Mostrando las entradas para la consulta LOs Francos ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta LOs Francos ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

viernes, 14 de diciembre de 2018

Rodando por los Caminos de los Francos

P1190851
  • · Punto de Salida y Llegada: Nava
  • · Puntos de Paso: Polanava-Molino de fraynoquiso-La Veguca-Ceceda-Los Pontones-Caneyu- Coroña el Castru-El Canto- La Faya-Los Pontones-Ceceda- Tresali.
  • · Longitud de la Ruta: 23km
  • · Horario de la Ruta. 3 horas
  • · Desnivel acumulado de ascenso y descenso: 565 mts
Una de las rutas posiblemente más desconocidas  de Asturias, sea el llamado Camino de Francia, o Caminos de los Francos, ruta un ciento y mil veces fragmentado en Vías Verdes, Sendas Fluviales, ete., lo cual aunque pasamos por ella  muchas veces, esa fragmentación ha hecho que su faz se nos haya desfigurado de tal manera que apenas queda nada más que un leve recuerdo de su existencia, y como mero estudio para investigadores e historiadores.

El Camino de los Francos, es el camino que provenía de Francia, y por el cual llegaban los innumerables peregrinos,  no  para hacer el camino de Santiago, sino que en primer término, fue  la ciudad de Oviedo la capital peninsular de las reliquias, luego ese lugar de veneración de reliquias se desplazó a Compostela, con el descubrimiento del sepulcro de Santiago.

image

Pues bien, fruto de todos esos desplazamientos fueron quedando por la tierra asturiana una serie de caminos reales que configuraron ese trayecto, como Camino de Francia, que entra en nuestra región, bien por Colombres, o bien por Panes para juntarse ambos ramales en Arriondas, y continuar como uno solo por la depresión mesoterciaria, como bien describió el arqueólogo Elías Carrocera en su trabajo sobre el Camino de Santiago en la depresión mesoterciaria, camino de Oviedo, y tiempo más tarde  hacia Santiago.

Fruto de esa red de caminos de los que hablo he diseñado una ruta tranquila, ideal para una mañana, para aquellos que están en eso de acometer rutas de ciclomontañismo de cierta entidad, pero facilonas, y esta es una de ellas.

Es una ruta circular, la cual sale de Nava y va hacia Ceceda, para subir a la zona del Castro de Coroña, y  volver a Nava, precisamente por el Camino de los Francos.

P1190852P1190853

Se parte de Nava dirección Este, o sea por el camino interior que nos lleva hacia las instalaciones deportivas de la villa naveta. Al par del edificio de la Piscina Municipal se toma un camino que se introduce en la zona de la Sierra, el cual nos pone en situación. 

Se deja a la derecha un primer ramal que va hacia Polanava, paras seguir de frente e ir rodeando  por la ladera Sur el promontorio de La Cogolla, dejando a la derecha las casas de Olmedo (Ovín) y el llamado Palacio  que hay entre Ovín y Buyeres.

Son zonas planas, y caminos de muy buena traza, que nos va llevando sin mucho problema a la aldea de Buyeres, (2, 8 km y 309 mts de altitud) cuyo nucleo se atraviesa persistiendo en el rumbo Este, dejando atrás la Ermita de la Magdalena. Aquí en este tranquilo pueblo nos damos de bruces con el asfalto, el cual no dejaremos hasta unos kilómetros más adelante, y también veremos las marcas de la ruta senderista que va hacia las Foz del Río Pendón, cuya bocana se puede ver desde el trayecto al pueblo.

P1190855P1190854

La ruta continua por el carretil asfaltado que baja  hasta la encrucijada de caminos (3,7 km) de El Empalme, donde cruza con cuidado el carril asfaltado que va hacia las instalaciones de Fuensanta. En el mismo cruce se coge el ramal que va hacia el molin de Fraynoquiso, también tramo asfaltado y en bajada.

Este no es el Camino de los Francos, aunque pudiera serlo, pues es plano y apenas di cruza una vez un río como el Fuensanta, pero los investigadores indican que el Camino de los Francos, es la otra vereda por la cual vendremos desde Ceceda.

