- Punto de Salida y Llegada: Collado Muro (Belmonte)
- · Longitud de la Ruta: 29 km
- · Horario de la Ruta. 4, 30 h
- · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 1.124 mts.
- · Participantes: Noelia Rojo- Natalia Montes- Juan Piñera-Javier Dolado-José Ramón Natal
Lo cierto es que teníamos ganas de hacer esta ruta, de la cual ya tuvimos que descabalgarnos este invierno al intentar hacerla desde Belmonte por Arcello, y nos llevó lo que no está escrito, pues hay partes del camino muy perdidas y eso nos hizo girar hacia la Sierra de Begega con sus eólicos como alternativa al abandono.
Peña Manteca, siempre fue dentro del imaginario vaqueiro una referencia, pues no deja de ser ese paredón calizo, que se ve desde muchos tránsitos ganaderos que se daba y se dan en la zona. Es un fario radiante para las gentes ganaderas, de la Mesa, de Tineo, de Belmonte, de Cangas de Narcea. etc…
En campo de atracción es importante en ese querer hacer las cosas, y Peña Manteca, es de esas espinas que uno debe sacarse, me acuerdo que la primera vez que oí hablar de este promontorio fue a uno de los zapateros de la Calzada, que eran naturales de Navelgas.
Con todo eso en la cabeza, la idea era volver a realizar la ruta , peo en esta ocasión nos propusimos hacerlo partiendo del Collado del Muro,pero en esa ocasión tampoco pudo ser, los copos de nieve caían bajo nuestros cascos, y los cazadores allí anclados tras un batida fallida, nos hablaron de una ruta dura y larguísima, y sabemos que por aquí anduvieron gentes duras del Mounatin Bike, por lo cual en nuestra imaginación esta ruta se conformó como una ruta lobera, o sea de porteo, senderos técnicos, etc-, o sea de brega total, por lo cual para no arriesgar nos dimos cita en el Collado del Muro (742 mts altt.)
Aunque para se correctos, decir que nos dimos cita antes en Belmonte, en el Hotel Cela, para el desayuno, donde nos encontramos con toda una marabunta montañera camino de Somiedo, pues el Cela se porta bien y ya se sabe, donde a uno le tratan bien , el personal repite.
Tras contarle al personal asistente la ruta, los pormenores en marcha aunque éramos más bien pocos, fuimos preparados para todo, y con esos escaso bagaje nos echamos de nuevo a los coches para subir por la carretera que desde Alvariza, que en 7 km salva sus buenos 500 mts., de desnivel, lo cual nos dejó en el venteado collado del Muro, con amplias vistas a las sierras del entorno.
Por estas tierras también anda el GR -109 Asturias Interior, pero sabe dios por donde va, pues se ven pocas señales, y además por mucho que digan los carteles de Inicio de etapa, que sus recorridos son ciclables, la verdad es que depende, pero a estas altura hay que decir que papel todo lo aguanta.
La mañana estaba fresca a eso de las 10 h. pero prometía un día bueno, por tanto preparadas las trotonas y los equipamientos, nos echamos en busca del camino idóneo, que en esta ocasión va dirección Este,hacia el Putril, con un arranque de trazado hormigonado pero con un desnivel importante, y cuya ascensión nos va dando preciosas vistas sobre el valle de Carricedo, una vez llegado a lo alto del repechón, la ruta vira al Sur tomando una pista cómoda que por Braña Extremera enfila hacia Pico Montoro y Pico Espineda, ya encima de los predios de Sierra de Arcello.
Son espacios abiertos, grandes praderías y brañas aisladas que configuran una determinada identidad ganadera que quiero identificar como vaqueira. Por el camino nos encontramos con un espécimen a modo de paisano entrado en años, sentado en lo alto del caballo del través, y al asaltamos a preguntas sobre nuestra ruta, de la cual desconocíamos casi todo, aunque sus contestaciones no nos dejaron muy satisfechos, «camino difícil y duro y tenéis todo el día que es largo», nos dijo a bocajarro, aunque con una desdentadas sonrisa con sorna asturiana, ante la cual le pregunto sí había estado muchas veces en el famoso Collado del Abedul, me mira, se sonríe y rememora…y nos enseña una vez más su singular sonrisa…, supongo que pensará que para qué contestarle a un xaldo que va en bici
Sigo con la mosca detrás de la oreja, pues no tengo claro como es el camino , y no veo que nos vayan llegando los tramos trialeros y de porteo. En nuestro trasegar seguimos llevando el crestón de Sierra Manteca a nuestra derecha, y debajo la riega de Valbona, mientras nuestra ruta va variando al suroeste hacia Brañavieja.
