Tipo de Ruta: Circular
Punto de Salida y Llegada: San Andrés (Trubia)
Puntos del recorrido: Castañeu del Monte- Linares- Cuevallagar- Puertos de Marabio- Villamayor- Barzana-Proaza-Santo Adriano
Longitud: 56 Km,
Horario: 5 horas.
Desnivel Acumulado de Ascenso: 1.250 mts
Mapas utilizados: IGN 1.25.000 Serie nº 52
Tanto la zona de Cuevallagar como los Puertos de Marabio ofrecen al ciclista de montaña todo un compendio de vistas y posibilidades que aún están por descubrir
La ruta que traemos hasta este blog fue publicada en las páginas de “Campeones”, aunque los amigos encabezados por Dani (Aire) arrancaron desde Oviedo por las infraestructuras viales que hoy comunican con la Senda del Oso, como son la Senda de Fuso, hace que no nos planteemos algunos de hacer los mas de cien kilómetros que tiene la ruta. Por lo cual estudiando las posibilidades de acercamiento bien en vehículos o bien por medio del tren, vemos que hay la posibilidad de salir desde Trubia, lo que supone un recorte importante de la ruta.
Por tanto, la zona ideal se salida puede ser o bien Trubia, aunque en este caso concretoo hemos partido de San Andrés, en el limite concejal de Oviedo y Santo Adriano. Desde aquí tras tomar agua de la abundante fuente que allí mana al lado del barrio de El Puente, se toma la tranquila carretera que sube por Tras el Molín y bordear la Peña Molar hacia Castañeu del Monte, subida que se hace fuerte si salimos de San Andrés, sin apenas calentar, pues en poco de menos 4,5 km ganamos unos 430 mts., de altitud que subimos en unos 45 minutos. El grupo que viene de Oviedo con unos 25 km en las piernas sube a buen rito, mientras que el amigo Ovidio y el que suscribe cierra filas en la parte trasera del pelotón.
La subida nos va dando interesantes perspectivas entre las que destaca, como no podía ser menos, la referencial humareda de la Central de Soto Ribera y la Sierra del Aramo.
El tranquilo pueblo de Castañeu del Monte nos aporta un pequeño respiro para reagruparnos. Desde el mismo centro del pueblo se toma un ramal hormigonado que pasa rápidamente a ser asfaltado, unos metros más allá, para encararse en la falda del Pico Plantón tomando rumbo Sur a la par que nos ponemos paralelos a la cordal, pasando por la seca fuente de Las Fileras.
La ruta continua por zonas asfaltadas, eso sí ya muy altos, lo cual nos permite contemplar en toda su dimensión tanto el valle de Santo Adriano, como el de Proaza y la Sierra del Aramo y el GR de San Melchor que lo perfila a medio ladea. Los repechos se suceden sin descanso hasta la aldea de Linares a donde llegamos en casi una hora tras rodar unos 7,5 km.
A la salida de Linares dejamos un ramal asfaltado a la derecha y enfrentamos un pequeño repecho por el ramal izquierdo, dando vistas a la otra vertiente en este caso a la moscona, con las referencias del Pico Buen Muerto y la Peña Candeal. El amigo y buen compañero Javier Muñiz corredor de élite (Asturcón BTT y ahora bajo las filas de Garaje Paco y Damina) hace la goma entre el grupo de cabeza que está fuerte y los regazagados que vamos ganando los duros repechos asfaltados como buenamente podemos. Se nota la falta de preparación y entreno lo que en BTT en básico.
Con intensas vistas sobre la Cordillera y con la moteada cumbre de Peña Rueda por la nieve, abandonamos el duro asfalto a eso de los 10 km., de ruta y a una altura de unos 831 mts., para de este modo desviarnos a la derecha por una pista hormigonada en su arranque que nos obliga a meter todo el desarrollo entrando de sopetón en terrenos más ciclomontañeros en busca del mítico lugar de Cuevallagar.