Fuera como fuere, ante la instalación molinera del fraile “que no quiso” se sigue por el carril asfaltado que va al Este, hacia un lugar de topónimo interesante: Casas del Pozo la Reina, 

Se gana el promontorio de las casas para bajar por la otra vertiente llegando de nuevo a la vera del río Fuensanta, donde se deja un puente que lo cruza, para seguir por un camino abierto de tierra que se dirige hacia el lugar de La Veguca, dando entrada de este modo a la gran Vega de Ceceda, al llegar nos tropezamos con el carretil que baja de la Sierra de Ques, la ruta vira al Norte para poder cruzar por el puente medieval de Ceceda, el río Piloña y poder coger la pasarela que salva también el cruce de la N-634. Con 7,3 km rodados.

P1190856P1190863

Ahora el destino es subir hacia el poblamiento de Ceceda, atalaya que se divisa desde muy distintas partes del territorio. 

Una vez en el centro del pueblo, la referencia es ir hacia el chalet de estilo modernista de LLamedo, la cual  está formada por «dos construcciones adosadas muy diferentes entre si. La que da al sur de gran sobriedad ornamental es el edificio original, mientras que la que da al norte, construida quince años más tarde, es de estilo modernista donde destacando su decoración floral y los trencadis (especie de mosaico realizado con fragmentos cerámicos unidos con argamasa). La verja también tiene influencia del Art Nouveau.»

En la parte trasera de este edificio, se encuentra el Panel de Inicio del PR-AS. 147, se siguen las marcas que nos lleva de nuevo hacia el Este hacia la confluencia de distintas riegas, zona de los Pontones. (8,5 km).
P1190872P1190874P1190875

En este punto tramo asfaltado, lo dejamos para virar a la derecha una vez pasado el puente para irnos hacia la Casa del Caneyu, dejando de lado la amplia pista que va hacia La Faya y Fresniniello. 

Ante nosotros una bifurcación, por la derecha se entra en los predios de la Casa del Caneyu, nuestra ruta vira ligeramente a la izquierda y baja la senda pegada a la linde de la finca hasta llegar al arroyo de la Faya, se sigue la senda hasta poder cruzar la riega por el viejo pontón que dice romano de El Caneyu, para seguir por un camino reducido a poco más que senda, pudiendo subir aguas arriba hacia el camino del Omedal.

Es un tramo sin mucha dificultad salvo su estrechez, al cabo de unos 500 metros, se entronca con un camino amplio que viene de Villarriba, si se quiere tomar una cerveza, y dar una vuelta por la aldea de Coya, pues este es el momento, se sigue subiendo hasta coronar el camino y darnos de bruces con la AS-336 , desde la cual se puede hacer un pequeño bucle que incluya la iglesia de Santa Eulalia y la casa del Barreu, y la cerveza en el bar Aceñal.

P1190869

Volviendo en este caso tras la vuelta por Villarriba, al entronque con el camino de Omedal. 

Aquí se deja el Camino de los Francos, que sería el trozo desde Ceceda hasta aquí, luego volveremos a rodar por él, 

Ahora nuestra ruta de nuevo vira al Norte para cruzar la riega  de La Faya y subir por el monte de Secaes hacia la zona de El Mosquil. La traza deja de lado la entrada hacia los caseríos que vemos a la derecha, para de este modo enfilar monte arriba, si el camino está seco, cosa que dudo, pues la zona es muy húmeda, se sube hacia la parte alta del monte, para lo cual habrá que tirar algo de la bici hasta ganar la zona más alta del monte La Carnicera.

De este modo se entronca con la pista que viene de La Faya (11,2 km) 349 mts altt). 

Ahora el camino se hace amplio y con buenos firmes, pues no en vano la ruta coge altura mediante varios repechos hasta la bifurcación clave, donde por la derecha se sube a la cumbral de la Coroña del Castro, pero en nuestro caso opto por mantener la cota, y tomo el ramal izquierdo que va por debajo del cumbral, manteniendo la cota y rodando a su vez el límite municipal con Villaviciosa.

