituirla la Giant XTC, que ha estado conmigo durante estos últimos 10 años, y que también salió de la tienda Cueto´s Bike.

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Tras todos estos periplos, hoy concluyo toda una época, un cuarto de siglo de rodadura, estrenando una clásica de marca, de calidad e imagen, de la cual nos hemos hecho con la YETI ARC que ustedes tienen en imagen.

Foto: YETI  salida de la factoria Cuetos Bike en la Mina de carbón de Olloniego (Asturias_España)

Lo cierto es que aparte de la “clásica” pinta de la Yeti ARC, podemos decir que las “trotonas” han sufrido toda una experimentación y cambio en materiales, en estructuras en diseños hasta tal punto que e han impuesto las trotonas de suspensión integral, o “dobles”, aunque ahora están dando caña las enduro; y el personal a la vez digamos que está metido en el debate del metro, o sea si utiliza la rueda de 26, o 27,5 y como maximalismo de todos ello las de 29 pulgadas.
 
                                            Foto: Desde Asturias, (España) hoy 12/02 con unas YETI ARC

En fín me quedo con la clásica YETI ARC remozada que ha montado para mi la tienda de Villaviciosa CUETO´S BIKE , y espero ya jubilarme yo también con ella.

Víctor Guerra
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