Eso sí antes de Campoleo nos acercamos al collado para ver desde este otero las tierras de La Mesa con la Sierra de Montovo en primer plano. La vista es espectacular, aunque parte de los compañeros están más en el tema de dar pedales no nos vaya a ser que nos coja la noche, es que merece la pena quedarse un buen rato contemplando tanta extensión de valles y sierras…
Entre Brañavieja y la braña del Corralón, entramos por un momento en una traza de camino semiperdido, muy estrecho y lleno de barrizales, que nos obliga durante unos 200 mts., a tirar de la trotona. Pero pronto salimos a caminos más francos, más claros y también con más horizonte, pues vemos lo que tenemos enfrente, una vaguada impresionante marcada por el Regueru Abedul, tras el cual nos queda superar un fuerte repechón hasta quedar en medio de la collada que forman el Pico Catouto y Miru Chargu, de esta manera cerramos el bucle sobre Sierra de Qunitanal. Ignoro el nombre de este significado collado, pues el otro que queda detrás de un roquedo y que está encima de la majadas en el del famoso collado del Abedul. tal y como luego me enteré.
Desde este lado del collado, vemos una braña en lo medio de la ladera del valle a la cual bajamos por el viejo camino llamado del Morxal, dando vuelta al pico Catouto, y llegando de este modo a la braña de El Abedul, habitada por muy poca gente, aunque como buenos vaquieros siguen aferrados al terruño. En este punto repostamos agua, y cambiamos pastillas de frenos, y quedamos sorprendidos porque dentro de unos cuantos cientos de metros empezaremos a cerrar el bucle sobre Sierra Manteca, y las dificultades previstas parecen haberse volatizado.
Al final de la aldea, una vaqueira de bellos ojos, nos dice que tengamos cuidado al salir del pueblo no nos vayamos valle abajo y terminemos en Tuña- es cierto que cuando me acerqué a la majada de Buscativu, a lo lejos puede ver la localidad de Tineo- eso me dio que pensar, pero no caí en la cuenta que delante de mí tenía el hondo valle de Tuña.
A la salida del pueblo, cuando ya cogíamos el carretil asfaltado virando al Norte, al llegar a los entornos del Cerro de Valdeapila, tuve la visión de que todo aquello me sonaba ya a conocido, y de repente mi cabeza hizo como una especie de re-orientación geográfica, como cuando uno mueve la brújula del google earth, y digamos que ya me situé, había pasado por esos entornos viniendo de Merillés, y en Valdeapila cortamos hacia el otro lado del valle, hacia Las Campas y Tornos para coger la pista procedente de de Los Cadavales , pero por el valle más al Oeste que el Genestaza-Tuña.
Ahora entendía algunos crestones que veía como los denominados Pico Cabra y Peña la Fana, los cuales dan origen a la famosa fana de Genestaza. Contento de poder resituar geográficamente una ubicación con tan solo ver un prado y una cabaña, me puso contento, y ya estando todo en su sitio la ruta se presentaba de buenas trazas.
Cruzamos la sierra de Chagunil, aunque seguía preguntándome donde estaban aquellos malos caminos que todo el mundo me decía que había, dándome a entender que la bajada al Abedul era poco menos que terrible, y la verdad que fue un paseo bajar hacia ella, y ya lo que pudiese venir ya era menos, pues estábamos en la vertiente occidental de Peña Manteca, y por malo que viniera, digamos que el trecho hasta el Collado del Muro era relativamente corto.
Le seguíamos dando vuelta a Sierra Manteca, por tramo asfaltado hasta cruzar la Sierra de las Palancas, en cuyo collado, de Las Bobias, dejamos el rumbo y camino asfaltado, para ir hacia Abango, virando al Este para después coger rumbo Norte por las amplias pradería de las Degollá y Bustieecha, rodando bajo la vertiente de Sierra Manteca, que por este lado presenta un buen farallón calizo bastante inaccesible, y ya en su día me pareció en una ruta que hicimos el amigo Poldo y yo desde Tuña-Boinas-Belmonte.
Y aquí estamos rodando por las amplias praderías, bajo Peña Manteca, las cuales van dejando paso a los caminos reales por los cuales nos echamos en descenso hacia el pueblo de Quintana. El descenso hacia la localidad es un trazado interesante, aunque sin mucha dificultad pero la suficiente para que el personal se divirtiera camino abajo, lo cual concluye ante la enorme iglesia de San Julián de Quintana, dimos unas vueltas y cuando ya me estaba lejos recordé que en ese cementerio había un nicho con la foto de un masón, y sobre el cual escribí hace tiempo el Masón de Boinás.
La ruta tras pasar el puente de Los Pontones, digamos que continuaba por Boinás, dando vuelta al enclave minero que en su momento hizo todo un furacón para extraer oro, pero por un despiste del que suscribe, y oliendo ya cerca los coches, el personal se fue carretera arriba hacia el Collado del Muro, que ya estaba bien de disfrutar del paisaje y de paisanaje.
Lo cierto es que era atrayente no subir por la carretera sino por el fondo del valle, sobre el cual ahora ascendíamos hacia Collado del Muro, pero me da la sensación por lo que pude entrever que no había secuencia de caminos que cruzasen el valle
Por lo cual nos fuimos carretera arriba, contemplando los farallones de Peña Manteca, y estos cerrados valles y hasta donde el hombre ha tenido que conquistarlos para poder dar de comer a sus ganados.
Una ruta interesante, que tiene peor fama de lo que en realidad se merece.Pues es una ruta aconsejable para esta época pre-veraniega.
Dificultad de la Ruta IBP 104
Fotos de José Ramón Natal y Víctor Guerra
Víctor Guerra