Tipo de Ruta: Longitudinal
Punto de Salida: Campomanes
Punto de Llegada: Cabañaquinta
Puntos del recorrido: Casorvida- La Carisa- El Rasón – Villar de Murias-Soto de Aler
Longitud: Km.
Horario: 4 h oras
Dos valles tan singulares como el lenense y el allerano proporcionan del ciclista de montaña unos parajes excepcionales, en los que no podía faltar la cordal de La Carisa.
La posibilidad de combinar diferentes movilidades, hace que las posibles kilometradas que nos pueden salir al recorrer estos parajes se puedan adaptar al gusto y necesidades de cada uno.
Eso es lo que permite la existencia del tren en la zona, lo cual nos facilita la vida a la hora de abordar las rutas por estas latitudes. En el caso de la propuesta de hoy, lo mejor es dejar los vehículos en Ujo, y tomar el tren con la bicicleta hasta Campomanes, punto en el cual arranca nuestra ruta que cabalgará por los empinados entornos lenenses y alleranos de la Cordal de Carraceo, más comúnmente conocida por La Carisa.
Se sale de Campomanes en dirección a Puente de los Fierros, por el amplio arcén de la Nª 630, que no siempre presenta el aspecto limpio que debiera tener todo arcén y tras rodar un kilómetro nos desviamos a la izquierda para tomar la carretera a Casorvida. Acceso asfaltado de carácter local que hace que los desarrollos de muevan, pues presenta unas buenas rampas, en cuya escalada nos podemos entretener contemplando la Cordal del Carril, y como por su ladera oriental se abre como un tajo el Camino de Santiago, por el cual discurre también el GR de La Ruta de la Plata, que presenta un aspecto de semi-abandono.
En Casorvida seguimos camino adelante hasta concluir al final del pueblo, donde tomamos un ramal que sube hacia la Iglesia, dejando el que va a Congostinas, a la derecha, al pie de la iglesia en una especie de promontorio nave un camino empinado que se va poniendo cada vez más duro, lo que nos obligará a meter todo el desarrollo, y en algunos momentos a echar pie a tierra. Remontada la terrible rampa, a la altura del túnel de Perones, una clara bifurcación en la cual optamos por ira hacia la derecha encontrando algunos rastros de la señalización de la Red de Senderos de Lena y pudiendo ver el trazado ferroviario por debajo de nosotros.
A partir de aquí la cosa se relaja por unos momentos y el camino que va buscando la media ladera nos lleva hacia la abandonada aldea de Linares, que llama la atención por sus bloques de viviendas. ¡Qué ideales serían para algunos emigrantes! Pasamos por entre la estación de RENFE y el poblado, para seguir por la pista principal que nos lleva al entronque con la que baja de La Carisa y que va hacia Congostinas.
Accedemos a esa pista en plena revuelta y ganamos el desnivel para poder rodar por zonas más tranquilas observando la complejidad del trazado ferroviario que va camino del Puerto de Pajares. Es una maravilla ver el tren, tan pronto por aquí por allá.
La tranquilidad del paseo por La Cuadernega concluye a la altura de la majada del Cuello, se deja la pista y se dobla ante la cabaña y su cercado a la izquierda para subir por el fortísimo repecho que nos pone de cara al Noroeste para ganar una zona más abierta La Grandanosa, punto en le cual volvemos a dejar el camino duro, para optar por un sendero que se abre a la derecha y que busca la braña de Calaverdás, en este tramo casi que lo mejor es tras los intentos clásicos, por llevar la trotona del ramal, hasta cerca Chixincos. Aunque es posible seguir también por la pista que va empeorando hasta concluir a si mismo en el Cordal de Carraceo.
Aunque entrar en el juego de ver cuanto se puede ciclar también es una buena motivación, teniendo en cuenta que esta es una de las múltiples subidas hacia La Carisa desde la vertiente lenense más duras. Ya en la zona más alta, las tapizadas praderías nos permiten contemplar con deleite la cordal de Carraceo, y los valles alleranos, y entrar de lleno la cordal de La Carisa, que en esta ocasión rodaremos unos cuantos kilómetros, pero con una excepcionalidad, y es que lo haremos en la dirección contraria a lo habitual lo que nos obligará a rodar dirección Sur hacia el Portillín de la Boya, pasando antes por la Concha del Aciu.
En el Portillín encontraremos la indicación de que debemos abandonar la Carisa para internarnos en la bajada hacia la vertiente allerana de El Rasón, teniendo enfrente el Pico La Boya y sus excavaciones arqueológicas. En la bajada al poco de empezar una bifurcación , se tira por el ramal izquierdo tomando el llamado Camino de Cerezal. La pista es evidente aunque hay bastantes cruces, si nos vamos a la derecha acabaremos en plena pradería de El Rasón, no hay problema los dos caminos se encuentran más abajo en la zona de Chano.