Se deja un primer ramal que bajaría hacia Fresnidiello, se sigue recto hasta el segundo ramal que encara la bajada por la ladera por la Trapa en busca de las casas de El Canto. La pista que dejamos y que nos vendría de frente es la que baja del cordal del Castro.

Desde el El Canto, la ruta vuelve a presentar  en plena bajada, firmes hormigonados, por los que se rueda hacia las casas de La Trancada y de La Faya, pasando por delante de la Ermita de los Dolores, y en pis-pas pues nos hallamos de nuevo en los Pontones con 14,8 km recorridos
.P1190879

Desde los Pontones se sube de nuevo por donde hemos bajado, yendo hacia el chalet de puerta modernista de LLamedo, para  desde aquí seguir  rumbo Oeste por la carretera adelante hacia la Quintana de los Muertos de Ceceda. 

Estamos desde que hemos llegado a Los Pontones, en el viejo Camino de los Francos, que vira al Sur hacia Sienra, en esta zona hay que estar atentos a los desvíos, pues uno de ellos nos lleva a cruzar la reguera de la Tabla para de este modo salir a la altozana aldea de Tresali con su impresionante iglesia (19,2 Km).

En Tresali se vira a la izquierda hacia el Sur, dejando la carretera general que va hacia Vegadali, y se baja hacia La Rivaya, pero antes de llegar se toma el primer camino a la derecha que va buscando el cruce con la Vía del FEVE y el río Piloña por un puente apuntado del que habla Elías Carrocera. Este es un tramo de los Francos, que todavía guarda las esencias de la vieja traza.

P1190884P1190889

Se cruza el pontón medieval para salir a la Ermita del Ángel, por encima de la urbanización que allí se instaló, para de este modo tomar el ramal que desde la circunvalación de la N-634 entra a Nava, dando así por cerrada esta bella ruta de muy poca dificultad.

© Victor Guerra

martes, 15 de marzo de 2022

CANTABRIA INFINITA. CAMINO REAL DE LA MONTAÑA

 

Realmente hasta que no empecé hace ya un tiempo con los recorridos peregrinos no descubrí esa otra Cantabria.

Esa que queda colgada de las altas laderas del Desfiladero de la Hermida. Fue a través de las investigaciones sobre el Camino Lebaniego, cuando me interné en estos altos valles, lo cual se tradujo con el tiempo en una guía de Caminos peregrinos y beteteros.


Tiempo después de los pateos para la publicación del libro, he vuelto a la zona, y tenía ganas de hacerlo a lomos de la btt, y más ahora que la nueva e-bike me permite estas pequeñas pero importantes locuras.

La verdad es que estos territorios para los betetistas astures, y casi qué diría que, para los propios cántabros, es una zona desconocida, no por las dificultades técnicas, que exceptuando los desniveles y algún porteo, no es algo que no se pueda hacer, pero al ser un lugar tan apartado tiene sus problemas de acercamiento y logística.


Para dar a conocer a mis amigos asturianos la zona, con un recorrido que no fuera excesivamente complicad en la logística, y que la batería de mi e-bike aguantara el tirón, propuse que el punto de partida fuera el pueblo de la Hermida. Dicho y hecho

  • ·         Punto de Salida y Llegada: La Hermida
  • ·         Puntos de Paso: Caldas, Navedo, Linares, Piñeres- Cicera- Collado Pasaneu-Lebeña-
  • ·         Punto más alto: Collado Pasaneu
  • ·         Distancia: 47 km
  • ·         Desnivel Acumulado de Ascenso: 1780 mts
  • ·         Desnivel Acumulado de Descenso: 1731 mts
  • ·         Horario: 6 h 36` con 1h y 30´de paradas
  • ·         Integrantes: José Ramón Natal y Victor Guerra

Lo cierto es que la idea que tenia era recorrer el Camino Real de la Montaña, [1]y la forma más factible para los astures era hacerlo  arrancando desde el escondido pueblo de la Hermida para enlazar con el trazado arriero en tierras de Lamasón, a la altura de los invernales de Carracedo. Pues hacerlo desde La Puente o a Traslapeña (Lamasón) era más complicado y más desnivel.