El recorrido se abre paso por una amplia pista de continuos toboganes que van poniendo en fila al pelotón, compuesto de unos diez ciclistas, que en este día de otoño nos hemos atrevido a subir a estas latitudes. A la altura de Piurices a eso de los 12 km, y a unos 1.042 mts de altitud, una rampa nos obliga a los más débiles, a pesar de estar hormigonada, a echar pie a tierra. Da gusto ver subir esos rampones a Muñiz y a Carlos alías “fierros” o a Peinador. Se les nota su días de entreno y horas de bicicleta de carretera.
Tras la subida, la cosa se suaviza y desfila por zonas más suaves para entrar de este modo por la portilla de Guamón, en la pradería de Cuevallagar. En este punto hay que prestar atención pues lo más normal es irse hacia la derecha hacia una clarísima pista que allí nace y que va hacia Yernes y Tameza y a Villabrille. Nuestra ruta se va por lo alto del cordal, rumbo suroeste, por zonas de pradería donde apenas si es visible la traza del camino, pero nos gusta por el aspecto montuno el recorrido.
En Las Forcadas, unos 14,8 km., vamos virando y dejamos un claro camino que hacia La Liraniega pendiente abajo, este ramal nos obliga a poner pie a tierra, siguiendo hacia Llanu, virando hacia el Lago de La Barreda, a través de zonas más ciclables. Esta zona con niebla hay que desistir de realizarla, por la sucesión de pequeños jous, y caminos que medio se pierden en la zona de pradería lo que puede malograr cualquier excursión y más a la altitud que estamos rodando, que ronda los 1.300 mts de altitud.
Bordeamos el lago por zonas muy bonitas, tras haber pasado por los estrechos jous con la BTT colgada del hombro durante algunos tramos, pues los caminos están destrozados con afloramientos calizos que obligan a mil y un piruetas y a un malgasto de energías que vamos a necesitar.
Nos cruzamos con el Grupo La Peñuca, que vienen de Marabio y van hacia Cuevallagar, los cuales nos dan ánimos. El tiempo va empeorando y antes de salir a la zona más descubierta entre la collada Tambaina que media entre el Pico Caldoveiro y el Torzano nos reagrupamos para comer de forma tranquila. Pues Ovidio ya demanda una parada en toda regla.
Ganada la zona de la Tambaina, un bonito juego de trial en bajada, o sea sillines más abajo para tener el centro de gravedad, más cerca del terreno, desinflado de neumáticos, pues para mí al ir sin ningún tipo de suspensión, ello me obliga a bajar presión y ejercitar técnicas amortiguadoras a diferencia de los que llevan amortiguación integral o delantera.
La bajada por la zona de Las Cuevas y Tixeira, nos permiten disfrutar de la bajada contemplando más abajo las praderías de Marabio, a donde entroncamos con la carretera que viene de Tameza. Hasta aquí unos 21 km con unas tres horas y media de rodadura.
Dani, y un amigo, plantean que en vez de bajar directamente al valle por la carretera general hacia Prado. Tomemos en ese entronque el ramal que va hacia Tameza, girando a la derecha, para desviarnos unos metros más allá a la izquierda por otra carreterita que nace a las faldas del Pico Cabrio, y que ganando unas pequeñas colladas nos permiten bajar de forma cómoda, por lo escaso del tráfico hacia las aldea teverganas de Villamayor y Riomayor. Una parada para reponer agua y seguimos bajando hasta entroncar con la carretera que viene de Campiellos, a los 29 km., giramos a la izquierda para poner rumbo a Entrago.
En Entrago, con unas cuatro horas para cubrir unos 32 km., entramos en la querida Senda del Oso, lo que me trae al recuerdo el proyecto que presentamos en su día Nacho Baylón y yo mismo, para la recuperación de la plataforma de ferrocarril para uso cicloturista. Como decía el amigo Dani, es orgullo saber que estamos rodando por un proyecto propio, al que apoyaron gente como el hoy Diputado Faustino Álvarez, o el presidente Silva, y más Juan Luis Rodríguez Vigil que impulsó todo lo que pudo el proyecto. Desde aquí las felicitaciones, pues de este modo nos permite rodar ya sin problemas a lo lago de la Senda hasta San Andrés. Es un gusto cruzarse con los senderistas y saludarnos, huyendo de los conflictos tan al uso.
Propuesta por tanto dura, pero muy reconfortante a la cual les invito a rodar para la primavera.
Víctor Guerra