La pista se quiere volver medio carretera, o al revés, y ella nos lleva hacia el fondo del valle a base de revueltas entre Las Selvares y Valdemera, se entronca de este modo con un carretil asfaltado que nos coloca ante la carretera allerana (AE-3) y por la cual bajamos dirección a Villar, cuyo desvío está unos metros más abajo. Aquí nace una doble alternativa o bajar a Moreda por el sendero de Las Fuentes marcado como PR. O seguir hacia Cabañaquinta.
La ruta que aquí se plantea toma el rampante trazado que va hacia la aldea de Villar, que cruzamos hasta una clara bifurcación en pleno pueblo, nuestro ramal está marcado con un aspa, o sea que giramos a la izquierda para tomar una relaja pista que va ganando la ladera de Curriechos, por lugares como Entrambas Regueras, o las Barrosas lo que nos permite ver el trazado tan lineal que une Los Tornos con Santibáñez e Murias, por debajo del Pico Turcibarbas, no sé si es un plano de mina o una traída de agua
Fuera como fuera, se va ganando la collada de Chinar, donde se puede o bien bajar a coger la carretera que sube a Cotobello, so seguir por los rampones que aquí se tornan duros para ganar las altas laderas del Pico Tenorios. Según como vayamos de fuerzas igual merece la pena bajar hacia la carretera de sube a Cotobello, y dejar los rampones para mejor ocasión.
La ruta en este caso va a buscar las praderias de Renorios (Pandu) y abandona la pista que va hacia Cotobello para encontrarse con la carretera. Ya en ella se gira a la izquierda para bajar unos kilómetros hasta e la amplia y cerrada curva de La Collaina. En este punto nace una de las bajadas más interesantes que hay hacia el valle de Cabañaquinta.
Una de ellas por la Vayestal hacia los Corradones, pero muy dura la bajada por excesivamente empinada, aunque tiene un par de variantes por pista y sendero hacia Bello interesantes. La otra posibilidad es bajar por el camino real de Santibáñez a Coto de Aller , por el valle de Castaneo, pero este se encuentra en algunos tramos en mal estado.
Por lo cual optamos por una bajada tranquila por entre Vallifresno y la Peña del Valle, que nos deja en un periquete en el pueblo de Soto de Aller, y su área recreativa de Miravalles. Desde Soto y a la altura de su mítica torre medieval, se gira a la derecha para tomar un amplio camino hormigonado que va volviendo más estrecho tras pasar Espineo, y cuya traza nos hace a desembocar a la altura del apeadero de la estacón del FEVE, cruzamos el río Aller por un puente colgante, finalizando el recorrido en Cabañaquinta
La opción puede ser bajar por carretera hasta Ujo, lo cual no se recomienda dado el transito de camiones en la zona y lo estrecho de la carretera, o bien tomar el FEVE hasta Ujo, lo cual es una buena combinación.
Victor Guerra
Eso es lo que permite la existencia del tren en la zona, lo cual nos facilita la vida a la hora de abordar las rutas por estas latitudes. En el caso de la propuesta de hoy, lo mejor es dejar los vehículos en Ujo, y tomar el tren con la bicicleta hasta Campomanes, punto en el cual arranca nuestra ruta que cabalgará por los empinados entornos lenenses y alleranos de la Cordal de Carraceo, más comúnmente conocida por La Carisa.
Se sale de Campomanes en dirección a Puente de los Fierros, por el amplio arcén de la Nª 630, que no siempre presenta el aspecto limpio que debiera tener todo arcén y tras rodar un kilómetro nos desviamos a la izquierda para tomar la carretera a Casorvida. Acceso asfaltado de carácter local que hace que los desarrollos de muevan, pues presenta unas buenas rampas, en cuya escalada nos podemos entretener contemplando la Cordal del Carril, y como por su ladera oriental se abre como un tajo el Camino de Santiago, por el cual discurre también el GR de La Ruta de la Plata, que presenta un aspecto de semi-abandono.
En Casorvida seguimos camino adelante hasta concluir al final del pueblo, donde tomamos un ramal que sube hacia la Iglesia, dejando el que va a Congostinas, a la derecha, al pie de la iglesia en una especie de promontorio nave un camino empinado que se va poniendo cada vez más duro, lo que nos obligará a meter todo el desarrollo, y en algunos momentos a echar pie a tierra. Remontada la terrible rampa, a la altura del túnel de Perones, una clara bifurcación en la cual optamos por ira hacia la derecha encontrando algunos rastros de la señalización de la Red de Senderos de Lena y pudiendo ver el trazado ferroviario por debajo de nosotros.
A partir de aquí la cosa se relaja por unos momentos y el camino que va buscando la media ladera nos lleva hacia la abandonada aldea de Linares, que llama la atención por sus bloques de viviendas. ¡Qué ideales serían para algunos emigrantes! Pasamos por entre la estación de RENFE y el poblado, para seguir por la pista principal que nos lleva al entronque con la que baja de La Carisa y que va hacia Congostinas.