El día arrancaba solano, con mar de fondo, lo cual apreciamos camino de Unquera, pues la fuerza del nordeste nos dejaba ver las estelas que dejaban los bufones de Buelna.

Llegados a La Hermida, y sin más dilación preparamos los bártulos y nos encaminamos hacia eje asfaltado de la CA-282, la cual trepa hacia los altos parajes del ayuntamiento de Peñarrubia y Lamasón.

Una carretera escondida, por la cual a veces la Vuelta Ciclista a España, cuando no se enreda en buscar caleyas de fuerte pendiente, pasa por estos lares camino de Puentenansa del Collado Carmona, o viceversa…


El tramo asfaltado que tenemos por delante con vueltas y revueltas es de unos 16 km, contando la subida al Mirador de Santa Catalina. O sea que tranquilidad pues el desnivel a ganar ya supera los 800 mts, y además tras cruzar el río Deva la carretera se pone empinada, aunque es de buena trazada, para los más exigentes hay tramos de camino histórico que se va entreverando por entre el trazado carreteril camino del Mirador de Verdeja, son  tramos pequeños, pero más exigentes.

Hacemos el ascenso tranquilo  pasando de los tramos de camino histórico que están señalizados, y cogemos altura sobre el cantarín río Deva, a la vez que observamos como se levantan los farallones que vigilan el Desfiladero de la Hermida, y en cuyos parajes, y predios anduvieron , más que andan, los ganaderos cántabros, que al igual que los astures, hay que recordar el dicho estos no se morían, sino que se mataban, y viendo donde se engarmaban tras el ganado menudo: cabras y ovejas, pues no es de extrañar el dicho.

Disfrutamos de la subida, piano- piano, voy en super-eco en la E- bike, mientras Natal da clases de su poderío pedaleando carretera arriba como si nada, vamos llegando a los primeros núcleos de alto valle de Peñarrubia : Caldas y el barrio del Castillo  engarmados en las revueltas sobre la ermita de San Pedro.

Tras pasar las distintos retorcijones asfálticos llegamos a los pueblos de Linares y Navedo, con sus torres y casonas a la usanza cántabra.

Ahora ya la cosa de la subida se calma, y vamos viendo a lo lejos los parajes por los que rodaremos más adelante cerca de la Peña Sagra y la Peña Ventosa.

El día va cambiando, y aparece un frío viento racheado, coronamos el al Alto de Piñeres, y dejamos la CA-282 para irnos a la derecha hacia el remozado asentamiento de Mirador de Santa Catalina, al que subimos por el carril asfaltado, para ponernos a vista de águila encima del desfiladero de la Hermida, da un poco de vértigo, pues desde él se ve gran parte de Liébana, allá abajo a nuestros pies el encajonado el río Deva y la carretera que da acceso al gran valle lebaniego. Aquí decían la viejas leyendas que jugaban a los bolos los moros, como para que se les fuera la bola fuera…

Sorprende durante la subida ver encaramado el pueblo de Tresviso, al otro lado del desfiladero, lo cierto es que no parece que esté al pie del precipicio o sea del famoso Balcón de Pilatos; la morra del Pico Agero nos cierra la vista hacia Camaleño, el cual irá cambiando de fisonomía según nos vayamos moviendo.

Nos movemos ahora hacia el asentado pueblo de Cicera, renovado y mejorado y piedra angular del Camino Lebaniego con su albergue y su mural.

O sea que desde el Mirador e Santa Catalina bajamos con cuidado por el viejo camino hacia la ermita del mismo nombre, digo con cuidado, pues suben senderistas, visitamos la vieja capilla de los arrieros, y nos vamos a Cicera por un camino deslomado por las escorrentías y la mala ejecución de la obra.

