- Kilómetros del recorrido total: 25 km.
- Desnivel Ascenso acumulado 942 mts.
- Desnivel de Descenso acumulado: 978 mts
La actuación sobre el proyecto del Parque Periurbano del Naranco, está colocando en primera plana uno de los enclaves más singulares de Oviedo, y en el cual se dan cita las más diversas actividades lúdico recreativas.
En esta ocasión quien me acompaña para ir descubriendo recorridos singulares, o mejor dicho aquellos trazados preferidos por los betetistas ovetenses, es Carlos , que aprendió a desenvolverse por estos parajes de la mano de Dani y Javier Gómez y de otros ciclistas que tienen como destino preferido para sus recorridos, diurnos o nocturnos, este singular promontorio ovetense.
Motivo por el cual subimos hasta la zona alta del promontorio en el que se sitúan los aparcamientos, y lugar donde la empresa que realizaba hasta hace años la competición de Mountain Bike: Ciudad de Oviedo, colocaba toda su logística, ubicación ideal para partir hacia este recorrido bautizado como Balcón Suroeste.
La ruta a realizar es una vertebración de diversas infraestructuras viales: viejos caminos que se unen por medio de desvencijados senderos abiertos en medio del cotoyal que se mantiene fértil en medio de la caliza. La presencia de núcleos poblacionales, en estos duros paisajes que se dulcifican en las zonas más bajeras con la aparición de las carbayedas y castañales, permiten la presencia de pequeños carreteriles asfaltados u hormigonados que circundan todo el complejo cárstico del Naranco, que presenta una diversa orografía y geomorfología digna de recorrer con calma y mucha observación.
Se sale por la carretera que cruza de Este a Oeste el Naranco, huyendo en parte del asfalto, aunque antes de afrontar la subida hasta la picorota del Pico el Paisano, donde se haya situado la imagen del Cristo, se vuelve al asfalto, evitando la fuerte rampa que sube directamente hasta la estatua, y que en su momento sirvió como escenario de la citada competición de mountain bike, y donde aún recuerdo haber dejado alguna que otra goterada de sudor.
Ya en la zona alta un pequeño desvío para probar uno de los senderos que salen a la derecha y que más abajo nos devuelve a la carretera a la altura del Pico La Vara, para volver a tomar a la derecha por un camino amplio para bordear el Cierru del Pevidal.
Nos damos de bruces con la mata de cipreses por la cual penetramos al son de los fieros ladrillos de los guardianes de aquel espacio, se sigue por el amplio camino adelante, para dejarlo a la altura del km. 2,450 al lado de un viejo chalet. Ahora el sendero se echa ladera abajo, por un trazado muy estrecho y circundado por punzantes cotoyas. El descenso además presenta zonas de saltos, y algún que otro tramo de dificultad, es el sendero típico donde es difícil que haya cohabitación de usos.
Se llega al cruce con un camino de hormigón y se vira a la derecha hacia El Contriz, donde encontramos una partida de cazadores, pues estamos en el límite del coto de caza. Se continúa hacia el Brabechón por un sendero más ancho, y marcado como sendero de actividad ecuestre.
En la zona de San Pedro se baja a la izquierda hacia el Pico La Glaya, y se sigue bajando dirección L´Arrionda, desechando un ramal que sube hacia La Goriella (km. 4, 800) empalmando con zonas hormigonadas, tras las cuales se llega al núcleo de Ladines (, 5,850 km.)
La ruta sigue por la carretera en dirección a Folgueres, en cuya entrada se toma un ramal que va la izquierda para recolocarse al lado de la riega LLavandera, por zonas más boscosas y al pie del río Nora, donde nos encontramos a la familia Moscoso que pedalea con cierta con cierta asiduidad por estas zonas. El camino que llevamos entronca con el que va al Club Hípico Asturcón, yéndonos sin pérdida alguna por la izquierda hacia el Prau LLargu lugar donde nos separamos del río Nora para seguir dirección al lugar de La Biseca, en general estamos en una zona de senderos que están señalizados para uso ecuestre.
A la altura del km 10,910 al que se llega por un camino más alto que el normal, se entronca de nuevo con el asfalto que nos lleva por su ramal izquierdo hacia Ajuyán. Tras esto la ruta presenta un par de rampones de muy padre señor mío, donde el desarrollo se queda corto y obliga a meter presión a los pedales basculando hacia el manillar y colocándonos en la punta del sillín para cambiar algo el centro de gravedad de la trotona y poder subir sin derrapar hasta lo cimero del repecho.
Luego el camino se suaviza y da vuelta a los coterones de Gortona, Viña y El Cantu de L´Andiella para llegar ante la pica El Cantón, que se bordea hacia Peña Calva ya rumbo Oeste. Tras la llegar a la pequeña casería de Las Cabañas, se asciende hasta Violeo y se dobla a la izquierda hacia El Campón entroncando de este modo con la carretera que viene de Brañes
Se vuelve a girar a la izquierda dando vista a los núcleos poblacionales de San Claudio, Escamplero, teniendo al Sur un fondo majestuoso con el Montsacro y la Sierra del Aramo, más al Este, cuando ya se rebasa el Cantu del Árbol y La Peña Prieta, se ve el casco de Oviedo con su minarete católico.
Ante una nave de ganadería, al pie de la carretera, se gira a la izquierda emprendiendo una subida que se hace más llana de lo que prevé, pasando por encima de la nave hacia La Texera y Bizcarrionda, dando vuelta de este modo al Cantu El Texu, para seguir por un amplio camino de toboganes de firme de tierra, que nos dejan las patucas algo temblonas. En los Trapones, se gira a la derecha para llegar al Brabechón y seguir de este modo hacia Contriz, lugares por donde apenas si hemos pasado hace un par de horas.
En Contriz, desechamos subir por el sendero de bajada y optamos continuar por el camino adelante hacia Les Fontanines, una media ladera que muestra parte de los recorridos que utilizan como campo de trabajo y entreno por parte de los bikers amantes del descenso.
El recorrido va llegando a su fin y sin mucha rampa, se van llegando a la altura del entronque de la carretera que sube hacia la zona de partida. Una vez en ella y aún con algo de fuerzas arribamos hasta la cocorota del pico El Paisano, para dejarnos ir por los senderos en descenso que van enfilan directamente hacia los aparcamientos, completando de este modo un recorrido de unos veinticinco kilómetros que tienen su miga en cuanto a la conducción técnica y los requerimientos físicos, aunque con un poco de entrenamiento todo es alcanzable.
Víctor Guerra