Accedemos a esa pista en plena revuelta y ganamos el desnivel para poder rodar por zonas más tranquilas observando la complejidad del trazado ferroviario que va camino del Puerto de Pajares. Es una maravilla ver el tren, tan pronto por aquí por allá.
La tranquilidad del paseo por La Cuadernega concluye a la altura de la majada del Cuello, se deja la pista y se dobla ante la cabaña y su cercado a la izquierda para subir por el fortísimo repecho que nos pone de cara al Noroeste para ganar una zona más abierta La Grandanosa, punto en le cual volvemos a dejar el camino duro, para optar por un sendero que se abre a la derecha y que busca la braña de Calaverdás, en este tramo casi que lo mejor es tras los intentos clásicos, por llevar la trotona del ramal, hasta cerca Chixincos. Aunque es posible seguir también por la pista que va empeorando hasta concluir a si mismo en el Cordal de Carraceo.
Aunque entrar en el juego de ver cuanto se puede ciclar también es una buena motivación, teniendo en cuenta que esta es una de las múltiples subidas hacia La Carisa desde la vertiente lenense más duras. Ya en la zona más alta, las tapizadas praderías nos permiten contemplar con deleite la cordal de Carraceo, y los valles alleranos, y entrar de lleno la cordal de La Carisa, que en esta ocasión rodaremos unos cuantos kilómetros, pero con una excepcionalidad, y es que lo haremos en la dirección contraria a lo habitual lo que nos obligará a rodar dirección Sur hacia el Portillín de la Boya, pasando antes por la Concha del Aciu.
En el Portillín encontraremos la indicación de que debemos abandonar la Carisa para internarnos en la bajada hacia la vertiente allerana de El Rasón, teniendo enfrente el Pico La Boya y sus excavaciones arqueológicas. En la bajada al poco de empezar una bifurcación , se tira por el ramal izquierdo tomando el llamado Camino de Cerezal. La pista es evidente aunque hay bastantes cruces, si nos vamos a la derecha acabaremos en plena pradería de El Rasón, no hay problema los dos caminos se encuentran más abajo en la zona de Chano.
La pista se quiere volver medio carretera, o al revés, y ella nos lleva hacia el fondo del valle a base de revueltas entre Las Selvares y Valdemera, se entronca de este modo con un carretil asfaltado que nos coloca ante la carretera allerana (AE-3) y por la cual bajamos dirección a Villar, cuyo desvío está unos metros más abajo. Aquí nace una doble alternativa o bajar a Moreda por el sendero de Las Fuentes marcado como PR. O seguir hacia Cabañaquinta.
La ruta que aquí se plantea toma el rampante trazado que va hacia la aldea de Villar, que cruzamos hasta una clara bifurcación en pleno pueblo, nuestro ramal está marcado con un aspa, o sea que giramos a la izquierda para tomar una relaja pista que va ganando la ladera de Curriechos, por lugares como Entrambas Regueras, o las Barrosas lo que nos permite ver el trazado tan lineal que une Los Tornos con Santibáñez e Murias, por debajo del Pico Turcibarbas, no sé si es un plano de mina o una traída de agua
Fuera como fuera, se va ganando la collada de Chinar, donde se puede o bien bajar a coger la carretera que sube a Cotobello, so seguir por los rampones que aquí se tornan duros para ganar las altas laderas del Pico Tenorios. Según como vayamos de fuerzas igual merece la pena bajar hacia la carretera de sube a Cotobello, y dejar los rampones para mejor ocasión.
La ruta en este caso va a buscar las praderias de Renorios (Pandu) y abandona la pista que va hacia Cotobello para encontrarse con la carretera. Ya en ella se gira a la izquierda para bajar unos kilómetros hasta e la amplia y cerrada curva de La Collaina. En este punto nace una de las bajadas más interesantes que hay hacia el valle de Cabañaquinta.
Una de ellas por la Vayestal hacia los Corradones, pero muy dura la bajada por excesivamente empinada, aunque tiene un par de variantes por pista y sendero hacia Bello interesantes. La otra posibilidad es bajar por el camino real de Santibáñez a Coto de Aller , por el valle de Castaneo, pero este se encuentra en algunos tramos en mal estado.
Por lo cual optamos por una bajada tranquila por entre Vallifresno y la Peña del Valle, que nos deja en un periquete en el pueblo de Soto de Aller, y su área recreativa de Miravalles. Desde Soto y a la altura de su mítica torre medieval, se gira a la derecha para tomar un amplio camino hormigonado que va volviendo más estrecho tras pasar Espineo, y cuya traza nos hace a desembocar a la altura del apeadero de la estacón del FEVE, cruzamos el río Aller por un puente colgante, finalizando el recorrido en Cabañaquinta
La opción puede ser bajar por carretera hasta Ujo, lo cual no se recomienda dado el transito de camiones en la zona y lo estrecho de la carretera, o bien tomar el FEVE hasta Ujo, lo cual es una buena combinación.
Victor Guerra