Cicera, está desconocido, arreglado a más no poder, aunque todo está cerrado, el bar, el albergue aún no ha llegado la temporada peregrina y se nota la falta de andarines de bordón.

Desde el Mirador de Santa Catalina, le expliqué a mi compañero Natal, los trazados por donde discurre el Camino Lebaniego, bien por la andarina Canal de los Francos, o la variante para la BTT de los Prados de Arceón, lo cual conforma parte del Camino Lebaniego, también desde el altozano mirador pudimos ver nuestra subida hacia la Venta de los Lobos y el Collado Pasaneu, que forman parte del trazado del Camino Real de la Montaña, por el cual faenaban arrieros y trajineros con sus variados transportes desde el mar hasta la meseta castellana, ganando las tierras de La Pernía y el gran río Esla y su calzada Saliámica y viceversa.

En Cicera, conectamos con el Camino Lebaniego que comparte signatura con el PR-S3 que sube desde el pueblo  como muy de repente, luego se suaviza hacia el Collado La Hoz.

La e-bike no sé si por la resistencia del viento, si por el frío que nos atiza, pues estamos entre 7 y 9 grados, con rachas que  amenazan con descabalgarnos sobre todo cuando en el Collado de la Hoz, dejamos El Lebaniego para entrar por la derecha hacia los duros repechos camineros que cruzan las praderías de Agua Seles para bordear el Pico de Trespeñas de 944 mts.

La ciclabilidad es alta, el camino es bueno, pero con pendiente, pero el viento nos corta los ritmos, y deja poco tiempo para las fotos y el entretenimiento. Seguimos el amplio trazado  hacia el Collado Carracedo para empatar  un poco más allá de una cabaña con el trazado del Camino Real de la Montaña, llevamos ya pedaleado unos 20 km, y el viento no nos da tregua.

Hasta ahora habíamos venido rodando rumbo Este, al pincha el nuevo trazado se vira s al Sur, para subir por la amplia traza caminera, dejando algún que otro tramo histórico que en primer lugar debe ganar el Collado Traslaventa, desde aquí vemos en toda su  dimensión el valle de Lamasón y las amplias praderías que lo contienen, lo que nos recuerda a los parajes del Soplao, duras rampas que se dejan ciclar bien, aunque  largas y con metros de ascensión que se van acumulando.

Una parada para reponer fuerzas en un recodo cerca del collado de la Venta de los Lobos, el viento deja espacio para el placer de la contemplación, y urge ganar las rampas del Cotero de Mingo Álvarez. Nos cruzan unos motoristas todoterreno, a los que me olvido de preguntarles si hay nieve en Pasaneu.

Es igual, seguimos subiendo  y viendo que en todo el camino las huellas de btt se reducen a una sola, luego, casi  ya coronando  hay más huellas, me temo que en cuando el ciclista subió a Pasaneu no pudo pasar o no quiso pelear con la nieve y dio la vuelta, también es cierto que, si te dejas caer al valle de Bedoya, la vuelta es grande.

El crestón de la Peña Sagra que venía marcando nuestra subida, al llegar a la ladera del Cascuerres (1562 mts) desaparece, como también lo hacen las pendientes,  ahora debemos pelear con tramos planos, pero en los cuales posó la nieve, que está semidura  dura y que nos facilita llegar  hasta Pasaeu y la Braña los Tejos, lo cual hacemos contemplando en la subida los tramos de mar de San Vicente la Barquera y el Pico el Cañón y Tinamayor.

Mucha tierra es la que se divisa, aunque mirando hacia el Este no acabo de vislumbrar que son aquellos paredones nevados del fondo, sí que para la zona de Liébana es algo más fácil encontrar e identificar las referencias, pero la nieve me desfigura las cumbres de los picos de la Cordillera.

En el desvío de la Braña de los Tejos la batería de mi bici, marca que me queda un resto de un 17%, por tanto sí nos vamos hacia Bedoya es todo bajada , pero son kilómetros y alguna que otra subida, muy justo me parece y ya entramos en las horas de la tarde, y por otro lado me apetece conocer la bajada hacia Lebeña, pues nunca se sabe…, sé que a mi compañero no le gustará mucho la decisión, pero la cosa está justa de tiempo, son las 2,30 horas del día, llevamos unos 30 km y es bueno ver y analizar la zona para ver otras posibilidades.

