La DGT carga sobre las víctimas la responsabilidad de los accidentes. Creemos que los mensajes que se están enviando al público en general, muy basados en la responsabilidad del ciclista ante los accidentes, no los evita y acaba generando un sentimiento de disculpa a los conductores de vehículos a motor, infractores de situaciones hacia los ciclistas consideradas graves en la normativa española.
Estos motivos son suficientes para exigir:
- La retirada urgente de esta “cuña” de todos los medios y también de la pagina web de la DGT.
- La convocatoria urgente de una reunión del Grupo de trabajo GT44 “De seguridad en la circulación de bicicletas” del Consejo Superior de Tráfico y Seguridad Vial en la Circulacióm (CSTSVC)
La DGT debe de trabajar en la educación de todos los conductores, especialmente de los de vehículos a motor que son los que generan un mayor peligro y hacer un esfuerzo para que se cumplan a rajatabla las normas que estos conductores deben de seguir para garantizar la seguridad de los conductores de bicicletas.
Un ciclista alcanzado por un vehículo a motor es la mayor causa de muertos y heridos de nuestro colectivo en nuestras carreteras y calles. Se trata este tema como una causa menor y no se acentúa en la obligación de respetarnos, se trata de "cauto" al conductor que nos respeta, en ningún momento se explica que es obligatorio hacerlo.
El casco obligatorio no es la solución
En Europa y sobre todo en los países donde se usa de forma mayoritaria la bicicleta, elementos como el casco o las prendas reflectantes sobre el cuerpo del ciclista no son un elemento obligatorio. En estos países los conductores de vehículos a motor saben que son responsables de la seguridad de los ciclistas y peatones y así lo regulan en sus leyes, que se aplican con dureza. La culpabilidad en caso de accidente se resuelve en los juzgados, pero la responsabilidad de garantizar la seguridad en la calzada recae sobre el conductor del vehículo a motor.
En estos países con un mayor uso de la bicicleta, los accidentes se reducen gracias a medidas aplicadas a los conductores de vehículos a motor y sin obligaciones inadecuadas para el uso habitual de la bicicleta, sólo las lógicas derivadas de nuestra responsabilidad en el cumplimiento de la normativa y de una conducción segura. Pedimos que se adapten las leyes españolas a las europeas. ¿Acaso no se lleva esta política en nuestro país porque las leyes de estos países desplazan definitivamente de su reinado a los vehículos a motor, que no por mas potentes y resistentes tienen más derecho a circular?
Desgraciadamente está demostrado que estos elementos obligatorios en nuestra legislación no son garantía ni de evitar accidentes ni repercuten en las lesiones del ciclista de forma significativa. El casco para ciclistas no es el casco para motoristas, circulamos sobre dos ruedas, pero hay diferencias sustanciales entre estos dos vehículos. Somos el único país de Europa con dicha obligatoriedad, todo ello bajo la errónea idea de que los ciclistas que circulan por el territorio nacional son todos deportistas, cuando esto no es siempre así. La perspectiva del ciclista en competición o deportivo es diferente a la que habitualmente tiene un usuario de la bicicleta. Circular no requiere las mismas prestaciones de seguridad que competir, es cierto que los ciclistas profesionales pasan muchas horas al día entrenando y circulando por las carreteras del país, pero paradójicamente ellos están exentos del uso del casco según la normativa actual de nuestro país. Muchas más personas utilizan la bicicleta a diario sin ánimo deportivo simplemente circulando a velocidad lenta, situación en la que el riesgo de sufrir un golpe en el que el casco podría tener alguna eficiencia disminuye.
Reflexiones para los conductores de vehículos motorizados
- Conductor de vehículo a motor: circular detrás de una bicicleta no es símbolo de inferioridad, es símbolo de respeto y educación.
- ¿Perder unos segundos, o perder 4 puntos por adelantar inadecuadamente a un ciclista?
- Conductor de vehículo a motor: el tiempo y los puntos se pueden recuperar, la vida no.
- En un adelantamiento incorrecto a un ciclista con demasiada facilidad, y hasta sin tocarlo, puedes quitarle la vida.