Las viejas señalizaciones de los Caminos Lebaniegos hacia Santo Toribio, en este cruce me dan confianza, y tras la resignación de mi compañero por el abandono del recorrido que le había propuesto, nos vamos al Oeste por la Braña de los Tejos adelante, con un trazado amplio que se entrevera por entre el hayedo, luego tras acercarse más a la Sierra de Ventosa, y colocarse sobre el cauce del río Lamasón, esto nos obliga al clásico porteo durante unos 600 mts.

Luego nos reencontramos, valle abajo, con los viejos trazados camineros de la mina de Ventosa, dedicada en su tiempo a la extracción de  la blenda y la calamina, en este punto nos subimos a las trotonas para bajar hacia la derecha pegados a la vera del Cueto San Pedro, donde fluye un importante manantial, el camino está muriado, piedra sobre piedra un poco más abajo El Pando, donde se entronca de nuevo con el Camino Lebaniego, ya como trazo común, o sea la juntanza del ramal proveniente de la Canal de los Francos y el que viene por las pistas de Arceón.

Lebeña ya se deja ver, al igual que la franca ladera de enfrente con la espeluznante subida del Collado de Pelea, y los colgados pueblos de Allende, Cabañes, Pendes,  y Colio, y encima de todo ello asomando en todo su potencial la mole del Macizo Oriental de los Picos de Europa con su manto blanco que dibuja las crestas del Sagrado Corazón, la Tabla de Lechugales,  y el Jiso cerrando la vista, pero en otro macizo la Peña Vieja. La nevada ha sido de órdago.

Al llegar a los invernales de Lebeña ya  de dejan ver los desmanes sobre la señalética, roturas, vandalismo  y las aborrecibles marcas rojas a brochazo limpio, en fin, no somos los españoles de lo más cuidadoso con el bien común, bajamos por la cómodas pistas lebanienses, por las cuales le digo a Natal que podemos subir otro día hacia Arceón  y ganar la Venta los Lobos para bajar por el valle de Bedoya.

Nos relajamos al llegar al bucólico lugar, asiento mozárabe de la iglesia  de Santa María de Lebeña y su singular torre de estilo mozárabe, construida por aquellas gentes que subieron huyendo del Sur hacia los agujeros norteños, donde ya nadie los molestaría más, atrás quedaban las tierras sarracenas y godas, y la franja del baldío, o sea donde unos y otros, con las enseñas de la media luna o la cruz hacia sus anuales aceifas.

Todo valía, gochos, centenos hombres y mujeres como mano esclava; tras la Bardulia y las tierras vadinienses, ahora estos  reposados valles  verdes guarecidos tras las montañas, donde el clima dejaba cultivar vino, y garbanzos y hasta la naturaleza brindó no solo hayas y tejos, sino robustos alcornoques, fuer donde se establecieron las gentes venidas de tierras lejanas y que junto con los visigodos establecieron diversos monacatos de los cuales quedó el de San Martín de Turieno, hoy conocido por Santo Toribio de Liébana. 

Una vez gozada la beldad del lugar, la iglesia de Santa María de Lebeña y la adjunta  torre mozárabe, con 38 kilómetros recorridos, solo nos queda tomar la carretera de La Hermida, dirección Norte, o sea acompañar al río Deva aguas abajo y en suave descenso concluir en La Hermida, luego ya en coche viaje a casa con ganas de un buen café o un té  acompañado de unos buenos dulces en Unquera, dando así por cumplida una ruta hermosa, aunque dura por las rachas ventosas. Otro día más.

TRACK DE LA RUTA EN WIKILOC

Fotos: Victor Guerra y Jose Ramón Natal

© Victor Guerra



[1] Ansola Fernández, A., & Sierra Álvarez, J. (2006). El Camino Real de La Montaña: de Liébana a la costa por el valle de Lamasón (Cantabria). Ería, (71), 319-337. https://doi.org/10.17811/er.0.2006.319-337

viernes, 21 de febrero de 2020

Balcones y vieiras en Sariego


·          
       Punto de Salida y Llegada:  La Vega (Sariego)

·         Puntos de Paso:

·         Longitud de la Ruta: 25 km.

·         Horario de la Ruta:  3 horas

·          Desnivel acumulado de ascenso y descenso:   680 mts.

·         Participantes:  Luis Roza-Javier Paredes-Javier Riestra. Luz Fernández- Juan Piñera. José Ramón Cernuda- Jose Ramón Natal y Victor Guerra.


Sariego, es uno de esos concejos de pequeño formato pero que conforma en su seno una interesante oferta de recorridos, con balcones sobre su gran vega y unas vistas impresionantes sobre los concejos aledaños.


Nos concertamos en el centro de Vega de Sariego, al pie del Albergue de Peregrinos, ubicado en lo que era la vivienda del médico, y donde nos preparamos para una bella y tranquila ruta por el concejo saregano, que es una delicia pues todos sus caminos están señalizados lo que facilita mucho la labor de identificación de las trazas de las rutas.

 


Salimos de la Vega hacia el camino de Moral, yendo dirección Este donde nos desviamos hacia el Sureste por la Piñera hasta el antiguo palacio de Moral , que data del siglo XVII que lo mandara construir uno de los vástagos de la rancia nobleza astur los Vigil Quiñones, en concreto fue Bernabé de Vigil, llamado «el viejo» y Catalina de Estrada (1599), sobre la vieja casona de los Moral, junto con una capilla dedicada a otro ilustre peregrino como es San Roque, y en su fachada sureña muestra la huella blasonada de los Vigil Quiñones, compuesto por diveros "veros y torres almenadas".

 


Seguimos nuestra ruta cruzando  la carretera AS-267, dejando de lado la nueva iglesia de Santiago, para irnos  hacia el viejo templo dedicado al Santiago el Mayor  que tiene sus cimientos de época prerrománica, aunque lo hoy podemos contemplar, y ante lo cual nos fotografiamos, es muy posterior , siglo XV o XVI.

 Dejamos al Señor Santiago que en pocos metros tiene dos templos, el nuevo de los años 70 del siglo XX, y que paradójicamente el actual Camino de Santiago el «oficial» no pasa por delante de ninguno de los edificios. Paradojas  de los Caminos.

 


Seguimos traza un poco más allá dobla a la derecha para entrar hacia El Rebollal dando un pequeño rodeo para salir de nuevo a la carretera SR-1 siguiendo por el ramal derecho, hacia otro desvío a esa mano, para visitar la iglesia del santo mudo que hablada, según el largo poema de Aurelio Prudencio. 


Hasta esta iglesia de  San Román,  venía el Camino de los Francos desde Nava, no entiendo mucho el porqué .. tal vez la importancia de los templos, y la riqueza de la vega sarageana , y tampoco tengo claro si ese camino venía por lo que hoy  ocupa la AS-357 como parece indicar la cartografía del IGN, o por el Camino de Verdera, aunque por Paraes y Viobes hay  varias ermitas que podían justificar esos pasos peregrinos.


Aunque no queda claro desde Nava ese giro al Norte, abandonando la dirección Oeste y por El Remediu y por la Secá ganar Pola Siero.

 


Cosas de los caminos y de los arrieros, tras los cuales venían los peregrinos. Aunque tal vez ese cruce no está tanto pensado para coger el Camino de las Estrellas, como seguir desde Nava rumbo a la costa, subiendo desde Nava a San Román y de ahi al Alto de la Campa  para bien por Valdediós o por Lluaria, sino se quería perder altura para ir a coger en Fumarea, la cordal de Baldornón y dejarse caer en la populosa Gigia. Puede ser una explicación.



Seguimos dando a los pedales para subir hasta la importante población de San Román en cuyo seno se toma el Camino de Verdera, carretil asfaltado que nos presenta los primeros repechos de la ruta hasta alcanzar un pequeño alto que a modo de balconada nos deja ver parte del concejo de Nava, pues entramos en sus predios para llegar en franca bajada en forma de tobogán hasta las casas de Salgues.


Aquí dejamos el rumbo Este tomado después de Moral, para subir directos al Norte por el Camino del Puerto, que nos atraganta a más de uno, pues no en vano sus rampas intermedias que rayan el 26% hacen bramar nuestros perniles.


Subida corta, de apenas 1,2 km, que nos sube hasta la Parea Taruco, con esas pendientes que nos ofrece bellas vistas sobre los Picos de Europa y la Cordillera Cantábrica, que pese al buen tiempo se halla engalana de blanco perenne.


Ya en la cordal del Puerto, la cual arranca en el Colla La Cruz, giramos al Oeste para seguir por el cumbral, ahora entrando en los predios villaviciosinos, y con buenos firmes, y con vistas a la aldea de Arbazal, y al valle de Valdediós, seguimos en bajada hacia el Alto La Campa, donde se continua al Oeste, habiendo tomado un tramito del Camino de Santiago.

Nos vamos por el camino  que deja los parajes jacobitas y se emplaza en subir por El Fiensón, siguiendo el PR.AS-197 . Cercanías del cielo. Estamos en la gran balconada sobre las tierras de ambos concejos


Se sigue hacia la bifurcación de Pico, siguiendo en subida por el ramal que nos lleva a la Campera de las Cruces, para perder altura y ganarla al poco, aunque se puede evitar siguiendo por el cumbral, hasta concluir en Llano de Cotorrasu desde donde sigue hacia los sugestivos nombres de Campo de la Morena y la Campa los Huesos ya en franco descenso hacia el Collado de Fumarea. 

El PR-AS – 197, que veníamos siguiendo en los Huesos se va por debajo del Cantu Naval hacia Barbechu.

 


La traza planteada llega a la altura de las canteras de la mítica Peña Careses  a través del poblamiento de la Rimá, para bajar al valle cruzando hacia el Sureste para visitar la Erta. de San Pedrín de la Cueva, o sea la conjunción de las costumbres paganas llevadas al huerto eclesial en sabia e interesada combinación. Visitamos ambos inputs, aunque la capilla esta muy modificada, y de data como muy antigua, la cueva tiene algunos belenes en su interior, y cuya caverna pasa de lado a lado una pequeña riega que viene de otras dos, como son las que bajan de Miares  y La Rimá para formar parte de un cauce más grande como el Río Seco.

 


De la citada cueva se sale al Este hacia el enclave de Aramanti, donde nos volvemos a encontrar con las marcas jacobeas, que van camino de San Salvador de Oviedo, cuna de las primera peregrinación, y cuyo transito nos mete hacia el curioso topónimo como es El Romeru, aquí nuestra ruta va hacia el núcleo de Les Escueles, donde los más atrevidos subimos hacia la iglesia de Narzana, 



Iglesia donde también dicen que estuvieron los famosos templarios, y que mi viejo amigo, hoy en el Oriente Eterno: Xavier Musquera nos explica el significado de los capiteles y canecillos , aunque Juan Uría Ríu, ya nos advirtió  acerca de todas estas adopciones templaristas que se e hacen sobre el patrimonio religioso asturianos  en su libro sobre Las Peregrinaciones  a Santiago.

 


Desde Narzana, donde tampoco sube el Camino Santiago, que por cierto parece ir obviando todo aquello que contenga una cierta tradición esotérica, desde aquí como digo, nuestra ruta baja al lugar de Barbechu para cruzar la A-64, por debajo, y también  de la SR-1, para irnos hacia el núcleo de La Vïa y por debajo del Monte Berruga doblar al Oeste por El Muriellu hacia La Espina, entrando así de nuevo en Sariego.

 


Una ruta fácil y sencilla sin complicación alguna, más allá de algún fuerte repecho.


© Victor Guerra
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...